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jean-claude passeron
los herederos
los estudiantes y la cultura
Traducción de :Marcos ~ayer
pierre bourdieu
jean-cJ,aude passeron '
I
los herederos
los estudiantes y la cultura
~ siglo veintiuno
~editores
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ISBN 978-987-629-067-8
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A cuarenta años de su primera edición francesa, el libro de Pierre
Bourdieu y Jean-Claude Passeron Les Héritiers, les étudiants et la cultu-
re1 se ha convertido en un moderno clásico de la sociología que inte-
resa tanto por sus contenidos corno por la estrategia analítica que pro-
pone. Por cierto, la combinación presente en ese ,texto de formas
rigurosas de investigación empírica con una reflexión conceptual,
que insertaba los análisis en una teoria novedosa sobre las sociedades
modernas y sus conflictos, motivó su atracción. Los estudios sobre
:¡
los sistemas escolares y las prácticas culturales, temas predilectos de las
primeras investigaciones del grupo formado en torno a Bourdieu,
~ 1
rompieron con los encuadres habituales para tratar esas cuestiones
j:
1
X RICARDO SIDICARO
IA SOCIOLOGÍA SEGÚN PIERRE BOURDIEU XI
la educación, Buenos Aires, Biblos-Miño y Dávila, 2002. balización, lo situó en los sistemas de pensamiento dóxicos, que hacen
4
Sobre las instrumentaciones ideológicas intentadas a partir de una lectu-
banales y aceptables los mecanismos de dominación social, y a los que
ra descontextualizada de Bourdieu para tratar de fundamentar la realización de
reformas neoliberales de la educación pública en Latinoamérica, véanse las per- Bourdieu solía dirigir frecuentes y fundadas críticas.
tinentes críticas de Rubinich, Lucas, La conformación de un clima cultural. Neolibera-
lismo y universidad, Buenos Aires, UBA-Libros del Rojas, 2001.
5 Bourdieu, Pierre, Romo academicus, París, Minuit, 1984, cap. 5, Le moment
critique. enseñanza", publicado en Bourdieu, Pierre, Capital cultural, escuela y espacio socia~
6
E11.tre las participaciones de Pierre Bourdieu en conúsiones para proponer México, Siglo XXI, 1997, pp. 129-144. Una versión distinta y con un lenguaje más
refonnas de la educación, la más conocida es la del Collége de France, que en bourdieusiano fue editada por el Collége de France, París, 1985, con el título Pro-
1989 produjo el informe "Principios para una reflexión sobre los contenidos de positWns poor l'enseignement de l'avenir. Elaborée á la demande de Monsieur le présidente
de la République par les profe.sseurs du Collége de Franc.e.
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1
Muchas de las objeciones formuladas a las teorías de Bourdieu Sobre la utilidad política y social de la sociología
parecieron estar inspiradas en lecturas formalistas, favorecidas por
sus propios resúmenes de sus conceptos principales, repetidos con li- El reconocimiehto a- nivel mundial de la obra de Pierre Bour-
geras variaciones en varias oportunidades. A pesar de haber previsto dieu no era fácil de prever, dado que abundaban en ella las referen-
los riesgos de ese estilo de interpretación y de insistir en la necesidad cias empíricas francocéntricas ajenas a las realidades culturales de
de rechazar las falsas dicotomías, los códigos del lenguaje operaron otros contextos nacionales. 8 Sin embargo, a pesar de las menciones
en tanto reglas opresivas y de poco sirvieron sus frecuentes aclaracio- a temas ajenos a los lectores internacionales, la contribución bóur-
nes, correcciones y precauciones sobre el problema: "sería necesario dieusiana fue asimilada académicamente en tanto aporte valioso pa-
evitar totalmente el hablar de los conceptos por sí mismos, exponién- ra renovar la discusión sobre la teoría de la acción y para replantear
1 1 dose a ser esquemático y formal a la vez". 7 La consecuencia fue una núcleos conceptuales de la sociología contemporánea. Por el modo
' difusión de sus ideas que, a la vez que resaltaba el formalismo de sus
1 ¡
en que Bourdieu definió la labor sociológica y, especialmente, su
conceptos sistemáticos, dejaba de lado las interesantes tramas teóri- utilidad política y social, eran esperables las controversias suscita-
11
1¡11 cas y empíricas con las que construyó sus explicaciones sociológicas. das. En el cielo nunca sereno de la disciplina, sus trabajos e inter-
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Así, equivocadamente, sus contribuciones pudieron verse como más venciones invitaron a los debates, por sus contenidos y por sus for-
;: 1 interesadas por las cosas de la lógjca que por la lógjca de las cosas, repro- mas. Las respuestas que encontraron muchos de sus textos sobre los
1111'
'' che que dirigía frecuentemente al formalismo de muchos economis- más diversos aspectos de las prácticas sociales evidenciaron que sus
tas, de dentistas políticos y de sociólogos. escritos sobrepasaban el campo de la sociología. No fueron pocos
Por el contrario, las perspectivas teóricas de Bourdieu, adaptadas los investigadores de otras ciencias sociales o de las humanidades
a las necesidades de la investigación, y sin ser totalmente compartidas, que reaccionaron contra las incursiones en sus campos u objetaron
estimularon la producción de nuevos conocimientos en prácticamen- sus aseveraciones sobre la filosofía o la epistemología. Prácticas e
p
te todas las disciplinas de las ciencias sociales. Los investigadores jóve- instituciones que habían vivido en sus reconfortantes autodefinicio-
l¡: nes hallaron en su obra conceptos y métodos para "entrar", a veces nes entraron en la amplia agenda de indagaciones de Bourdieu y
con herejías, en campos de las ciencias sociales reacios a la innovación sus colaboradores, y así, desde la alta costura hasta la alta cultura,
y en los que las repeticiones de los "estados de la cuestión" operan co- incluyendo las fundaciones empresarias, las iglesias, los partidos po-
mo verdaderos mecanismos de control del Estado sobre la cuestión. Proba- líticos, los aficionados a la fotografía, la dominación masculina, el
blemente, la imitación a pensar sobre los usos de la ciencia y sobre las poder de los medios de comunicación, los usos del lenguaje, y la lis-
reglas del mundo académico y de la educación fueron elementos que ta podría prolongarse, se sumaron a los objetos de investigación
incidieron en la ambigüedad que, en muchos casos, generó la recep- construidos a partir de un enfoque teórico orientado a proponer
ción de sus trabajos. En sus teorías estaban expuestas, desde sus ini- nuevas interpretaciones de la acción social y explicarlas remitiendo
cios, muchas de las consideraciones que llevaron a Bourdieu a incre- a condiciones estructurales o a intereses sectoriales ignorados no
mentar su participación en la arena pública, uniendo la acción
claramente política a las luchas por las posiciones de predominio en
el campo académico.
• 8 Consciente del problema, en el Prefacio a la publicación norteamericana
de La distinción, Bourdieu les proponía a sus lectores hacer el esfuerzo necesario
para comprender, más allá de las referencias empíricas francesas, las dimensio-
nes universales de los problemas analizados en su obra. Dmíction. .4 Social Critique
7
Bourdieu, Pierre, El sentido práctico, Madrid, Taurus, 1991, p. 92, n. 2. of the fudgement ofTaste, Cambridge, Harvard University Press, 1984, pp. XI-XN.
1
I.A SOCIOLOGÍA SEGÚN PIERRE BOURDIEU XV
XIV RICARDO SIDICARO
Fronteras y distinciones
sólo por las miradas espontáneas, sino también por otros tipos de
abordajes conceptuales.
La sociología dt:,..B,ourdie:u.se cara!'.=terizó por destacar sus dife-
Desde sus orígenes, la sociología conoció numerosas discusiones
rencias no sólo con distintas escuelas anteriores o contemporáneas,
sobre la utilidad política y social de sus conocimientos. El clásico tema
sino, además, por discutir la pertinencia de aquellas prácticas intelec-
de los efectos de la filosofía sobre la vida social se prolongó, con justi-
tuales o culturales que desvirtuaban los conocimientos sobre lo so-
ficadas razones, en el caso de la sociología. La reflexión sobre la obje-
cial. Las modalidades de construcción de los objetos de investigaci6n
tividad de las ciencias sociales y el problema de los valores había sido
les sirvieron a quienes compartieron la corriente bourdieusiana pa-
recurrente en las especialidades de la disciplina más próximas a los
ra establecer la separación entre la sociología y las aproximaciones
conflictos sociales y políticos, pero, también, en otros dominios en apa-
sociográficas empiristas, carentes de teoría y sin preguntas sobre la
riencia distantes de las opciones, las opiniones y los intereses que di-
constitución social de los datos. Las especulaciones de quienes ali-
viden las sociedades. Los primeros sociólogos anunciaron que sus ex-
mentan sus reflexiones con lecturas e introspecciones y desdeñan el
plicaciones debían desencantar las prácticas estudiadas al proponer
trabajo empírico sistemático fueron otro blanco predilecto de sus crí-
interpretaciones reñidas, de un modo u otro, con las creencias social-
ticas. Las denominadas ingenierías sociales al servicio de intereses bu-
mente aceptadas, y que eso afectaría intereses y posiciones sectoriales.
rocráticos recibieron fuertes objeciones desde la óptica de Bourdieu
Las grandes tradiciones iniciadas por Karl Marx, Émile Durkheim
,i por su carácter de mecanismo de legitimación de las estructuras de
y Max Weber dieron respuestas que perduraron sobre los vínculos en-
poder. La propuesta respecto de mantener una estricta vigilancia epis-
tre el conocimiento científico de la sociedad y sus efectos sobre la mis--
temológica en la labor de investigación sociológica puso una clara ba-
ma. Marx fue quien reveló más optimismo al considerar que sus estu-
rrera con los diferentes tipos de prácticas ideológicas, lo que, toma-
dios sobre la estructura de la sociedad y, específicamente, sobre el
do formalmente, podía confundirse con una expresión de desinterés
carácter de la explotación de clases proporcionaban elementos para
por los conflictos políticos y sociales circundantes. Por otra parte, el
nutrir la conciencia de la clase obrera y forjar su organización social
énfasis que Bourdieu ponía en algunos temas estimados poco nobles
y política en las luchas para la destrucción de los regímenes capitalis-
en los consensos imperantes en la disciplina lo condujo a subrayar el
tas. Para Durkheim, el conocimiento sociológico podía servir para me-
rigor conceptual y metodológico para distanciar su obra del ensayis-
jorar las regulaciones sociales y para fortalecer la integración social,
mo diletante.
pues estimaba que las explicaciones del funcionamiento de la socie-
Una mención aparte merece la estrategia de investigación em-
dad, especialmente de las patologías sociales, dotarían de elementos pa-
pleada por Bourdieu al buscar observables empíricos de la vida coti-
ra perfeccionar o corregir la acción de los gobiernos y de los dirigen-
diana para proponer la explicación y la comprensión de procesos so-
tes políticos, lo que favorecería el "interés general", protegería las
ciales complejos. Como ilustración, por demás elocuente, puede
situaciones de los sectores social y económicamente más débiles y
servir un ejemplo tomado de La distinción. Criterios y bases social.es del
afianzaría la democracia republicana. Weber estableció explícitamen-
gustO'. "A propósito de las clases populares, se podría hablar de comer
te su célebre diferencia entre el político y el científico, pero en nin-
con franqueza igual que se dice hablar con franqueza. La comida es-
gún momento ignoró los efectos políticos de los conocimientos que
tá situada bajo el signo de la abundancia (lo que no excluye restric-
producían las ci9ncias sociales, y eligió sus objetos de investigación
ciones y limitaciones) y sobre todo bajo el signo de la libertad: se con-
pensando en la utilidad social de sus análisis, insistiendo por ello en
feccionan platos 'elásticos', que 'abundan', corno las sopas y las salsas,
la necesidad de tratarlos con el máximo de rigor científico.
las pastas y las patatas (asociadas casi siempre con verduras) y que ser-
vidas con cazo o cucharón evitan tener que medir o contar demasia-
XVI RICARDO SIDICARO l.A SOCIOLOGÍA SEGÚN PIERRE BOURDIEU XVII
do( ... ). Al 'comer con franqueza' popular, la burguesía contrapone pleadas para analizar las relaciones sociales. De acuerdo con las con-
el comer guardando la forma. Las formas son, en primer lugar, ritmos ceptualizaciones de la acción social, se piensa el sentido y la eventual
que implican esperas, retrasos, contenciones; nunca se da la impre- consecuencia del sab~r.produddo por la sociología y, más aún, se en-
sión de precipitarse sobre los platos, se espera hasta que el último que tienden las fuerzas condicionantes o las resistencias de las estructu-
se ha servido haya comenzado a comer, se sirve y se repite con discre- ras o sistemas frente a las acciones que pretenden modificarlas. Por
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1 ción. Esta manera de introducir el rigor de la regla hasta en lo coti- otra parte, si bien, las preguntas sobre las relaciones entre el conoci-
diano( ... ) no se explica sólo por la presencia en el seno del mundo miento y los cambios de la sociedad son anteriores a la sociología;"a
familiar y de la familia de esos extraños que son los criados y los invi- ésta le tocó hacerse cargo de ellas en una época en que se aceleraron
tados. Es la expresión de un habitus de orden, de postura, de compos- los procesos de transformación social y se consolidaron las institucio-
tura, del que no se podría abdicar, y ello tanto menos en la medida nes especializadas en presentarse como agentes de intereses colecti-
que la relación con los alimentos -necesidad y placer primario por vos que plantearon, en términos seculares, los conflictos sectoriales
excelencia- no es sino una dimensión del tipo de relación burguesa por los predominios políticos, económicos y culturales.
con el mundo; la oposición entre lo inmediato y lo diferido, lo fácil Pierre Bourdieu mantuvo permanentemente presente las pre-
y lo difícil, la substancia o la función y la forma, que en ella se expre- guntas sobre los usos políticos y sociales de la sociología y sus respues-
sa de manera particularmente brillante, se encuentra en la base de tas se situaron en el centro de su perspectiva teórica. En sentido es-
toda estetización de las prácticas y de toda estética". 9 Por cierto, cabe tricto, nunca dejó de hacer referencias a la importancia política y
reconocer la originalidad del ejercicio conceptual que, contraponien- social de los conocimientos sociológicos orientados a revelar los me-
do la "elasticidad y abundancia de los platos populares" con el "guar- canismos y las condiciones, ocultos a la percepción dóxica, que produ-
dar las formas" de la burguesía, revela aspectos de los ethos de clase y cen y reproducen las relaciones materiales y simbólicas de domina-
establece los nexos teóricos entre la gastronomía, las costumbres de ción social. La de Bourdieu es, de hecho, una sociología de la
mesa y las luchas de clases. 10 sociología que, aún en los casos en que no critica a otras corrientes
Las distintas maneras de definir los efectos de los conocimientos de modo explícito, construye conceptos y propone estrategias de in-
producidos por la sociología sobre la sociedad son, o pretenden ser, vestigación que cuestionan los modos de trabajar más consagrados y
necesariamente coherentes con las respectivas matrices teóricas em- generalizados de quienes se desempeñan en la disciplina. Por cierto,
los aportes de Bourdieu no fueron totalmente incompatibles con los
de otras corrientes de la polifonía sociológica de la segunda mitad del
9 Bourdieu, Pierre, La distinción. Criterios y bases sociales del gusto, Madrid, Tau-
siglo XX, pero la separación fue franca y notoria en la respuesta a la 'I
rus, 1998, p. 194. En esta cita hemos reemplazado "clases particulares" (error de gran, y tan reiterada, pregunta: ¿para qué sociólogos?
i.1 imprenta de la obra en español) por "clases populares", tal corno dice la obra ori-
En sus opciones teóricas y epistemológicas, la sociología de Bour-
gina1 La distinction. Critique socia le du jugemen~ Paris, Minuit, 1979, pp. 216-217.
10 Corno nota marginal, cabe señalar que las referencias de Bourdieu a cues- dieu se fijó una meta prioritaria: explicar las estructuras de domina-
tiones empíricas demasiado cercanas a las cosas diarias inspiraron críticas que in- ción y la distribución asimétrica de posiciones de poder existentes en
I' vitaron a leer sus argumentos con prevención y, por qué no, a objetarlos con un los más variados campos de relaciones sociales. Sus recortes analíti-
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poco de humor. Ray1'10nd Boudon y Francois Bourricaud optaron por una cons-
tatación desacartonada: "Recientemente, se descubrió que los obreros franceses
tienen debilidad por las bananas y los burgueses por la endi"ia. Ningún mito ca-
cos suponían una definición del mundo social que partía de una
perspectiva que, a una primera lectura, puede considerarse contra-
dictoria con sus ideas sobre la utilidad de la sociología: el funciona-
taloga, sin embargo, la endivia entre los alimentos de los dioses". Boudon, Ray-
mond y Bourricaud, Francois, Diccionario critico de sociología, Buenos Aires, Edicial, miento de las relaciones sociales, además de no ser transparente, do-
1993, p. 247. ta a las personas de ideas y percepciones que las convierte en
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XVIII RICARDO SIDICARO
lA SOCIOLOGÍA SEGÚN PIERRE BOURDIEU XIX
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escuela, lejos de borrar las desigualdades sociales, tiende a transfor- cultura no podían sino suscitar, entre todos aquellos que reclamaban
1.1
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marlas en castas escolares" .12 la 'democratización' sin ~
llevar más lejos el
·"' '.... .. "" ... . . ...
~. '
conocimiento lúcido de los
Sin duda, cualquier estudio sociográfico solía captar fácilmente obstáculos, una especie de malestar o, en el mejor de los casos, una
en la época las diferentes procedencias sociales de los estudiantes uni- comprensión superficial que dejaba creer que se trataba de luchar
versitarios, o las disímiles preferencias de elección de carreras según contra el elitismo, los privilegios, etc.". 15 En coincidencia con Pinto,
los géneros, para nombrar sólo las desigualdades más notorias que, otro partícipe de la corriente teórica iniciada por Bourdieu, Alain Af--
con fines técnicos o críticos, se registraban en la lectura superficial cardo, evocó en una entrevista realizada en el año 2003 "la descon-
de las informaciones estadísticas. 13 La diferencia del aporte realiza- fianza que en los medios docentes de sensibilidad de izquierda des-
1''
do por el libro de Bourdieu y Passeron consistió en explicar los me- pertaba la idea de que la lucha de clases era también una lucha de
canismos de elección de el.egi,dosy de producción de las percepciones so- clasificaciones, incluidas las clasificaciones escolares y universitarias,
ciales de su justificación y, por lo tanto, de aceptación sumisa de la y que el sistema educativo no era tan liberador como se proclamaba
selección social por los propios perjudicados. Recordemos que para desde varias generaciones". 16
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evitar una lectura determinista, o fatalista, de explicaciones basadas Pierre Bourdieu recordó, en 1989, la mala acogida, "casi por todos
11
en probabilidades estadísticas, Pierre Bourdieu se encargó en repeti- lados", de Los Herederos, pero señaló que sus tesis se convirtieron en las
::11 das oportunidades de exponer aquellos rasgos de su trayectoria vital dos décadas transcurridas desde la publicación del libro en un hecho
11·i
1.·'.1 y familiar que lo ponían en una situación que para nada preanuncia- social y que posibilitaron el planteamiento de iniciativas encaminadas
ba su carrera académica. a reformar los sistemas educativos: "Es porque conocemos las leyes de
Raymond Aron, en su autobiografía, que se convirtió en un libro reproducción por lo que tenemos alguna oportunidad de minimizar
de cabecera para los estudiantes de Mayo de 1968, se expresaba dis- la acción reproductora de la institución escolar". 17 Además de las dis-
gustado por los efectos políticos contestatarios de Los Herederos y afir- cusiones generadas entre los actores de los sistemas de enseñanza, des-
• maba, además, que sus inconsistencias teóricas habían facilitado su de su momento inicial las tesis del libro fueron criticadas en el ámbito
aceptación en el mundo estudiantil. 14 Por su parte, Louis Pinto refle- académico con una caracterización negativa, hiperfuncionalismo, que le
xionó sobre las molestias y los malos entendidos que producían las dirigieron científicos sociales de muy diversas filiaciones teóricas.
argumentaciones bourdieusianas sobre el sistema educativo en "una
época en que el progresismo político y sindical consistía en poner
de relieve sólo las desigualdades económicas para dar cuenta de las Dominación social, democracia y doxa
desigualdades de éxito en la escuela, un análisis de las diferencias so-
ciales con base en las relaciones diferenciales con la lengua y con la ¿Pueden los conocimientos producidos por la sociología contra-
rrestar los efectos de la dominación social, materializados en estruc-
turas e instituciones supuestamente beneficiosas o neutras para los
12 Saint Martin, Monique de, "Les facteurs de l'élímination et de la sé]ection
différencielles dans les études de sciences", en RetnJ.e francaise de sociologie, 1967-
1968, Paris, p. 183.
13 Sobre el contexto de producción de Las Herederos, puede consultarse Mas- 15 Pinto, Louis, Pierre Bourdieu )'la teoría del mundo social, México, Siglo XXI,
son, Philippe, "La fabrication des Héretiers", R.evue francaise de sociologie, juillet- 2002, p. 165.
16 Accardo, A1ain, Une entrevue électroníque préparée par Richard Brun et
septembre 2001, 42-3. pp. 477-507.
14 Aron, Raymond, Ménwires. 50 ans de réftexión politíque, Paris,Ju1liard, 1983, Raphael Desanti pour la liste Champs,junio de 2003. 1
17 Bourdieu, Pierre, Capital cultural, escuela.. ., op. cit, p. 160.
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p.670.
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2
4 Ibídem, p. 247.
25
Sobre los debates intelectuales de esa coyuntura, véase Le Goff, Jean-Píe-
22 Bourdieu, Pierre y Eagleton, Terry, "Doxa y vida ordinaria", New Left Ril-
rre y Caillé, Alain, Le tournant de décemlm, París, La découverte, 1996.
view, enero de 2000, p. 222-223.
26 Bourdieu, Pierre, "Combatir la tecnocracia en su propio terreno", Pierre
23 Bourdieu, Pierre, Meditaciones pascalianas, Barcelona, Anagrama, 1999,
Bourdieu, Selección de artículos de Le Mande diplomatique, Santiago de Chile, 2002,
p. 97. p. 53
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a referir a la "política de mundialización" y que no hablaba de la sario para constituir una sociología capaz de brindar conocimientos
"mundialización" como si se tratara de un proceso natural. Cerraba útiles para comprender y transformar las relaciones de dominación
esa alocución reflexionando sobre el lugar que podían desempeñar no tenía, decía Bourdieu, la atracción emotiva de las filosofías subje-
los investigadores: "Trabajar para una invención colectiva de estruc- tivistas: "Entre los riesgos que es preciso correr para defender posi-
turas colectivas de invención que harán nacer un nuevo movimiento ciones como la mía, está el de decepcionar a los adolescentes ( ... )
social, es decir, nuevos contenidos, nuevos objetivos y nuevos medios Uno de los objetivos de mi trabajo acerca de los intelectuales es de-
internacionales de acción". 28 mostrar que el origen de todos los dobles juegos y dobles lenguajes
" radica en una relación de mala fe con la propia posición dentro del
campo intelectual". 3 º
Una sociología conflictiva Si las diferencias con las teorías que explican la sociedad otor-
gando importancia decisiva a los sujetos era una posición obvia en las
Al situar su presencia en la arena pública, Bourdieu pareció ubi- ideas bourdieusianas, igualmente necesaria resultaba la delimitación
carse en la tradición del modelo de intelectual francés nacido en con respecto a las concepciones marxistas, filiación que le endilgan
tiempos del Affaire Dreyfusy prolongado en el denominado "compro- muchos de sus críticos. Las relaciones de Bourdieu con las contribu-
miso", del quejean-Paul Sartre fue, a partir de la segunda posguerra,
la figura paradigmática. No obstante, lo distintivo de la propuesta de
Bourdieu consistió en el hecho de colocar a la labor científica de in-
29
vestigación en ciencias sociales en el epicentro de una tarea de escla- Bourdieu, Pierre, Esquisse d'une Thi<Yrie de laPratique, Genéve, Droz, 1972,
p. 180. En Resjruestas. Por una antropología reflexiva, México, Grijalbo, 1995, p. 140-
recimiento colectivo de la realidad social. Su posición fue contraria 141, Bourdieu ponía como ejemplo a Sartre y decía: '"Creo que el desconocimien-
tanto a los discursos morales sobre los comportamientos sociales co- to de los mecanismos colectivos de la subordinación política y ética, y la sobresti-
mo a las filosofías de la historia especializadas en predicar la llegada madón de la libertad de los intelectuales condujeron con demasiada frecuencia
a sus exponentes más sinceramente progresistas (como Sartre) a seguir siendo
cómplices de aquellas fuerzas contra las que creían combatir, no obstante los es-
fuerzos que desplegaron para tratar de escapar de las coacciones del determinis-
',!l Bourdieu, Pierre, Pensamiento y aa:ión, Buenos Aires, El Zorzal, 2002, p. 152- mo intelectual. Esta sobrestimación los incitaba a involucrarse de formas inge-
153 nuas y poco realistas de lucha".
