Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
Palacino, profesor de Matemáticas y actuario de seguros, una especialidad que se encarga de calcular
los riesgos y las proyecciones financieras, estructuró un modelo basado en la integración vertical,
gracias al cual conformó un conglomerado de 26 empresas, entre clínicas, cooperativas, laboratorios y
compañías de salud que operaban no solo para beneficiar a los casi cuatro millones de usuarios que
tiene en la actualidad, sino, al parecer, para favorecer a su casa matriz. Las dudas, que esta semana
se multiplicaron, tienen que ver con el beneficio que hayan sacado Palacino y otros ejecutivos de la
EPS de este esquema de desarrollo cooperativo.
Lo que muchos no entienden es cómo una empresa que nació con un capital de 2.700 millones de
pesos aportado por varias cooperativas, que en 2009 llegó a ser considerada por el Boston Consulting
Group una de las cinco multinacionales colombianas que hacían parte de las cien empresas más
grandes de Latinoamérica, y que tuvo tanto dinero hasta para comprar un colegio y adecuar un campo
de golf, perdió su rumbo y pasó de ser ejemplo de desarrollo a poner en jaque a todo el sistema de
salud en Colombia. ¿Qué hizo Carlos Palacino para pasar de héroe a villano?
Desde sus primeros años en el Líbano, Tolima, siempre fue un soñador y un hombre ambicioso.
Mientras que a comienzos de los años noventa empresarios como Luis Carlos Sarmiento Angulo
decidieron meterse de lleno en los negocios de pensiones y riesgos profesionales, pero no invertir un
solo peso en la salud, tal y como se lo recomendaron varios expertos, Seguros La Equidad contrató a
Palacino en 1994 para estudiar la posibilidad de crear una EPS solidaria. El informe fue tan positivo
que él mismo se encargó de reunir el aporte de capital de más de veinte cooperativas para darle vida a
SaludCoop. Desde ese momento, Palacino estructuró la ruta para convertirla en la mejor de su sector
e hizo todo lo posible para volverse el zar de la salud. Lo increíble es que lo logró.
La estrategia inicial se enfocó en afiliar y atender a personas de ingresos medios y bajos, donde había
un mayor potencial de crecimiento. Por eso, comenzaron a aparecer oficinas blancas en ciudades
pequeñas y pueblos. SaludCoop contrató una fuerza de ventas lo suficientemente grande para captar
rápidamente a los usuarios descontentos con el servicio del Instituto de Seguros Sociales. De igual
manera, empezó a aliarse con cooperativas o pequeñas empresas de salud. Con este fin definió
estándares de calidad para lograr la lealtad de sus usuarios. Por ejemplo, estableció que las citas
médicas debían concederse como máximo en 24 horas y las odontológicas, en 72.
Para 2003, cuando ya estaba entre las EPS más grandes del país, Palacino, quien ya ejercía su
influencia en el sector, enfocó a SaludCoop hacia las grandes ciudades. Gracias a su generosa
chequera, adquirió la EPS chilena Cruz Blanca con sus 560.000 afiliados. Y, un año después, compró
Cafesalud y sus 650.000 afiliados, lo que le permitió tener un patrimonio de 240.000 millones de
pesos. Esas dos han sido las transacciones más grandes y costosas en el sector de la salud. En diez
años, el pequeño grupo de cooperativas había multiplicado su capital casi por cien.
Con este respaldo, a partir de 2005 SaludCoop empezó a destinar recursos para continuar con la
adquisición de clínicas y hospitales, además del montaje de otras cooperativas para seguir cubriendo
sus servicios. En muchas ciudades, centros médicos, clínicas y hospitales tuvieron que trabajar bajo el
control y regulación de sus tarifas. Y, según denuncias que llegaron a la Supersociedades, llevó a
muchas empresas al borde de la quiebra para comprarlas o para llevarlas al cierre. De hecho, las
primeras alertas contra este grupo aparecieron en 2004, cuando la Superintendencia de Salud y la
Dian, con el apoyo del vicepresidente Francisco Santos, hicieron una profunda auditoría que acusó a
SaludCoop de evadir impuestos y de adquirir empresas en Colombia y en el extranjero con recursos
de la salud. Tras un gigantesco pleito, el grupo se vio obligado a dejar sus activos en Ecuador,
Panamá, República Dominicana, pero no sus prácticas comerciales.
