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… ELIMINAR

… REVISAR

IMPORTANCIA LA PRUEBA ILEGAL EN EL PROCESO CIVIL VENEZOLANO

La importancia de abordar estas inquietudes está directamente relacionada con la idea de

contribuir en algo a la gruesa tarea de construir una teoría jurídica constitucional en torno al

problema del aseguramiento de la prueba. Tema éste relacionado, entre otras cosas,

jurisprudencias y doctrinas del tribunal Supremo de Justicia

Ahora bien, tradicionalmente se consideró que tanto la prueba ilícita como la ilegal, producen

efectos de exclusión, que no de nulidad del proceso, en el entendido de que son los medios

de prueba, por sí mismos considerados, los que se predican “nulos de pleno derecho” (artículo

29 de la Carta Política), produciendo una “inexistencia jurídica” que, incluso, se transmite a

los demás elementos que dependan o sean consecuencia de aquellas, o a las que sólo puedan

explicarse en razón de la existencia de las excluidas.

“Como todo derecho constitucional, el de la prueba también seencuentra sujeto a

restricciones o limitaciones, derivadas tanto de lanecesidad de que sean armonizados en

ejercicio con otros derechos obienes constitucionales, como de la propia naturaleza del

derecho encuestión. En términos generales, el derecho a la prueba se encuentrasujeto a

determinados principios, como son que su ejercicio se realicede conformidad con los valores

de pertinencia, utilidad, oportunidady licitud. Éstos constituyen principios que informan la

actividadprobatoria y, al mismo tiempo, límites inmanentes a su ejercicio, estoes derivados

de la propia naturaleza del derecho a la prueba


CRITERIOS DEL TSJ VENEZOLANO Y LAS PRUEBAS ILEGALES

La doctrina constitucional en materia de pruebas ilegales e ilícitas no ha sido pasiva, desde el año

1998 ha diseñado toda una argumentación para la definición de estos dos términos que, aunque

con una consecuencia igualitaria, la exclusión probatoria, su contenido no es el mismo, y no puede

ser confundido en razón a que cada uno de ellos conlleva un análisis diferente a la hora de evaluar

el medio probatorio correspondiente.

En el escrito de promoción de pruebas l

De modo tal que el derecho a la prueba, como cualquier otro derechoconstitucional, tiene límites,

los mismos que se encuentran previstos en lapropia Constitución, en los principios y garantías de un

debido proceso y enel respeto a la dignidad de la persona. En ese sentido, el principio delibertad de

prueba, conforme al cual se puede probar un hecho concualquier medio de prueba, típico o atípico.

En este último supuesto,siempre que se observe en su práctica análogamente los

procedimientosestatuidos para una prueba semejante, se ve limitado por la observancia delos

derechos fundamentales de toda persona.


COMENTARIOS MIO PARA ANALIZAR Y REDACTAR MEJOR

Concluido el lapso de promoción, conforme al articulo 397 del Código de Procedimiento

Civil, las partes disponen de los tres días siguientes para expresar si convienen en alguno o

algunos de los hechos que trata de probar la contraparte, con el fin que el juez precise los

hechos que están en controversia, en los que estén de acuerdo no serán objeto de pruebas. El

contenido de la norma indica que los medios de prueba que se propongan, deben estar

dirigidos a probar los hechos; por ello, se debe indicar que hechos se pretenden probar con

cada uno de los medios propuestos (excepto la prueba testimonial). No hay ninguna otra

forma de advenirse a los hechos, sino mediante la explanación de cuales son los hechos que

se pretenden probar con determinada prueba. Las partes podrán oponerse a la admisión de

las pruebas de la contraparte que aparezcan manifiestamente ilegales o impertinentes cuando

tiene por objeto hechos que ningún aspecto se relacionan con el litigio o la materia del

proceso. Esto significa que el proponente tiene que enseñar el hecho que se pretende probar

con esa prueba. Es necesario recordar, que cuando el legislador se refiere a que el asunto

deba decidirse sin pruebas se dirige a lo previsto en el artículo 389 ejusdem, que dice: No

habrá lugar al lapso probatorio: 1. Cuando el punto sobre el cual versare la demanda aparezca,

así por ésta como por la contestación, ser de mero derecho. 2. Cuando el demandado haya

aceptado expresamente los hechos narrados en el libelo y haya contradicho solamente el

derecho. 3. Cuando las partes, de común acuerdo, convengan en ello, o bien cada una por

separado pida que el asunto se decida como de mero derecho, o sólo con los elementos de

prueba que obren ya en autos, o con los instrumentos que presentaren hasta informes. 4.

Cuando la ley establezca que sólo es admisible la prueba instrumental, la cual, en tal caso,

deberá presentarse hasta el acto de informes. En el artículo 392 se establece el término


ordinario de promoción que es de quince días, computados conforme el artículo 197 con la

interpretación dada por el tribunal Supremo de Justicia. Estas normas son aplicables al

proceso o causa principal. No obstante, como se ha dicho, la promoción implica proposición

y presentación de las pruebas, por lo que en el proceso se pueden presentar diversas

oportunidades e incidencias en las cuales hay necesidad de hacerlo, sin que sea la apertura

ordinaria a pruebas. Conforme al artículo 340 ordinal 6º del Código de Procedimiento Civil

el demandante deberá acompañar con el escrito de demanda el instrumento en que funde su

pretensión. Es la prueba que el actor trae junto con su demanda para darle certidumbre a sus

alegatos, puesto que dicho instrumento fundamental recoge los hechos en los cuales el

demandante basa su pretensión. Esta presentación de prueba al inicio del proceso, constituye

una excepción a los principios de oportunidad y concentración de la prueba. Debe conocerse

que esta oportunidad es preclusiva, puesto que el artículo 434 ordena que si el demandante

no hubiere acompañado su demanda con los instrumentos en los que base su pretensión, no

se le admitirá después, sin embargo tiene excepciones: 1. Si el indico en la demanda la oficina

o el lugar donde se encuentra. 2. Que no tenía conocimiento de ellos. 3. Que sean de fecha

posterior. También, en el libelo de la demanda el actor puede promover la absolución de

posiciones juradas y el juramento decisorio. Es importante destacar que Cabrera (1997)

argumenta que realmente el juramento decisorio no se puede dar sino hasta que haya

contestación al fondo de la demanda. Se podrá promover con el escrito de la demanda el

instrumento fundamental y la absolución de posiciones juradas, cualquier otro medio que se

proponga y presente es extemporáneo y debe ser rechazada en esta etapa del proceso. Debe

indicarse que el término a que se refiere el artículo 397 es preclusivo. Las partes disponen de

esos tres días para hacer su oposición a las pruebas de la contraparte, de suerte que si la hacen

fuera de los tres días siguientes al vencimiento de los quince días de promoción, es
extemporánea la oposición que se haga. No obstante, que no haya habido oposición el juez

puede de oficio, porque así lo facultad la ley, rechazar las pruebas que sean manifiestamente

ilegales o impertinentes. En este orden de ideas, relacionadas con el acceso a la prueba, la

contradicción de las pruebas judiciales consiste en el derecho que tienen las partes en el

proceso de atacar u oponerse a la admisibilidad de las pruebas promovidas por la parte

contraria para que las mismas no puedan ingresar válidamente en el proceso y producir sus

efectos, o bien impugnar su resultado. El principio de contradicción de la prueba no es más

que el derecho que tienen las partes de objetar las pruebas aportadas por la contraparte a

través de dos figuras la oposición y la impugnación. La oposición se encuentra prevista en el

artículo 397 del Código de Procedimiento Civil y procede en los casos de que la prueba sea

ilegal, impertinente, ilícita, inidónea, inconducente, extemporánea o por estar irregularmente

promovida, mientras que la impugnación es la forma de atacar, enervar o contradecir los

medios probatorios que han sido previamente admitidos, haya habido o no oposición. Junto

con el principio de contradicción de la prueba, existe el principio de control de la prueba, que

no es más que el derecho que tiene la parte de concurrir a los actos de evacuación de los

medios probatorios promovidos por su contraparte para hacer las observaciones y reclamos

que considere necesario para su defensa. Con respecto a la aplicación de los artículos 397 y

398 del Código de Procedimiento Civil, debe aclararse que en el procedimiento oral no se

establece lapso para la oposición a las pruebas, así como tampoco para la admisión, por lo

cual de acuerdo a la doctrina y jurisprudencia reiterada debe aplicarse lo previsto para el

procedimiento ordinario. El principio de contradicción está implícito dentro de la garantía

constitucional del debido proceso. Es por ello que a cada una de las partes se les debe brindar

la oportunidad razonable de tomar posición, de pronunciarse, de contradecir las afirmaciones,

pretensiones o pruebas presentadas por la otra parte y así, ofrecer las pruebas que hacen a su
derecho. Las partes tiene la facultad de ejercer una rigurosa fiscalización entre sí pues la

producción de una prueba secreta, es decir, a escondidas de la contraparte es ineficaz

(Chinchilla, 1999). Esta tarea de inspección, de la cuál se habla, puede ser desarrollada a lo

largo de todo el procedimiento probatorio. Es allí donde se ve la importancia de aportar

pruebas aI proceso y la responsabilidad no sólo descansa sobre las espaldas de la parte a

quién corresponde la carga de la prueba, pues así se estaría menoscabando el derecho con

que goza el defendido, de ejercer control y vigilancia sobre el procedimiento probatorio. La

contradicción tiene por objeto potenciar el derecho del ciudadano a gozar de igualdad durante

el proceso, para lograr la efectividad de su participación y culminar así en la tan anhelada

certeza. El control de la prueba requiere que las partes tengan la posibilidad de conocer antes

de su evacuación los medios de prueba promovidos, así como el momento señalado para su

recepción en autos, a fin de que asistan a la evacuación y hagan uso de los derechos que

permitan una cabal incorporación a la causa de los hechos que traen los medios. El ejercicio

del principio de control requiere que las partes tengan la posibilidad de conocer antes de su

evacuación los medios de prueba promovidos, así como el momento señalado para su

recepción en autos, a fin de que asistan a la evacuación y hagan uso de los derechos que

permitan una cabal incorporación a las causa de los hechos que traen los medios. De tal

manera que las partes tienen el derecho de acceder a las pruebas para analizar su pertinencia

y licitud, es decir, tienen el derecho a controlar que el aporte de las mismas se ajuste a la

legalidad. Por ello, el artículo 397 in fine, establece que las partes pueden oponerse a la

admisión de las pruebas de la contraparte que aparezcan manifiestamente ilegales e

impertinentes. El principio del control de la prueba tiene por fin evitar que se incorporen al

expediente medios y hechos a la espalda de las partes, sin que hayan podido vigilarlo y

contradecirlos. Cabrera (1997), sostiene que las formas que garantiza el control de la prueba
son esenciales para la realización de los actos y señala: Un reconocimiento judicial practicado

en oportunidad distinta a la señalada por el Tribunal, es nulo. Cualquier acto probatorio, si

no se ha fijado previamente el día y la hora para su practica, es nulo, e igualmente lo es, si

una de las partes no se le hubiere permitido intervenir en el acto de evacuación de las pruebas

o si en el mismo no se diera curso a sus observaciones. Son de orden público las forma ligadas

al principio de la contradicción de la prueba (nadie puede renunciar al derecho de defensa o

al atacar la prueba del contrario); pero las relativas a su control, no lo son. Ellas son esenciales

y por lo tanto, su falta o quebrantamiento anula el acto; pero por no ser de orden público,

solo se anula a instancia de parte perjudicada, el juez no puede declarar su nulidad de oficio

(p. 25). La igualdad probatoria no es nada más que un aspecto del principio general que rige

las relaciones entre los ciudadanos, el estado y el ordenamiento jurídico, que es la igualdad

ante la Ley. Específicamente en el artículo 21 de la Constitución Nacional, se define que

todas las personas son iguales ante la ley y en el ordinal 2° se dice que la ley debe garantizar

las condiciones jurídicas y administrativas para que la igualdad ante la ley sea real y efectiva.

Cuestión que es ratificada con los valores y principios contenidos en el artículo 26 de la

Constitución del Republica Bolivariana de Venezuela.

CRBV Artículo 26 Toda persona tiene derecho de acceso a los órganos de administración

de justicia para hacer valer sus derechos e intereses, incluso los colectivos o difusos, a la

tutela efectiva de los mismos y a obtener con prontitud la decisión correspondiente

CRBV Articulo 21: No se permitirán discriminaciones fundadas en la raza, el sexo, el credo,

la condición social o aquellas que, en general, tengan por objeto o por resultado anular o

menoscabar el reconocimiento, goce o ejercicio en condiciones de igualdad, de los derechos

y libertades de toda persona. Ordinal 2: La ley garantizará las condiciones jurídicas y


administrativas para que la igualdad ante la ley sea real y efectiva; adoptará medidas positivas

a favor de personas o grupos que puedan ser discriminados, marginados o vulnerables;

protegerá especialmente a aquellas personas que por alguna de las condiciones antes

especificadas, se encuentren en circunstancia de debilidad manifiesta y sancionará los abusos

o maltratos que contra ellas se cometan.

http://www.dplf.org/sites/default/files/1227640933.pdf

https://elderecho.com/la-prueba-ilicita-en-el-proceso-civil

Con fundamento en lo establecido en el ordinal 1° del artículo 313 del Código de


Procedimiento Civil, se denuncia la infracción por parte de la recurrida de los artículos 15, 208
y 402 eiusdem, por “…quebrantamiento de formas sustanciales que menoscaban el derecho a
la defensa...”.
El formalizante expresa en su denuncia lo siguiente:
…En fecha dos (02) de agosto de 2013, nuestra representación presentó escrito de promoción de
pruebas y promovió prueba de informes en los siguientes términos:

1.- De conformidad con lo establecido en el artículo 433 del Código de Procedimiento Civil,
promovemos la Prueba (sic) de Informes (sic) dirigida al Banco de Venezuela (sede principal), ubicada
en la Avenida (sic) Universidad, Esquina (sic) de Sociedad, Torre Banco de Venezuela, Jurisdicción del
Municipio Libertador del Distrito Capital, a fin de recabar la siguiente información:

a) Si los depósitos identificados como: 45918926, 18994714, 29930175, 36728724, 51309815,


58618137, 59628631, 27883165, 67296131, 67828963, 72611031 y 59146126 efectuados por parte de
nuestra representada por TREINTA Y CINCO MIL BOLÍVARES (Bs. 35.000,00), cada uno de ellos, en
la cuenta corriente que mantiene en dicha Institución (sic) Financiera (sic), la sociedad mercantil
VENEZOLANA DE FILTROS C.A., son ciertos y si el dinero depositado fue acreditado en la cuenta
corriente señalada. A tal efecto pedimos que con el oficio, correspondiente se acompañe copia de cada
uno de los depósitos efectuados.

b) Si la cuenta corriente No. 0102-0169-1200-01012055 del Banco de Venezuela, a nombre de


VENEZOLANA DE FILTROS C.A., fue cerrada en el mes de junio de 2013.

c) Si la cuenta corriente No. 0102-0169-1200-01012055 del Banco de Venezuela, a nombre de


VENEZOLANA DE FILTROS C.A., al día de hoy se mantiene activa.

Mediante esta prueba se (sic) pretendemos demostrar los siguientes hechos:


a.- Que los depósitos efectuados por parte de nuestra representada que corresponden a los cánones de
arrendamientos de los meses de junio 2012 al mes de mayo de 2013, que fueron consignados en original
con este escrito, son ciertos.

b.- Que los montos depositados por parte de nuestra representada, por concepto de cánones de
arrendamientos fueron acreditados en la cuenta de la Arrendadora (sic).

Dicha prueba de informes se promovió a los efectos de adminicularla con la prueba


documental promovida en nuestro escrito de promoción constante de depósitos bancarios en
los siguientes términos:
“7- Promovemos y hacemos valer, los originales de los doce (12) depósitos bancarios
efectuados por nuestra representada en la cuenta de VENEZOLANA DE FILTROS C.A., del
Banco de Venezuela, No. 0102-0169-1200-01012055, por TREINTA Y CINCO MIL
BOLÍVARES (Bs. 35.000,00) cada uno de ellos, los cuales se corresponden al alquiler
mensual vigente del galpón comercial en el período comprendido de Junio (sic) de 2012 al
mes de Mayo (sic) de 2.013 (sic). Con los citados documentos pretendemos demostrar los
siguientes hechos:

1. - El cumplimiento por parte de nuestra patrocinada de todas las obligaciones asumidas en


el contrato.

2. - Que para el mes de mayo de 2.013 (sic), el pago de alquiler correspondiente al galpón
comercial se encontraba al día en la forma pactada por las partes.
En fecha cinco (05) de agosto de 2013, el Tribunal (sic) a quo admitió las pruebas promovidas
por nuestra representación.
En fecha trece (13) de mayo de 2013, siendo el último día del lapso de pruebas, nuestra
representación consignó las copias simples a los fines de librar la prueba de informes
admitida.
En fecha veinticuatro (24) de septiembre de 2013, el Tribunal (sic) a quo dictó (sic) por el cual
negaba la evacuación de la prueba de informes.
Contra dicho auto que negó la evacuación de la prueba nuestra representación interpuso
recurso de apelación en fecha tres (03) de octubre de 2013, la cual fue admitida por el
Tribunal (sic) en un solo efecto por auto del nueve (09) de octubre de 2013.
En la sentencia definitiva de primera instancia con respecto a la prueba de informes se
estableció lo siguiente:
Asimismo promovió la prueba de INFORMES la cual fue debidamente admitida, pero no llegó a
evacuarse, por lo tanto no hay prueba que valorar y apreciar, y así se establece.

