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sexualmente. Bioquímicamente es la respuesta del sistema nervioso central que puede ser
provocada por un inductor externo (estimulación sensitiva: lo que oye, ve, huele, saborea o
toca) o intrno (fantasías). Es una respuesta agradable, en este caso vinculada a la sexualidad.
El estímulo puede ser real, ser fruto de la imaginación e incluso del sueño.
Drogas y placer sexual
Desde tiempos muy remotos el hombre y la mujer han buscado recursos que les permitan
incrementar su placer sexual, y han recurrido a plantas, alimentos, y por supuesto, a
sustancias naturales o sintéticas como lo son las drogas.
Aunque al consumirlas en dosis bajas, aparentemente aumenten el deseo sexual, los efectos
a largo plazo terminan deteriorando en forma muy significativa todas las etapas de la
respuesta sexual femenina y masculina.
El mayor motivo para recurrir a las sustancias a la hora de vivir la sexualidad, es el deseo de
experimentar sensaciones y emociones diferentes, o el sentirse inadaptados o inseguros.
El efecto psicológico tipo placebo de las sustancias psicotropas o drogas, en lo que a la esfera
afrodisíaca se refiere, exacerba la fantasía del sujeto.
Las drogas pueden influir de 3 maneras sobre la actividad sexual: pueden afectar el deseo, la
excitación o el orgasmo.
Muchas drogas reducen el deseo sexual, pero algunas de ellas parecen incrementarlo,
actuando como afrodisíacos. Sin embargo, el hecho de que una droga aumente el deseo
sexual de una persona no significa necesariamente que mejore su actuación sexual o su
placer.
En el hombre, la excitación sexual es observable porque provoca la erección del pene, y
puesto que esta condición puede ser medida con relativa facilidad, existe una profusa
información acerca de las drogas que la provocan o la inhiben.
Con respecto a los efectos de las drogas sobre el mecanismo de excitación de la mujer, existe
una información notablemente menor. Tanto en el hombre como en la mujer la excitación
sexual es necesaria antes de que se produzca el orgasmo, de modo que la falta de excitación
provocará inevitablemente una interferencia en la respuesta sexual normal.
Marihuana
Los términos cannabis y marihuana, entre muchos otros, hacen referencia a las sustancias
psicoactivas que son consumidas de la planta Cannabis sativa con fines recreativos, religiosos
y medicinales. De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas, se trata de “la
sustancia ilícita más utilizada en el mundo”.
El compuesto químico psicoactivo predominante en el cannabis es el tetrahidrocannabinol,
también conocido por sus siglas, THC. El cannabis contiene más de cuatrocientos compuestos
químicos diferentes, entre ellos al menos sesenta y seis cannabinoides aparte del THC.
La marihuana, al igual que el alcohol, tiene efectos depresores, y las consideraciones sobre
sus efectos de relajación física y mental y el sentimiento de bienestar, probablemente
provengan del mismo tipo de desinhibición. Quizá por esto algunas personas hablan de la
utilidad de la marihuana para enfrentarse a la ansiedad asociada a situaciones relacionadas
con la conducta sexual. La desinhibición permite obviar los prejuicios sociales y los tabúes
personales.
Está comprobado que como efectos inmediatos en la esfera sexual ayuda en la desinhibición,
relaja y produce sensación de bienestar, aumenta la sensibilidad táctil y distorsiona la realidad.
Sin embargo, hay estudios que evidencian que el consumo frecuente, reduce los niveles de
testosterona y puede causar disminución en la producción de espermatozoides. Igualmente
disminuye el deseo sexual y provoca disfunción eréctil. El nivel de expectativas y
sugestionabilidad de quien la consume, lo mismo que el alcohol, pueden ser muy importantes.
Un consumo persistente suele concluir con un deseo sexual hipoactivo o inhibido.
