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Barbelo

La primera emanación del Agnostos Theos o Espacio Abstracto Absoluto, el primer eón, es
Barbelo, el desdoblamiento de la unidad en dualidad, en el aspecto femenino. El santo
afirmar emana al santo negar, el aspecto femenino de la divinidad: Dios Madre. Barbelo
aparece recurrentemente en la literatura gnóstica cristiana primitiva. Por tal motivo es
motivo de análisis por parte de diferentes estudiosos del Gnosticismo histórico. En el
Evangelio de los egipcios[1], BARBELO ES RECONOCIDO COMO EL ETERNO FEMENINO, LA
MADRE INEFABLE: “EL SEGUNDO PODER LA MADRE, LA VIRGINAL BARBELÓN…” (LOS
EVANGELIOS APÓCRIFOS, 119)

«EN EL EVANGELIO DE JUDAS, JUDAS DICE A JESÚS: TÚ HAS VENIDO DEL INMORTAL EÓN
DE BARBELÓ»” (MONTSERRAT, 40). EL AUTOR CITADO, EXPONE ADEMÁS QUE “LOS
TEXTOS DESIGNAN A BARBELÓ «MADRE» Y HABLAN DE LA «MATRIZ» DE BARBELÓ, QUE
ES FECUNDADA POR LA LUZ DEL ESPÍRITU…” (Montserrat, 41)

En el capítulo 3 del libro secreto de Juan, se encuentran muchas evidencias del atributo
femenino de Barbelo. El trato reverente a una divinidad femenina, la asociación al agua, a la
virginidad, el gran vientre; son muy claros. Así se lee: “1 Porque el Perfecto se contempla a
sí mismo en la luz que lo rodea. Este es el manantial del agua de vida que produce todos los
mundos de todas las clases. 2 El Perfecto contempla su imagen, la ve en el manantial del
espíritu y se enamora del agua luminosa. Este es el manantial de agua pura, luminosa, que
rodea al Perfecto. Es el Pensamiento hecho activo, y la que apareció en presencia del Padre
en luz brillante salió. 4 Ella es el primer poder: ella precedió a todo y salió de la mente del
Padre como el Pensamiento Anterior de todo. 5 Su luz se parece a la luz del Padre; como el
poder perfecto, ella es la imagen del perfecto e invisible Espíritu virgen. 6 Ella es el primer
poder, la gloria, Barbelo, la gloria perfecta entre los mundos, la gloria emergente. 7 Ella
glorificó y alabó al Espíritu virgen, porque había salido a través del Espíritu. 8 Ella es el
primer Pensamiento, la imagen del Espíritu. Ella se convirtió en el vientre universal, porque
ella lo precede todo, el Padre común, la primera Humanidad, el Espíritu Santo, el varón
triple, el poder triple, el andrógino con tres nombres, el reino eterno entre los seres
invisibles, el primero en salir”.

También se lee en dicho libro que Barbelo pidió al Espíritu virgen que le diera conocimiento
anterior, inmortalidad, vita eterna, verdad y se las concedió (Gerz, 124). En los tres
primeros versos del capítulo 4 se lee que “El Padre penetró a Barbelo con una mirada, con
la luz pura, brillante, que rodea al Espíritu invisible. Barbelo concibió, y el Padre produjo un
rayo de luz que se parecía a la luz bendita más no era tan brillante. Este rayo de luz era el
Vástago único del Padre común que había salido, y el único retoño y el Vástago único del
Padre, la luz pura” (Gerz, 125)
Entre las notas de El Evangelio de Judas, editado por Rodolphe Kasser, Marvin Meyer y
Gregor Wurst; con traducción de Domingo Almendros y publicado por National Geografic,
se hace un comentario al siguiente pasaje del Evangelio: “En los textos séticos Barbelo es la
divina Madre de todos, de quien muchas veces se dice que es la Providencia (pronoia) del
Padre, el Ser infinito El nombre Barbelo parece basado en una forma del Tetragrámaton, el
sagrado nombre de cuatro letras de Dios en el judaísmo, y aparentemente viene del
hebreo, tal vez “Dios (superlativo El) en (b-) cuatro (arb(a)”.

Más adelante, en las páginas 129 y 130 del mismo Evangelio, en el capítulo titulado: La
conexión gnóstica, Marvin Meyer, explica: «La frase “el reino [o eón] inmortal de Barbelo”
es frecuente en los textos séticos. Se refiere al reino superior de la divinidad más allá de
este mundo, y está asociada con la figura divina de Barbelo, un personaje destacado de los
textos séticos, donde asume el papel de nuestra madre en los cielos».