Y con respecto a los depósitos bancarios promovidos por nuestra representación en la


sentencia definitiva de primera instancia se estableció lo siguiente:
…asimismo se le adminicula las copias del contrato de arrendamiento que cursan a los folios 70 al 73,
así como los depósitos correspondientes al pago del canon de arrendamiento que cursan a los folios 235
al 246, dichos documentos al no ser cuestionados se deben tener como válidos y valorados por el
Tribunal (sic) de conformidad con los Artículos (sic) 12, 429, 509 y 510 del Código de Procedimiento
Civil, en armonía con los Artículos (sic) 1.357, 1.359 y 1.360 del Código Civil, y se aprecia la existencia
de la relación arrendaticia invocada en el escrito libelar sobre el bien objeto del contrato cuyo
cumplimiento se demanda, y así se declara.
En consecuencia de lo anterior, si bien fue negada la evacuación de la prueba de informes, los
depósitos bancarios fueron debidamente valorados en la sentencia de primera instancia, la
cual en definitiva declaró sin lugar la demanda, por lo cual la no evacuación de la prueba de
informes no causó un gravamen a nuestra representada.
En la sentencia definitiva de primera instancia no se pronunció sobre la apelación interpuesta
contra el auto del 24 de septiembre de 2013.
Ahora bien, la sentencia recurrida dictada por el Juzgado Superior Noveno en lo Civil,
Mercantil, Tránsito y Bancario de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de
Caracas de fecha ocho (08) de julio de 2.015 (sic), con respecto a los depósitos bancarios y a
la prueba de informes señaló lo siguiente:
(…Omissis…)
Ciudadanos Magistrados, a pesar de que la parte actora no impugnó en el proceso los
depósitos bancarios promovidos por nuestra representada, la recurrida los desechó bajo el
argumento que era necesaria la prueba de informes para ratificarlos.
La sentencia que hace referencia la recurrida de esta Sala de fecha 20 de diciembre de 2005,
donde se señala que las planillas de depósito se califican de “tarjas”, no establece la
obligación de ratificarlas, pero a todo evento nuestra representación solicitó la prueba de
informes la cual fue admitida por el Tribunal (sic) a quo.
A dicha prueba de informes le fue negada su evacuación por auto del 24 de septiembre de
2013, el cual fue apelado por nuestra representación, pues se habían consignado las copias
simples para su evacuación el último día del lapso de pruebas, es decir, el día trece (13) de
mayo de 2013.
Es el caso que la recurrida incurrió en el vicio de reposición no decretada, al infringir los
artículos 15, 208, 212 y 402 del Código de Procedimiento Civil, por cuando debió reponer la
causa al estado de que el juzgado a quo evacuara la prueba de informes promovida dentro del
lapso de pruebas con la cual se ratificaría los depósitos bancarios promovidos con el objeto de
demostrar el pago de las obligaciones contenidas en el contrato de arrendamiento objeto de la
pretensión.
El hecho de no haber decretado dicha reposición vulneró el derecho de defensa de nuestra
representada al no garantizarle la igualdad de derechos de las partes de probar sus alegatos
en el proceso.
En materia de nulidad y reposición de los actos procesales, el Código de Procedimiento Civil,
acorde con los principios de economía y celeridad procesal, estableció el requisito de la
utilidad de la reposición, que consiste en que la infracción cometida haya causado indefensión
a una de las partes y que el acto no haya cumplido su finalidad.
De conformidad con el artículo 208 del Código de Procedimiento Civil, el Juez (sic) Superior
(sic) debe declarar aun de oficio el quebrantamiento de las formas procesales cuando de la
revisión de las actas haya constatado un error en la actividad procesal del Tribunal (sic) a quo.
En consecuencia cuando la recurrida no corrigió el vicio de procedimiento y no ordenó la
reposición al estado que se evacuara la prueba de informes promovida y admitida en el
proceso y por el contrario dictó sentencia donde no analizó la apelación interpuesta por
nuestra representación contra el auto que negó la evacuación, vulneró el derecho a la prueba
que tienen nuestra representada, al impedir que los medios de pruebas promovidos fueran
incorporados al proceso, provocó la indefensión, pues nuestra representada tiene derecho a
una tutela judicial efectiva, la cual fue infringida al negársele la evacuación de la prueba de
informes.
Esa tutela judicial efectiva se cumple cuando a las partes se le permite promover y evacuar las
pruebas para demostrar sus alegatos, el hecho de la que (sic) recurrida no haya restablecido
la situación jurídica infringida al no declarar viciado de nulidad el auto del 24 de septiembre de
2013, la hace incurrir en el vicio de reposición no decretada, lo que constituye un
quebrantamiento de las formas sustanciales del proceso, lo cual vulneró el derecho de
defensa de nuestra representada.
Por último cabe destacar que la (sic) pruebas de informes es uno de los medios de pruebas
que se evacuan normalmente fuera del lapso de prueba, pues constituye una solicitud a un
organismo que su respuesta no es inmediata y en caso de no haber respuesta oportuna es
obligación del Juez (sic) ratificar dicha solicitud…”.
Para decidir, la Sala observa:
Alega el recurrente que el juez de alzada quebrantó las formas sustanciales del proceso, al
incurrir en el vicio de reposición no decretada, pues sostiene que el ad quem debió reponer la
causa al estado en que el a quo evacuara la prueba de informes promovida por la demandada
y admitida por el a quo, con lo cual -según el recurrente- se ratificarían los depósitos bancarios
promovidos con el objeto de demostrar el pago de las obligaciones contenidas en el contrato
de arrendamiento objeto de la pretensión.
Argumenta el recurrente que la recurrida no corrigió el vicio de procedimiento, ya que no
habría ordenado la reposición de la causa al estado en que se evacuara la prueba de
informes, la cual había sido admitida, sino que por el contrario dictó sentencia en la cual no
analizó la apelación interpuesta por la demandada contra el auto del a quo que negó la
evacuación de la prueba de informes, con lo cual habría vulnerado el derecho a la prueba de
la demanda, ya que impidió que el medio de prueba promovido fuera incorporado al proceso,
provocando la indefensión de la parte demandada al negarle la evacuación de la prueba de
informes.
Con respecto de las denuncias de quebrantamiento de formas sustanciales con menoscabo
del derecho a la defensa, particularmente al vicio de reposición no decretada comprendido en
tales denuncias, cabe mencionar que la Sala en forma reiterada, ha establecido que el juez
superior está obligado a reponer la causa para lograr la renovación de la actividad procesal no
ejecutada por el sentenciador de primera instancia, de conformidad con el artículo
208 del Código de Procedimiento Civil, o expresado de otra manera, el juez superior debe
declarar aun de oficio el quebrantamiento del referido artículo 208, cuando de la revisión de
las actas procesales haya constatado un error en la actividad procesal de la instancia inferior.
(Vid. sentencia de fecha 16 de enero de 2009, caso: A.I.L., contra sociedad mercantil Hospital
Privado San Juan C.A., Exp. Nro. 2008-000343).
Ahora bien, de las actas del expediente se evidencian los siguientes eventos procesales:
En fecha 2 de agosto de 2013, la representación judicial de la parte demandada consignó
escrito de promoción de pruebas en cuyo capítulo III promovió prueba de informes con la
finalidad de demostrar los siguiente hechos “…a.- Que los depósitos efectuados por parte de
nuestra (su) representada que corresponden a los cánones de arrendamientos de los meses
de junio 2012 al mes de mayo de 2013, que fueron consignados en original con este escrito,
son ciertos. b.- Que los montos depositados por parte de nuestra representada, por concepto
de cánones de arrendamientos fueron acreditados en la cuenta de la Arrendadora (sic)...”.
En fecha 5 de agosto de 2013, el tribunal de la causa admitió las pruebas y señaló:
“…Segundo: con respecto a la “Prueba de Informes”, observa que las mencionadas pruebas
no son ilegales o impertinentes, por lo tanto SE ADMITEN DICHAS PRUEBAS, salvo su
apreciación en la definitiva, y ordena librar oficio al BANCO DE VENEZUELA, a los fines de
que informe de los particulares referidos en el escrito de promoción de pruebas, que en copia
certificada deberán ser anexado a dicho oficio. Asimismo, se exhorta a la parte actora a
consignar copias del escrito de pruebas a fin de que sean remitidas junto con el oficio solicitud
de informe…”.
Mediante diligencia de fecha 13 de agosto de 2013, la parte demandada consignó copia del
escrito de solicitud de informes “…A los fines de librar las pruebas de informe promovidas por
nuestra representada y admitidas por este tribunal consigno copias simples del escrito de
pruebas, a los fines de que sea certificado por secretaría y sea acompañado al oficio…”.
En fecha 24 de septiembre de 2013, el a quo negó la evacuación de la prueba de informes, al
respecto expresó lo siguiente “…Vista la diligencia presentada por el ciudadano R.G.G. (…)
actuando en su carácter de apoderado judicial de la parte demandada sociedad mercantil
INDUSTRIAS FILTROS LABORATORIOS INFIL, C.A., mediante la cual consigna copias
simples, a los fines de la evacuación de la Prueba (sic) de Informes (sic), en consecuencia,
este Juzgado (sic) niega lo solicitado por cuanto el lapso de evacuación de pruebas venció en
fecha 13/08/13, y visto que la parte interesada no solicitó prorroga (sic) para la evacuación de
las pruebas mal podría este tribunal evacuar la prueba de informes admitida anteriormente…”.
Mediante diligencia de fecha 30 de septiembre de 2013, la parte demandada apeló el auto
anterior.
Por auto de fecha 9 de octubre de 2013, el a quo oye la apelación de la parte demandada en
un solo efecto y ordena remitir a la Unidad de Recepción y Distribución de Documentos las
copias de las actas conducentes que indique la parte.
Narrados como han sido los eventos procesales en torno al medio de prueba promovido, la
Sala considera oportuno señalar los razonamientos emitidos en la sentencia recurrida sobre
este punto, los cuales son del tenor siguiente:
…PRUEBAS DE LA PARTE DEMANDADA:

(…Omissis…)

5) Original de doce (12) Comprobantes (sic) de Transacción (sic), de fechas 5 de Junio (sic), 4 de Julio
(sic), 3 de Agosto (sic), 5 de Septiembre (sic), 2 de Octubre (sic), 5 de Noviembre (sic), 6 de Diciembre
(sic) de 2012, 9 de Enero (sic), 1 de Febrero (sic), 4 de Marzo (sic), 1 de Abril (sic) y 24 de Abril (sic)
de 2013, de los cuales se evidencia los depósitos efectuados en la cuenta corriente del Banco de
Venezuela Nº 0102-0169-120001012055, cuyo titular es VENEZOLANA DE FILTROS, C.A., por la
suma de TREINTA Y CINCO MIL NOVECIENTOS SESENTA Y SIETE BOLÍVARES CON NOVENTA Y
SEIS CENTÍMOS (sic) (Bs. 35.967,96).

Estos instrumentos representan lo que en doctrina se denominan “tarjas”, tal como lo ha señalado la
Sala de Casación Civil del Tribunal Supremo de Justicia, en sentencia Nº 877 de fecha 20 de Diciembre
(sic) de 2005, por lo que en aplicación del artículo 1.383 del Código Civil las mismas debieron ser
corroboradas con la prueba de informes, la cual a pesar de haber sido promovida no consta en autos
que haya sido evacuada, por lo que las mismas son desechadas del proceso y no se les otorga ningún
valor probatorio, y así se decide…”.

De la transcripción parcial de la sentencia recurrida, se evidencia que el ad quem desechó los depósitos
bancarios y no les otorgó ningún valor probatorio, con base en que no consta en autos que la prueba de
informes -a través del cual se debía corroborar los depósitos bancarios- haya sido evacuada.
Ahora bien, observa la Sala que el a quo negó la evacuación de la prueba de informes con base en que
el lapso de evacuación de pruebas habría vencido en fecha 13 de agosto de 2013 y la parte demandada
no habría solicitado la prórroga para la evacuación de la misma.

Al respecto, la Sala ha podido evidenciar que la prueba de informes fue admitida por el a quo mediante
auto de fecha 5 de agosto de 2013, en el cual se exhortó a la parte demandada a consignar las copias
del escrito de pruebas a fin de que las mismas fueren remitidas junto con el oficio de solicitud de
informe, las cuales fueron consignadas por la parte demandada en fecha 13 de agosto de 2013, en cuya
fecha señala la recurrida que vencía el lapso de evacuación de pruebas.

Ahora bien, respecto a los lapsos para la evacuación de algunas pruebas, la Sala Constitucional del
Tribunal Supremo de Justicia en sentencia de fecha 8 de marzo de 2005, caso: Banco Industrial,
expediente N° 03-2005, estableció lo siguiente:

…Hasta el Código de Procedimiento Civil de 1897, el término probatorio no se encontraba segmentado


como en el actual, para que, dentro de cada segmento, llevaran a cabo las partes y el tribunal
actividades preclusivas, sino que dentro de él, conjuntamente, se promovían y evacuaban las pruebas.

Observa el tratadista A.B. (Comentarios al Código de Procedimiento Civil Venezolano, tomo III, p. 193,
Edit. Bibloamericana. Argentina-Venezuela) “…Antes de la reforma de 1897, la ley declaraba que el
lapso de pruebas era de treinta días, sin destinar especialmente a la promoción de éstas ninguna parte
de él, por lo cual, durante todos dichos días se las podía indistintamente promover y evacuar, …omissis
… y tanto para el Juez como para las partes se hacía embarazoso, y aún quedaba expuesto para éstas a
peligrosas alevosías, el derecho de promover nuevas probanzas hasta en el último de los treinta días del
término.”

Para esta Sala, conforme a los comentarios de Borjas, era claro que en los términos diseñados para que
conjuntamente se promovieran y evacuen pruebas, hasta los últimos días del lapso eran hábiles para
ofrecer medios de pruebas, ya que ese era un derecho de las partes. Reminiscencias en el
vigente Código de Procedimiento Civil de este tipo de término único para promover y recibir pruebas es
la articulación probatoria del artículo 607, norma que establece una articulación por ocho días sin
término de distancia, lo que significa -ya que el Código de Procedimiento Civil no distingue- que dentro
de la articulación se promoverán y evacuarán pruebas, ya que necesariamente el lapso probatorio es
para ello.

Al no limitar el artículo 607 en comento los medios a promoverse, entiende la Sala que en un sistema de
libertad de medios, los ofrecibles son tanto medios nominados como innominados.

En consecuencia, testigos, experticias, inspecciones judiciales, documentos y otros medios no


prohibidos expresa o tácitamente para las incidencias, pueden proponerse en estas articulaciones; y no
señala el Código de Procedimiento Civil, que las pruebas deban evacuarse obligatoriamente dentro de
la articulación, y que si allí no se reciben, las que se insertaren luego resultaren extemporáneas. Si no
existe tal distinción en la ley, el intérprete tampoco debe distinguir.

Por lo tanto, a juicio de esta Sala, es posible que pruebas ofrecidas por las partes dentro de la
articulación sean recibidas fuera de ella, como incluso ocurre con probanzas no evacuadas en el
término de evacuación del juicio ordinario.

Para la Sala, sería contrario al derecho de defensa de las partes, cercenarles tal derecho, concretado en
el ofrecimiento de pruebas, creándoles la carga de promoverlas en los primeros días de la articulación
de ocho días (de despacho), cuando la ley no distingue oportunidad dentro del término para
promoverlas, ni ordena tal proceder. Luego, todos los días, hasta el último de la articulación, son
oportunos y temporáneos para ofrecer pruebas. Lo que sucede es que hay pruebas que pueden
evacuarse sin lapso probatorio alguno para ello, ya que se reciben en un día prefijado,
independientemente del lapso, mientras hay otras que requieren de un término destinado a la recepción
de pruebas para que puedan ser incorporadas al proceso. Ello, debido a que con algunos medios
pueden surgir diversas actividades concatenadas a su práctica, y por aplicación del principio de
concentración de la prueba, el legislador ha querido que ellas se lleven adelante dentro de un lapso
probatorio específico.

Ahora bien, a juicio de la Sala, para que las probanzas promovidas puedan evacuarse dentro o fuera de
la articulación es necesario ponderar varias situaciones.

No prevé el artículo 607 que las partes puedan oponerse a las pruebas de su contraparte, pero siendo la
oposición una emanación del derecho de defensa, ella es posible, y el juez tendría que decidirla, a fin de
que la prueba pueda recibirse, si declara sin lugar la oposición y admite el medio.

Si el juez no decide la oposición, conforme al artículo 399 del Código de Procedimiento Civil, la prueba
no podrá evacuarse, y en articulaciones de tan corto lapso, la recepción del medio necesariamente
tendría que ser fuera del término probatorio del artículo 607. No aceptar tal situación sería dejar
indefensa a la parte, infringiéndose así el artículo 49 constitucional. Si una de las partes promoviere
testigos con citación previa a la declaración, podría ocurrir que el alguacil citara a los testigos para
que declararan al octavo día, y sería injusto que el promovente no pueda examinar a sus testigos, que
comienzan a declarar ese día, porque se agota la audiencia, y aún no ha podido formular todas las
preguntas, por lo que necesariamente la declaración de los testigos debería prorrogarse fuera del lapso.

Si se promoviere una experticia, en los primeros días del término, y las partes no se pusieran de
acuerdo un solo experto, al segundo día de admitida la prueba, tendría lugar el acto de nombramiento
de expertos, su juramentación será el tercer día siguiente al nombramiento (artículo 458 del Código de
Procedimiento Civil), la notificación del nombrado por el juez, tendrá lugar tres días después de su
notificación (artículo 459 del Código de Procedimiento Civil) y en este último supuesto, luego vendría
la reunión para establecer el tiempo de la pericia, lo que necesariamente conduce a que el peritaje no
pueda evacuarse dentro de las ocho audiencias ya que, por lo menos, cinco de ellas se han consumido
en los trámites señalados. De allí que el propio Código de Procedimiento Civil en la incidencia nacida
del desconocimiento de instrumentos privados (artículo 449) donde la prueba de experticia -cotejo- es
la de mayor peso (artículo 445), y cuyo término probatorio es de ocho días, señaló que éste puede
extenderse hasta quince días.

Estos ejemplos, a juicio de la Sala, demuestran que fuera de la articulación se pueden recibir pruebas,
independientemente de la oportunidad de su promoción, pero que tal recepción obedece a situaciones
especiales.

Es criterio de la Sala que con relación a la articulación probatoria del artículo 607, surge una situación
casuística de acuerdo a la esencia de los medios de prueba que propongan las partes; correspondiendo
al juez de oficio en algunos medios, señalar la evacuación de la prueba fuera de la articulación, dada la
dificultad innata al medio de evacuarla dentro de los ocho días de despacho, y ese es, por ejemplo, el
caso de la experticia.

También este es el caso de la inspección judicial, ya que el tribunal que la va a practicar, que es el de la
causa, tiene que ejecutarla cuando sus ocupaciones lo permitan, lo cual puede ser fuera de la
articulación probatoria, siempre que la provea dentro de ella.
Luego, en aras a garantizarle el derecho de defensa a las partes, a quienes el artículo 607 les ha
otorgado un término probatorio de ocho días para promover y evacuar, no puede cargarse a las partes
a que promuevan todas sus pruebas dentro de los primeros días, y tildárselas de negligentes o torpes, si
no lo hacen, sobre todo cuando hay medios de alta dificultad, debido a su naturaleza, para ser recibidos
en la articulación, por lo que la audiencia que se utilizare para ofrecerlos sería indiferente, siempre que
sea dentro del lapso.

A juicio de la Sala, resultaría un contrasentido que a las partes se les diere un término de ocho días
para promover pruebas, y que las promovidas, en ejercicio de su derecho, el último día no fueran
proveídas por el juez aduciendo que no puedan evacuarse dentro del lapso porque éste finalizó, cuando
ya se ha apuntado que hay medios que pueden evacuarse fuera del término probatorio.