Así, entre los activos de SaludCoop empezaron a figurar la Clínica de Armenia, la Juan Corpas, la
Clínica Martha, la Clínica Pamplona, la Clínica Santa Cruz de la Loma y otra serie de empresas como
ópticas, consultorios odontológicos y farmacias, entre otras. Al cierre de 2006, SaludCoop había
aumentado su patrimonio a 362.000 millones de pesos y registraba ventas por 1,3 billones de pesos.
Era ya la primera EPS del país.
Las dudas sobre su crecimiento volvieron a aparecer en 2009, cuando la Supersalud descubrió que,
entre 2004 y 2008, la EPS había destinado 318.250 millones de pesos para adquirir y construir
clínicas, hospitales e infraestructura con recursos que eran de la salud y no, como alegaba el grupo,
con utilidades de su operación. De igual manera le ordenó atender con su propia caja el pago de
308.958 millones que les adeudaba la EPS a los bancos y acreedores, cifra muy similar a la deuda de
hoy en día con el sector financiero, que asciende a 300.000 millones de pesos. En total, el ente de
control y vigilancia encontró un faltante del orden de 627.000 millones de pesos, monto que había que
llevar a la caja de la empresa, lo que significaba que SaludCoop que ya operaba como una holding
de salud no tenía otra alternativa que pensar en vender la mayoría de los activos que había
adquirido en los años recientes. Ahí se intensificaron los vacíos contables, y la integración vertical
empezó a ser demasiado costosa de mantener.
La decisión del entonces superintendente, Mario Mejía Cardona, desató una guerra jurídica entre
SaludCoop y su poderoso pool de abogados contra el gobierno. Incluso el entonces presidente, Álvaro
Uribe, tuvo que salir a respaldar la decisión del Estado. Aunque impugnada, la medida de la
Supersalud obligó a SaludCoop a no usar los excedentes que le quedaban de la UPC, aportes o pagos
que hacían sus usuarios para ser invertidos en infraestructura, inversiones y donaciones.
Personajes como el senador Jorge Robledo y algunos economistas de la Universidad Nacional creen
que las restricciones de estos recursos y la presión de justificar unos faltantes de caja llevaron a la
EPS a buscar, a través del aumento de recobros al Fosyga y el cobro desbordado de medicamentos,
sus fuentes subterráneas de financiación para mantener todos los negocios del grupo a flote.
SaludCoop intensificó sus recobros al Fosyga, no solo por tratamientos no incluidos en el Plan de
Salud, sino en el cobro de medicamentos esenciales, tal y como lo denunció la Universidad Nacional.
Muchos creen que el grupo SaludCoop tuvo que ver con la emergencia social decretada por el
gobierno Uribe en 2010 para salvar el sistema de salud.
La llegada del gobierno de Juan Manuel Santos y la alarma que encendió su equipo por la crisis en la
que estaba la salud llevaron a que todo el Estado, incluidos los organismos de control, trabajaran en
llave. De ahí las múltiples investigaciones y acciones que en menos de ocho días dejaron en evidencia
el cartel del Fosyga y de otros que se tomaron la salud. Aunque también terminó por desencadenar la
intervención de SaludCoop.
Al tomar el control de la EPS más grande del país, la Superintendencia advirtió que lo hallado en una
auditoría en marzo era tan grave que la intervención y la salida de su presidente y representante legal,
Carlos Gustavo Palacino, se hizo porque «de acuerdo con la situación actual en la que opera
SaludCoop, hay un riesgo inminente, no solo en la prestación de los servicios de salud ofertados a sus
usuarios, sino también a la estabilidad financiera de la empresa y del sistema de salud. Si a esto se
suma, sin lugar a equívocos, la existencia de graves inconsistencias en la información suministrada, se
desprende que a la Superintendencia no le quedaba otra opción que actuar de inmediato para proteger
la salud y la vida de los usuarios».
