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UNIVERSIDAD
PRIVADA
SAN PEDRO
FACULTAD
DE
DERECHO Y CIENCIAS POLITICAS
CICLO : IX -¨A¨
HUACHO – PERÚ
2016
DEDICATORIA:
A ti nuestro Divino Dios pues nos dirige en la vida, y nos das salud y sabiduría para
alcanzar todas nuestras metas.
A nuestros padres por todo su amor, compresión y estar siempre a nuestro lado cuando
más los necesitamos.
PRESENTACION
El presente trabajo está orientado al estudio de LA INEFICACIA DEL
TESTAMENTO, seguida por la revocación, caducidad, nulidad, anulidad,
casos referentes al tema extendido y veraz de grandes libros de autores
dedicados al estudio y la similitud con el DERECHO CIVIL (sucesiones). No
obstante advertir que para el desarrollo de este trabajo, nos apoyamos con
las doctrinas y jurisprudencia pertinentes con las grandes enseñanzas de
nuestras vidas diarias.
Alumnas
INTRODUCCION
.
El testamento, como expresión de transmitir los bienes para después del fallecimiento,
tiene su origen con la aparición de la propiedad individual al resultar incompatible con la
organización colectiva de la propiedad. Algunos autores, encuentran su origen en la
sucesión de la autoridad del grupo social y que en Roma, desde muy remotos tiempos, al
páter familias se le reconoció la potestad de darse un sucesor, hasta que
paulatinamente la facultad de testar fue convirtiéndose en un acto de disposición de
bienes. La disposición de última voluntad del causante puede ser objeto de nulidad
como cualquier acto jurídico, género del cual el testamento es una especie. Además,
la ley establece para ellos, casos específicos, que pueden generar su nulidad total o
parcial o convertirlos en nulos o anulables.
Ineficacia
Del
Testamento
CONCEPTO DE TESTAMENTO
Siendo el testamento un acto jurídico, son de aplicación, para su validez, los requisitos
que enumera el Art. 140. Los requisitos de validez del acto jurídico son los que resultan
también, contrario sensu, de las causales previstas en el Art. 219 para la nulidad
absoluta. De este modo, son requisitos de validez del testamento la manifestación de
voluntad del testador, su capacidad, el objeto y la finalidad del testamento, así como la
observancia de la forma prescrita bajo sanción de nulidad.
El maestro Lanatta: la referencia del inc. 3 del Art. 687 a los que carecen al
momento de testar por cualquier causa, aunque sea transitoria, de la lucidez
mental y de la libertad necesarias para el otorgamiento de este acto, incluye
a las denominadas alteraciones mentales transitorias.
Atendiendo a las clases de testamento, los analfabetos y los ciegos tienen capacidad
para testar, pero sólo por escritura pública (Arts. 692 y 693). Los mudos, los
sordomudos y los que se encuentran en la imposibilidad de hablar pueden hacerlo en
testamento cerrado o en testamento ológrafo (Art. 694).
Pero el Inc. 2 del Art. 140 prescribe que el objeto debe ser física y jurídicamente posible
y, el Inc. 3 del Art. 219, contrario sensu, que sea determinable.
Habría que señalar, en primer lugar, que nosotros entendemos la finalidad como la
causa del acto jurídico.
Pero la causa subjetiva, esto es, entendida como el motivo impulsivo y determinante de
la celebración del acto jurídico. Se trata, pues, de la causa-fin, que puntualiza la
moderna doctrina. Así, pues, la finalidad -"o fin lícito"- consiste en la orientación que se
da a la manifestación de voluntad para que ésta se dirija, directa y reflexivamente, a la
producción de efectos jurídicos. Se presenta, de este modo, una identificación de la
finalidad con el contenido del acto jurídico, o sea, con los efectos buscados mediante la
declaración de voluntades, cuya licitud radica en la conformidad con el régimen legal
aplicable al acto jurídico celebrado.
Ahora bien, tratándose de la finalidad del testamento, la cuestión no es simple y en las
disposiciones patrimoniales no coincide con lo que hemos dejado expuesto. El
testamento, como lo hemos indicado, es un "llamamiento", lo que implica una limitación
de la autonomía de la voluntad, pues el testador sólo puede hacer uso de ella en la
porción de libre disposición y deberá cuidar de ordenar su propia sucesión "dentro de
los límites de la ley", como preceptúa el Art. 686. En las disposiciones no patrimoniales
se amplía el ámbito de la autonomía de la voluntad y en éstas si hay coincidencia con
lo que hemos dejado expuesto.
e) La forma en el testamento
Las formalidades para cada uno de los testamentos reconocidos en el Código están
prescritas en las respectivas disposiciones que las rigen, o sea, en el Art. 696 las
formalidades esenciales del testamento en escritura pública; en el 699, las del
testamento cerrado; en el Art. 707 las del testamento ológrafo; en el Art. 713 las del
testamento militar; y, en el Art. 717 las del testamento marítimo, todas las cuales
suponen la forma escrita conforme al precepto del Art. 695.