Es de recordar que con respecto a las pruebas temporáneas del último día, el juez tiene tres días para
proveerlas, y esos días caen fuera de la articulación probatoria.

El quid del asunto, en criterio de esta Sala, radica en si el término para proveer o evacuar las admitidas
se prorroga de oficio, o si él sólo se prorroga a instancias de parte, aplicando el artículo
202 del Código de Procedimiento Civil. La Sala hace la salvedad de que los medios que por su esencia
o naturaleza pueden recibirse fuera del lapso de evacuación, necesariamente, como garantía del
derecho de defensa de quien lo propuso, se evacuarán fuera de la articulación en la oportunidad que
fije el tribunal, como ocurre con la inspección judicial, o con el tiempo que el tribunal señale a los
expertos.

Se trata de medios que por su esencia, y sin que exista prórroga del término probatorio, ya que éste,
como tal dejó de correr, se pueden evacuar fuera de dicho término, como ocurre con la experticia o
inspección judicial, u otras pruebas cuya naturaleza sea semejante, y que debido a esa característica
pueden proponerse hasta el último día de la articulación. Pero con el resto de las probanzas, para las
cuales la ley no previno, como lo hizo en la experticia (artículos 460 y 461 del Código de Procedimiento
Civil) un término fijo que puede exceder del normal de evacuación, o que su práctica depende de
cuando la actuación judicial puede llevarse a cabo; la prueba debe ser evacuada dentro de un término
para ello, el cual no puede exceder del establecido en la ley, y con respecto a esos medios, de no poder
recibirse dentro del lapso, funciona a plenitud la institución de la prórroga de los términos, señalado
el artículo 202 del Código de Procedimiento Civil y que se funda en la existencia de una causa no
imputable a la parte que lo solicita, que hace necesaria la prórroga del lapso.

Es criterio de la Sala, que desde este ángulo, hay medios que de ser promovidos en el último día de la
articulación, el promovente debe pedir se prorrogue el término para que el tribunal los provea y se
evacuen dentro del lapso de evacuación, que así se alarga. El juez examinará si acuerda o no acuerda
la prórroga, juzgando si ella atiende realmente a una causa no imputable a quien la pide. Es en casos
como éste, donde el juez puede examinar la negligencia en estos ofrecimientos tardíos de la prueba, y
negar la prórroga, por lo que la articulación no se extenderá por ocho audiencias más para que se
reciban las pruebas.

Resalta la Sala que se trata de una situación casuística, que depende de cada medio y de la necesidad,
por su naturaleza, que se evacuen dentro del término de evacuación. Aquellos como la experticia, la
inspección judicial, la exhibición de documentos o los informes (artículo 433 del Código de
Procedimiento Civil), por ejemplo, que se reciben en una fecha, la cual puede señalarse fuera del
término probatorio, podrán recibirse fuera de éste, al igual que lo que sucede con las comisiones o las
rogatorias a evacuarse en cumplimiento de un término extraordinario de pruebas.

Con relación a los otros medios simples, nominados o innominados (documentos privados, testigos, etc),
que deben recibirse dentro de un término de evacuación (así sea conjunto con el de promoción), la
posibilidad de insertarse al proceso fuera del término sólo es viable si éste se prorrogó o reabrió, y para
ello es necesario que exista petición de parte, ya que es ella quien debe alegar y justificar la causa no
imputable que le impide actuar dentro del término probatorio natural.

En el caso de autos, el juez ordenó la prórroga para que se evacuara, fuera de la articulación
probatoria, la experticia y la exhibición documental. Se trata de un medio, como la experticia, que por
su esencia puede recibirse fuera del término probatorio, como ya lo señaló este fallo, y en igual
situación se encuentra la exhibición documental.

El que el juez del fallo impugnado fundara la prórroga en la tutela del derecho de defensa del
demandado, obviando la verdadera razón de fondo que justifica la evacuación fuera de lapso y
decretando con respecto a esos medios una prórroga innecesaria, no significa que con ello lesionará
derecho constitucional alguno al Banco Industrial de Venezuela, C.A., y así se declara.

Ambos medios, pericia y documental, no requerían de la prórroga para ser evacuadas fuera de lapso,
pero el que el juez la acordara en nada perjudicaba a los accionantes en amparo, ni al debido proceso,
ya que no surgió ninguna lesión al derecho de defensa de los hoy accionantes.

De tratarse de unas posiciones juradas, ellas resultan inadmisibles y la prórroga ordenada no consolida
tal situación. Si se trataba de confesiones contenidas en documentos públicos, ella podría ser recibida
fuera de la articulación, antes del fallo, por lo que la prórroga, aunque innecesaria, no perjudicaba a
los hoy accionantes.

Por todos estos motivos, la Sala considera que el fallo impugnado no lesionaba a los accionantes, y así
se declara…

. (Negrillas y subrayado de la Sala).


Conforme con el criterio de la Sala Constitucional supra transcrito, existen medios de prueba
que por su naturaleza y tramitación, requieren mayor tiempo para poder evacuarlos que el
lapso establecido en dichas articulaciones; como son, las inspecciones judiciales, las
experticias, la exhibición de documentos o los informes (artículo 433 del Código de
Procedimiento Civil), y otros medios no prohibidos expresamente por la ley; por lo que una vez
promovidos dentro de la articulación, es posible que sean recibidos fuera de ella, como incluso
ocurre con probanzas no evacuadas en el término de evacuación del juicio ordinario.
Pues sería contrario al derecho de defensa de las partes, cercenarles tal derecho, concretado
en el ofrecimiento de pruebas, creándoles la carga de promoverlas en los primeros días de la
articulación de ocho días (de despacho), cuando la ley no distingue oportunidad dentro del
término para promoverlas, ni ordena tal proceder.
Por tanto, resultaría un contrasentido que a las partes se les diere un término para promover
pruebas, y que las promovidas, en ejercicio de su derecho, el último día no fueran proveídas
por el juez aduciendo que no puedan evacuarse dentro del lapso porque este finalizó, cuando
hay medios que pueden evacuarse fuera del término probatorio.
Igualmente, señala el criterio en comentarios que respecto a las pruebas temporáneas del
último día, el juez tiene tres días para proveerlas, y esos días caen fuera de la articulación
probatoria.
Asimismo, la Sala Constitucional hace la salvedad que los medios de prueba que por su
esencia o naturaleza pueden recibirse fuera del lapso de evacuación, necesariamente, como
garantía del derecho de defensa de quien lo propuso, se evacuarán fuera de la articulación en
la oportunidad que fije el tribunal.
Pues, conforme con el referido criterio “…se trata de medios que por su esencia, y sin que
exista prórroga del término probatorio, ya que éste, como tal dejó de correr, se pueden
evacuar fuera de dicho término, como ocurre con la experticia o inspección judicial, u otras
pruebas cuya naturaleza sea semejante, y que debido a esa característica pueden proponerse
hasta el último día de la articulación...”.
Ahora bien, esta Sala de Casación Civil, en sentencia N° 774, del 10 de octubre de 2006,
caso: C.S.R.G., contra L.Á.R.G. y otra, acogiendo el criterio jurisprudencial de la Sala
Constitucional antes transcrito, señaló lo siguiente:
…Esta Sala de Casación Civil estima que existen medios de prueba que dada su naturaleza no permiten
su evacuación dentro del lapso establecido para ello. Por esa razón, esta Sala cree oportuno señalar
que en los casos en los que la evacuación de la prueba se extienda más allá del lapso que establece la
ley, esta debe ser igualmente apreciada en conformidad con principios y normas constitucionales que
rigen el proceso. En efecto, las pruebas de experticias, inspecciones judiciales, las declaraciones de
testigos, la reproducción judicial, la exhibición de documentos, entre otros, generalmente su evacuación
sobrepasa el lapso concedido para ello, pero en aras de una justicia efectiva éstas deben ser
incorporadas en el proceso, y el juez deberá apreciarlas como pruebas regularmente promovidas y
evacuadas, pues la brevedad de los lapsos no es una razón contundente para que el juez desestime la
prueba, y con ello lesione el derecho a la defensa, que tienen las partes de demostrar sus alegatos.

Por tanto, este Alto Tribunal considera que si el legislador no prohibió de manera expresa que la
prueba tiene que evacuarse obligatoriamente dentro de la articulación, y que si allí no se reciben, las
que se insertaren luego resultaren extemporáneas; es porque si no existe tal distinción en la ley, el
intérprete tampoco debe distinguirla.

En este sentido, la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia en sentencia de fecha 8 de
marzo de 2005, caso: Banco Industrial, expediente N° 03-2005, estableció:

(…Omissis…)

Esta Sala de Casación Civil acoge los anteriores criterios, y establece que al no señalar el Código de
Procedimiento Civil que estos medios de pruebas deban evacuarse obligatoriamente dentro de la
articulación, debe interpretarse que la tramitación de la experticia e inspección judicial, entre otros
medios de prueba, que deban ser evacuadas en una incidencia, podrán sustanciarse en un plazo mayor,
en cuyo caso corresponderá al sentenciador fijarlo atendiendo la naturaleza y necesidad de la prueba,
tal como fue establecido por la Sala Constitucional de este Supremo Tribunal; sin embargo, dicho lapso
en ningún caso podrá exceder el de evacuación ordinario establecido en la ley. Además, bajo estas
circunstancias, la parte debe haber promovido el medio probatorio en el lapso de la incidencia.

En consecuencia, la Sala modifica el criterio sostenido en la decisión del 8 de noviembre de 2001, caso:
Bluefield Corporation C.A., c/ Inversiones Veneblue c.a., expediente N° 596 y las que se opongan al
establecido en esta decisión, y en lo sucesivo deberá considerarse que la tramitación de esos medios de
prueba podrá efectuarse en un plazo mayor, siempre que el medio probatorio halla (sic) sido promovido
en el lapso de la incidencia. Por tanto, los jueces de instancia están obligados a ponderar cada
situación para fijar el plazo que para la evacuación de la prueba, aun cuando la misma haya sido
promovida en el último día de la articulación probatoria, ya que la posibilidad de promover pruebas en
el juicio, incluso incidentalmente, es una manifestación del derecho de defensa…

. (Resaltado de la Sala).
Como se evidencia de los criterios jurisprudenciales supra transcritos, esta M.J. ha autorizado
a los jueces para ampliar el lapso de evacuación con respecto a las inspecciones judiciales,
las experticias, la exhibición de documentos o los informes (artículo 433 del Código de
Procedimiento Civil), y otras que por sus especiales características necesitan en algunos
casos un período mayor para su evacuación.
Ahora bien, estima la Sala necesario señalar que el presente juicio se tramitó por el
procedimiento breve, en el cual está previsto que el lapso probatorio será de 10 días, al
respecto establece el artículo 889 del Código de Procedimiento Civil, lo siguiente:
…Contestada la demanda, o la reconvención, si ésta hubiere sido propuesta, la causa se entenderá
abierta a pruebas por diez días, sin término de distancia, a menos que ambas partes soliciten al Juez
que decida el asunto con los solos elementos de autos…

. (Resaltado de la Sala).
La referida norma establece un lapso probatorio de diez días, sin término de distancia, lo que
significa que dentro de ese lapso se promoverán y evacuarán las pruebas.
Ahora bien, observa la Sala que en el presente caso el a quo negó la evacuación de la prueba
de informes con base en que la parte demandada y promovente de la prueba, no habría
solicitado la prórroga para la evacuación de la misma, por cuanto el lapso de evacuación de
pruebas habría vencido en fecha 13/08/13, es decir, en el último día de los diez que prevé
el artículo 889 del Código de Procedimiento Civil, para que las partes promuevan y evacuen
las probanzas que crean conducente a la demostración de sus pretensiones.
A juicio de la Sala, tal pronunciamiento demuestra un excesivo apego al formalismo, pues, si
bien es cierto que el proceso civil está regido por el principio de preclusividad de los actos
procesales, no puede obviarse el hecho de que la parte promovente desplegó una conducta
ajustada a derecho en cuanto a la promoción de la prueba de informes, ya que fue promovida
los primeros días del lapso probatorio y luego de su admisión consignó las copias dentro del
referido lapso, lo cual demuestra que fue diligente en promover la prueba y que la misma se
evacuara.
Por lo tanto, la demandada no estaba en la obligación de solicitar una prórroga -como lo
señala la recurrida- para que se evacuara la prueba de informes, pues tratándose de una de
las pruebas que requieren mayor tiempo para poder evacuarse, la misma podía recibirse fuera
del lapso de pruebas, ya que la prueba de informes habría sido promovida y consignada las
copias para su evacuación dentro del lapso probatorio previsto en el artículo 889 eiusdem,
pues como se ha dicho, ello incluso ocurre con las probanzas no evacuadas en el término de
evacuación del juicio ordinario, en el cual puedan recibirse las pruebas fuera de ese término.
Pues, resultaría un error que en el procedimiento breve se le otorgue a la parte un plazo de
diez días para promover y evacuar pruebas, y que las promovidas, en ejercicio de su derecho,
el último día no fueran proveídas por el juez aduciendo que no puedan evacuarse dentro del
lapso porque este finalizó, cuando existen alguna pruebas -por ejemplo la de informes- que
pueden evacuarse fuera del término probatorio.
Por tal razón, el hecho de que la parte demandada haya consignado las copias el último día
del lapso probatorio para que se oficiara al banco solicitando la información contenida en el
escrito de promoción pruebas, no constituye una justificación legal para que el a quo haya
negado la evacuación de la prueba de informes, con base en que la demandada no habría
solicitado una prórroga del lapso, pues conforme con el criterio de la Sala Constitucional “…las
pruebas temporáneas del último día, el juez tiene tres días para proveerlas, y esos días caen
fuera de la articulación probatoria…”.
Estima la Sala que el a quo debió hacer una interpretación favorable, no a la parte, sino en
beneficio del triunfo de la justicia y del hallazgo de la verdad, a lo que está obligado por
mandato constitucional y legal, en uso de su poder de dirección, pues, en el lapso probatorio
previsto en el artículo 889 el Código de Procedimiento Civil, corresponde al juez de oficio en
algunos medios, señalar la evacuación de la prueba fuera de la articulación, dada la dificultad
innata al medio de evacuarla dentro de los diez días, y ese es, por ejemplo, el caso de la
prueba de informes, ya que de lo contrario se atentaría notablemente contra el derecho de
defensa de la parte que actuó diligentemente dentro del lapso probatorio previsto en el artículo
889 eiusdem.
Por lo tanto, siendo la prueba de informes un medio que por su naturaleza puede recibirse
fuera del lapso de evacuación, como garantía del derecho de defensa de la parte que la
propone, la misma se podía evacuar fuera del lapso probatorio en la oportunidad que debía
fijar el tribunal y no negar la evacuación de la prueba por falta de solicitud de prórroga de la
parte demandada, pues debido a esa característica la referida prueba podía proponerse hasta
el último día de la articulación prevista en el artículo 889 eiusdem y el a quo estaba en la
obligación de proveer la misma fuera del lapso probatorio y fijar la oportunidad para su
evacuación en un término que no excediera del lapso de 10 días previsto en el artículo 889
eiusdem.
De allí que, esta Sala considere que en el caso sometido a estudio sí hubo indefensión, por
cuanto el sentenciador en lugar de negar la evacuación de la prueba de informes que ya había
sido admitida, ha debido proveer la misma y oficiar al Banco de Venezuela solicitando la
información requerida en el escrito de pruebas de la parte demandada y extender el lapso
para su evacuación, lo cual evidencia el error procesal del juez que viola el debido proceso y
menoscaba el derecho a la defensa de la parte demandada.
Por tales razones, la Sala considera que el ad quem violó el artículo 208 del Código de
Procedimiento Civil, al no reponer la causa y ordenar al a quo la evacuación de la prueba de
informes promovida por la parte demandada, máxime cuando el a quo dictó sentencia sin que
se hubiere decidido la apelación interpuesta por la parte demandada contra el auto que negó
la evacuación de la prueba de informes
Por estas razones, la Sala declara procedente la presente denuncia por quebrantamiento de
formas sustanciales de los actos que generaron el menoscabo del derecho a la defensa de la
demandada, en consecuencia, ordena la reposición de la causa al estado en que el Juzgado
Sexto de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de la Circunscripción Judicial
del Área Metropolitana de Caracas, oficie al Banco de Venezuela con la finalidad de evacuar
la prueba de informes oportunamente promovida por la parte demandada y fije el lapso para
su evacuación. Quedando anulada la sentencia de primera instancia y los actos subsecuentes,
de conformidad con lo estipulado en el artículo 208 del Código de Procedimiento Civil. Así se
establece.
Por haber encontrado esta Sala procedente una infracción de las descritas en el ordinal 1º del
artículo 313 del Código de Procedimiento Civil, se abstiene de conocer y decidir las restantes
denuncias contenidas en el escrito de formalización del recurso de casación, de conformidad
con lo establecido en el artículo 320 eiusdem. Así se declara.
DECISIÓN
Por las precedentes consideraciones, este Tribunal Supremo de Justicia de la República
Bolivariana de Venezuela, en Sala de Casación Civil, administrando justicia en nombre de la
República y por autoridad de la ley, declara: CON LUGAR el recurso de casación anunciado y
formalizado por la parte demandada, contra la sentencia dictada en fecha 8 de julio de 2015,
por el Juzgado Superior Noveno en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de la Circunscripción
Judicial del Área Metropolitana de Caracas. En consecuencia, se decreta la NULIDAD del fallo
recurrido y SE REPONE la causa al estado de que el tribunal a quo fije el lapso para que se
evacue la prueba de informes promovida por la demandada.
https://vlexvenezuela.com/vid/venezolana-filtros-c-industrias-642624245

Queda de esta manera CASADA la sentencia impugnada.


No ha lugar la condenatoria al pago de las costas procesales del recurso, dada la naturaleza
del dispositivo del presente fallo.
Publíquese, regístrese y remítase el expediente al juzgado superior antes mencionado, de
conformidad con lo previsto en el artículo 322 del Código de Procedimiento Civil.
Dada, firmada y sellada en la Sala de Despacho de la Sala de Casación Civil del Tribunal
Supremo de Justicia, en Caracas, a los trece (13) días del mes de junio de dos mil dieciséis.
Años: 206º de la Independencia y 157º de la Federación.
Con fundamento en el ordinal 2° del artículo 313 del Código de Procedimiento Civil, en
concordancia con el artículo 320 eiusdem, se denuncia “la infracción de los artículos 12, 506,
en relación al artículo 397 y 398 del Código de Procedimiento Civil”, por haber incurrido el juez
en el segundo caso de suposición falsa.
Por vía de argumentación se sostiene:
…Con fundamento en el ordinal 2° del artículo 313 en concordancia con el segundo supuesto
del artículo 320 del Código de Procedimiento Civil, se denuncia la infracción de los artículos 12, 506,
en relación al artículo 397 y 398 del Código de Procedimiento Civil, se denuncia falsa suposición al
valorar pruebas cuya exactitud resulta de actas.

