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Asignatura de Filosofía

Contexto y horizonte del Renacimiento


Se suele decir que el Renacimiento logró, mediante manifestaciones artísticas, fenómenos
políticos, sociales y científicos, que el ser humano volviera su mirada de nuevo hacia sí
mismo. ¿Por qué se había desviado? Veamos un recapitulación de los hitos que se relacionan
con este periodo enmarcado entre los siglos XV y XVI:
La filosofía de la sociedad griega giraba en torno a cómo establecer una ética que garantizara
una buena vida, el conocimiento de la Naturaleza tenía como fin último que el ser humano
encontrara su justo lugar en ella y, así saber cómo actuar. Sin embargo, con el surgimiento y
hegemonía del cristianismo, la tarea de saber qué debo hacer, qué es lo que existe en la
Naturaleza, y cómo está organizada ella la asumió una teología producto de elementos
filosóficos griegos y la religión judeo-cristiana. Esto, sumado a la caída del Imperio Romano
de Occidente en 476, el control del Mediterráneo por parte del naciente Islam, y el poco
comercio que tal control generaba, hizo que Europa “cayera” en una edad oscura.
No obstante, cuando el Islam pierde control sobre el Mediterráneo, producto de las Cruzadas,
ocurre que se reactiva el comercio del Europa con los territorios asiáticos a través de los
puertos de Italia y de ahí por todo el valle de Rin hasta lo que hoy en día conocemos como
los Países Bajos.
El Renacimiento empieza a gestar el espíritu de innovación que va a influir en una nueva
filosofía, en una nueva forma de ver el mundo. Alfred von Martin, en su Sociología del
Renacimiento, nos muestra el desarrollo de una nueva clase social que a la larga será la cuna
de los filósofos modernos ¿Cómo la naciente burguesía facilita esa nueva forma de pensar?,
y ¿qué es lo para la filosofía renace en el Renacimiento? Estos son los puntos que me
dispongo a tratar.
Si bien, a lo largo de la historia han habido comerciantes, éstos no sacaban gran provecho de
su actividad, pues sólo se limitaban a intercambiar un producto por otro. Pero el comerciante
del Renacimiento cobra cierto valor agregado por el producto que vende, lo que conllevará
a una economía monetaria y de acumulación de capital, a diferencia del señor feudal de la
Edad Media, cuyo poderío radicaba en la posesión de tierras. Este nuevo tipo de comerciante,
al que llamaremos burgués, logra su independencia económica del señor feudal gracias al
capital acumulado, y se empieza a agrupar en las grandes ciudades que ahora son centros
económicos, y por lo mismo, políticos.
Ya en las ciudades, se necesita una nueva forma de gobierno que satisfaga las necesidades
de convivencia de este nuevo grupo de personas, y renace aquí la antigua idea de una
organización democrática aportada por los griegos. Esto no existía en las ciudades
medievales porque el gran centro de poder estaba en el Rey y la Iglesia, incluso las ciudades
de la Edad Media se crearon alrededor de estos centros de poder; en las villas habitaba el
villano. Pero en estos nuevos tiempos, el burgués ha logrado consolidar su auto-gobierno:
apartado de estos dos instancias sociales, de la prole y la nobleza, von Martin llama a la
burguesía el “tercer estado”. Una consecuencia importante de esta independencia económica
y política es la independencia intelectual, porque ahora el burgués debe buscar los métodos
para hacerse a su propio mundo.
Debido a la nueva economía monetaria, lo que obliga a una racionalización del gasto y a una
mejor administración del capital, las relaciones entre las personas parecen más convenios o
contratos, que ven favorecidos por el buen comportamiento del ahora “ciudadano” , pues las
acciones son más susceptibles de ser juzgadas por mis congéneres. Si mis acciones ahora
están ante los ojos de mis congéneres, y ya no ante Dios a través de la Iglesia, debo estar en
capacidad de juzgarme a mí mismo y, sobre todo, de conocerme a mí mismo. 1 Entonces,
también renace la antigua preocupación ética que tenían los griegos: la filosofía fue para ellos
una búsqueda de la mejor manera de vivir, pero esta función fue acaparada por la religión
que le dictaba al hombre cómo actuar, pero ahora el pensamiento del burgués “se emancipaba
de la Iglesia y se orienta hacia la plena libertad humana”2 con lo cual, el burgués sigue el
camino que él mismo se dicta.
Una consecuencia importante de este auto conocimiento que acabo de mencionar y del
creciente interés por la investigación científica traída por los nuevos descubrimientos y
nuevos inventos es la fuerza que adquiere la distinción entre sujeto y objeto. Durante la Edad
Media el hombre era un ser en el mundo, estaba la relación que tenía con las demás cosas de
la creación es la misma que tienen los elementos de una tabla clasificatoria, recordemos que
la metafísica aristotélica nos decía cuál es el orden del mundo y qué es lo que hay en él. Sin
embargo, en el Renacimiento ocurre un fenómeno en el que el hombre ya no está en el mundo
sino, frente a él, ante él. El hombre ya no hace parte del mundo, se opone para interrogarlo,
para conocerlo, para dominarlo. La pregunta que quiero plantear en esta primera sesión del
seminario es ¿la relación que tenemos con el conocimiento hoy en día ha cambiado
fundamentalmente comparado con la relación que tenían los hombre de aquella época? Me
explico: Estamos frente a unos cambios sociales y tecnológicos tan o más dramáticos que el
Renacimiento: ante esta convulsión ¿el conocimiento hoy en día realmente libera, empodera,
nos hace de alguna manera “mejores”?

1
Von Martin muestra también que el retorno a lo griego, tenía el interés de legitimar un ideal burgués, es
decir tenía un trasfondo económico.
2
Von Martin, A. Sociología del Renacimiento. Fondo de Cultura Económica. Bogotá, 1996. Pág 37

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