Ahora bien, las formalidades prescritas por los numerales anteriormente citados son de
carácter ad solemnitatem y, en consecuencia, constituyen requisitos de validez del acto
testamentario, pues su inobservancia hace nulos los testamentos, conforme a los Arts.
811 y 813, concordantes con el Art. 144 y el Inc. 4 del Art. 140, que prescriben la forma
que debe ser observada bajo sanción de nulidad.
Es así que el testamento puede ser nulo (injustum) si le falta un elemento de validez;
un testamento regular (justum) puede ser destruido (ruptum), o inútil (irritum) por capitis
deminutio del testador.
La carencia de efectos puede darse por propia voluntad del tentador, cuando revoca el
testamento que otorgó; o puede darse por incumplimiento de los requisitos necesarios
para la existencia del testamento, como podrían ser los casos de nulidad del
testamento, al faltar un requisito indispensable para su existencia; o por la caducidad,
al no cumplirse con determinados supuestos para la eficacia de los mismos, como
pueden ser los casos de falta de protocolización de un testamento ológrafo.
De lo que llevamos señalado, el testamento puede resultar ineficaz por nulidad del
mismo, ejemplo de ello puede ser el caso de un testamento otorgado por un incapaz
absoluto sujeto a interdicción; asimismo, puede ser ineficaz porque el mismo testador lo
deja sin efecto al revocar el testamento, revocación que se da en tanto que es un
derecho de testador como acto unilateral de manifestación de voluntad, pero en general
la revocación se da generalmente cuando han variado las circunstancias en las que lo
otorgó, y sobre todo por no representar su última voluntad; sin embargo, es bueno
reiterar el concepto de que la revocación no requiere fundamentación También puede
ser ineficaz por haberse producido un supuesto de caducidad, como podría ser el caso
de la falta de cumplimiento del testamento dentro de determinados plazos, o cuando no
se dan ciertos supuestos para la eficacia del mismo, como acontece cuando se
instituye un heredero voluntario, y al abrirse la sucesión al testador le sobrevive
heredero forzoso que no tenía cuando testó, puesto en ese escenario se dice que la
institución del heredero voluntario ha caducado.
La ineficacia del testamento puede ser total o parcial; en el caso de la nulidad, esta
puede comprender todo el testamento o limitarse a alguna cláusula del mismo. Igual
puede acontecer con la revocación del testamento, que por propia disposición del
testador puede abarcar todo el testamérifó7ó sólo una parte de este; y en cuanto a la
caducidad, aunque generalmente lo es de todo el testamento, nuestra legislación
consigna una suerte de caducidad parcial, a propósito de la caducidad de la institución
de heredero regalada en el artículo 805 del Código Civil.
Cuando analizamos las características del testamento, señalamos que este responder
a la última voluntad del testador; en consecuencia si por diversos motivos o
circunstancias, la voluntad expresada en un testamento ya que sea su última voluntad,
pues ha cambiado de parecer, entonces es legítimo que el Derecho faculte a ese
testador a dejar sin efecto todo o parte testamento, lo contrario sería atarlo a una
voluntad que ya no es suya, con estaría atentando contra su libertad y el derecho de
testar, por ello el prevé la figura de la revocación como un derecho propio del testador,
al revocar no necesita explicar los motivos por los cuales lo hace, aun de ordinario los
tenga tal como ya lo hemos anotado.
Entendemos por revocación al acto libre y voluntario del testador, por el deja sin efecto
todo o parte del testamento. Por ejemplo, si el testador instituye a un legatario, a quien
le asigna en concepto de legado la suma de 20 mil, y por la consideración y estima que
le guarda en atención a las supuestas morales del legatario; sin embargo, desde que
testa hasta que ocurre del causante, este comprueba que el legatario es una persona
inmoral, y que por cierto no merece nada del testador, entonces manifiesta a través de
otro testamento, dejando sin efecto el legado; todo ello pues se está respetando al
máximo la auténtica voluntad del testa- hacerlo es ir contra el testador.
El artículo 798 del Código Civil dice textualmente: «El testador tiene el derecho de
revocar, en cualquier tiempo, sus disposiciones testamentarias. Toda declaración que
haga en contrario carece de valor». Obsérvese el derecho sagrado y sustantivo de la
revocación, sobre la cual se ha señalado que es una forma de actualizar su 'libertad
testamentaria, derecho que no puede ser enervado ' siquiera por el mismo testador,
pues aun cuando exprese en su testamento que será el único y que cualquier
testamento posterior no valga, esta disposición para nuestros legisladores, no tendrá
ningún valor, e incluso se considerará como no puesta.