Siendo esto un típico caso de prueba irregular, por cuanto, al momento de promover las pruebas, la
parte actora presenta un escrito de pruebas genérico, un conjunto de documentos agregados a un
expediente del cual tiene competencia un tribunal penal por un asunto que cursa por ante esa
jurisdicción. En el escrito de promoción de pruebas la parte actora hace como única promoción un
expediente penal asignado con el No. VP02-P-2006-010758, y señala que en dicho expediente se
encuentran señalados, tanto el delito como todas las pruebas acompañadas en cuya comisión del hecho
punible fue admitida por el co-demandado en autos.

El Juez Superior, al momento de dictar sentencia, da por demostrados hechos en base al análisis
individual del expediente, señalando un conjunto de medios probatorios, medios de pruebas cuya
inexactitud resulta de actas. Con el debido respeto, en caso de marras, se violó la norma contenida en
los artículos 397 y 398 del Código de Procedimiento Civil, por las razones siguientes:

En cuanto a la identificación del objeto de la prueba, es un requisito que se exige al proponente de la


prueba, de identificar los hechos –afirmaciones o negaciones- controvertidos que pretende demostrar
con las pruebas que promueve, ya que mediante el cumplimiento de este requisito, es que podrán las
partes convenir con alguno o algunos de los hechos que se tratan de probar, todo conforme a lo previsto
en el artículo 397 del Código de Procedimiento Civil y podrá el operador de justicia, en aplicación del
artículo 398 ejusdem, ordenar que se omita toda declaración o prueba sobre aquellos hechos en que
aparezca claramente convenidas las partes, todo ello a propósito de ser la única forma de garantizar el
cumplimiento de los deberes de lealtad y probidad procesal, evitando que se utilicen las pruebas para
demostrar hechos no verificados, articulados ni debatidos en el proceso, es decir; hechos diferentes a
los que se pretendían demostrar cuando se promovió la prueba.

Luego, las partes al momento de proponer sus pruebas, deben indicar en forma expresa cuál es el objeto
de las mismas, es decir, cuáles son los hechos que pretenden demostrar las pruebas propuestas, sin lo
cual, la prueba será inadmisible por haber sido irregularmente promovida o por defecto u omisión en su
promoción.

El apostillamiento de la prueba promovida, resulta una garantía para los administrados de saber qué
hechos pretenden demostrarse con las pruebas propuestas, lo cual les permite oponerse a las mismas
por ilegales, impertinentes, irrelevantes, inidóneas o inconducentes, lo que se traduce que la falta de
señalamiento del objeto de la prueba producirá indefensión a la parte no proponente, quien se verá
atado de manos al no poder oponerse a su admisión como consecuencia de la falta de apostillamiento,
pero igualmente, la identificación del objeto de la prueba permite al operador de justicia realizar una
mejor calificación, escogencia y filtro de la prueba promovida, pues mediante el cumplimiento de este
requisito es que podrá analizar los elementos de pertinencia, relevancia, conducencia, idoneidad y
legalidad, incluso de licitud del medio propuesto para su admisión.

El tribunal a quo (sic) hace la valoración de las pruebas promovidas por la actora en franca violación
de los artículos 12, 506 y de los artículos 397 y 389 del Código de Procedimiento Civil.

Del texto de la sentencia, se desprende que el Juez Superior valora y analiza un conjunto de pruebas
inexactas, al tomar como hecho concreto y positivo el hecho ilícito generador del daño, realizar (sic)
una falsa percepción de dichas pruebas y da por probado, sin el debido respaldo probatorio el señalar
en el folio ciento noventa (194) (sic) y cuatro al ciento noventa y ocho (198) lo siguiente:

…Omissis…

Se puede notar, siendo evidente desde luego, del error del análisis en base al conjunto de pruebas
inexactas, y darle valor en forma separada al escrito acusatorio como prueba de la comisión del hecho,
y a los medios de pruebas ofertados y descritos en el escrito acusatorio, como plena prueba, el Juez
Superior, cae en error de tal magnitud que tiene una incidencia en el dispositivo del fallo, pues lesiona
al recurrente, con el simple hecho de sentenciar en contra de mis representados, al igual que al
incrementar el monto a pagar, si no que agrega, atribuye, a mi representado además un nuevo delito
que ni siquiera se estaba debatiendo en la jurisdicción penal, como lo es el delito de hacerse justicia por
su propia mano, señalando dicho actuar y calificando de esa manera…

Denuncia el formalizante que en el lapso de promoción de pruebas, la parte actora promovió


de forma genérica la copia certificada de un expediente penal en el cual “se encuentran
señalados tanto el delito como todas las pruebas acompañadas y cuya comisión del hecho
punible fue admitida por los codemandados de autos”.
Aduce que la parte actora no indicó cuál era el objeto de dicha prueba, requisito este que
permite que las partes puedan convenir en alguno de los hechos que se pretendan probar,
pudiendo luego el juez ordenar que se omita toda prueba sobre aquellos hechos en que
aparezcan claramente convenidas las partes, de conformidad con los
artículos 397 y 398 del Código de Procedimiento Civil.
Asevera asimismo, que la falta de señalamiento del objeto de la prueba produce indefensión al
no promovente, lo que a su decir conlleva a que la prueba deba declararse inadmisible por
haber sido irregularmente promovida.
En tal sentido, enerva la actividad desplegada por el juez de la recurrida al valorar dichas
pruebas incurriendo de tal manera en el tercer caso de suposición falsa (aunque en el escrito
de formalización se indica segundo caso), consistente en haber dado por demostrado un
hecho cuya inexactitud resulta de actas del expediente mismo.
La Sala para decidir observa:
Se entiende por objeto de la prueba aquél hecho particular que se pretende demostrar a
través del medio probatorio propuesto.
En cuanto a la necesidad de su indicación, diversos han sido los criterios doctrinarios y
jurisprudenciales. Así, en torno a estos últimos, esta Sala de Casación Civil en sentencia N°
363 del 16 de noviembre de 2001, caso: Cedel Mercado de Capitales, C.A. c/ Microsoft
Corporation, se pronunció sobre la necesidad de que el escrito de promoción de pruebas
consignado por cada una de las partes, contenga de manera expresa la indicación del hecho
que se tiende a demostrar con cada medio de prueba promovido, lo anterior con la finalidad de
que la parte no promovente de la prueba pueda manifestar si conviene o no con los hechos
que su contrario trata de probar y para que el juez pueda fijar con precisión los hechos en que
estén de acuerdo las partes y ordenar que se omita toda declaración o prueba sobre ellos.
No obstante, el anterior criterio jurisprudencial fue abandonado mediante sentencia N° 606 del
12 de agosto de 2005, caso: Guayana M.S., C.A. y otra c/ Seguros La Metropolitana, S.A.,
mediante la cual dictaminó que “…la falta de indicación del objeto de la prueba no causa por sí
sola su nulidad, sino que en todo caso el juez debe determinar si ello impidió a la prueba
demostrar su pertinencia, por cuanto una vez admitida y adquirida la prueba por el proceso,
escapa de la esfera dispositiva de las partes y pertenece al juez para el hallazgo de la verdad
y la realización de la justicia, en cuyo cumplimiento el sentenciador debe evaluar si la prueba
no es capaz de permitir su conexión con los hechos controvertidos, pues si es evidente de su
propio contenido la pertinencia con los hechos discutidos, en definitiva resulta formalista y no
acorde con los postulados constitucionales y legales, declarar su ineficacia…”
Cónsono con el anterior criterio jurisprudencial, se encuentra fallo de la Sala Constitucional, en
el cual se estipuló “…que la sanción de inadmisión del medio probatorio como consecuencia
de no haberse señalado su objeto, luce excesivo, pues el juez puede, en la definitiva y a la
hora de examinar las pruebas aportadas, evaluar la utilidad, pertinencia y licitud de los medios
de convicción utilizados por las partes. El derecho de la contraparte a oponerse a los medios
probatorios propuestos no resulta lesionado (y afirmar lo contrario sería observar este conflicto
desde la perspectiva del oponente, es decir, unilateralmente), pues sus alegaciones en este
sentido también deben ser escuchadas y resueltas por el juez en la definitiva. En conclusión,
la exigencia de la cual se viene hablando, visto que no es esencial a los fines procesales, luce
injustificada e irrazonable, todo lo cual provoca que deba elaborarse una interpretación de la
norma más favorable al derecho a la defensa, contenido este derecho, como se afirmó
anteriormente, en el del debido proceso, expresión, a su vez, de la pretensión moral justificada
de tutela judicial efectiva…” (Vid. fallo N° 513 del 14 de abril de 2005, caso: J.H.P. y otro)
De lo anterior se colige que aun ante la omisión en la indicación del objeto de la prueba como
mecanismo para exteriorizar la pertinencia de la prueba a través del señalamiento del hecho
concreto que se pretende probar con la misma, el juez no encuentra obstáculo para deducir si
el medio ofrecido es ilegal o impertinente, ello aunado a su deber ineludible de favorecer la
prueba en virtud del principio favor probationes, a menos que éstas sean “manifiestamente
ilegales o impertinentes” –aplicando la extrema prudencia para tal calificación- (artículo
398 del Código de Procedimiento Civil) y, en caso contrario, el juez podrá pronunciarse sobre
tales aspectos una vez producida la prueba en juicio, en el examen que de ellas haga en la
sentencia definitiva. (Al efecto ver fallo N° 217 del 7 de mayo de 2013, caso: Especialidades
Médicas de Occidente, C.A. (ESMEDOCA) c/ Dieselwagen C.A. y otros)
En relación con las partes, el artículo 397 del Código de Procedimiento Civil, no exige al
promovente de la prueba indicar cuáles hechos pretende probar con la misma, sino que
faculta a las partes para convenir en alguno o algunos de los hechos que trata de probar la
contraparte, a fin de que el juez pueda fijar con precisión los hechos en que estén de acuerdo,
los cuales no serán objeto de prueba, así como también permite a las partes oponerse a la
admisión de las pruebas de la contraparte que aparezcan manifiestamente ilegales o
impertinentes.
La señalada norma es del tenor siguiente:
Artículo 397.- Dentro de los tres días siguientes al término de la promoción, cada parte deberá expresar
si conviene en alguno o algunos de los hechos que trata de probar la contraparte, determinándolos con
claridad, a fin de que el Juez pueda fijar con precisión los hechos en que estén de acuerdo, los cuales no
serán objeto de prueba. Si alguna de las partes no llenare dicha formalidad en el término fijado, se
considerarán contradichos los hechos.
Pueden también las partes, dentro del lapso mencionado, oponerse a la admisión de las pruebas de la
contraparte que aparezcan manifiestamente ilegales o impertinentes.

De la norma anterior se colige que el no promovente de una prueba cuenta con tres
alternativas ante la prueba promovida por su adversario: 1) conviene en los hechos que ésta
pretende demostrar, en cuyo caso los mismos estarán exentos de prueba, 2) nada dice al
respecto, supuesto en el cual los hechos se entenderán contradichos, y 3) podrá también la
parte ejercer oposición a la admisión de la prueba cuando ésta aparezca manifiestamente
ilegal o impertinente.
De manera pues que el derecho a la defensa de la parte no promovente de una prueba no
resulta menoscabado ante la falta de indicación del objeto de la prueba, puesto que si de la
misma no se desprende su pertinencia, la parte podrá ejercer el respectivo mecanismo de
oposición, correspondiendo a todo evento al juez determinar o calificar la pertinencia o
impertinencia del medio probatorio considerando para ello los hechos alegados en la demanda
o contestación, según corresponda, y su confrontación con el medio probatorio ofrecido, sin
que la falta de señalamiento del objeto de la prueba conduzca a la inadmisibilidad de la
misma.
Precisado lo anterior, y en vista de que la parte recurrente en casación no ejerció oposición al
medio probatorio promovido por la actora, esta Sala concluye que el juez de la recurrida no
infringió los artículos 12, 397, 398 y 506 del Código de Procedimiento Civil, ni les cercenó su
derecho a la defensa al admitir dicha prueba, así como mal puede catalogarse dicha actividad
en el tercer caso de suposición falsa por lo que se explana a continuación:
El vicio de suposición falsa consiste en el error de percepción cometido por el juez de
instancia en torno al material probatorio traído a juicio, bien porque le atribuyó a instrumentos
o actas del expediente menciones que no contiene (primer supuesto), porque dio por
demostrado un hecho con pruebas que no aparecen en autos (caso del segundo supuesto), o
porque dio por demostrado un hecho con pruebas cuya inexactitud resulta de actas e
instrumentos del expediente mismo (tercer supuesto).
El tercer caso de suposición falsa implica un error de percepción a través del cual el
sentenciador afirma un hecho que resulta desvirtuado con otras pruebas cursantes a los autos
del expediente o incluso cuando la afirmación falsa se refiere a una parte del documento en
relación con otra parte del mismo.
En el presente caso, el formalizante no indicó cuál es el hecho positivo y concreto establecido
falsamente por el juez, tampoco señaló cuáles son las actas o instrumentos del expediente
que desvirtúan el hecho falso establecido por el juzgador a través de la valoración del medio
probatorio promovido por la actora, sino simplemente se limitó a denunciar la supuesta
inadmisibilidad de dicha prueba por carecer del señalamiento expreso sobre su objeto, lo que
constituye a todas luces una denuncia distinta a la casación sobre los hechos; por tanto, se
declara improcedente su delación.
Por las anteriores consideraciones esta Sala determina la improcedencia de la denuncia de
autos, al no haber incurrido el juez de alzada en el tercer caso de suposición falsa ni haber
infringido los artículos 12, 397, 398 y 506 del Código de Procedimiento Civil. Así se establece.
-II-
Con fundamento en el ordinal 2° del artículo 313 del Código de Procedimiento Civil, se
denuncia la infracción de los artículos 7, 395 y 507 del Código de Procedimiento Civil, por falta
de aplicación.
Por vía de argumentación se sostiene:
…De conformidad con el ordinal 2° del artículo 313 del Código de Procedimiento Civil, formalmente
denuncio la infracción del artículo 507 del Código de Procedimiento Civil, por falta de aplicación de
los artículos 7 y 395 ed judem (sic).

Dicha denuncia se formula en base al siguiente análisis:

Cuando el Juez Superior hace la respectiva valoración de las pruebas impugnadas por la parte
demandada, específicamente la referida a las ocho (08) fotografías consignadas con el Libelo de la
Demanda lo hace bajo el siguiente análisis:

…Omissis…

La jurisprudencia patria, ha dejado sentado que el promovente de un medio de prueba libre, tiene la
carga de proporcionar al juez, durante el lapso de promoción de pruebas, los medios probatorios
capaces de demostrar la credibilidad e identidad de la prueba, lo cual podrá hacer a través de
cualquier medio probatorio.

Asimismo, el juez en la oportunidad de pronunciarse sobre la admisibilidad de dicha prueba, debe, de


conformidad con lo previsto en los artículos 7 y 395 del Código de Procedimiento Civil, establecer la
manera en que ésta debe sustanciarse; en caso de que el medio de prueba libre sea impugnado, debe
implementar en la tramitación, la oportunidad y forma en que deba revisarse la credibilidad e
idoneidad de la prueba, pues sólo cumpliendo con esa formalidad por delegación expresa del legislador
cumple el proceso su finalidad, que es un instrumento para alcanzar la justicia según dispone el artículo
257 de nuestra Carta Magna.

La Sala de Casación Civil, en un caso similar en el cual la demandante promovió un video de VHS
como prueba libre, estableció lo siguiente:

…Omissis…

En el caso que nos ocupa, el Juez Superior infringió la norma procesal, incurrió en consecuencia, en la
infracción de la Ley, denuncia esta, señalada o fundamentada en el ordinal 2° del
artículo 313 del Código de Procedimiento Civil, al dejar a un lado la norma aplicable, o lo que igual se
denomina falta de aplicación, en este caso específicamente el artículo 7 y 395 del Código de
Procedimiento Civil, por lo que se considera que se hace procedente la presente denuncia.

Es decir ciudadanos Magistrados, se obvió por completo la aplicación de la norma vigente para el caso,
se obvió la aplicación de la norma específica, en ese caso, el artículo 7 y 397 (sic) del Código de
Procedimiento Civil, normas de orden público que regulan la prueba libre; prueba esta que fue
valorada por el Juez Superior quien le atribuyó el valor probatorio que no tiene y motivó parte del fallo
fundamentado en este aspecto y donde se incrementó el monto a indemnizar en forma exagerada…

Denuncia el formalizante la infracción por parte del juez de alzada de los


artículos 7 y 395 del Código de Procedimiento Civil, al haberle otorgado valor probatorio a
ocho (8) fotografías consignadas con el libelo de la demanda, siendo ésta una prueba libre
cuya credibilidad e identidad ha debido ser demostrada por la actora-promovente.
Asevera que dicha prueba libre fue impugnada por la parte demandada, razón por la cual el
juez de la recurrida debió implementar en su tramitación, la oportunidad y forma en que debía
revisarse la credibilidad e idoneidad del instrumento probatorio, a los fines de permitir la
contradicción del no promovente.
Para decidir la Sala observa:
Son dos los aspectos que parecieran desprenderse de la denuncia planteada por el
formalizante en su escrito; el primero, su disconformidad con el trámite utilizado para la
sustanciación de la prueba libre; el segundo, su discrepancia con el valor probatorio otorgado
por el juzgador.
En ambos casos estamos en el terreno de una denuncia de casación sobre los hechos, por
error de derecho al juzgar los hechos, denuncias éstas que necesariamente deben ampararse
en el ordinal 2° del artículo 313 del Código de Procedimiento Civil, en concordancia con el
artículo 320 eiusdem, de manera que pueda la Sala descender a las actas del expediente y
verificar lo delatado.
La diferencia entre ambas pretensiones radica en el hecho de que si lo reclamado por el
formalizante era el error en la tramitación de la prueba libre, ha debido plantear una denuncia
por violación de regla legal expresa en el establecimiento de la prueba, la cual se verifica
cuando el juez infringe las normas que regulan las condiciones de modo, tiempo y lugar que
deben ser cumplidas para incorporar la prueba en el expediente, es decir, aquellas que
regulan la promoción y evacuación de la prueba.
Mientras que, si lo reclamado por el formalizante es la valoración otorgada por el juez a dicho
medio probatorio al señalar que “…le atribuyó el valor probatorio que no tiene y motivó parte
del fallo fundamentado en este aspecto y donde se incrementó el monto a indemnizar en
forma exagerada…”, ha debido formular entonces una denuncia por violación de regla legal
expresa para la valoración de la prueba, que se produce cuando el juez infringe normas que
tasan o establecen el grado de eficacia que la prueba produce, o bien indican al juez qué debe
hacer o cómo debe proceder para valorar la prueba.
Igualmente, para ambos casos, es necesario que el recurrente en casación indique de qué
manera la infracción que delata ha sido determinante de lo dispositivo en la sentencia, tal y
como lo exige la ley civil adjetiva.
Señalado lo anterior, esta Sala observa que el formalizante no cumplió con la técnica
requerida para exponer su delación, puesto que no enmarcó su denuncia en el artículo
320 del Código de Procedimiento Civil, ni advirtió de qué manera la aplicación de las normas
supuestamente desaplicadas podría modificar o alterar el dispositivo del fallo, lo que permite a
esta Sala desestimar la señalada acusación.
No obstante lo anterior, la Sala, en aras de otorgar una respuesta que satisfaga la pretensión
de quien acude a este máximo órgano jurisdiccional, extrema sus funciones y pasa a revisar lo
denunciando sobre la supuesta irregularidad en la tramitación de la prueba libre y su
valoración, haciendo caso omiso de las deficiencias advertidas en su denuncia; al efecto se
observa:
El juez de alzada sobre la prueba libre refirió lo siguiente:
…QUINTO

DE LAS CONSIDERACIONES PARA DECIDIR

…Omissis…

Una vez determinado lo anterior, resulta necesario analizar los medios probatorios aportados por la
partes en la presente causa, a los fines de inteligenciar la decisión a ser proferida en esta segunda
instancia:
Pruebas de la parte actora

Junto al escrito libelar consignó:

…Omissis…

§ Conjunto de ocho (08) impresiones fotográficas.

