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Serie Investigación

ESTUDIOS METAFÍSICOS
Selección de ensayos sobre Tomás de Aquino

STEPHEN L. BROCK
"Con claridad y penetración admirables, Stephen Brock
retoma cuestiones metafísicas que exigen ser analizadas
con mayor detenimiento, e incluso reformuladas. Entre
ellas destaca la clásica comprensión de Dios como ipsum
esse subsistens, tema que el profesor Brock aborda de
manera sugestiva desde la naturaleza del ser y las
diferencias de los entes. El gran mérito del autor radica,
Carlos Rafael Domínguez (nació en David Torrijos Castrillejo, pbro., es
asimismo, en su capacidad de debatir este y otros grandes
1928) casado, dos hijos, vive en Mar licenciado en Teología Dogmática por
temas metafísicos en el contexto del diálogo con autores
del Plata, Argentina. Profesor en la Universidad San Dámaso de
procedentes de otras tradiciones, como son el aristotelismo
inglés y en lenguas clásicas; jubilado Madrid y Doctor en Filosofía por la
o la filosofía analítica. Sin duda, la lectura cuidadosa de
de la Universidad Nacional de Mar Pontificia Università della Santa
este lúcido texto brindará al lector la estimulante
del Plata, Argentina y profesor eméri- Croce de Roma. Actualmente enseña
constatación de que se encuentra ante la obra de una de las
to de la Universidad FASTA, de la filosofía en la Universidad San
grandes figuras del tomismo contemporáneo”.
misma ciudad. Entre los textos tradu- Dámaso. Entre sus libros, cabe señalar
cidos de su autoría se encuentran: del Alejandro Llano San Alberto Magno. Introducción a la
latín, Estatutos del arte de los leñadores El profesor Stephen L. Brock es Ph.D Medieval Studies,
Serie Investigación Metafísica (2013). Sus principales
de Florencia (1301) y las Sentencias de University of Toronto y Ph.D. Filosofía, Pontificia áreas de investigación abarcan la
Pedro Lombardo. Del inglés: numero- Universidad de la Santa Cruz, Roma. Actualmente se historia de la filosofía antigua y
sas traducciones, especialmente de desempeña como Profesor de Filosofía Medieval, medieval (en particular, el aristotelis-

Selección de ensayos sobre Tomás de Aquino


Gilbert K. Chesterton, la más reciente Pontificia Universidad de la Santa Cruz, y como mo), así como la metafísica y la teolo-

ESTUDIOS METAFÍSICOS
es G.K., Chesterton, Chaucer, Buenos Vicedecano de la Facultad de Filosofía en dicha gía natural.

ESTUDIOS METAFÍSICOS
Aires, Vórtice, 2013. Obras de Universidad. Ha publicado numerosos estudios sobre la Correo electrónico:
creación personal, entre otras, de Metafísica, la Antropología y la Ética de Tomás de dtorrijos@sandamaso.es
carácter autobiográfico, Palabras
marcadas (Diario de un linyera de
Aquino. Es miembro ordinario de la Pontificia Academia
de Santo Tomás de Aquino.
Selección de ensayos sobre Liliana B. Irizar es abogada por la

Tomás de Aquino
alma), Más palabras, Vieja alcancía, Las Homepage: http:/ pusc.it/fil/p_brock/ Pontificia Universidad Católica
viñetas marplatenses del linyera de alma. Argentina y doctora en Filosofía por
http://www.scribd.com Este trabajo es uno de los resultados de investigación del
la Universidad de Barcelona. Actual-
karphal@yahoo.com Proyecto Dewan en español (2008-2016) desarrollado por el
mente se desempeña como profesora
grupo Lumen de la Escuela de Filosofía y Humanidades,
de la Escuela de Filosofía y Humani-
Universidad Sergio Arboleda. El proyecto ha tenido como
objetivo principal traducir, analizar y difundir en el ámbito Stephen L. Brock dades de la Universidad Sergio Arbo-
leda. Dirige el grupo Lumen en el que
de habla hispana, tanto la magistral obra del filósofo
lidera el Proyecto Dewan en español
tomista canadiense Lawrence Dewan, O.P., como la de
(Metafísica, Antropología y Ética).
aquellos expertos del tomismo que desarrollan una línea de
En ambos proyectos ha escrito varios
pensamiento afín a la de Dewan.
libros y artículos.
Correo electrónico:
liliana.irizar@usa.edu.co
Reconocimientos

Los capítulos que componen este libro han sido publica-


dos con la autorización de sus editores originales a quienes
manifestamos nuestro agradecimiento:
Capítulo 1: “On Whether Aquinas’s Ipsum Esse is
‘Platonism’”,  The Review of Metaphysics 60 (December
2006): 269-303. Hay publicada una versión anterior de
este artículo en italiano: “L’ipsum esse è ‘platonismo’?”, en
Tommaso d’Aquino e l’oggetto della metafisica, ed. Ste-
phen Brock (Rome: Armando, 2004), 193-220.
Capítulo 2: “Harmonizing Plato and Aristotle on Esse:
Thomas Aquinas and the De hebdomadibus”, Nova et Vet-
era 5, no. 3 (2007): 465-494. Hay publicada una versión ante-
rior de este artículo en italiano: “La ‘conciliazione’ di Platone
e Aristotele nel commento di Tommaso d’Aquino al De heb-
domadibus”, Acta Philosophica 14, fasc. 1 (2005): 11-34.
Capítulo 3: “How Many Acts of Being Can a Sub-
stance Have? An Aristotelian Approach to Aquinas’s
Real Distinction”, International Philosophical Quarterly
54, no. 3 (September 2014): 317-331. Este artículo es una
traducción del original: “Quanti atti di essere ha una sos-
tanza? Un approccio alla distinzione reale”, en Sapienza e
libertà. Studi in onore del Prof. Lluis Clavell, ed. Miguel
Pérez de Laborda (Roma: Edusc, 2012), 57-70.
Capítulo 4: “Thomas Aquinas and ‘What Actually
Exists’”, en Wisdom’s Apprentice: Thomistic Essays in
Honor of Lawrence Dewan, O.P., ed. Peter A. Kwas-
niewski (Washington, D.C.: The Catholic University of
America Press, 2007), 13-39.

