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Las mujeres del Boom:

ausencias y lugares
periféricos en la escritura.
Tema 7
El Boom en clave de mujeres
Si revisamos la bibliografía en torno al Boom los autores que
aparecen como parte de este fenómeno literario son, casi en su
totalidad, hombres. En esta semana abordaremos una parte que
solamente desde hace pocos años se ha vuelto visible: la de las
autoras contemporáneas al Boom que no fueron parte del Boom o
que muy discretamente han sido consideradas como parte de este
movimiento literario .

Para ello les propongo que analicemos, en primer lugar, cómo las
mujeres han estado históricamente excluidas del sistema cultural y
literario en Occidente y cómo desde el feminismo se hizo una
reivindicación escritural; tomaremos la figura de Virginia Woolf
como central para este propósito. Luego abordaremos los roles que
algunas escritoras latinoamericanas contemporáneas a los escritores
del Boom tuvieron, centrando nuestra atención en dos autoras:
Rosario Castellanos y Clarice Lispector.
Sistema literario y mujer
La literatura, históricamente, ha sido un territorio de acción
excluyente para las mujeres. En las sociedades patriarcales las mujeres
estaban destinadas a habitar los espacios privados y a tener funciones
reproductivas y de cuidado. La escritura literaria, esa de carácter más
público estaba destinada a los hombres. Las mujeres en muchos casos
no eran alfabetizadas y en caso de poder leer y escribir no podían
acceder a todos los libros y solamente podían escribir bajo algunos
géneros paraliterarios como la carta o el diario íntimo.

Por eso, cuando estudiamos épocas como el Siglo de Oro español o el


Simbolismo, encontramos autores hombres casi en su totalidad. No
obstante desde finales del siglo XIX hasta nuestra época, muchas
mujeres han escrito textos considerados como literatura, posibilitando
expandir la noción del fenómeno literario, por ejemplo al entender
cómo la experiencia de ser mujer es importante al momento de
escribir.
Sistema literario y mujer
Virginia Woolf, escritora y editora
inglesa, publicó un libro: Un cuarto
propio (1929), en el que se pregunta lo
siguiente: ¿por qué no ha habido buenas
escritoras de novelas? Ella, llega a la
conclusión de que esto ocurría por dos
razones. Uno, porque la mujer no había
tenido una habitación propia en la que
escribir con tranquilidad, pues en la
casa debía ocuparse de sus hijos o su
marido (y si accedían a espacios como
el convento podían escribir pero muy
controladas por los confesores). Y dos,
porque las mujeres no recibían un
estipendio que les permitiese poder
mantenerse sin necesidad de depender Imagen: Portada de A Room of One’s
Own
de un hombre y poder escribir sobre lo Fuente: https://co.pinterest.com/pin/
que quisieran. 539095017866559150/?lp=true
Sistema literario y mujer
Virginia Woolf tuvo la suerte de estar
casada con un hombre de mente
abierta que se dedicó al mundo
editorial y a la escritura, como ella.
No tuvieron hijos. Adicionalmente, se
debe decir que una adinerada tía suya
le heredó un pequeño estipendio
mensual. Es decir, la autora fue una
mujer privilegiada que tuvo su cuarto
propio y su estipendio.

Por eso es que la autora inglesa pudo


escribir algunas de las obras más
sugerentes de su época, con un estilo Imagen: Retrato de Virgina Woolf
muy particular; asimismo, ensayos Fuente: https://www.newyorker.com/
tales como Un cuarto propio, libro que magazine/1954/03/06/a-consciousness-of-
sigue siendo hoy en día uno de los reality

pilares que sostienen el feminismo.


Sistema literario y mujer
La mujer, de esta manera, ha tenido una posición de desventaja material
frente al hombre al momento de escribir y de convertirse en autora. No
solo eso, sino que ha tenido que cargar con una serie de roles (basados en
estereotipos) que han limitado su acción siendo el de la “buena esposa” y
“buena madre”, conocido vulgarmente como ángel del hogar, el más
extendido. No obstante, con la emergencia del feminismo y con la
modernización de la vida (que, por ejemplo, ha permitido el
aparecimiento de la pastilla anticonceptiva o técnicas para decidir sobre
el destino del propio cuerpo) la vida de las mujeres ha cambiado, en
varios casos, radicalmente sin que por eso haya terminado la desigualdad
de una sociedad que lleva siglos fomentando jerarquías en función de la
sexualidad.

