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MARIA ASUNCIÓN GALINDO

(Agradecimiento a la Asociación de Investigacion Cultural, de Arte Ciencia y Tecnología


DINAMIS (Paul Velarde) al Congreso de la República, Orquesta del Britanico,
agradecimiento al público).

Es muy grato estar presente en esta reunión dedicada a la memoria de María Asunción
Galindo, una maestra puneña ejemplar que vuelve desde del fondo del tiempo para
traernos su mensaje de amor a la infancia y de profesionalismo innovador, pues
aunque esta palabra no estaba de moda en ese tiempo, Maria Asunción Galindo y los
maestros y maestras de su época contribuyeron a establecer en nuestro país la
educación intercultural bilingüe.

¿Por qué es importante la educación intercultural bilingüe? José María Arguedas


explicaba bien este tema preguntando ¿qué pasaría si de niños hubieramos una
escuela inicial donde no enseñaran a leer y escribir en japonés? Sin duda esto
complicaría nuestro aprendizaje y nos acercaría tempranamente a otra cultura, justo
en momentos en que el niño o niña esta formando su identidad. Como decía Arguedas,
el no saber escribir ni leer en nuestro idioma, formarían la idea que nuestra lengua
lengua y su cultura son inferiores, y contribuiría a la extinción de la lengua materna y
de la cultura propia.

En un tiempo en que la educación oficial buscaba la erradicación de las lenguas y la


castellanización de los pueblos originarios, María Asunción Galindo y los maestros y
maestras puneñas enseñaron primero a leer y escribir en quechua y aymara. Y esto lo
hicieron tanto por la mayor eficacia educativa para aprender a leer y escribir como lo
han demostrado diversos estudios, como por la imperiosa necesidad de preservar la
cultura de los pueblos milenarios del altiplano.

La educación bilingüe es importante en un país como el Perú, donde el 16.4% de la


población total habla quechua, aymara o alguna lengua amazónica, y en donde el 25%
de la población se identifica con las culturas a las que pertenecen dichas lenguas.

Permitanme ahora apoyarme en algunos textos de mi padre José Portugal Catacora,


maestro puneño que conoció a María Asunción Galindo, para reseñar la personalidad
y trayectoria de esta maestra. Ambos, compartieron en su época los ideales de los
grandes maestros puneños como Manuel Z. Camacho, Telésforo Catacora, Humberto
Torres Luna, Julian Palacios y desde luego José Antonio Encinas, el Maestro de los
maestros peruanos.
“María Asunción Galindo era una mujer de estatura regular, un poco corpulenta, más
morena que blanca y de ojos redondos; solía vestir sencillamente, sin los aderezos que
gustan a las mujeres.

Tenía una voz sonora y fuerte y total dominio de la lengua aymara, especialmente en
lo que concierne a la elocución. En su conversación hablaba con llaneza. Pero cuando
se dirigía a las masas indígenas en oportunidad de concentraciones de padres de
familia, su palabra adquiría la mágica expresión de la elocuencia, que concita interés,
y de lo convincente, que cae sobre las almas como gotas de plomo derretido que
penetran hondo. En el aula su palabra se tornaba tierna, sencilla y exultante y los niños
la escuchaban sonrientes y con los ojos puestos en ella, como si quisieran recoger con
ellos las cosas de que les hablaba.

La maestra Galindo sirvió preferentemente a los aymaras y en esto radica


indudablemente la comunión entre su espíritu profesional, responsable y entusiasta y
el espíritu de las gentes aymaras. En el fondo se consustanciaron y de esa
comunicación espiritual brotó su verdadera personalidad y la dirección de su
trayectoria profesional, inquieta, esforzada, siempre dispuesta a superar cada vez su
propia personalidad y su propia obra”. Fin de la Cita de del libro Historia de la
Educación en Puno, de José Portugal Catacora.

Hagamos ahora una breve reseña de María Asunción Galindo. Ella nació en 1895
estudió en Puno para ser maestra, empezando a enseñar desde los 17 años en las
comunidades del altiplano, especialmente en la zona Aymara, donde no se limitaba al
trabajo con los niños pues se comprometía y animaba los trabajos de la comunidad
para con mejorar su situación social. En 1937, al ingresar a trabajar en las Brigadas de
Culturización Indigena del Ministerio de Salud, se produce su encuentro con el grupo
de maestros liderados por don Julíán Palacios que buscaba renovar la educación
haciéndola medio de liberación para los aymaras y quechuas, bajo un modelo integral,
con un trabajo con la escuela y la comunidad y afirmando los derechos y la cultura de
estos pueblos.

Es con el respaldo de este grupo de maestros, conformado por Julián Palacios,


Francisco Deza, Nora Luz Díaz, Anselmo Mollepasa y otros, que María Asunción Galindo
y Nora Luz Diaz de Deza inician en el verano de 1940 la enseñanza de la lectura y
escritura en aymara en la Escuela de Ojherani. Contaba para esto con el alfabeto
aymara - español elaborado por el grupo y la experiencia colectiva de estos maestros.
Rápidamente la experiencia empezó a mostrar su acierto. José Portugal Catacora lo
cuenta así:

“Cierto día del verano del año 1940, ciento y tantos maestros que nos encontrábamos
reunidos en la ciudad de Puno, bajo la dirección del profesor Luis Rivarola, el inspector
de Educación don Gustavo Rubina, visitamos el trabajo que realizaban las dos maestras
en la comunidad de Ojherani cerca al Lago Titica y a unos kilómetros de Puno, y
observar su experiencia de utilización de la lengua nativa para el aprendizaje de lectura
y escritura con niño aymaras.

