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LA IMPORTANCIA DE LA FILOSOFÍA SEGÚN LOS FILÓSOFOS

Escribe: Dr. Eudoro Terrones Negrete

Ilustres pensadores, como Epicuro, Arístipo, Platón, Séneca,


Epícteto, Apuleyo, F. Bacon, Descartes, Voltaire, Helvecio,
Goldsmith, Dilthey, James, Simmel, Husserl, Russell, Maritain,
Sartre, Savater, Camilo José de Cela, C. Lahr y Bochenski, entre
otros, destacan la importancia de la filosofía en los términos que
siguen:

Epicuro (341-270 a.C.). Este filósofo griego destaca la importancia de


la filosofía cuando manifiesta que “No hay cosa más noble, que
aplicarse a la Filosofía”. “Ni el joven dilate de filosofar, ni el viejo de
filosofar se fastidie; pues a nadie es intempestivo ni por muy joven ni
por muy viejo, solicitar la salud del alma. Y quién dice que no ha
llegado el tiempo de filosofar, o que ya se ha pasado, es semejante a
quien dice que no ha llegado el tiempo de buscar la felicidad o que ya
se ha pasado”.

Arístipo (435-366 a.C.): “Lo que he ganado de la filosofía es cierta


aptitud para sentirme a mis anchas en medio de la sociedad”.

Platón (427-347), fue un distinguido discípulo de Sócrates, vio en la


filosofía la panacea contra todos los males, debilidades, enigmas y
vicios de la sociedad y del individuo, y que tan sólo la ignorancia hace
a los hombres viciosos. Platón consideró a la filosofía como el único
instrumento efectivo, eficaz y eficiente para realizar una comunidad
humana libre, pacífica, digna y justa. En su obra “República” expresó
de manera categórica y enfática que “A menos que los filósofos
lleguen a ser reyes, o los reyes filósofos, no habrá modo de terminar
con la intranquilidad y desasosiego de los Estados”. O algo más:
“Mientras los filósofos no se enseñoreen de las ciudades o los que
ahora se llaman reyes y soberanos no practiquen la filosofía con
suficiente autenticidad, de tal modo que vengan a ser una misma
cosa el poder político y la filosofía, y mientras no sean recusadas por
la fuerza las muchas naturalezas que hoy marchan separadamente
hacia uno de estos fines, no habrá reposo, querido Glaucón, para los
males de la ciudad, ni siquiera, al parecer, para los del linaje
humano”.

Lucio Anneo Séneca (4-65 a. C): “La filosofía forma y modela el alma,
ordena la vida, regula las acciones, muestra lo que se debe hacer y
lo que se debe evitar, empuña el timón y dirige la nave en las pasos
peligrosos Sin ella, nadie puede vivir exento de temores; nadie puede
vivir con seguridad; a cada hora acaecen accidentes innumerables
que reclaman un consejo que sólo a ella debe pedirse… la filosofía
debe ser nuestra defensa. Ella nos exhortará a obedecer a Dios de
buen grado y a resistir a la fortuna, con una férrea obstinación; ella te
enseñará a que consigas a Dios, a que soportes el hado”.

De acuerdo con el pensamiento del filósofo romano Séneca, quien


fue maestro de Nerón y defensor del estoicismo, la filosofía “atiende
primeramente a formar el sentido común y a regular los deberes de
la vida y de la sociedad, y de esta profesión nos separamos si vivimos
de ora manera que los demás”. “La filosofía perfecta hace dichosa la
vida, y ésta se dulcifica cuando se empieza por el estudio de
aquella… La filosofía atiende primeramente a formar el sentido
común y a regular los deberes de la vida y de la sociedad, y de esta
profesión nos separamos si vivimos de otra manera que los demás”.
“El vivir es un don de los dioses inmortales, y el vivir bien es un fruto
de la filosofía” (“Cartas a Lucilio”).

Epícteto (55-135 d.C.), filósofo griego y uno de los representantes


máximos del estoicismo, considera que “La filosofía es alimento de
los espíritus fuertes” y que”. “El verdadero filósofo domina la vida, en
lugar de que la vida lo domine a él”. Según este pensador que
gustaba renunciar a sus propios intereses y promover el bien común
de la humanidad “La filosofía nos enseña de dónde venimos, quién
nos ha creado, y a permanecer firmes en el lugar donde nos han
puesto los dioses.

Lucio Apuleyo (siglo II), naturalista y escritor satírico latino, en su obra


“Sentencias” revela que “La filosofía no sólo me ha enseñado a amar
a quien me hace bien, sino también a quien me causa un mal; a
compartir los bienes, más que a conservarlos para mí solo; a desear
mejor lo que es útil a todos que aquello que puede serme útil a mí
únicamente”.

Francis Bacon (1561-1626): “Sin la filosofía nada me importaría la


vida” y que “La historia hace a los hombres sabios; la poesía,
ingeniosos; las matemáticas, sutiles; la filosofía natural, profundos; la
moral, graves; la lógica y la retórica, hábiles para la lucha”.

Renato Descartes (1596-1650): “Creo que la filosofía debe abrir a


cada uno el camino por el que pueda encontrar en sí mismo, y sin
tomarlo de otro, todo el conocimiento que le es esencial para la
dirección de su vida”. “La filosofía es la que nos distingue de los
salvajes y bárbaros; las naciones son tanto más civilizadas y cultas
cuanto mejor filosofan sus hombres”.

Voltaire (1694-1778): “Esta vida es una lucha permanente, y la


filosofía es el único emplasto que podemos aplicar a las heridas que
de todas partes recibimos”.