Este cambio no ha sido sencillo, pero hoy en día puede evidenciarse


también en la literatura, por ejemplo con la popularización de una serie
de autoras jóvenes que, a lo largo y ancho del planeta, despiertan mayor
atención que nunca por libros interesantes, que abordan historias
novedosas y complejas, lo cual marca un hito en la historia literaria.
Sistema literario y mujer
No obstante, asumir que por las prohibiciones y mandatos
patriarcales las mujeres no escribieron es un error. Afortunadamente
la historiografía literaria va rescatando, cada día más, textos de
mujeres: diarios de vida de religiosas en la Colonia, cartas escritas
por mujeres en la República, textos experimentales escritos por
mujeres en el siglo XX.

En estos textos es posible encontrar estilos particulares que tienen que


ver con el hecho de habitar socialmente un cuerpo de mujer. Cabe
mencionar que las mujeres no escriben de una forma absoluta ni lo
hacen por un mandato biológico. Nuestro análisis es histórico. Por
ejemplo cómo al ser los diarios o las cartas los únicos géneros en los
que les era permitido escribir, aparecen ciertos estilos particulares
vinculados a la condición demenina.

Volviendo a Virginia Woolf, por ejemplo, una de las marcas


principales que pautanel estilo de la autora es lo que se conoce como
flujo de conciencia. Veamos este concepto en la siguiente diapositiva.
El flujo de conciencia
El flujo de conciencia es una forma de narración intermitente en la
que se evoca un flujo ininterrumpido de pensamientos que
aparentemente no tienen encadenamiento lógico.

En los textos con flujo de conciencia, si bien hay un hilo argumental


que ata toda la historia, no hay una lógica de causa y efecto sino de
un pensamiento que lleva a otro y a otro y a otro de modo más
inconexo. A diferencia del relato común y corriente en el que quien
narra busca ser claro y conciso, en estos textos quien narra “se
pierde” en su propio relato.

Curiosamente, una de las acusaciones del pensamiento patriarcal ha


sido decir que las mujeres son poco claras, que “se van por las
ramas”. El flujo de conciencia no es una narración femenina (de
hecho se le atribuye a James Joyce una de las formas de uso más
elevado de esta forma) pero intentaremos ver cómo en el caso de
Woolf es fundamental vincularla al hecho de que ella era mujer.
El flujo de conciencia
Miren por ejemplo en el caso del cuento “La mancha en la pared”, que
relata cómo una mujer descubre lo que parece ser eso, una mancha en la
pared, lo cual desencadena una serie de pensamientos inconexos.

“Pero, en lo referente a la marca, realmente no estoy segura. A fin de


cuentas, no creo que fuera una marca dejada por un clavo; era demasiado
grande, demasiado redondeada. Hubiera podido levantarme, pero si me
levantaba y la miraba, había diez probabilidades contra una de que no
supiera averiguarlo con certeza; debido a que, cuando se hace una cosa,
una nunca sabe cómo ocurrió. Oh, sí, el misterio de la vida, la
inexactitud del pensamiento... La ignorancia de la humanidad… Para
demostrar cuan poco dominio tenemos sobre nuestras posesiones —cuan
accidental es nuestro vivir, después de tanta civilización—, séame
permitido enumerar unas pocas cosas entre todas las que perdemos a lo
largo de nuestra vida, comenzando por la pérdida que siempre me ha
parecido la más misteriosa entre todas: ¿qué gato es capaz de masticar o
qué ratón es capaz de roer, tres estuches azul pálido de herramientas para
encuadernar libros?” (Woolf, 2016, s.n.).
Woolf, Virginia (2016). La casa encantada y otros cuentos. Madrid: Greenbooks editores.
El flujo de conciencia
Como es posible apreciar, este tipo de narración no es que sea poco
racional. Lo que hace es pensar desde una lógica distinta en la que se
van tejiendo pensamientos uno con otro de manera particular. Este
modus operandi retoma lo que la mayoría de personas hacemos en
nuestras cabezas: ir asociando ideas de modo constante, en un flujo
que parece que no tiene fin. Este acto privado, el de pensar conectiva
y fluidamente, cuando se hace público suele transformarse en un
pensamiento con ideas más claras y concretas. ¿Por qué se queda en
esta narración privada más fluida y más difícil de entender por los
demás? ¿Por qué Woolf nos incita a cambiar la lógica de la narración?
¿Por qué complejiza aquel acto de lectura?