BARBELO ES LA PRIMERA EMANACIÓN DEL ESPACIO ABSTRACTO ABSOLUTO, EL “REINO


INMORTAL” Y EL PRINCIPIO FEMENINO SUPREMO. Es la Prakriti, la Madre Divina, la Diosa,
el Eterno Femenino, la sustancia primordial de la Naturaleza, que da origen a las tres gunas
o manifestaciones de la Naturaleza. Samael Aun Weor, en el capítulo de Virgo de su obra:
“Tratado esotérico de Astrología Hermética”, explica que: “Cuando llega la Gran Noche, el
Universo deja de existir, se disuelve entre el seno de la Prakriti. Explica también el maestro
que: “Todo Cosmos nace de la Prakriti y se disuelve en la Prakriti. Todo mundo es una bola
de fuego que se enciende y se apaga entre el seno de la Prakriti. Todo nace de la Prakriti,
todo vuelve a la Prakriti. Ella es la Gran Madre”.

El Avatar de la Era de Acuario, explica además que: “Durante el Gran Pralaya (Noche
Cósmica), la Prakriti es unitotal, íntegra. En la manifestación, en el Mahamvantara (Día
Cósmico), la Prakriti se diferencia en tres aspectos cósmicos. Los tres aspectos de la Prakriti
durante la manifestación, son: primero, el del Espacio infinito; segundo, el de la Naturaleza;
tercero, el del hombre”. La Prakriti en su estado inmanifestado es Barbelo o mejor
dijéramos, “la morada de Barbelo”, “la morada de luz”, “el océano de luz increada”, “el
océano de la gran luz”, como lo explica el Kalki Avatar en Pistis Sophia develada.

El Eterno femenino

El principio femenino eterno y universal se encuentra presente en toda la Creación. Desde


el seno del Pleroma, en la región de Barbelo, como en la Naturaleza y en el microcosmos, la
segunda fuerza de la Naturaleza está presente. ELLA ES EL ETERNO FEMENINO, la Diosa, la
Madre divina, en el espacio infinito; la Madre divina en la Naturaleza; la Madre divina en el
ser humano. Estas son las tres madres; las tres Marías del Cristianismo, tal como se lee en
los Evangelios: “Estaban allí muchas mujeres mirando de lejos, las cuales habían seguido a
Jesús desde Galilea, sirviéndole, entre las cuales estaban María Magdalena, María la Madre
de Jacobo y de José, y la madre de los hijos de Zebedeo”. (Mt 27:55-56) “También había
algunas mujeres mirando de lejos, entre las cuales estaban María Magdalena, María la
madre de Jacobo el menor y de José, y Salomé”. (Mr15:40) “Estaban junto a la cruz de Jesús
su madre, y la hermana de su madre, María mujer de Cleofas y María Magdalena”. (Jn
19:25) El misterio de las Tres Marías aparece también en el Evangelio de Felipe, en el que se
lee: “Había tres Mariames que caminaban todo el tiempo con el Amo: su madre, su
hermana y la Magdalena, ella que es llamada su pareja. Así su verdadera Madre, Hermana y
Pareja, también se llama «Mariam»”.

La gran Diosa, venerada desde la cultura megalítica entre el paleolítico y el neolítico tiene
múltiples representaciones, rostros y nombres. Ella es la Tierra, la Luna, Venus, la madre
Naturaleza, la abuela, la madre y la esposa. De esta manera María, la madre de Jesús, es la
misma Isis, Juno, Deméter, Ceres, Maía, etc., la Madre Cósmica o Kundalini (Fuego Sexual)
del cual nace el Cristo Cósmico siempre. La María Magdalena es la misma Salambo, Matra,
Ishtar, Astarté, Afrodita y Venus con la cual tenemos que practicar Magia Sexual para
despertar el fuego. Otras formas de representar a las Tres Marías, a los tres aspectos de la
Prakriti, de la Madre Divina, se encuentran en las figuras de la abuela, la madre y la esposa.
En la mujer, es ella misma en su papel de abuela, madre e hija o madre, esposa e hija. Así
aparece entonces, la figura de santa Ana, la madre de María en la tradición cristiana, como
también la abuela Ixmucané, en la tradición maya.

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