11
Estudios metafísicos: Selección de ensayos sobre Tomás de Aquino

Capítulo 5: “The Causality of the Unmoved Mover in Thomas Aqui-


nas’s Commentary on Metaphysics XII”, Nova et Vetera 10, no. 3 (2012):
805–832. Hay publicada una versión de este artículo en italiano “La causa-
lità del motore immobile nel commento di Tommaso d’Aquino a Metafisi-
ca XII”, Humanitas, 66 (2011/4): 644-666.
Capítulo 6: “Causality and Necessity in Thomas Aquinas”, Quaestio 2
(2002): 217-240.
Capítulo 7: “The ratio omnipotentiae in Aquinas”, Acta Philosophica
2, fasc. 1 (1993): 17-42.
Capítulo 8: “On the Causality of Petitionary Prayer: C. S. Lewis, Peter
Geach, and Thomas Aquinas”, Living Faith 12.2 (December 2012): 11-22.
Hay publicada una versión de este artículo en italiano: “Sulla causalità della
preghiera di petizione: C. S. Lewis, Peter Geach e Tommaso d’Aquino”, Acta
Philosophica 23, fasc. 1 (2014): 79-88.
Capítulo 9: “St. Thomas and the Eucharistic Conversion”, The Thomist
65.4 (October 2001): 529-565.

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Índice de abreviaturas

Cont. Gent. Summa Contra Gentiles


De an. De anima
De ente et ess. De ente et essentia
De malo Quaestiones disputatae de malo
De pot. Quaestiones disputatae de potentia Dei
De spirit. Creat. Quaestio disputata de spiritualibus
creaturis
De subs. Separ. De substantiis separati
De verit. Quaestiones disputatae De veritate
E. E. Ethica Eudemia
E. N. Ethica Nicomachea
In De Anima Sententi libri De anima
In De caelo In libros Aristotelis De caelo et mundo
expositio
In De div. nom. In librum Beati Dionysii De divinis
nominibus
In De hebdom. Super libros Boethii De hebdomadibus
In Ethic. Sententia Libri Ethicorum
In Metaph. In duodecim libros metaphysicorum
Aristoteli
In Periherm. Expositio libri Peryermeneias
In Physic. In VIII libros Physicorum expositio
In Post. Analyt. Expositio libri Posteriorum
Analyticorum
In Sent. Scriptum super libros Sententiarum
Metaph. Metaphysica

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Estudios metafísicos: Selección de ensayos sobre Tomás de Aquino

Phys. Physica
Quodl. Quaestiones de quodlibet
Q. de anima Quaestiones disputatae De anima
STh. Summa Theologiae

14
Prólogo

H ace algo más de dos años tuve la grata noticia de la


publicación de una recopilación de varios artículos
del profesor S. L. Brock en español. Se trataba del volumen
El alma, la persona y el bien: Estudios ético-antropoló-
gicos desde la metafísica de Tomás de Aquino (Bogotá:
Editorial San Pablo, 2014). No había publicado ningún
libro desde Action & Conduct: Thomas Aquinas and
the Theory of Action (Edinburgh: T&T Clark, 1998),
que, felizmente, había sido traducido al español: Acción y
conducta: Tomás de Aquino y la teoría de la acción (Bar-
celona: Herder, 2000). Mi interés por el trabajo de Brock
se remontaba hasta algún tiempo atrás, especialmente
a los años en los que tuve la dicha de escucharle en sus
clases, en la Universidad Pontificia de la Santa Cruz de
Roma, cuando también pude ser asesorado por él en mis
modestas investigaciones. Gracias a él fui descubriendo
un nuevo enfoque de los estudios tomistas que se ha ido
realizando durante los últimos años, principalmente en
lengua inglesa. Por desgracia, percibo que entre nosotros
esta orientación no ha atraído todavía toda la atención que
merece. De modo que recibí con agrado dicha traducción
con la esperanza de que facilitase su difusión.
Por estos motivos, se despertó mi curiosidad por saber
algo más acerca de los editores. Al indagar un poco, tuve
por primera vez conocimiento del grupo de investigación
Lumen, dirigido por la profesora L. Irizar. Para mi sorpre-
sa, descubrí también que estaban ocupados en el proyecto
“Dewan en español” y ya habían traducido alguna de las
obras de este insigne estudioso, que se contaba entre aqué-
llos que me habían abierto un nuevo panorama. También

