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Profesor(a): Bachilleres:
Nobis García Cesin, Laura C.I.: 28.216.119
Domínguez, Pedro C.I.: 30.487.098
Sección “A”
a) La verdad:
- Hablar con la verdad es un principio moral que todo comunicador debe
seguir. La verdad se refleja en la consistencia que guardan las
actitudes de una persona con las proposiciones que defiende ante los
demás por medio de su palabra. Reconocer como verdadero lo que
decimos contribuye a generar seguridad en nosotros y confianza en
quienes nos escuchan, propiciando credibilidad en el proceso
comunicativo.
- La verdad es una fuente de poder que imprime dinamismo y vitalidad
a la palabra. Cuando alguien transmite su mensaje sin ánimo de decir
la verdad, escuchamos datos sin sentir la influencia de la convicción
personal; en cambio, si las ideas se expresan demostrando plena
identificación con los valores que encierra, serán escuchadas con
entusiasmo e influirán notablemente en los receptores.
- La verdad tiene un gran poder intelectual, porque reúne en si misma
las actitudes positivas que mueven la conciencia del comunicador. Es
la aptitud que nos ayuda a descubrir la intención o el propósito de la
acción, el espíritu ético de la comunicación. Todo aquel que
recomiende o hable de lo que sabe su mensaje sea creíble y aceptado,
pues quien se miente a sí mismo también miente a los demás.
- La verdad debe practicarse siempre, pues es el valor que exige la
actitud positiva más decisiva e ineludible para un comunicador, así
como la mentira es el contravalor más imperdonable para él mismo.
La verdad debe ser el fundamento de cada uno de sus actos: “Nunca
habla mejor el orador que cuando parece hablar con verdad”.
b) El valor: Así como la verdad es la aptitud de la conciencia que nos ayuda a
descubrir las intenciones, el valor es la fuerza positiva que fortalecerá nuestra
actitud para realizar acciones.
- El valor desvanece las condiciones adversas y contrarresta los
obstáculos cuando una pensamos que podemos hacer tal o cual cosa.
Con el valor reforzamos la actitud de confianza en nuestros recursos.
- El valor revitaliza el esfuerzo impulsa nuestra decisiones, además de
que se fortalece la actitud de seguridad en nosotros mismos.
- El valor nos ayuda a sobreponernos al temor al atender nuestras
responsabilidades y enfrentar situaciones que creemos importantes,
pues el valor se manifiesta en actitud firme y resuelta de alcanzar las
metas a pesar de los obstáculos.
c) La confianza:
- La confianza implica tener fe para convencernos de que no se debe
desperdiciar tiempo pensando en los obstáculos o las actitudes
negativas que se puedan presentar.
- La confianza nos impide desanimarnos, pues bloquea la idea de que
cuesta mucho trabajo mejorar nuestras acciones.
- La confianza fortalece el conocimiento de nosotros mismos; además,
genera más fuerzas en sentido positivo y, en consecuencia, actitudes
éticas.
d) El autodominio: Es la serenidad, es la fuerza positiva que desarrolla el
control de nuestros actos. Es la expresión misma de una actitud reflexiva y
racional que aplicamos para actuar en forma inteligente.
- El autodominio regula las emociones que pueden bloquear o inhibir el
razonamiento claro de ideas. Cuando somos impulsivos, cualquier
problema se agiganta, mientras que, logrando el autodominio, vemos
las cosas en forma más real, objetiva y menos imponente.
- El autodominio conduce a la disciplina y nos mantiene serenos, a
pesar de las contrariedades que surjan, por eso se dice que no hay
situaciones desesperadas, si no hombres descontrolados, pues la
superioridad de un individuo se reconoce en la facilidad con que
transforma sus actos espontáneos e impulsivos en actos voluntarios
y conscientes.
- El autodominio logra la superación, pues implica actitudes de
rectificación de todo procedimiento desventajoso o negativo
detectado en la comunicación, de ahí que sea necesario obligarnos a
pensar primero y después hablar.
e) La justicia: Es la fuerza que promuévela aptitud de la solidaridad humana.
Será justo el comunicador que enfrente sus actos, teniendo en cuenta que
su proceder es digno de sus semejantes, pues la injusticia genera
desconfianza y destruye la convivencia social pacífica.
- Justicia quiere decir “Conciencia de la dignidad de la persona extraña”
justicia para comunicador, es tener conciencia de lo que habla y hace
obedeciendo a valores propios de los semejantes.
Ser ético y tener valores y actitudes positivas hacia los demás en el proceso
de comunicación oral depende, en gran parte, de la percepción que tengamos de
nosotros mismos. Conocer nuestras potencialidades y límites es formarnos un auto
concepto, que podemos definir como “una conciencia, un conocimiento que posee
el individuo de su existencia, de sus actos y de su relación con el mundo exterior”.
Para que los demás tengan confianza en nosotros, debemos ser vistos por
ellos como confiables o auténticos. Para ser tratado como leal, es necesario que los
demás lo perciban a uno como alguien leal. Para que nos acepten como amigos,
necesitamos ser percibidos como amistosos, amables o cordiales. Tener un
prestigio o una reputación de honradez sólo se consigue con la intención de serlo y
luego demostrarlo con respuestas honradas en distintas situaciones; sólo así la
gente nos percibirá de esa manera. En la comunicación oral, tener un auto concepto
positivo puede darnos ventajas para interactuar; entre otras cuestiones, nos ayuda
a generar mayor empatía y seguridad en situaciones de comunicación y nos permite
reconocer las fuerzas negativas que en cualquier momento suelen presentarse
como actitudes que limitan o inhiben totalmente la interacción.