En su visita y en su primer informe, que no fue respondido por SaludCoop, se encontró que la entidad
tiene entre sus activos contables cuentas por cobrar al Fosyga por 346.000 millones de pesos, de los
cuales 85.432 millones son cartera superior a los 360 días. «Se puede concluir que las deudas de
largo plazo son el 61 por ciento de los activos y que las obligaciones de corto plazo pueden llegar al 94
por ciento. Eso hace que la EPS no tenga capital de trabajo para dar cumplimiento a sus obligaciones,
lo que impide garantizar la prestación de los servicios a los usuarios», dice la Superintendencia.
A diciembre, el grupo tenía obligaciones con entidades financieras por 260.000 millones, había girados
8.013 cheques que no han sido entregados a los proveedores y acreedores por 270.000 millones de
pesos, «con el fin de distorsionar la realidad económica del grupo». En un escueto comunicado que
emitió tras su destitución, Palacino dijo que la crisis del grupo se debía a la mora en los pagos del
Fosyga. Sin embargo, al hacer el análisis financiero, para los investigadores quedó claro que había un
problema estructural en el grupo que ni con el pago total de los recobros, cosa que era absolutamente
imposible, hubiera garantizado el equilibrio. Por ejemplo, en 2010 SaludCoop pidió en recobros
509.885 millones al Fosyga, pero solo le fueron aprobados 302.000 millones.
Esta situación está en línea con la advertencia hecha por la Superintendencia de Industria y Comercio
cuando denunció que en torno de la Asociación Colombiana de Empresas de Medicina Integral
(Acemi), que agrupa a 14 de las mayores EPS, se había creado un cartel que permitió convertir los
recobros al Fosyga en una fuente de financiación. Y las evidencias contables de SaludCoop ratifican
esta teoría. Lo increíble es que, mientras que el grupo tenía problemas de liquidez, a muchos
proveedores les debían cuentas por encima de 180 días, y enfrentaba procesos de embargo judicial
por unos 12.000 millones de pesos por mala paga, la EPS hizo inversiones por 220.000 millones en
otras empresas -incluso en el exterior- y fideicomisos. Además, tenía promesas de compraventa de
clínicas e instituciones por 71.363 millones.
Lo increíble de toda esta historia es que, a pesar de que desde hace diez años había alertas y
denuncias por el crecimiento desmedido de SaludCoop, y en el sector era un secreto a voces las
conductas non sanctas de Palacino, los organismos de control prácticamente no hicieron nada. Se
habla de su cercanía a más de 35 parlamentarios, de financiación de campañas y partidos, y de tener
un destacado grupo de asesores que blindaron la rápida expansión. «Así como SaludCoop creció
usando las zonas grises que había en el complejo sistema de salud, Palacino también se movió en
estas zonas para crecer y enriquecer al grupo y, a la vez, hacer negocios propios. Esas jugadas
siempre fueron legales y blindadas por sus abogados, pero ahora parece que en algunos casos pudo
haber cruzado la línea de la ilegalidad», dijo un proveedor que ha estado con él muchos años. Incluso,
esta semana empezaron a salir denuncias sobre extrañas cercanías de funcionarios con el grupo
solidario. SEMANA trató de hablar con Palacino insistentemente, pero prefirió guardar silencio.
En 17 años, Palacino edificó un imperio cuyos cimientos tiemblan en la actualidad. Habrá que esperar
qué otros hallazgos determina la labor de intervención que empezó esta semana y qué futuro penal o
disciplinario le acarrearán estos a Palacino, quien terminó de la peor manera una ambiciosa historia
empresarial que pudo haber tenido otro rumbo, pero que, en cambio, agravó el cáncer que padece la
salud en Colombia. Bien dice el senador Robledo: «Por donde se le haga presión, a la salud le sale
pus», y SaludCoop es la herida más grande y reciente de un escándalo que apenas comienza.
EL ESPECTADOR
Caso Saludcoop
Concluyó la primera etapa del proceso contra la EPS. Se dictamina que se desviaron recursos de la
salud superiores al billón de pesos.