Una de las posibles respuestas es que lo hace para que analicemos


cómo las mujeres, “destinadas” al hogar han debido vincular esas dos
dimensiones: la pública y la privada. Asimismo, esa “actitud
femenina” de irse por las ramas, se dignifica como una forma
compleja y racional para darle sentido al mundo.
El Boom y las mujeres
Aunque hablamos de la importancia de
Carmen Balcells como agente literaria de
varios de los escritores estudiados, la
verdad es que el Boom se caracterizó por
ser un movimiento predominantemente
masculino. Esto no solamente se reflejó
en los autores sino también en ciertas
temáticas y actuaciones. Un García
Márquez que escribía sobre los caudillos,
un Julio Cortázar con historias de
desengaño masculino, un Vargas Llosa
Imagen: Carmen Balcells rodeada de algunos de los escribiendo sobre sus amoríos con su
escritores del Boom Latinoamericano, propia tía, por mencionar tres casos, dan
Fuente: http://elestimulo.com/blog/muere-carmen- cuenta de temas y motivos que obedecen,
balcells-agente-de-gigantes-del-boom-literario- en buena medida, a su condición de ser
latinoamericano/
hombres. Efectivamente, pareciera que
los roles de autor marcados por el
género fueron importantes en el Boom.
El Boom y las mujeres
Eso no quiere decir que, de hecho, hubo mujeres que escribieron en
esos “años salvajes” del Boom, en los que textos y autorías se vendían
por todo el mundo. Autoras como Clarice Lispector (Brasil), Luisa
Valenzuela (Argentina), María Luisa Bombal (Chile), Cristina Peri
Rossi (Uruguay) o Elena Garro (México) y Rosario Castellanos
(México).

¿Qué roles ocuparon estas mujeres en la escritura? ¿Por qué no


tuvieron lugares más relevantes en el sistema literario? ¿Qué podemos
criticar hoy en día del trato que recibieron como autoras? ¿Tienen
algunos de sus textos un estilo o un valor artístico que deberíamos
estudiar de modo particular?

En las siguientes diapositivas analizaremos algunas cuestiones


complejas con las que estas mujeres tuvieron que lidiar solamente por
ser mujeres y tener un rol menos privilegiado en la sociedad.
El Boom y las mujeres: Peri Rossi
“El recuerdo es de Cristina Peri Rossi, la gran
escritora uruguaya: ‘Había una biblioteca que
para mí era fundamental, la de un tío mío –
comunista, soltero, intelectual–. Tendría unos
mil libros que fui leyendo en los ratos que él
no estaba, porque los tenía en su cuarto (...).
Un día me dijo, muy severo: ‘Imagino que
todavía no has leído todos los libros que tengo,
pero sí te habrás dado cuenta de cuántos libros
de mujeres hay’. Y le dije: sólo tres. Hay uno
de Alfonsina Storni, uno de Safo y uno de
Virginia Wolf. Y me respondió: 'Mmmm. ¿Y
te leíste las solapas para ver cómo murieron?'.
Le dije: las tres se suicidaron. Y me contestó:
Imagen: Retrato de Cristina Peri Rossi ‘Bueno, aprendé: las mujeres no escriben. Y
Fuente: https://es.babelio.com/ cuando escriben, se suicidan’" (Pérez Salazar,
auteur/-Cristina-Peri-Rossi/670 2016).
Pérez, Salazar (2016)."’Las mujeres no escriben. Y cuando escriben, se
suicidan’: las escritoras latinoamericanas durante el Boom”, BBC News,
Edición Septiembre.
El rol de la debilidad y la locura: Peri Rossi
Detrás de esta anécdota que buscaba que, en el propio seno familiar,
las mujeres no escribiesen, está la idea de poco criterio y
pusilanimidad femeninas. En el Génesis, Eva, la primera mujer se
representa como débil y con poco criterio. Por ello es que ella se deja
“corromper” por el demonio y arrastra al “incauto” Adán. Estos
estereotipos durante mucho tiempo hicieron que se controlara la
lectura de ciertos libros por parte de las mujeres lo cual también
controlaba la escritura femenina por ser “peligrosa”.