CLAUSULA IRREVOCABLE
En principio todo testamento es revocable, y como ya lo hemos señalado,, puede
revocarse el testamento en su integridad, o la revocación puede ser sólo de alguna o
algunas cláusulas, con lo cual estamos ante la figura de la revocación parcial; sin
embargo un testamento puede contener alguna cláusula que por su naturaleza sea
irrevocable, como es el caso del reconocimiento de un hijo extramatrimonial,
reconocimiento que a la luz del artículo 395 del código civil es irrevocable, entonces
cabe la pregunta de cómo se condice esta norma, con la que señala (798 del código
civil) que el testamento es revocable. Aparentemente estamos ante dos normas que
colisionan, y cuál de estas será la que se tiene que seguir, sobre todo en nuestro país,
en donde no existe norma que dilucide este asunto, como sí lo hay; por ejemplo, en la
legislación argentina con su artículo 333 del código civil, que dice que todo
reconocimiento en testamento puede ser revocado, sin embargo debemos reparar que
en el Perú, el reconocimiento de hijo extramatrimonial es norma de orden público y en
atención a ello es que no se permite revocar el reconocimiento.
Para tomar una posición respecto de las normas aparentemente en contradicción como
son los artículos 395 y 798 del código civil, habría que plantearnos las clases de
testamentos que existen para saber si la revocación del reconocimiento que aparece en
un testamento es factible o no. Veamos: si se trata de un testamento ológrafo, al no
exteriorizarse este testamento y quedar en manos del mismo testador, si este procede
a romper, destruir, quemar el testamento que Contiene la cláusula de reconocimiento,
lo que estaría sucediendo, es que ese Reconocimiento queda revocado al desaparecer
el testamento, y si se trata de un Estamento cerrado, también podríamos pensar en el
pliego que contiene la voluntad testamentaria al quedar en manos del notario,
estaríamos protegiendo al reconocimiento; sin embargo, ello no siempre es así, pues la
misma legislación posibilita que el testador solicite la devolución de ese testamento,
con lo cual se está produciendo la revocación del testamento cerrado, y si el testador
procede luego a destruir ese pliego, estaría dejando sin efecto el reconocimiento.
CLASES DE REVOCACIÓN
Encontramos revocación total del testamento, así como una revocación parcial del
mismo, referido a una o algunas cláusulas del testamento dejando subsistente otras.
Por otro lado la revocación puede ser expresa como una suerte de orden directa del
testador pero también puede aparecer una revocación tácita, referida a hechos o
comportamientos del testador que no dejan lugar a dudas de que su voluntad es
revocar el testamento anterior.
El artículo 799 del código civil, refiere que la revocación expresa del testador, total o
parcial, o de algunas de sus disposiciones solo puede ser hecha por otro testamento,
cualquiera que sea su forma. Obsérvese la exigencia formal y de obligatorio
cumplimiento de que la revocación solo puede darse por otro testamento; por lo tanto,
si la voluntad del testador es revocar, pero no usa la vía testamentaria no vale la
revocación.
La voluntad del testador no es dejar sin efecto todo el testamento, sino sólo una parte.
En este caso deberá expresar claramente qué cláusula o cláusulas está revocando;
ahora bien, el artículo 799 que consigna esta revocación indica que debe ser hecha a
través de otro testamento, en tanto que como ya lo hemos manifestado no cabe usar
otra vía para ello. En atención a ello, dijimos en su momento, a propósito de la
desheredación, v ahora lo reiteramos, que existe confusión en el legislador al posibilitar,
en el artículo 753 del Código Civil, la vía de la escritura pública para llevar a cabo una
revocación de desheredación,, en tanto que la desheredación está contenida en un
testamento, y si se quiere dejar sin efecto esta (revocación), estaremos ante una
revocación parcial de un testamento, y sujeto a lo que señala el artículo 799; esto es la
única vía para revocar total o parcialmente un testamento, es otro testamento.
Veamos en nuestra legislación cuando estamos ante una revocación tácita del
testamento. Por ejemplo, un testador que luego de haber testado vuelve a hacerlo, y en
este nuevo testamento consigna cláusulas que resultan totalmente incompatibles con
las del testamento anterior. En esa circunstancia, y a estar a las fechas de los
testamentos, el último será el que tenga valor, y debido a que es opuesto al anterior,
este quedará sin efecto, es decir habrá sido revocado en su totalidad por el nuevo
testamento, pese a que el testador no lo ha dispuesto expresamente.
