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CARRERA DE DERECHO
TEMA:
“CAPACIDAD JURÍDICA EN EL
DERECHO ROMANO”
ALUMNA:
CAYETANO IBARRA, Katherine.
PROFESORA:
PEDRAZA POZO JUDITH
INTRODUCCIÓN ............................................................................................... 3
CONCLUSIONES ............................................................................................ 16
BIBLIOGRAFÍA ............................................................................................... 17
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INTRODUCCIÓN
El Código civil regula un sistema de amparo para niños y adolescentes por el
cual se encarga a la familia el cuidado de la persona y bienes de los menores;
de tal forma que son parientes del menor quienes han de protegerlos. Dentro de
la estructura de ese sistema, la patria potestad constituye la figura básica y es
falta de ella que entra a funcionar la figura supletoria de la tutela. Asimismo,
tenemos también a la curatela, otra de las instituciones supletorias de amparo
familiar, pero que en este caso tiende a proteger a los mayores incapaces.
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ORIGEN DE LA TUTELA Y CURATELA EN EL DERECHO ROMANO
Tutela en el derecho romano:
La respuesta a tal interrogante reclama tener claro, para evitar confusiones, que
la tutela pudo ser testamentaria, legítima o dativa.
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Clases de tutela:
Entre las numerosas excusas figuran como más importantes las siguientes:
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de omisión dolosa, la estimación quedaba reservada al pupilo bajo
juramento. Por testamento, el pater podía relevar al nombrado tutor de la
obligación de elaborar el inventario.
La satisdatio o prestación de fianza. Comportaba la promesa formal de
conservar intacto el patrimonio del pupilo y, así mismo, la presentación de
fiadores solventes que asumieran igual compromiso. Más de tal obligación
fue excluido el tutor testamentario y también aquel cuyo nombramiento se
hubiera hecho con conocimiento de causa, porque la confianza del
testador y la investigación del magistrado sobre la moralidad y fortuna del
tutor reemplazaban la garantía de la fianza.
Declarar ante el magistrado si era acreedor o deudor del pupilo. Esta
última obligación la impuso el derecho Justinianeo en procura de la
defensa de los intereses del impúber sui iuris, porque de ser el nombrado
tutor deudor o acreedor del pupilo quedaba incurso en causal de exclusión
de la tutela. Si el nombrado nada decía al respecto y era acreedor,
quedaba desposeído del crédito; y si era deudor, y durante la tutela hacía
el pago, no se le reconocía.
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Restricciones a los poderes del tutor:
En la gestio, el tutor obraba solamente en nombre propio, esto es, sin llegar a
ser representante del pupilo.
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1. Ley de las XII Tablas: estableció dos garantías para el pupilo contra el
fraude del tutor, que fueron:
• "Persecutio Crimen Suscpecti Tutoris", acción concedida a todo el
mundo menos al pupilo, que tenía por objeto poner fin a la tutela
cuando el tutor ponía en peligro la fortuna por torpeza o fraude, y
• "Actio Rationibus Distrahendis", con carácter penal para obtener el
pupilo la devolución de valores que el tutor hubiere mal empleado
o sustraído. La condenación es al duplo.
2. Derecho Pretoriano: El pretor establece la "Restitutio in integrum" para
hacer que se anularan los actos del tutor que lesionaran al pupilo; y
concedió dos nuevas garantías.
• "Actio Negotiorum Gestorum", asimilando al tutor a un gestor de
negocios y concediendo al pupilo esta acción contra las faltas
cometidas en la gestión.
• "Cautio rem pupilli salvam fore". Obliga al tutor por un contrato de
estipulación, garantizado por fiadores, a administrar bien y a
restituir los bienes finalizados la tutela.
3. Fines de la República: en el siglo VII, se creó la "Actio tutelae directa"
que corresponde al pupilo para hacerse restituir los bienes y hacerse
indemnizar por las faltas cometidas por el tutor en su administración y la
"Actio tutelae contraria", que corresponde al tutor contra el pupilo por los
anticipos y perjuicios que hubiese tenido en su ejercicio.