28 Bourdieu, Pierre, "Los investigadores y el movimiento social", en Pensa- 30 Ibídem, p. 141.
dones de Marx distan de ser simples y así como es clara la incorpora- binación entre el hiperfuncionalismo y el marxismo vulgar en la obra
ción en su trabajo meta teórico de muchos de sus aportes fundadores, de Bourdieu. 32 A esas objeciones, Boudon agregó observaciones
no es menos evidente el rechazo de las orientaciones deterministas o igualmente negativas acerca de la validez de los criterios empleados
economicistas, enraizadas en algunas de las tradiciones del.marxis- en las demostraciones''¡:'Kopuestas en sus investigaciones: "es posible
mo. En un artículo de 1984, Bourdieu expuso varios de los ejes fun- reunir un gran número de datos y utilizar algunos métodos estadísti-
damentales de su teoría contraponiéndolos a las doctrinas de los se- cos más o menos sabiamente para demostrar que el opio hace dor-
guidores de Marx: "La construcción de una teoría del espacio social mir o que los gustos varían con las clases, sin validar sin embargo el
supone una serie de rupturas con la teoría marxista. Ruptura con la sofisma de la virtud dormitiva o del habitus-reflejo condicionado".31
tendencia a privilegiar las sustancias -aquí los grupos reales de los En su libro sobre la teoría sociológica de finales del siglo XX,Jef-
que se pretende definir el número, los límites, los miembros, etc.- en frey Alexander presentó un conjunto de críticas a Bourdieu y, si bien
detrimento de las relaciones y, también, con la ilusión intelectualista se refirió a varios temas importantes, puso el acento en los déficits
que lleva a considerar las clases teóricas, construidas por el analista, que encontró en la elaboración del concepto de habitus, con el obje-
como una clase real, un grupo efectivamente movilizado; ruptura con tivo de demostrar las ambigüedades o desequilibrios derivados de una
el economicismo que conduce a reducir el campo social, espacio mul- mala solución de la superación bourdieusiana de la falsa antinomia
tidimensional, exclusivamente al campo económico, a las relaciones objetivo-subjetivo. Junto con las observaciones puntuales de carác-
de producción económicas, constituidas así en las coordenadas de la ter teórico, Alexander apuntó a la consistencia del conjunto de las
posición social; ruptura, en fin, con el objetivismo que va junto con perspectivas de Bourdieu y, naturalmente, no excluyó las relaciona-
!!I el intelectualismo, y que conduce a ignorar las luchas simbólicas li- ( das con los efectos políticos y sociales de sus obras. Alexander objetó
brada§ en los diferentes campos y que tienen por objeto de disputa A las consecuencias políticas e ideológicas de los estudios del sociólogo
la representación del mundo social y, particularmente, la jerarquía francés: "Bourdieu desvaloriza y degrada los logros de aquellos que
en el seno de cada uno de los campos y entre los diferentes cam- han conseguido progresos en la movilidad social. Desprecia a la cla-
pos".31 se obrera por su falta de gusto y de racionalidad política, se burla de
Las diferencias y críticas que Bourdieu establece entre sus con- los esfuerzos de los reformadores sociales y es extraordinariamente
cepciones sociológicas y las perspectivas marxistas no impidieron que,
con frecuencia, se le adjudicara ser continuador del marxismo vul-
gar, del que se esforzaría en proponer una versión "distinguida". Ray- 32
En Homol!.cademicus, París, Minuit, 1984, p. 194, n. 14, Bourdíeu resume
mond Boudon y Jeffrey C. Alexander, dos de los críticos más conoci- su rechazo al funcionalismo que le atribuyen: "¿Tengo necesidad de decir que,
dos de la obra de Bourdieu, se esmeraron en objetar tanto sus habiendo desde hace mucho tiempo denunciado lo que llamo el funcionalismo
explicaciones generales como en tratar de demostrar la inconsisten- du pire y provisto, con la noción de habitus, el medio de captar la razón de la apa-
riencia de la teleología objetiva que procuran ciertos colectivos, yo no me reco-
cia de sus conceptos sistemáticos. Ambos autores subrayaron la con-
nozco de ningún modo en etiquetas tales como 'socíologismo', 'realismo totali-
tinuidad de su obra con el economicismo marxista. tario' o 'hiperfuncionalismo' que me son a veces aplicadas (cf. F. Bourricaud,
Raymond Boudon es el autor que en el campo sociológico fran- Contre le sociologisme: une critique et des propositions, Re"\>ue francaíse de so-
cés criticó con mayor perseverancia lo que caracterizó como la com- ciologie, 16, 197.'5, supplément, pp. 583-603, et R Boudon, Effets pervers et ordre
sociale, París, PUF, 1977)?".
33
Boudon, Raymond, L 'idéolvgie ou l'origine des idée recues, París, Fayard, 1986,
p. 228. Para Boudon, el estilo expositivo de Bourdieu debería entenderse como
31 Bourdieu, Pierre, "Espace socíale et gen ése des 'dasses"', en Actes de la re-
un conjunto de recursos retóricos para neutralizar "eficazmente los efectos cómi-
cherche en sciences sociales, nº 52-53,juin 1984, p. 3. cos potenciales de sus teorías~, p. 227.
XXX RICARDO SIDICARO
· t.A, SOCIOLOGÍA SEGÚN PIERRE BOURDIEU XXXI
34 Alexander, Jeffrey, Fin de Siécle Social The<rry: Relativism, reduction, and the 36 En Bourdieu, Pierre, Las estructuras sociales de la economía, Buenos Aires,
problem o/rea.son, NewYork, Verso, 1995, p. 192. . , . Manan tia!, 200 I, se desarrollan proposiciones que van más allá del tema de inves-
35 Alexander,Jeffrey, "¿Sociología cultural o soctolog~a de la cultura? H~aa tigación puntual que indican la eventual intención de abordar en una indagación
un programa fuerte para la segunda tentativa de la sociología" (en cola~rac1~-n de largo alcance las nuevas fonnas de dominación económica mundial.
37
con Philip Smith), en Alexander, Jeffrey, Sociología cultural. Formas de clasifica=n Al respecto, véase Bourdieu, Pierre, "La dimisión del Estado", en La mise-
en las sociedades compl,ejas, México, Anthropos, 2000, pp. 44--47. ria del mundo (con la dirección de Pierre Bourdieu), Buenos Aires, Fondo de Cul-
tura Económica, 1999, pp. 161-166.
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l. LA ELECCIÓN
DE LOS ELEGIDOS
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.·· 1 ¿Alcanza con comprobar y deplorar la desigual representa-
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ción de las diferentes clases sociales en la enseñanza superior pa-
ra cerciorarse, una vez más, de las desigualdades ante la educa-
ción? Cuando se dice y se repite que no hay más ql;le el 6% de hijos
1ii' de obreros en la enseñanza superior, ¿hay que sacar de esto la con-
,, 1
1
1
clusión de que el medio estudiantil es un medio burgués? O cuan-
do sustituimos el hecho por la protesta contra el hecho, ¿acaso no
nos esforzamos, la mayor parte de las veces con éxito, por persua-
"Entre los indios de Norteamérica, el comportamiento del visionario era dirnos de que un grupo capaz de protestar contra su propio pri-
altamente refinado. El joven que no había 'elegido todavía una visión' era vilegio no es un grupo privilegiado?
habitualm~nte enviado a escuchar los numerosos relatos de las visiones que
habían tenido los demás hombres, relatos que describían en detalle el tipo
Sin duda, en el nivel de la enseñanza superior, la desigualdad
de experiencia que debía considerarse como una 'verdadera visión' y el ti-
inicial de las diversas capas sociales ante la educación se muestra
po especial de circunstancia{ ... ) que daba validez a un encuentro sobrena-
tural y que, en consecuencia, confería al visionarío el poder de cazar, de lle-
ante todo en el hecho de que están muy desigualmente represen-
var adelante una empresa guerrera y así sucesivamente. Así entre los ornaba, tadas. Pero habría que observar que el porcentaje de estudiantes
a pesar de que los relatos no daban detalles sobre lo que habían visto los vi- originarios de las diversas clases refleja sólo de modo incompleto
sionarios. Un examen más en profundidad hacía percibir claramente que la la desigualdad educativa, siendo las categorías sociales más repre-
visión no era una experiencia mística democráticamente accesible a cualquie- sentadas en la educación superior al mismo tiempo las menos re-
ra que la buscara sino un método cuidadosamente mantenido para conser- presentadas dentro de la población activa. Un cálculo aproxima-
var para ciertas familias la herencia de la pertenencia a la sociedad de los he- tivo de las posibilidades de acceder a la universidad según la
chiceros. En principio, la entrada en la sociedad estaba validada por una
profesión del padre hace aparecer que van desde menos de una
visión libremente buscada, pero el dogma según el cual una visión era una
posibilidad entre cien para los hijos de los asalariados agrícolas a
experiencia mística no específica que todo joven podía buscar y encontrar
estaba contrabalanceado por el secreto, muy cuidadosamente guardado, re- cerca de 70 para los hijos de industriales y a más de 80 para quie-
ferido a todo lo que constituía una verdadera visión. Los jóvenes que desea- nes provienen de familias donde se ejercen profesiones liberales.
ban entrar en la sociedad del poder debían retirarse en soledad, ayunar, re- Esta estadística hace evidente que el sistema educativo pone obje-
gresar y contar sus visiones a los ancianos, todo esto para que se les anunciara, tivamente en funcionamiento una eliminación de las clases más
si no eran miembros de las familias de elite, que su visión no era auténtica." desfavorecidas bastante más total de lo que se cree. Pero es menos
,'¡'· habitual que se perciban ciertas formas ocultas de la desigualdad
\1ARGARET MEAD, Continuities in Cultural Evolution. ante la educación, como la relegación de los niños de clases infe-
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LA ELECCIÓN DE LOS ELEGIDOS 15
14 PIERRE BOURDIEU YJEAN-Cl.AUDE PASSERON
•
( 1961-1962)
en los estudios.
PROBABILIDADES CONDICIONALES
En las posibilidades de acceder a la enseñanza superior se
CATEGORIA
lee el resultado de una selección que se ejerce a todo lo largo o ~
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del recorrido educativo con un rigor muy desigual según el ori-
gen social de los sujetos. En realidad, para las clases más des-
• SOCIOPROFESIONAL
DE LOS PADRES
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favorecidas, se trata de una simple y pura eliminación. 3 El hi-
jo de una familia de clase alta tiene 80 veces más chances de
entrar en la universidad que el hijo de un asalariado rural y 40
Asalariados rurales H o.a 15,5 +4,0 36,9 3,6 o
M 0,6 7,8 26,6 65,6 o o
veces más que el hijo de un obrero; sus posibilidades son in- Prom. 0,7 12,5 34,7 50,0 2,8 o
cluso el doble de las de alguien de clase media. Estas estadísti-
cas permiten distinguir cuatro niveles de utilización de la en- Agricultores ( 1) H 4,0 18,8 +4,6 27;2 7,4 2,0
M 3,1 12,9 27,5 51,8 2,9 4,9
señanza superior: las posibilidades de enviar a sus hijos a la Prom. 3,6 16,2 37,0 38,1 5,6 3,1
facultad de las categorías más desfavorecidas son hoy más que
nada formales (menos de 5 chances sobre 100); ciertas catego- Personal de servicio H 2,7 18,6 48,0 25,3 7,4 0,7
rías medias (empleados, artesanos, comerciantes), cuyo por- M 1,9 10,5 31,I 52,6 4,7 1,1
Prom. 2,4 15,3 41,3 37,0 5,5 0,9
centaje ha aumentado en los últimos años, tienen entre 10 y
15 posibiadades sobre 1OO. Luego se observa una duplicación
l
Obreros H 1,6 14,4 52,5 27,5 5,0 0,6
de las posibilidades en los sectores medios (casi 30 posibilida- M 1,2 10,4 29,3 56,0 2,6 1,7
des sobre 100) y una nueva duplicación en los sectores supe- Prom. 1,4 12,3 42,8 39,9 3,6 1,4
riores y las profesiones liberales, cuyas posibilidades se acercan
Empleados H 10,9 24,6 46,0 17,6 10,I 1,7
al 60 sobre 100. Aunque no sean consideradas conscientemen-
te por los interesados, estas variaciones tan fuertes en las posi-
bilidades educativas o~etivas se expresan de mil maneras en
M
Prom.
8.1
9,5
16,0
21,1
30,4
39,4
+4,0
28,6
6,1
8,6
3,5
2,3 1
el campo de las percepciones cotidianas y determinan, de Dueños de índustria H 17.3 11,0 3,3
o comercío ( 1) M 15.4 4,8 6.0
acuerdo con el medio social, una imagen de los estudios supe-
8,1 4,6
riores como futuro "imposible", "posible" o "normal" que se
convierte a su vez en determinante de las vocaciones educati- Niveles medios 8,5 2,0
vas. Un integrante de clase alta, con más de una posibilidad sobre 3,4 3,4
dos de concurrir a la facultad y que siente a su alrededor, e in- 6,0 l,7
cluso en su familia, que los estudios superiores son un destino Profesiones liberales 14,7
banal y cotidiano, no puede tener la misma experiencia del fu- y niveles altos 6,5
10,8
( 1) Se trata en ambos casos de categorías puramente estadísticas, que comprenden grupos so-
='>Véase, en la página 15, el cuadro nº 1 y los gráficos de las páginas 16, 17 y ciales muy diversos: la categoría de los agricultores agnipa a todos los productores agrícolas, sean
cuales fuesen las dimensiones de su producción; y la de los dueños de industria 0 de comercio ii
18. En los Apéndices se hallarán diferentes estadísticas sobre la población estu-
diantil y una nota sobre el método empleado para calcular las posibilidades de
acceder a la enseñanza superior y las probabilidades de seguir tal o cual tipo de
estudio de acuerdo con el origen social y el sexo.
comprende, además de artesanos y comerciantes, a los industriales, a quienes no se ha podido
aislar en estos cálculos pero de quienes puede decirse, por otro lado, que son fuertes consumí-
dores de enseñanza superior (cf. Apéndice 1, cuadro 1.9). Por to tanto, una lectura prudente del
cuadro sugiere atenerse preferentemente a las categorías más homogéneas.
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LA ELECCIÓN DE LOS ELEGIDOS 17
PIERRE BOURDIEU YJEA.1'-CL!\UDE PASSERO~
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Obreros
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Agricultores
Empleados
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(Industriales,
artesanos,
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Empleados
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Proiesiones
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liberales y
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Patrones 0,06 8.4
lndustria~es
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*Agradecemos al señor Bertin por las representaciones gráficas de las páginas 16, 17 y 18,que fue-
ron establecidas en ei laboratorio de cart0grafi> de la É<:ole pratique des hautes études.
18 LA ELECCIÓN DE LOS ELEGIDOS
PIERRE BOURDIEU YJEAN-CLAUDE PASSERON 19
PROBABILIDAD DE ACCESO A UNA DISCIPLINA DADA SEGÚN EL ORIGEN turo educativo que el hijo de un obrero que, al tener menos de
SOCIAL Y EL SEXO dos posibilidades sobre cien de acceder a la universidad, sólo co-
noce a los estudios y a los estudiantes a través de personas o
HOMBRES MUJERES
-.11 Mt•lclll Dtndlo ~ Clotlcl•
medios interpósitos.
Si se sabe ·cj~~ las r~Iáciones e~trafamilíares se extienden
Á]
3,6 15,5 37 44
Asalariados
rurales
a medida que se asciende en la jerarquía social, permanecien-
do en cada caso socialmente homogéneas, se ve que la expec-
tativa subjetiva de acceder a la enseñanza superior tiende a ser •
aún más débil que sus posibilidades objetivas para los sectores
más desfavorecidos.
Obreros
En esta distribución desigual de las posibilidades educati-
vas de acuerdo con el origen social, varones y m~jeres están
0,6
grosso modo en la misma situación. Pero la ligera desventaja de
0,7
ctd
7,4 18,6 25,3 48
Personal
de
Sefvicio
las mujeres se marca más claramente en la clase baja: si, global-
mente, las chicas tienen un poco más de ocho posibilidades so-
bre cien de acceder a la enseñanza superior mientras que los
varones tienen diez, la diferencia es más fuerte en lo bajo de la
d
escala social mientras que tiende a disminuir en los estratos su-
Agricultores periores y medios.
~
de elección de los estudios que pueden razonablemente estar des-
Empleados
tinados a una categoría social dada. Así, el hecho de que las po-
sibilidades de acceso a la universidad sean parecidas tanto pa-
1,7 3,5 6 16 44 30.4
ra los varones como para las mujeres no debe esconder el
Patrones hecho de que, una vez entrados en la facultad, es muy posible
3,3 11
ce[]
20,5 25 40
(lndustrlafes,
artesanas.
comerciantes)
que unos y otras no cursen los mismos estudios. En principio,
y sea cual fuese el origen social, sigue siendo más probable que
las mujeres se inclinen por las letras y los varones por los estu-
dios científicos. En esta tendencia se reconoce la influencia de
Niveles
los modelos tradicionales de división del trabajo (y de los "do-
medios
nes") entre los sexos. De manera más general, las mujeres sue-
len estar condenadas a las facultades de letras y de ciencias, que
preparan para una profesión docente: el porcentaje de posibi-
Proles iones lidades de hallar a las hijas de los asalariados rurales que acce-
liberales y
Niveles den a la enseñanza superior en una u otra de estas dos faculta-
superiores
hijas e hijos de sectores medios y de 74,3% y 59,3% para las hi- de entre ellos que logran escapar a la eliminación. Así, estos
'
jas e hijos de los sectores superiores. estudiantes deben pagar con el precio de la elección forzada
Es más probable que la elección sea limitada cuando los es- entre las letras y las ciencias su entrada en la enseñanza supe-
tudiantes pertenecen a un medio más desfavorecido. Se puede rior, que para efü)~tiene·dos puertaSy no cinco: hay un 35% de
ver un ejemplo de esta lógica -según la cual se presenta una res- posibilidades de que los hijos e hijas de los sectores altos cur-
tricción de elecciones más o menos severa de acuerdo con el sen estudios de derecho, de medicina o de farmacia, porcenta-
origen social- en el momento de entrada en la enseñanza supe- je que se reduce al 23,9% para los hijos e hijas de los sectores
rior en el caso de las mujeres de sectores medios y de las muje- medios, al 17,3% para los hijos e hijas de los obreros y al 15,3% '
res de sectores superiores. En efecto, es en el nivel de los cua- para los hijos e hijas de los asalariados rurales.
dros medios donde las posibilidades de acceso de las mujeres se Pero las posibilidades condicionales de inscribirse en las fa-
igualan a las de los varones, pero al precio de un relegamiento cultades de letras para estudiantes provenientes de una catego-
a las facultades de letras (61,9% de las posibilidades), mucho ría social dada traducen sólo de manera confusa el rekgamiento
más evidente que en todas las otras categorías sociales (con ex- de quienes provienen de clases más desfavorecidas. En efecto,
cepción de los asalariados rurales). Al contrario, cuando pro- un segundo fenómeno interfiere aquí con el primero: la facul-
vienen de las capas sociales superiores, las mujeres, cuyas posi- tad de letras, y en su interior, disciplinas como sociología, psico-
bilidades de acceso son claramente iguales a las de los varones, logía o lenguas pueden también servir de refugio para los estu-
ven atenuarse el rigor de esta condenación a las facultades de diantes de las clases más educadas que, "obligados" socialmente
letras (48,6% de las posibilidades). a una enseñanza superior, se orientan, a falta de una vocación
Como regla general, la restricción de las elecciones se im- positiva, hacia esos estudios que les brindan al menos la aparien-
pone a la clase baja más que a las clases privilegiadas y a las es- cia de una razón social. El porcentaje relativo de estudiantes de
tudiantes más que a los estudiantes, siendo la desventaja mu- letras provenientes de una categoría social dada tiene por lo tan-
cho más marcada para las mujeres que provienen de un origen to una significación equívoca porque la facultad de letras pue-
social más bajo. 4
En definitiva, si la desventaja vinculada al sexo se expresa
de ser para unos una elección y para otros un refugio.
Si es verdad que la asequibilidad desigual a las diferentes
r
i
principalmente por el relegamiento a las facultades de letras, disciplinas conduce al fenómeno del relegamiento, se puede
la desventaja vinculada al origen social tiene consecuencias más esperar que la jerarquía de las instituciones de enseñanza con-
evidentes pues se manifiesta al mismo tiempo por la elimina- duzca a que aquellos que forman parte de las clases más favo-
f
ción pura y simple de los jóvenes surgidos de las capas desfavo- . recidas acaparen las que están en más alto lugar. Y de hecho es
recidas y por la restricción de elecciones disponibles a aquellos . en la École Normale Supérieure y en la École Polytechnique
donde la proporción de alumnos provenientes de ambientes
privilegiados alcanza su máximo, o sea respectivamente el 57%
4 Estos comentarios pretenden restituir las tendencias que se perciben en
j y el 51 % de hijos de sectores altos y de miembros de profesio-
las probabilidades condicionales y que, casi siempre, jerarquizan las posibilidades ,.~; nes liberales, y 25% y 15% de hijos de sectores medios. 5
en función del origen social; pero habría que señalar que la categoría de los em- Última manifestación de la desigualdad ante la educación,
pleados arrasa con las categorías más afirmadas: así, las posibilidades de cursar me-
el retraso y el estancamiento de los estudiantes de las clases más
dicina son más altas para las esmdiantes y los estudiantes que pertenecen a fami-
desfavorecidas pueden ser tal vez observados en todos los nive-
lias de empleados que para las estudiantes y estudiantes hijas e hijos de sectores
medio&; o incluso, son las hijas e hijos de empleados quienes tienen las mayores
les del cursus: así, la participación de estudiantes que tienen
probabilidades (condicionales) de realizar esmdios de derecho. Sin duda, se per-
i¡
ciben en esto ciertas con.secuencias de la actitud de toda la pequeño burguesía
5 Cf. páginas 24 y 25, cuadro II.
1.·
1
111
frente a los estudios y el ascenso social.
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1 1
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22 PlERRE BOURDlEU YJEAN-ClAUDE PASSERON LA ELECCIÓN DE WS ELEGIDOS
edad modal (es decir, la edad más frecuente en ese nivel) de-
dido escapar a la eliminación gracias a una capacidad de adapta-
crece a medida que se baja hacia las clases más desfavorecidas,
ción o gracias a un medio familiar favorable. 8
mientras que la participación relativa de los estudiantes de ori-
gen bajo tiende a crecer en los grupos de edad más elevada.6 De todos los fac,tores de diferenciación, el origen social es
sin duda el que eje~~e-~ayor illfl.uencia sobre el medio estudian-
i' ~
Si es verdad que la elección forzada de las facultades de cien- til, mayor en todo caso que el sexo y la edad y sobre todo más
cias y de letras es una manifestación de la desventaja educativa pro- que tal o cual factor claramente percibido, la filiación religiosa,
pia de los sujetos de las clases inferiores y medias (aun cuando lo- por ejemplo.
gren vivir ese destino como una vocación), si es verdad que los
Aunque la religión declarada da como resultado uno de los
estudios de ciencias parecen menos ligados al origen social7 y si se
clivajes más evidentes y aun cuando la oposición entre "talas",9
acuerda finalmente que es en la enseñanza humanista donde la in- "no talas" y "anti talas" tiene una eminente función clasificatoria,
fluencia del origen social se manifiesta con mayor claridad, pare- la filiación religiosa e incluso su práctica asidua no determinan
ce legítimo ver en las facultades de letras el terreno por excelencia diferencias significativas, al menos en lo que concierne a las ac-
para estudiar la acción de los factores culturales y de la desigual- titudes en relación con la educación y con la cultura vinculada a
dad ante la educación, cuyas estadísticas, operando un corte sin- ella. Sin duda, la participación en grupos o movimientos confe-
crónico, no hacen más que revelar su resultado: la eliminación, el sionales (en especial católicos) les brinda a los estudiantes, y so-
relegamiento y el retraso. En efecto, la paradoja quiere que los más bre todo a las estudiantes, la posibilidad de contactos organiza-
dos y regulares en el seno de grupos secundarios relativamente
desfavorecidos culturalmente sufran más su desventaja allí mismo
integrados, "círculos", "hogares" o "asociaciones" que toman el
donde son relegados como consecuencia de sus desventajas.
relevo del medio familiar. Los estudiantes católicos que hicieron
sus estudios secundarios en establecimientos privados son más
Los obstáculos económicos no alcanzan para explicar que las numerosos (51 % contra 7% para los no católicos). Los compro-
tasas de "mortalidad educativa" puedan diferir tanto de acuerdo con misos ideológicos o filosóficos están significativamente ligados a
,.
las clases sociales. No habiendo algún otro índice e ignorándose los la confesión y al grado de práctica: de los católicos que se reco-
.1 caminos múltiples y frecuentemente ignorados por los cuales la edu- nocen en una escuela de pensamiento, el 43% nombra al perso-
cación elimina continuamente a los niños provenientes de los me- ¡fii,, nalismo, sólo el 9% al marxismo y el 48% adhiere al existencia-
dios más desfavorecidos, se encontrará una prueba de la importan- lismo, mientras que el 53% de los no católicos nombran al
marxismo, apenas el 7% al personalismo y el 40% al existencia-
cia de los obstáculos culturales que deben superar en el hecho de t..•
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lismo. Finalmente, los estudiantes católicos parecen comprome-
que se comprueban, aun en el nivel de la enseñanza superior, dife- terse con sus estudios y basan la representación que se hacen de
rencias de actitud y de aptitudes significativamente vinculadas al ori- su carrera futura en una ética de la buena voluntad y del servicio
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gen social, aunque los estudiantes a los que separa hayan sufrido to- al otro que encuentra una expresión particularmente lírica en
dos durante quince o veinte años la acción homogeneizadora de la las mujeres. Pese a que sobre todo esto no hay dudas, en las con-
educación y aunque los más desfavorecidos de entre ellos hayan po- ductas y actitudes propiamente educativas, la pertenencia religio-
sa no determina jamás diferencias estadísticamente significativas.