En algunos casos se informa, en mujeres, de disminución de la lubricación vaginal, con la
complicación de la dispareunia o coito doloroso. Entre los efectos a largo plazo, la mayoría de
los autores están de acuerdo en que la marihuana inhibe la producción de hormonas sexuales
(en el hombre provoca reducción en la producción de esperma, a la vez que un mayor número
de espermatozoides anómalos, y en la mujer suprime la ovulación y facilita irregularidades en
el ciclo menstrual).
Hasta hace un tiempo, se sabía poco sobre los mecanismos específicos de acción del THC en
el nivel neuronal. Esto es en parte debido a la alta solubilidad en lípidos de THC (que conduce
a la absorción de prácticamente todos los tejidos a altas concentraciones). Sin embargo, los
investigadores han confirmado que el THC ejerce sus efectos más importantes a través de sus
acciones en dos tipos de receptores cannabinoides, CB1 y CB2, los cuales están acoplados a
proteína G. El receptor CB1 se encuentra principalmente en el cerebro así como en algunos
tejidos periféricos, y el receptor CB2 se encuentra exclusivamente en los tejidos periféricos.
Consumo
Se trata de una sustancia psicoactiva que se suele consumir por vía respiratoria (fumando),
aunque también es posible su consumo por vía oral, pero es altamente advertido su efecto al
ser más alto el nivel de riesgo a delirios y pánico.
Altas dosis de THC en animales de experimentación posiblemente afecten al sistema reproductor masculino y
femenino. En los machos, reduce la secreción de testosterona y por lo tanto disminuye la producción, la
motilidad y la viabilidad del esperma. No se sabe si estos efectos también ocurren en seres humanos. Por
motivos no claros, los estudios en hombres han dado resultados contradictorios respecto al efecto de los
cannabinoides sobre la testosterona. Hollister sostiene que la disminución en la producción de testosterona y
de esperma observada en los estudios probablemente tienen "poca trascendencia en adultos", aunque
reconoce que podría "tener importancia en el varón prepuberal consumidor de cannabis". Los posibles efectos
de la marihuana en la testosterona y la espermatogénesis pueden ser mayores en los varones con algún tipo
de trastorno previo de fertilidad, por ejemplo en aquellos individuos con menor número de espermatozoides.
(Por favor, tenga en cuenta que este texto ha sido extraído de un artículo científico. Algunas frases se han
modificado para hacerlo más comprensible.)
Hall W, Solowij N, Lemon J. The Health and Psychological Consequences of Cannabis Use. Consecuencial
físicas y psicológicas del uso del Cannabis. National Drug Strategy Monograph Series No. 25. Canberra:
Servicio de Publicaciones del Gobierno Australiano, 1994.
Laura Murphy
En varones humanos, fumar cannabis disminuye los niveles en sangre de las hormonas LH, FSH, y
testosterona. Por otra parte, se ha detectado un menor número de espermatozoides en usuarios de grandes
dosis de marihuana. Otros estudios no encontraron diferencias mensurables entre los moderados y los
grandes consumidores. Una dosis aguda de THC produce una disminución significativa y dosis dependiente
de la LH y la testosterona, según un estudio realizado en roedores machos. En otro llevado a cabo con monos
macaco de la India, una dosis aguda de THC produjo una reducción 65% en niveles de la testosterona en
sangre a los 60 minutos, durando aproximadamente 24 horas.
(Por favor, tenga en cuenta que este texto ha sido extraído de un artículo científico. Algunas frases se han
modificado para hacerlo más comprensible.)
Murphy L. Hormonal system and reproduction. Sistema hormonal y reproducción, en: Grotenhermen F, Russo
E, eds.: Cannabis and cannabinoids. Pharmacology, toxicology, and therapeutic potential. El cannabis y los
cannabinoides. Farmacología, toxicología y potencial terapéutico. Haworth Press, Binghamton/New York
2001, en imprenta.
