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Una receta para ser mujer.

Un acercamiento al trabajo de Rebekah E. Pite en “¿Sólo se trata de


cocinar? Repensando las tareas domésticas de las mujeres argentinas con
Doña Petrona, 1970-1983”.

Desde el golpe militar de 1976 y hasta el año 1983, en Argentina tuvo lugar una de las
dictaduras más sangrientas de Latinoamérica: el autoproclamado Proceso de Reorganización
Nacional. Esta dictadura de carácter cívico-militar tuvo como objetivo la implantación de un
modelo económico neoliberal y un régimen político conservador a través del terrorismo de
Estado, dejando miles de personas desaparecidas y consecuencias económicas y sociales de
carácter estructural que aún tienen efecto. En este clima de censura y represión, se promovió
un patrón social tradicional que impactó no sólo en la concepción de la familia sino en las
formas de habitar la masculinidad y la feminidad.
Como contratendencia, durante la década de los setenta surgieron varios movimientos
sociales que disputaron esos sentidos ya vetustos, como lo fueron las organizaciones
feministas, de izquierda y peronistas. En este contexto, la figura de la famosa cocinera Doña
Petrona se configuró como un estandarte del modelo tradicional de la feminidad que sería de
gran utilidad en este campo de batalla.
Rebekah E. Pite es doctora en Historia y Estudios de mujeres por la Universidad de
Michigan. Actualmente es docente en Lafayette College e investiga las problemáticas de
género en la historia social y cultural Argentina Contemporánea. Esta autora encontró en la
figura de Doña Petrona una clave para entender la construcción de la feminidad en este
período de represión, tema que trató tanto en el artículo ​¿Sólo se trata de cocinar?
Repensando las tareas domésticas de las mujeres argentinas con Doña Petrona, 1970-1983
(2009) ​como en el libro ​La mesa está servida. Doña Petrona C. de Gandulfo y la
domesticidad en la Argentina del siglo XX ​(2016)​.
​En el artículo publicado en el 2009, Pite analizó cómo se refleja el régimen ideológico de la
dictadura del 76 en las revistas y publicaciones de cocina orientadas al público femenino.
Aquí es donde vió a Doña Petrona como un agente que no sólo promovió un ideal femenino
conservador sino que también fue funcional al silencio político que se buscaba generar.
Según la autora, la comida y lo doméstico fueron las principales barreras de contención para
las mujeres en vías de profesionalización y autonomía económica.
Para llevar adelante su estudio, Pite se sirvió de elementos de la cultura popular como las
revistas de belleza y hogar y los libros de cocina ampliamente leídos por las mujeres de la
época. A través de estas fuentes, consiguió tejer conexiones entre las representaciones de la
feminidad y los diferentes procesos que tuvieron lugar a lo largo de este período: la crisis
económica y la consecuente polarización entre los sectores empobrecidos y enriquecidos, la
creciente profesionalización de la población femenina y el surgimiento de la cultura de la
delgadez.
El artículo demuestra la constante adaptación de Doña Petrona a las demandas de la
coyuntura conservadora. Durante la crisis económica, la cocinera se encargó de difundir
recetas accesibles para el bolsillo de la clase media. Con el auge de la cultura de la delgadez,
publicó recetas livianas y de bajas calorías. Frente a la profesionalización de las mujeres, se
enfocó en la practicidad y la rapidez de sus recetas para que las mujeres no abandonaran la
cocina, aún trabajando. De esta forma, Rebekah Pite señaló a la cocinera como un personaje
profundamente funcional a la contención social que requería la dictadura cívico-militar para
mantenerse en el poder, principalmente por su imagen apolítica e inofensiva.
Sin dudas, su análisis es un enorme aporte a los estudios históricos de género pues pone de
manifiesto la herencia de las figuras de orden conservador en la concepción de la feminidad
que aún hoy se encuentra vigente en la Argentina. Este es un elemento de suma importancia a
la hora de discutir las tareas del movimiento feminista actual en torno a reivindicaciones
históricas como lo son la lucha contra la precarización laboral femenina y el reclamo por la
absorción de ciertas tareas de cuidado por parte del Estado para alivianar la carga de la doble
jornada laboral femenina.
A la vez, Pite no se limitó a subrayar el trágico legado de la dictadura, también se encargó
de rescatar a varios actores que lucharon contra el régimen y contra las imposiciones de roles
de género tradicionalmente asignados a las mujeres. Este es el caso tanto de las feministas de
la UFA (Unión Feminista Argentina) como de las Madres de Plaza de Mayo. Estas últimas
llevaron y todavía llevan adelante una admirable lucha por la defensa de los derechos
humanos que, quizá sin pretenderlo, sirvió como ejemplo de la incorporación de amas de casa
de sectores populares a la arena política.
Con certeza, el artículo ​¿Sólo se trata de cocinar? Repensando las tareas domésticas de las
mujeres argentinas con Doña Petrona, 1970-1983 ​es una mirada muy interesante acerca del
período de la dictadura del 76. No obstante, como lectores pueden surgirnos algunas
preguntas que nos sirven para problematizar aún más el rol las figuras civiles que han sido
funcionales al régimen: ¿Estos actores eran verdaderamente conscientes de lo que implicaba
su complicidad? En el caso de una mujer como Doña Petrona, ¿se trataba de un apoyo
intencional o de una expresión más de alienación?

María Florencia Gondariz. Leg. 105312/9

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