CUADRO 11. ESTADÍSTICA DEL ORIGEN SOCIAL DE LOS ALUMNOS DE LAS GRANDES ESCUELAS ( 1961-1962)
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(3) (14)
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8
(12)
4 20
(3)
28
(3)
15 20.8 6
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Propietarios productores 1 2 3 4 3 3 5 2 5 7 3
Granjeros, colonos, administradores
. . 2 1 1 2
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2 1 1
20
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2
15
4
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1, AsALARIADOS RURALES
. . . . . . 1 1 .. 1 .. .. .. . . 6 . ¡¡'¡
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8. ÜTRAS CATEGORÍAS 3 4 1 1
. 3 3 5 5, 1 4 2 1 . 2 8
3,6
8
9. RENTISTAS, SIN PROFESIÓN 1 6 5 1 2 5 5 3 4 5 3 5 7 5 5 4,5
'- - 6
TOTALES 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100
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PIERRE BOURDIEU YJEAN-CLAUDE PASSERON
t LA ELECCIÓN DE LOS ELEGIDOS 27
11
Cf. Apéndice II, cuadro 3.1 a 2.5. l 1
da de toda asiduidad y de todo ejercicio, el sufrir y experimentar diantes y los profesores (que suelen pensar a escala del año lecti-
la subordinación de su porvenir profesional a una institución que, vo) tienden a imputar al pasado inmediato, cuando no a las apti-
a través del diploma, monopoliza un medio esencial del éxito so- tudes o a las personas, dependen en realidad de orientaciones pre-
cial. Pero los estudiantes pueden tener en común prácticas, sin coces que son, por de'ffhteión;teSúltado 'del medio familiar. Así, la
que se pueda por eso concluir que comparten una experiencia acción directa de los hábitos culturales y de las disposiciones here-
idéntica y sobre todo colectiva. dadas del medio de origen es redoblada por el efecto multiplica-
Usuarios de la enseñanza, los estudiantes son también su pro- ; ~or de las orientaciones iniciales (producidas ellas mismas por las ,,
ducto y no hay categoría social cuyas conductas y aptitudes actua- , ~eterminaciones primarias) que desencadenan la acción de deter-
les impliquen más la marca de adquisiciones pasadas. Pues, como minaciones inducidas de manera mucho más eficaz y que se expre-
muchas investigaciones lo han establecido, es a lo largo de la educa- lan en la lógica propiamente educativa bajo la forma de sanciones
ción y particularmente en los grandes cambios de la carrera edu- que consagran las desigualdades sociales aparentando ignorarlas.
cativa cuando se ejerce la influencia del origen social: la conciencia · En una población estudiantil, no se accede más que al resul-
de que los estudios (y sobre todo algunos) cuestan caro y que hay tado final de un conjunto de influencias que se vinculan con el
profesiones a las que no es posible dedicarse sin un patrimonio, la r origen social y cuya acción se ejerce durante mucho tiempo. Para
desigualdad de la información sobre los estudios y sus perspectivas · los estudiantes provenientes de la clase baja que han sobrevivido a
futuras, los modelos culturales que relacionan ciertas profesiones la eliminación, las desventajas iniciales han evolucionado, el pasa-
y ciertas elecciones educativas (el latín, por ejemplo) con un me- do social se ha transformado en déficit educativo por el juego de
dio social, finalmente la predisposición, socialmente condiciona-
da, a adaptarse a modelos, a reglas y a valores que gobiernan la ins-
titución, todo ese conjunto de factores que hacen que uno se sienta los diversos tipos de manejo de la lengua, desde la aptitud para la definición has-
ta la búsqueda de sinónimos pasando por la conciencia explícita de las polisemias,
en "su lugar" o "desplazado" en la institución y lo que se percibe .\ ,.,
deberá tener en cuenta que la formación .clásica (latín y griego) constituye la va-
como tal, determinan, aun en el caso de que se parta de aptitudes riable de base más fuertemente vinculada al dominio del lenguaje; esta ligazón es
iguales, un porcentaje de éxito educativo desigual según las clases tanto más fuerte que el ejercicio con el que se mide el éxito educativo, llegando
sociales y particularmente en las disciplinas que suponen toda una a su punto máximo con el ejercicio de definición (cf. Rapport pédagogique et com-
adquisición, se trate de instrumentos intelectuales, de hábitos cul- munication, Cahiers du Centre de sociologie européenne, nº 2, Mouton, París,
1965; primera parte). Así, la desventaja implicada en el origen social se encuen-
turales o de ingresos. Por ejemplo, se sabe que el éxito educativo tra principalmente subrayada por las orientaciones educativas, permaneciendo el
depende estrechamente de la aptitud (real o aparente) para ma- ~xito educativo en el más alto nivel de los estudios ligado estrechamente al pasa-
nejar el lenguaje de ideas propio de la enseñanza y que el éxito en do educativo más ltjano. El análisis detallado de los resultados del test muestra
ese terreno es para aquellos que han hecho estudios dásicos. 12 Se además que el éxito de estudiantes provenientes de diversas clases sociales no pue-
de ser comprendido si no se toma en cuenta la lógica según la cual se opera la
1
:1' ve entonces cómo los éxitos o los fracasos actuales, que los estu-
ti conversión continua de la herencia social en herencia educativa en las situacio-
nes de las diferentes clases. Es así, por ejemplo, que los resultados de los hijos de
los sectores altos tienden a repartirse de modo bimodal, revelando así que esta
:1 . !
1 12 Los estudios de B. Bernstein han mostrado el lugar que ocupa, entre los categoría estadística disimula de hecho dos grupos diferenciados por sus orien-
1'
1··1
obstáculos culturales, la estructura de la lengua hablada en las familias obreras taciones culturales y, sin duda, por caracteristicas sociales secundarias, o incluso
(cf. "Social Structure, Language and Learning", Educational &search, 3 de junio que los estudiantes provenientes de las clases populares adjudican a todos los de-
de 1961, pp. 163-176). Un test de vocabulario que pretenda comprenderlos fac- más grupos la categoría de latinistas, pues la rareza de una formación semejante
tores que condicionan, entre los estudiantes de filosofía y sociología, el éxito en implica entre los estudiantes una sobreselección relativa (cf. Apéndice II, 2.44).
---------- ------------..
puede constituir una desventaja para los demás pues, tal como se
verá, la institución otorga paradójicamente los mayores lauros al
arte de tomar distancia de los valores y las disciplinas académicas. estudiantes provenientes de medios diferentes, sin que la desigual-
, dad de ingresos pueda alcanzar para explicar las diferencias. El
privilegio cultural se vuelve evidente cuando se trata de la familia-
Los estudiantes más favorecidos no deben sólo a su medio de ridad con las obras que sólo puede dar la frecuentación regular
origen hábitos, entrenamientos y actitudes que les sirven directa- del teatro, de los museos o conciertos (frecuentación que no es
mente en sus tareas académicas; heredan también saberes y un sa- organizada por la escuela, o lo es sólo de modo esporádico). Y es
ber-hacer, gustos y un "buen gusto" cuya rentabilidad académica,
aun siendo indirecta, no por eso resulta menos evidente.
más evidente aun en los casos de las obras generalmente más mo- \
' dcrnas, que son las menos "académicas". 15
La cultura "libre", condición implícita del éxito universitario En cualquier terreno cultural que se los mida -teatro, músi- t 1
en ciertas disciplinas, está muy desigualmente repartida entre los ca, pintura, jazz o cine-, los estudiantes tienen conocimientos mu-
' 1
cho más ricos y más extendidos cuando su origen es más alto. Si
no tiene nada de sorprendente la fuerte variación en la práctica '1
H Invitados a expresar su opinión sobre su propio valor como alumnos ca- de un instrumento musical, en el conocimiento de piezas dramá-
lificándose de acuerdo con una escala, los estudiantes provenientes de la burgue-
ticas por asistir al teatro o de la música clásica en los conciertos
sía rechazan más que los estudiantes provenientes de clase baja las categorias me-
dias (75% contra 88%) y se sitúan con mayor entusiasmo en las categorias de los pues Jos factores culturales de clase y los factores económicos acu- 1 '
1
1
"buenos" y "muy buenos" (18% contra 10%), mientras que los estudiantes de cla- mulan aquí sus efectos, es notable que los estudiantes se sigan di-
se media muestran en todos los casos acútudes intermedias. Pero, en ese mismo ferenciando claramente según su origen social en lo que concier-
grupo, los estudiantes de clase baja úenen resultados académicos regularmente ne a la frecuentación de museos e incluso en el conocimiento de
mejores que los estudiantes de clase alta: 58% de entre ellos úenen al menos una
mención en exáIJ1enes anteriores contra 39% de los estudiantes de la clase alta y
la historia del jazz o del cine, que suelen presentarse como "artes
la diferencia es aún más evidente en el grupo de estudiantes que han tenido al
'1 menos dos menciones, pues los estudiantes de clase baja son en esto proporcio-
d¡ nalmente dos veces más numerosos, es decir 33,5% contra 18%. 15 Cf. cuadro IV Cf. también Apéndice Il, cuadro 2.14 a 2.20.
1
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34 PIERRE BOURDIEU YJEAN-ClAUDE PASSERON
LA ELECCIÓN DE LOS ELEGIDOS 35
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36 PIERRE BOCRDIEU YJEAN-CLACDE PASSERON lA ELECCIÓN DE LOS ELEGIDOS 37
ción sobre las carreras y sus perspectivas. En realidad, lo esencial acuerdo con la lógica del privilegio que brinda a los estudiantes
de la herencia cultural se trasmite de manera más discreta y más provenientes de medios acomodados el gusto y el placer de trans-
indirecta e incluso con ausencia de todo esfuerzo metódico y de ferir a terrenos e:l{.ttaacadémicos los hábitos cultos, la frecuenta-
toda acción manifiesta. Es tal vez en los medios más "cultivados" ción de cineclubs, práctica a la vez económica, compensatoria y
donde hay menos necesidad de demostrar devoción a la cultura o cuasi académica, parece ser sobre todo un hábito de los estudian-
de tomar en serio, deliberadamente, la iniciación en la práctica tes de sectores medios. Para los individuos provenientes de secto-
cultural. Por oposición al medio pequeñoburgués donde la mayo- res más desfavorecidos, la educación sigue siendo el único dimi-
ría del tiempo los padres no pueden transmitir otra cosa que su no de acceso a la cultura y esto en todos los niveles de enseñanza.
buena voluntad cultural, las clases cultivadas manejan estímulos Podría ser entonces la vía regia de la democratización de la cul-
difusos mucho mejor pensados para suscitar, por medio de una tura si no se dedicara a consagrar -por el simple trámite de igno-
suerte de persuasión clandestina, la adhesión a la cultura. rarlas- las desigualdades iniciales ante la cultura y si no soliera lle-
¡.
gar -por ejemplo reprochándole a un trabajo académico que sea
Es así como los colegiales de la burguesía parisina pueden demasiado "académico"- hasta desvalorizar la cultura que se tras-
manifestar una vasta cultura, adquirida sin intención ni esfuer- mite en beneficio de la cultura heredada que no lleva la marca
zo y como por ósmosis, en el momento mismo en que se opo- del esfuerzo y, de ese modo, favorecer a quienes aparentan faci-
nen a sufrir la menor presión por parte de sus padres. lidad y gracia.
"¿Vas a los museos?"" No demasiado seguido. Vamos a los
museos de pintura con el colegio, más que nada a los museos Difiriendo por completo en un conjunto de predisposiciones
de historia. .Mis padres me llevan sobre todo al teatro. No va-
y presaberes que deben a su medio, los estudiantes sólo son igua-
mos demasiado seguido a los museos." "¿Cuáles son tus pinto-
res favoritos?" "Van GDgh, Braque, Picasso, Monet, Gauguin,
les formalmente a la hora de la adquisición de la cultura académi-
Cézanne. No he visto los originales. Los conozco por los libros ca. En efecto, están separados, no por divergencias que podrían
que hay en mi casa y que miro. Toco un poco el piano. Es to- establecerse por categorías estadísticas y que difieren por una re-
do . .Me gusta sobre todo escuchar la música y no tocarla. Tene- lación diferente y por razones diferentes, sino por sistemas de ca-
mos mucho de Bach, l\fozart, Schubert, Schumann." "¿Tus pa- racterísticas culturales que comparten en parte, aunque no se lo
dres te aconsejan lecturas?" "Leo lo que quiero. Tenemos confiesen, con su clase de origen. En el contenido y la modalidad
muchos libros. Elijo el que me parece." (Hija de profesor, tre- del proyecto profesional tanto como en el tipo de conducta uni-
ce años, 4º clásíco, liceo de Sevres.) versitaria que se pone al servicio de esa vocación o en las orienta-
ciones más libres de la práctica artística, en resumen, en todo lo
Pero si las diferencias que separan a los estudiantes en el te- que define la relación que un grupo de estudiantes tiene con sus
rreno de la cultura libre remiten siempre a los privilegios o des- estudios se expresa la relación fundamental que su clase social tie-
ventajas sociales, no tienen siempre el mismo sentido cuando se ne con la sociedad global, el éxito social y la cultura. 17
las refiere a las expectativas de los profesores: en efecto, los estu-
diantes más desfavorecidos pueden, a falta de otro recurso, en-
contrar en las conductas más académicas, como la lectura de l i La investigación empírica no logra acceder jamás a estas totalidades sig-
obras de teatro, un medio de compensar sus desventajas. Del mis- nificativas salvo a través de perfiles sucesivos pues debe recurrir a indicadores que
mo modo, si la erudición cinematográfica está distribuida de parcelan el objeto de análisis.
38 PIERRE BOURDIECYJEAN-CLACDE PASSERON
LA ELECCIÓN DE LOS ELEGIDOS 39
Toda enseñanza, y más particularmente la enseñanza de la tribuyen en una parte siempre muy importante a determinar las
cultura (incluso la científica), presupone implícitamente un cuer- posibilidades de hacer estudios "nobles" (la ENA18 o Politécnico
po de saberes, de saber-hacer y sobre todo de saber-decir que tanto como la licen~iatura en letras), los alumnos deben asimilar
constituye el patrimonio de las clases cultivadas. Educación ad todo un conjunto.<le'¡ono~irñ.ientos'y técnicas que no son nunca
usum delphini, la enseñanza secundaria clásica transmite significa- completamente disociables de las de su clase de origen. Para los
ciones de segundo grado, dando por adquirido todo un tesoro de hijos de campesinos, de obreros, de empleados o pequeños co-
experiencias de primer grado, lecturas suscitadas tanto como au- merciantes, la adquisición de la cultura educativa equivale a una
torizadas por la biblioteca paterna, espectáculos elegidos que no aculturación.
se han elegido, viajes en forma de peregrinaje cultural, conversa- Si los propios interesados viven raramente su aprendizaje co-
ciones alusivas que sólo esclarecen a las personas ya esclarecidas. mo renuncia o renegación es porque los saberes que deben con-
¿No resulta de esto una desigualdad fundamental ante este juego quistar son altamente valorados por la sociedad global y porque
de privilegiados al que todos deben entrar pues se les presenta re- esta conquista simboliza el acceso a la elite. Así, hay que distin-
pleto de los valores de la universalidad? Si los niños de las clases guir entre la facilidad para asimilar la cultura transmitida por la es-
desfavorecidas suelen percibir la iniciación escolar como apren- cuela (mucho mayor a medida que sube el origen social) y la pro-
dizaje del artificio y del discurso a la usanza de los profesores, ¿no pensión a adquirirla que alcanza su máxima intensidad en la clase
es precisamente porque la reflexión académica debe preceder pa- media. Aunque el deseo de ascenso a través de la educación no
ra ellos a la experiencia directa? Tienen que aprender en detalle sea menos intenso en las clases inferiores que en las medias, sigue
el plano del Partenón sin haber salido jamás de su provincia, y di- siendo irreal o abstracto dado que las posibilidades de satisfacerlo
sertar a lo largo de todos sus estudios con la misma insinceridad son ínfimas. Los obreros pueden ignorar por completo la estadís-
obligatoria sobre no se sabe qué y las lítotes de la pasión clásica o tica que establece que un hijo de obrero tiene dos posibilidades
sobre los matices infinitos e infinitesimales del buen gusto. Repe- sobre cien de acceder a la enseñanza superior, pero su comporta-
tir que el contenido de la enseñanza tradicional esconde la reali- miento parece regirse objetivamente sobre una estimación empí-
dad en todo lo que transmite es callar que el sentimiento de irrea- rica de esas expectativas objetivas, comunes a todos los individuos
lidad es desigualmente experimentado por los estudiantes de de su categoría. También es la pequeñoburguesía, clase de transi-
distintos orígenes. ción, la que adhiere más intensamente a los valores escolares, pues
Creer que se da a todos iguales posibilidades de acceder a la la escuela promete colmar todas sus expectativas confundiendo
"·1
enseñanza más alta y a la cultura más elevada cuando se aseguran los valores del éxito social con los del prestigio cultural. Los miem-
los mismos medios económicos a todos aquellos que tienen los bros de la clase media se distinguen (y esperan distinguirse) de las
"dones" indispensables es quedarse a medio camino en el análisis clases inferiores por otorgar a la cultura de elite, de la que suelen
tener un conocimiento bastante distante, un reconocimiento de- 11
de los obstáculos e ignorar que las aptitudes medidas con el crite-
rio educativo se deben, más que a los "dones" naturales (que si- cisivo que da cuenta de su buena voluntad cultural, de una inten-
guen siendo hipotéticos en tanto que se puedan adjudicar a otras ción vacía de acceder a la cultura. Es entonces bajo esta doble re-
causas las desigualdades educativas), a la mayor o menor afinidad lación entre la facilidad de asimilar la cultura y la propensión a
entre los hábitos culturales de una clase y las exigencias del siste-
ma de enseñanza o los criterios que definen el éxito en él. Cuan-
18 École National d'Administration (T.).
do se orientan a las instituciones consideradas culturales que con-
LA ELECCIÓK DE LOS ELEGIDOS 41
40 PIERRE BOURDIEU YJEAN-CLAUDE PASSERON
menos en esta instancia, de otros individuos de su categoría. La cación. En efecto, el sistema educativo puede asegurar la perpe-
presencia en el círculo familiar de un padre que ha cursado o
tuación del privilegio por el solo juego de su propia lógica; dicho
cursa estudios superiores muestra que esas familias presentan
una situación cultural original, al menos en la medida en que de otro modo, pued~ ser~r.a los privilegiados sin que los privile-
proponen una esperanza subjetiva más intensa de acceder a la giados deban servirse de él: en consecuencia, toda reivindicación
universidad. Bajo reserva de verificación, se puede suponer que que tienda a autonomizar un aspecto del sistema de enseñanza, se
es la ignorancia relativa de su desventaja (fundada en una esta- trate de la enseñanza superior en su totalidad o, por una abstrac-
dística intuitiva de sus posibilidades educativas) lo que salva a ción de segundo grado, de tal o cual aspecto de la enseñanzá su-
esos sujetos de una de las desventajas más reales de su catego- perior, sirve objetivamente al sistema y a todo lo que sirve al siste-
ría, a saber, la renuncia resignada a seguir estudios "imposibles". ma porque alcanza con dejar actuar a los factores, desde el jardín
Tal vez porque los estudiantes provenientes de clase baja vienen
maternal a la enseñanza superior, para asegurar la perpetuación
de la fracción menos desfavorecida de los estratos desfavoreci-
del privilegio social. Es así como los mecanismos que aseguran la
dos, la representación de la clase baja en la enseñanza tienda a
estabilizarse una vez desaparecida esta categoría marginal. Por eliminación de los niños de clases baja y media actuarían casi con
ejemplo, tras haber crecido regularmente la proporción de hi- la misma eficacia (pero más discretamente) en el caso en el que
jos de obreros que cursan estudios secundarios se ha estancado una política sistemática de becas o subsidios de estudio volviera
hoy en alrededor del 15%. formalmente iguales ante la educación a los sujetos de todas las
clases sociales; se podría entonces, con más justificaciones que
Si privilegios de tan diferente naturaleza como la residencia nunca, imputar a la desigualdad de dones o a la aspiración desi-
en París o la pertenencia a la clase cultivada son casi siempre aso- gual a la cultura la representación desigual de los diferentes nive-
ciados a la misma actitud en relación con la educación y la cultura, les sociales en los diferentes niveles de enseñanza.
es porque, vinculadas en los hechos, favorecen la adhesión avalo- En resumen, la eficacia de los factores sociales de desigualdad
res cuya raíz común no es otra cosa que el hecho mismo del privi- es tal que la igualación de los medios económicos podría realizar-
legio. El peso de la herencia cultural es tal que se la puede poseer se sin que el sistema universitario deje por eso de consagrar las de-
de manera exclusiva sin llegar a necesitar de la exclusión, pues to- sigualdades a través de la transformación del privilegio social en
do pasa como si sólo se excluyera a los que se excluyen. Las rela- don o en mérito individual. Mejor aún, habiéndose cumplido con
ciones que los sujetos mantienen con su condición y con los de- la igualdad formal de posibilidades, la educación podría poner to-
terminismos sociales que la definen forman parte de la definición das las apariencias de la legitimidad al servicio de la legitimación
completa de su condición y de los condicionamientos que les im- de los privilegios.
ponen. No es necesario que estos determinismos sean percibidos
conscientemente para obligar a los sujetos a determinarse en re-
lación con ellos, es decir en relación con el futuro objetivo de su ca-
tegoría social. Podría suceder incluso que la acción de los deter-
minismos sea mucho más impiadosa cuando la extensión de su
eficacia es más ignorada.
Por eso no hay mejor manera de servir al sistema -creyendo
combatirlo- que imputar únicamente a las desigualdades econó-
micas o a una voluntad política todas las desigualdades ante la edu-
/1
1,
,
2.JUEGO SERIO
Y JUEGO
DELO SERIO
¡.
Aunque las desigualdades ante la educación siguen con fre-
cuencia sin ser percibidas y sean siempre aquello de lo que menos
'
se habla cuando se habla de los estudiantes, sobre todo cuando los
estudiantes hablan de sí mismos, tienen tanta evidencia, al menos
bajo su aspecto estrictamente económico, como para obligar a bus-
car la unidad del medio estudiantil en la identidad de la práctica
universitaria más que en la identidad de las condiciones de exis-
tencia. Pero adecuarse a las mismas reglas de derecho universita-
rio, someterse a las mismas formalidades administrativas, inscrip-
ción o examen médico, experimentar juntos la falta de lugares, el
anonimato del anfiteatro o de las salas de examen, las esperas an-
te el restaurante universitario o la biblioteca, sufrir las exigencias
"Robert Sorbon, en una especie de sermón humorístico que dirige se- del mismo programa o las manías de los mismos profesores, diser-
riamente a los alumnos de su colegio, no vacila en comparar el examen de la tar sobre los mismos temas o tratar las mismas cuestiones curricu-
Facultad de Artes con el Juicio Universal y llega hasta decir que los juicios lares, ¿alcanzará con todo eso para definir, aun vaga o negativa-
universitarios son mucho más severos que los juicios del cielo." mente, un grupo entero y una condición profesional?
Es verdad que, generalmente, el análisis de los rasgos especí-
:,[
ficos de la práctica profesional, de la organización social en la cual
:11 "En Bologna no se profesaba más que el Derecho; los estudiantes de De-
· 1 se realiza, de sus ritmos, de sus instrumentos y de las exigencias
recho eran hombres de una cierta edad, con frecuencia eclesiásticos ya llenos
1 i!,
Formaron entonces una corporación, una Universitas, distinta e independien- prensión de las conductas, de las actitudes y de las ideologías de
te del colegio de los maestros; y era su corporación la que, en razón de su fuer- un cuerpo profesional. Sin embargo, un grupo en perpetua reno-
te organización, decidía la ley e imponía su voluntad a los profesores, que es- vación, cuyos miembros difieren tanto por su pasado social como
taban por cierto obligados a ir por donde querían sus alumnos. Por más por su futuro profesional y que, al menos hasta ahora, no viven co-
paradójico que les pueda parecer este tipo de organización académica, ha mo una profesión la preparación para la profesión, con posibili-
existido en más de un caso." dades de definirse más por la significación y la función simbólica 1 .
l !
que le confiere, casi unánimemente, a su práctica que por la uni-
ÉMILE DlJRKHEIM, L 'évolution pédagogique en France.
dad de su práctica.
Des origines ala Renaissance.
