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SEMINARIO DE INVESTIGACIÓN

UNIDAD 2: FASE 4 - REALIZAR PROYECTO CUMPLIMIENTO GUÍA -


PROYECTO 2.

KAREN YOHANA YANES MARTINEZ


CC: 1065820755
CURSO: 100108A _614
GRUPO: 100108_192
TUTOR: RONALD MIGUEL MARSIGLIA

COMUNICACIÓN SOCIAL
ESCUELA DE CIENCIAS SOCIALES ARTES Y HUMANIDADES
UNIVERSIDAD NACIONAL ABIERTA Y A DISTANCIA
CEAD CARIBE-VALLEDUPAR
2019
INTRODUCCIÓN
Problemas en el lenguaje, el procesamiento del habla y la comprensión en niños con
TDAH
Alrededor de un 40-60% de los niños con TDAH tienen también trastornos del desarrollo del
lenguaje (Tannock y Brown, 2003) y casi un 20% de los niños hiperactivos tienen problemas
en el lenguaje oral.
En general, tal como se recoge en el DSM-IV-TR, en los niños con TDAH en edad escolar
pueden presentarse síntomas relacionados con el lenguaje, la comunicación y el aprendizaje.
Al inicio del desarrollo del lenguaje ya se encuentran diferencias entre los niños con TDAH
y aquellos que no padecen este trastorno. Entre un 6% y un 35% de niños con TDAH sufren
retraso en el comienzo del lenguaje -aparecen más tarde las primeras palabras y las primeras
combinaciones de palabras- mientras que esto sólo ocurre entre el 2% y el 6% de niños sin
TDAH. Pero no todos los niños con TDAH tienen dificultades importantes en la adquisición
de los niveles básicos del lenguaje, lo que hace suponer que ésta es una condición añadida al
trastorno que viene a agravar sus dificultades en el desarrollo cognitivo y social, así como a
acrecentar los habituales problemas para el aprendizaje que se observan en estos niños
(Ygual, 2012).
Otro aspecto característico de los niños especialmente escolares de primaria y secundaria es
que presentan graves dificultades en la comprensión tanto escrita como oral. Durante la
lectura, ya desde edades tempranas. Su comprensión lectora es deficiente, tienen dificultades
en la comprensión de textos largos a pesar de no tener puntuaciones bajas en vocabulario
(Ygual, 2012).
Los niños con TDAH tienen con más frecuencia trastornos en el procesamiento del habla -
entendiendo este término en un sentido general que comprendería todas las habilidades
implicadas en percibir y producir el habla, tanto cognitivas como periféricas. Estas
dificultades en el procesamiento del habla pueden tener un grado de severidad variable: desde
ligeros problemas de articulación hasta un habla ininteligible. Es frecuente observar niños
con TDAH que mantienen procesos de simplificación de habla hasta edades muy avanzadas
-ocho o nueve años- que se solucionan antes de los cinco años en el desarrollo normal.

Por tanto, en cuanto al rendimiento en tareas meta fonológicas, podríamos distinguir dos
grupos de niños con TDAH: aquellos que tienen dificultades meta fonológicas per se y
aquellos que, teniendo suficientes habilidades meta fonológicas, tienen un rendimiento muy
pobre en este tipo de tareas por las características cognitivas del TDAH. Muchos de los
primeros han tenido problemas en la adquisición del lenguaje y a esto suman las dificultades
propias del TDAH. El segundo grupo también tiene un riesgo de dificultades en el
aprendizaje del lenguaje escrito, ya que igualmente pueden fallar en las tareas de análisis y
síntesis fonológica que implican los procesos de escritura y lectura (Ygual, 2012).
Tener buenas habilidades meta fonológica es un prerrequisito fundamental para realizar un
aprendizaje correcto de la lectura y de la escritura. Por consiguiente, no tener buenas
habilidades meta fonológica supone un riesgo de dificultades de aprendizaje en este dominio.