Respecto de dicho medio probatorio, observa este Juzgador que la recurrente accionante manifestó en
su escrito de informes la disconformidad que presentaba con respecto a la valoración efectuada por la
juez a-quo sobre dichas fotografías, quien las desechó expresando que la parte demandante no fue
diligente a los fines de probar la autenticidad de las fotografías acompañadas con la escritura libelar,
impidiendo el control de la prueba de la contraparte, considerando dicha parte que debía ser valorada
de acuerdo a lo establecido en el artículo 429 del Código de Procedimiento Civil.

Siendo así, debe este Jurisdicente Superior esclarecer lo concerniente a dicho medio probatorio. En
primer lugar, se encuentra errada la parte accionante cuando indica que las fotografías promovidas
debían ser valoradas de conformidad con el artículo mencionado con anterioridad, puesto que no se
tratan de copias o reproducciones fotográficas de un documento público o privado reconocido, por el
contrario, se trata de imágenes captadas en determinado tiempo, lugar y modo dirigidas a dejar
constancia de determinados hechos.

De modo pues, que estamos ante un medio de prueba libre, que consiste en una reproducción gráfica al
plasmar ciertas imágenes, que surge de la acción de una persona al operar una cámara o dispositivo de
video para tomar la foto (persona que bien puede tratarse de la parte o un tercero), por lo que, para
comprobar la veracidad de las fotografías, sería pertinente, además de establecer las condiciones de
lugar, fecha y hora de las mismas, nombre del fotógrafo, cámara utilizada, entre otras, muy
especialmente, se exige la consignación del negativo de las mismas (o memoria fotográfica de la
cámara digital utilizada de ser el caso), que constituiría el soporte original de estas reproducciones, o
en su defecto, que se infiera o quede evidenciado del resto de las probanzas la autenticidad de las
mismas, permitiendo la aplicación del principio de control de las pruebas.

En efecto, en el presente caso, no se promovió con las referidas fotografías los elementos referenciados
con anterioridad tendentes a demostrar su plena autenticidad, sin embargo, adminiculadas estas con las
actas contenidas en el expediente penal, específicamente la que corre inserta en el folio ciento veintiséis
(126) de la pieza principal N°. 1, referida a las pruebas recibidas por la Fiscalía Trigésima Quinta del
Ministerio Público en su investigación, observándose que se trata de una comunicación de fecha 29 de
abril de 2010, emanada de la T.S.U. N.G., adscrita al Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y
Criminalísticas, la cual practicó experticia de reconocimiento legal sobre dichas impresiones
fotográficas, apreciando este Juzgador que las descritas en dicha comunicación, son las mismas que
fueron presentadas por la accionante en la presente causa.

De este modo, se evidencia que dichas fotografías constituyen indicios tendentes a demostrar las
lesiones sufridas por la accionante, así como la ubicación en la que ocurrieron los hechos. Y ASÍ SE
ESTIMA…

En primer término debe precisar esta Sala que yerra el formalizante al indicar que la parte
demandada, a quien representa, impugnó el medio probatorio en referencia, puesto que de
actas del expediente no se evidencia impugnación alguna a dicho medio probatorio, por el
contrario, fue la propia parte actora quien a través de la apelación formulada a la sentencia de
primera instancia, insistió en que se le otorgara a dichas fotografías el valor probatorio que le
había negado el juez a quo.
Por su parte, observa esta Sala que el juez de la recurrida sentenció que las referidas
fotografías en efecto constituían un medio de prueba libre que requiere a su vez de la prueba
de su autenticidad por parte del promovente, no obstante, le otorga el valor probatorio de
indicio al adminicular dicha prueba con una experticia de reconocimiento legal practicada
sobre dichas impresiones fotográficas contenida en el expediente penal.
Ahora bien, en relación con la impugnación de las pruebas libres, el ex Magistrado J.E.
Cabrera puntualizó que para la evacuación de los medios de prueba libres, el juez queda
facultado para aplicar formas análogas de medios semejantes, o para crear formas si el medio
tiene una conexión lejana o carece de ella, con las pruebas tradicionales del Código Civil, sin
embargo, aduce que “El Juez no va ab initio –antes de la impugnación- a señalar formas
análogas o creadas por él para la contradicción, ya que tal proceder no tiene lógica si
tomamos en cuenta que ésta sólo procede a instancia de parte, por lo consiguiente, el
Magistrado –salvo muy particulares materias- debe esperar que surja la impugnación ante el
medio libre, para regularla según su criterio; y si tenemos en cuenta que es el auto de
admisión de pruebas el que debe contener las fórmulas judiciales para la evacuación, por una
necesidad del desarrollo ordenado del proceso, la impugnación de la prueba libre debe
interponerse antes del auto de admisión…”
En tal sentido concluye el citado que “…Aquellos medios libres que por cualquier causa, el no
promovente desee impugnarlos, debe atacarlos durante este lapso, de manera que el auto de
admisión contenga las formas de sustanciación e instrucción de la impugnación…” (Cabrera
Romero, J.E.. Contradicción y control de la prueba legal y libre. Tomo I. Caracas, 1997. pp.
414 y 415)
De lo anterior se infieren dos aspectos fundamentales: el primero, que debe necesariamente
mediar impugnación contra el medio de prueba libre para que el juez de la causa pueda en
consecuencia, durante el lapso de admisión, señalar las formas análogas o creadas por él
para que se produzca la contradicción; el segundo, que la no impugnación u objeción contra el
medio probatorio promovido por parte del no promovente, se entenderá como un
reconocimiento de la autenticidad y veracidad de su contenido.
Sobre la necesidad de impugnar la prueba libre, en especial, las fotografías, se pronunció la
Sala Político Administrativa en sentencia de vieja data, mediante la cual dictaminó:
…A los folios 9, 10 y 11 del expediente están insertas las fotografías del ciudadano actor, en las cuales
aparece claramente que carece de su brazo izquierdo desde el codo para abajo, de su pierna derecha
desde la rodilla hacia abajo, del pulgar de su mano derecha y de los dedos gordos y su inmediato
lateral del pie izquierdo. Estas reproducciones fotográficas fueron aportadas a los autos junto con el
libelo de la demanda, y conforme a lo dispuesto en el artículo 395 del Código de Procedimiento Civil,
pueden hacerse valer en juico como pruebas, ya que su uso no se encuentra expresamente prohibido por
la Ley. En consecuencia, dado que la veracidad de tales fotos no ha sido objetada en forma alguna por
la parte demandada, esta Sala les otorga pleno valor como prueba del estado del ciudadano N.C. para
el momento en que fue intentada la presente acción. Así se declara…

(Sentencia de la SPA, de fecha 24 de marzo de 1994, caso: N.C. c/ CADAFE) (Negrillas y


subrayado de esta Sala)
Cónsono con el anterior criterio jurisprudencial, se encuentra también la postura del autor
F.V.B., quien sobre el tema señaló:
Especial consideración nos merece el procedimiento por analogía o en último caso, de carácter
pretorial estatuido para la promoción y evacuación de pruebas no previstas en la Ley, pero no
prohibidas expresamente por ellas. En el primer caso, si se presenta en juicio, por ejemplo, una
fotografía, o una publicación (libro, revista o periódico, etc.), el Juez debe aplicar para dichos medios,
las reglas técnicas relativas a la promoción y evacuación de la prueba de instrumento privado, por ser
éstas las más afines o semejantes a ese tipo de elemento probatorio. De tal manera que este tipo de
probanza sólo podrá ofrecerse con el libelo de demanda o en el término de promoción de pruebas; el
silencio de la parte contraria las tendrá por reconocidas o fidedignas; y en caso de impugnación o
desconocimiento, el promovente deberá recurrir a la prueba pericial, a la inspección judicial o al
testimonio para comprobar su origen o fidelidad. Pero si se tratase, por ejemplo, de la promoción de
una película o cinta de video, el Juez, al igual que el antiguo Pretor romano, debe indicar las formas a
seguir para la evacuación, las cuales necesariamente deben asegurar la proyección o reproducción de
la película o video en presencia del Juez y de las partes, a fin de que la no promovente pueda ejercer su
derecho de fiscalización e impugnación de la prueba.

(Villasmil Briceño, Fernando. Teoría de la Prueba. 3° Edición Ampliada y Actualizada.


Maracaibo, 2006. p. 91) (Negrillas y subrayado de esta Sala)
Plasmados como han sido los anteriores criterios doctrinarios y jurisprudenciales, esta Sala
concluye en cuanto a la denuncia de autos, que el juez de la recurrida no infringió los
artículos 7, 395 y 507 del Código de Procedimiento Civil, en virtud de que la parte demandada
no promovente de la prueba libre consistente en ocho (8) reproducciones fotográficas, no
ejerció impugnación contra dicho medio de prueba, lo que se traduce en la aceptación o
reconocimiento de esa probanza.
Asimismo, aprecia esta Sala que tampoco lo denunciado es capaz de influir
determinantemente en el dispositivo del fallo, habida cuenta que el juez de alzada le otorgó a
las fotografías en cuestión el valor de indicio, sin que tal prueba por sí sola haya sido
suficiente para el establecimiento de los hechos por parte del juzgador, todo lo cual conlleva a
la Sala a declarar improcedente la presente denuncia al no haberse infringido los supuestos
especiales que regulan el establecimiento y valoración de la prueba libre.
-III-
Con fundamento en el ordinal 2° del artículo 313 del Código de Procedimiento Civil, se
denuncia lo siguiente:
…Con apoyo en el ordinal 2° del artículo 313 del Código de Procedimiento Civil, se denuncia la
INFRACCIÓN DE LA LEY POR ERRÓNEA INTERPRETACIÓN, lo que trajo como consecuencia
ERROR EN LA MOTIVACIÓN DE LA SENTENCIA.

Se denuncia errónea interpretación del artículo 520 del Código de Procedimiento Civil, lo que trajo
como consecuencia error en la motivación de la sentencia e infracción de la Ley.

Al formular esta denuncia, se deben precisar los conceptos de falsa aplicación, errónea interpretación y
falta de aplicación de una norma jurídica.

…Omissis…

En el caso sub iudice, la norma que la regula fue interpretada de una manera extensiva. A través de esta
denuncia, se señala la violación de la norma, específicamente lo indicado en el artículo 520 del Código
de Procedimiento Civil, concatenado con el (sic) artículo (sic) 388, 395 y 396 del Código de
Procedimiento Civil, por las razones siguientes:

Se puede leer al vuelto del folio ciento noventa (190), del texto de la sentencia objeto de este recurso, lo
siguiente:
…Omissis…

En efecto, el artículo 520 del Código de Procedimiento Civil establece:

…Omissis…

Yerra el sentenciador, al darle el carácter de documento público administrativo a esta acta de


nacimiento, darle valor, por cuanto, fue promovido fuera de los términos legales, por lo cual el
Sentenciador Superior violenta lo señalado en el artículo 520 del Código de Procedimiento Civil, ya que
la oportunidad para ser promovido como prueba el Acta de Nacimiento, es en la promoción de pruebas,
y no como erróneamente lo interpreta el sentenciador.

Sobre ese particular, la Sala en sentencia de fecha 16 de mayo de 2003, caso: H.J.P.V. c/ R.G.R.B., dejó
sentado que los documentos públicos administrativos:

…Omissis…

De acuerdo con los precedentes transcritos, se debe concluir que los documentos públicos
administrativos son aquellos que emanan de funcionarios de la Administración Pública, en el ejercicio
de sus funciones y en las formas exigidas por la Ley.

En cuanto a la oportunidad en que los documentos públicos administrativos deben ser consignados a los
autos, la Sala en sentencia N° 209 de fecha 16 de mayo de 2003, caso: H.J.P.V., contra R.G.R.B. y la
sociedad mercantil Constructora Bassso, C.A., estableció lo siguiente:

…Omissis…

Es el caso, que cuando el juez Superior sentenciador, valora el documento presentado por la parte
demandante, valorándolo en forma absurda y negativa, el hecho del nacimiento de la hija de la
demandante, como un hecho generador agravante para aumentar el monto de la demanda, lo cual llevó
a la conclusión a la recurrida de considerar esta situación como un agravante y elevar de forma
desproporcionada de: TRESCIENTOS MIL BOLÍVARES (Bs. 300.000,oo) a TRES MILLONES
OCHOCIENTOS MIL BOLÍVARES (Bs.3.800.000,oo) el monto a indemnizar por daño moral. Está claro
que la referida partida de nacimiento fue tomada en consideración por el superior al momento de
sentenciar, acta de nacimiento la cual riela al folio doscientos sesenta y siete (267) del expediente,
donde se deja constancia que la hija nació mucho antes de introducida la demanda, dicho documento
debió promoverse como prueba tal y como lo señala el artículo 395 del Código de Procedimiento Civil,
para que fuera valorado tanto por el Juez de Primera Instancia como por el Juez Superior.

Es de tal significación este hecho, que el Juez de la recurrida lo tomó como un elemento fundamental
para elevar de manera desproporcionada el monto a indemnizar, este es un documento que debió
acompañarse en la oportunidad legal correspondiente de conformidad con el artículo 396 del Código de
Procedimiento Civil, y no en etapa de informe en segunda instancia.

A todas luces es evidente el error de interpretación de la norma al tomar en consideración este


documento presentado ilegalmente en los informes. En primer lugar por no tratarse de un documento
público, si no que fue considerado como documento público administrativo. Y en segundo lugar este
documento, no es de los documentos a que hace referencia el artículo 520 del Código de Procedimiento
Civil, de los que pueden ser presentados hasta informe en segunda instancia…
De forma enrevesada –pues mezcla denuncias por infracción de ley, como la errónea
interpretación, con denuncias de actividad, como la inmotivación-, denuncia el formalizante el
error en que incurrió el juez de alzada al otorgarle valor probatorio al acta de nacimiento
consignada por la actora en la fase de informes en segunda instancia, cuando a su decir tal
documento constituye un documento público administrativo cuya promoción debe efectuarse
durante el lapso de promoción de pruebas en primera instancia.
Asevera que la referida acta de nacimiento no es una de las pruebas admisibles en segunda
instancia a tenor de lo dispuesto en el artículo 520 del Código de Procedimiento Civil, en
consecuencia, delata la errónea interpretación de dicho artículo, concatenado con los artículos
388, 395 y 396 de la Ley Civil Adjetiva.
Para decidir la Sala observa:
Haciendo caso omiso de la inmotivación alegada, la cual constituye un motivo de casación de
forma por defectos de actividad de la sentencia, el cual no puede ser denunciado ni conocido
por esta Sala al amparo de una denuncia como la de autos, se procede a conocer la delación
por infracción de ley propuesta, de la siguiente manera:
El acta o partida de nacimiento de un ciudadano, constituye un documento público que emana
de un funcionario público autorizado por la Ley para dar fe pública de los actos relacionados
con el Registro Civil en los cuales interviene, y por lo tanto tiene carácter de auténtico. De ahí
que su valor es absoluto, erga omnes y por ello puede ser opuesto a todo el mundo.
El artículo 457 del Código Civil preceptúa que los actos del estado civil (entiéndase por ello los
nacimientos, matrimonios y defunciones), registrados con las formalidades exigidas en este
Título, tendrán el carácter de auténticos respecto de los hechos presenciados por la Autoridad
(…).
Por su parte, el artículo 1.357 de la citada ley sustantiva, señala: “Instrumento público o
auténtico es el que ha sido autorizado con las solemnidades legales por un Registrador, por
un Juez u otro funcionario o empleado público que tenga facultad para darle fe pública, en el
lugar donde el instrumento se haya autorizado”.
Sobre la naturaleza de dicho medio probatorio el juez de la recurrida manifestó lo siguiente:
…En esta segunda instancia consignó:

§ Copia certificada de acta de nacimiento No. 310, correspondiente a la niña nacida en fecha 14 de
julio de 2007, siendo sus progenitores los ciudadanos Y.T.S. y G.J.H..

En lo que respecta al anterior documento, este sentenciador observa que fue consignado junto al escrito
de informes presentado ante esta segunda instancia, y en ese sentido, a tenor de lo establecido en
el artículo 520 del Código de Procedimiento Civil existe la posibilidad de consignar hasta informes
documentos públicos, considerando este Juzgador que al tratarse de un documento público
administrativo cuya veracidad se presume, salvo prueba en contrario, resulta tempestiva su promoción,
por lo cual se tiene como fidedigno y se aprecia en todo su valor probatorio, desprendiéndose de éste la
fecha de nacimiento de la hija de la accionante, quien alegó en su libelo que para el momento en el que
se produjo el hecho ilícito se encontraba en estado de gestación, razón por la cual, al momento de
adminicular las probanzas en la parte motiva del presente fallo, se efectuará el pronunciamiento
correspondiente. Y ASÍ SE CONSIDERA…

De la anterior transcripción se evidencia que el juez ad quem incurrió en error al establecer


que la copia certificada del acta de nacimiento consignada por la actora constituye un
documento público administrativo, cuando lo cierto es que dicha partida constituye un
documento público, tal y como se refirió ut supra.
No obstante lo anterior, observa esta Sala que el error cometido por el juzgador de alzada no
es determinante en el dispositivo del fallo, puesto que, a diferencia de lo delatado por el
recurrente en casación, al ser la partida de nacimiento un documento público, su admisión en
alzada es válida a tenor de los dispuesto en el artículo 520 del Código de Procedimiento Civil,
que estipula:
Artículo 520.- En segunda instancia no se admitirán otras pruebas sino la de instrumentos públicos, la
de posiciones y el juramento decisorio.