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50 PIERRE BOL'RDIEU YJEAN-CI.AUDE PASSERO~
JUEGO SERIO YJUEGO DE LO SERIO 51
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PIERRE BOURDIECYJE1L'l-CLAUDE PASSERON
JCEGO SERJO YJUEGO DE LO SERIO 55
tigüedad en la facultad o la inscripción en una licenciatura deter- decrezca regularmente cuando se va desde las primeras filas
1,
minan nada más que categorías estadísticas. La ausencia de este- hasta el fondo del aula. 22
,1:
1
1
reotipos recíprocos o de relaciones optativas muestra la falta de Esta débil integración es sin duda un obstáculo para la
espíritu de cuerpo y sobre todo lo inhabitual de los contactos y transmisión de iRfufmacione.s.técnicas y de estímulos intelec-
'I 1 de los intercambios; de la misma manera, más que jergas verda- tuales. Así, entre los estudiantes que frecuentan la biblioteca
1
universitaria de Lille, aquellos que dicen haber leído o toma- 1
deras, sólo se encuentran híbridos de jergas diversas, tomadas de
do en préstamo un libro por consejo de un camarada son tres !·~
diferentes fuentes e incapaces de definir, aunque más no fuera
a través de la exclusión, la pertenencia a un grupo. Finalmente,
veces menos numerosos que aquellos que siguieron el consejo
de un profesor. Del mismo modo, la influencia de los camara-
r
el conocimiento entre condiscípulos (y a fortiori, entre estudian- das interviene muy poco en las orientaciones y las elecciones de
tes de diferentes disciplinas) resulta muy débil, sobre todo en Pa- cursada. Pero los contactos esporádicos y las conversaciones
rís. Naturalmente los intercambios son más frecuentes entre los de ocasión alcanzan para la propagación de los rumores, gene-
estudiantes más asiduos y, pareciera, los más dependientes de la ralmente temibles, sobre los profesores, sus exigencias y ma-
enseñanza; pero las únicas redes de interconocimiento que tie- nías. Tan débil, lenta e incierta es la circulación de informacio-
nes sobre el tema de la organización de exámenes (se percibe
nen alguna continuidad o alguna consistencia son los que surgen
en cada clase que una alta proporción de estudiantes lo ignora
de una escolaridad anterior o que se basan en vínculos sociales todo sobre el sistema de opciones o la duración de las pruebas),
externos, como el origen geográfico común, la filiación religiosa como tan rápida y extendida es la propagación de los rumores
o política y sobre todo la pertenencia a las clases sociales más aco- más extravagantes. A~í se constituyen la mayoría de las mitolo-
modadas. gías sobre los exámenes o sobre los examinadores. La eferves-
cencia verbal puede favorecer el contagio cultural o la imita-
Todos los tests sociométricos muestran que los intercam- ción sin integrar verdaderamente al conjunto de los estudiantes
bios fuera del aula e incluso el simple conocimiento de los nom- a valores comunes, del mismo modo que puede sostener el
bres son extremadamente raros. Si, como lo sugieren diferen- ideal o la nostalgia de una verdadera integración sin brindar
tes índices, los intercambios más habituales y los más diversos los medios para realizarla. Cuando aparece el proyecto de or-
se deben sobre todo al hecho de tratarse de estudiantes prove- ganizar intercambios dirigidos a fines prácticos, por ejemplo
nientes de clase alta, es sin duda, como miles de otros hechos constituir grupos de trabajo eficaces, se revela impiadosamen-
lo muestran, porque están más a gusto en el medio universita- te la ausencia de mecanismos institucionales o tradicionales de
rio y también, tal vez, porque deben a su educación las técnicas integración.
de sociabilidad que convienen a ese medio. Un sondeo restrin-
gido realizado en Lille parece indicar que, siendo iguales en to- Todo conduce entonces a dudar de que los estudiantes cons-
das las demás cosas, son los estudiantes y las estudiantes prove- tituyan de hecho un grupo social homogéneo, independiente e
nientes de los niveles más acomodados los más conocidos por
integrado. Si es verdad que la situación del estudiante encierra su-
sus camaradas y quienes, aunque en menor grado, conocen a
ficientes caracteres específicos como para justificar que en un cier-
un mayor número de éstos. Y, del mismo modo, teniendo en
cuenta el hecho de que se ubican más o menos cerca del fren- to nivel de análisis uno se esfuerce por relacionar con esa situa-
te -lo que puede ser considerado un signo de comodidad y se- ción las actitudes implicadas de manera más directa en ella, el
guridad-, no es sorprendente que, sea cual fuese el tipo de en-
señanza emprendido (desde el simple conocimiento de vista
hasta la cooperación), el número de condiscípulos conocidos 22 Cf. Apéndice II, cuadro 2.12 y 2.13.
58 PIERRE BOURDIEU YJEAN-CLAUDE PASSERON
JUEGO SERIO Y JUEGO DE LO SERIO 59
¡1
'
cional de la mujer. En 1964, la oficina del Instituto comprendía
resultado de autonomizar completamente el medio estudiantil es cinco mujeres y un varón (miembro de la "Corporación" y pre-
que nos prohibiríamos practicar la sociología. La sociología de un sidente del "grupo católico" de filósofos), todos en primer año
grupo cuyos miembros no tienen en común más que su práctica de licenciatm:a,,, todos ntiembros del grupo católico. Aunque el
universitaria y que se diferencian de miles de maneras, y, específi- núcleo activo del Instituto estuviera constituido por miembros
camente en esa práctica, por su origen social, no puede tratarse de la "parroquia estudiantil", aunque las tres cuartas partes de
más que de un caso particular (cuya particularidad hay que definir, los estudiantes de ciencias humanas y de filosofía se dijeran ca-
efectivamente) de la sociología de las desigualdades sociales fren- tólicos y el "grupo católico" contara con veinticinco fieles entre,
los estudiantes de filosofía, sólo triunfaron algunos proyectos
te a la educación y ante la cultura transmitida por la educación.
en los que participaban los profesores: un almuerzo (cuarenta
Más cerca de la agregación sin consistencia que del grupo pro-
y cinco participantes, la mitad varones) y un viaje cultural a Pa-
fesional, el medio estudiantil presentaría todos los síntomas de la rís (veinticinco participantes). En todos los demás casos, un
anomia si los estudiantes no fueran más que estudiantes y si no es- almuerzo sin profesores y una fiesta, el grupo quedó reducido
tuvieran integrados a otros grupos, es decir, en su mayoría a sus fa- al núcleo de activistas católicos, siendo las muchachas cada vez
milias o, secundariamente, a grupos electivos como las asociacio- más mayoritarias. En cuanto al proyecto de revisión en común
nes religiosas o los partidos. Pero como existen, a pesar de su del programa, quedó en el terreno de los buenos deseos.
apariencia o su nombre, agrupaciones para estudiantes más que En París, donde el medio estudiantil está menos integra-
agrupaciones de estudiantes, los que siguen siendo suficientemen- do que en otras partes, conductas parecidas de compensación
son menos habituales y la resignación de la mayoría convive con
te estudiantes para sentir la falta de integración como soledad o
los sueños ideológicos de algunos: mientras que los contactos
abandono encuentran en las organizaciones que brindan un co- con los profesores son evidentemente más raros en París que
mienzo de realidad al ideal de un medio integrado la ocasión de en provincias, es en París donde se los exige menos, al menos
experimentar con mayor intensidad su nostalgia de la integración. por parte de la masa de los estudiantes, tal vez porque la reali-
Así, los estudiantes más ligados a su medio familiar o a asociacio- dad hace aparecer más claramente la falta de realismo de esa
nes secundarias son al mismo tiempo los que originan la mayoría aspiración. Por el contrario, los provincianos pueden exigir la
de los intentos de dar vida a un grupo de condiscípulos. Pero el intensificación de aquellos intercambios que les parecen exclui-
voluntarismo bienintencionado de la mayoría de esos esfuerzos al- dos por las costumbres universitarias más que prohibidos por
necesidades materiales.
canzaría para mostrar que no pueden apoyarse ni en una tradición
viva de técnicas de fiesta ni en sentimientos comunitarios.
Por lo tanto, todo ocurre como si, más allá de un cierto um-
Se manifiestan cada año entre los estudiantes de filosofía
bral, las expectativas razonables, demasiado evidentemente des-
de una facultad de letras de provincia intentos de organizar ac- mentidas y denunciadas por la realidad, debieran ceder su lugar
tividades colectivas que fracasan regularmente sin duda por- a la resignación en el malestar o a la utopía milenarista. Sin duda
que están afectadas por el individualismo aristocrático de los no es casual que los estudiantes parisinos, condenados por el sis-
"filósofos". tema actual a la pura coexistencia espacial, a la asistencia pasiva y
Los intentos esporádicos de agrupamiento son resultado a la competencia solitaria por el diploma, aplastados por la expe-
de aquellos que no pueden o no quieren sublimar su soledad riencia del anonimato y por la agresión difusa del número, tien-
en el ideal de la meditación solitaria, es decir, en primer lugar,
dan a sustituir la crítica realista de lo real por el terrorismo con-
las mujeres que incluyen en su rol universitario la preocupación
ceptual de las reivindicaciones verbales que se satisfacen muchas
por organizar esos intercambios característicos del pape] tradi-
60 PIERRE BOVRDIEC YJL~'\-CLACDE PASSERON JUEGO SERIO YJUEGO DE LO SERIO 61
veces con el solo hecho de enunciarse. La utopía según la cual la relación que mantienen con lo que son y con lo que hacen o,
"pequeños grupos de trabajo" no podrían acrecentar la intensi- mejor dicho, con lo que dicen que hacen y que son. Si los com-
dad de la comunicacíón entre los estudiantes más que arrancán- portamientos por los que el observador reconoce comúnmente al
dolos totalmente de la empresa de la organización universitaria y estudiante son en pririéipfo comportamientos simbólicos, es decir
el proyecto mítico de la enseñanza absolutamente no dirigida, de actos por medio de los cuales el estudiante muestra ante los de-
la co-educación y el "socratismo" para muchos, no hacen más que más y ante sí mismo su aptitud para ser autor de una imagen ori-
proyectar la necesidad de integración bajo la forma del ideal for- ginal de estudiante, es porque está condenado por la condición y
mal de la integración por la integración. transitoria y preparatoria en la que está ubicado para ser sólo lo
Por poco realistas que sean, las formas más extremas de esta que proyecta ser o incluso para ser puro proyecto de ser.
ideología deben ser tomadas en serio porque podría ser que ex- Este proyecto no predetermina de manera unívoca el conteni-
presaran una de las verdades que el medio estudiantil más se preo- do de las conductas simbólicas en las cuales se realiza. La voluntad,
cupa por disimular. ¿Es en efecto ir demasiado lejos preguntarse a veces aplicada y metódica, de realizarse como estudiante, no su-
si la ideología más extremista expresa la verdad objetiva de un gru- pone el reconocimiento unánime de una imagen de estudiante
po dominado por valores y hábitos de pensamiento que debe a su ideal, pues la imagen de lo que se pretende realizar puede reducir-
origen burgués, a su implantación parisina y al carácter más tradi- se a la exigencia de realizar una imagen. Querer ser y querer ele-
cional de su especialidad académica? girse es en principio rechazar aquello que no se ha elegido. Entre
las necesidades rechazadas o transfiguradas, está en principio la
vinculación con un medio social. Los estudiantes se suelen poner I'
1
~
Por diferentes que sean, por mayores que puedan ser las de- de acuerdo para eludir la simple referencia a la profesión de sus
sigualdades que los separan, tanto en sus condiciones de existen- padres, sea cual fuese. El silencio avergonzado, la mentira a medias
cia como en sus posibilidades de éxito, los estµdiantes tienen al o la ruptura proclamada son las tantas maneras de tomar distancia
menos en común el realizar, aunque más no sea sosteniendo el mi- con la idea insoportable de que una determinación tan poco ele-
to de la unidad antes que el juego de la diversificación, la identi- gida pueda determinar a alguien ocupado por completo en elegir-
ficación individual con algo que, sin ser un modelo, es menos que se. 23 La aspiración a elegirse no obliga a un comportamiento de-
un ideal y más que un estereotipo, y que define una esencia histó- terminado sino sólo a un empleo simbólico del comportamiento
rica del estudiante. El esfuerzo por comprender algunas de las ac- destinado a mostrar que se ha elegido ese comportamiento. Tam-
titudes profundas de los estudiantes a partir de la forma genérica bién las afirmaciones o negaciones entre las cuales se reparte in-
de la situación del estudiante se justifica en la medida en que esa distintamente el discurso que el estudiante tiene sobre el estudian-
situación encierra, al menos como posibilidad objetiva, la tenta- te en general y sobre sí mismo como estudiante retornan siempre
ción de su relación con la condición de estudiante y con los estu- a la pregunta que hace a su ser, la pregunta por lo que es.
dios que vale como tipo histórico, aun cuando no sea más que de-
sigualmente cumplido por las diversas categorías de estudiantes. "Jamás pienso en mí corno estudiante" (estudiante de ar-
Si es en vano esperar descubrir modelos de comportamiento quitectura, veinte aüos). "No hay más que un estudiante, uno
propiamente estudiantil bajo los conformismos esporádicos y cam-
biantes, ya sean de vestimenta, cosméticos o ideológicos, es tal vez 23 Las tasas de no respuesta a la pregunta "inculada a la profesión de los pa-
porque los estudiantes se parecen sobre todo por la naturaleza de dres es siempre particularmente alta en una población de estudiantes.
6% PIERRE BOURDIEU YJE1L'l-CLAUDE PASSERON
JUEGO SERIO YJCEGO DE LO SERIO
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64 JUEGO SERIO YJUEGO DE LO SERIO 65
PIERRE BOURDIEUYJEAN-ClAUDE PASSERON
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a la cibernética, a la eutanasia o a Mauriac, decretan (para sus cua-
·será ese algo distinto de lo que quiere y cree transmitir? De he-
renta alumnos anuales) cuáles son las necesidades culturales no- ~cho, a pesar de las apariencias, la universidad pre d'ica siemp~~
. a
bles y cuáles no. ,,
No es en absoluto sorprendente si, en estas condiciones, la los conversos: dado que su función última es obtener la adhesion
empresa académica logra producir, un buen año, un mal año, un a los valores de la cultura, no necesita obligar ni castigar pues su
lote de consumidores particularmente adecuados. Para conven- clientela se define por la aspiración más o menos confesa de en-
cerse de esto basta con pensar en la ortodoxia cultural que testi- trar en la clase intelectual. Pero, no siendo el acceso a la inteligent-
monian esos productos de exposición que son los laureados de los sia un proyecto racional y razonable más que para un.ª, fracción
concursos generales. En 1963, sobre los dieciocho primeros pre- restringida de los estudiantes, ¿cuál puede ser la funcion de esa
mios (de los cuales quince eran hijos e hijas de clase alta o de experiencia ficcional y lúdica de la condición de in~electu~l qu~
miembros de profesiones liberales y tres hijos de comerciantes), se hace cumplir durante varios años a todos los estudiantes, mclm-
trece decían que iban a dedicarse a la enseñanza o a la investiga- dos los que no serán intelectuales? .
ción, testimoniando así su reconocimiento hacia una universidad La mala fe colectiva gracias a la cual algunos estudiantes lo-
que había sabido reconocerlos. Todos hacían de la lectura su ocio gran mistificar la verdad de su trabajo actual disimulando el. por-
favorito y sus preferencias se agrupaban en el pequeño círculo de venir para el que los prepara es la primera forma de la astucia de
la razón universitaria. Cumplen con el ejercicio simbólico de la
PIERRE BOURDIEU Y]Efü'\'-CLAUDE PASSERON JUEGO SERIO YJUEGO DE LO SERIO 69
profesión bajo el modo de "hacer como si", como dice Jean Cha- habita una institución encargada de establecer jerarquías indis-
teau respecto del niño, como si las tareas del intelectual pleno fue- cutidas, los profesores se sienten encargados de juzgar a los estu-
ran, bajo cierta relación y para ciertas categorías de estudiantes, diantes más que nada en el ser que aparece en su producción,
una de las condiciones de la adhesión a los valores que dominan exposición o diseri:.adó:Q -:-fa~ forma,s del ejercicio-, un "hacer"
el mundo intelectual. A la manera del colegial de la beUe époque, el ficticio cuyo único fin es manifestar las aptitudes virtuales y defi-
estudiante de letras o de filosofía puede, aún hoy, vivir los tiem- nitivas, es decir esenciales. Se comprende entonces que el estl.1-
pos de estudio como retiro inicial que prepara para una vida ex- diante esté condenado a buscar en el valor que el juicio de la
clusivamente intelectual y puede ser que se necesite (o se necesi- Educación adjudica a sus "obras" el único signo indiscutible lle
taría hasta aquí) que sea así. Lejos de ser considerado como un la elección. Profesores y estudiantes pueden percibir la irreali-
simple medio, el aprendizaje es un fin en sí mismo. A consecuen- dad de las pruebas y las sanciones académicas o burlarse de ellas
cia de la autonomización actual de los estudios y al precio de una sin dejar de comprometerse con los valores teatrales de la salva-
doble negación del terminus a quoy del terminus ad quem,25 se pue- ción personal. 27 La disertación es unánimemente considerada co- 1
de tener la ilusión de vivir plenamente la vocación intelectual. A mo pretexto, pero pretexto para juzgar a los hombres o, por lo "
1
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partir de esto, el aprendizaje del juego y del doble juego con los menos, al hombre universitario que existe en todos los hombres
.,1 determinismos sociales aparece como una buena preparación pro- de nuestras sociedades y que los universitarios no son los únicos
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fesional pues asegura la adquisición de técnicas por las cuales el en considerar como el hombre completo. Si el universo acadé-
intelectual podrá darse la experiencia, real o ficcional, de lafreisch- mico evoca por más de una característica el universo del juego, i
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webende Intelligenz.. 26 campo de aplicación de reglas que no valen hasta tanto se acep-
¿Acaso esta ilusión no está favorecida por la irrealidad mis- te jugar con ellas -espacio y tiempo limitados y arrancados al
ma de la práctica universitaria? Lo es hasta el punto que las san- tiempo real donde pesan los determinismos-, es porque, más que
ciones y obligaciones específicas resultan amortiguadas y debili- cualquier otro juego, propone o impone a aquellos que lo jue-
tadas. Por una complicidad tácita entre estudiantes y profesores, gan la tentación de meterse en el juego haciendo que crean que
la disciplina universitaria no puede ser impuesta ni sufrida como su ser está en juego.
imperiosa e impiadosa: el fracaso no alcanza jamás, aunque se lo Y el cuestionamiento de la universidad y de la cultura de la
viva como un drama, la gravedad de una expulsión. Por la pro- universidad, ¿no obedece también al modelo universitario por
pia naturaleza de la sanción más sería que encierra -el examen-, excelencia, el del rechazo cómplice y ficcional de la disputatio de
el sistema universitario está sin duda más cerca del juego que del quolibet28 o de la dissertatio de omni re scribi, ejercicios sumamente
trabajo. Pero se sabe que, impulsado por la inquietud de ser al- formales por los cuales la institución enseña, planteándolos como
go o alguien, el estudiante está dispuesto a la interrogación per- exigencia, el ejercicio de la libertad intelectual? En efecto, ¿có-
manente sobre sí y que, impregnados del espíritu esencialista que
tudíantes alojados con su familia o que reciben recursos de ella, relativizar el prestigio profesoral. El estudiante de provincias está
mientras que la proporción de aquellos que obtienen sus ingresos condenado a la universidad y al universitario que reina como
de un trabajo remunerado alcanza allí su cifra menor. Sabiendo maestro en su díscip!,iIJ~ y, 1?:~ encad~nado a las exigencias aca-
que las ventajas culturales que se asocian regularmente al origen démicas hasta en sus intereses más libres, está menos inclinado a
burgués se redoblan por la residencia parisina, se comprende que, vivir sus estudios como una aventura intelectual.
al acumular todos los privilegios, los estudiantes burgueses de Pa- Por lo tanto, todo predispone a los literatos parisinos a entrar
rís estén en condiciones de manifestar, más que todos los demás, en los juegos del París literario. Disponiendo para su formaciól'l
la desenvoltura y el desapego respecto de los estudios en los que de todo un arsenal retórico y del gusto por las ideas, se sienten por
se reconoce la maestría intelectual y sean más que los otros impul- lo tanto mucho más seguros para intervenir en los debates ideo-
sados a las audacias políticas que les procuran las satisfacciones de lógicos del momento a los que son objetivamente invitados por su
una adhesión al consenso intelectual mucho más meritorio apa- situación de público en disputa. Pero cuando lo hacen, como hoy
1
rentemente por el simple hecho de ser deliberado. a propósito de la crisis de la enseñanza, tienden a aportar sus gran- Í•
Pero las diferencias más importantes, al menos en el terreno des ambiciones y sus pequeños dramas, ampliando a escala del
de las actitudes profundas, tal vez se deban a la naturaleza de la universo una experiencia que están inclinados a vivir y a pensar
relación que los parisinos y los provincianos mantienen con la ins- como universal porque la viven y la piensan en un universo que
titución universitaria, el cuerpo de profesores y el medio intelec- tiene por vocación pensar lo universal. Así, dado que en letras, fi-
tual. Más cercanos al centro de los valores intelectuales, los estu- losofía o en ciencias sociales la frontera entre la charlatanería sen-
diantes parisinos sufren más fuertemente su atracción. La tenciosa y la discusión científica es menos clara que en otras dis-
proximidad a los cenáculos, el conocimiento de los matices que ciplinas, porque el conocimiento que se adquiere como cierto
los separan y que no son perceptibles salvo para los iniciados di- tiene menos posibilidades de percibirse como tal, los estudiantes
rectamente o por interpósita persona, o, mejor aún, por aquellos de estas materias pueden hacer de lo que no es más que una ilu-
que pertenecen por nacimiento a la familia restringida o amplia- sión de novato un principio de reflexión con pretensión de uni-
da de los intelectuales, en resumen todo el capital de informacio-
nes que no se adquieren más que por la frecuentación de los se-
versalidad sobre la enseñanza. Los juegos ideológicos podrían ser
entonces una de las maneras de superar la experiencia angustio- \
minarios, las conferencias, los debates o los mitines, por la lectura sa y desdichada de la condición de estudiante. La búsqueda de la
de las revistas de moda o por la participación en grupúsculos don- originalidad a cualquier precio tiene sin duda una función parti-
de nunca falta algún intermediario informado, dan a los grandes cularmente vital para el estudiante parisino que, colocado en con-
debates teóricos un aire de cotilleo y una familiaridad a la vez sa- diciones de trabajo extremadamente difíciles, experimenta a ca-
cralizadora y desacralizadora, completamente análoga a aquella da momento la inquietud que le suscita el contacto amenazante
que permite a los humildes de Roma la conversación irrespetuo- con una multitud de competidores desconocidos. No está exclui-
sa sobre los respetables secretos de la Curia. do más que de las experiencias más fácilmente confesadas, como
Además, la dependencia respecto de la tutela universitaria es el aplastamiento o el aislamiento, que expresan, desplazándola, la
mayor en provincias que en París, mientras que el estudiante pa- ansiedad fundamental del estudiante: condenado a plantearse sin
risino encuentra en la pluralidad de profesores el medio de rela- cesar la pregunta por lo que es y lo que vale y no teniendo otro
tivizar el prestigio (si no la autoridad) de cada profesor y, más ra- signo del valor de su elección que el éxito académico, es en su ser
dicalmente, en la diversidad del mundo intelectual el modo de donde se siente afectado por el fracaso o el anonimato. Al igual
¡,
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76 PIERRE BOCRDIEU YJEAK-CL>\UDE PASSERON JCEGO SERIO YJUEGO DE LO SERIO 77
que los esfuerzos o las astucias para hacerse notar por el profesor lan y perpetúan las disciplinas, el contacto con el mundo intelec-
("hacerse ver bien") o su contrario, el sarcasmo y la denigración, tual favorecido por la residencia en París y la libertad sin riesgos
los debates ideológicos están entre los medios de escapar a esta que autoriza un orig~n.~o€;:i<:lJ ~_!:pmodª'do. Aparece entonces co-
cuasi experiencia del desamparo. mola imagen recobrada de su condición la representación que se
Si el mito de la autoeducación, utopía aristocrática propia de hace el estudiante de su condición y que reúne ese conjunto de
los pequeños grupos de elegidos que pretenden determinar por rasgos -es decir el literato parisino hijo de intelectual tomado co-
sí mismos los fines de su actividad, ha conocido recientemente tal mo tipo ideal del estudiante-. Cambiando el a favor por el contra;
éxito es tal vez porque esa ideología llegaba para colmar las expec- la sociología de las ideologías revela la identidad que disimulan las
tativas más profundas y más inconfesadas de los estudiantes de li- diferencias proclamadas y las diferencias que se esconden bajo la
teratura parisinos y burgueses, instaurando una fiesta permanen- identidad proclamada. 32
te: a través de la fiesta, un grupo puede afirmar su integración Si es verdad que el determinante fundamental de las actitu-
intensificando ficticiamente los intercambios simbólicos. Se pue- des es el origen social, si es cierto que los estudiantes provenien-
den así saborear más plenamente las gratificaciones que provee la tes de la burguesía siguen siendo la mayoría y que los valores que
integración dándose a sí mismo en espectáculo como grupo inte- deben a su medio continúan imponiéndose a ellos, y a través de
grado, sin que ese juego de integración tenga otro fin que el re- ellos, a los estudiantes provenientes de otras clases, se puede con-
fuerzo de la integración. 31 siderar legítimamente que el medio estudiantil debe muchas de
sus características al grupo que sigue allí dominante, numérica y
estatutariamente. Los novicios de la inteligencia se reclutan sobre
Por complicado que sea reconocer aquello que divide y que todo entre los estudiantes de origen burgués porque los juegos de
une realmente a los estudiantes y si es dificil distinguir qué forma
parte del juego y qué de lo serio en sus compromisos, sus convic-
la inteligencia libre suponen que los estudios sean vividos como
un juego que excluya toda otra sanción salvo la definida por la re-
.
;
ciones y sus ejercicios, es porque las ideologías y las imágenes que gla del juego y no como un aprendizaje sometido a la prueba del
suscita la relación tradicional con la cultura condenan a la prácti- éxito profesional. En consecuencia, uno se alejará de la descrip-
ca universitaria, sea profesoral o estudiantil, a aprehender lo real ción ideal-típica que presta al conjunto de los estudiantes las ca-
sólo de manera indirecta o simbólica, es decir a través del velo de racterísticas del grupo dominante a medida que se acrecienta la
la ilusión retórica. Para comprender el modelo de la relación que proporción de estudiantes provenientes de las clases populares,
une a la ideología con la significación objetiva de las conductas, portadores de nuevos valores y condenados a una experiencia más
hay que ubicarse en el caso puro en el que estarían dados al mis- realista de la situación de estudiante. Aunque este cambio no re-
mo tiempo la actitud tradicional respecto de la cultura que estimu- sulte tan rápido, porque los estudiantes de origen burgués podrán
dejar de ser mayoritarios numéricamente sin que las normas y va-
lores que han legado al medio estudiantil dejen de ser considera-
31
Si tocamos aquí este debate, es sólo porque, en las oposiciones entre or- dos, incluso por las categorías recién llegadas a la enseñanza su-
ganizaciones científicas y literarias, parisinas o provincianas, el análisis sociológi-
co aprehende algo que es distinto y más que el enfrentamiento de tesis que pue-
perior, como inseparables de ese medio.
den evaluarse sólo desde eljuicio político. Es evidente que esos conflictos expresan
sí no intereses realmente opuestos, al menos diferencias de espíritu estrechamen-
te ligadas a las diferencias sociales entre los grupos en conflícto. 32
Véase en página siguiente, cuadro nº 5.