En resumen, cuando se evalúan en niños con TDAH el campo del lenguaje y sus formas, es
necesario observar cuidadosamente su ejecución con el fin de poder determinar mejor cuáles
son los posibles factores implicados en su pobre rendimiento, ya que esto podría tener
implicaciones clínicas motivando líneas de intervención distintas (Ygual, 2012).
MARCO TEÓRICO:
CARACTERÍSTICAS COGNITIVAS DEL TDAH
El TDAH es un trastorno neurológico de inicio en la infancia. Se trata de una patología
crónica cuyos síntomas, aunque cambiantes, permanecen a lo largo del tiempo, y se
manifiestan en los distintos contextos en los que el niño y, más tarde, el adulto, se
desenvuelve. Interfiere en la vida cotidiana, en los aprendizajes escolares, en el trabajo y
también en las relaciones sociales de las personas que lo padecen. Su prevalencia en la
población es alta: 6% en la edad infantil y un 4% en la vida adulta. El Trastorno por Déficit
de Atención con Hiperactividad se caracteriza por niveles inapropiados de atención, de
hiperactividad y de impulsividad, según los criterios diagnósticos que se especifican en el
DSM IVTR (American Psyquiatric Asociation, 2000). Los problemas de atención afectan a
dominios como vigilancia, atención dividida, atención sostenida y atención selectiva. La
impulsividad se caracteriza por una rapidez excesiva en el procesamiento de la información,
un fracaso en esperar a emitir una respuesta hasta que se haya reunido información suficiente
e inhibir mecanismos que resultan inapropiados para conseguir la meta. Goldstein (1999)
considera que la definición práctica del TDAH incluye cinco componentes, valorando la
impulsividad como el elemento decisivo en el moldeamiento de los otros cuatro componentes
restantes, inatención, excesivo arousal, dificultad con la gratificación, en la expresión de
emociones y locus de control. Sin embargo tal vez sean las manifestaciones de hiperactividad
las que más diferencian a los escolares con TDAH de sus compañeros, tales como actividad
motora gruesa, pequeños movimientos, interferir con otros y estar fuera del asiento. Los niños
híper activos, incluso, tienen niveles superiores de movimiento durante el sueño. Hay que
destacar, sin embargo, que este excesivo movimiento corporal va disminuyendo a lo largo de
la niñez de tal forma que a partir de los 12 años las diferencias en este aspecto entre escolares
con TDAH y normales se minimizan. En la adolescencia incluso adopta generalmente la
forma de sentimientos de inquietud y dificultades para dedicarse a actividades sedentarias o
tranquilas. Las dificultades en estos tres dominios se pueden detectar con claridad entre los
6 y 9 años. En base a estos síntomas, según predomine un grupo de ellos u otro, el DSM-IV-
TR distingue tres subtipos diferenciados del trastorno: El subtipo de TDAH
predominantemente inatento (TDAH/I) es aquel en el que predominan los síntomas de baja
atención, en el subtipo híper activo impulsivo (TDAH/H-I) predominan los síntomas de
hiperactividad e impulsividad, mientras que en el subtipo combinado (TDAH/C) se pueden
distinguir los tres grupos de síntomas. Los subtipos más frecuentes son el TDAH combinado
y el inatento.
LA PRAGMÁTICA DEL LENGUAJE EN EL TDAH

El lenguaje como función cognitiva permite comunicar mensajes a partir de recursos


lingüísticos que se comparten socialmente. Esta habilidad neurocognitiva requiere de
múltiples asociaciones cerebrales y se puede ver afectada por alteraciones en el
funcionamiento de los circuitos estriadotalamocorticales característico del tdah y afectar
todos los niveles del lenguaje. El nivel fonológico implica la habilidad para asociar los
sonidos con los grafemas y así lograr el aprendizaje de la lecto-escritura. Las investigaciones
con respecto a la conciencia fonológica en tdah muestran resultados contradictorios, debido
a que en algunos estudios se han reportado alteraciones (Miranda, Ygual, Mulas, Roselló y
Bó, 2002), mientras que en otros no (Gómez, Pineda y Aguirre, 2005); los resultados en
general indican que las dificultades en el procesamiento fonológico predictores de dislexia o
de trastorno específico del lenguaje, no parecen estar directamente relacionado con el tdah
(Miranda, García y Soriano, 2002).

Las alteraciones en otros niveles como el morfológico, sintáctico y semántico no son


consistentes en los niños con este trastorno, pero, las dificultades pragmáticas parecen estar
presentes en todos los niños con tdah (Uekermann, Kraemer, AbdelHamid, Schimmelmann,
Hebebrand, Daum, Wiltfang y Kis, 2010; Ygual, 2011). La alteración de la pragmática del
lenguaje ha sido estudiada desde la lingüística en tres niveles que son: interactivo, textual y
enunciativo. El nivel interactivo tiene que ver con la fluidez del lenguaje, participación en la
conversación, iniciativa, gestualidad, mirada, adecuación al contexto; el nivel textual se
refiere a la forma, es decir, uso de tiempos y géneros, organización de las frases, significado
del contenido, coherencia del tema, estilo del relato; y el nivel enunciativo es la articulación,
escogencia de palabras, pausas, comunicación no verbal, intencionalidad, autocorrección,
modismos, metáforas, manera, pertinencia, cantidad y veracidad (Gallardo, 2009).

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