Refiere el artículo 802 del código civil, que el testamento cerrado queda revocado si el
testador lo retira de la custodia del notario. Obsérvese que lo que queda revocado es la
forma de otorgar el testamento, en este caso la vía cerrada, pues si el testador que ha
retirado de la notaría su testamento ha redactado su pliego testamentario de puño y
letra, y lo conserva, y luego de ocurrido su deceso, se encuentra dicho pliego, entonces
valdrá el testamento, en su forma ológrafa, mas, como ya quedó señalado, no como
testamento cerrado. Todo ello de conformidad con lo dispuesto en el artículo 803 que
en la parte pertinente dice: «El testamento cerrado vale como ológrafo si se conserva el
pliego interior, y este reúne las formalidades señaladas en la primera parte del artículo
707». Este numeral en su primera parte, está referido a la redacción del testamento
para que sea considerado como ológrafo, esto es que sea redactado de puño y letra
por el testador.
El artículo 803 del código civil, también señala que el testamento cerrado queda
revocado cuando el mismo testador procede a abrirlo. Pues bien, este último supuesto
está referido a aquellos testamentos que, con la legislación del código civil de 1936,
quedaban en poder del mismo testador, lo cual con la nueva legislación ya no es
posible, pues ahora el notario se encarga de custodiar el testamento cerrado.
En forma escueta refiere el artículo 804 del Código Civil, que el testamento ológrafo
queda revocado si el testador lo rompe, destruye o inutiliza de cualquier otra manera.
Al estudiar el testamento ológrafo, señalamos que en este no intervienen ni notario ni
testigos, y que el testamento puede quedar en poder del testador, o de tercera persona,
a quien el testador le ha encargado su custodia hasta que se produzca su deceso.
Pues bien, si ese testamento ológrafo vuelve a poder del testador y procede a
destruirlo, se entiende que es porque ya no responde a su última voluntad, entonces se
habrá producido la revocación tácita del testamento ológrafo, y en este mismo orden de
ideas también quedará revocado, si el tercero destruye el testamento.
RETRACTACIÓN DE LA REVOCACIÓN
Sobre el tema, tenemos el artículo 800 del Código Civil, que dice en forma clara que si
el testamento que revoca uno anterior es revocado a su vez por otro posterior, reviven
las disposiciones del primero, a menos que el testador exprese su voluntad contraria.
Siguen esta corriente legislativa los códigos de Alemania, Italia y Argentina; sobre el
particular, discrepamos de la forma cómo el legislador, ha tratado este tema, conocido
como la revocación de la revocación o retractación de la revocación, y discrepamos en
función a que el legislador para llegar a esta fórmula, presume la voluntad del testador,
de que si un tercer testamento revoca a un segundo, el cual a su vez había revocado a
un primer testamento, entonces al quedar revocado el segundo, debemos presumir qué
el testador quiere revivan las disposiciones del primer testamento.
LA CADUCIDAD
CONCEPTO DE CADUCIDAD
Los testamentos militar y marítimo caducan a los 3 meses desde que el testador dejo
de estar en campaña y regreso al territorio nacional, en el primero cuando el causante
desembarco definitivamente en territorio nacional y en el segundo según se desprende
en los art. 715 y 720 del código civil. En el código de 1936 el plazo era de un mes
En efecto pueden darse estas 2 formas de caducidad, una que afecta la forma
total al testamento, como podría ser el caso del testamento ológrafo no
protocolizado, cuyo efecto es la carencia de efectos del testamento, y la
segunda que lo afecta parcialmente, dejando subsistente las otras cláusulas del
testamento, como es el caso de la caducidad de la institución de heredero o de
legatario, o de aquellas disposiciones que afectan la legítima del heredero.
1. Caducidad total
Esta referida a la preterición de los herederos forzosos. Viene a ser la omisión por parte
del testador a un heredero forzoso de modo intencional o por ignorancia;
configurándose de manera absoluta o relativa.
El art. 806 prescribe que la preterición de uno o más herederos forzosos, invalida la
institución de herederos, en cuanto resulte afectada la legítima que corresponde a los
preteridos. Luego de haber sido pagado esta, la porción disponible, pertenece a
quienes hubieran sido instituidos indebidamente herederos, cuya condición legal es la
de legatarios.
En este caso la acción judicial debe ser interpuesta por los herederos forzosos, con
vocación sucesoria.
Referente a esta preterición, tenemos el art. 807 del código civil, que establece que las
disposiciones testamentarias que menoscaban la legítima de los herederos, se
reducirán, a petición de estos, en lo que fueren excesivos.