15
Estudios metafísicos: Selección de ensayos sobre Tomás de Aquino

me enteré de que L. Dewan en persona había sido invitado para enseñar


algunos cursos en la Universidad Sergio Arboleda. Finalmente, acabé deci-
diéndome a ponerme en contacto con la profesora Irizar para manifestarle mi
simpatía por esta labor de difusión de los estudios tomistas que encuentro tan
fecunda. Merced a esta comunicación, he tenido el gusto de verme involucra-
do en la obra que el lector tiene entre sus manos. Me alegro también de que el
centro donde actualmente enseño, la Universidad Eclesiástica San Dámaso,
se haya comprometido para hacerse cargo de distribuir el libro en Europa.
Considero una lástima que, pese a estar unidos con América por la lengua,
los peninsulares tengamos tantas dificultades para adquirir obras salidas a la
luz al otro lado del océano.
Han transcurrido más de cien años desde que el tomismo comenzara a
experimentar la intensa renovación que, con el impulso de los papas, iba a
conocer durante el siglo XX. Ha sido un periodo fértil, lleno de excelentes
frutos. Sin embargo, no por ello es menos necesario someter estos resultados
a continua revisión; por otro lado, la doctrina de santo Tomás de Aquino
requiere ser presentada de forma actual para que pueda continuar manifes-
tando su persistente potencial. Hoy este empeño se vuelve particularmente
urgente si constatamos cómo ha decaído la adscripción al tomismo entre
los pensadores afines a la Iglesia Católica, en cuyo seno había florecido la
mencionada renovación del tomismo. Los estudios de Brock pueden cons-
tituir un aliciente para mirar a Tomás con otros ojos, puesto que ponen de
manifiesto su capacidad para entrar en diálogo con la corriente filosófica que,
según creo, es más pujante en la actualidad: la filosofía analítica. Para quienes
nos hemos formado en la tradición que suele ser designada como “continen-
tal”, esto supondrá un pequeño esfuerzo añadido que se verá recompensado
con creces. Quizá precisamente esta disparidad de perspectiva nos mostrará
mejor el vigor ínsito en el pensamiento de Tomás que, sin embargo, pasa
muchas veces desapercibido delante de nuestros ojos, acaso algo envejecidos.

David Torrijos Castrillejo

16
Primera parte

El ser
Análisis preliminar1
El esse, el ipsum esse y la naturaleza del ser
Liliana B. Irizar

¿Q ué puede aportar hoy a la filosofía y al conoci-


miento en general un estudio (¡otro más!) sobre
el ser? Da la impresión de que un estudio de esta clase no
puede servir sino para engrosar las discusiones, casi inter-
minables, de valor escasamente escolástico. Es posible.
Con todo, pensamos que precisamente investigaciones
como las que ha venido desarrollando el profesor Stephen
L. Brock son necesarias. Es más, son indispensables y ur-
gentes en aras de, no solo la metafísica de Tomás de Aqui-
no, sino de la que se ha denominado philosophia perennis.
El enfoque a menudo conceptualista con que se han
abordado ciertos temas perennes, presentes en la obra de
Tomás, ha conducido a banalizar la metafísica clásica acre-
centando, así, el descrédito que padece ante la cultura con-
temporánea. La metafísica es, en efecto, visualizada como
un mundo de abstracciones, de “entelequias”, demasiado
ajenas a los intereses e interrogantes del hombre común.
En este orden de ideas, cabe resaltar que algunas de las
críticas más importantes dirigidas a la metafísica de Tomás de
Este análisis es un trabajo de investigación resultado de la lectura
1

y estudio de los escritos de Stephen L. Brock en el transcurso de


casi una década.

17
Estudios metafísicos: Selección de ensayos sobre Tomás de Aquino

Aquino, procedentes, por cierto, de tradiciones filosóficas diversas, poseen un


denominador común: su acuerdo en que el esse es una naturaleza unívoca,
básicamente un concepto, que, como tal, no puede dar cuenta del ser de Dios
como lo ha pretendido Tomás mismo.
Las críticas que el profesor Brock recoge en uno de los artículos que
conforman este volumen 2 , son las del filósofo aristotélico Enrico Berti y las
del tomista analítico Anthony Kenny. Sin embargo, también del lado de la
fenomenología, como es el caso de Jean-Luc Marion3 , se encuentra una crítica
similar en su premisa inicial, aunque no del todo coincidente en las conclu-
siones.
Kenny y Berti critican a Tomás por haber concebido el acto de ser, en el
caso de Dios, de manera separada, pura. Se trata del ipsum esse subsistens, cuya
esencia, entienden ellos, es el esse mismo. Tomás, según estos dos filósofos,
admite, así, que el esse es una esencia. Hace, por tanto, del esse algo unifor-
me, unívoco, de lo cual participan, de modo disminuido, todas las cosas. De
acuerdo con esta lectura Tomás pone en juego, no solo la visión del ser que
posee Aristóteles, sino la trascendencia de Dios misma. Marion, asimismo,
basa sus análisis en una crítica a la metafísica (esencialmente ontoteológica)
y su concepción del esse como algo unívoco, determinante tanto del ente en
cuanto ente como de Dios. Sin embargo, utiliza ese argumento precisamente
para defender a Tomás por haber “salvado a Dios de la metafísica” y evitar,
así, que su metafísica sea una ontoteología.
Tras la lectura de los trabajos de Stephen Brock reunidos en Estudios me-
tafísicos, aparece con claridad que las interpretaciones mencionadas, incluso la
que ofrece una lectura favorable a la doctrina de Tomás, tienen en común el no
haber comprendido la naturaleza del ser según Tomás de Aquino. Pero a la par
surgen algunas preguntas que creo inevitables: ¿los tomistas sí han comprendi-
do y profundizado en lo que Tomás quiso decir al hablar del esse como acto de
2
Cf. Capítulo 1: “Acerca de si el ipsum esse de Tomás de Aquino es ‘platonismo’, 31-
70”. Para una crítica similar ver Liliana Irizar, “El ser y su ser en Tomás de Aquino”,
Civilizar 9 (2009): 179-192.
3
Jean-Luc Marion, “Saint Thomas d’Aquin et l’onto-théo-logie”. Revue Thomiste 95
(1995): 31-66 (publicado en inglés como una nueva adición a la segunda edición de su
libro God Without Being [Chicago: University of Chicago Press, 2012], 199-236).