Un estudio inicial (Kolodnyet al, 1974) sobre los niveles de testosterona de los
usuarios «crónicos» de cannabis encontró que 6 de 17 sujetos tenían oligospermia
(bajo recuento de espermatozoides), y que los niveles promedio de testosterona en
el grupo que consumía cannabis eran poco más de la mitad que los del grupo que
no consumía. Se observó que el efecto del cannabis sobre los niveles de
testosterona dependía de la dosis.
Un estudio de 1992 (Vescoviet al.) determinó que los niveles de la hormona
luteinizante (LH), una importante hormona de la glándula pituitaria que participa
en la función reproductiva, se reducía en los consumidores crónicos de cannabis
varones, en comparación con los que no consumen cannabis, dentro de una misma
franja de edad. Un estudio previo de 1986 (Conoet al.) también encontró una
reducción significativa en los niveles de LH inmediatamente después de fumar
cannabis.
Para los varones adultos sanos, parece que el uso del THC en efecto causa algunos
efectos negativos sobre la fertilidad, y que los efectos negativos tienden a aumentar
con dosis más altas. Sin embargo, la anandamida análoga endógena del THC
parece ser crítica para el funcionamiento del sistema reproductor masculino.
Se observó por primera vez que los receptores de cannabinoides de tipo I estaban
presentes en los testículos humanos en un estudio de 1993 (Munroet al.). En 2002,
un estudio posterior (Schuelet al.) observó anandamida en el líquido seminal
humano y receptores CB₁ en espermatozoides humanos.
El estudio de 2002 encontró que las células de esperma se unían al agonista CP-
55940, lo que demuestra la presencia de receptores CB₁. El estudio también
concluyó que la presencia de THC y un análogo sintético de la anandamida, AM-
356, reducía la movilidad de los espermatozoides in vitro. Curiosamente, se
encontró que el AM-356 ejerció un efecto dependiente de la dosis bifásica en la
motilidad del esperma, lo que provoca una inhibición con dosis altas, pero
hiperactividad con dosis bajas.
La
motilidad del esperma se ve afectada negativamente por el uso intensivo
de cannabis
El estudio de 2002 proporciona una fuerte evidencia de que la presencia de
anandamida agonista endógena en el fluido seminal, y su capacidad para unirse a
los receptores CB₁ de los espermatozoides, son la clave para la «capacitación» de
las células de esperma en su camino hacia los conductos eyaculatorios cuando está
presente en las concentraciones apropiadas, y que cuando los niveles de
anandamida son demasiado altos, en su lugar puede tener un efecto inhibidor
dramático sobre la capacidad de las células de esperma para fertilizar ovocitos.
Sin embargo, la mayoría de estos resultados están lejos de ser concluyentes. Por
ejemplo, un documento de 1985, relativo a la anomalía fetal (Qaziet al.) en relación
con la exposición prenatal al cannabis, investigo cinco niños cuyas madres
reconocieron el uso del cannabis antes y durante el embarazo y cuyos hijos
nacieron con diversos síntomas de retraso del crecimiento, disfunción neurológica
y deformidades; una muestra tan pequeña, sin embargo, está lejos de ser suficiente
para sacar conclusiones concretas, y la correlación no implica causalidad.
Otros estudios que se creen que proporcionan evidencia de que el consumo de
cannabis puede causar anormalidades en el feto son los estudios en animales
(Geber & Schramm 1969, Phillipset al, 1971) en la que se inyectó altas dosis de
extracto de cannabis fresco en conejos, hámsteres, ratas y ratones, ¡dosis tan altas
como 666 mg/kg en un caso! Tales dosis masivas de cannabis serían prácticamente
imposibles de consumir para un ser humano a través de medios convencionales, y
son esencialmente inútiles como punto de comparación.