Bajo el común nomen iuris de "caducidad", los artículos 805, 806 Y 807 del Código se
ocupan de tres situaciones jurídicas bastante distintas entre sí:
Por otro lado, cabe precisar que en cuanto a la mal llamada "caducidad", no hay en
verdad "caducidad del testamento", sino extinción o ineficacia de disposiciones
testamentarias que perjudiquen los derechos de ciertos sucesores preferentes, o que
no puedan ser ejecutadas, o que el Derecho, sustituyéndose en la voluntad del
testador, considere que hay que suprimir en todo o en parte. Por ende, el testamento
como tal no caduca, a menos que contenga exclusiva y únicamente disposiciones de
tal suerte perjudicial o no querida. (LANATTA R. E)
Puede argumentarse, por cierto, que la hipótesis del inciso 1) reposa en una especie de
voluntad presunta del causante. Es decir, que lo hubiera incluido al forzoso en su
testamento de estar nacido o concebido al momento de testar. Pero este argumento no
parece poderoso. En contra de esta suposición puede igualmente esgrimirse otra
asimismo cierta: que, adrede, el testador no quiso modificar su testamento incluso
sabiendo que con posterioridad a la confección del mismo había sobrevenido el
forzoso, porque a dicho forzoso le ha entregado su legítima con donaciones o con
legados materia de otro testamento.
En otras2.palabras,
Si el heredero renuncia de
la caducidad a lalaherencia o muere
institución antes queprevista
de heredero el testador
ensin
este inciso dejar representación
solo sería aplicable,sucesoria,
a mi manerao cuando el heredero
de ver, cuando alesforzoso
el cónyuge
naday se
Pero hay que tener cuidado. Tanto el divorcio como la separación judicial a la que acto
seguido me referiré, han de haber sido posteriores al testamento. Y eso no es todo.
También hay que tener tiento en cuestiones de revocación e interpretación. Pongo un
ejemplo: que el testador ya divorciado revoque parcialmente el testamento otorgado
antes del divorcio, sin incluir entre las disposiciones que revoca aquella en la que
instituía heredero a su ex cónyuge, salvo que concurran otras circunstancias ilustrativas
que demuestren voluntad contraria, me inclinaría por preservar la disposición
manteniendo firme la situación hereditaria, porque todo conduciría a pensar que al
momento de revocar el testador no quiso retractarse del deseo de que lo heredara
quien fue su cónyuge. Razones residuales afectivas tendrá quien así actúa.
Y entonces el afectado deberá reclamar su cuota de legítima por imperio de la ley, mas
no porque el testador lo hubiera instituido heres por su voluntad, que precisamente fue
declarada como intencional y deliberadamente contraria a la institución. La declaración
de indignidad es una declaración judicial. Pero a diferencia de la que respecta a
situaciones conyugales, de su esencia tiene efectos retroactivos. Consentida o
ejecutoriada la sentencia que pronuncie la indignidad, el afectado es privado ab origine
de lo que hubiera podido tocarle por llamamiento legal o testamentario. (LOHMANN
LUCA DE TENA)
MENOSCABO DE LA LEGÍTIMA
ARTICULO 807
Al igual que la de preterición, esta figura nada tiene que ver con la caducidad. Ni
caducidad del testamento, ni de disposiciones testamentarias, ni invalidez alguna;
simple reducción de las disposiciones que menoscaben la legítima y correlativo
complemento de lo que corresponda a ésta. Lo que nuestro Código Civil regula en el
artículo 807 es una pretensión bifocal. La actío ad supplendam legítímam es pretensión
que persigue el incremento de la cuota asignada hasta lo que por legítima corresponda
y, por efecto natural, la reducción de lo atribuido a otro u otros o que, sin estar atribuido
a nadie en especial, lesiona la legítima (por ejemplo, una condición).
El código en su art. 772 señala que el derecho al legado se pierde si el legatario muere
antes que el testador, si el legatario se divorcia, o se separa judicialmente del testador
por su culpa, si el testador enajena el bien legado o este perece sin culpa del heredero;
casos que han sido tratados en la parte final del capítulo de los legados.
EFECTOS
Uno de los factores metodológicos que se utiliza para hacer tal distinción es el de si
extinguida la acción, puede quedar vivo algún derecho y como conclusión queda que
en los casos que se califica como caducidad carece de sentido considerar subsistente
el derecho a la acción.
Esto puede ocurrir por dos razones. La primera, porque el derecho de que se trata
supone que el juez determine o "liquide" el derecho. Es decir, el titular del derecho no
tiene un crédito individualizado, declarado o liquidado y la única manera de lograrlo, es
por medio de una resolución jurisdiccional. Al haberse extinguido la acción, se sigue
como consecuencia que tampoco subsiste su derecho.
La segunda razón, consiste en que muchas veces hay acción para pedir al juez que
declare o establezca sobre una situación o relación. Al no haber acción, tampoco podrá
quedar establecida la situación o relación y, por consiguiente, tampoco queda
subsistente ningún derecho.