En aquella oportunidad nos fue muy grato constatar, no precisamente el resultado


técnico pedagógico positivo del experimento, si no otro, más profundo, más humano.
Y es que los niños aprendían con alegría, ellos sentían evidente satisfacción de poder
comprender lo que leían más aun de poder escribir en la lengua con la que nacieron y
la que empleaban en el ambiente familiar y social de que procedían.

En cambio, que diferente es la actitud de los niños que concurrían a las escuelas donde
se les enseñaba a leer y escribir en castellano. En este caso permanecían callados,
sumidos en un mutismo deprimente y perturbador de su personalidad. Era entonces
indiscutible que el experimento dio resultados positivos y quedaba descorrido el velo
de dudas y discusiones que cubría la posibilidad de que los niños indios leyeran en su
propia lengua”.

Tuvieron que pasar varias años de trabajo todavía para que en 1942 el Ministerio de
Educación autorizara el uso de la Lengua nativa para la alfabetización de adultos y
adolescentes en Ojerani, y hasta 1946 que se convirtiera en una Escuela Experimental,
permitiendo así un trabajo más sistemático y mediciones de resultados que
comprobaron la eficacia de la educación bilingüe.

Pero el modelo desplegado por Galindo y los maestros liderados por don Julian Palacios
no se limitaba al aprendizaje escolar, sino que involucraba un trabajo con toda la
comunidad y sus familias, abarcando actividades productivas y culturales para afianzar
su cohesión y desarrollo en base a sus prácticas ancestrales.

La semilla estaba sembrada y a pesar de los múltiples obstáculos y oposiciones, de


quienes buscaban la extinción de las lenguas y culturas originarias de nuestro país, hoy
con debilidades e insuficiencias, la Educación Intercultural Bilingüe es una política
nacional con más de 20,000 instituciones educativas en todo el territorio nacional.
Son muchas las críticas que pueden hacer a la actual educación intercultural bilingüe,
por ejemplo que muchos profesores no hablen la lengua en que enseñan, las malas
condiciones de infraestructura, la falta de proyección hacia la comunidad, así como
también el poco trabajo en la escuela y la comunidad por fortalecer las prácticas
culturales de cada comunidad.

A pesar de todo el Perú cuenta con una política de educación intercultural bilingüe que
debe proyectarse al nivel universitario y ser plenamente intercultural, de manera que
a través del sistema educativo peruano podamos aprender algo más de la valiosa
historia, cultura y lengua de los pueblos originarios de nuestro país, valorarlos y
desterrar la discriminación que afecta nuestro desarrollo.

Para finalizar permítanme presentarles algunas imágenes, para conocer más de la


maestra Galindo.

Foto 1: En esta foto podemos ver a algunos maestros en su trabajo con los niños del
campo, debe ser alrededor de fines de los años 30. Están en la foto mi padre José
Portugal Catacora, el profesor Anselmo Molleapaza que hemos mencionado antes. Y
dos profesoras que no hemos podido investigar. Foto del Archivo de José Portugal
Catacora.

Foto 2: Maria Asunción Galindo y el equipo de maestros que viajó a Warisata para
elaborar junto con los maestros bolivianos el reglamento y los documentos técnico
pedagógico de los Núcleos Educativos Rurales. La foto es de 1945 y están Jose
Marroquin, Francisco Deza, Nora Luz Díaz, Julián Palacios, Leopoldo Astete Maravi,
Fidel Flores. Foto prorcionada por José Luisa Ayala.

Foto 3: En 1946 la Escuela de la maesta Galindo se convirtó en Escuela Experimental,


desarrollando un científico, que produjo materiales y mediciones sobre la eficacia del
método. La foto sería entonces de fines de la década del 40, figurando en la foto María
Asuncion como Directora y como invitados la maestra Luz Diaz, su esposo Francis Deza,
Julian Palacios y José Portugal Catacaora.

Foto 4: Maestros en Ojherani. Una de las visitas de personas del extranjero para
conocer la experiencia. Visitaron representantes del SECPANE (Servicio Cooperativo
Americano de Educación) de Méjico y de Bolivia mismo. Son maestros puneños,
tambien figura el poeta Aurelio Martinez y María Asunción Galindo.
Foto 5: Un folleto de homenaje publicado por los maestros puneños, foto del
investigador José Luis Velásquez Garambel.

De esta manera concluímos nuestra participación en este justo homenaje a la maestra


Asunción Galindo y con ella a los maestros y maestras de Puno que iniciaron la
educación bilingüe científica, y recoger su mensaje de amor a la infancia, compromiso
con los pueblos originarios de nuestro país y de devoción por el Perú y su porvenir.

Muchas gracias.

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