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Objetivo: Sintetizar las principales características políticas, económicas y sociales del siglo XIX y XX de la Historia de
Chile.
Chile en el siglo XIX
La tarea de organizar nuestra república una vez finalizada la Independencia comenzó a consolidarse a partir de 1830. Se
dictó una Constitución que tuvo una larga duración. Se puso en marcha un nuevo modelo económico basado en la
explotación y exportación de recursos naturales. Se modernizó la educación, se promulgaron leyes y se tomaron medidas
para afianzar el control del territorio.
En esta etapa hubo especial interés por promover la educación. Se crearon escuelas y liceos en las principales ciudades
del país. También se establecieron escuelas de preceptores para formar profesores y se redefinieron los contenidos de la
enseñanza.
Uno de los logros más importantes tuvo lugar durante el gobierno de Manuel Bulnes, con la creación de la
Universidad de Chile en 1842, cuyo primer rector fue Andrés Bello. Esta institución se convertiría en el centro del
desarrollo cultural y científico del país. En el plano legislativo, durante el gobierno de Manuel
Montt se promulgó el Código Civil (1855), que vino a reemplazar la legislación colonial.
Este período estuvo marcado por cambios en las formas políticas, comenzando con una etapa liberal y continuando con
una etapa parlamentarista Tuvo lugar la Guerra del Pacífico, se llevó a cabo la ocupación de la Araucanía y se
consolidó una economía basada en las exportaciones de salitre, configurándose un nuevo grupo social, el proletariado.
Presidencialismo 1920-1960
Esta etapa se caracterizó por un intenso proceso de cambios en el orden institucional, político, económico y social. Hacia
1920 el sistema parlamentarista había entrado en crisis y se había mostrado incapaz de solucionar los conflictos que
sacudían a la sociedad. Ese año fue elegido Presidente Arturo Alessandri, candidato que se había manifestado a favor
de restaurar el poder presidencial y buscar soluciones a los problemas sociales.
Las prácticas parlamentarias le impidieron llevar a cabo su programa de reformas y solo a fines de su mandato, los
militares intervinieron para forzar a los diputados y senadores a aprobar leyes sociales a favor de los trabajadores.
Además se promulgó la Constitución de 1925, que puso fin al sistema parlamentarista, al restituir algunas atribuciones
al Presidente.
Ampliación política
Desde fines del siglo XIX se habían conformado nuevos grupos sociales como resultado de las actividades salitreras, la
ampliación del mundo urbano y el acceso a la educación. Se trataba del mundo obrero y la clase media. Estos grupos
generaron sus propias organizaciones políticas para que representaran sus ideales y demandas. Surgieron entonces los
partidos de izquierda, el comunista (1922) y el socialista (1933), que convocaron a los sectores populares y a amplios
contingentes de estudiantes universitarios. Aunque ya existía en el siglo XIX, el partido Radical asumió la representación
de los sectores medios urbanos. Los sectores de derecha se aglutinaron en torno a los partidos Liberal y Conservador.
Sin embargo, un aspecto llamativo de este período fue la existencia de muchos partidos pequeños y grupos políticos con
menor representación, lo que demostraba la pluralidad de un sistema cada vez más participativo y democrático. En
sucesivas reformas se logró que el voto masculino se hiciera universal, en 1948 –tras la intensa lucha que dieron las
organizaciones de mujeres por esta reivindicación– se permitió el voto a las mujeres y se realizaron cambios que tendían
a eliminar los vicios electorales.
Estos años, llamados “del cambio social”, se caracterizaron por una activa movilización de los sectores que reclamaban
mejores condiciones de vida, principalmente en lo que se refería a la vivienda, la educación y la salud primaria. A inicios
de los años 60 la mayor parte de la población era menor de 18 años y antes de que terminara la década reclamaría sus
derechos para lograr una mejor educación, un trabajo digno y la posibilidad de acceder a una casa propia.
Se denomina dictadura a una forma de gobierno iniciada con la toma violenta del poder y ejercida con una fuerte
represión en contra de sus opositores, características que corresponden al gobierno de esta etapa. El golpe de Estado de
1973 significó el quiebre del sistema democrático en Chile. El país fue ocupado por las Fuerzas Armadas y Carabineros y
se iniciaron ataques contra los lugares donde se suponía había partidarios del régimen derrocado.
El general Augusto Pinochet, apoyado por las ramas de las Fuerzas Armadas, ejerció su gobierno desconociendo
muchos de los derechos y libertades que hasta ese entonces gozaban los chilenos y chilenas.
Junto con lo anterior, el general Pinochet ejerció el poder con toque de queda, censura de prensa, prohibición del
derecho de reunión e información, clausura del Congreso y eliminación de los partidos políticos. En otras palabras, el
gobierno anuló la tradición democrática. Ante esta realidad, miles de chilenos y chilenas debieron salir al exilio, es decir,
abandonar obligadamente el país, para evitar caer detenidos. Asimismo, hubo expulsiones y prohibiciones de ingreso al
país por parte del gobierno, que también constituyeron parte importante de este exilio.
Los partidarios del general Pinochet y su gobierno justificaban estas medidas sosteniendo que constituían la única salida
para no caer en manos de “los comunistas” (denominación que comenzó a utilizarse para referirse a los opositores al
régimen) y su dictadura. Sostenían que Pinochet había salvado a Chile de este peligro y no creían las informaciones
sobre violaciones a los Derechos Humanos. Años después, muchos reconocieron que sí habían sucedido.
El término de un periodo.
Transcurridos diez años del gobierno militar, se iniciaron las protestas: una vez al mes, los opositores salían a las calles a
reclamar contra el general Pinochet y exigir que dejara el poder. En casi todas las oportunidades eran reprimidos con
dureza por carabineros y militares, produciéndose incluso víctimas fatales. Un nuevo clima ascendente de violencia se
iniciaba en Chile. Se formaron grupos que buscaban derrocar al general Pinochet por medio de las armas. Se colocaban
bombas, se atentó contra algunos oficiales vinculados a los organismos de represión, se descubrió una internación al
país de armas destinadas a formar una milicia guerrillera e incluso se intentó asesinar a Pinochet en una emboscada en
el Cajón del Maipo cerca de Santiago.
Surgió entonces la iniciativa de un diálogo entre oposición y gobierno para lograr una salida pacífica a la situación y
determinar las condiciones en que se debía celebrar el plebiscito que estaba señalado en las disposiciones transitorias
de la Constitución de 1980. El 5 de octubre de 1988 se realizó un plebiscito en que la ciudadanía debía decidir si el
general Pinochet continuaba en el poder por ocho años más. La opción “No” fue la mayoritaria. Al año siguiente se
realizaron elecciones libres, presidenciales y parlamentarias, que pusieron fin a esta etapa.