18
El ser

todos los actos? Dicho brevemente, ¿el tomismo ha logrado penetrar en lo que
Brock denomina “naturaleza del ser” (esse)? De no ser así, ¿las subsiguientes
explicaciones tomistas del ser de Dios no pueden haber inducido a interpreta-
ciones erradas, alejadas, por tanto, de la mente de Tomás de Aquino?
Justamente, es su capacidad de despertar en el lector interrogantes como
estos, lo que vuelve, en mi opinión, tan atrayentes, sugestivos, y de igual ma-
nera prometedores, los escritos del profesor Stephen Brock. La agudeza y mi-
nuciosidad de sus análisis poseen la virtud de iluminar, sin duda, los debates
sobre la metafísica generados en ámbitos ajenos al tomismo. Con todo, lo que
deseo destacar es que contribuyen de manera especial a esclarecer conceptos
asumidos sin mayor debate dentro del tomismo. Se trata de dos aspectos que
se encuentran estrechamente relacionados si admitimos que algunas presen-
taciones tomistas del esse han contribuido, en buena medida, a alimentar los
equívocos en torno al concepto de ser, y correlativamente, del ser de Dios,
que se han suscitado fuera del tomismo.
De acuerdo con lo anterior, quisiera advertir que, para poder dimensionar
el valor de las aportaciones de Stephen Brock a la comprensión de la meta-
física de Tomás de Aquino, el lector ha de estar mínimamente familiarizado
con algunos de los temas que han pasado a constituir los puntos álgidos del
debate entre los tomistas contemporáneos4. De modo especial, pienso en la
comprensión de la naturaleza del esse a partir de su vínculo indisociable con
la forma sustancial. Hay otros temas que son inseparables de este último y
que también me encargaré de destacar. Con todo, abordaré con mayor dete-
nimiento el concerniente a la naturaleza del esse.

¿Un ipsum esse sin ser?


Dado que Stephen Brock en el artículo mencionado5 se encarga de responder
magistralmente a Berti y a Kenny, en este apartado me centraré en la defensa
que de Tomás realiza J.-L. Marion a fin de que el lector mismo pueda confron-
4
A efectos de facilitar un acercamiento más general al enfoque de Stephen Brock, ver
la voz “Tomás de Aquino”, autor: S. L. Brock, en la enciclopedia en línea Philosophica
(con el pretexto de facilitar una ‘familiarización’ más general y propedéutica a Tomás):
http://www.philosophica.info/voces/aquino/Aquino.html
5
Cf. Capítulo 1: “Acerca de si el ipsum esse de Tomás de Aquino es ‘platonismo’”.

19
Estudios metafísicos: Selección de ensayos sobre Tomás de Aquino

tarlas con los argumentos de Brock. Esto servirá, igualmente, para poner de re-
lieve la novedad de sus planteamientos frente a algunas presentaciones tomistas
que, insisto, parecen haber favorecido una lectura del esse en clave univocista.
Como ya adelantáramos, el pensamiento de Tomás de Aquino, según
Marion, escapa a la acusación de ontoteología –entendida ésta como la pre-
tensión de comprender a Dios a partir del concepto de ente, lo que equivale
a pensar lo teológico a partir de lo ontológico. En el presente análisis6 , será
suficiente con dejar siquiera esbozada la indagación acerca de si Tomás no
resultaría más cabalmente “defendido” si, en lugar de recurrir a una argu-
mentación como la ofrecida por J.-L. Marion, atendiéramos a la que ofrece
Stephen Brock. Esto es lo que me propongo plantear a continuación.
Para Heidegger, recuerda Marion, toda metafísica, en virtud de su cons-
titución ontoteológica, es incapaz de pensar la diferencia entre ser y ente;
no piensa ni accede al ser sino en tanto que ente7 y se confunde con él8 . Si
esto fuera verdadero también respecto de la metafísica de Tomás, afirma,
invalidaría su pretensión de haber alcanzado el ser, el actus essendi, como la
definición propia de Dios porque aun pudiendo tratarse de Dios no sería al-
canzado como ser sino como ente supremo9. Marion procede a resumir, pági-
nas más adelante, los tres criterios que, según Heidegger, permiten identificar
6
La complejidad y relevancia del tema exige, en efecto, un estudio cuidadoso y detallado,
sobre todo si se tiene en cuenta que el autor defiende al propio Tomás a partir de una
serie de interpretaciones del pensamiento del Aquinate, las cuales exigen ser examinadas
por separado. Estoy pensando de manera especial en algunas convicciones de Marion
realmente cuestionables. Por ejemplo, según él, para Tomás no hay nada común entre
el esse commune y Dios (cf. Marion, “Saint Thomas d’Aquin et l’onto-théo-logie”, 43).
En consonancia con lo anterior, su lectura de la analogía en Tomás resulta, asimismo,
discutible (“Saint Thomas d’Aquin et l’onto-théo-logie”, 43 y ss.). Su comprensión de
la analogía incidirá, a su vez, sobre la de la causalidad eficiente divina (“Saint Thomas
d’Aquin et l’onto-théo-logie”, 46 y ss.). Dichas convicciones, como es lógico, lo
conducirán a conclusiones también problemáticas. (Ver más abajo, 20).
7
En el entendido de que, para ambos filósofos, “ente” no es otra cosa que un concepto.
8
Marion, “Saint Thomas d’Aquin et l’onto-théo-logie”, 32.
9
Marion, “Saint Thomas d’Aquin et l’onto-théo-logie”, 33. Y añade que, por consiguiente,
se trata de un “debate absolutamente decisivo para la validez presente y futura de todo
pensamiento que quiera reivindicarse como tomista, tanto en teología como en filosofía”.
[“Il s’agit donc d’un débat absolument décisif pour la validité présente et future de toute