..____________________________'¡
78 PIERRE BOURDIEU YJEAN-CLAUDE PA5SERO~ JUEGO SERIO YJUEGO DE LO SERIO 79
:i'
Para comprender en qué y por qué la situación del estudiante
encierra la posibilidad objetiva de una relación irreal o mistificada
con los estudios y el futuro al que preparan, hay que construir, al
menos con fines heurísticos, el tipo ideal de la conducta estudian-
til perfectamente conforme a la racionalidad, conducta que ape-
lará exclusivamente a los medios considerados adecuados con re-
ferencia a los fines planteados de manera unívoca. Por más alejada
que esté de la realidad, esta construcción ficticia no es en absolu-
to una imagen ideal pues resulta del desarrollo lógico de la reali-
dad implicado en el hecho de ser estudiante o de estar en la situa-
ción de estudiante. Además de comprenderse mejor el sentido de
las conductas reales al confrontarlas con la conducta ideal-típica-
mente racional, dotada de la evidencia propia de toda conducta ra-
cional, la explicitación completa de todo lo que encierra la reali-
zación racional de los estudios permite evaluar la distancia que
separa a las conductas de las diferentes categorías de estudiantes
"La necesidad de ser educado existe entre Jos niños como un sentimien- de la conducta racional y, más precisamente, relacionar las con-
to que les es propio por no estar satisfechos con ser lo que son. ( ... ) La peda- ductas no con una norma arbitrariamente elegida sino con un mo-
gogía del juego trata al elemento pueril como algo válido por sí mismo, Jo delo construido de lo que sería la conducta estudiantil si estuvie-
presenta a los niíios como tal y rebaja para ellos lo que es serio. La propia pe- ra perfectamente de acuerdo con lo que pretende ser -en algunas
dagogía tiene una forma pueril, poco considerada hacia Jos niños. Al repre- de sus expresiones ideológicas- con referencia a los fines que se
sentarlos como acabados siendo que se sienten en estado de inacabamiento, plantea por su propia existencia. Si sucede que el modelo de la
al esforzarse así por mantenerlos contentos, perturba y altera su verdadera
conducta construida en la hipótesis de la conformidad a los fines
necesidad espontánea, que es mucho mejor. Tiene por efecto el desapego
por las realidades sustanciales, del mundo espiritual, y en principio el des-
racionales-que están objetivamente inscriptos en la situación de
precio a los hombres, que se presentan ellos mismos como pueriles y despre- estudiante parece utópico cuando se lo compara con las conduc-
ciables para los niños y, finalmente, la vanidad y Ja confianza de los niños ple- tas reales de los estudiantes, y que hace aparecer como utópicas
nos de la sensación de su propia distinción." las conductas milenaristas de algunos grupos estudiantiles, es que
habrá cumplido con su función de piedra de toque de la raciona-
F. W. HEGEL, Principios de la filosofía del deredw. lidad y del realismo de las conductas y las ideologías.
-·--··-------------------------'"""
84 PIERRE BOCRDIEU YJEAN-ClAUDE PASSERON ¿APRENDICES O APRE..1\IDICES DE BRUJO? 85
Del mismo modo que todo el mundo acuerda en definir al es- parecer un "fingimiento" o un "hacer como si", es porque el tra-
tudiante como alguien que estudia, sin sacar de eso las mismas bajo no se acompaña, como en otras partes, de las gratificaciones
consecuencias, también se convendrá con certeza que ser estu- serias y palpables que se continúan directamente de las tareas pro-
diante es prepararse a través del estudio para un porvenir profe- fesionales. Un fot11ro ligado al prnsente por demasiadas mediacio-
sional. Pero no es superfluo desplegar todas las implicaciones de nes corre siempre el riesgo de ser considerado como ficticio y de
esta formulación. Es en principio decir que la acción de estudiar manera ficticia. La autonomización de un estado esencialmente
es un medio al servicio de un fin que le es exterior, es decir luego provisorio y transitorio permite al estudiante olvidarse como tal al
que la acción presente sólo adquiere sentido con referencia a un olvidar su futuro. Con ese fin, la tradición universitaria le propo-
futuro que ese presente no prepara sino preparando su propia ne- ne dos grandes modelos que, en apariencia contradictorios, están
gación. Se sigue de allí que una condición que se define como pro- igualmente probados, "el animal de exámenes" o el "diletante".:i:.
visoria no puede deber su seriedad más que a la condición para la El primero, fascinado por el éxito académico, pone al servicio del
que se prepara, o, en otros términos, que el presente no tiene rea- examen el olvido de todo lo que esté más allá de él, comenzando
lidad salvo por procuración o por anticipación. También, a con- por la calificación que supone que garantiza -el examen. Al estu-
dición de llevar la lógica a su extremo, la manera más racional de diante "obsesionado" por el horizonte limitado de los plazos aca-
cumplir con el oficio de estudiante consistiría en organizar toda démicos se opone, en apariencia, el "diletante", que no conoce más
la acción presente con referencia a las exigencias de la vida profe- que los horizontes indefinidamente postergados de la aventura in-
sional y en poner en práctica todos los medios racionales para al- telectual. La ilusión del aprendizaje como fin en sí mismo cumple
canzar, en el menor tiempo posible y lo más perfectamente posi- con la aspiración a la condición de intelectual, aprendiz eterno, 1:
ble, ese fin explícitamente asumido.34 pero sólo de manera mágica, pues debe negar los fines a los que
La realidad es muy diferente. Todo sucede como si los estu- sirve realmente el aprendizaje, a saber el acceso a una profesión,
diantes, beneficiándose en esto de la complicidad interesada de aunque sea intelectual. En ambos casos, es el mismo esfuerzo por
sus profesores, trabajaran inconscientemente en disfrazarse la ver- inmovilizar de modo ficticio -eternizándolo o autonomizándolo-
dad de su trabajo separando su presente de su futuro y a los me- un presente que apela objetivamente a su propia desaparición.
dios de los fines a los que se supone que deben servir. Si lo que ha- Estas dos maneras de vivir la vida de estudiante sin vivirla no
cen los estudiantes, es decir lo que se les hace hacer, les suele conviven tan felizmente entre los estudiantes, y a veces dentro d<'I
mismo estudiante porque son producidas y estimuladas por todo
31
Se puede oponer a la definición de enseñanza "racional" que se propone
explícitamente aquí, a través de una descripción ideal-típica del aprendizaje racio- más funestas cuando ninguna institución puede reemplazar a la escuela cuando
nal, que las demandas del sistema económico ya no se formulan hoy en términos se trata de hacer acceder al mayor número a la cultura bajo todas sus formas, des-
de especialización estricta y que el acento está puesto, por el contrario, sobre la de la frecuentación de los museos hasta el manejo de nociones y técnicas econó-
adaptabilidad a múltiples tareas. No es más que una discusión sobre palabras, pues micas o la conciencia política. El hecho de que las artes y las letras sean las que se
en el fondo se trata de un nuevo tipo de especialización exigida por las transfor- enseñan más frecuentemente según los métodos tradicionales (en razón mi~ma
maciones del sistema económico. Por otra parte, no está en nuestra intención pro- de la función socia] de esta cultura) no debe hacer concluir que no existe, en es-
poner una emeííanza estrictamente especializada, lo que serviría para reafirmar te dominio como en otros, lma pedagogía racional.
las desigualdades culturales pues el medio familiar resultaría el único vehículo de 33
Estas virtudes tienen sus excesos que profesores y estudiantes se ponen de
la cultura académica. Las ambigüedades de la acción educativa resultan mucho acuerdo en ridiculizar: "la obsesión" y "el camelo".
88 PIERRE BOURDIEUYJEAN-CLAUDE PASSERON ¿APRENDICES O APRENDICES DE BRUJO? 89
do falso en otras partes: la enseñanza científica puede también dar lugar al caris-
ma, el virtuosismo de las bellas soluciones tiende a dar escaso espacio a Jos reco- intercambio cómplice de imágenes prestigiosas así como de la tolerancia al ma-
rridos pacientes y a las manipulaciones subalternas. lentendido lingüístico que Je es solidario en la introducción del segundo núme-
37 Se encontrará un análisis más sistemático de la relación pedagógica como ro de los Cahiers du centre de sociowgie européenne, op. cit., pp. 11-36.
1:
1
leza de los fines, más tradicionales que racionales, o, al menos, co- veinte años, hija de embajador). "Ser estudiante es el momen-
mo capaz de quitar tanto a los estudios como a la carrera intelec- to de la vida en que una se orienta; se puede ser estudiante to-
tual para la que preparan lo que, a falta habitual de cualquier otra da la vida, es un tipo de trabajo como cualquier otro: se es res-
ponsable del<{ gue se hace y se busca un progreso intelectual"
gratificación, le provee todo su encanto.
(estudiante, 'p'a'ds, vdiiiíuñ años; hija de un profesor universi-
Dado que la entrada en una profesión es particularmente im-
tario). "Los estudiantes no tienen buena conciencia con rela-
probable para ellos, los estudiantes están también condenados al ción a lo que aprenden ( ... ) No tengo la sensación de ser útil
esfuerzo por disimularse un futuro que amenaza con quitarle to- en este momento ( ... )¿Es que yo, como francesa, podré asu-
do el sentido a su presente o de conferirle un tono completamen- mir un día lo que he adquirido en esta sociedad tal como fur(-
te opuesto al que quieren encontrarle. Pero su porvenir objetivo ciona hoy? Desde un punto de vista estrictamente profesional,
se impone tan claramente que, en su caso, la mistificación nunca lograré desenvolverme, pero según una perspectiva más am-
puede imponerse por completo, de manera que la clave de mu- plia, no estoy segura" (estudiante, París, veintiún años, hija de
chos de sus comportamientos no puede encontrarse sino en la ver- clase alta). La referencia al porvenir objetivo de la categoría pa-
rece muy precoz pues se la encuentra, desde el liceo, en mu-
dad objetiva de su situación. La diferencia entre los sexos no apa-
chachas de catorce a quince años, no sólo a través de la elec-
rece nunca tan de manifiesto como en las conductas o las ción de profesiones llamadas "femeninas" -profesora,
opiniones que implican la propia imagen o la anticipación del fu- psicopedagoga, decoradora- sino también a través de la preo-
turo. Aunque las condiciones de vida y de trabajo de los estudian- cupación, con frecuencia planteada explícitamente, de reser-
tes tienden a acercarse a las de las estudiantes, aunque las estu- varse para las tareas familiares cumpliendo un trabajo de me-
diantes profesen más que cualquier otra categoría femenina el dio tiempo.
¡, 1
rechazo a la condición tradicionalmente propuesta de la mujer en
la sociedad, habría que cuidarse de concluir que todas las estu- Si los varones y mujeres de una misma categoría social difie-
diantes están igualmente alejadas, en todos los terrenos, de todos ren menos por sus posibilidades objetivas de acceder a la enseñan-
los modelos tradicionales. Demasiado manifiestamente asociados za superior que por sus posibilidades de cursar tales o cuales tipos
a un rol rechazado, los modelos más evidentes tienen mayor posi- de estudios, es porque en gran parte los padres y las propias mu-
bilidad de suscitar resistencia o rebelión, mientras que los mode- chachas continúan adhiriendo a una imagen de las "cualidades" o
los no menos tradicionales pero menos claramente percibidos de los "dones" específicamente femeninos que sigue dominada por
pueden seguir actuando subterráneamente porque continúan de- el modelo tradicional de la división del trabajo entre los sexos.: 18
terminando el porvenir objetivo y colectivo. Del mismo modo, se puede suponer que las diferencias que sepa-
ran a los estudiantes de las estudiantes al nivel de las condiciones
Las estudiantes y sobre todo aquellas provenientes de la de existencia (del hábitat, por tjemplo) no dejan de reflejar la ima-
burguesía tienen una aprehensión confusa del porvenir. "Me gen que se hacen los padres y las propias estudiantes de las liberta-
gusta enormemente ser estudiante, es el momento de la vida
en que se es más feliz, se hace lo que se quiere( ... ) Estás dispo-
des que corresponden a varones y mujeres. Más generalmente, es )
nible para todo, es el momento en que de bes enriquecerte" (es-
en los comportamientos o las actitudes ligadas a los aspectos me- ¡
nos conscientes de la imagen de sí donde son más marcadas las di-
tudiante, París, veinte años, hija de editor). "Me gusta ser estu-
diante, estás muy disponible" (estudiante, París, veinte años,
hija de médico). "El estudiante va hacia cualquier lado, es una
espera, lo importante es sentirse productiva" (estudiante, París, 38 Cf. Apéndice I, cuadro 1.5.
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,! 92 PIERRE BOURDIEU YJEAN-CLAUDE PASSERON"
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1
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frecuencia que los varones a la enseñanza, expresando con esa pre-
lo de su planteo sobre el "compromiso". Participando amplia-
ferencia la preocupación, más intensa en las provincias que en Pa-
mente del conS'etlS'tf ideo1ógíto propio del medio estudiantil,
rís, de no renegar de las tareas tradicionales de la mujer. 39 A igual ellas se dicen (los dos tercios) "comprometidas" y las que no lo
11
nivel, ellas se hacen una idea más modesta de su valor académico son se excusan por ello. Pero todo su planteo traiciona la fideli-
y muestran una mayor humildad ante las técnicas del trabajo inte- dad a una definición de las tareas tradicionales de la mujer. No
lectual. Se puede ver otro índice de su mayor dificultad para vivir se encuentra más que excepcionalmente una justificación utili- "
sus estudios como una vocación intelectual en el hecho de que leen tarista o racional del "servicio al otro" y abundan las metáforas
menos obras filosóficas y sociológicas que los varones, mientras que que exaltan el ideal de sacrificio, vestigio de la ética tradicional.
consagran más o menos el mismo tiempo semanal al trabajo aca- El vocabulario del contacto y de la rel.ación alterna con el de la aper-
tura al otro, del enriquecimiento y de la plenitud o con el vocabula-
démico. 40 Todo ocurre como si, al experimentar más intensamen- ,
rio moral del deber de presencia: "tener relaciones humanas enri- ¡.
te la irrealidad de sus actividades menos académicas, la estudiante quecedoras." "Tener numerosos contactos e intertambios con
buscara eludir por medio de su celo y su docilidad académica la los extranjeros, los estudiantes." "Más contactos con los demás."
cuestión del futuro al que preparan los estudios. Las diferencias "Un contacto directo con los demás." "Contactos humanos." "El
que se constatan en el orden de los compromisos políticos y sindi- sentido de los demás." "Cooperación con los demás." "Ocasión
cales pueden explicarse a partir de la misma lógica. En el medio de numerosos contactos y diálogos." "Me permite darme a los
estudiantil, la política sigue siendo implícitamente patrimonio de demás." "Descubrir a los demás." "Plenitud, apertura hacia los
los varones: no es raro que los dirigentes sindicales imputen a la demás." "Un intento de apertura hacia los demás." "Ayudar a
fuerte representación femenina la tibieza sindical de los estudian- los demás; enriquecimiento personal." "Sentirme de acuerdo
con los que me rodean, expandir mi personalidad." "Expansión
tes y que se resistan a confiar a las mujeres las tareas consideradas
de la personalidad, contactos." "Plenitud y encuentros." "Que
más importantes. Menos politizadas y menos a la izquierda que los me ayude a abrirme a los demás." "Una mejor comprensión de
varones, las mujeres participan menos de las responsabilidades sin- los demás y una formación de mí misma." "Enriquecerme y en-
dicales, leen menos diarios y diarios menos políticos. 4 1 riquecer a los demás." "Algo a descubrir y a aportar." "Enrique-
cimiento personal." "Medio para darme." "Plenitud personal por
Nada aclara más la especificidad de la relación que mantie- el don." "Afirmarme y realizarme, ponerme a prueba, dar con-
nen las mujeres con los valores dominantes en el medio intelec- sistencia a un ideal abstracto." "Enriquecimiento moral." "Enri-
quecimiento de aquellos de los que me ocupo y enriquecimien-
to personal." "Es una parte importante de la vida." "Punto de
estabilidad en mi vida." "Incentivo, eje de mi trabajo." "Algo se-
39 La evolución de la representación femenina en las diferentes disciplinas rio e indispensable." "Uno de los modos esenciales de participar
muestra que los modelos tradicionales de la división del trabajo entre sexos rigen en el ejercicio de la trascendencia humana." "Medio concreto
aún con mucha fuerza las elecciones profesionales de las estudiantes y al mismo de asumir las responsabilidades." "Mi lugar está al servicio de los
tiempo dominan la experiencia que hacen de su condición: es en las facultades de demás." "Responsabilidad de los demás." "Objetivo hacia el que
letras (donde las muchachas han estado muy representadas) y en farmacia don- tiende lo Humano." "Justicia. Paz. Virtud. Libertad. Amor."
de la participación de las estudiantes es la mayor hoy (superior a la mitad) y donde
la feminización ha sido más rápida. Cf. Apéndice I, cuadro 1.5.
40 Cf. Apéndice II, cuadro 2.31 a 2.34.
: 1
i
94 PIERRE BOURDIEU YJEAN-CL.\UDE PASSERON ¿APRENDICES O APRENDICES DE BRl.JTO? 95
gen de un futuro que lo desmiente o lo cuestiona, las estudiantes que hacen porque tienen menos posibilidades de olvidar que po- 1
no pueden brindar una adhesión incondicional a los valores de Ja drían no haberlo hecho.
,,
inteligentsia y no logran tan completamente como los varones di- Si por lo tanto la condición de estudiante no puede deber su
,'' simularse la irrealidad de su presente irrealizando su porvenir. Y seriedad más qu~·'al' po1~nir profesional para el que se prepara
si la docilidad académica se les propone como el menos malo de o mejor dicho, al hecho de tomarse en serio esa preparación y si
los medios para triunfar, tal vez sea porque constituye una reinter- es verdad que, por diferentes razones y por medios muy diversos,
pretación feliz del modelo tradicional de la dependencia femeni- los estudiantes y sobre todo los más favorecidos de entre ellq.5 se
na que, en este caso, se ajusta perfectamente a las expectativas de disimulan generalmente la verdad objetiva de su situación, se com-
una enseñanza superior que permanece tradicional (y masculina) prende que pocas veces se vean impulsados a organizar racional-
en su espíritu (y en su personal docente). mente su práctica con referencia a las tareas profesionales que ten-
En cuanto a los varones, su distancia con la racionalidad y su drán que realizar y que, manteniendo con su trabajo una relación
actitud respecto de los prestigios de la vocación intelectual es prin- frecuentemente mistificada, no otorgan más que un escaso inte-
cipalmente función de sus orígenes sociales. Muchos rasgos pare- rés y un escaso valor a la adquisición de técnicas; es decir de rece-
cen indicar que, en lo que se refiere a la relación con el futuro, las tas, que les permitirían organizar metódicamente su aprendizaje
i 1
mujeres son a los varones como los estudiantes de clase baja a en vistas a un fin racional, planteado de manera explícita y unívo-
los estudiantes provenientes de medios privilegiados. Las posibi- ca. Por ejemplo, profesores y futuros profesores se suelen poner
lidades objetivamente más débiles de tener una profesión y sobre de acuerdo en despreciar la pedagogía, es decir uno de los sabe-
todo una profesión intelectual (siempre tomadas en considera- res más específicamente ligados a lo que hacen y a lo que habrán
ción en la conducta, aun cuando sean rechazados por la ideolo- de hacer. Del mismo modo, todo esfuerzo por reintroducir una
gía) impiden a las mujeres lanzarse al juego intelectual con todo disciplina "educativa" en la enseñanza superior es inmediatamen-
el ardor al que sólo autoriza el olvido sin riesgos de un porvenir te percibido por los estudiantes y los profesores como atentatorio
garantizado. Obligados a un proyecto profesional más realista, los contra la dignidad de unos o como incompatible con la maestría
estudiantes provenientes de la clase baja jamás pueden abando- de los otros.
narse por completo al diletantismo o atarse a los prestigios oca- Allí también estudiantes y profesores concuerdan en el inter-
sionales de estudios que siguen siendo para ellos ante todo una cambio de imágenes prestigiosas: el profesor que quisiera enseñar
ocasión, que hay que aprovechar, de elevarse en la jerarquía so- las técnicas materiales del trabajo intelectual, por ejemplo, lama-
cial. Haciendo de la necesidad virtud, lo saben y se abocan mejor nera de hacer una ficha o de constituir una bibliografía, abdica-
a la profesión para la cual se preparan y sin desconocer que se pre- ría de su autoridad de "maestro" para aparecer a los ojos de los es-
paran para una profesión. La relación que los estudiantes mantie- tudiantes atrapados en la imagen de sí mismos como un maestro
nen con su futuro, es decir con sus estudios, estando directamen- de escuela extraviado en la enseñanza superior. Todo estudiante
te en función de las posibilidades objetivas que los individuos de contiene dentro de sí un Péguy, aquel al que Mauss llamaba "caja
su clase tienen de acceder a la enseñanza superior, hace que los de fichas". Cuando se enteran de la existencia de las técnicas inte-
estudiantes de clase alta puedan conformarse con proyectos vagos lectuales, como la aptitud para definir los conceptos utilizados o
pues jamás tuvieron que elegir verdaderamente hacer lo que ha- los principios elementales de la retórica y de la lógica, los estudian-
cen, algo banal en su medio e incluso en su familia, mientras que tes suelen considerarlas obligaciones insoportables o ayudas indig-
los estudiantes de clase baja no pueden no interrogarse sobre lo nas, atentatorias contra la imagen romántica del trabajo intelec-
: 1
96 PIERRE BOURDIEU YJEAN-CLAUDE PASSERON
¿APRENDICES O APRENDICES DE BRUJO? 97
tual como creación libre e inspirada. Encontrándose rota toda re- florecimiento de supersticiones, que tal vez aparece en esta
lación racional con el futuro probable, el presente se convierte en magnitud sólo entre los campesinos tradicionales, sometidos a
el lugar de una fantasía que excluye la misma idea de técnicas efi- los albures de la naturaleza, o en el mundo del juego, rodea a
caces y de la eficacia de las técnicas. · los momentos pé)igrosos'dé la vida'universitaria: ritos de pro-
No es por lo tanto casual que las "técnicas" profesionales más nóstico por los cuales uno se esfuerza en prever el tema o la no-
frecuentemente observadas en el medio estudiantil participen ca- ta, exvotos propiciatorios o acciones de gracias que se deposi-
si siempre de la magia. Al estimular la pasividad y la dependencia, tan en las iglesias u objetos fetiches que se llevan con uno el día
del examen, ésos son los medios más usuales de ayudar a la '
la lógica del sistema tiende a ubicar al estudiante en una situación
suerte. "Virgen Santa, gracias por mi examen" o "tengo mi exa-
que no puede manejarse completamente por medios enteramen- men en una hora, Virgen Santa, reza por mí", ésas son las ins-
te racionales: por ejemplo, al devaluar el rol de las recetas de éxi- cripciones que pueden verse en la catedral de Poitiers, ciudad
to e ingeniándose a veces para disimular las técnicas materiales e universitaria, grabadas en el mármol o escritas a mano sobre
intelectuales que hacen a su prestigio (y a veces a todo su presti- otros exvotos. Al lado de aquellos que pretenden manejar el
gio), omitiendo o evitando mostrar con toda claridad los criterios azar por medio de un ritual extra cotidiano, otros, obedecien-
de sus juicios, los maestros en carisma no pueden sino reforzar en- do al principio de la reiteración mágica, siguen siendo fieles a
tre los estudiantes la sensación de impotencia, de arbitrariedad o los comportamientos que ya han resultado exitosos o a los ob-
de predestinación al fracaso. Por su parte, dado que les gusta más jetos que, habiendo acompañado a esos éxitos, contienen su
principio, por ejemplo el vestido o la corbata del último exa-
y les cuesta menos creer en el carisma que manejar laboriosamen-
men. Si el arte de "hacer pausas" a propósito tiene semejante
te las técnicas, los estudiantes se condenan a una imagen del éxi- lugar en los relatos de exámenes es porque constituye la demos-
to académico sobre la cual, en ausencia del talento, sólo puede ac- tración más patente del maná escolar, el éxito que testimonia
tuar la magia. la extensión de un don bastante seguro de sí mismo como pa-
ra no esperar nada del trabajo.