De hecho, muchos de los primeros estudios que indicaron una relación con el
consumo de cannabis (u otras sustancias controladas como la cocaína) han sido
más tarde desmentidos por los hallazgos que sugieren que el nivel socioeconómico
y el nivel de pobreza son mucho más causales con el bajo peso al nacer y los
resultados pobres de desarrollo, que el uso de las mismas sustancias. Esto no
implica que el uso de cannabis y otras sustancias durante el embarazo no tengan
efectos adversos, sin embargo, se da peso a la idea de que los riesgos se han
sobreestimado y exagerados debido a la política y los prejuicios contra las drogas.
la natalidad
Por otra parte, mientras que el consumo de cannabis y de cannabis exógeno puede,
en muchos casos, ser perjudicial para la capacidad reproductiva humana a nivel
individual, también puede ser útil como un medio no invasivo de control de la
fertilidad en poblaciones con tasas de fecundidad muy por encima de la tasa de
reemplazo (la velocidad a la que los nuevos bebés deben nacer para reemplazar los
individuos que mueren, a fin de mantener el tamaño total de la población).
Una comprensión más profunda del efecto del sistema endocannabinoide
en la fertilidad nos permitirá desarrollar terapias específicas
En última instancia, para obtener una perspectiva clara sobre el grado en que el
consumo de cannabis en verdad afecta la fertilidad en general, el sentido del
número de hijos por mujer fértil, debemos mirar el número de niños nacidos de los
consumidores de cannabis en comparación con los no usuarios. Sin embargo, hay
otros factores que pueden afectar a la cantidad de niños nacidos, incluyendo el
nivel de educación, el nivel socioeconómico y el deseo general de reproducirse.
Por lo tanto, está lejos de quedar claro qué efecto general tendrán unas mayores
tasas de consumo de cannabis en las tasas de fecundidad en diferentes poblaciones.
Pero mientras luchamos para evitar que nuestra población mundial aumente a
niveles insostenibles, unas medidas drásticas contra el uso de una sustancia que
puede reducir las tasas de fecundidad en una población determinada (muy
extendida) podrían llegar a ser una estrategia altamente desventajosa a largo plazo.
Se sabe que el cannabis afecta a una gran cantidad de hormonas que incluyen, entre
otras, los estrógenos, la testosterona y las hormonas del crecimiento.
Para aprender sobre cómo interactúa el cannabis con el sistema endocrino son
necesarias más investigaciones que arrojen luz sobre la relación entre el cannabis y
las hormonas.
Dentro del cuerpo humano existen diferentes sistemas que trabajan juntos para cumplir con las funciones
fisiológicas vitales. En concreto, el sistema endocrino es el responsable de producir hormonas y de ser
la red de comunicación del cuerpo. El sistema endocrino consiste en el hipotálamo, el páncreas,
los órganos sexuales y las siguientes glándulas: tiroides, pineal y suprarrenal. Estas glándulas son las
responsables de producir las hormonas. Luego, las hormonas actúan como mensajeros químicos para el
organismo.
Además de la variedad de sistemas que conforman el cuerpo (circulatorio, linfático…), todos tenemos
un sistema endocannabinoide, la red de neuronas localizadas en el cerebro de los mamíferos, y en los
sistemas nerviosos central y periférico, que es responsable de una gran cantidad de funciones corporales
tan dispares como el apetito, la sensación al dolor o el humor.
Y este sistema endocannabinoide comparte un vínculo muy importante con el sistema endocrino.
Estas interacciones son las que hacen que el cannabis sea, por ejemplo, un analgésico eficaz, un
estimulante del apetito o un regulador del estado de ánimo. Desafortunadamente, existe poca
investigación sobre la interacción del cannabis con el sistema endocrino del cuerpo. Por eso, los
hallazgos de distintos estudios son dignos de mención.
Aunque existen muchas hormonas dentro del cuerpo con distintos propósitos, las más conocidas
incluyen la testosterona, el estrógeno, el cortisol, la insulina, la progesterona, la prolactina y
la tiroidea. Estas hormonas pueden ayudar con la fertilidad, aumentar el crecimiento, controlar la
inmunidad, afectar al estado de ánimo o alterar el metabolismo.