20
El ser

a la metafísica como ontoteología: 1. Dios resulta inscrito en el ámbito de la


metafísica en virtud de quedar determinado por el concepto de ente que de-
termina, unívocamente, también al ente en cuanto ente; 2. Dios es entendido
como causa fundante de los entes y a su vez, funda su inteligibilidad en ellos,
sus efectos; 3. Este Dios debe asumir siempre la función y eventualmente el
nombre de causa sui. A lo largo de su artículo, el autor se ocupa de mostrar
que el Dios de Tomás escapa a cada una de esas acusaciones10 .
De los argumentos presentados por J.-L. Marion hay uno que reviste espe-
cial interés en lo que concierne a nuestro tema. Refiriéndose al primer aspecto
de la ontoteología, el autor sostiene que, para Tomás, Dios no pertenece a la
teología metafísica porque ésta se ocupa del ens commune, del ens in quantum
ens, mientras que Dios es sujeto de la teología sagrada, la única que puede co-
nocer las cosas divinas en sí mismas en cuanto reveladas11. En todo caso, Dios
pertenecerá a la primera solo como principio del ente en cuanto ente12 . Y da la
razón fundamental de esta no pertenencia: “La inclusión de Dios en la metafísi-
ca presupone, exige y obtiene su inscripción en un concepto de ente, de hecho y
de derecho siempre unívoco. El mismo Tomás de Aquino fue contrario a él”13.
De la obra de Tomás surge con claridad, remarca Marion, que el esse divino no
se confunde con el esse commune14 . De modo que, concluye, “Tomás de Aqui-
no rechaza absolutamente, por tanto, el primer criterio de una ontoteología en
general: la inscripción de ‘Dios’ en el campo de la metafísica unificado por el
ente, incluso por un mismo concepto de ente”15.

pensée que voudra se réclamer comme thomiste, tant en théologie qu’en philosophie”]
(Todas las traducciones de este artículo de Marion son mías).
10
Marion, “Saint Thomas d’Aquin et l’onto-théo-logie”, 33. Allí observa que los tomistas
han intentado infructuosamente defender a Tomás de esa acusación.
11
Marion, “Saint Thomas d’Aquin et l’onto-théo-logie”, 38.
12
Marion, “Saint Thomas d’Aquin et l’onto-théo-logie”, 38.
13
Marion, “Saint Thomas d’Aquin et l’onto-théo-logie”, 40: “L’inclusion de Dieu dans la
metaphisique présuppose, exige et obtient son inscription dans un concept d’etant, en
fait et en droit toujours univoque. Le propre de Thomas d’Aquin fut de s’y opposer”.
14
Marion, “Saint Thomas d’Aquin et l’onto-théo-logie”, 42.
15
Marion, “Saint Thomas d’Aquin et l’onto-théo-logie”, 46: “Thomas d’Aquin récuse donc
absolument le premier critère d’une onto-théo-logie en general: l’inscription de ‘Dieu’
dans le champ métaphysique unifié par l’étant, voire par un même concept d’etant”.

21
Estudios metafísicos: Selección de ensayos sobre Tomás de Aquino

Tomás, subraya Marion, logra salvar a Dios de la metafísica, es decir,


consigue liberarlo de su comprensión –unívoca– a partir del ser del ente.
De modo que, si bien el nombre de esse es aplicable a Dios como su primer
nombre, es necesario entender que, para Tomás, Dios se dice esse solo de
nombre porque él piensa el ser a partir de Dios y no a la inversa; esto le per-
mite marcar la distancia infinita entre el ser del ente que estudia la metafísica
y el ser divino.
Tal distancia queda ratificada, según Marion, a través de varios argumen-
tos presumiblemente ofrecidos por Tomás. Destaco aquí los dos más pro-
blemáticos: 1. Dios carece de esencia. Esto lo “deduce” el autor de la bien
conocida tesis del Aquinate según la cual en Dios su esencia y su ser se iden-
tifican. Y añade que la razón de esta “confusión” (de esencia y ser en Dios)
obedece a que ninguna esencia (o quididad) puede convenir al esse divino.
Dios permanece, así, sin esencia16 . 2. Consiguientemente, su ser resulta incog-
noscible conceptualmente.
Ahora bien, si se tiene en cuenta que, para Aristóteles, el cometido de la
metafísica consiste en reconducir la pregunta por el ente a la pregunta sobre
la esencia, resulta incuestionable que, para Tomás, Dios no se puede decir ser,
según el ser de la metafísica. En efecto: “Un esse irreductible a toda esencia,
significa, de hecho, un esse irreductible a la esencia metafísica del ser –con-
forme él se despliega ontoteológicamente”17.
Pareciera que la defensa de Tomás, que se basa en términos generales en
el rechazo, por parte de Tomás mismo, de una comprensión univocista-con-
ceptualista del ente y del ser como extensible al ser divino, ha llevado a Ma-
rion demasiado lejos: por paradójico que pueda resultar, el Dios de Tomás no
es. Porque lo que nosotros concebimos bajo el concepto de “ser” no designa
a Dios sino en la justa medida en que él se dice sin ser18 .
16
Marion, “Saint Thomas d’Aquin et l’onto-théo-logie”, 59 y ss.
17
Marion, “Saint Thomas d’Aquin et l’onto-théo-logie”, 61: “Un esse irréductible à toute
essence signifie, en fait, un esse irréductible à l’essence métaphysique de l’être -tel qu’il
se déploie onto-théo-logiquement”. Marion, como es obvio, tiene delante una visión de
la esencia entendida como concepto, lo cual está en perfecta sintonía con una noción de
ente y de ser puramente conceptual.
18
Marion, “Saint Thomas d’Aquin et l’onto-théo-logie”, 63.