Y, de hecho, la investigación etnológica descubre que los
estudiantes oponen a la angustia del examen todo un grupo de Al mantener con su futuro una relación contradictoria, el es-
"trucos", cábalas y técnicas, en parte herencias de los antiguos
tudiante puede unir el desprecio a los medios racionales que per-
estudiantes, en parte inventadas por cada uno, para manejar, o
mitirían manejarlo con la adhesión vergonzante a las recetas y tru-
mejor dicho coajurar las mismas amenazas. En ese contexto,
los procedimientos en apariencia racionales se convierten en
cos, más mágicos que técnicos, que le permiten exorcizar las
movimientos a ciegas que siguen la lógica del formalismo má- amenazas.
gico: las revisiones afiebradas de las vísperas de examen no sue- Así, resulta grande la distancia entre el modelo de una con-
len ser otra cosa que ritos propiciatorios; el tomar notas que no ducta estudiantil o profesoral acorde a la racionalidad y la conduc-
serán releídas es una técnica para reconfortar al espíritu más ta real de estudiantes y profesores. Tal vez estudiantes y profeso-
que de acumulación razonada. "Cuando se termina de trabajar res tengan en común la oscura intención de salvar las ventajas
estamos hasta la coronilla. Ya no se repasa el curso, además re- ocultas que les procura el sistema actual beneficiándose absoluta-
sulta ilegible" (estudiante de letras, veintidós años, París, hija
mente de las ventajas manifiestas que les aseguraría el sistema
de clase alta). Se transmite como una de tantas recetas colocar
opuesto, que es incompatible en tanto tal con el sistema actual. Del
su copia del examen después de la de un mal estudiante cono-
cido o pasar en el momento justo delante del examinador. Un mismo modo que los profesores pueden lamentar la pasividad de
los estudiantes sin ver que es el precio de la seguridad que deben
98 PIERRE BOURDIEU YJEAN-CIA.UDE PASSERON ¿APRENDICES O APRENDICES DE BRC~JO? 99 )
a una relación pedagógica disimétrica, ciertos estudiantes pueden Aquí se hace necesario distinguir entre las funciones que cum-
imputar únicamente al autoritarismo profesoral la pasividad en la ple un sistema educativo y los medios de los que se vale para cum-
que son mantenidos sin percibir que es la contrapartida de todas plirlas. En efecto, el vínculo que se establece en los hechos entre
las protecciones y de todas las libertades que les asegura el anoni- los valores más tr~di~ion~i'e'sy. la tradición pedagógica de la maes-
mato de los anfiteatros. Profesores y estudiantes pueden incluso tría hace olvidar que se podrían poner recursos tradicionales al
coincidir en la denuncia vehemente de los obstáculos a la racio- servicio de fines más alejados de aquellos que implica el aprendi-
nalización de la enseñanza. Al no poder comprender al sistema en zaje de tareas profesionales estrictamente definidas. La racionali-
tanto tal, no quieren ni pueden ver que las satisfacciones contra- zación del arte de transmitir la adhesión a los valores de la cultu-
dictorias pero simultánea o alternativamente accesibles que les pro- ra, por ejemplo en la enseñanza de las letras o de disciplinas
cura están necesariamente vinculadas con las taras que rechazan. artísticas, no es más inconcebible, después de todo, que la racio-
nalización de la vida religiosa, en el sentido en que la entendía
Max Weber. En todo caso, al debatirse los fines de la educación
Y, de hecho, no es seductor ni fácil proceder a una estimación más útil a los intereses de las clases desfavorecidas, se sigue que,
completa de los costos del sistema actual. Sin duda, el modelo pu- en el estado actual del sistema y de los objetivos que lo orientan,
ro de un sistema que subordinara la elección de sus herramientas la racionalización de los medios y de las instituciones pedagógicas
pedagógicas a un único fin, a saber la formación de especialistas está siempre inmediatamente conforme a los intereses de los es-
(se trataría de especialistas de lo general), nunca pasa de ser una tudiantes más desfavorecidos.
utopía: encargado de producir valores por referencia a valores que
no son otros que los de la sociedad para los cuales los ha produci-
do, un sistema de educación real está siempre investido de funcio-
nes múltiples e inconmensurables, de manera que no puede otor-
garse preponderancia a tal o cual sin comprometer los valores
últimos que una sociedad, o mejor dicho, los grupos que la com-
ponen incorporan en su representación de la cultura. Sin embar-
go, no es indiferente que la preferencia se confiera a uno u otro
de los fines, por ejemplo a la perpetuación de una elite de hom-
bres cultos o a la preparación diversificada para un número ma-
yor de tareas profesionales. Ficción abstracta, resultado de la de-
cisión metódica de acentuar unilateralmente y al precio de
convertir en irrealizable un sistema que explicitara y cumpliera
completamente con las condiciones técnicas del aprendizaje inte-
,,1' lectual, el tipo ideal de la enseñanza "racional" hace ver, por com-
1,
paración, que los diversos fines a los que puede servir un sistema
educativo están desigualmente alejados de los fines que los dife-
rentes grupos asignan, explícitamente o no, a la educación y, por
eso, desigualmente conformes a sus intereses.
CONCLUSIÓN
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1
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1 1
104 PIERRE BOURDIEU YJEAN-CIAUDE PASSERON CONCLUSIÓN 105
el contrario, le otorga el interés excepcional que merece un caso punto de partida, situado más o menos arriba. No el punto sino
social. El exorcismo verbal permite conjurar la idea de un vínculo el trazo de ]a curva. 43 En esta lógica, la estimación de la desventa-
entre la cultura de los estudiantes y su origen social cuando éste se ja de los sujetos provenientes de las clases desfavorecidas y la evo-
impone bajo la forma de grandes déficits. Decir con tono de la- lución de los graaosélé' mefüo profjorcionales a la importancia
mentación resignada que los "estudiantes ya no leen" o que "el ni- de la desventaja superada conducirían -en la medida en que sea
vel baja de año a año" es en efecto evitar preguntarse por qué es posible- a considerar como iguales a los autores de logros desi-
así y sacar de allí alguna consecuencia pedagógica. guales y como desiguales a los autores de logros idénticos, retati-
Hay acuerdo en que este sistema encuentra su culminación vizando la jerarquía establecida según el criterio educativo y re-
en el concurso, que asegura a la perfección Ja igualdad formal de duciendo a nada la ventaja que los sujetos desfavorecidos, así
los candidatos pero que exduye a través del anonimato la posibi- artificialmente favorecidos, sacarían de esta relativización demagó-
lidad de tomar en consideración ]as desigualdades reales ante la gica de la jerarquía. Esta hipótesis no es del todo utópica. La po-
cultura. Los defensores de la agregación pueden argumentar le- lítica educativa de ]as democracias populares ha logrado favore-
gítimamente que, por oposición a un sistema de selección funda- cer sistemáticamente la entrada en la enseñart·za superior y el
do en la calidad estatutaria y el nacimiento, el concurso brinda a éxito en los exámenes de los hijos de obreros y campesinos. Pero
todos iguales posibilidades. Es olvidar que la igualdad formal que el esfuerzo de igualación sigue siendo formal en tanto que las de-
asegura el concurso no hace más que transformar el privilegio en sigualdades no han sido efectivamente abolidas por una acción
mérito pues permite que se siga ejerciendo la acción del origen pedagógica: así en Polonia, tras haber aumentado hasta 1957, los
social, pero a través de caminos más secretos. índices de estudiantes provenientes de medios rurales y obreros
¿Pero acaso podría ser de otra manera? Entre otras funciones, han comenzado a disminuir a partir de que se ha relajado la pre-
e] sistema educativo debe producir sujetos seleccionados y jerar- sión administrativa. 44
quizados de una vez para siempre y para toda la vida. Dentro de Aunque la consideración de las desventajas sociales no es me-
esta lógica, querer tomar en cuenta los privilegios o ]as desventa- nos ajena a aquellos que tienen como tarea la de seleccionar sólo
jas sociales y pretender jerarquizar a los sujetos según su mérito a aquellos que son seleccionados, puede ocurrir que, para produ-
real, es decir según cuáles hayan sido los obstáculos superados, se- cir sujetos seleccionados y seleccionables, la universidad deba ob-
ría condenarse, si se lleva a] final esta lógica, es decir hasta el absur- tener, por lo tanto producir, la adhesión indiscutida a un princi-
do, a la competencia por categorías (como en el boxeo) o, como pio de selección que quedaría relativizado por la introducción de
para Ja evaluación de Jos méritos en la ética kantiana, a la evalua- principios que compitan con él. Esta adhesión exige de quienes
ción de diferencias algebraicas entre el punto de partida, es decir entran en el juego que admitan las reglas de una competencia en
las aptitudes socialmente condicionadas, y el resultado, es decir la la cual sólo podrían intervenir criterios educativos. Y es lo quepa-
medición del éxito educativo. En resumen, a la clasificación por rece imponerse, muy particularmente en Francia, pues es la aspi-
desventaja. Del mismo modo que Kant atribuye méritos desigua-
les a dos acciones equivalentes en sí mismas según que sean resul-
43 No es casual que cuando se intenta discutir la ideología de los talentos na-
'1
11
tado de "temperamentos" más o menos inclinados a esas acciones,
aquí habría que examinar, sustituyendo la inclinación natural por turales uno se encuentre con la lógica por la cual la ética kantiana del mérito se
1¡ oponía a la moral antigua de las virtudes innatas, patrimonio de los hombres bien
Ja consideración de la aptitud socialmente condicionada, no el nacidos.
grado de éxito puntualmente akanzado sino su relación con el 44 Cf. Apéndice 11, cuadro 2.39.
CONCLUS IÓN
107
108 PIERRE BOCRDIE U YJEAN-CLA UDE PASSERON
ración a situarse lo más alto posible en la jerarquí a universitaria, ventaja como un destino personal . ¿No hay acuerdo acaso en re-
consider ada como absoluta , la que suscita los esfuerzos académi - conocer en la precocid ad una duplicac ión del talento? Es un he-
cos más sostenid os y más eficaces. La adhesió n a los valores im- cho banal pero cargado de implicac iones éticas el asombro admi-
plicados en la jerarquí a académi ca de las perform ances es tan rativo con el que· !ie··grn.tifi<;a. al bachille r de quince años, "el
fuerte que se puede ver a los sujetos, indepen dientem ente de sus agregad o más joven" o "el politécn ico más joven de Francia". Las
aspiraciones o aptitudes, dejarse llevar hacia las carreras o las prue- innumer ables etapas del cursus honorum permite n además a algu-
bas más altamen te valorizadas por la Educaci ón; he aquí uno de nos el prodigio de una eterna precocid ad, pues se puede también
los factores de la atracció n, muchas veces inexplic able por otra ser el académi co más joven. Es incluso en las clases más desfavo-
parte, que ejercen la agregaci ón y las grandes escuelas y, más ge- recidas, donde tradicion almente se percibe con más intensid ad la
neralme nte, los estudios abstracto s, a los cuales se adjudica un herencia social de las aptitude s -se trate de pericia para trabajar
gran prestigio. Es tal vez el mismo principi o el que inclina a los con las manos o de habilida d para los negocio s-, donde a veces se
universitarios, y más generalm ente a los intelectu ales franceses, a encuent ra la expresió n más paradóji ca de la ideologí a carismáti-
I¡
acordar el más alto valor a las obras cuya ambició n teórica es más ca: se suele ver invocar la interrup ción de los estudios para salvar,
en ausencia de todo éxito, la virtualid ad del talento individual, se-
!11
1¡ evidente. Así se encuent ra excluida (al menos a los ojos de los uni-
1
versitarios) la idea de una jerarquí a paralela que relativizara la je- gún la misma lógica por la cual la clase alta puede comprob ar que
rarquía de los éxitos académicos, permitie ndo a aquellos que es- su talento se evidenci a en el éxito.
tán por debajo encontra rse excusas o desvalorizar el éxito de los Los estudian tes son mucho más vulnerab les al esencial ismo
,l
demás. porque, adolesce ntes y aprendic es, están siempre a la búsqued a
En resumen , aunque contradi ga a la justicia real sometie ndo de lo que son y por eso resultan profund amente afectados en su
a las mismas pruebas y a los mismos criterios a sujetos fundame n- ser por lo que hacen. En cuanto a los profesor es, que encarna n el
talmente desiguales, el procedim iento de selecció n que no toma éxito educativ o y que se ocupan del juicio continuo de las aptitu-
en cuenta más que las perforrn ances medidas con el criterio aca- des de los demás, es parte de su moral y de su moral profesio nal
démico, todas cosas iguales además, es el único que conviene a un conside rar corno talentos personal es las aptitude s más o menos
sistema cuya función es produci r sujetos selectos y compara bles. laborios amente adquirid as y que imputen al ser de los demás las
Pero nada en la lógica del sistema se opone a que se introduz ca la aptitude s adquirid as y la aptitud para adquirir aptitude s, y esto
j
consider ación de las desigual dades reales en la enseñanza propia- mucho más cuando encuent ran en el sistema educativ o todos los
medios de evitarse el giro reflexivo sobre sí mismos que los con-
1
mente dicha.
duciría a cuestion arse como personas y también como miembro s
Las clases privilegiadas encuent ran en la ideologí a que podría- de la clase instruid a.. Con frecuenc ia provenie ntes de la clase me-
mos llamar carismática (pues valoriza la "gracia" o el "talento") una dia o surgidos de familias de docentes , son mucho más afectos a 1
legitimación de sus prhilegi os culturale s que son así trasmuta dos la ideologí a carismática, construi da clarame nte para justifica r lo
de herencia social en talento individual o mérito personal . Así en- arbitrario del privilegio cultural, pues es sólo como miembro s de la
mascara do, el "racismo de clase" puede perman ecer sin eviden- clase intelectu al como participa n, aunque sea parcialm ente, de
ciarse jamás. Esta alquimia triunfa mucho mejor cuando, lejos de los privilegios de la burguesí a. Si el concurs o de agregaci ón ge-
oponer otra imagen del éxito educativo, las clases populare s reto- nera defensor es tan tenaces es tal vez por ser uno de los privile-
rnan por su cuenta el esencial ismo de la clase alta y viven su des- gios que pueden aparecer como ligados exclusivamente al mérito
108 PIERRE BOURDIEU YJEAN-ClAUDE PASSERON CONCLUSIÓN 109
personal y garantizado por una procedimiento tan democrático la falta de talento. En efecto, son los niños provenientes de la cla-
como es posible (formalmente). se baja las víctimas elegidas y constantes de estas definiciones
Por lo tanto, nada viene a contradecir la ideología implícita esenciales en las cuales los docentes mal dispuestos (o poco incli-
de la universidad y del éxito universitario, pura inversión de una nados, como se ha vtsro, a la: relativización sociológica de sus jui-
ética kantiana del mérito: todo el valor se encarna en el niño pro- cios) encierran a los individuos. Cuando la madre de un alumno
digio, esa brevedad de la trayectoria educativa que testimonia dice de su hijo, y con frecuencia delante de él, que "no es bueno
cuánto puede el talento. Y cuando aparece, el proyecto de relati- en lengua", se hace cómplice de tres órdenes de influencias deJ-
vizar la jerarquía educativa de los éxitos se arma paradójicamente favorables: en primer lugar, al ignorar que los resultados de su hi-
a partir de la desvalorización del esfuerzo: los motes peyorativos, jo están directamente relacionados con la atmósfera cultural de la
"de confección", "pesado", se vinculan con una ideología carismá- familia, transforma en destino individual lo que no es más que el
tica que no opone las obras a la gracia más que para desvalorizar- producto de una educación y que todavía puede ser corregido, al
las en nombre de la gracia. menos parcialmente, por medio de una acción educativa; en se-
gundo lugar, por falta de información sobre aspectos de la educa-
Se comprende mejor por qué la simple descripción de las di- ción, a veces por la ausencia de algo que oponer a la autoridad de
ferencias sociales y de las desigualdades educativas que fundan no los maestros, deduce de un simple resultado escolar conclusiones
es algo simplemente rutinario y constituye de por sí un cuestiona- prematuras y definitivas; finalmente, al darle su aprobación a este
miento del principio sobre el cual descansa el sistema actual. El tipo de juicio, refuerza en el niño la sensación de que es de tal o
develamiento del privilegio cultural anula la ideología apologéti- cual manera por un designio de la naturaleza. Así, la autoridad le-
ca que permite a las clases privilegiadas, principales usuarias del gitimadora de la educación puede multiplicar las desigualdades
sistema de enseñanza, ver en su éxito la confirmación de talentos sociales porque las clases más desfavorecidas, demasiado conscien-
naturales y personales: al descansar la ideología del don más que tes de su destino y demasiado inconscientes de los caminos por los
nada en la ceguera ante las desigualdades sociales frente a la edu- cuales se realiza, contribuyen de este modo a su realización.
cación y la cultura, la simple descripción de la relación entre el Dado que siempre sigue siendo parcial e incompleta, la per-
éxito universitario y el origen social tiene una virtud crítica. Dado cepción de las desigualdades frente a la educación conduce a ve-
que todo los indina a juzgar sus propios resultados con referencia ces a los estudiantes a reivindicaciones difusas que no son más que
a la ideología carismática, los estudiantes de clase baja se conside- el reflejo invertido de la casuística por la cual los profesores intro-
ran un simple producto de lo que son y el presentimiento de su ducen en su juicio, a la hora del examen, la situación de maestro
destino oscuro no hace más que reforzar las posibilidades de fra- de internado en primer lugar, de pupilo de la nación en segundo
caso, según la lógica de la profecía que contribuye a su propio o de poliomielítico en el tercero. La excepción al sistema sirve aquí
cumplimiento. El esencialismo implícitamente encerrado en la a la lógica del sistema, el miserabilismo generado por el paterna-
ideología carismática llega para multiplicar la acción de los deter- lismo. Habiendo ignorado las desventajas sociales en el curso del
minismos sociales: a partir del hecho de que no se lo percibe liga- aprendizaje, no hay problema en reconocerlos a la hora del exa-
do a una cierta situación social, por ejemplo con la atmósfera in- men (pero sólo bajo la forma de "casos") porque uno no se obli-
telectual del medio familiar, con la estructura de la lengua que allí ga más que a la generosidad. En resumen, tanto entre los estudian-
se habla, o con la actitud respecto de la educación y de la cultura tes como entre los profesores, la primera tentación podría ser la
que estimula, el fracaso educativo es naturalmente adjudicado a de usar la invocación de la desventaja social como coartada o ex-
110 PIERRE BOURDJEU YJEA.t'l-CLAUDE PASSERON CONCLUSIÓN 111
cusa, es decir como razón suficiente para abdicar de las exigencias gar de mantenerse a salvo durante todo el año de la pedagogía
formales del sistema de enseñanza. Otra forma de la misma abdi- expidan de una vez por todas las recetas que hoy están desvalori-
cación (pero más peligrosa porque puede adoptar la apariencia zadas a causa de su~ ......
.~"'
fines estrechamente
....
~..- ·~· . ,,...
utilitarios (las famosas re-
~-. '
de una lógica y servirse de los planteos del relativismo sociológi- ce tas para la disertación) o devaluadas por la ironía con que se las
co), la ilusión populista podría conducir a reivindicar la promo- transmite acompañándolas de ejemplificaciones magistrales irre-
ción de las culturas paralelas generadas por las clases más desfa- ductibles a su eficacia. Sería muy fácil aportar otros ejemplos de
vorecidas al orden de la cultura enseñada. No alcanza con esta mala fe que transforma la transmisión de técnicas en un ri-
constatar que la cultura educacional es una cultura de clase, pero tual para mayor gloria del carisma profesoral, se. trate de bibli&
actuar como si no lo fuera es hacer todo para que quede así. grafías aterradoras y fascinantes, de exhortaciones a la lectura, a
Es indiscutible que ciertas aptitudes que exige la escuela, co- la escritura o a la investigación, que resultan tan ridículas, o final-
mo la habilidad para hablar o escribir y la multiplicidad de las ap- mente la clase magistral que corre el riesgo de parecerse a un si-
titudes, definen y definirán siempre a la cultura académica. Pero mulacro pedagógico, pues no puede más que dirjgirse a estudian-
el profesor de letras no tiene derecho a esperar el virtuosismo ver- tes formal y ficticiamente iguales. Pero la pedagogía racional está
bal y retórico que le parece, no sin razón, asociado al contenido por inventarse y en nada podría confundirse con las pedagogías
mismo de la cultura que trasmite, más que a condición de que ten- que se conocen hoy que, no teniendo otros fundamentos que los
ga a esa virtud por lo que es, es decir una aptitud susceptible de psicológicos, sirven de hecho a un sistema que ignora y quiere ig-
ser adquirida por su ejercicio y que se imponga proveer a todos norar las diferencias sociales. Aunque nada más alejado de nues-
los medios para adquirirla. tro pensamiento que apelar a la pedagogía llamada científica que,
En el estado actual de la sociedad y de las tradiciones pedagó- aumentando en apariencia la racionalidad (formal) de la ense-
gicas, la transmisión de las técnicas y de los hábitos de pensamien- ñanza, permitiera a las desigualdades reales pesar más que nunca,
to exigidos por la educación remite primordialmente al medio fa- y tener más justificaciones que nunca. Una pedagogía realmente
miliar. Por lo tanto, toda democratización real supone que se los racional debería basarse en el análisis de los costos relativos de las
enseñe allí donde los más desfavorecidos pueden adquirirlos, es diferentes formas de enseñanza (cursos, trabajos prácticos, semi-
decir en la escuela; que se amplíe el dominio de lo que puede ser narios, grupos de estudio) y de los diversos tipos de acción peda-
racional y técnicamente adquirido a través de un aprendizaje me- gógica del profesor (desde el simple consejo técnico hasta la di-
tódico a expensas de lo que es abandonado irreductiblemente al rección efectiva de los trabajos de los estudiantes); debería tener
azar de los talentos individuales, es decir, de hecho, a la lógica de en cuenta el contenido de la enseñanza o los fines profesionales
los privilegios sociales; que se saque partido bajo la forma de de la formación y, considerando los diversos tipos de relaciones
aprendizajes metódicos de los talentos totales e innegociables de pedagógicas, no debería olvidar su rendimiento diferente según
la ideología carismática. El interés pedagógico de los estudiantes el origen social de los estudiantes. En cualquier hipótesis, está su-
provenientes de las clases más desfavorecidas, que hoy se expresa bordinada al conocimiento que se obtenga de la desigualdad cul-
sólo a través de conductas semiconscientes, inconscientes o ver- tural socialmente condicionada, y a la decisión de reducirla.
gonzantes, sería el de exigir que los maestros no sigan fingiendo, Por ejemplo, de entre todas las funciones profesorales, la más
que dejen de poner en escena proezas ejemplares e inimitables, olvidada habitualmente, tanto por ciertos profesores que ya no se
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destinadas a hacer olvidar (olvidándolo) que la gracia no es más suelen preocupar por el aumento de trabajo sin encanto y sin pres-
1
que una adquisición laboriosa o una herencia social, y que en lu- tigio como por ciertos estudiantes que verían allí sin dudas una in-
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112 PIERRE BOURDIEU YJEAN-CLAUDE PASSERON
CONCLUSIÓN l13
tensificación de la servidumbre a la que se sienten sometidos es los juicios profesorales se inspiran en criterios particulares, varia-
sin duda la organización continua del ejercicio como actividad bles según los profesores y, como en la '1usticia del cadí", perma-
~rientada ha~ia ~a adquisición tan completa y rápida como sea po- necen directamel\t~l,ig4!-1g§.f! los c~()s particulares. Se compren- ,1
sible de las tecmcas materiales e intelectuales del trabajo intelec- de que los estudiantes estén habitualmente condenados a descifrar
tual. Tácitamente cómplices, profesores y estudiantes se suelen po- augurios y a penetrar en los secretos de los dioses, con todas las po-
ner de acuerdo para definir con el menor costo las tareas que se sibilidades de engañarse. Se ve que no hay necesidad de tomar en
está en derecho de esperar de los docentes y de los alumnos. Re- cuenta expresamente la desventaja social de los candidatos parata-
conocer la libertad del estudiante y fingir ver en él, todo a lo lar- cionalizar el examen y trabajar por la racionalización de la actitud
go del año, a un trabajador libre, o mejor dicho, autónomo, es de- respecto del examen, asilo privilegiado de la irracionalidad. En
cir capaz de i.mponerse a sí mismo una disciplina, de organizar su efecto, los estudiantes de las clases cultas son los mejor (o menos
t~abaJo y obligarse a un esfuerzo continuo y metódico, es el pre- mal) preparados para adaptarse a un sistema de exigencias difusas
cio que debe pagar el profesor para recibir del estudiante así de- e implícitas pues tienen, implícitamente, el mediQ de satisfacerlas.
finido la imagen que pretende dar y tener de sí mismo como maes- Por ejemplo, a raíz de la afinidad evidente entre la cultura acadé-
tro en pensar y no como pedagogo o auxiliar de colegio, o sea mica y la cultura de las clases cultas, los estudiantes originarios de
como docente de calidad para alumnos de calidad. Exigir la asis- esa clase pueden manifestar, en este encuentro personal que es
tencia al curso o la entrega puntual de las tareas sería anular al el examen oral, cualidades imponderables que no necesitan ser
1.
mismo tiempo al profesor y al estudiante tal como se ven y como percibidas por el profesor para entrar en el juicio profesora!. Las 1
se pretenden, tal como se ven y como se pretenden el uno al otro. "pequeñas percepciones" de clase son mucho más intensas que la
Dado que el estudiante no puede prescindir de las exigencias percepción consciente y explícita de los orígenes sociales, que siem-
de todo aprendizaje (a saber el trabajo regular o la disciplina de pre tiene algo de escandalosa.
los ejercicios), hay que alternar entre la aspiración a un encuadra- Así, cada progreso en el sentido de la racionalidad real, se tra-
miento más estricto y a una "reescolarización" de la vida estudian- te de la explicitación de las exigencias recíprocas de los docentes
til y la imagen ideal y prestigiosa del trabajo noble y libre, liberado y los alumnos, o incluso de una organización de los estudios lo me-
de .todo control y de toda disciplina. Y se encontrarán en las expec- jor armada posible para permitir a los estudiantes de las clases des-
tativas del profesor las mismas alternancias y la misma ambivalen- favorecidas superar sus desventajas, sería un progreso en el sentido
cia. Así, no es extraño que el profesor que propone a todo lo lar- de la equidad: los estudiantes provenientes de la clase baja, que son
go del año la imagen de la proeza y del virtuosismo juzgue a sus los primeros en sufrir todos los vestigios carismáticos y tradiciona-
alumnos en nombre de criterios totalmente diferentes de aquellos les y que están más predispuestos que los demás a esperarlo todo y
que parecía sugerir en su enseñanza, testimoniando así que no a exigirlo todo de la enseñanza, serían los primeros en beneficiar-
podría medir con la misma vara sus propias obras y las de sus es- se de un esfuerzo por liberar a todos de este conjunto de "talentos"
tudiantes. Más generalmente, en ausencia de una explicitación me- sociales que constituyen la realidad del privilegio.
tódica de los principios y de toda preocupación (docimológica45),
; 1
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114 PIERRE BOURDIEU YJEAN-CIAUDE PASSERON
Septiembre de 1964
Apéndice 1
Los estudiantes en Francia
Datos estadísticos desde 1900
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hasta 196346
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46 Esta
documentación ha sido establecida en el Centre de Sociologie Euro-
péenne a partir de datos provistos por el INSEE y el BUS.