Cristina Peri Rossi comprenderá los peligros de la escritura de las


mujeres en medios de violencia patriarcal. Ella debió exiliarse en
España con la dictadura uruguaya por sus convicciones políticas. A
pesar de que su obra fue traducida a muchos idiomas y circuló por
buena parte del mundo sus libros fueron de lectura prohibida en
Uruguay por sus complejas temáticas que, a través de un estilo
complejo, evidenció temas incómodos para el régimen. Fue, por
ejemplo, una de las primeras escritoras latinoamericanas que explicitó
temáticas lésbicas en su literatura. La autora uruguaya fue en verdad
la única mujer vinculada al Boom aunque nunca tuvo la misma fama
de sus colegas hombres.
El Boom y las mujeres: Garro
Elena Garro es curioso personaje de la
historia literaria de México no sólo por
su sugerente literatura sino por su
polémica vida. En 1958 ocurrió una
matanza perpetrada por parte del
gobierno mexicano, en contra de un
grupo de estudiantes que se estaban
manifestando en la capital. Este hecho
tuvo a la mayoría de intelectuales a favor
de los estudiantes. La autora no solo que
Imagen: Fotograma de la autora del se posicionó del lado del gobierno sino
documental La cuarta casa, un retrato de Elena que, al parecer, colaboró con la policía
Garro
secreta, lo cual fue muy mal visto y fue
Fuente: https://www.elccc.com.mx/sitio/ la posible causa para que la autora se
index.php/produccion-filmica/
2000-2009/2002/460-la-cuarta-casa-un-retrato-
exiliase en Europa. Asimismo, aunque
de-elena-garro escribió algunos textos usando lo que
podría denominarse como realismo
mágico, despreció esa categoría a la que
calificó de mercantilista demostrando
así un carácter complejo.
El rol de la debilidad y la locura: Garro
A pesar de tener novelas transgresoras y testimoniales que se publicaron
en la misma época que las novelas del Boom y el mencionado carácter
complejo que hubiese sido “perfecto” para venderla como autora, la suya
no era la promoción que se buscaba de los escritores latinoamericanos.

De hecho, Elena Garro fue conocida más que por su literatura por haber
sido la esposa de Octavio Paz, el famoso poeta y ensayista mexicano.
Aquí se ve un rol de mujer impuesto por el sistema escritural: el de
acompañante del hombre, accesorio que, de nuevo, regresa a esa narrativa
bíblica de Eva que sale de la costilla de Adán. Garro morirá en
condiciones de necesidad y adicción sin la fama y el dinero de su marido.
Su novela Reencuentro de personajes (1982) re-editada años después por la
editorial Drácena usó la desafortunada frase siguiente para intentar
vender más ejemplares: “Mujer de Octavio Paz, amante de Bioy Casares,
inspiradora de García Márquez y admirada por Borges” (Marrón, 2017).
Un caso que demuestra el lugar de exclusión literaria y mirada patriarcal
existente en el Boom.

Marrón, Nuria (2017). “Las mujeres en el ‘boom’ latinoamericano: o invisibles o asistentas”. El periódico. 30/04/2017.
El Boom y las mujeres: Castellanos
Incluso autoras que fueron escritoras
más celebradas en su tiempo y que, al
igual que otros autores del Boom, como
Carlos Fuentes, fungieron como
representantes diplomáticas de sus
países, tampoco tuvieron acceso al
B o o m . E s e l c a s o d e Ro s a r i o
Castellanos, quien en su obra hizo
críticas mordaces al sistema mexicano
que diferenciaba existencias en razón de
Imagen: Retrato de Rosario Castellanos
clase, etnia, género. Entre sus novelas
destacan Balún Canán (1957), Oficio de
Fuente: https://www.biografiasyvidas.com/ tinieblas (1962), Rito de iniciación (1996)
biografia/c/castellanos_rosario.htm
así como su colección de cuentos Álbum
de familia (1971). No obstante la autora
escribió ensayo libre ensayo académico,
poesía y teatro, siendo una autora muy
completa. Murió electrocutada en su
casa en Israel, cuando era la embajadora
mexicana en ese país.
Literatura y espacio doméstico: Castellanos
Una de las cuestiones importantes en la literatura de Rosario Castellanos
es el uso en sus textos del espacio doméstico. Tal como hemos visto,
tradicionalmente la mujer ha sido confinada al hogar (recuerden esa
etiqueta que se suele usar: “la reina del hogar”), lugar asociado al
cuidado familiar y que tiene un carácter poco intelectual. Luisa Gil
Iriarte comenta cómo este espacio, no obstante estas consideraciones
que le restan importancia al pensamiento de la mujer, resulta
fundamental al momento de articular la poética de la autora:

“Las voces de la obra de Rosario Castellanos exploran un mundo de


mujer a lo largo del espacio doméstico, usado como laboratorio de
creatividad, subvirtiendo los símbolos, diciendo lo indecible, usando el
cuerpo como semillero simbólico, vislumbrando el poder opresor del
lenguaje, convirtiendo los juegos de palabras en poesía” (Gil, 1996:
79-80).

En la siguiente diapositiva lean uno de los poemas que trabajan este


espacio.
Gil Iriarte, Luisa. (1996). “‘¡La voz a ella debida’: la imagen de la mujer en la poesía de Rosario Castellanos”. Revista
de Literatura Hispanoamericana, 32, pp. 34-45.
Economía doméstica
He aquí el secreto del orden. Y es también natural
Tener un sitio para cada cosa .
Que el polvo no se esconda en los rincones. 
Y tener
Cada cosa en su sitio. Así arreglé mi casa. Pero hay algunas cosas
Impecable anaquel el de los libros:  Que provisionalmente coloqué aquí y allá
Un apartado para las novelas, O que eché en el lugar de los trebejos.                     
Otro para el ensayo Algunas cosas. Por ejemplo, un llanto                
Y la poesía en todo lo demás. Que no se lloró nunca;
 Si abres una alacena huele a espliego Una nostalgia de que me distraje,
Y no confundirás los manteles de lino Un dolor, un dolor del que se borró el nombre, 
Con los que se usan cotidianamente. Un juramento no cumplido, un ansia
Y hay también la vajilla de la gran ocasión Que se desvaneció como el perfume 
Y la otra que se usa, se rompe, se repone De un frasco mal cerrado 
Y nunca está completa. Y retazos de tiempo perdido en cualquier parte. 
La ropa en su cajón correspondiente  Esto me desazona. Siempre digo: mañana…
Y los muebles guardando las distancias Y luego olvido. Y muestro a las visitas,
Y la composición que los hace armoniosos. Orgullosa, una sala en la que resplandece
Naturalmente que la superficie La regla de oro que me dio mi madre.
(de lo que sea) está pulida y limpia.
¿Un cuarto propio (latinoamericano)?
En este sentido, y a pesar de las valiosas ideas de Virgina Woolf respecto
al cuarto propio, pareciera que de alguna forma no se aplican del todo en
el contexto de las mujeres racializadas o latinoamericanas. La escritora
chicana Gloria Anzaldúa escribe una carta a estas mujeres y les dice:

“Olvídate del ‘cuarto propio’ –escribe en la cocina, enciérrate en el


baño–. Escribe en el autobús o mientras haces fila en el Departamento de
Beneficio Social o en el trabajo durante la comida, entre dormir y estar
despierta. Yo escribo hasta sentada en el excusado. No hay tiempos
extendidos con la máquina de escribir a menos que seas rica o tengas un
patrocinador (puede ser que ni tengas una máquina de escribir). Mientras
lavas los pisos o la ropa escucha las palabras cantando en tu cuerpo.
Cuando estés deprimida, enojada, herida, cuando la compasión y el amor
te posean. Cuando no puedas hacer nada más que escribir” (1980, pp.
224-225).
Anzaldúa, Gloria (1988). “Hablar en lenguas. Una carta a escritoras tercermundistas”. En Moraga & Castillo (eds.).
Esta puente, mi espalda. Voces de mujeres tercermundistas en los Estados Unidos. (pp .218-222). San Francisco: ISM Press.
Lectura
Ese espacio particular de las mujeres latinoamericanas del que
hablaba Anzaldúa pareciera que esta presente en la obra de
Rosario Castellanos. ¿Podríamos pensar en un “salón propio”?
¿O en espacios nunca propios sino compartidos donde hay
urgencia por escribir? ¿Es posible, en cualquier caso, generar
conocimiento desde estos lugares? ¿No sería una repetición del
rol del ángel del hogar?