22
El ser

Tal como el autor mismo advierte:


Se adivina, por tanto, el precio que Dios debe pagar por sustraerse a esta
constitución: puesto que ésta tiene su autoridad a partir de un concepto
de ente comprensible (por definición, puesto que el ens es lo primero
inteligible), Dios, al hacerse extraño a ese concepto, tendrá que hacerse
conocer como incomprensible. Pero Dios no es, entonces, solamente in-
comprensible en sí, lo es sobre todo para escapar a la ontoteología –o para
liberarnos de ella19.

Tras la lectura de este interesante artículo de Jean-Luc Marion uno no


puede evitar preguntas como estas: ¿la comprensión univocista del esse to-
mista en lugar de cerrar la opción de otras lecturas “tomistas”, antes bien,
no debería incitarnos a ellas? Esto es, ¿la cuestión no admite una alternativa
distinta a la de un planteamiento en términos de univocismo/equivocismo
como el ofrecido por Marion? ¿Hasta qué punto y por qué el tomismo (o
algún sector de él), no Tomás de Aquino, podría ser responsable de esta com-
prensión uniforme, unívoca, del ente, del ser y de la forma?
A fin de buscar una respuesta a tales interrogantes, el siguiente paso a dar
consistiría en abordar los argumentos en que se sustenta una comprensión
univocista del ente tomista confrontándolos con los ofrecidos por Stephen
Brock. Como es obvio, para emprender esa tarea, el lector cuenta con los cua-
tro textos del autor reunidos en esta primera parte. Con todo, quisiera atraer
su atención hacia una de las tesis más salientes de Brock: aquella que realza la
función de la forma como constitutiva de la naturaleza del esse. Esto, a su vez,
le permite poner de relieve otras tesis de Tomás de Aquino que, en mi opi-
nión, han pasado inadvertidas a algunos estudiosos del Aquinate. Considero
que dichas tesis resultan un elemento clave a la hora de realizar una exégesis
de la doctrina tomasiana del ipsum esse.

Marion, “Saint Thomas d’Aquin et l’onto-théo-logie”, 45: “On devine pourtant le prix
19

que Dieu doit payer pour se soustraire à cette constitution: puisque celle-ci tient son
autorité d’un concept d’étant compréhensible (par définition, puisque l’ens commence à
la première intelligibilité), Dieu, a s’en faire l’étranger, devra se faire connaître comme
incompréhensible en soi, il l’est surtout pour échapper à l’onto-théo-logie -ou nous en
libérer”.

23
Estudios metafísicos: Selección de ensayos sobre Tomás de Aquino

La naturaleza del ser y su dependencia de una forma20


El esse no es un absoluto, una especie de naturaleza autónoma, desligada de
cualquier otra perfección, a la cual se une la esencia como algo casi extraño,
al menos, casi ajeno a su perfección que, por tanto, la esencia viene a limitar
y degradar.
Por el contrario, su dependencia de una esencia se podría decir que le es
natural o esencial: para un ente causado, ser es ser algo (un ser determinado
por unos principios esenciales específicos: los de un animal, un hombre, un
ángel…). A su vez, la esencia es por el esse que la actualiza, la hace ser en acto.
Se trata de una dependencia circular, recíproca, que no impide la distinción
real entre ellos21. En este sentido, ratificando a Tomás en el Comentario a la
Metafísica de Aristóteles, l. 4, lect. 2, §558, Stephen Brock observa que:
[…] no debemos pensar al esse como ‘otro ens’ o como una res diversa. No
es una naturaleza absoluta o autónoma. Todo esse está como constituido
a través de los principios de una esencia. Estos serían presumiblemente
cierta materia y forma, y, principalmente, cierta forma. Entendida así, la
relación entre el esse y la esencia es claramente muy estrecha. Porque, por
supuesto, la esencia misma puede decirse también que está constituida a
través de aquellos mismos principios22.

Así, es tan válido afirmar que la esencia sin el esse no es, como decir que
el esse sin la esencia no es. Dicho con otras palabras, la esencia es por el esse,
que es su acto. De igual modo, el esse es gracias a la esencia que actualiza: no
existen “seres”, sino gatos, perros, encinas, piedras, etc.:

20
Para referirme a la esencia también utilizaré indistintamente el término “forma”. Cf.
Tomás de Aquino, “De ente et essentia”, en Opúsculos y Cuestiones selectas, coord.
Antonio Osuna (Madrid: BAC, 2001), 43.
21
Como explica Stephen Brock, la diferencia entre ellos radica en su diferente ratio: la
del esse consiste en ser un acto proporcionado a la unidad de las varias funciones de
la esencia. La ratio del esse se caracteriza por su simplicidad mientras que la ratio de la
esencia por su complejidad: en el esse las diferentes dimensiones de la esencia aparecen
fusionadas. Cf. Stephen Brock, “Acerca de si el ipsum esse de Tomás de Aquino es
‘platonismo’, 47-52”.
22
Capítulo 1: “Acerca de si el ipsum esse de Tomás de Aquino es ‘platonismo’, 42”.

24
El ser

Obviamente este esse simpliciter no es el mismo que el εἶναι puro de


Porfirio. Es un esse participado. Además, la razón por la que es llamado
esse simpliciter no es la de que excluya cualquier predicado calificante. Es
siempre ‘ser algo’ –‘ser algo en cuanto se es’. Por ejemplo, el esse sustancial
de un hombre es precisamente ‘ser un hombre’, el ser que tiene mediante
su alma racional. Esse simpliciter no es, por así decir, una realidad absolu-
ta, algo con una constitución autónoma a la cual le es añadida una forma
meramente para limitarla23 .