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1.1. La evolución de la cantidad de estudiantes por universidades
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1900-01 950 252 2.119 803 299 669 566 1.209 2.458 1.610 1.027 12.381 1.028 1.609 - 2.040 29.020
1910-11 1.264 239 2.620 794 278 1.043 1.272 1.893 3.091 2.028 1.886 17.326 1.314 1.995 - 2.864 ~39.907
1915-16 482 80 948 291 135 240 587 64 881 654 356 5.522 428 651 - 825 H2.144
1920-21 1.596 266 2.640 1.055 467 744 2.737 1.475 3.409 2.615 2.002 21.232 1.238 1.946 - 2.680 '48.517
1925-26 1.971 458 3.000 1.180 621 1.015 2.931 2.420 3.575 2.428 2.554 25.123 1.578 1.929 2.889 3.171 '.56.843
1930-31 2.988 571 4.254 1.828 1.077 1.397 3.197 3.748 4.965 3.810 4.287 31.886 2.107 2.850 3.255 4.370 ¡76.590
1935-36 3.169 451 3.932 1.317 1.025 1.047 2.180 3.221 4.998 3.126 3.105 32.577 1.969 2.647 2.760 4.016 '.11.250
1940-41 5.550 388 3.657 1.832 2.014 864 3.560 2.475 6.695 4.900 1.158 23.352 2.626 4.207 2.543 6.894 72.215
1945-46 5.496 745 6.242 2.624 2.007 1.172 3.954 6.225 6.958 5.091 3.894 53.427 3.118 5.032 4.520 7.665 118.170
1950-51 7.556 933 8.147 3.083 2.108 1.820 4.199 6.382 7.865 5.685 4.602 58.958 4.127 6.343 5.069 7.531 U4.408
1955-56 9.679 1.157 9.511 3.826 2.758 2.426 4.685 7.406 9.258 7.054 5.231 64.151 4.546 7.161 5.343 8.054 152.246
1960-61 ( 1) 15.486 2.217 12.267 6.357 4.731 3.706 10.007 11.503 13.315 10.509 8.294 77.796 6.843 11.092 8.479 12.070 214.672
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1961-62 19.020 2.889 13.805 4.578 10.471 13.101 15.351 13.361 8.682 81.617 6.310 9.253 11.686 14.592 244.814 (3)
1962-63 (2) 22.160 3.361 16.440 8.478 6.028 5.254 12.951 14.612 17.230 15.802 9.830 90.354 7.412 9.323 12.444 16.752 276.848 (3)
···--· ·--
lle 1901 a 1961
el número de
e1tudiante1 se ha
multiplicado por 23 13 8 11 20 8 23 12 7 ro 9 7 7 6 8 9
( 1) A partir de 1961, los números comprenden a todos los estudiantes de las universidades; es decir, los inscriptos en f.tcultades más los no inscriptos que pertenecen
a establecimientos vlntulados a universidades o facultades.
(2) Para 1962-63, los resultados son provisorios; los resultados definitivos hicieron aparecer números algo superiores a los registrados. .
(3) En 1961-62 y 1962-63, el total comprende también a los estudiantes de las universidades de Nantes. Orleans y Reims, o sea 7. 147 en 6i-62 y 8.417 en 62-63.
1
LOS ESTGDIANfES EN J<RANCIA
1%1
120 PIERRE BOURDIF.UYJEAN-CL.\UDE PASSERON
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1.2. La evolución de la cantidad de estudiantes mujeres en París y en provindas La participación de mujeres en el conjunto de la población univer- f
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sitaria ha pasado del 6% en 1906 al 41,6% en 1962. Si se hace abstracción
de los cambios debidos a las dos guerras, esta progresión es regular.
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122 PIERRE BOURDIEU YJEAN-CLAUDE PASSERON LOS ESTUDIANTES EN FRANCIA 123
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facultades. Las tasas de crecimiento de la población no han dejado de
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(Véase el gráfico de la página siguiente.)
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47 Raymond ARON, "Sur quelques problemes des universités fram;aises", en
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1905-06 42,9 16,8 14,7 19,6 6 100
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1920-21
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27,9
34,9
14,8
21,7
21,9
15,2
19,2
15,9
24,I
26
22,8
4,1
5,2
4,5
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100
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1960-61 16,5 33,5 30,7 15 4,3 100
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1962-63 17,I 33,I 31,9 14,1 3,8 100
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El análisis de las participaciones relativas de las diferentes faculta-
des hace aparecer una inversión que las cifras absolutas (en aumento pa-
ra todas las disciplinas) no revelan tan claramente. Los estudiantes de
las facultades de letras y de ciencias representan hoy el 65% de la po-
blación estudiantil, mientras que no constituían ni la cuarta parte a co-
mienzos del siglo XX. En el mismo tiempo, las facultades de derecho y
de medicina conocieron una evolución simétrica e inversa, decreciendo
ligeramente la participación de farmacia. {Véanse los gráficos de la pá-
1 1 gina siguiente.)
126 PIERRE BOURDIEU YJEAN-C1AUDE PASSERON
11¡ 10
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5 Estas cifras reconstruyen las etapas de una verdadera mutación cul- tr
tural, la que en medio siglo ha llevado la representación de las estudian-
l. tes del 3% al 41 %. 48 Pero la progresión de las tasas de estudiantes ha si-
1901
do variable según las disciplinas.
No todas las disciplinas han tenido una feminización tan precoz, tan
--·-
Derecho rápida, tan sostenida; es a las facultades de letras a donde se han dirigido
Medicina en principio las estudiantes: la proporción de mujeres fue allí del 34% des-
Ciencias
de 1911 mientras que en todo el resto permaneció inferior al 15%. Es en
--- letras
Farmacia derecho donde su aparición es más tardía: en 1931 las mujeres no repre-
sentaban más del 12%. Las ciencias, a diferencia de letras o de farmacia,
han tenido un crecimiento regular superior al de derecho y medicina.
Más allá de las fluctuaciones en el corto plazo, se notará que a esca-
la de medio siglo, la estructura del medio estudiantil ha cambiado radi-
calmente, como lo muestra el esquema aquí abajo:
>30% LETRAS O
CIENCIAS
60 ...·it ciden grosso modo;'l.Q es-sin.' dudas porque los diferentes estudios y los di-
ferentes oficios para los que preparan están calificados de modo diferente
55
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... ..,·······u·-·.::·.::·~ con relación a los modelos y las normas que definen la imagen adecuada
a la actividad femenina. Se puede considerar cada disciplina bajo dos en-
• ! , ,••• ,
foques, por una parte en la relación de oposición entre humanídadies y
ciencias, por otra con relación a la profesión para la cual prepara. Las le-
45
• , •
..•: ·...·
tras acumulan todas las ventajas pues preparan para el oficio más común-
40 mente adjudicado a la mujer, el de profesora, y porque esos estudios coin-
'1
35
.•••. .• ciden con la idea extendida de los talentos "naturalmente" femeninos .
Entre las profesiones que eran tradicionalmente patrimonio de la
1 30
.• burguesía, únicamente farmacia se ha feminizado fuertemente y se pue-
..·
11' de pensar que sí medicina -que hasta 1911 tenía un porcentaje de muje-
25 •
res superior al de las otras disciplinas- no ha visto continuarse esa ten-
. .••• ,. dencia, es porque por una parte ha habido una transferencia de las
.• .
20
" estudiantes de origen burgués hacia farmacia (como lo demuestra la dis-
15
,,,. ,,, .,,, "/ tribución según el origen social que hace de medicina y farmacia las fa-
10 .:
•
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,,,. cultades más burguesas) y porque, por otra, las resistencias, racionales o
éticas, han podido frenar la feminización reduciendo, aquí más que en
5 otros lugares, el porcentaje de las jóvenes en los contingentes provenien-
o-·-·-· - - - tlffll"'""' tes de otras clases sociales.
l
06 11 16 21 26 31 36 41 46 51 56
- · - Derecho
Medicina
Ciencias
Letras
Farmacia
zado en 1941 el de letras (constituyendo las mujeres en uno y otro caso mttjeres en una disciplina supera definitivamente el 20% (por lo tanto, haciendo
la mitad de la población estudiantil). En cuanto a medicina, que es hoy abstracción de la feminización accidental debida a la guerra), se percibe que el
la menos femenina, ha tenido sin embargo desde 1901a1911 un porcen- orden es letras, farmacia, ciencias, medicina y derecho. Este orden es en líneas
taje de mujeres superior al de ciencias, derecho o farmacia, pero su tasa generales el que se obtiene considerando las tasas de crecimiento de la propor-
de crecimiento se debilitó muy pronto. ción de mujeres en las diversas disciplinas: letras y farmacia, luego ciencias, lue-
i :1
go derecho y medicina.
'1
! :
130 PIERRE BOURDIEU YJEAN-CLAUDE PASSERON LOS ESTUDIANTES EN FRANCIA 131
1.6. La evolución de las tasas de escolarización en Ja enseñanza superio,Sº EL ORIGEN SOCIAL DE LOS ESTUDIANTES FRANCESES
..
~
..
3.409.171 129.535 3,8 ~
1962 ..o dades de acceso a la universidad la relación entre los estudiantes prove-
3.383.600 148.699 4.4 o
1963 3.420.700 172.611
V'l
nientes de una categoría socioprofesional dada y el número de personas
5,0
activas de esa categoría socioprofesional. Damos aquí este segundo tipo
de estadísticas, aunque la estimación de las posibilidades que autoriza si-
50
gue siendo bastante aproximada (cuadro 1.9). Pero, al permitir un deta-
Se trata de una estimación aproximada que ha sido obtenida relacionan- lle separado de los hijos de industriales y de miembros de las profesiones
do la ~oblación estudiantil de diecinueve a veinticuatro años en el conjunto de
liberales, se percibe que es en su caso en el que las posibilidades de acce-
la fran3a de edad correspondiente. Para los años 1911, 1936 y 1946 no se dispone
?e estadísticas que den la división por años de los estudiantes. Dado que la fran- so a la enseñanza superior alcanzan su punto máximo.
Jª_ de edad de diecinueve a veinticuatro años representa, en promedio, para Jos El tercer tipo de estadísticas, que buscan brindar una estimación más
anos 1950 a .1962 el 65% ~e la población estudiantil, se ha supuesto que repre- precisa de las posibilidades educativas, ha sido utilizado en el texto (p. 15).
se~taba la misma proporc1on en los años anteriores al igual que para 1960 y 1963 Se encontrará más adelante su justificación metodológica.
(anos en los cuales las estadísticas de la división por edad no están disponibles).
Por otra parte, la tasa de escolarización así obtenida es ligeramente menor pues
no t?ma en cuenta a los alumnos de ciertas grandes escuelas y de los institutos
asociados a facultades o universidades, así como tampoco a los alumnos de la en-
señai:za secundaria que pertenecen a la misma categoría.
1
" Estando la franja de edad de diecinueve a veinticuatro años de la pobla-
ción francesa en ligero retroceso, de 3.707.000 en 1911a3.420.700 en 1963.
52
La participación de los esiudiantes de diecisiete años o menos represen-
ta menos del 3% de las cifras de la enseñanza superior.
1.7. El origen social de los estudiantes franceses
Cifras por disciplina en valores absolutos. Año universitario 1961-62 -c..:>
NI
~alariados rurales !07 39 146 114 140 454 m 3IJ 545 39 12 51 5 1 12 697 511 1.208
Agricultores
Penonal de servido
1.234
183
608
17
l.842
260
3.112
581
1.395
230
4.507
811
1.586
231
2.229
331
3.815
m
941
IJ6
251
67
1.192
203
162
9
27J
9
m
18
7.035
1.140
4.756
714
11.791
1.854
1
~
[
Obreros 1.125 540 1.665 4.JSJ 1.743 6.096 1.939 2.765 4.704 750 258 1.008 63 125 188 8.230 5.431 IJ.661
Empleados 2.216 1.044 l.260 4.419 2.079 6.498 1.414 2.566 3.980 1.728 757 2.485 176 270 446 9.953 6.716 16.669 ~
o:;
Ouefios de industria o
e
y de comercío 1904 1.908 5.812 8.172 3.787 11.959 4.m 8.141 12.364 3.962 1.469 5.431 176 1.193 1.969 21.0J7 J6.498 n.m ~
Industriales 965 458 l.42J 1.245 m 1.782 1.102 2.352 1454 trj
871 442 IJIJ 111 277 448 4.354 e
¡
4.066 8.420
Niveles medios l.926 1.657 5.m 7.638 4.257 11.895 5.0SJ 10.027 15.080 3.008 1.151 4.159 463 141 1.204 20.088 17.831 H.921
Nr¡eles altos 6.291 l.041 9.m 12.290 7.189 19.479 071 11.420 16.391 8.042 1239 11.281 1.481 2.410 3.891 ll.075 27.229 60.374
Rentista.I, sin profesión 2.464 984 J.448 3.860 1.681 5.541 1.641 2.348 3.989 1.075 348 1.423 164 204 368 9.204 5.565 14.769
Otrai categorías 2.157 1.017 3.174 2J83 1.187 l.570 1.660 2.364 4.024 3.701 1.378 5.079 114
1
136 250 10.0IS 6.082 16.097 ~
Total general 23.607 10.915 34.522 47.122 23.688 70.810 22.950 42.504 65.454 23.382
~
8.930 J2Jl2 3.413 5.368 8.781 120.474 91.405 211.879 ~
~
z
1
Número total
de estudiantes 23.607 10.m 34.m i 47.122 I 23.688 70.8IO 122.950 4H04 65.454 23.382 8.930 32.312 3.413 5.368
.,
8.781 120.474 91.405 211.879
-
~
) 1:
-------------------
134 PIERRE BOURDIEU YJEfü"l-ClAUDE PASSERON LOS ESTUDlfu"lTES EN FRANCIA 135
1.9. Número de estudiantes por cada mil personas activas LAS POSIBILIDADES EDUCATIVAS
clasificadas por categorías socioprofesionales
)l_: I¡
lt
NOTA METODOLÓGICA53
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .¡¡
136 PIERRE BOURDIEU Y JEA.1'1-CIAUDE PASSERON LOS ESTUDIANTES EN FRA.NCIA 137
mos el día de su nacimiento) de acceder normalmente a la enseñanza su- Las relaciones B1 pueden escribirse:
perior, siendo conocida la profesión de su padre.
El estado civil de las generaciones que vieron a cierta cantidad de B1 -_ Bl1 + Bl2 T.-A·~~·. ;t,Rl
...1C' .
sus miembros entrar en la universidad en 1961 proveería, con ciertas
reservas, una respuesta al problema planteado pues se encontraría allí la Siendo B1 la proporción original de la categoría socioprofesional
profesión del padre al momento del nacimiento del niño y por lo tanto nº k, de manera que el número de estudiantes que, a su nacimiento, per-
la distribución por categoría socioprofesional de los niños nacidos vivos. tenecían a la categoría social nº k es:
Habitualmente, las declaraciones de profesión dejan aparecer im-
precisiones siempre peligrosas, pero sobre todo desviaciones sistemáticas
mucho más graves, inspiradas por la búsqueda de denominaciones eufe-
N1 B ~ + N2 B~ + ...... Nk B t
místicas: de estudios actualmente en curso en el Ministerio de Educación
(N, cifras correspondientes de la cohorte)
nacional surge que se deben formular las más expresas reservas sobre el
sea dividiendo por Mk (cifras de las cohortes al nacimiento)
tema de las declaraciones de alumnos del liceo sobre la profesión de sus
padres.
En una sociedad donde la estructura social fuera estacionaría y los
comportamientos lo suficientemente estables en el tiempo, las relacio-
nes A tal como se las define más abajo se acercarían bastante a la proba-
bilidad buscada: Donde
N1
N
k
Nuevos estudiantes provenientes de una cohorte 54 es la expectativa matemática de paso de ka 1 para un hombre que per-
A= tenece a k en la edad en que puede ser padre.
Cohorte de niños provenientes de una categoría
socioprofesional dada
En la medida en que las mutaciones de categorías sociales no pudie-
Son diferentes de las relaciones B ran tener ya lugar después de esa edad se tendría evidentemente:
En compensación, para las categorías en las que el pasaje no es obli- • No teniendo los datos necesarios, no se puede tener en cuenta la
gatorio no podría suceder igual y A f. B. Como no se puede actuar más mortalidad diferencial, de manera que B es sustituida por una rela-
que estimando los órdenes de amplitud, los dos conceptos pueden con- ción un poco más débil, lo que implica un riesgo de encontrarse con
siderarse equivalentes.
una ligera distor8íÓnen' dariálisis diferencial. Un cálculo más pre-
ciso debería llevar a calcular los términos
De hecho, se conoce BKy como mucho se puede aspirar a una esti-
mación de N• ;
Mk
en todo estado de duda el sistema en A no puede ser completamente re- }:Hf
suelto en general (sistema den ecuaciones con n 2 desconocidas).
Las relaciones B son de un valor operacional realmente superior a Siendo S~entonces la tasa de supervivencia promedio de 19 años.
la relación A; son suficientes para determinar la expectativa subjetiva vi-
vida en la época en que nos ubicamos (es decir la probabilidad de acce- B. Los datos del BUS no autorizan por su parte más que un cálculo
der a la enseñanza superior tal como se la puede estimar por medio del aproximativo.
conocimiento cotidiano). En efecto:
Por lo tanto, sólo es posible una estimación de By aun así muy im- • La categoría social de origen está dada por el conjunto de los es-
perfecta: tudiantes y no por el flujo de llegada, de manera que aquellos de en-
tre ellos que hacen estudios más largos (medicina, por ejemplo) apa-
1'
A. Para estimar la distribución de niños nacidos vivos durante un año recen mucho más representados en términos relativos. Se debió
promedio entre 1941 y 1943 (de donde provienen la mayoría de los suponer que la distribución según el origen social de los estudian-
nuevos estudiantes del año universitario 1961-1962) siguiendo la ca- tes inscriptos por primera vez era el mismo que la distribución del
tegoría social de sus padres, utilizaremos: conjunto de los estudiantes.
• una estimación del número de mujeres casadas que pertenecen • La distribución por sexo no está disponible más que para el con-
a cada categoría social y en edad de procrear; junto de los estudiantes. Allí también hemos supuesto que dentro
de cada disciplina esta distribución era la misma para el flujo de lle-
• un indicador de la fecundidad diferencial por categoría social, a gadas y para el conjunto de los estudiantes. Esta hipótesis es bastan-
saber la distribución de la población activa masculina, casada, de me- te cercana a la realidad: las estimaciones brindadas por el BUS (dis-
nos de cincuenta años de edad (de la cual una proporción seguramen- tribución por sexo de los estudiantes inscriptos por primera vez en
te independiente de la categoría social tiene una esposa de menos de 1963-64) hicieron ver que hay proporcionalmente un poco más de
cuarenta y cinco años) corregido por un indicador de fecundidad mujeres en el primer año que en los años siguientes; sin embargo
º
diferencial. En otros términos, se calculará los productos: H 5 x f esta diferencia resulta mínima.
º
H 5 número de hombres activos casados de menos de cincuenta años.
f número promedio de hijos por familia. • Dos categorías dotadas de un peso relativo importante, "rentis-
tas" y "otros", reflejan algunas dificultades particulares.
Hf
M
}:Hf
es la cifra de una cohorte de niños provenientes de una categoría
social correspondiente.
Apéndice'2
Algunos documentos
y resultados de encuestas55
55
Los resultados de encuestas utilizados en este apéndice están extraídos de
los balances integrnles publicados en ediciones Mouton and Cº, bajo el título Les
étudíants et leurs études por P. Bourdieu y ].-C. Passeron.
Del cuadro 2.1alcuadro2.10 y del clJ!ldro 2.21 al cuadro 2.38, la tendencia
más fuerte o las dos tendencias más fuertes han sido destacadas en negrita.
l 1
Estudiantes de filosofia
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ORIGEN
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DE LOS RECURSOS r r SI
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1- + 1- +
CSP
DEL PADRE % % % % % %
····---~
Estudiantes de sociologia
Se ve en los cuadros 2.1. y 2.2. que la participación de Jos estudian- 2.4. y 2.5. El trabajo fuera del estudio
tes q~~ ~btienen sus recursos de una beca o de un trabajo personal (por
Estudiantes de filosofia
opos1c10n a aquellos que viven gracias a la ayuda de sus familias) están .. _..., ....,,.
en función del origen social pero ese vínculo parece más fuerte en Jos
~
grupos de filósofos que en el de sociólogos. TRABAJO NO TRABAJO TOTAL
E % % %
~
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o
u ~ z
::> ~ TRABAJO NO TRABAJO TOTAL
CSP
DEL PADRE % % % % E % % %
La residencia con los padres, que determina una experiencia parti- La participación de los estudiantes que deben trabajar fuera de los
cular de la vida cotidiana y del trabajo, es mucho más frecuente cuando estudios es regularmente decreciente, sea cual fuese la disciplina, a mt>-
el origen social de los estudiantes es más alto. La dependencia más com- dida que el origen social se eleva. Pero como se lo ve comparando a los
pletamente aceptada o más intensamente experimentada suscita entre estudiantes de sociología y de filosofia, esta participación parece, sea cual
los estudiantes que viven con su familia conductas, actitudes y opiniones fuese el origen social, mucho más débil cuando la disciplina es más "tra-
completamente originales. dicional"_
1
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2.7. Los estudios múltiples
2.6. Las elecciones académicas: la sección del primer bachillerato
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No SI TOTAL
Esruo1os s
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CSP
sectores subalternos 56 44 100
DEL PADRE % % % % % %
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Artesanos, comerciantes 45 55 100
Rurales. obreros, 6,8 20,5 16 4,2 52 100
~-·-~-· -- - - ·
Niveles medios 42 58 100
Empleados, niveles
subalternos 20 33 6 41 100 32 68 100
·- Niveles altos
Artesanos, comerciantes 1,5 12,5 48,5 7,8 29,5 100
L.-
148 PIERRE BOURDIEU YJEAN-ClAUDE PASSERON ALGUNOS DOCUMENTOS Y RESULTADOS ESTADÍSTICOS 149
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150 PIERRE BOURDlEU YJEAN-CLAUD.E PASSERON ALGUNOS DOCUMENTOS Y RESULTADOS ESTADÍSTICOS 151 1
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2.1 1. La edad escolar y el origen social
~
EDAD MODAL MEDIANA MEDIA DIFERENCIACIÓN
TIPO
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CLASE ALTA
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1,48
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Rurales, obreros 2,2 6.5 14,4
Empleados 2,8 8,5 18
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20 21 22 23 24 25 26
Clase baja
Clase media .....
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Clase alta
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CUADROS 2.14.A2.18.
2.14. y 2.15. Voriodones en el conodmiento del teatro según lo categoría social del podre y el tipo de acceso o los obras
Estudiantes de licenciatura ~
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OBRAS VISTAS EN e
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Empleados, niveles
-----
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H
subalternos 9 21 24 2 56 lal 14 22 12 8 56 lal 2 1 28 22 ___
3 , 56 4a8
Artesanos,
comerciantes 4 16 17 4 41 4a8 12 18 9 2 41 lal 5 19 14 3 41
-------
4a8
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Niveles altos
7
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13
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116
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lal
lal
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3
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6
3 23
48
29
54
2 58 9a 14
5 116 9a 14
--- e;
Total 34 87 133 38 3 295 4a8 88 110 79 18 295 lal 7 17 125 132 14 295 4a8
· - --- ------ ---- ----- ·-· -- ¡---- --- ----
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N.C.
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1 8 7 3 19 6 8
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11 8 19 "'
Total general 35 95 140 41 3 314 4a8 94 118 84 18 314 lal 7 17 136 140 14 314 4a8
-------
La simple comparación de los promedios muestra que el número de obras vistas en escena se eleva cuando se pasa
de la clase baja a la media y alta. En todos los casos, la media se sitúa de cuatro a ocho, pero un,a parte (un cuarto) de
los hijos de clase alta obtiene resultados superiores al promedio de la categoría y al promedio de la población global.
No hay diferencias sensibles para el acceso al teatro por medio de la radio y la televisión; para todas las categorías
la lectura es el modo más frecuente de acceso al teatro.
-
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Eswdiantes de licenciawra
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1
Empleados, sectores
subalternos, artesanos,
1
comerciantes, niveles
~¡$ 137 88 57 89 57 155
medios 148 94 88
-·----~--~---
!
1
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- ~
Empleados, artesanos,
1,75 4,43 3,73
comerciantes, niveles l,57127
10 51 188
medios 1
11
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o
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Niveles altos
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30 ' 4,86
97
4,68
127
* Efectivo de la categaria.
\,
'I
1
Se percibe aquí con qué fuerza puede actuar el medio socia] de ori-
gen sobre el comportamiento cultural de los estudiantes.
No sólo los promedios de piezas vistas en escena se jerarquizan per-
fectamente según que la categoría social del padre o del abuelo sean más
Clase baja elevadas (flechas gruesas) o según que los dos lo sean al mismo tiempo
Clase media (diagonal del cuadro) sino también, para un valor fijo de cada una de las
. . . . . . . . . . . . . Clasealta dos variables, la otra tiende, por sí misma, a jerarquizar los resultados: di-
cho de otro modo, a abuel-0 equivalente, los resultados tienden a ser mu-
cho más altos cuando la posición del padre es más elevada (lectura por
líneas) y, a padre equivalente, la posición del abuelo tiende también a je-
rarquizar los resultados (lectura por columnas).