Los primeros podrán producirse hasta los informes, si no fueren de los que deban acompañarse con la
demanda; las posiciones y el juramento podrán evacuarse hasta los informes, siempre que se solicite
dentro de los cinco días siguientes a la llegada de los autos al Tribunal.

Podrá el Tribunal dictar auto para mejor proveer, dentro de los límites expresados en el artículo 514.

(Subrayado de esta Sala)


En tal sentido, se concluye que el juez de la recurrida aun cuando calificó erróneamente el
mencionado medio probatorio, actuó acertadamente al valorar tal documental y considerarlo
para dictar su sentencia definitiva.
En consecuencia, al no haber incurrido el juez ad quem en el vicio delatado, esta Sala
desestima la denuncia por infracción del artículo 520 del Código de Procedimiento Civil, por
errónea interpretación, así como de los artículos 388, 395 y 396 eiusdem.
-IV-
Con fundamento en el ordinal 2° del artículo 313 del Código de Procedimiento Civil, se
denuncia lo siguiente:
…Denuncio la infracción por errónea interpretación del primer párrafo del artículo 1.195 del Código
Civil al amparo del ordinal 2° del artículo 313 del Código de Procedimiento Civil, del encabezamiento
del artículo 1.195 del Código Civil por falsa aplicación; y del único aparte del mismo artículo
1.195 del Código Civil.

Errónea interpretación es aquel vicio que se materializa en el fallo, cuando el sentenciador aun
eligiendo la norma correcta para la resolución de la controversia, yerra acerca del contenido y alcance
de la misma.

En el presente caso tal y como lo señala de (sic) accionante en su escrito libelar existen otras personas
involucradas en el supuesto hecho generador del daño, que no fueron individualizadas por lo que mal
puede aplicarle la solidaridad señalada en la referida sentencia, invocando erróneamente el artículo
1.195 del Código Civil, ya que nunca se determinó la responsabilidad extracontractual del hecho
generador del supuesto daño.

El Juez Superior, pudiera pensar, que si sabemos quiénes son los imputados del hecho ilícito, la
obligación de reparar se repartirá en partes iguales (manteniendo la solidaridad), pero la correcta
interpretación de este artículo se debe hacer partiendo de la premisa de que los términos imputabilidad
y responsabilidad no son sinónimos, aunque sí estén relacionados. Para ser responsable hay que ser
imputable, y responsable, es la persona que tiene capacidad para sufrir la consecuencia de los actos
que le son imputables. Por tanto será inexacto decir, que el legislador ha establecido una presunción de
imputabilidad, porque a lo que se refiere es al grado de la responsabilidad, y por lo expuesto no es
aplicable al caso estudiado.
En conclusión, no existe posibilidad de aplicar el artículo 1.195 del Código Civil por no cumplirse, en el
caso concreto estudiado, los extremos del artículo citado.

En efecto, establece el artículo 1.195 del Código Civil:

…Omissis…

En el presente caso, nunca se logró demostrar la responsabilidad de mis representados, ni en el juicio


que se lleva en la jurisdicción penal, ya que no hay sentencia que acredite y determine la
responsabilidad de mis representados, y mucho menos existe sentencia en la jurisdicción penal que se
encuentre definitivamente firme, y mucho menos en el juicio civil.

La misma actora en el escrito libelar de la demanda, expresa la participación de otras personas que no
están individualizadas en el proceso, y son señaladas en forma genérica, y esto es acogido por el
sentenciador, señalando únicamente a mis representados como los agresores, cuando esto, no está
comprobado en ningún concepto, errando en la interpretación de lo previsto en la norma civil,
obviando, la responsabilidad solidaria prevista en la norma y la forma o gravedad de la participación
entre los presuntos autores.

Dictaminando el fallo recurrido, aplicando erróneamente lo preceptuado en la norma en cuanto, a la


(sic) coobligados, y en cuanto, a la participación en entendido de la gravedad de la falta cometida por
cada uno de ellos, como prevé la norma.

El Tribunal Superior, no puede concluir, sin incurrir en el error que se denuncia, que existe la relación
de causalidad entre el hecho ilícito y el daño causado, quien, según el juez Superior, se encuentra
plenamente demostrado, en virtud de la conducta asumida por los demandados de causar con intención
las lesiones físicas a la integridad de la accionante tal y como lo señala en la sentencia que hoy se
recurre.

El Juez, aplica erróneamente la norma, El Juez, debió abstenerse de dictar sentencia, hasta tanto, no
existiera una sentencia definitivamente firme, en materia penal que cumpliera con dos aspectos:

1.- En primer lugar, que estableciera la responsabilidad penal de mis representados, en el supuesto
caso que en realidad la hubiera.

2.- En segundo lugar, a los fines de determinar la responsabilidad individual de las personas que
participaron el supuesto hecho ilícito generador del daño…

De forma sumamente confusa denuncia el formalizante la errónea interpretación del


encabezamiento del artículo 1.195 del Código Civil y la falsa aplicación del único aparte de
dicho artículo, al considerar que en el caso de autos existen otras personas involucradas en el
supuesto hecho generador del daño que no fueron individualizadas y por tanto no se les está
aplicando la solidaridad a que se refiere el artículo señalado.
Para decidir la Sala observa:
El artículo señalado como infringido estipula:
Artículo 1.195.- Si el hecho ilícito es imputable a varias personas, quedan obligadas solidariamente a
reparar el daño causado.
Quien ha pagado íntegramente la totalidad del daño, tiene acción contra cada uno de los coobligados
por una parte que fijará el Juez según la gravedad de la falta cometida por cada uno de ellos. Si es
imposible establecer el grado de responsabilidad de los coobligados, la repartición se hará por partes
iguales.

Sobre la responsabilidad de los demandados como sujetos imputables por el hecho ilícito, el
juez de la recurrida señaló lo siguiente:
“…Siguiendo en el mismo orden de ideas, y tomando base en el establecimiento de los
hechos antes determinados, se evidencia que ciertamente se causó un daño moral en la
accionante, que si bien no puede ser palpable, constituye una afección que deviene del daño
en su integridad física, la cual se realizó a través de acciones violentas en su contra.
Asimismo se presenta la necesidad de otro elemento como lo es la culpa, que atiende a que la
conducta efectuada por la persona que genera la obligación de reparar el daño, debe ser
culposa. La culpa es definida por DE PAGE como un error en el que incurre una persona
cuando tiene que comportarse de un determinado modo, de una manera prefijada, y no lo
hace, mientras que para SAVATIER es la inejecución de un deber que la persona debía
conocer y observar; observándose que legalmente se clasificaría la culpa en una actividad
negligente, imprudente o intencional.
A este respecto, considera este órgano jurisdiccional que la culpabilidad de los demandados
se desprende de su accionar, por cuanto actuaron de forma conjunta en contra de una mujer
(parte actora) y de un hombre que de actas se desprende que es hermano de los accionados
y que es tercero en la presente causa, que le generaron lesiones que demuestran un
ensañamiento en su contra, y además que su proceder fue interrumpido por la intervención de
funcionarios policiales, siendo detenidos los codemandados L.P.L. y R.A.P.L..
La relación de causalidad entre el hecho ilícito y el daño causado, se encuentra plenamente
demostrado de las consideraciones antes realizadas, en virtud de la conducta asumida por los
demandados de causar con intención las lesiones físicas en la integridad de la accionante,
aunado que en ningún momento la parte demandada procuró desvirtuar dichas afirmaciones,
ya que sus alegatos están referidos a que son propietarios de los inmuebles ocupados por la
accionante, y que los argumentos de ésta son sólo conjeturas sin fundamento alguno.
Visto lo anterior, evidencia esta Superioridad que se encuentra plenamente demostrado en
autos el incumplimiento ilícito de una conducta preexistente por parte de los demandados, al
dirigirse de forma premeditada a dichos locales e inmuebles, con el fin de reclamar o de hacer
justicia a través de su propia mano, el derecho que según manifiestan, tienen sobre los
referidos inmuebles, y en virtud de la negativa del administrador de entregar sus llaves, fue
golpeado, momento en el cual intervino la ciudadana Y.S., a quien insultaron y golpearon
causándole lesiones en su cuerpo, principalmente en su rostro, siendo víctima de un
ensañamiento provocado por la actitud violenta de los demandados, quienes le propinaron
golpes con puños, objetos contundentes y patadas.
…Omissis…
Por todo lo antes expuesto, considera este órgano jurisdiccional que existen suficientes
elementos que demuestran la PROCEDENCIA del daño moral solicitado por la parte
accionante, y en ese sentido, discrepa este Jurisdicente Superior de lo expuesto por el
juzgado a-quo, dadas las condiciones del hecho ilícito generador del daño, adicionado a que
se trata de varios demandados, tomando así en consideración que en la responsabilidad
extracontractual, si hay varios deudores, varios agentes del daño, todos responden
solidariamente de conformidad con lo dispuesto en el artículo 1.195 del Código Civil, esta
Superioridad considera pertinente modificar la indemnización condenada a pagar por los
demandados, y establecer la misma en la cantidad de TRES MILLONES OCHOCIENTOS MIL
BOLÍVARES (Bs.3.800.000,oo) en virtud de todos los argumentos expuestos previamente. Y
ASÍ SE ESTABLECE.
Ahora bien, según el petitorio de la demanda que dio inicio a este juicio, éste versa sobre una
reclamación de daños y perjuicios con fundamento en lo establecido en el artículo
1.185 del Código Civil, es decir, por cumplimiento de una responsabilidad civil extracontractual
por hecho ilícito, el cual fue individualizado en los ciudadanos L.E.P.L., R.A.P.L., R.A.P.L. y
D.E.P.B..
Sin embargo, no es sino hasta esta oportunidad, es decir, ante esta Sala de Casación Civil,
cuando la parte demandada alega la existencia de otras personas involucradas “en el
supuesto hecho generador del daño” a los fines de que su responsabilidad solidaria sea
establecida.
Al respecto, se observa que los demandados pretenden con esta denuncia incorporar un
hecho nuevo al juicio, mediante un alegato formulado por primera vez ante esta Sala, lo que
modificaría sustancialmente los extremos en que quedó fijada la litis (demanda y
contestación), creando una clara desventaja a la parte demandante, de acogerse dicho
criterio, al modificarse sustancialmente el thema decidendum, cuestión que no es permitida en
el proceso civil ordinario, al ser violatorio de las garantías constitucionales del derecho a la
defensa y del debido proceso, que generaría una clara desigualdad de las partes en el
proceso, infringiendo lo previsto en el artículo 49 de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela.
Sobre el particular, esta Sala en fallo N° 271 del 2 de mayo 2007, caso: A.d.N. y otra c/ José
Calzado Maza y otra, dispuso lo siguiente:
…En efecto, de conformidad con las normas que regulan las funciones de esta Sala en el conocimiento
del recurso de casación, resulta evidente la naturaleza de tribunal de derecho que le es atribuida, sin
que pueda constituirse en una tercera instancia, lo cual impide cualquier posibilidad de que ante ella se
aleguen por primera vez hechos, que han debido ser objeto de debate y prueba en las instancias del
proceso.

Un ejemplo de ello está contenido en el artículo 320 del Código de Procedimiento Civil, de conformidad
con el cual “En su sentencia del recurso de casación la Corte Suprema de Justicia, se pronunciará
sobre las infracciones denunciadas, sin extenderse al fondo de la controversia, ni al establecimiento ni
apreciación de los hechos que hubiesen efectuado los jueces de instancia…”, lo cual constituye la
norma rectora y el principio general de que la Sala debe velar por la correcta interpretación y
aplicación de la ley.

Aunado a ello es oportuno indicar que si bien el artículo 320 del Código de Procedimiento, establece
algunas excepciones que permiten a la Sala controlar el error en el juzgamiento de los hechos, sea de
derecho o de hecho, ello sólo es posible si el juez de instancia se ha equivocado al juzgar las pruebas y
fijar los hechos que hubiesen sido oportunamente alegados y demostrados en el proceso, bien porque
cometió un error en el establecimiento o valoración de los hechos y de las pruebas, o incurrió en
algunos de los casos de suposición falsa. No obstante, se repite, en esos casos existe un
pronunciamiento del juez sobre los hechos, por haber sido alegados oportunamente en el proceso y, por
ende, sometido a su consideración, y la parte considera que dichos hechos fueron erróneamente
juzgados, esto es: los hechos fueron alegados oportunamente en las instancias procesales, en las cuales
la otra parte tiene oportunidad de ejercer su derecho de defensa y contradicción y, por ende, fueron
incorporados oportunamente para la consideración y decisión del juez.

Por el contrario, no es posible permitir la alegación de hechos nuevos en casación, por cuanto ello
implica la negación del derecho de defensa de la otra parte, y es opuesto a la naturaleza propia de esta
Sala, la cual no podría entrar a considerar hechos nuevos que no fueron juzgados por los jueces de
instancia, por no haber sido presentados con anterioridad en el proceso y, por ende, no formar parte del
tema que fue sometido a consideración del juez que dictó la sentencia recurrida.

(Cursivas del texto. Negrillas y subrayado de la Sala)


De forma similar se pronunció esta Sala en sentencia N° 109 del 25 de febrero de 2004, caso:
G.M.E. y otro c/ J.R.P.T., en el que se puntualizó:
…Visto y constatado lo anterior, mediante reiterada doctrina ésta Sala ha mantenido el criterio según el
cual es deber de los jueces realizar el análisis de las alegaciones que los litigantes esgriman en la
oportunidad de presentar informes, siempre que estas sean peticiones relacionadas con la confesión
ficta, reposición de la causa u otra petición similar, sin pretenderse con ello descalificar tal acto
procesal -los informes-, sino simplemente dejar sentado que cuando en tales escritos sólo se sinteticen
los hechos acaecidos en el proceso o dirigidos a reafirmar los derechos que le asisten de las actas que
rielan al expediente conforme a la pretensión o defensas esgrimidos en el libelo o en su contestación y
se apoye la posición de la parte informante en doctrina y jurisprudencia que, a su juicio, sea aplicable
al caso controvertido, tales dichos no son vinculantes para el juez. Tampoco lo serán aquellos alegatos
o defensas que constituyan hechos nuevos no debatidos, diferentes a los que conforman la litis, ya que
ellos deben ser formulados sólo en la demanda o su contestación.

Por tanto, cuando en los informes se formulen peticiones, alegatos o defensas que, aunque no aparezcan
contenidas en la demanda o en su contestación, que no constituyan hechos nuevos, pudieran tener
influencia determinante en la suerte del proceso, como serían los relacionados con la confesión ficta,
reposición de la causa u otras similares, en estos casos excepcionales si debe el sentenciador
pronunciarse expresamente sobre los mismos, so pena de incurrir en la violación de los artículos
12 del Código de Procedimiento Civil, por no atenerse a lo alegado y probado en autos; y de los
artículos 243 y 244 eiusdem, contentivos del principio de la exhaustividad de la sentencia que obliga a
los jueces a examinar y resolver todos y cada uno de los alegatos que se hayan sometido a su
consideración…

(Negrillas del texto. Subrayado de la Sala)


Aunque los anteriores fundamentos son suficientes para desestimar la presente denuncia,
quisiera ahondar aún más esta Sala señalando que ante tal pretensión, han debido los
demandados, en la oportunidad de dar contestación a la demanda, solicitar la intervención de
terceros por ser común a éstos la causa pendiente, a tenor de lo dispuesto en el artículo
370 del Código de Procedimiento Civil.
En consecuencia, se declara improcedente la denuncia por infracción del artículo
1.195 del Código Civil. Así se señala.
-V-
Con fundamento en el ordinal 2° del artículo 313 del Código de Procedimiento Civil, se
denuncia la infracción del artículo 1.396 del Código Civil por errónea interpretación y 113
del Código Penal, por falta de aplicación.
Por vía de argumentación se sostiene:
…De conformidad con el ordinal 2 del artículo 313 del Código de Procedimiento Civil, denuncio por el
supuesto de error de interpretación del artículo 1.396 del Código Civil y falta de aplicación del artículo
113 del Código Penal.

Establece el artículo 1.396 del Código Civil venezolano siguiente (sic):


…Omissis…

La determinación e importancia de esta infracción al momento de dictarse el fallo se resume, en el


extracto de la sentencia que se recurre, la cual riela del vuelto del folio ciento noventa y cuatro (194),
pieza No. 2, que señala:

…Omissis…

Sin embargo, se considera que el Juez Superior debió, por mandato Constitucional, aplicar el criterio
de esta Sala de Casación Civil, en relación a este aspecto y aplicar lo previsto en el artículo
113 del Código Penal el cual establece:

…Omissis…

Se debe recordar, que por disposición Constitucional, concretamente el artículo 335, que establece:

…Omissis…

Las únicas interpretaciones que tienen carácter vinculante u obligatorio para todos los Tribunales de la
República, así como las demás Salas, es la emanada de esta Sala Constitucional, toda vez que dicho
precepto constitucional expresamente así lo dispone.