Durante casi un año las autoridades escudriñaron entre documentos, testimonios y cifras e hicieron
múltiples visitas para establecer y cuantificar con precisión qué pasó realmente en el escándalo más
sonado de las dos últimas décadas en el sector de la salud: la intervención de la EPS más grande del
país, SaludCoop. Como resultado de ese trabajo se acaba de establecer que por la presunta
desviación de recursos y sobrecostos en medicamentos, el Estado sufrió un daño patrimonial que
asciende a más de un billón de pesos.
La indagación en Salucoop arrancó el 4 de abril de 2011. De inmediato se ordenó una visita especial a
la presidencia, así como a las compañías Efectiva y Audigroup. Se hizo después una de la
Superintendencia de Salud, a la empresa IAC Jurisalud. Luego vino la inspección al Condominio Villa
Valeria. Posteriormente, se hicieron nuevas visitas a la EPS y a otras de sus subsidiarias y se recopiló
abundante documentación. El 20 de octubre se cerró la indagación preliminar y el 28 de diciembre se
expidió el auto fiscal.
En concreto, y para citar algunos casos, se detectó que $17.140 millones de la salud fueron invertidos
en un software para la empresa filial de la EPS Heon Health, pese a que la propia SaludCoop ya lo
había desarrollado y entregado a la misma Heon. En pago de honorarios a abogados, asesores y
consultores se destinaron, de manera indebida, $23.624 millones.
En la cancelación de intereses para cubrir faltantes de caja de la EPS también se giró otra cifra muy
significativa. Fueron $220.277 millones de destinación específica a actividades de salud que se
utilizaron en una actividad no permitida. Las investigaciones dan cuenta, además, de que se
destinaron otros $462.057 millones en inversiones distintas a la finalidad del aseguramiento.
Entre 2006 y junio de 2011 se detectó también un inusual movimiento de dinero en efectivo en los
proyectos y las promesas de compraventa de las clínicas Bogotá, Materno Infantil, Castellana,
Medellín, Tunja y el edificio Paralelo 108, en el norte de la capital. Según la auditoría, por esta vía se
desviaron $91.646 millones.
SaludCoop también desembolsó en el período 2006-2010 pagos en efectivo para adquisición de planta
y equipo por $165.552 millones. Según los investigadores del caso, «la entidad utilizó recursos para
financiar adquisiciones de activos diferentes a los necesarios como EPS, fortaleciendo el patrimonio de
otras empresas del grupo a costa de recursos parafiscales en especial, aquellos ajenos a la red
propia».
Las inversiones en Chile, México y Ecuador también son objeto de cuestionamiento fiscal. Se concluyó
que la EPS desvió recursos parafiscales en cuantía de $57.811 millones. Además, la operación en
México registra pérdidas significativas que debe asumir en Colombia.
Otras operaciones en el país para adquirir acciones, cuotas sociales, aportes en cooperativas, créditos
mercantiles, amortizaciones, cargos diferidos, arrendamiento (leasing) de planta y equipo,
remodelaciones y hasta la compra de elementos de ropería y lencería constituyen un grave daño
patrimonial al Estado.
Sin embargo, en esta danza de los millones cuestionados ha causado indignación entre los
investigadores una extravagancia. Aparece que a través de la compañía productora de medicamentos
Epsifarma, entre 2008 y 2010, se adquirieron baldosas o porcelanato proveniente de China, con
destino al complejo hotelero y condominio Villa Valeria, ubicado en el municipio de Restrepo (Meta).
Según la investigación, se encontraron pagos a la empresa Guangdonng Dopeng Ceramic Co por
valor de $2.326 millones.
La perspectiva
SaludCoop nació en 1994 y en menos de dos décadas se convirtió en una de las 10 empresas más
grandes del país. Su gestor, el actuario Carlos Palacino, de la mano del sector cooperativo, conformó
en tan solo 15 años un emporio de más de 100 empresas en el país y en el exterior generando 25 mil
empleos. Fue intervenida el 11 de mayo del año pasado y separado de su cargo Palacino, quien
responde ante algunas autoridades.
