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Dificultades para pensar conceptualmente

No goza la filosofía, como gozan otras ciencias, de la ventaja de poder presuponer


sus objetos como inmediatamente dados2 por la representación, y como ya admitido, en el
punto de partida y en su curso sucesivo, el método de investigación.
[...] Sentimientos, intuiciones, apetencias, voliciones, etcétera, en cuanto tenemos
conciencia de ellos, son denominados, en general, representaciones; por esto puede
decirse, en general, que la filosofía pone, en el lugar de las representaciones,
pensamientos, categorías, y más propiamente, conceptos. Las representaciones, en
general, pueden ser consideradas como metáforas de los pensamientos y conceptos. Pero
no basta poseer representaciones para poseer su significación en el pensamiento; esto es,
no conocemos aún los pensamientos y conceptos que corresponden a ellas.
Recíprocamente, una cosa es tener pensamientos y conceptos, y otra saber qué sean las
representaciones, intuiciones y sentimientos que corresponden a ellas. Esto explica, por
una parte, lo que se llama la incomprensibilidad de la filosofía. La dificultad nace en parte
de una incapacidad que en sí es solamente falta de hábito de pensar abstractamente; esto
es, de poder situar firmemente delante del espíritu pensamientos puros, y moverse en
ellos. En nuestra conciencia ordinaria sensible y espiritual, y en nuestro representar,
reflexionar y razonar mezclamos sentimientos, intuiciones y representaciones con
pensamientos; en toda proposición de contenido sensible (por ejemplo: esta hoja es verde)
van ya mezcladas categorías como el ser y la individualidad. Pero es otra cosa muy
distinta tomar propiamente como objeto los pensamientos por sí mismos y sin mezcla
alguna. Otro motivo de incomprensibilidad es la impaciencia por querer hallar frente a sí,
en forma de representación, lo que en la conciencia está solamente como pensamiento y
concepto. Y se oye decir que no se sabe qué es lo que se debe pensar en un concepto
dado, siendo así que en un concepto no se debe pensar otra cosa que el concepto mismo.
Pero el sentido de dicha demanda está en que se quiere tener del concepto una
representación conocida y ordinaria; a la conciencia le parece como si, al quitarle la
representación, se le quitase el terreno que constituye su firme y habitual sostén. Cuando
se ve transportada a la región de los conceptos puros no sabe ya en dónde se halla. Se
estiman por esto, como maravillas de comprensibilidad, aquellos escritores, predicadores,
oradores, etcétera, que ofrecen a sus lectores u oyentes cosas que ellos ya saben, que les
son familiares y que se comprenden por sí mismas.

GUÍA DE PREGUNTAS:
(1) ¿Qué diferencias se señalan entre el punto de partida de la ciencia y el de la filosofía?
(2) ¿Qué es una representación? Diferencie representación y concepto. (3) ¿Cómo se
explica «la incomprensibilidad de la filosofía»? (4) ¿Qué es pensar abstractamente?
Explique qué es "pensar conceptualmente", según Hegel. (4) Señale cuáles son las
dificultades para pensar conceptualmente según el autor.

1
Hegel, G.W.F., Enciclopedia de las ciencias filosóficas, traducción de E. Ovejero y Maury, Ediciones
Libertad, Buenos Aires, 1944, § 1 y § 3. Georg Hegel, filósofo alemán nacido en Stuttgart en 1770 y muerto
en Berlín en 1831.
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Lo inmediatamente dado o los datos inmediatos son los conocimientos aprendidos directamente, sin la
mediación de otros conocimientos anteriores. Lo inmediato es lo no derivado.

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