Respecto, a este punto me permito transcribir el criterio de la referida Sala Constitucional del Tribunal
Supremo de Justicia, en su fallo N° 1665 del 17 de julio de 2002, expediente N° 2002-0156, caso:
C.A.M.G., estableció lo siguiente:

…Omissis…

Quedando claro el error de interpretación del Juez Superior, en cuanto, lo preceptuado en el artículo
1.396 del Código Civil venezolano, y la falta de aplicación de lo preceptuado en el artículo
113 del Código Penal, pues al no existir responsabilidad penal decretada mediante sentencia firme, no
puede haber responsabilidad civil derivada de esta, lo cual es la correcta interpretación concatenada
con las normas, tal y como fue expresado por la Sala Constitucional, se solicita la procedencia del
recurso de casación, por los fundamentos antes expuestos…

De la denuncia transcrita se observa que el formalizante considera que el juez de alzada ha


debido aplicar el criterio “vinculante” sentado por la Sala Constitucional de este m.t. de justicia,
según el cual para originar la responsabilidad civil derivada del hecho punible, debe existir la
declaración de un tribunal penal sobre la condenatoria del acusado, esto es, que se encuentre
definitivamente firme el pronunciamiento judicial sobre la culpabilidad del agente en la
comisión de un delito.
Afirma que al no existir responsabilidad penal decretada mediante sentencia firme, no puede
haber responsabilidad civil derivada de ésta, lo que condujo al juez de la recurrida a infringir
los artículos 1.396 del Código Civil por errónea interpretación y 113 del Código Penal, por falta
de aplicación.
Para decidir la Sala observa:
El Código Orgánico Procesal Penal prevé la posibilidad de que la víctima de un delito ejerza –
ante la jurisdicción penal-, la respectiva acción civil para la restitución, reparación e
indemnización de los daños y perjuicios causados por el delito. (Artículo 49 del COPP)
Por su parte, le mencionada ley procesal penal, en su artículo 51 dispone que “La acción civil
se ejercerá, conforme a las reglas establecidas por este Código, después que la sentencia
penal quede firme; sin perjuicio del derecho de la víctima de demandar ante la jurisdicción
civil.
Tal disposición prevé por una parte la condición para ejercer la acción civil ante la jurisdicción
penal, cual es que la sentencia penal se encuentre definitivamente firme; y por la otra, prevé la
posibilidad de que la víctima del delito ejerza la reclamación de daños y perjuicios, valga decir,
la acción civil, ante la jurisdicción civil.
En relación con la necesaria existencia de una sentencia firme, pasada en autoridad de cosa
juzgada, emanada por el tribunal penal a los fines que los jueces civiles puedan establecer la
responsabilidad civil derivada del hecho punible, la norma no es clara, pues como se
desprende de la misma, tal exigencia aplica únicamente cuando se pretende ejercer la acción
civil ante la jurisdicción penal; sin embargo, la jurisprudencia reiterada proveniente de las
Salas de este Alto Tribunal ha sido conteste en exigir también la sentencia firme en lo penal.
En tal sentido, aunque no de manera vinculante, la Sala Constitucional en sentencia N° 1665
del 17 de julio de 2002, expediente N° 2002-0156, caso: C.A.M.G., estableció lo siguiente:
...Aunado a lo anterior, es menester referir que, en principio, corresponde a los Tribunales penales la
competencia –como condición necesaria para que exista válidamente el proceso-, al objeto de conocer
solamente de aquellos asuntos que incumban el juzgamiento de hechos punibles, sean estos tipificados
en las leyes penales nacionales o en tratados, convenios o acuerdos internacionales suscritos por la
República, ello en virtud, de que el ius puniendi se refiere al poder-deber que tiene el Estado de juzgar a
aquellos ciudadanos que mediante su comportamiento tipificado en la ley como delito o falta hayan
ocasionado, sin justa causa, una lesión o hayan puesto en peligro algún interés jurídicamente tutelado,
imponiendo como consecuencia de esa conducta ofensiva a la majestad del derecho, una sanción penal.

Pero es el caso que, de esos hechos punibles se derivan, en ocasiones, una serie de eventos que lesionan
el entorno económico o patrimonial de quien se haya determinado como víctima el cual puede
extenderse a sus herederos y, en virtud de que toda persona a quien, luego de un debido proceso, se le
declare culpable en la comisión de un hecho punible –como autor o partícipe- se encuentra en la
obligación de restituir las cosas al estado en que se encontraba antes de lesionarlas, por lo que se
genera, además, una acción civil derivada del delito.

Esa responsabilidad civil derivada del delito, tiene su fundamento legal en el Código Penal,
específicamente en el artículo 113 y un fundamento lógico jurídico derivado de que si el delito
estructuralmente es una acción típica antijurídica y culpable, tal acción comprende el hecho ilícito de
carácter extra contractual.

Establece el artículo 113 del Código Penal lo que sigue:

Toda persona responsable criminalmente de algún delito o falta, lo es también civilmente.

La responsabilidad civil nacida de la penal no cesa porque se extingan ésta o la pena, sino que durará
como las obligaciones civiles con sujeción a las reglas del derecho civil [...]

.
Ahora bien, el legislador otorga al juez penal, excepcionalmente, competencia para determinar
la reparación de los daños e indemnización de perjuicios provenientes del delito, dado que, en
tal caso, la acción civil y la acción penal tienen un mismo origen, el delito; aunque la
naturaleza y objeto en una u otra acción sean completamente distintas y, es por estas dos
últimas características que se faculta al legitimado a interponer la acción civil ante los
tribunales civiles, si así lo quisiere.
Es trascendental, por tanto, para originar la responsabilidad civil derivada del hecho punible, la
declaración del Tribunal penal sobre la condenatoria del acusado, cuya sentencia haya
alcanzado la autoridad de cosa juzgada, esto es, que se encuentre definitivamente firme el
pronunciamiento judicial sobre la culpabilidad del agente en la comisión de un delito, como
autor o partícipe, independientemente de cuál sea la jurisdicción ante quien se pretenda
intentar…” (Resaltado de la Sala)
Según el criterio expuesto, para originar la responsabilidad civil derivada de un hecho punible,
debe existir la declaración de un tribunal penal, cuya sentencia haya alcanzado la autoridad de
cosa juzgada, independientemente de cuál sea la jurisdicción ante quien se pretenda intentar.
Lo anterior tiene su sustento en el principio de la supremacía de lo penal sobre lo civil que rige
tradicionalmente nuestra legislación y doctrina, según el cual no se pueden adelantar
reclamaciones por los daños causados por hechos susceptibles de reclamación criminal sino
que hay que esperar la decisión firme de la jurisdicción penal; lo anterior sobre todo, a los
fines de evitar sentencias contradictorias, o que la jurisdicción civil prejuzgue sobre hechos
sobre los cuales el Estado tenga particular interés y por lo tanto su conocimiento corresponda
a la jurisdicción penal dado el carácter de orden público que tiene todo lo relacionado con ese
derecho.
Sin embargo, señala Melich-Orsini que “es necesario tener presente que para que pueda
hablarse de de aplicación de la regla “lo criminal detiene lo civil”, se requiere que en el proceso
penal pendiente se estuviera conociendo de alguna cuestión que constituya supuesto
necesario de la sentencia civil, hasta el punto de que pudiere resultar contradicción entre ella y
la sentencia penal…” (Melich-Orsini, José. La responsabilidad Civil por Hechos Ilícitos. Serie
Estudios 45-46. Carcas, 2006. p. 171)
De manera que no siempre de manera categórica y contundente deberá requerirse la firmeza
de la sentencia del juicio penal, sino que ello dependerá de las particularidades del caso
concreto, puesto que tal exigencia será necesaria cuando en el proceso penal se esté
conociendo de alguna cuestión que constituya supuesto necesario de la sentencia civil; así -
señala como ejemplo el mencionado autor-, si ante la jurisdicción penal se está debatiendo la
responsabilidad criminal de un sujeto por homicidio por imprudencia, debe desecharse la
excepción tendiente a enervar una acción civil contra el mismo sujeto, pero fundada ya en la
pura responsabilidad civil que le corresponde como guardián de la cosa que causó el daño.
Sobre este aspecto fundamental se ahondará más adelante al analizar las particularidades del
caso concreto, pero antes, considera menester esta Sala precisar que, a todo evento, si lo
pretendido por los demandados era hacer valer la cuestión de prejudicialidad, era su deber,
como parte interesada, oponer en la oportunidad de dar contestación a la demanda, la
cuestión previa prevista en el ordinal 8° del artículo 346 del Código de Procedimiento Civil.
En efecto, si la parte actora decidió ejercer la acción civil separadamente de la penal, antes de
que la sentencia penal quedara firme, ha debido la representación judicial de la parte
demandada, oponer la correspondiente cuestión previa por la existencia de una cuestión
prejudicial que deba resolverse en un proceso distinto, en cuyo caso, de ser declarada con
lugar, correspondería aplicar los efectos a que se refiere el artículo 355 del Código de
Procedimiento Civil, es decir, el proceso continuará su curso hasta llegar al estado de
sentencia, en cuyo estado se suspenderá hasta que se resuelva la cuestión prejudicial que
deba influir en la decisión de él.
En el caso de autos, la parte demandada no ejerció la referida cuestión previa, por el contrario,
de la propia sentencia recurrida se desprende que pretendieron hacer valer como sentencia
firme una decisión de sobreseimiento dictada por el tribunal penal, siendo que fue el propio
juez de alzada quien señaló que dicha decisión no se encontraba definitivamente firme y que
además había sido anulada en razón del recurso de apelación ejercido por la representación
del Ministerio Público.
Extractos de la sentencia de alzada señalan:
“…Ahora bien, una vez efectuadas las precedentes consideraciones, observa este
Jurisdicente que la accionante en su libelo de demanda adujo que en virtud de conflictos con
la propiedad de unos terrenos, han surgido problemas con los demandados, quienes la han
perseguido y acosado, amenazando de muerte a ella y a su familia, argumentando además
que en fecha 26 de octubre de 2006, se encontraba en terrenos de su propiedad, en donde
llegaron los accionados con quince (15) guajiros, exigiéndole al administrador la entrega de las
llaves de los locales comerciales, y dado que éste no accedió, fue golpeado por dichos
ciudadanos, interviniendo ella para controlar la situación en cuyo momento fue golpeada,
causándole lesiones en su cuerpo, producidas por objetos contundentes, con los puños y con
patadas.
Así pues, adminiculadas las pruebas aportadas en la presente causa, dentro de las cuales se
destaca el acto conclusivo de la investigación efectuada por la Fiscalía Trigésima Quinta a
Nivel Nacional del Ministerio Público, en la que fueron acusados los demandados por el delito
de Lesiones Personales Graves, previsto y sancionado en el artículo 415 del Código Penal
Venezolano, así como el acta levantada en la celebración de la audiencia preliminar ante el
Tribunal Primero en Funciones de Control, Audiencia y Medidas con Competencia en Materia
de Delitos de Violencia Contra las Mujeres del Circuito Judicial Penal del Estado Zulia de
fecha 16 de febrero de 2011, en la cual luego de la admisión de los hechos realizada por los
imputados, dicho juzgado declaró la admisión total de la acusación, y de las pruebas
aportadas por las partes, suspendiendo el proceso por el lapso de un (1) año e imponiendo las
obligaciones que debían cumplir los accionados; adicionado al conjunto de indicios que se
desprenden de dicho expediente, que se resumen a continuación:
…Omissis…
En derivación, de las pruebas plenamente valoradas y del conjunto de indicios que se
desprenden de los autos, considera esta Superioridad que se encuentra demostrado
claramente la ocurrencia del hecho ilícito por parte de los demandados en la presente causa,
que se encuentra configurado por las LESIONES PERSONALES GRAVES, causadas a la
demandante, lo cual genera sin lugar a dudas una responsabilidad civil susceptible de
reparación y de una indemnización económica. Y ASÍ SE ESTABLECE.
En torno a ello, pretende la parte demandada como defensa y argumento para enervar la
pretensión de la accionante, a través de una sentencia dictada por el tribunal del juicio penal,
indicar que se declaró el sobreseimiento en la causa, cuestión que en primer lugar fue
desechado por este Tribunal de Alzada, en virtud de que tal decisión no se encontraba
definitivamente firme, y por el contrario fue anulada por el tribunal superior en razón del
recurso de apelación ejercido por la representación del Ministerio Público.
Además de ello, en caso de que efectivamente se hubiese decretado el sobreseimiento de la
causa, cabe destacar que en esos casos la sentencia en lo penal no tiene influencia sobre la
civil, al no haberse pronunciado sobre la culpa del presunto responsable penal, por lo que el
Juez en lo Civil tendrá plenas facultades para pronunciarse sobre todos los hechos que
configuran el hecho ilícito, conforme lo dispuesto en el artículo 1.396 del Código Civil:
la demanda de daños y perjuicios por razón de los causados por una acto ilícito, no puede ser
desechada por la excepción de cosa juzgada que resulte de la decisión de una jurisdicción penal que, al
estatuir exclusivamente sobre la cuestión de la culpabilidad, hubiera pronunciado la absolución o el
sobreseimiento del encausado.

Cuando el juez penal no se haya pronunciado sobre la culpa del reo, o declara que la
conducta del indiciado no constituye delito, la sentencia penal no influye sobre lo civil, porque
a pesar de no haber delito, o no haber culpa desde el punto de vista penal, la conducta del
agente del daño puede ser considerada culposa, porque el concepto de culpa civil es más
amplio que la culpa en materia penal. Y ASÍ SE DETERMINA.
Siguiendo en el mismo orden de ideas, y tomando base en el establecimiento de los hechos
antes determinados, se evidencia que ciertamente se causó un daño moral en la accionante,
que si bien no puede ser palpable, constituye una afección que deviene del daño en su
integridad física, la cual se realizó a través de acciones violentas en su contra…” (Subrayado
de esta Sala)
Sin duda, tal como lo refiere el juez ad quem, la demanda de daños y perjuicios provenientes
de un acto ilícito no puede ser desechada por motivo del sobreseimiento o la absolución del
encausado en el juicio penal –artículo 1.396 del Código Civil-, toda vez que la culpabilidad
penal difiere de la civil.
Sobre este aspecto, esta Sala ha sostenido:
…Según la jurisprudencia que ha interpretado el artículo 1.396 del Código Civil –por lo demás,
reiterada en numerosas decisiones- la absolución o sobreseimiento del encausado, pronunciadas en una
sentencia que estatuyó exclusivamente sobre la culpabilidad por un hecho considerado como delictual,
no indicaría que ese hecho no podría todavía, sin ser delito, constituir un hecho ilícito, sobre el cual,
por tanto, sí podría haber discusión en la jurisdicción civil, ya que la jurisdicción penal estatuyó
exclusivamente sobre la culpabilidad del encausado desde el ángulo del hecho considerado únicamente
como delito.

Según el comentarista uruguayo J.I.G., entre la culpa civil y la culpa penal puede haber una diferencia
de grado, de suerte tal que en los hechos del agente absuelto podría haber todavía lugar a un grado de
negligencia o imprudencia tal que, sin ser suficiente para llegar a constituir un delito en la materia
penal, sin embargo, podría originar el acto ilícito del derecho civil, sobre el cual podría conocer la
jurisdicción civil, ya que la jurisdicción penal que absolvió o sobreseyó lo hizo exclusivamente sobre el
hecho delictual en cuanto tal. En consecuencia, podía juzgar la jurisdicción civil el hecho ilícito, sin
violentar la cosa juzgada penal.

(Sentencia de fecha 3 de octubre de 1990, caso: Polica de J.S.C. c/ Barquisimeto Hilton


Internacional C.A. y otro, con ponencia del Magistrado Adán Febres Cordero)
Sin embargo, se observa que para el caso de autos no es la sentencia penal la determinante para
establecer la responsabilidad civil de los demandados, valga decir, no constituye ésta un supuesto
necesario para la procedencia de la demanda civil planteada, habida cuenta que en el juicio penal
operó por parte de los demandados/imputados la admisión de los hechos que dan cabida a la presente
reclamación.

Así pues, de manera oficiosa esta Sala revisa las actas del expediente y observa que tal como lo señala
el juez de la recurrida, en fecha 16 de febrero de 2011, el Tribunal Primero en Funciones de Control,
Audiencia y Medidas con competencia en materia de Delitos de Violencia contra las Mujeres del
Circuito Judicial Penal del Estado Zulia, celebró audiencia preliminar mediante la cual los imputados
admitieron los hechos y decidieron hacer uso de unos de los medios alternativos de prosecución del
proceso, razón por la cual el juez penal “admitió totalmente la acusación”, y entre otros, ordenó la
suspensión del proceso de conformidad con lo establecido en el artículo 42 del Código Orgánico
Procesal Penal, debiendo los acusados cumplir con las obligaciones allí expuestas.

Tal disposición normativa (artículo 42 del COPP) prevé que “En los casos de delitos leves, cuya pena
no exceda de tres años en su límite máximo, el imputado podrá solicitar al juez de control, o al juez de
juicio si se trata del procedimiento abreviado, la suspensión condicional del proceso, siempre que
admita plenamente el hecho que se le atribuye, aceptando formalmente su responsabilidad en el mismo
(…)”

Luego, admitidos los hechos, aplicada la medida provisional de suspensión del proceso y finalizado el
plazo o régimen de prueba, el juez convocará una audiencia y, una vez verificado el total y cabal
cumplimiento de las obligaciones impuestas, decretará el sobreseimiento (artículo 45 del COPP); en su
defecto, valga decir, si el imputado incumple en forma injustificada alguna de las condiciones que se le
impusieron, (…) el juez decidirá mediante auto razonado si revoca la medida de suspensión del proceso
y procede a dictar sentencia condenatoria, fundamentada en la admisión de los hechos efectuada por el
imputado al momento de solicitar la medida; o si en lugar de la revocación, amplía el plazo de prueba
por un año más (artículo 46 COPP).

De lo anterior se infiere claramente que lo que no se encuentra definitivamente firme es el


pronunciamiento del juez acerca de si los imputados dieron o no cumplimiento a las obligaciones
estipuladas en la audiencia preliminar a los fines de declarar el sobreseimiento o su condena, mas no
hay duda que la responsabilidad sobre el hecho ilícito cometido ha sido admitido y son esos mismos
hechos los que actualmente sustentan la reclamación civil, razón por la cual nada impide que esta
jurisdicción resuelva lo conducente sobre la responsabilidad civil extracontractual de los demandados
sin necesidad de esperar la sentencia penal condenatoria o absolutoria recaída sobre los mismos.

De allí que el juez de alzada no haya infringido por errónea interpretación el artículo 1.396 del Código
Civil, ni tampoco el 113 del Código Penal por falta de aplicación, en virtud de que este último prevé
precisamente que “toda persona responsable criminalmente de algún delito o falta, lo es también
civilmente…” y en el caso de autos la responsabilidad criminal de los imputados fue clara y
fehacientemente establecida por el juez penal al haber éstos admitido expresamente los hechos y al
haberse admitido la acusación en su totalidad sin que contra dicha decisión se haya ejercido recurso
alguno.

Por las anteriores consideraciones esta Sala declara improcedente la presente denuncia.

-VI-

Con fundamento en el ordinal 2° del artículo 313 del Código de Procedimiento Civil, en concordancia
con el artículo 320 eiusdem, se denuncia la infracción del artículo 262 del Código de Procedimiento
Civil, por falta de aplicación.

Por vía de argumentación se sostiene:

…De conformidad con el ordinal 2 del artículo 313 del Código de Procedimiento Civil, en concordancia
con el artículo 320 ejusdem, denuncio la infracción del artículo 262 del Código de Procedimiento Civil,
por falta de aplicación por parte del Juez Superior, en base a los siguientes argumentos:

El artículo 262 del Código de Procedimiento Civil, establece:

…Omissis…
En el presente caso, este caso, debemos hacer referencia que en la sentencia recurrida, el Juez Superior
Civil, dicta sentencia considerando un expediente penal, donde no existe imposición de pena, sin
embargo, se evidencia la cosa juzgada formal, con referencia a la reparación del daño, por existir
convenimiento entre las partes procesales, en el momento de haberse realizado la Audiencia Oral
Preliminar, en la cual se Acuerda la Suspensión Condicional del Proceso, como medio alternativo a la
prosecución del proceso penal, como una de las fórmulas de resolver los conflictos procesales en forma
preferencial entre el imputado y la víctima, con la previa reparación del daño causado, de forma
preferencial a la posible imposición de pena y a la continuación del proceso, garantizando los derechos
de la víctima salvaguardado en la Constitución Bolivariana de Venezuela.