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Artesanos,
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Niveles altos 103 63 as lal 37 46 122 46 4a7 s 21 195 30 2SI 4a7
Total 319 181 181 1 al 103 126 339 113 4a7 31 76 495 79 681 4a7
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N.C. 3S 16 7 o 10 8 32 8 4a7 7 13 28 10 58 4a7
Total general 354 197 188 lal 113 134 371 121 4a7 38 89 523 89 739 4a7 8
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Aquí también la simple comparación de los promedios muestra que el número de obras escuchadas en concierto se
eleva cuando se pasa de las clases baja y media a los hijos de la clase alta. La comparación de los promedios indica que el
acceso directo a través del concierto es más raro que el acceso indirecto a través del disco. Por otra parte, para los hijos de
la clase alta, la disufüución entre conocimientos a través del concierto es claramente bimodal: clase Oy clase de "4 a 10"
(un tercio de los individuos de esta categoria tienen un resultado igual o superior al promedio más alto). Se constata aquí
una tendencia característica de la categoria de los h!jos de clase alta: una fracción apreciable de la categoría (un tercio o
un cuarto) se distingue por su alto desempeño del resto de la categoria y del conjunto de la población estudiantil. Esto
parece indicar que los privilegios culturales adjudicados a un alto origen social no funcionan en todos los casos . --
O)
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163
162 PIERRE BOURDIE U Y JEA."'l-ClAUDE PASSERON ALGUNO S DOCUME NTOS Y RESULTADOS ESTADÍSTICOS
2.20. Variación del conocimiento de los compositores según la categoría LA INFLUENCIA DE LA EDAD
socioprofesional del padre CUADROS 2.21.A 2.28.
(número de menciones de un músico* según la categoría socioprofesional) ·{i1 : y 2.2."f la escala política
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de 21 51 29 20 de21
Niveles medios 107 111 104 100 85 80 38 14 19 3 118
años años
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Niveles altos 240 232 221 205 191 167 83 42 33 9 245
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Total 627 626 593 538 467 410 230 104 82 16 673 21a25 15,5 60 24,5 15,5
60 24,5 años i,
años 1
Más Más
* Sea conocido por discos o en concierto. 2 de25 76 22 2
de 25 76 22
años años
Menos Menos
de 21 68,5 31,5 de 21 84
años años
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21a25 21a25
81,5 18,5 80 20
años años 1
Más Más
91 9 de25 67.5 ll,5
de 25
años años
164 PIERRE BOURDIEU YJEAN-CIAUDE PASSERON ALGUNOS DOCUMENTOS Y RESULTADOS ESTADÍSTICOS 165
va de los más jóvenes a los más adultos, decrece entre los sociólogos: in- % % % % % •
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Más Más
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años años
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166 PIERRE BOURDIElJ YJEAN-CLAUDE PASSERON ALGUNOS DOClJMENTOS Y RESULTADOS ESTADÍSTICOS 167
LOS ESTUDIANTES Y LAS ESTUDIANTES 2.33. fJ tipo de obras 2.34. La formación de un repertorio
leídas de títulos
CUADROS 2.29.A 2.38.
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2.39. El origen social de los candidatos admrodos en primer año de facultad (de 1951·52 a 196/..(,2)58
AÑOS 1951-52 1952-53 1953-54 1954-55 1955-56 1956-57 1957-58 1958-59 1959-60 1960-61 1961-62
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24,9 25,9 24,4 24,4 25,0 24,0 25,1 22,0 21,6 21,1 21,0 21,3 20,I 20,1 19,0 19,3¡ 18,9 19,4
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lnteligenuia 46,1 36,0 43,4 39,0 43,6 40,2 43,6 41,0 42,5 43,8 40,6 47,3 52,2 53,9 51,7 50,9 53,0 51,7 54,6 53,T 53,S 52,7
55
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Se ve que a partir de 1957 la participación relativa de los estudiantes de origen obrero (o campesino) <Umítidos en ~
~·
la facult.ad deja de ser sistemáticamente superior a la participación de candidatos de la misma categoría social. Se ve in-
cluso comenzar una tendencia a la reducción del contingente de hijos de obreros y campesinos que entran en la uni-
versidad: de 30 a 27% para los obreros y de 24 a 19% para los campesinos. Se puede señalar, por otra parte, que inclu-
so en el caso de una política que busca favorecer la educación de los sectores populares, el medio rural sigue
relativamente desfavorecido con relación a los obreros: la participación de lós hijos de obJ:"eros admitidos en faculta-
des es regularmente superior a la de los hijos de campesinos mientras que, en la población activa, los trabajadores de
la industria y de la construcción represent.an el 28% y los trabajadores de la agricultura el 48%. 60
58Tomado de Jan SZCZEPANSKI, Socjologicz.ne zagadnienia wyzsugo wyksz.tatcenia 1963.
59La primera cifra indica el porcentaje de candidatos de la categoría con relación al conjunto de candidatos; la segunda cifra, ....
el porcentaje de los estudiantes de la categoría que han sido admitidos con relación al cmtjunto de los caddidatos admitidos. ~
60
Fuente: ROC'l.nik statystycz.ny 1962: Distribución de la población activa en Polonia en 1960.
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170 ALGUNOS DOCUMENTOS Y RESULTADOS ESTADÍSTICOS 171
PIERRE BOURDIEU YJEA.1\1-CIAUDE PASSERON
EL ORIGEN SOCIAL Y LAS POSIBILIDADES EDUCATIVAS 2.41. Las notas obtenidas y el origen social
EN HUNGRIA61 ~ z
PROMEDIOS DE NOTAS OBTENIDAS (') o -o
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CUADROS 2.40.A 2.43. , . , ..
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TIPO DE ESCUELA
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2.40. La proporción de alumnos de segundo nivel y de estudiantes HIJOS DE EJECUTIVOS
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según la categoría socioprofesional del padre "'í.il o
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PARA. MIL FAMILIAS Pequeñas clases de 1 a 4
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4,01 3,40 117,9
(escuela primaria)
CATEGORIA SOCIOPROFESIONAL
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Niveles superiores,
Se ve que las posibilidades de acceso a la enseñanza son regularmen- 49 3 34 6 20 15
intelectuales
te más altas para los hijos de los sectores superiores y que este porcenta-
Otros cuadros medios 34 4 24 12 17 15
je es aún más marcado cuando el grado de educación es más elevado: en
efecto, los hijos de la clase alta tienen dos veces y media más de posibilida- Total de niveles 40 4 28 10 18 14
des de entrar en el liceo y cuatro veces más de entrar en la universidad que Obreros calificados 21 10 13 17 9 19
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los hijos de obreros. Por otra parte, el tipo de estudios secundarios per-
~Clbreros especializados 17 16 11 23 7 19
manece también ligado al origen social, encontrándose que son esencial-
Peones, etc. 8 24 6 29 14 20
mente los hijos de obreros los que realizan estudios secundarios en es-
cuelas técnicas. Total de obreros 17 15 11 21 10 19
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la lengua de la enseñanza se ha utilizado una prueba de vocabulario: los
:E z &: :E z f z /f. z diferentes ejercicios, que han sido construidos a partir del discurso pro-
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Diploma universitario 49 2 41 2 22 10
fesoral, tal como se lo puede observar objetivamente, buscaban explorar
dos dimensiones en el empleo de la lengua. Por una parte varios dominios
Bachillerato 40 1 29 7 16 8 de vocabulario, luego los más educativos hasta llegar a aquellos de la len-
Ocho grados (primaria) 25 8 16 14 13 17 gua concreta o de la cultura libre. Por otra parte, varios niveles de com-
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Menos de 12
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1 45 73,5 54 45 1 42,5
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Si la desventaja debida al origen social es revelada por las orientaciones educativas, es normal que los hijos de los 15
e
niveles superiores obtengan los mejores resultados cuando han recibido la formación más clásica o menos dásica mien-
§
tras que los estudiantes provenientes de la clase b~ja la adquieren en el subgrupo de los latinistas porque sin duda de-
ben de haber cursado latín por una particularidad de su medio familiar y porque, perteneciendo a una categoría don-
§
de esa orientación es menos habitual, han debido manifestar cualidades particulares para recibir esa orientación y
perseverar en ella. Es un fenómeno análogo al que se observa en el subgrupo definido por la formación más clásica,
donde los estudiantes provenientes de la clase baja tienen resultados sensiblemente iguales al conjunto de los estudian-
j
tes que han hecho latín y griego (61,5% contra 62% del conjunto) y ligeramente inferiores a los de los estudiantes de ~
o
la clase alta (73,5%), lo que se explica por el hecho de que se mide en ese subgrupo a la fracción de estudiantes aco- t'rj
modados que han aprovechado por completo su privilegio y sacado todo el partido posible de su orientación educati- ~
~
va gracias a las mil ventajas que procura la pertenencia a un medio culto.
z
2.45. y 2.46. Et manejo de ta lengua según el origen soda/ y la residencia parisina o provincial ¡::
Si se lleva la lógica a su extremo, hay que esperar que la relación entre la jerarquía de los resultados lingüísticos
y la jerarquía de los medios de origen tienda progresivamente a invertirse a medida que la selección de las clases des-
~
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favorecidas se vuelve más rigurosa. Y, de hecho, si, cualquiera que sea el medio al que pertenezcan, los estudiantes pa-
risinos obtienen resultados superiores a los estudiantes de provincias, es entre los estudiantes de origen popular don-
§
de la diferencia es más marcada (o sea, 91 % contra 46%, en lugar del 65% y 59% para la clase alta}, los es,tudiantes ~
originarios de la clase baja obtienen en París los mejores resultados, seguidos por los estudiantes de clase media y los ~
~
estudiantes de clase alta. Para comprender esta inversión de la relación habitual, hay que considerar que la ttmósfera ~
cultural vinculada a la residencia parisina está asociada por una parte a ventajas lingüísticas, por otra a una;selección ~
más rigurosa. Si se definen en valores relativos(+ o-) las ventajas lingüísticas que se deben al medio familia~y el rigor e
~
de la selección en los diferentes casos, se ve que alcanza con componer esos valores para dar cuenta de la jerkrquía de ¡;
los resultados en el ejercicio de la lengua. (Véase página siguiente.) o
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PARIS PROVINCIAS TOTAL
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Clase media
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-- o -+ --
Clase alta
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+ - e
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Los + y los - definen los valores relativos que sitúan, con relación al fenómeno considerado en una columna, la posición respectiva de los tres
grupos, definiendo el O la posición intermedia.
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2.47. B manejo de la lengua según el sexo y el tipo de formación escolar
Los porcentajes están calculados por columnas; se ha subrayado la tendencia más fuerte por línea en cada una de las tres divisiones. q
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~
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Hasta la aparente excepción está comprendida dentro de la lógica de la relación entre el grado de selección y el
grado de éxito. Mientras que los varones que no han hecho ni latín ni griego,"<:> sólo latÚ1, obtienen resultados supe-
riores a las chicas con la misma formación, son las mujeres las que obtienen los mejores resultados en el grupo de he-
lenistas (64% de enlre ellas contra 57% de los varones que obtienen una nota superior a la media). Esta inversión de
la diferencia habitual se explica indiscutiblemente por el hecho de que las mujeres tienen menos posibilidades que los
varones de recibir esta formación, de manera que quienes la reciben se encuentran por eso más seleccionadas que
los varones con la misma formación. ::¡
-- _.,,.,,,_
2.48. y 2.49. El manejo de la lengua según el sexo y el origen social
Si se definen, aquí también en valores relativos, las ventajas lingüísticas que se deben al origen social y a las tasas
-
~
de selección que implican, para los sujetos de cada sexo y de cada clase social, la entrada a la universidad y, en segunda
instancia, a la facultad de letras, se ve que alcanza con componer esos valores para explicar la jerarquía de los resulta-
dos obtenidos por cada grupo en el ejercicio de definición.
"--·· .. ~
SELECCIÓN SELECCIÓN NIVEL LINGÜISTICO
EN EL INGRESO EN EL INGRESO EN LA
--
1
EN LA UNIVERSIDAD FACULTAD DE LETRAS
---------
Varones + + +
Clase baja
-- -
--
Mujeres ++
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Clase alta
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Mujeres
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ALGUNOS DOCUMENTOS Y RESULTADOS ESTADÍSTICOS 181
180 PIERRE BOURDIEU YJEAN-CIAUDE PASSERON
ción relativa del reclutamiento observable entre los años 1960 y 1965: el -----~---
73,0 27,0
Agricultores 51,5 20,0 28.S
porcentaje de hijos de obreros ha pasado en esas facultades del 8,5% al
59,0 5,5 35,5 80,0 20.0
15% mientras que, durante el mismo periodo, pasó del 7 al 11 % en el con- Obreros -------· ...
junto de la enseñanza superior. Pero no se podría explicar completamen- 46,0 11.S 42.S 68,5 31.S
Empleados ----
te ese fenómeno haciendo abstracción de otras carreras académicas que 1 . 32,0
17,5 42,5 68.0
se ofrecen a los científicos, comenzando por las clases preparatorias en las
ArT..y com.
Niveles medios
"°·º
-·--
35,0 10.S 54.S 63,0 37.0
--
grandes escuelas. Si los hijos de obreros, cuyas posibilidades de acceso a _.,.~------- ·---~-----
grandes escuelas donde no representan más que el 6% de los alumnos; y 7,5 12.0 80,5 16,5 83,5 1
Profesores
en las mismas grandes escuelas su representación es aún más débil: 1,9%
en la École Normale supérieure y el 2% en la École polytechnique. Así, el
carácter aparentemente más democrático del reclutamiento de las facul-
tades de ciencias disimula en realidad un efecto de relegación. Por otra parte, el engranaje que lleva a los alumnos provenientes de
clase baja a la relegación en las facultades de ciencia: es puesto en mar- 1
cha desde el momento de su entrada en sexto: lo mas frecuente es que 1
2.5 1. El origen social de los estudiantes de dencios en los diversos sean condenados al GEG, es decir casi automáticamente a la sección mo-
establecimientos de enseñanza superior derna, donde no tienen otro recurso que esforzarse por vivir una elección
forzada como vocación. 1
FACULTAD CLASES ENS
DE CIENCIAS Pl\EPARATORIAS CIENCIAS
1
(1964-65) (1963-64) (1965-66)
% % %
··--
' 64
i!Í 2.53. La sección en lo facultad según el origen social Índice de temas y de nombres
SPCN MPC MGP
% % %
Agricultores JI 45 24
Obreros 23 49 28
Empleados 24 49 27
Art.ycom. 24 47 29 A B
Niveles medios 25 41 34
Acumulativos (ventajas y desventajas), BE&'ISTEIN (B.),28-29.
Docentes 23 40 37 Bibliografía, 95, 110-111 (v. Técnica
29, 41, 74.
Niveles altos 24 39 37 Aculturación, 39 (v. Aprendizaje). del trabajo intelectual).
··- ~·-···-· ~··~-·~
Bimodal (distribución), 34, 155, 161
~.
·-··~-·~
63 64 Las páginas a las que remite este índice pueden tratar del tema sin contt·-
Cf. M. DE SAINT-MARTIN y L. bajo la direc-
OOLTANSKI, R. CASTEL, M. LEMAJRE
ción de P. BOUllDIEU, ús étudiants en sciences du premier cycle, París, CSE, 1966. ner la misma palabra que la designa aquí.
1
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¡ 1
_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .¡
184
PIERRE BOURDIEU YJEAN-CLAUDE PASSERON
ÍNDICE DE TEMASYDE NOMBRES 185
pulares, 34, 79-80, 94, 106-107, dase, 32-33, 35, 38, 39-40, 41, 50,
109, 113; medias, 36-37, 39-41, Desventaja (social), 22-23, 26, 36, 104- Edad escolar, 26, 150-152, 163 (edad
110, 113; ideología de la, 69; desi- 107, 109-110; cultural, 19, 21-22, educativa).
79-80; altas, 31-35, 56-57, 70-71,
gualdades frente a la , 22, 33-36, 28-29, 39-40, 44-45; (v. Legado Educación, 50-51 (V. Sistema de ense-
77, 94, 106-107; relación con la, de 38, 39-40, 114; relación con la, 33-
origen, 37 (v. Ethos de clase). cultural); aicíl11i' ae la, 28; "32. ñanza).
35, 37, 40, 76. 1 '
Comodidad, 36 (v. Criterios del juzga- Clase magistral, 88, 11 l. Determinismos sociales, 33-34, 44, Elección educativa, 146;forzada, 28,
68, 77, 108 (v. Origen social); 29-30; (v. Relegación).
1! miento profesora!, seguridad). Curva (pendientes de la), 105 (v. Éxi-
primarios e inducidos, 29 (v. Acu- Envejecimiento (educativo), 26 (v.
Complicidad (entre profesores y estu- to); del itinerario cultural, 35 (v. mulativos). Edad educativa, precocidad).
:¡ diantes), 68-69, 85, 86-89, 95. Relación con la cultura).
Devoción cultural, 36 (v. Práctica cul- Erudición, 33-34, 64.
1
Compromiso, 31, 71-73, 92-93.
Concurso general, 66-67. tural). Escolarización (tasas de, según los de-
Condición (estudiantil) 27-28, 49-58, CH Diferenciación (del medio estudiantil) partamentos), 42; evolución de
79, 84, 92-93; relación con la, 60- 13, 22-30, 58, 42, 77, 79; volun- las tasas de, en la enseñanza su-
63, 75, 88; representación de la, CHÁTEAU ú.), 68. tad de, 62, 70-73, 75-77. perior, 132; moralidad educati-
76-77 (v. Diferenciación, inte- Dilapidación (de la herencia), 42; (v. va y origen social, 22-23; (v. Eli-
gración, irrealidad, juego, so- Bimodal, utilización de la he- minación).
ciología, simbólica). rencia). Escuela de pensamiento, 26.
D
Condiciones de vida (de los estudian- Diletantismo (de los estudiantes), 31, Esencialismo, 68-69, 75, 106-108.
tes), 27, 73, 79, 90-91, 143-145. 34,41,71, 73,87, 148. Espacio (de la vida universitaria), 53-
Demagogia, 105.
Conformidad a las exigencias acadé- Democratización, de la cultura, 37; de Disciplina (diferenciación según las), 54; literario, 62-63.
micas, 64-67 (v. Dependencia). 55, 89; (v. Porvenir, Facultad); Estancamiento (escolar), 21, 30; (v.
la enseñanza, 114 (v. desigual- de refugio, 20-21. Desventaja, relegación).
Conformismo, 60-61; del antíconfor-
dad, racionalización de la peda- Disenso, 72; (v. Consenso, voluntad Estudiantes: V. Facultades, letras, ori-
mismo, 71-72, 73 (v. Condición gogía); del reclutamiento, 77-78,
estudiantil, consenso). de diferenciación). gen social; y las estudiantes, 18,
105, 110.
Consenso, 72-73, 93. Disertación, 69, 111. 19, 20, 59, 90-94, 127-129, 166-
Dependencia (educativa), 31-33, 34-
Conservadurismo 85; de los profesores, 1' Docilidad académica, 92, 94 (v. De- 168; parisinos y provincianos, 41-
35, 42, 54-55, 64-68, 74-75; delos
54, 85, 88, 95, 107-108; de los es- pendencia, modelo del rol fe- 42, 56-57, 59, 70-71, 73-76, 119-
estudiantes, 32, 91-92, 93-94; estí- menino). 120.
tudiantes, 95, 97-99.
mulo a la , 96; respecto de la f ami- Docimología, 112-113 (v. Pedagogía Ethos (de clase), 33-34, 38-41, 108-
Cooperación, 53-54, 63. lia, 27, 30.
Costos (del sistema), 98; análisis de los, Desenvoltura, 71, 74 (v. Diletantismo). racional). 109; de la competencia, 54, !"1!J.
111. Don (intekctual), 29-31, 38, 40-41, 45, Etnocentrismo cultural, 40-41, 107-
Desigualdad (es) (naturales y socia/,es),
Crisis de la enseñanza, 75 (v. Utopía). 88, 96-97, 103-104, 105, 106-111; 108.
29, 45, 103; (v. Clase, don, ori- (v. ideología carismática); (do-
Criterios (del juicio profesora[), 36, 40, Exanien,35,57,68-69,103,105, 109;
gen social, privilegio cultural); nes) femeninos, 91; (v. Modelo
69, 113; disimulación de los, 96. actitudes de los estudiantes respecto
real e igualdad forma~ 34-45, 58, del rol femenino).
Cultura, 35, 37, 84, 88 (v. Acultura- de, 87, 96-97; racionalización del,
103-106, 111; ante la educación, 113.
ción, carisma, herencia cultu- 13-14, 44-45, 109; (v. Posibilida-
ral, privilegio cultural); libre, 32- Existencialismo, 23, 26.
des); redoblamiento de la, por la
36, 50, 64-65; académica, 34, E Éxito (educativo), 28-29, 40, 42, 171-
educación, 45, 109.
37-38, 80, 110, 113; educativa, Destino (social), 43; elección del, 108- 172 (v. Origen social); educativo
34-35, 39, 41, 58, 110, 114; de Eclecticismo, 31, 32-33 (v. Diletantis- como confirmación del "don", 41,
109.
mo). 106-109 (v. Don); educativo como
t .,
187
ÍNDICE DE TEMAS YDE NOMBRES
186 PIERRE BOURDIEU YJEAN-CIAUDE PASSERON
miento).
_________....,__________________
1
1
: í,
189
188 ÍNDICE DE TEMAS YDE NOMBRES
PIERRE BOURDIE U YJEAN..Cl AUDE PASSERON
Simbólic a (conduc ta), 31, 49-52, 54, Tradició n (de la universidad francesa),
PÉGUY (G.), 41, 95. R
61, 76; transfiguración, 62-63, 66- 54, 65; tradiciones estudiantiks, 52-
Personal ismo, 23, 26. 54; fines tradicional.es, 88, 90; erue-
Pintura, 33-35 (v. Cultura libre). 67; rendimiento, 71.
Raciona lidad (y racionalización), 83- iíanw tradicional, 84-87, 113,114.
Sindicali smo, 26, 7¡~72;- 92-93,"1'49,
Política, 26, 45, 63, 70-73, 92, 163, 86; conducta racional; racionaliw- Trotskismo; 71-72 (v. Consens oyjue-
165, 167-168. ción de la pedagogía, 98-99, 111, 165, 167.
Sistema (institución educativa en tanto go).
Populism o, 109-110. 114; (v. Pedagog ía); distancia Tipo ideal (de la conducta racional) 83;
Porveni r (objetivo para una categoría con la racionalidad, 85-95. que)' 66, 88, 97; de enseiía11W (ló-
gica del), 29, 44-45, 54, 59, 66- del diletantismo, 71; del estudiante
social) (v. Posibílidades); profesio- Relación pedagóg ica, 85; disimetría de tradicional, 77; del homo academi-
71, 84-84, 88, 95-96, 97, 104-107.
nal, 49, 71, 79, 86, 89, 91-95; se- la, 97; rendimiento diferencial de cus, 67; de la enseñanza tradicio-
gún la disciplina, 55, 89-90; se- los tipos de, según el origen social, Sociolog ía (e ideología), 76-78; estu-
diantes de, 31, 89, 143-149, 163. nal, 98-99.
gún el sexo, 91-94; según el orígen 111-112.
social, 40, 44, 94; relación mistifi- Relevo (mecanismos de), 29 (v. Len- Subsidio s de estudios , 45 (v. Ingre-
cada con, 67-68, 92-93. gua). sos).
SZCZEPANSKI ú.), 169. u
Posibilid ades (de acceso a la enseñanw Relegaci ón (en una disciplina) 14, 21,
superior) 13-22, 43-44, 135-139, 22-23.
Utopía, 59-60, 75-76, 83-85, 98.
169-170; y esperanza subjetiva, 19; Religión, 23-26, 58, 163-164.
en Polonia y en Hungría, 169-170; Resignación, 59. T
(v. Porvenir, clases sociales). Retórica, 75-76, 84, ll O.
Tecnocr ática (enseñaTIW), 114. V
Práctica cultural, 32-45, 155-162 (v. Ritos (ritual), 55, 96, 111; lamentación
Cultura libre, incitació n cultu- ritual, 104. Terroris mo conceptu al, 59; (v. Uto-
pía). Vanguar dismo (político y estético), 71
ral, origen social). Rutina, 64, 70. (v. Diletanti smo).
Precocid ad, 29, 67; (v. Don, ideolo- Tercer Mundo (paises del), 31 (v. Exo-
tismo intelectu al). Virtuosis mo (proeza) , 41, 88-89, 110-
gía carismát ica); orientaciones 112.
precoces, 29, 107 (v. Carrera edu- s Tiempo (universitario), 50-53.
12, 21-22, 31, 67-68, 89, 92.
cativa, desventaja). Trabajo (colectivo); 54 (v. Grupo); in- Vocación,
Sacralización (y desacralización) 74 (v.
telectual (represe ntación del),
Privilegio (cultural), 41-42, 73, 104,
40, 54, 84, 89, 95, 106, 112; téc-
106-108 (v. Herencia cultural) ; Juego intelectu al).
nicas de, 31, 92, 95, 112;jitera de W
acción del, 35-36; perpetuación del, Segurida d, 97.
los estudios, 26-27; de lo negativo,
44-45 (v. Legado) . Segurida d estatutaria, 35 (v. Relación WEBER (M.), 99.
85-88 (v. Magia).
Probabil idades (objetivas, condiciona- con la cultura, cultura de clase).
les) 14-19; (v. Posibilidades). Selecció n (desigualdad de la), 14 (v.
Profecía (wgica de la), 108. Carrera educativ a, origen so-
Profesores: 53-54 V. Expectativas, cri- cial); fanción de, 105, 114-115;
terios de juicio, carisma, com- principio de, 104-105.
plícidad , conserva durismo , et- Seriedad , 34, 76 (v. Ethos de clase);
nocentri smo, pedagog ía. espíritu de, 36-37, 40-41; de la con-
Profcsíón, 71, 86, 93 (v. Porvenir ). dición de estudiante, 79-80; (v.
Propiciatorios, 96 (v. Magia, ritos). Porvenir ).
Sexo, 72 (v. Los estudian tes y las es-
tudiante s).
pierre bourdieu
jean-claude passeron
los herederos
En este libro, publicado originalmente en 1964, los autores
abordan el tema de la construcción de poder y los mecanismos
de dominación en el ámbito de la cultura. Y lo hacen empleando
una metodología en la que confluyen la indagación empírica
con la crítica política y social en un enlace de proporciones justas.
ISBN 978-987-629-067-8