Les pido que, pensando en estas preguntas, por favor lean el


cuento “Lección de cocina” (que tiene el nombre de Lectura
Castellanos) de nuestra autora para, acaso, pensar en una
“cocina propia” o espacios del hogar que se reapropian desde
la escritura. Lean con calma y atención. No es un texto sencillo
y requiere que sigan el hilo del cuento.
El Boom y las mujeres: Lispector
Habiendo leído el texto de Castellanos y
comprendido parte de su poética les pido
que ahora pensemos en otra escritora
latinoamericana que sin ser parte del Boom,
escribió en la misma época de esta
generación literaria, teniendo un impacto
internacional importante.

Clarice Lispector (1920-1977) fue una


escritora brasileña de origen judío que llegó
al país sudamericano cuando era muy
pequeña. Nacida en Ucrania, la tierra de sus
padres, es probablemente la escritora
brasileña más conocida del siglo pasado. Sus
textos punzantes, mordaces y difíciles de Imagen: Retrato de Clarice Lispector
Fuente: https://www.eldiario.es/
definir la ubican como una autora compleja, cultura/rescate-Clarice-
muy apreciada por la crítica especializada. Lispector_0_430807600.html
El Boom y las mujeres: Lispector
La vida de Clarice Lispector se vio caracterizada por la
recomposición del rol materno. Su madre murió cuándo ella tenía 9
años por una sífilis que contrajo al ser abusada sexualmente por un
grupo de soldados rusos cuando vivían en Europa.

“Su hijo Paulo, fruto de su matrimonio con el diplomático Maury


Gurgel, suele recordarla con la máquina de escribir sobre el regazo,
tecleando absorta en medio del salón, mientras a su alrededor los
niños correteaban, el teléfono sonaba y la asistenta pasaba la
aspiradora. Se hacía difícil determinar si, en el centro del torbellino
doméstico, Lispector –que no sabía freír un huevo y los quehaceres
cotidianos le importaban un pito– perfilaba una de sus columnas en
las que, con pseudónimo y para ganarse la vida, prescribía recetas y
consejos de moda o belleza” (Marrón, 2017).
Marrón, Nuria (2017). “Las mujeres en el ‘boom’ latinoamericano: o invisibles o asistentas”. El periódico. 30/04/2017.
El Boom y las mujeres: Lispector
Como es posible extraer de la cita la idea del “cuarto propio” de
Woolf, nuevamente se difumina en la vida de una mujer que cuando
estuvo casada debió cuidar de sus hijos y cuando se divorció de su
marido debía ganarse la vida con trabajos periodísticos y no literarios.
En ambas etapas de su vida no dejó de escribir.

En este sentido, la obra de la autora brasileña (cuyo nombre original


fue Chaya Pinkhasovna Lispector, el cual luego se modificó cuando
sus padres llegaron a Brasil) comprende novelas, cuentos, textos
infantiles, poemas y muchas columnas periodísticas.

Entre las principales obras de la autora cabe mencionar Cerca del


corazón salvaje (1944), La lámpara (1946), La ciudad sitiada (1948) y,
especialmente, La pasión según G. H. (1964). En relato corto destaca el
libro de cuentos Lazos de familia (1960) y El vía crucis del cuerpo (1974).
El Boom y las mujeres: Lispector
Lispector además fue famosa por sus
sugerentes autoretratos como el que
podemos ver a la derecha o el que vimos
tres diapositivas atrás. En ellos, a menudo
posa de modo desafiante, mostrándose
muy elegante sorbia y algo severa.
Algunas veces en dichas fotografías
aparece fumando como parte de su
construcción autoral.

En este sentido, en el año 1966, se quedó Imagen: Retrato de Clarice Lispector.


Fuente: http://diariocronica.com.ar/
dormida en su cama mientras fumaba un 547812-clarice-lispector-se-ha-convertido-en-
cigarro. Sufrió graves quemaduras pues el una-figura-pop-de-la-literatura.html

cuarto se incendió. Por este motivo,


abandonó la vida pública y se vio afectada
con depresiones hasta el final de su vida.
Clarice Lispector: la ironía
Una de las cuestiones más interesantes en varios de los textos de
Lispector es el uso de la ironía.

La ironía es una figura literaria a través de la que se dice lo contrario


de lo que aparentemente se dice; es decir crea una suerte de paradoja
a través de juegos del lenguaje. Esto sirve para comentar cuestiones
complejas sin tener que hacerlo de modo agresivo o demasiado
explícito. Asimismo puede ayudar a crear una situación humorística
en la que no obstante no se pierde la crítica.