Claudio Adriano Helvecio (1715-1771): “Los filósofos han conducido


a las sociedades desde el estado salvaje al grado de perfección en
que ahora se hallan”.

Oliver Goldsmith (1730-1774): “La filosofía no puede contribuir a


nuestra felicidad más que disminuyendo nuestras miserias”.

Wilhelm Friedrich Hegel (1770-1831): “La filosofía es la ciencia


objetiva de la verdad, un conocimiento comprensivo; no opinión ni
urdimbre de opiniones”.

Wilhelm Dilthey (1833-1911): “La filosofía es más que pensamiento:


es el principio de la formación autónoma de la persona y de la
sociedad”.
William James (1842-1910): “Un hombre que no tenga ninguna
filosofía es el menos propicio e inaprovechable de todos los prójimos
posibles”.

Georg Simmel (1858-1918): “Sólo en la filosofía es donde cada


pensador, cuando es original, determina no únicamente lo que quiere
responder, sino lo que quiere preguntar para responder al concepto
de filosofía”.

Edmundo Husserl (1859-1938): “Con nuestra actividad filosófica,


nosotros somos los funcionarios de la humanidad”.

Bertrand Russell (1872-1970): “La filosofía puede proporcionar el


hábito del pensamiento exacto y cuidadoso, no sólo en matemáticas
y ciencia, sino en cuestiones de gran importancia práctica. Puede dar
un alcance impersonal al concepto de los fines de la vida. Puede dar
al individuo una justa medida de sí, con relación a la sociedad, del
hombre del presente, al hombre del pasado y el futuro, y de toda la
historia del hombre con relación al cosmos astronómico. Al ensanchar
los objetos de sus pensamientos, proporciona un antídoto contra las
ansiedades y angustias del presente, y hace posible el mayor
acercamiento a la serenidad, que puede tener una mente sensible en
nuestro torturado e incierto mundo”.

“El valor de la filosofía debe hallarse exclusivamente entre los bienes


del espíritu; y sólo los que no son indiferentes a estos bienes pueden
llegar a la persuasión de que estudiar o hacer filosofía no es perder
el tiempo. El valor de la filosofía reside, en realidad, en su misma
incertidumbre. El hombre que carece de filosofía va por la vida preso
en los prejuicios derivados del sentido común, de las creencias
habituales de su tiempo o de su nación, y de las convicciones nacidas
en su mente sin consentimiento ni cooperación de su razón
deliberada. Para tal hombre, el mundo es definido, finito, obvio; los
objetos comunes no despiertan preguntas y las posibilidades no
familiares se rechazan desdeñosamente. Por el contrario, en cuanto
se comienza a filosofar, hallamos que incluso las cosas más vulgares
conducen a problemas a los cuales sólo se pueden dar respuestas
muy incompletas”.

Jacques Maritain (1882-1973 “La filosofía es el instrumento más


perfecto, a nuestra disposición, para una mirada de conjunto sobre la
totalidad del ser”.

Jean-Paul Sartre (1905-1980): “Una filosofía se constituye para dar


su expresión al movimiento general de la sociedad; y mientras vive,
ella es la que sirve de medio cultural a los contemporáneos”.

Fernando Savater (1947-): “La filosofía es para las personas, que no


es simplemente un juguete, cuyo monopolio tengamos los
profesores, los especialistas, sino que es un instrumento para ayudar
a vivir a la gente o para suscitar inquietudes entre la gente”.

Camilo José de Cela, Premio Nobel de Literatura 1989, llegó a decir


que “La filosofía enseña a discurrir”, y discurrir significa pensar,
meditar, razonar, imaginar, inferir, conjeturar.

C. Lahr: “También la filosofía es la antorcha de la historia. Si se quiere


comprender la civilización de un pueblo o de una época, examínese
cómo ese pueblo y esa época han comprendido el derecho, la
libertad, la autoridad, etc.”

Pero hay filósofos también que no comparten la idea sobre la utilidad


para la vida de la filosofía, como es el caso del filósofo y escritor
español Fernando Savater (1947) cuando expresa que “Todavía hay
quien, de vez en cuando, expresa su añoranza por una filosofía “útil
para la vida”; esta postura me parece que encierra un malentendido:
la sabiduría en lo que tiene de lucidez y crítica va siempre contra la
vida; vivimos a pesar de lo que sabemos, no gracias a ello. No
concibo que el pensamiento facilite la vida; la arriesga, la
compromete, la zapa en la mayoría de los casos; quizás por eso sea
la forma más alta de la vida humana que conocemos, porque es la
más antiviral, la que nos pone al borde de perderlo todo sin ofrecer
nada a cambio, salvo horror, soledad o locura” (“Apología el Sofista”),
aunque para el ideólogo del anticomunismo Iosef Bochenski “Nada
es más desatinado que negar el valor de la filosofía para la vida”.

Los hindúes expresaron, muy convencidos, que la filosofía es el


remedio para todos los sufrimientos de la existencia humana.

Nadie podrá contradecir que la filosofía responde a una necesidad


consubstancial del hombre de formarse una concepción unitaria,
coherente y total acerca de sí mismo, del universo, de la vida y de la
muerte, de Dios, la sociedad. “El que no pone un poco de filosofía en
medio de las miserias de este mundo, es un hombre que camina con
la cabeza descubierta en medio de un aguacero. En cambio, el
filósofo dispone de un buen paraguas que le protege del temporal”
puntualiza C. Tillier.

Mg. Carlos Arroyo Casas

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