No obstante siempre que ni lo impidan normas expresas, las partes pueden negociar
un arreglo frente a aquellas circunstancias que hayan sido materia de caducidad. En
estos casos los que ocurrirá es que aparece una nueva relación o situación jurídica por
efecto de la libre voluntad de las partes.
Para ARMAZA GALDOS podemos señalar como efectos los siguientes:
LA NULIDAD
CONCEPTO DE NULIDAD
La nulidad, en general, puede ser entendida como la sanción impuesta por la ley al acto
jurídico porque el mismos se halla viciado de algún de las causales constitutivas y,
como consecuencia de ello, normalmente, el acto deviene en ineficaz. Cuando se
indica que el vicio se refiere a una causa constitutiva, se quiere resaltar el asunto en
atención a la "estructura" del acto, debido a que, justamente cuando el acto es
deficientemente estructurado y esta deficiencia es grave, causará la nulidad del mismo.
Este concepto general anotado, es decir, entender el asunto de la nulidad del acto
jurídico como una sanción impuesta por la ley por haber sido gravemente estructurado,
constituye noción básica sobre la cual debe edificarse cualquier concepto especifico
que sobre nulidad de un negocio jurídico en particular se pretenda (como la nulidad del
testamento) (ARMAZA GALDOS).
Tal como ya ha quedado establecido, siendo el testamento un acto jurídico por lo tanto
deberá cumplir con todas las exigencias, o requisitos necesarios para la validez de los
actos jurídicos en general, y que como meridianamente lo señala el art. 140 del c.c,
estos requisitos están referidos al agente capaz, que alude a la persona que lo otorga
la misma que debe contar con capacidad civil; objeto física y jurídicamente posible,
referidos al objeto del testamento que no solo debe ser posible materialmente sino
guardar conformidad a derecho; fin licito, que nos conduce a las normas imperativas y
por lo tanto de obligatorio cumplimiento; y observancia de la forma prescrita, y que en
sucesiones ello resulta siento indispensable por tratarse de actos solemnes, a tal punto
que de no cumplirse la forma, la misma norma consigna la sanción, esto es la nulidad.
En doctrina se suele incluir en esta causal los testamentos que han sido otorgados bajo
violencia física en tanto que el acto no ha contado con la libertad indispensable , a la
par de que por ello falta una auténtica voluntad, entonces se dice que estamos ante la
carencia de voluntad , pues se trata de un acto no deseado, sino impuesto al testador
por un tercero; no entrarían en este supuesto los testamentos otorgados por escritura
pública, debido a la presencia de notario y testigos, y en menor medida podría
considerarse al testamento cerrado, por la misma razón de intervención de notario y
testigos, cuya presencia descartaría la violencia física contra el testador, al menos
respecto del acto de entrega del testamento propiamente dicho.
A tenor de lo dispuesto en el art. 43 del código civil, son incapaces absolutos los
menores de 16 años, los privados de discernimiento por cualquier causa, y los
sordomudos, ciego sordos y ciego mudos que no pueden expresar su voluntad de
manera indubitable.
El art. 808 del c.c del código civil, en su primera parte , alude a la nulidad del
testamento otorgado por incapaces menores de edad, y por los mayores enfermos
mentales cuya interdicción ha sido declarada; sobre el particular, la división que hace el
legislador es prudente, pues si se trata de menores de edad, los hay aquellos que por
su edad cronológica todavía deberían ser incapaces, sin embargo, han salido a la
capacidad por haber contraído matrimonio civil , o adquirido un tirulo que los habilite
para ejercer una profesión u oficio, supuestos contemplados en el art. 46 del c.c.
En cuanto a los enfermos mentales cuya interdicción hay sido declarada, no ofrece
mayores dudas, sin embargo, la pregunta que habría que hacerse es con respecto a
los enfermos mentales que no han sido declarados en interdicción, aun en estos
casos , la nulidad del testamento sigue siendo tal, claro que la prueba de la insania va a
ser trascendente para que el juez se pronuncie por la ineficacia del testamento.
En conclusión son testamentos nulos no solo los que aparecen en el Art. 808
del código civil, si no en todos los casos de las personas absolutamente
incapaces que hayan otorgado testamento, lo que nos lleva a concordar la
norma del Art. 808 con el Art. 43 del código civil.
En el caso del testamento, este será nulo cuando el objeto no pueda identificarse,
precisarse, no se pueda individualizar, y también cuando el objeto no pueda cumplirse
materialmente, o cuando el objeto del testamento no guarde conformidad a derecho o
esté en contra abiertamente de la ley
Este acto jurídico es solemne en tanto que obligatoriamente debía seguirse la forma
establecida por ley para que tenga vida; forma, debemos entenderla como el conjunto
de requisitos necesarios para que un acto produzca los efectos deseados, y de lo que
llevamos señalado, el testamento es un acto jurídico formal, y de no cumplirse con
estas formalidades, entonces se dice que el acto es nulo.