Algunos ejemplos de ironía incluyen refranes como “Con amigos


como tú para qué quiero enemigos” o frases como “Por suerte has
llegado temprano” cuando una persona arriba tarde a una cita. Así,
podemos ver cómo la ironía es parte de un complejo entramado
comunicativo que usa quien emite el mensaje para descolocar a la
persona que recibe dicho mensaje.
Clarice Lispector: la ironía
La ironía ha sido muy útil para hablar de cuestiones de desventaja en
las que busca resaltarse el privilegio que tienen ciertas personas sobre
otras.

En el caso de las mujeres que, como hemos visto, han debido sufrir
exclusiones e implementación de roles muy establecidos por parte del
sistema cultural y literario, la ironía ha sido esencial para criticar al
sistema patriarcal.

Desde América Latina, además, esa condición de ser mujer se


intersecta con otras desigualdades de clase, de etnia, de colonialidad,
lo cual permite que se hagan críticas a ciertos modelos que perpetúan
determinadas imágenes de ciertas mujeres. Piensen, por ejemplo, las
desigualdades que sufren las mujeres afro o indígenas, que vinculan
discriminación por género y por etnia. Así no solo se critica al
patriarcado sino también al racismo o al colonialismo.
Lectura
Pensando en la ironía y en todas las posibilidades que nos
ofrece para comunicar un mensaje de modo velado y a la
vez ácido, les pido que lean el cuento “La mujer más
pequeña del mundo”. Les pido que se enfoquen en la
escritura mordaz de la autora brasileña y en cómo vuelve
a aparecer una suerte de flujo de conciencia.

Este texto junto con el de Castellanos, serán las bases para


la actividad de esta semana por lo que les sugiero que lean
este segundo texto en vinculación con el primero que ya
leyeron.
Conclusiones
Analizamos al inicio de esta asignatura, en la primera semana, cómo
el Boom tiene que explicarse en consonancia con la política
latinoamericana en el diálogo global, y como un fenómeno de venta
regional. Después de haber leído a dos autoras que escribieron en la
misma época que los autores del movimiento que estamos estudiando
cabe preguntarse: ¿estaban sus escritos en la misma frecuencia política
que los escritos de los hombres de Boom? ¿No están las autoras
preocupadas de otras cuestiones? ¿Es más fácil entender algunos
reclamos políticos de las mujeres hoy en día?

Efectivamente, este siglo XXI que ha despertado al feminismo como


movimiento político global, con una rúbrica latinoamericana
particular nos permite ver que los textos de estas mujeres eran
profundamente políticos pero no bajo lo que se buscaba de la política
latinoamericana en los años 60 o 70. Probablemente por ello, es que
estas autoras no fueron consideradas como parte del Boom y sus
nombres y textos no fueron difundidos como los de sus pares
masculinos.
Conclusiones
El feminismo contemporáneo ha ayudado a valorar algunos de estos
textos y autorías que, curiosamente, y como ha sucedido con el caso
de Lispector, ahora se venden mucho más que cuando sus autoras
estaban vivas. No obstante, ya desde antes del reconocimiento
feminista, los textos arriesgados y creativos de estas autoras
latinoamericanas fueron reconocidos por tener mucha calidad
literaria aunque no en la misma frecuencia del Boom que, como
vimos, era un fenómeno literario masculino.

Hoy en día se habla en el mundo literario del Boom latinoamericano


femenino que incluye a autoras jóvenes de la región que publican
especialmente en España y que están vendiendo sus libros de modo
extenso. Lean este artículo al respecto

https://elpais.com/cultura/2017/08/13/actualidad/
1502641791_807871.html
Conclusiones
De todas formas, analizar a estas autoras que sin haber sido
parte del Boom escribieron en la misma época, nos permite
entender una parte de la vida latinoamericana que ha sido
relegada en la historia de este movimiento.

Estudiar críticamente al Boom implica también comprender


sus límites que deben ser analizados desde matrices
académicas contemporáneas tales como el género o la
poscolonialidad que actualizan a esta generación literaria.

Al final del día, lo principal es que podamos acceder a textos


literarios (en este caso en clave femenina), así como a sus
lecturas especializadas, que permitan que disfrutemos de varias
de las historias relatadas por algunas de las mejores plumas
regionales, en aquellos intensos años en América Latina.

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