La EPS entró en un complicado sistema de utilización de cupos de crédito rotativo, porque creció
demasiado e hizo muchas inversiones cuestionadas. Pero sus ingresos no fluyeron a la misma
velocidad que sus gastos e inversiones. Conrado Gómez, superintendente de Salud, señaló a El
Espectador que si no la hubieran intervenido, el escenario sería catastrófico.
Hoy todos los actores trabajan en direcciones diferentes. Fiscalía y Procuraduría han tenido poca
intervención en el tema. En cambio la Contraloría, la Superintendencia de Salud y el agente
interventor, Mauricio Castro, se muestran muy activos para esclarecer y ahondar en nuevos hallazgos
del complicado proceso.
En el caso del organismo de control fiscal, hace dos semanas impuso medidas cautelares contra la
EPS con el propósito de establecer restricciones sobre sus propietarios. También desde esta semana
comenzó a recibir declaraciones de los presuntos responsables fiscales.
Sin embargo, parecen tener un as bajo la manga para ahondar en las indagaciones. Dentro de los
documentos que soportan la investigación aparecen una serie de carpetas con información de nómina
y certificados de ingresos de los últimos años de al menos 40 directivos y exdirectivos de SaludCoop.
En la investigación también se analizará el contrato con el equipo de fútbol Equidad, facturas, pagarés,
soportes del edificio Paralelo 108, convenios con abogados, recobros de tutelas, escrituras de
constitución de clínicas y pagos por medicamentos a la empresa Epsifarma.
Frente al desempeño del interventor, Mauricio Castro, señaló que el Gobierno y su administración
tienen definido un plan de acción que están ejecutando tendiente a estabilizar la situación financiera de
la EPS y garantizar la prestación eficaz del servicio a los 7 millones de afiliados.
El caso SaludCoop se vuelve a mover, su expresidente Carlos Palacino no se quiso pronunciar sobre
los nuevos hallazgos. Por lo visto aún queda mucha tela por cortar en este escándalo. Con una posible
desviación de recursos de la salud, superior al billón de pesos, parece que 2012 será el año de las
decisiones de la justicia.
Conrado Gómez, superintendente nacional de Salud, explicó que la EPS SaludCoop está funcionando
bien y dio un parte de tranquilidad a sus afiliados. Luego de la intervención, lo que se hizo fue
incrementar el recaudo a través de estrategias como mejorar el ingreso por concepto de glosas. En
cuanto a la compensación ante el Fosyga, también se mejoró el proceso y se obtuvieron más recursos
que han permitido optimizar la operación.
Frente a la prestación de los servicios, explicó que hace varios meses existió represamiento y
congestión, derivado de problemas por pagos a la red de prestadores, pero a través de un plan de
choque «en los últimos meses se registró aumento en las atenciones y los tiempos mejoraron».
«La EPS registró buenos niveles de crecimiento. La afiliación subió en más de 200 mil usuarios el
último año. La justicia tomará decisiones sin que se afecte el funcionamiento y bienestar de la gente».
En ocho meses SaludCoop ha tenido tres interventores. Desde el pasado 24 de noviembre asumió el
abogado Mauricio Castro, luego de que la Sala Civil del Tribunal Superior del Distrito Judicial de
Bogotá tumbara la acción de tutela que frenaba la intervención de la EPS y la devolvía, de manera
temporal, a sus dueños.
Además, dijo que diseñó un plan de pagos a las IPS y explicó que a finales de este mes se venderá el
edificio Paralelo 108, uno de los activos más importantes de la EPS. De igual manera, expresó que
está trabajando para mejorar la calidad del servicio en cuanto a tiempos de espera de las citas y
medicamentos. «También estamos revisando toda la red en el país».
EL TIEMPO
Gustavo Morales dice que EPS no se capitalizará con recursos públicos. Se estudian otras opciones.
El Superintendente Nacional de Salud, Gustavo Morales Cobo, afirmó estar de acuerdo con la
contralora Sandra Morelli en el sentido de no capitalizar con recursos públicos la EPS SaludCoop,
actualmente intervenida, por ser una opción inconveniente.