Ciudadanos Magistrados, la falta de aplicación de la norma que se denuncia se evidencia, al momento


de que el sentenciador superior en el desarrollo de la sentencia, entra a analizar las actas procesales
del expediente penal consignado, específicamente, el acta de fecha 16-02-2011, levantada por el
Juzgado Segundo de Primera Instancia en Funciones de Control del Circuito Judicial Penal del Estado
Zulia, con Competencia en Delitos de Violencia contra la Mujer, y en donde se evidencia la Audiencia
Oral Preliminar, realizada por los ciudadanos imputados D.E.P.B., L.E.P.L., R.A.P.L., R.A.P.L., por la
presunta comisión del delito de LESIONES PERSONALES MENOS GRAVES, previsto y sancionado en
el artículo 415 del Código Penal, y en donde los mencionados imputados realizaron una Oferta de
Reparación del daño causado por la comisión del presunto delito, por exigencia de la víctima
ciudadana Y.T.S., la cual aceptó la reparación del presunto daño causado como medio alternativo a la
resolución del conflicto y prosecución del proceso, y se acordó su procedencia y homologación por
parte del Juez de Control, con la anuencia, del Ministerio Publico.

La sentencia del Juez Superior recurrida, al entrar en análisis de la única prueba presentada en forma
genérica, analiza el acta de audiencia oral preliminar, y entra a señalar en la sentencia, lo cual se
evidencia en el folio ciento noventa y seis (196) al ciento noventa y ocho (198) de la segunda pieza del
expediente, lo siguiente:

…Omissis…

El Juez Superior, menciona y relaciona lo desarrollado en la Audiencia, evidenciándose la aplicación


de la Suspensión Condicional del Proceso por parte de los imputados quienes como solución procesal
de la causa, ofertan la reparación del daño, mediante la exigencia de la disculpa pública exigida por la
víctima, no aplicando los efectos generadores de la conciliación entre partes, en referencia a la
reparación del daño causado, existiendo falta de aplicación de lo preceptuado en el artículo
262 del Código de Procedimiento Civil, el cual señala:

…Omissis…

El Juez Superior, al realizar el análisis del acta antes mencionada debió dejar sentado la efectiva
reparación del daño causado a la víctima, por medio del convenimiento entre las partes, lo cual se
realizó en la Audiencia Oral Preliminar, realizada en el Juzgado de Control, de conformidad, de
conformidad (sic) con lo previsto en el artículo 43 del Código Orgánico Procesal Penal, el cual señala:

…Omissis…

Dejando sentado que el conflicto civil entre imputados y víctima se encuentra resuelto por
convenimiento de las partes, al evidenciarse que los imputados de la causa, ofertaron y efectuaron la
reparación del daño a través de una disculpa en público, exigida, y aceptada por la víctima en el mismo
desarrollo de la audiencia oral preliminar, lo cual genera los mismos efectos de la sentencia firme
previsto en el 262 del Código de Procedimiento Civil.
Es decir, ciudadanos Magistrados, el Juez Superior, obvió en el análisis y desarrollo de la sentencia, la
aplicación de la norma prevista en el artículo 262 del Código de Procedimiento Civil, el cual reconoce
la conciliación entre partes en litigio, ponen fin a los procesos, el cual tiene efecto hacia futuro, por
generar la cosa juzgada formal (en cuanto a la reparación del daño), lo cual es aplicable al presente
caso en concreto, al haberse realizado en la jurisdicción penal la autocomposición procesal entre el
imputado y víctima durante el desarrollo de la Audiencia Oral Preliminar, de conformidad, a lo previsto
en el artículo 43 del Código Orgánico Procesal Penal, siendo dicho arreglo adecuado al convenimiento
previsto en el artículo 262 del Código de Procedimiento Civil…

Alega el formalizante que en la audiencia preliminar en la cual se acordó la suspensión


condicional del proceso, como medio alternativo a la prosecución del proceso penal, los
imputados realizaron una oferta de reparación del daño causado por la comisión del delito, la
cual fue aceptada por la víctima.
Asevera que tal oferta de reparación del daño, consistente en una disculpa pública aceptada
por la víctima, constituye un “convenimiento” entre las partes razón por la cual ha debido el
juez de alzada aplicar los efectos de la “conciliación” previstos en el artículo 262 del Código de
Procedimiento Civil.
Para decidir la Sala observa:
En primer término, debe advertir esta Sala que la “conciliación” y el “convenimiento” son
figuras procesales distintas, de manera que yerra el formalizante al utilizarlas indistintamente
como si se tratara de sinónimos.
Sin hacer un análisis profundo sobre las diferencias que arrojan ambas figuras procesales es
necesario precisar que:
La conciliación, constituye uno de los medios alternativos de resolución de conflictos
reconocidos en la Ley y la Constitución, mientras que el convenimiento es un medio de
autocomposición procesal, aunque ambos mecanismos constituyen un modo jurisdiccional de
terminación del proceso.
La conciliación es el acuerdo a que llegan las partes por mediación del juez durante el
proceso, que pone fin al litigio y tiene los mismos efectos que la sentencia definitivamente
firme. El convenimiento, es una declaración unilateral de voluntad del demandado, por medio
de la cual éste se aviene o conforma con la pretensión del actor contenida en la demanda, sin
necesidad del consentimiento de la parte contraria.
De otro lado, el Código Orgánico Procesal Penal consagra en su Capítulo III, las “Alternativas
a la prosecución del proceso”, siendo una de ellas, la estipulada en su sección tercera relativa
a la “Suspensión condicional del proceso”, la cual opera a petición del imputado en el juicio
penal, siempre que cumpla con los siguientes requisitos:
1) Que se trate de delitos leves cuya pena no exceda de tres años en su límite máximo.
2) Que el imputado admita plenamente el hecho que se le atribuye, aceptando formalmente su
responsabilidad en el mismo
3) Que se demuestre que ha tenido buena conducta predelictual, es decir no debe ser un
reincidente.
4) Que no se encuentre sujeto a esta medida por otro hecho.
5) Que la solicitud de suspensión condicional del proceso contenga una oferta de reparación
del daño causado por el delito y el compromiso del imputado de someterse a las condiciones
que le fueren impuestas por el tribunal conforme a lo dispuesto en el artículo 44 de este
Código. La oferta podrá consistir en la conciliación con la víctima o en la reparación natural o
simbólica del daño causado.
De manera que, si bien la oferta “puede” consistir en la conciliación con la víctima, la oferta no
necesariamente conlleva una conciliación.
En el caso de autos, del análisis efectuado por esta Sala de la sentencia dictada en la
audiencia preliminar del juicio penal, se observa que ante la admisión de los hechos de los
imputados y la manifestación de su deseo de acogerse a alguno de los medios alternativos a
la prosecución del proceso, el cual fue también ratificado por la defensa privada, la víctima del
delito, hoy parte actora en la causa civil, manifestó expresamente lo siguiente: “Yo acepto la
Suspensión Condicional del Proceso y me reservo de pedir mi indemnización en otra
instancia…”. Más adelante, es la Fiscal del Ministerio Público quien solicita sea considerado
dentro de las obligaciones de los imputados ofrecer una disculpa pública a la víctima, la cual
según dichas actas fue efectivamente otorgada y aceptada.
De lo anterior se infiere claramente que no estamos ante una conciliación ni un convenimiento,
principalmente porque la oferta realizada así como su aceptación no constituyen de forma
alguna un modo de terminación del proceso que produzca efectos de cosa juzgada, por el
contrario, de las mismas denuncias del formalizante y del texto de la recurrida se evidencia
que aún está en decisión el cumplimiento o no del régimen de prueba decretado a favor de los
imputados.
Tampoco existió la mediación del juez para llegar a tal acuerdo -de existir éste-, lo cual
constituye la principal característica de la conciliación, y por último se observa que la víctima
se reservó su derecho de solicitar su indemnización en otra instancia, lo que excluye, sin lugar
a dudas, la existencia de un convenimiento.
Sobre este último aspecto, resulta oportuno traer a colación lo estipulado en el artículo
113 del Código Penal, según el cual:
Artículo 113.- Toda persona responsable criminalmente de algún delito o falta, lo es también civilmente.

La responsabilidad civil nacida de la penal no cesa porque se extingan esta o la pena, sino que durar
como las demás obligaciones civiles con sujeción a las reglas del derecho civil.

Sin embargo, el perdón de la parte ofendida respecto a la acción penal, produce la renuncia de la
acción civil si no se ha hecho reserva expresa…

(Subrayado de esta Sala)


De la norma anterior se evidencia fehacientemente que la parte actora en el juicio de autos se encuentra
habilitada para ejercer su reclamación por daños civiles al haber hecho expresa reserva sobre ello, al
aceptar la disculpa pública propinada por los demandados de autos.

Las anteriores consideraciones son suficientes para desestimar la denuncia formulada por la supuesta
falta de aplicación del artículo 262 del Código de Procedimiento Civil, habida cuenta que tal
disposición normativa no resulta aplicable al caso de autos. Así se señala.

-VII-

Con fundamento en el ordinal 2° del artículo 313 del Código de Procedimiento Civil, en concordancia
con el artículo 320 eiusdem, se denuncia la infracción de los artículos 396 y 398 del Código de
Procedimiento Civil por falsa aplicación, “por cuanto el juez de alzada dio por probado unos hechos
con una prueba irregular en su promoción”.
Por vía de argumentación se sostiene:

…Con apoyo en el ordinal 2° del artículo 313 del Código de Procedimiento Civil, en justa concordancia
con lo establecido en el artículo 320 del Código de Procedimiento Civil, denuncio la infracción, por
falsa aplicación, de los artículos 396 y 398 eiusdem, por cuanto el juez de alzada dio por probado unos
hechos con una prueba irregular en su promoción.

Según las pruebas promovidas por la parte actora en su escrito de promoción de pruebas la cual riela
del folio sesenta (60) de la pieza 2, del expediente se puede verificar que dicha promoción consiste en la
copia certificada del expediente penal No. V02-P-2006-010758. En dicho expediente se encuentran una
serie de actuaciones que sirven para probar unas posibles lesiones graves y digo posibles por cuanto,
como he señalado en múltiples oportunidades dicho Juicio se encuentra en estado de suspenso lo que
implica que no hay una sentencia definitivamente firme. (Actualmente la causa penal, se encuentra
pendiente por la realización de Audiencia de Verificación de Cumplimiento, en virtud de la Sentencia
No. 23-13, dictada en fecha 08-06-2013, por la Corte de Apelaciones en Materia de Delitos de Violencia
contra la Mujer del Circuito Judicial Penal de la Circunscripción Judicial del Estado Zulia, la cual se
evidencia en la página web del TSJ, como hecho público y notorio).

En este caso, el Juez Superior en su análisis durante el dictamen de la sentencia hace referencia y toma
en consideración un expediente penal donde no existe la cosa juzgada penal, la causa penal se
encuentra en suspenso no hay sentencia firme, al momento de la valoración de las pruebas, da como
cierto los hechos y acontecimientos contenidos en unas actas pertenecientes a un juicio penal, que cursa
ante el Juzgado Primero en Funciones de Control, Audiencia y Medidas con competencia en Delitos
contra las Mujeres del Circuito Judicial Penal del Estado Zulia, donde supuestamente los demandados
admitieron los hechos (solicitó la defensa la suspensión del proceso), hechos (sic) y que se dan como
probados, en el juicio civil por daños, tales hechos que cuya exactitud no están esclarecidas en esta
instancia civil, sin embargo, el Juez Superior, le da una valoración a cada una de las pruebas que no
fueron indicadas en el escrito de promoción de pruebas, si no que por el contrario lo que se hizo fue una
promoción genérica del referido expediente, el cual se encuentra carente de una sentencia condenatoria
que quede definitivamente firme que avale esta situación. Muy por el contrario este juicio se encuentra
suspendido.

En el caso de marras es evidente que la parte actora hace énfasis en la admisión de los hechos,
realizado como previo requisito de la suspensión del proceso, y otra serie de elementos que no fueron
probados en las instancias legales correspondientes.

De igual manera y según lo expresado por la misma parte actora en la pieza de medidas, ratificado por
el Juez Superior en su sentencia, señala:

…Omissis…

Asimismo del escrito libelar la parte actora narra:

…Omissis…

De los hechos narrados en el libelo de la demanda, que fueron reproducidos en la sentencia por el
Juzgador Superior, se puede evidenciar lo expuesto anteriormente, y de igual manera expone en la
sentencia:

…Omissis…
Es claro, tal y como expresa el Juez Superior el párrafo anteriormente transcrito que la pretensión
incoada se encuentra dirigida a determinar la responsabilidad civil de los ciudadanos L.E.P.L.,
R.A.P.L., R.A.P.L. Y D.E. PINEDA BELLOSO

.
El Juez a quo, basó en su decisión en un falso supuesto al momento de valorar los hechos
expuesto a la instancia superior, infringiendo las normas procesales, en consecuencia existe
comprobado la infracción de las descritas en el ordinal 2° del artículo 313 del Código de
Procedimiento Civil, en justa concordancia con lo establecido en el artículo 320 del Código de
Procedimiento Civil, por falsa aplicación, de los artículos 396 y 398 eiusdem, fundamentando
el fallo en una falsa suposición dándole valor a pruebas, cuya inexactitud resulta de autos, por
lo que debe restablecerse el orden procesal que fue infringido y declarar la nulidad de la
sentencia por medio de este recurso de casación…”
Señala el formalizante que la parte actora promovió como prueba la copia certificada de un
expediente penal.
Denuncia que el juez de la recurrida al momento de valorar dicha prueba, da como ciertos los
hechos y pruebas contenidos en las actas pertenecientes al juicio penal, sin que tales hechos
se hayan esclarecido en la jurisdicción civil y pese a que el juicio penal carece de sentencia
definitivamente firme.
Concluye que el juez superior basó su decisión en un falso supuesto al darle valor a pruebas
cuya inexactitud resulta de autos y denuncia la falsa aplicación de los
artículos 396 y 398 del Código de Procedimiento Civil.
Para decidir la Sala observa:
En relación con el vicio de suposición falsa denunciado por el formalizante, esta Sala debe
traer a colación lo resuelto en la primera denuncia por infracción de ley, en el sentido
siguiente:
Aunque no lo indique, del texto de la denuncia se desprende que lo pretendido por el
formalizante es delatar el tercer caso de suposición falsa al dar por demostrado el juez un
hecho con pruebas cuya inexactitud resulta de actas e instrumentos del expediente mismo,
supuesto este que exige para su procedencia que quien lo afirme señale cuáles son las otras
pruebas cursantes a los autos que desvirtúan el hecho falso establecido por el juez, o cuál
aspecto de una misma prueba omitió valorar el juez y cuya observancia conduce a decretar la
inexactitud del hecho establecido por el mismo.
En el presente caso, el formalizante no indicó ningún medio probatorio tendiente a desvirtuar
el hecho o los hechos establecidos por el juez al valorar las copias certificadas del expediente
penal; sólo se restringió a censurar la actividad del juez al otorgarle valor a dicha prueba sin
que los hechos y pruebas allí explanados se hayan vislumbrado en la jurisdicción civil.
Tal señalamiento escapa de los parámetros de una denuncia por suposición falsa; a tal efecto,
ha debido el formalizante cuestionar la validez de la figura del traslado de prueba en el juicio
civil, indicando los motivos por los cuales, a su parecer, el juez de la recurrida ha debido
otorgarle a las copias del expediente penal un valor probatorio distinto al que en definitiva le
otorgó, o cuáles supuestos establecidos por la doctrina y jurisprudencia no fueron satisfechos
para su procedencia (de ser el caso), no pudiendo esta Sala ocupar el lugar del formalizante
para el adecuado y coherente planteamiento de su delación.
Adicionalmente, acusa el formalizante la infracción de los artículos 396 y 398 del Código de
Procedimiento Civil, por falsa aplicación, los cuales disponen:
“Artículo 396.- Dentro de los primeros quince días del lapso probatorio deberán las partes
promover todas las pruebas de que quieran valerse, salvo disposición especial de la Ley.
Pueden sin embargo, las partes, de común acuerdo, en cualquier estado y grado de la causa,
hacer evacuar cualquier clase de prueba en que tengan interés.”
Artículo 398.- Dentro de los tres días siguientes al vencimiento del término fijado en el artículo
anterior, el Juez providenciará los escritos de pruebas, admitiendo las que sean legales y procedentes y
desechando las que aparezcan manifiestamente ilegales o impertinentes. En el mismo auto, el Juez
ordenará que se omita toda declaración o prueba sobre aquellos hechos en que aparezcan claramente
convenidas las partes.

Considera esta Sala que las anteriores disposiciones normativas no guardan relación con lo
pretendido por el formalizante, por el contrario, se observa que la prueba promovida por la
actora lo fue en la oportunidad legal correspondiente, cumpliéndose así con el artículo 396 de
la ley adjetiva civil, aunado a que el juez providenció sobre los escritos probatorios en el
término fijado por el artículo 398 eiusdem, admitiendo las pruebas por considerarlas legales y
procedentes, lo que denota la correcta aplicación de ambas normas procedimentales.
En consecuencia, esta Sala declara improcedente la presente delación al no haberse
infringido por falsa aplicación los artículos 396 y 398 del Código de Procedimiento Civil.
DECISIÓN
Por las precedentes consideraciones, este Tribunal Supremo de Justicia de la República
Bolivariana de Venezuela, en Sala de Casación Civil, administrando Justicia en nombre de la
República por autoridad de la ley, declara: SIN LUGAR el recurso extraordinario de casación,
anunciado y formalizado por la parte demandada, contra la sentencia dictada por el Juzgado
Superior Segundo en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de la Circunscripción Judicial del estado
Zulia, en fecha 31 de mayo de 2013.
Se CONDENA EN COSTAS del recurso extraordinario de casación a la parte demandada
recurrente, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 320 del Código de Procedimiento
Civil.
Publíquese, regístrese y remítase el expediente al tribunal de la causa, Juzgado Cuarto de
Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de la Circunscripción Judicial del estado
Zulia. Particípese esta remisión al Juzgado Superior de origen de conformidad con lo
establecido en el artículo 326 del Código de Procedimiento Civil.
Dada, firmada y sellada en la Sala de Despacho de la Sala de Casación Civil del Tribunal
Supremo de Justicia, en Caracas, a los once (11) días del mes de marzo de dos mil catorce.
Años: 203º de la Independencia y 155º de la Federación.
https://vlexvenezuela.com/vid/yaritza-tibisay-sanchez-roman-593339106

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