La esencia es, en efecto, límite del esse, pero esto no es lo más caracte-
rístico de ella. Lo que la define en cuanto tal es su rol determinante y cons-
titutivo en la naturaleza, en la ratio, del esse. No sin razón, la tendencia de
cierto tomismo a enfatizar excesivamente la función limitante de la esencia
ha estado fuertemente unida a aquella otra que consiste en absolutizar el esse
hasta el punto de presentarlo como una especie de naturaleza, de actualidad
poderosa, autosuficiente, que la esencia viene a mermar24. Brock, en cambio,
se esfuerza en poner de relieve que la esencia, muy lejos de ser algo así como
la rémora ontológica del esse, tiene “parte activa” en la constitución de su
naturaleza misma:
[…] las características distintivas de las cosas –sus esencias, y especial-
mente sus diferencias– […] tienen una función constitutiva, no solamente
en las naturalezas específicas de ‘los seres’, sino también en la naturaleza
del ser, y aun en la naturaleza del esse mismo25 .
23
Capítulo 2: “Armonizando a Platón y Aristóteles acerca del esse: Tomás de Aquino y el
comentario sobre el De Hebdomadibus, 102”.
24
En este sentido, ha sido Lawrence Dewan O.P. quien dedicó gran parte de su vida
y de su vasta y rigurosa reflexión filosófica a mostrar que para Tomás de Aquino la
forma es una perfección, pues es causa o principio del ser. Para una presentación
sintética de la posición de L. Dewan ver por ejemplo: Liliana Irizar, “Lawrence Dewan
y el redescubrimiento de la centralidad de la forma en metafísica”, Civilizar 8 (2008):
133-144; Liliana Irizar, “Étienne Gilson, Lawrence Dewan y el actus essendi”, en La
fascinación de ser metafísico. Tributo al magisterio de Lawrence Dewan O.P., ed.
Liliana Irizar y Tamara Saeteros (Bogotá: Fondo de Publicaciones de la Universidad
Sergio Arboleda-Universidad del Norte Santo Tomás de Aquino [Argentina], 2015), 305-
341 y Lawrence Dewan O.P. y Liliana Irizar, “Conversations with Fr. Dewan: Central
Metaphysical Topics with Lawrence Dewan, O.P.” (Bogotá: Fondo de Publicaciones de
la Universidad Sergio Arboleda, 2015), 71.
25
Capítulo 1: “Acerca de si el ipsum esse de Tomás de Aquino es ‘platonismo’, 41”. Ver
también: “Armonizando a Platón y Aristóteles acerca del esse”.

25
Estudios metafísicos: Selección de ensayos sobre Tomás de Aquino

Esta dependencia de la forma por parte del esse rige también cuando se
trata de la naturaleza del ser divino. Así como la naturaleza del esse no es in-
calificable, sino que es calificada por la forma a la que está indisociablemente
unido como a su principio; análogamente, lo mismo puede afirmarse del ser
de Dios: también en Él la forma sigue cumpliendo su función cualificante,
determinante del esse. De hecho, para ser más precisos, hay que decir que la
natural afinidad existente entre forma y esse solo se da de modo pleno y per-
fecto en Dios en quien forma y ser se identifican:
En las criaturas existe una fuerte afinidad entre sus formas y su esse –tie-
nen su esse a través de sus formas–; esta afinidad se asemeja, sin igualarla,
a la perfecta identidad que existe entre la forma y el esse en Dios26 .

La comprensión de la diferencia entre el ser de Dios y el ser de las cria-


turas no pasa, entonces, por retirar de Dios la forma, sino antes bien por
elevarla a la altura exigida por la divinidad –algo que posiblemente se vea
impedido por el hecho de haber concebido a la forma como mero límite. En
Dios la forma se extiende tanto como su esse. Dios no puede ser cualificado
por nada que no sea Él mismo, pero esto es muy distinto de sostener que en
Dios no hay esencia:
[…] el argumento de que Dios no es un género, en razón de la identidad
de su esse con su esencia, no significa simplemente que su esse sea incali-
ficable. Solo implica que su esse no está calificado según algún principio
distinto de él. Será un esse que es totalmente incondicional. Todo en Dios
es idéntico con su esse27.

El esse es una perfección, pero no la única28


La naturaleza del esse depende de las diversas formas a las que va unido:
“todas las perfecciones pertenecen a la perfección del ser”. Esto equivale a
26
Capítulo 1: “Acerca de si el ipsum esse de Tomás de Aquino es ‘platonismo’, 61”.
27
Capítulo 1: “Acerca de si el ipsum esse de Tomás de Aquino es ‘platonismo’, 56”.
28
Esta tesis viene a contrarrestar la “inflación”, por parte de algunos sectores del tomismo,
del principio según el cual el esse “es acto de todos los actos”, dando lugar a una
comprensión más equilibrada del esse como acto. Ver también: Brock, “Armonizando a
Platón y Aristóteles acerca del esse”. Esta tesis es inseparable, asimismo, de esta otra: “En
cualquier sustancia creada, la plenitud de ser consiste en muchos actos de ser, 92 y ss”.
Ver: Capítulo 3: “¿Cuántos actos de ser puede tener una cosa? Un enfoque aristotélico
de la distinción real, 105-128”.