El sistema endocannabinoide tiene un vínculo muy importante con el sistema endocrino que hace que el
cannabis sea un analgésico eficaz.
Los investigadores creen que el THC tiene un impacto decisivo en las hormonas del cuerpo porque
este cannabinoide puede cambiar diferentes neurotransmisores dentro del hipotálamo y también afectar
a los neurotransmisores dentro del sistema nervioso central (el hipotálamo es la sección central inferior
del cerebro que conecta el sistema endocrino con el sistema nervioso central). El consumo de cannabis,
especialmente el THC, incluso se ha demostrado que afecta las hormonas sexuales vitales del cuerpo,
como los estrógenos, la testosterona y las hormonas del crecimiento.
Por ejemplo, una investigación reciente, cuyos resultados se publicaron en enero de 2019, apunta a
que los hombres que fuman cannabis generan una mayor cantidad de esperma y cuentan con
niveles más altos de testosterona. Estos resultados contradijeron la hipótesis inicial de los
investigadores, que esperaban que el cannabis afectara negativamente a la calidad del semen. Al
contrario, las evidencias apuntan a que el consumo moderado de marihuana puede generar una
reacción positiva en las hormonas que desempeñan un papel importante en la fertilidad. Sin embargo,
estos efectos positivos desaparecen en aquellos casos en los que el consumo es excesivo.
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Como vemos, durante años la investigación se ha centrado más en la relación entre el cannabis y la
producción de hormonas en los hombres que en las mujeres. Sabemos pues que el consumo de cannabis
se traduce en un aumento de la producción de testosterona. Pero en sentido contrario, también
sabemos que los niveles altos de THC pueden promover la actividad antiestrogénica, es decir,
bloquea la acción de estas hormonas sexuales femeninas.
El THC tiene un impacto decisivo en las hormonas del cuerpo porque puede cambiar diferentes
neurotransmisores dentro del hipotálamo.
Muchos investigadores también creen que cuando las mujeres están ovulando, experimentan una
fuerte sensibilidad a los cannabinoides como el THC. Nuevos estudios confirman que el cuerpo
femenino absorbe la marihuana de manera diferente a los hombres según los niveles de
estrógenos. Según una investigación realizada por la Universidad Estatal de Washington en 2014,
las ratas hembras son aproximadamente un 30 por ciento más sensibles a los efectos analgésicos del THC
que las ratas macho, lo que se traduce principalmente en una mayor tolerancia al dolor,
obteniéndose un aumento muy claro en la sensibilidad a los medicamentos cuando las hembras
estaban ovulando.
Para obtener más información sobre el vínculo entre el cannabis y la producción de hormonas en las
mujeres, se deben realizar más investigaciones que incluyan ensayos clínicos en humanos. En los
últimos años, sin embargo, se descubrió que los niveles altos de prolactina pueden llevar a cambios en
las mujeres, como los siguientes: estrés elevado, problemas de salud mental que incluyen ansiedad y
depresión, infertilidad, osteoporosis e incluso dominancia de estrógenos. Aquí es donde algunos de
los beneficios terapéuticos y medicinales del cannabis pueden jugar un papel vital.
Por otro lado, los niveles bajos de prolactina pueden disminuir el riesgo de desarrollar cáncer
testicular y de mama. Aunque los niveles bajos de prolactina son mejores que los niveles altos, cuando
se suprimen la hormona prolactina, el posparto y la fertilidad pueden verse afectados negativamente.
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Otras hormonas a tener en cuenta
Además, en la actualidad, no hay mucha investigación sobre el impacto que tiene el consumo de
cannabis en la tiroides del cuerpo. Sin embargo, el cannabis puede reducir la TSH, la hormona
estimulante de la tiroides que controla el funcionamiento de esta glándula. Aún queda mucho por
aprender, y los investigadores siguen sin estar seguros de la función exacta que desempeña el
cannabis en el funcionamiento de la tiroides.