«Nunca lo hemos propuesto y no hay viabilidad jurídica para ello, y así la hubiera creo que no es el
camino y se generaría un precedente inadecuado», dijo el funcionario.
Al respecto, aclaró que se están evaluando otras opciones en torno a la situación de SaludCoop, como
continuar con la intervención por un tiempo más; levantarla y hacer una devolución ordenada a los
administradores originales con un «riguroso seguimiento por parte del Gobierno» o una tercera
posibilidad: entrar en proceso de liquidación.
«Las tres opciones tienen el mismo sentido de probabilidad sobre la mesa… pronto habrá anuncios»,
recalcó el Superintendente.
REDACCIÓN SALUD
REVERSAZO DE LA DIAN EN CASO SALUDCOOP
Cinco meses después de que SaludCoop -la EPS más grande del país- fue conminada a pagar cerca
de 65 mil millones de pesos (por concepto de impuestos y sanciones), la Dian reversó la mayor parte
de la decisión.
Ahora, la EPS tan solo tendría que desembolsar cerca de 2.500 millones de pesos, suma que también
podrá controvertir ante las autoridades tributarias.
Así las cosas, la decisión no solo beneficia a SaludCoop sino a todas las empresas cooperativas a las
que se les estaría pidiendo explicaciones sobre el no pago de este impuesto.
«Con ello, la Dian modifica la posición expresada en un inicio sobre el régimen tributario especial de
las cooperativas», señala un comunicado de la EPS, que en los últimos meses ha desatado una
batalla jurídica y administrativa para desmontar tanto los requerimientos de la Dian como los de la
Superintendencia Nacional de Salud que, entre otras exigencias, le pide el reintegro al sistema de
salud de más de 195.000 millones de pesos.
La sanción.
En todo caso, la Dian encontró mérito para pedirle a SaludCoop el pago de 2.500 millones de pesos
discriminados así: 820 millones (aproximadamente el 2,5 por ciento de lo exigido inicialmente) por
impuestos y sanciones correspondientes al año 2001.
Y por impuestos y sanciones del 2002, cerca de 1.700 millones de pesos. Esta última cifra aún no ha
sido notificada a SaludCoop, que en su comunicado informó que tiene un plazo de tres meses para
presentar explicaciones, pero que está segura que serán acogidas por la Dian.
Con todo, fuentes de la EPS manifestaron que harán uso de los recursos que otorga la ley para que se
reconsidere también la decisión oficial sobre el año 2001.
La decisión de la Dian se constituye en el segundo logro que alcanza SaludCoop, que hace dos
semanas obtuvo un fallo de tutela en primera instancia en el que un juez le ordenó a la Supersalud que
le permitiera ejercer su derecho a la defensa y al debido proceso.
La tutela fue apelada por la Supersalud y en dos semanas se conocerá el fallo del Tribunal Superior de
Bogotá.
LIBROS CONTABLES DESTAPAN EL FRAUDE DE SALUDCOOP
Bogotá
El interventor Mauricio Castro dijo que ante las inconsistencias abrieron los libros contables a
diciembre de 2010 y a mayo de 2011, que revelaron que el margen real de solvencia de la EPS no era
positivo sino que estaba generando millonarias pérdidas.
Se encontró que la ganancia de más de $16.000 millones en 2010 consignada como tal en los
registros contables de esa época no existió y que en realidad se presentó una pérdida de $80.000
millones. Así mismo, las pérdidas que para mayo de 2011, según la contabilidad ascendían a $9.000
millones, realmente superaban los $42.000 millones, por lo cual, «el margen de solvencia real de la
EPS era negativo», señaló el interventor.
Además, el informe revela que las pérdidas acumuladas y liquidadas a final de 2010 y 2011 por
$227.027 millones no habían sido debidamente registradas en los estados financieros, lo cual se
traduce en que la situación de la EPS resultó siendo peor de lo que se creía al momento de que se
ordenara la intervención.