Nuestro código civil también regula situaciones especiales en las que el testador es
invidente y analfabeto, en las que se establecen, para garantía del mismo testador,
otros requerimientos de obligatorio cumplimiento. Se pronuncia sobre el requisito de la
firma en los invidentes y analfabetos, en la hipótesis probable de que no puede ser
dada por el testador. En este supuesto y para evitar nulidades, la exigencia de la firma
se suple con la firma del testigo testamentario que el mismo testador designe.
Sobre el particular, hay que decir que existen hasta 4 normas en las que el legislador
se pronuncia expresamente sobre la nulidad de los testamentos.
El art. 808 del c.c que ya hemos revisado, declara la nulidad del testamento otorgado
por el enfermo mental declarado en interdicción, o el menos de edad; el art. 811
también ya tratado y que gira sobre la nulidad de los testamentos por defectos de
forma, esto es tratándose de los testamentos ordinarios y el 813 que alude a los
testamentos especiales; y por último el 814 que señala que el testamento
mancomunado es nulo, entendiéndose la nulidad porque el testamento tiene como
característica ser individual, es decir que el otorgado por una persona, con lo cual se
garantiza una auténtica libertad testamentaria, un testamento no puede contener la
expresión de voluntad de varias personas, es preciso que las disposiciones
establecidas en este, emanen de una voluntad única, el testamento al ser otorgado en
común por 2 o más personas resta autonomía y libertad a cada uno de los otorgantes
de manera que ninguna otra persona pueda influenciar en la voluntad testamentaria u
obstaculizar la facultad de revocación del testador en el caso que desee proceder de
esa manera.
Juan Olavarría: Así, la sucesión contractual implica el que los 2 o más voluntades
finalmente concuerden y determinen con uniformidad de opinión y criterio la disposición
de sus bienes con efecto post mortem, lo que de suyo atenta contra la libertad,
autonomía y espontaneidad que deben caracterizar la voluntad testamentaria. En
efecto, al igual como ocurre en los contratos, las voluntades individuales de las partes
contratantes terminan fusionándose para formar una voluntad contractual en función al
consenso consumado, trayendo consigo la obligatoriedad de los términos pactados.
El numeral 687 señala quienes son incapaces de otorgar testamento, y que como ya lo
hemos analizado, comprende tanto a los incapaces absolutos (menores de edad,
privados de discernimiento, sordomudos, sordo ciegos y ciego mudos) como a los
incapaces relativos, esto es, los retardados mentales, los que sufren deterioro mental,
los ebrios habituales y toxicómanos, agregándose a ellos los que carecen, en el
momento de testar, de lucidez mental y de libertad necesaria.
Al interpretación correcta de la segunda parte del art. 808 del c.c, debe estar referida a
que los testamentos anulables son los otorgados por los incapaces relativos, y estos lo
son, según el art. 44 del c.c, los retardados mentales, los que sufren deterioro mental,
los ebrios habituales, los toxicómanos, y a todos ellos debemos sumar una incapacidad
transitoria que solo se presenta en el acto de testar, esto es, a los que les falta lucidez
mental en el acto del otorgamiento.
El testamento demanda una voluntad libre, autentica , y con pleno conocimiento del
acto; por lo tanto , si alguien fue forzado a testar, o fue forzado a testar en un sentido
opuesto al que deseaba el testador, entonces ese testamento debe ser atacado, pues
le falta lo esencial, que es la plena libertad en el acto de testar; además si la voluntad
de testar está presente, pero se encuentra viciada, debido a engaños, presiones, o
padece de error, entonces igualmente ese testamento deberá ser atacado, pues no
responde a la auténtica voluntad de su autor. Es por ello que los vicios del
consentimiento del acto jurídico parecen en sede de sucesiones para demandar la
ineficacia del acto testamentario. Entonces veamos por separado cada uno de estos
supuestos, debiendo precisar que el énfasis en el tema será desde la perspectiva
sucesoria no desde el ámbito propio del acto jurídico.
El dolo es causal de anulación del acto jurídico, cuando el engaño usado por una de las
partes ha sido tal que, sin este la otra parte no hubiera celebrado el acto, obsérvese de
ellos que esta maquinación, dirigida a captar la voluntad de la persona a través de un
engaño, es propio de los actos sinalagmáticos, resultando difícil que se dé en actos
unilaterales, como es el supuesto del testamento, sin embargo, el legislador la deja
como posibilidad, en el caso de que la voluntad del testador haya sido capturada a
través del engaño realizado por terceras personas.