4. Bajo el emperador Claudio: los parientes del pupilo podían citar ante los
cónsules al tutor por inacción, por responsable de no administrar; bajo
Marco Aurelio se resolvió, sin intervención de los cónsules, que el tutor es
responsable de su omisión en las gestiones desde que tiene noticias de
su nombramiento.
5. Derecho Imperial: En razón de las reformas precedentes, el tutor era
responsable de las faltas que hubieran cometido en la gestión del
patrimonio del pupilo, pero no estaba obligado a administrarlo, faltaba
establecer esta obligación a su cargo, haciéndolo responsable de su
inacción.
6. Ultimo Estado del Derecho: Al recibir el cargo el tutor debe hacer
inventario de los bienes del pupilo y obligarse por un contrato de
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estipulación, dando fiadores, a administrar debidamente. Durante la
gestión está obligado a administrar como buen padre de familia y al
terminar la tutela, debe dar cuenta y restituir los bienes.
Clases de Curatela:
La ley de las XII tablas organizó la curatela únicamente para los incapacitados
accidentales: los a) furiosi sin intervalos lúcidos y los b) prodigi, después por
disposiciones del pretor se protege a los mente capti, los sordos, los mudos, así
como los incapacitados de otro orden.
Cura furiosi: La ley decenviral se ocupó de los furiosi y decidió que el loco
sui iuri y púber, es decir que no tuviera ni la protección del jefe de familia
ni la del tutor, se sometiese a la curatela legítima de los agnados.
Cura prodigi: La ley de las XII tablas consideraba prodigo a aquella
persona que no era capaz de llevar cuenta y límite de sus gastos, sino
que se arruina dilapidaban y malgastando sus bienes heredados de la
sucesión ab intestato del padre.
Cura mente capti: A los disminuidos en su capacidad.
El derecho romano hizo distinción entre el furiosi y el mente capti. El
primero era el completamente privado de razón, tuviera o no intervalos
lúcidos, en tanto que el segundo era el poseedor de un poco de
inteligencia o de facultades intelectuales escasamente desarrolladas.
Pero al ocuparse la ley decenviral únicamente del furiosus sui iuris y púber
(sin la protección, consecuentemente, de un paterfamilias o de un tutor),
determinó que quedara sometido a la curatela legítima de los agnados y,
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en subsidio, de los gentiles, quedando claro que desde el momento mismo
de la manifestación de la locura en el púber sui iuris se abrían las puertas
a la curatela sin la necesidad de previo decreto de interdicción judicial.
Cura minorum XXV annis: Después de la Segunda Guerra Púnica, al
incrementarse la actividad mercantil surge otro tipo de curatela, la cura
minorum XXV annis. Con anterioridad los púberes entre 12 y 25 años
podían hacer todo tipo de negocio jurídico. Como consecuencia de su
corta edad frecuentemente salían perjudicados por su inexperiencia y se
publicó una ley, lex laetoria, en el 200 a.C. que estableció la posibilidad
de que se pudieran rescindir los negocios celebrados por menores de 25
años cuando hubieran sido engañados.
Tutela:
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DE ACUERDO A NUESTRA ACTUAL LEGISLACIÓN, ¿CUÁL ES SU
TRATATIVA EN EL CÓDIGO CIVIL PERUANO?
Curatela:
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practicar actos de mera administración de su patrimonio, con el
asentimiento especial del curador.
La curatela para los incapaces mayores de edad acaba por la declaración
judicial que levante su interdicción. Su rehabilitación solo se concede
cuando el juez de familia compruebe, directamente o por medio de un
examen pericial, que desapareció el motivo.
b) La administración de bienes. - se contemplan los siguientes casos:
La administración de los bienes del ausente o desaparecido.