Los estados financieros evidencian que la EPS presentaba problemas de liquidez desde 2009,
reflejados en un aumento de las cuentas médicas por pagar que pasaron de $182.676 millones a
$365.148 millones en 2010. En mayo de 2011, justo cuando inició la intervención este saldo ascendió
a $426.982 millones que corresponden a un incremento de 17%. De haber continuado esta situación
se estimó que el saldo de pasivos hubiese aumentado 51%, lo que habría llevado a la EPS a una
situación financiera insostenible, explicó Castro.
Aunque las acciones que ha tomado el agente interventor han permitido reducir en un 35% el nivel de
endeudamiento a marzo de 2012, y disminuir en 8% las cuentas por pagar, este comportamiento
positivo no permite subsanar en el corto plazo las deudas acumuladas con las IPS de la red externa,
por lo que la Supersalud amplió por diez meses más la intervención con el fin de hacer viable
financieramente la continuidad de SaludCoop y establecer mecanismos que garanticen la prestación
del servicio.
Además de estar superando las inconsistencias financieras, en 2011 se aumentó el uso de servicios
médicos. Según el reporte, se atendieron 8`566.978 consultas de medicina general y se realizaron
376.006 procedimientos quirúrgicos.
Parte de este incremento obedece al crecimiento de usuarios que desde mayo de 2011 a abril de 2012
aumentó 5%, equivalente a 208.000 usuarios activos. La intervención muestra balances positivos en
los indicadores de oportunidad en los servicios, agregó el agente interventor.
Las opiniones
Mauricio Castro
Interventor de SaludCoop
«La toma de posesión de los bienes, haberes y negocios de SaludCoop permitió evidenciar
inconsistencias en la información financiera que la EPS entregaba a la Supersalud».
Conrado Gómez
Superintendente de Salud
«A pesar de todas las dificultades la EPS viene cumpliendo su tarea de prestación de servicios y ha
aumentado el número de afiliados y de atenciones».
mvargas@larepublica.co
«SALUDCOOP FALSIFICÓ SUS ESTADOS FINANCIEROS»: CONTRALORÍA
La contralora delegada Adriana Posso dijo en La W que los técnicos realizarán una nueva revisión a
estados financieros de la EPS para conocer la cuantía del detrimento patrimonial.
La contralora delegada Intersectorial de Investigaciones Especiales, Adriana Posso, manifestó en La
W que los técnicos tendrán que realizar una nueva revisión a los estados financieros de la EPS
SaludCoop para conocer la verdadera cuantía del detrimento patrimonial.
Posso señaló que esta conducta de la EPS es delictiva y tendrá que ser investigada y sancionada por
el órgano de control correspondiente. «Esta situación tiene repercusión en investigaciones que
adelanta otros entes del estado», afirmó.
La funcionaria también informó de un nuevo descubrimiento y es que médico que «nunca prestó
servicio», la entidad «recibió el pago de 100 millones de pesos».
Corporación IPS SaludCoop maneja actualmente entre 150 y 160 centros de salud ubicados en el
país.
Foto: EL TIEMPO
Es por cinco meses. Es la primera intervención masiva de hospitales privados que hace el Estado.
La intervención, que será por cinco meses, es una medida de salvamento que no afecta las relaciones
contractuales actuales de la IPS con sus proveedores, ni compromete la prestación del servicio de
salud a los afiliados a las EPS que contratan los servicios de la Corporación.
Esta intervención, según el Supersalud, busca darle solución a los problemas identificados, entre los
que se encuentran la ausencia de contratos con las EPS, las deficiencias en el proceso de facturación
y las inconsistencias en su situación financiera, contable y de habilitación, dentro de un término no
mayor a cinco meses contados a partir de la fecha de intervención, que comenzó este martes en la
mañana y en la que participó un equipo de más de 20 personas, el cual tomó posesión de los bienes,
haberes y negocios de la Corporación IPS SaludCoop.
El pasivo total de la Corporación para el año 2012 representa el 98,44 por ciento del total del activo
«generando riesgo en la prestación de los servicios de la salud», según la Supersalud.