Otra hormona a la que también afecta el cannabis es la hormona de crecimiento (HGH), que se libera
de la glándula pituitaria. La HGH interactúa directamente con los receptores CB1 del sistema
endocannabinoide, por ejemplo, estimulando el metabolismo de los hidratos de carbono y
mejorando la sensibilidad de los receptores de la insulina, aumentando la masa muscular. Todo ello
disminuye la masa de grasa de una persona.
En general, se debe realizar más investigación para comprender completamente cómo el cannabis
influye y afecta el sistema endocrino. Aunque los cannabinoides pueden ofrecer propiedades
analgésicas, antiinflamatorias, antidepresivas y muchos otros beneficios, serán los descubrimientos
futuros sobre el sistema endocannabinoide del cuerpo humano los que determinen cómo el cannabis
afecta a la producción de hormonas.
Efectos Endocrinos de la Marihuana
La marihuana y el tetrahidrocannabinol, su componente activo,
afectan varios sistemas endocrinos, con supresión de hormonas
reproductivas, la prolactina, la hormona de crecimiento y la
hormona tiroidea, y activación del eje suprarrenal, en parte por
su acción sobre el receptor central de cannabinoides tipo 1 a nivel
hipotalámico. Muchos de los efectos se pierden cuando se
administran estos compuestos en forma crónica, posiblemente
por la aparición de tolerancia.
¿Afecta el cannabis al nivel hormonal?
REDACCIÓN
Cáñamo, la revista de la cultura del cannabis, nació en 1997 y está editada por La
Cañamería Global SL.
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Si el cannabis es capaz de trastocar el humor o afectar al dolor que uno siente,
¿estará alterando también el nivel hormonal?
Pese a ser esta una cuestión que se está investigando (todo lo relacionado con el
cannabis está lejos de estar resuelto) veamos algunas de las cosas que podemos
decir (más o menos con tranquilidad) que sabemos sobre este tema.
Los receptores cannabinoides son donde se acoplan las sustancias psicoactivas del
cannabis como el THC. Estos receptores están en el hipotálamo, una región del
cerebro que conecta el sistema nervioso con el sistema endocrino. Este último es el
encargado del nivel hormonal en el cuerpo. Los tratamientos hormonales van dirigidos
al sistema endocrino, al menos por lo general.
Se puede pensar que al estar conectados ambos sistemas el nivel hormonal se puede
trastocar debido a sustancias como el cannabis. La marihuana es capaz de modificar
sustancialmente otras funciones corporales como el apetito o el dolor u otras que,
como estas, están relacionadas con el sistema nervioso.
Se han realizado más estudios con hombres que con mujeres y sabemos que en
algunos de estos estudios los resultados mostraron que el cannabis bloquea en los
varones la producción de la hormona GnRH que está encargada de que se produzcan
otro tipo de hormonas. En último término esto reduce el nivel de testosterona. Lo cual,
si nos preguntan, a algún machito no le vendría mal cuando pretende ser el gallo del
corral.
Sobre cómo afecta a las mujeres se sabe poco y lo poco que hay se presenta como
sesgado. El estudio que se hizo sobre Sexpott, un supuesto afrodisiaco femenino de
cannabis, descubría que el producto equilibraba el nivel hormonal pero que el
resultado era poco concluyente. Esto, para el que entienda de ciencia, es como decir
que no han sacado nada en claro. Seguimos en la oscuridad.
Para acabar, la respuesta a la pregunta inicial: con los datos que se tienen se puede
decir que el cannabis sí afecta a las hormonas pero aún queda mucho más por
conocer. ¿Cuáles son los afectos a largo plazo? ¿Es realmente el THC el que lo
produce o tiene que ver con otros elementos? ¿La conexión entre sistemas es causal
o una correlación? En fin, queda mucho por responder
La acción de la marihuana sobre el sistema endocrino puede causar
impotencia en los hombres y reducir la producción de óvulos en la mujer.