Cuando una persona se ausenta o ha desaparecido de su
domicilio, ignorándose su paradero según lo establece el artículo
47 del Código Civil, se proveerá a la curatela interina de sus bienes;
la que corresponde, en primer lugar, a los curadores legales
señalados en el artículo 569 y, a falta de ellos, al curador dativo
que designe el consejo de familia, de acuerdo con el artículo 573
del Código Civil. A falta de los curadores legales o dativos, ejercerá
la curatela la persona que designe el juez.
La administración de los bienes del concebido. A pedido de
cualquier interesado o del Ministerio Público, los bienes que han de
corresponder al que está por nacer, serán encargados a un curador
si el padre muere estando la madre destituida de la patria potestad.
Esta curatela incumbe a la persona designada por el padre para la
tutela del hijo o la curatela de sus bienes, y en su defecto, a la
persona nombrada por el juez, a no ser que la madre hubiera sido
declarada incapaz, caso en el que su curador lo será también de
los bienes del concebido.
La administración de los bienes cuyo cuidado no incumbe a nadie.
El juez de primera instancia, de oficio o a pedido del Ministerio
Público o de cualquier persona que tenga legítimo interés, deberá
proveer la administración de los bienes cuyo cuidado no incumbe
a nadie, e instituir una curatela, especialmente: 1) cuando los
derechos sucesorios son inciertos; 2) cuando por cualquier causa,
la asociación o el comité no puedan seguir funcionando, sin
haberse previsto solución alguna en el estatuto respetivo; y, 3)
cuando una persona sea incapaz de administrar por sí misma sus
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bienes o de escoger mandatario, sin que proceda el nombramiento
de curador.
La administración de los bienes dados en usufructo. Cuando el
usufructuario no preste las garantías a que está obligado, conforme
al artículo 1007 del código Civil, el juez, a pedido del propietario,
nombrará un curador de os bienes dados en usufructo.
La curatela de bienes es instituida por el juez del lugar donde se
encuentren todos o la mayor parte de los bienes; pudiendo ser varios los
curadores, si así lo exige la administración de ellos.
En general, el curador de bienes no puede ejecutar otros actos
administrativos que los de custodia y conservación, y los necesarios para
el cobro de créditos y pago de las deudas. Sin embargo, los actos que le
son prohibidos será válidos si, justificada su necesidad o utilidad, los
autoriza el juez, previa audiencia del consejo de familia. Asimismo,
corresponde al curador de bienes la representación en juicio; pudiendo,
las personas que tengan créditos contra los bienes reclamarlos del
respectivo curador. Sin perjuicio de estas prescripciones, el juez que
nombra el curador puede señalarse sus facultades y obligaciones,
regulándolas, según las circunstancias, por lo que está previsto para los
tutores.
La curatela de los bienes cesa por la extinción de éstos o por haber
desaparecido los motivos que la determinaron. Así, la curatela de los
bienes del desaparecido cesa cuando reaparece o cuando se le declara
ausente o presuntamente muerto. Asimismo, la curatela de los bienes del
concebido cesa por su nacimiento o por su muerte.
c) Para asuntos determinados y especiales:
Los intereses de los hijos estén en oposición a los de sus padres
que ejerzan la patria potestad.
Los hijos adquieran bienes cuya administración no corresponda a
sus padres.
Los padres pierdan la administración de los bienes de sus hijos.
Los intereses de los sujetos a tutela o a curatela estén en oposición
a los de sus tutores o curadores, o a los de otros menores o
incapaces que con ellos se hallen bajo un tutor o curador común.
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Los menores o incapaces tengan bienes lejos de su domicilio que
no puedan ser convenientemente administrados por el tutor o
curador.
Haya negocios que exijan conocimientos especiales que no tengan
el tutor o curador, o una administración separada de la que
desempeña aquél.
Los que estando bajo tutela o curatela adquieran bienes con la
cláusula de no ser administrados por su tutor o curador general.
El representante legal esté impedido de ejercer sus funciones.
Una persona capaz no pueda intervenir en un asunto urgente no
designar apoderado.
Tutela:
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CONCLUSIONES
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BIBLIOGRAFÍA
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