26
El ser

afirmar que el esse no es la única perfección; hay otras perfecciones y el esse


es su actualidad29.
Sin embargo, el sobredimensionamiento del actus essendi ha conducido
a algunos tomistas a interpretar esta frase de Tomás de Aquino justamente
en el sentido contrario al que advierte Brock; a saber, a entender el esse como
la única perfección o, al menos, como una perfección de la cual fluyen o
irradian todas las otras perfecciones. Esto es fruto de entender al esse como
un absoluto, como algo que en sí mismo encierra toda perfección. Stephen
Brock propone, en cambio, que partamos de concebir a la forma como prin-
cipio del ser, esto es, de entender siempre la naturaleza del esse en su vínculo
indisociable con una forma. Hecho esto, la frase de Tomás cobra un cariz
muy diferente: la perfección del esse va unida siempre a alguna forma porque
la forma es principio del esse y, por eso, las formas de las cosas son “esencia-
les” para él. La perfección del esse, se podría decir, depende directamente de
las formas (perfecciones) de las cosas y, en ese sentido, aunque permanecen
distintas de él, le pertenecen, integran constitutivamente su naturaleza30. “O
sea que estamos muy lejos de una concepción del esse como de algo esencial-
mente uniforme. Incluso si hay una noción abstracta y común del esse, esta
constituye un conocimiento muy imperfecto de él”31.

El esse subsistente no se identifica con la naturaleza del esse mismo


Como vimos, J.-L. Marion ha tenido que despojar al Dios de Tomás de la
esencia, y finalmente del ser, a fin de rescatarlo de la metafísica, es decir,
de la ontoteología32 . Una tarea ineludible si, como Marion lo comprende:

29
Capítulo 2: “Armonizando a Platón y Aristóteles acerca del esse, 92”.
30
Capítulo 1: “Acerca de si el ipsum esse de Tomás de Aquino es ‘platonismo’, 66 y ss”.
31
Capítulo 1: “Acerca de si el ipsum esse de Tomás de Aquino es ‘platonismo’, 66”.
32
Jean-Luc Marion, Dios sin el ser (Pontevedra: Ellago Ediciones, 2010), 18. Como el
mismo autor declara, “Bajo el título Dios sin el ser no intentamos insinuar que Dios no
es, ni que Dios no es verdaderamente Dios. Intentamos meditar más bien lo que F. W.
Schelling llamaba ‘la libertad de Dios respecto a su propia existencia’. O, dicho de otro
modo, intentamos poner en cuestión una evidencia que sostienen tanto los filósofos
surgidos de la metafísica como los teólogos surgidos del neo-tomismo: Dios, antes que
cualquier otra cosa, tiene que ser […]. Pero, ¿acaso el ser se relaciona, más que cualquier
otra cosa, con Dios? ¿Qué gana Dios siendo?” (Marion, Dios sin el ser, 65). Intentar

27
Estudios metafísicos: Selección de ensayos sobre Tomás de Aquino

1. El ente de la metafísica de Tomás designa conceptual y unívocamente al


ente en cuanto ente; 2. La esencia (entendida también como concepto y, por
lo mismo, límite) no puede ser algo propio de Dios; 3. El ser (esse) del ente en
cuanto ente, es decir, el de la metafísica, es igualmente un concepto.
En nuestra opinión, Stephen Brock también consigue rescatar al ipsum
esse de Tomás de la ontoteología, si bien las premisas de las que parte y la con-
clusión a la que arriba son notablemente diferentes a las de Jean-Luc Marion.
Dejaré planteadas de modo sintético cuáles son.
1. Para la comprensión del esse, Brock insiste en la idea de naturaleza del
esse a la que hace explícita a partir del íntimo vínculo entre el esse y
la forma. Este modo de entender el ser, la forma y el ente, pienso que
los pone a salvo de una lectura conceptualista, blanco principal de las
críticas de autores como Marion.
2. La naturaleza del esse divino también está determinada, pero por la
esencia divina misma que se extiende en perfección tanto como su
esse, esto es, se identifican.
3. Al no estar determinado por algo distinto de su propio esse, el esse
divino contiene todas las perfecciones contenidas bajo la ratio del
esse, es decir, todas las formas. En esto se evidencia su distinción de
la naturaleza del esse creado que no contiene todas las perfecciones.
Pero el esse divino no queda circunscrito a las perfecciones de las
cosas, ni siquiera a la perfección del esse commune (creado) mismo.
Las trasciende: “En otras palabras, el esse divino no puede ser con-
cebido como la versión meramente separada del esse commune. La
naturaleza o esencia del esse divino está ‘más allá’ de la esencia del esse
mismo”33.
La naturaleza del esse, entendida desde su dependencia de una forma,
resulta, entonces, el principio clave para una interpretación adecuada del esse

pensar a Dios sin el ser, tiene para Marion como objetivo fundamental rescatar a Dios
de la “idolatría conceptual” de la metafísica, de la ontoteología (cf. idem).
33
Capítulo 2: “Armonizando a Platón y Aristóteles acerca del esse, 93”.

28
El ser

tomista la cual lleva implícita una interpretación existencial34 de la forma.


Este vínculo indisociable entre forma y esse dará razón de una naturaleza del
esse que deviene así análoga. Y la analogía permite rescatar al ipsum esse de la
univocidad rechazada por Tomás de Aquino, pero también de la equivocidad
y su correlato, el agnosticismo, no menos ajeno a la mente y propósito del
Aquinate.

Con el término “existencial” pretendo remarcar una comprensión de la forma, tal como
34

la concibe Stephen Brock. Él, al poner de relieve su función de “principio del esse”,
deja claro que la forma o esencia es para Tomás mucho más que un simple concepto,
una denominación abstracta que sirve solo para definir y limitar un ser específico. Por
el contrario, el hecho de ser causa del esse la convierte en un principio constitutivo de
la naturaleza, –digámoslo también así– de la existencia, del esse mismo. Asumido esto,
fuera del esse, ¿puede haber algo más “existencial” que la esencia?

29

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