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- Informarse y observar
El acoso suele producirse fuera del aula (por ejemplo, en la hora del recreo, en los pasillos,
en los baños, en el autobús escolar, así como a través de teléfonos móviles y ordenadores,
donde la supervisión es limitada o ausente), y, tanto profesores como directores, deben ser
conscientes de su importancia y gravedad.
Si un profesor presencia una situación de acoso dentro del aula, debe intervenir y detenerla
inmediatamente, reportando el incidente al director del centro, de cara a su investigación. No
es recomendable mantener una reunión conjunta con el acosador y el alumno acosado, dado
que la misma puede ser resultar intimidante y embarazosa para este último. Sí es
importante transmitir la idea a los alumnos de que admitir estar padeciendo bullying o ser
testigo de que otros lo hayan sufrido, no significa “delatar”.
Los estudiantes pueden informar a los adultos sobre lo que está sucediendo, mostrándoles
también las nuevas tecnologías que se suelen utilizar para intimidar. Padres, profesores y
directores pueden ayudar a los alumnos a adoptar conductas positivas, enseñándoles
habilidades para poder intervenir cuando se produzca una situación de acoso. Los
estudiantes mayores pueden servir como “mentores” e informar a los más jóvenes sobre
prácticas seguras en Internet.
Los centros educativos y las aulas deben ofrecer a los estudiantes un ambiente de
aprendizaje seguro. El personal educativo debe recordar de forma explícita que el bullying no
se acepta en la escuela y que tal comportamiento tendrá consecuencias. Por ejemplo,
redactando un documento contra el bullying, firmado tanto por alumnos como por
padres/tutores.
Asimismo, el personal educativo puede facilitar las relaciones sociales de aquellos alumnos
que tienen dificultades para adaptarse o hacer amigos, encomendándoles “tareas” a realizar
durante el almuerzo y el recreo, evitando así que no se sientan aislados o en peligro de
convertirse en víctimas de la intimidación.
- Observe a su hijo para detectar señales de que podrían estar padeciendo bullying
Los niños no siempre reconocen que están siendo acosados. Hay ciertas señales indicativas,
tales como ropa rasgada, reticencia a asistir a la escuela, disminución del apetito, pesadillas,
llanto, síntomas depresivos o ansiedad. Si descubre que su hijo está siendo acosado, no le
aconseje que lo deje correr o que trate de aguantar; es recomendable conversar
abiertamente para conocer lo que realmente está sucediendo en la escuela y así tomar las
medidas apropiadas para rectificar la situación. Lo más importante es hacer saber a su hijo
que va a ayudarlo.
Escenificar situaciones en casa, donde su hijo aprende a ignorar un acosador escolar y/o
desarrollar estrategias asertivas para hacer frente a la intimidación. Anímele a identificar
profesores y amigos que pueden ayudarle si está preocupados por el acoso.
Eduque a sus hijos sobre el ciberacoso, enseñándoles a no responder y/o reenviar correos
electrónicos amenazantes. Configure los filtros adecuados en el ordenador de su hijo. Si el
ordenador de la familia es el único equipo disponible para los niños, colóquelo en un lugar de
la casa donde sea visible. Si usted decide entregar a su hijo un teléfono móvil, piense
cuidadosamente si le permitirá tener una opción de cámara. Puede establecer también un
horario de uso del teléfono, por ej., dejándolo guardado durante la noche, para evitar así que
pueda recibir mensajes desagradables o sea intimidado en esa franja horaria.
Eduque a sus hijos sobre el bullying. Es posible que el perpetrador esté teniendo dificultades
para “leer” las señales sociales y no sepa que lo que está haciendo es perjudicial. Recuerde a
su hijo que el bullying puede tener consecuencias legales.
Los niños con baja autoestima suelen intimidar para sentirse mejor ellos mismos. Incluso los
niños que parecen populares y muy queridos puede tener conductas desagradables con sus
compañeros; este tipo de comportamiento debe ser corregido por los padres.
Estudiantes
- Informar del bullying y el acoso cibernético
Es importante para los estudiantes que informen de cualquier tipo de acoso, a un padre o un
adulto de su confianza. A menudo los niños no denuncian el acoso cibernético porque temen
que sus padres les requisen el teléfono y/o el ordenador. Es fundamental que los niños
tengan en cuenta que el bullying es malo y debe ser manejado por un adulto.
- No devolver el acoso
Evitando mostrar enfado o disgusto, mantener la calma y decirle al agresor que deje de
intimidar, o simplemente marcharse.
- Eludir la soledad
Cuando se está padeciendo acoso escolar, evitar, siempre que sea posible, situaciones donde
no haya otros estudiantes o profesores presentes, tratando de permanecer con amigos o en
grupo.
La APA reitera en este punto la trascendencia de informar a los padres, profesores o director
si se está padeciendo bullying o conoce a alguien que esté lo sufriendo.
La Asociación concluye su artículo recordando que aquellos estudiantes que sufren bullying
pueden llegar a sentirse abrumados, deprimidos o ansiosos, y recuerda que, ante una
situación de esta índole, es aconsejable acudir a un profesional de la Psicología, cuya
preparación le capacita para ayudarles a desarrollar la resiliencia y la confianza, y a alcanzar
un exitoso desarrollo social y académico.
Fuente: APA