«Un usuario que quiera ir a las clínicas va a encontrar el mismo servicio, van a estar abiertas, pues no
habrá ningún cambio. Lo que cambia es el liderazgo en la cúpula, pues una de las consecuencias de
esta medida es mover al representante legal... No va a haber traumatismos en el servicio de salud»,
recalcó el funcionario, agregando que el personal médico y administrativo también puede estar
tranquilo pues no estará en riesgo su continuidad laboral.
La Corporación IPS es una entidad privada de prestación de servicios de salud, sin ánimo de lucro,
vinculada con el grupo SaludCoop, cuya matriz es la EPS esta última intervenida en mayo de
2011 y que fue la principal aportante en la creación de esta Corporación, que es la más grande red
privada de clínicas y hospitales. Según datos de la Supersalud, cuenta con una sede nacional y más
de 150 sedes regionales que prestan servicios de salud de baja, mediana y alta complejidad, ubicadas
en 20 departamentos y los cuatro distritos y presta servicios principalmente al Grupo SaludCoop.
«Esta medida de intervención no se relaciona por causa ni por efecto con la intervención de la EPS,
que tiene su propia dinámica y sobre la cual habrá anuncios a finales de abril», explicó Morales Cobo.
Entre las primeras medidas adoptadas por la Superintendencia Nacional de Salud en este proceso de
intervención para administrar, se ordenó la separación del Gerente Nacional, de los miembros de la
Junta Directiva y del Revisor Fiscal de la Corporación IPS SaludCoop, y se designó como Agente
Especial Interventor a Juan Carlos Uribe Aristizábal, médico anestesiólogo con experiencia y
trayectoria en cargos administrativos, gerenciales y directivos dentro del sector salud.
El nuevo interventor, dijo el Supersalud, debe sentarse a evaluar con su equipo la pertinencia de que
continúen los directores. «La idea es trabajar con el mismo equipo para no generar traumatismos».
«Confiamos que el proceso contará con el apoyo del equipo médico, técnico y administrativo de la IPS
para superar las dificultades identificadas y mejorar las condiciones de prestación en beneficio de los
usuarios y de la misma Corporación», recordó el funcionario.
SaludCoop, junto con otras empresas aseguradoras del grupo como Cafesalud y Cruz Blanca, tiene 7
millones de afiliados, lo cual plantea un desafío en términos de prestación y afiliación.
Al 23 de enero, con el NIT 830.106.376-1, de las 160 sedes solo aparecen registradas 152
sedes.
La Corporación tenía contratos con las EPS SaludCoop y Cruz Blanca EPS para el régimen
contributivo y con Cafesalud para el régimen contributivo y subsidiado, los cuales vencieron el
31 de marzo del 2012.
No mostró ningún documento que permitiera evidenciar la existencia de contratos de
arrendamiento para la infraestructura física y los equipos biomédicos de las 160 sedes de la
Corporación IPS.
La sede principal no soporta la totalidad de la documentación de certificación de habilitación de
las sedes Central de Urgencias, Especialistas Avenida 68 y Complejo Médico Calle 100.
No se evidencia la publicación de distintivos de habilitación en lugar visible al público de los
servicios de otras cirugías y procedimientos menores en la sede Clínica Jorge Piñeros Corpas.
En la sede Clínica Policarpa no están publicados los distintivos de habilitación de los servicios;
adicionalmente, se está prestando el servicio de terapia respiratoria en hospitalización, sin que
el mismo se encuentre habilitado.
La Corporación IPS SaludCoop no realiza, previamente a la vinculación, la verificación del título
de grado de personal médico, para la revisión de los requisitos legales de formación y
entrenamiento por instituciones reconocidas por el Estado.
A pesar de estar sistematizada, la historia clínica no garantiza una adecuada reproducción al
momento de la impresión. Adicionalmente, se observó que en algunos casos el registro del
origen de la enfermedad no es coherente con el motivo de consulta y el diagnóstico; no se
registra, en la totalidad de las historias clínicas, los signos vitales, la revisión por sistemas y el
examen físico.
Con base en el informe presentado por el Representante Legal, con corte a diciembre de 2012,
el total de pasivo asciende a $96.425.802, mientras que en el reporte de información financiera
esta cifra es de $146.059.793, que muestra una diferencia de $49.633.991.