El jurista colombiano Víctor Hugo Calderón manifiesta que el dolo en los testamentos
puede revestir dos formas, por sugestión, cuando el tercero logra que el testador odie a
las personas que pensaba gratificar, con lo cual afirma que la voluntad queda viciada al
haberse sugestionado al testador, quien bajo ese engaño cambiara su acto beneficio,
dejándole quizás la asignación a aquel que fue el que genero el engaño. En cuanto al
dolo por captación, en este supuesto el tercero simula un afecto especial hacia el
testador, para hacerse digno de algún beneficio por parte de este e incluso mejorar su
legado; como es de verse, en cualquiera de estos supuestos, el problema mayor es
como probar que ha habido engaño, cuando la persona que otorgo el testamento ya no
existe; sin embargo se deja como posibilidad abierta para atacar el testamento.
SANTOS BRIZ agrega que "... la doctrina y la jurisprudencia admiten el error como
causa invalidarte de los testamentos (...). ( ... ) Para que el error anule el testamento es
necesario que no pueda saberse ciertamente cuál es la persona que quiso beneficiar el
causante, y no lo es cuando hay duda sobre la identidad de los llamados. El error en
los motivos no invalida el testamento cuando resulta claro del mismo cuál fue la
intención del testador..." (Citado por (JARA QUISPE)
El art. 810 del c.c trata del testamento otorgado expresando como causa la muerte del
heredero instituido en testamento anterior, en cuyo caso valdrá este último teniéndose
por no otorgado el testamento posterior. Si se comprueba que la noticia del
fallecimiento es falsa; sobre el particular, el art. 205 del c.c, refiere que el error en el
motivo solo vicia el acto cuando expresamente se manifiesta como su razón
determinante y es aceptado por la otra parte, pues bien, está claro que si el testamento
segundo se ha otorgado expresando la muerte de su sucesor, a quien se llamó en un
testamento anterior y resulta falsa la muerte del heredero, entonces es lógico es que
ese segundo testamento no surta efecto alguno, quedando vigente el primero en
estricta aplicación del numeral 205.
El art. 812 del c.c civil dice textualmente: El testamento es anulable por defecto de
forma cuando no han sido cumplidas las demás formalidades señaladas para la clase
de testamento empleada por el testador. La acción no puede ser ejercida en este caso
por quienes ejecutaron voluntariamente el testamento, y caduca a los dos años
contados desde la fecha en que el heredero tuvo conocimiento del mismo».
La norma referida peca de no tener claridad, y más bien lleva a confusión, en tanto que
pareciera ser que el legislador trata las formalidades ordinarias del testamento
graduándolas, en donde habría unas tan trascedentes que su incumplimiento llevaría a
la declaración de nulidad, como serían los casos del art. 811 y 813, mientras que otras
simplemente llevarían a la nulidad relativa, pero ello no es así; en los testamentos, la
formalidad es esencial; el no cumplimiento de las formalidades originan la nulidad del
testamento y no su anulabilidad; entonces a que supuesto se está refiriendo la norma,
que otras formalidades existen en el testamento cuyo incumplimiento no demandaría su
nulidad.
EFECTOS
La Nulidad del Testamento produce efectos hacia el pasado y hacia el futuro; hacia el
pasado procurando volver las cosas al estado anterior en que se encontraban a su
otorgamiento. En materia testamentaria, este retrotrae las cosas al momento anterior.
El efecto de la nulidad se proyecta al futuro porque el acto no tendrá validez para
transmitir derechos para después de la muerte.
Graciela Medina refiere sobre los efectos propios de la Sentencia que declara la
nulidad del testamento son propios y por lo tanto es causa directa de la obligación
restitutoria. Por ejemplo, si se declara nulo un testamento después de la entrega de
los objetos legados, no hay necesidad de iniciar acciones de restitución, la acción de
restituir está implícita en la de nulidad y tiene directa conexión con la relación procesal.
Los efectos de la nulidad del testamento en relación con las partes varía según que el
acto se hubiere ejecutado o no.
Si se declara la nulidad del testamento antes que este se hubiere ejecutado, los
herederos, legatarios y destinatarios de los cargos, no podrán pretender su
cumplimiento.
Respecto de la Nulidad del Testamento y sus efectos a terceros señala que: A los
terceros adquirentes de buena fe y a título oneroso, los actos de disposición de la
herencia serán siempre válidos, tenga o no buena fe el heredero aparente. Frente a
terceros también serán válidos los actos de administración de la herencia realizados
por el heredero excluidos por la acción de nulidad, cuando este haya entrado en
posesión de la herencia. Es decir, que si el heredero aparente ha realizado un contrato
de locación, este debe ser respetado, salvo que el tercero sea de mala fe.
EN EL DERECHO INTERNACIONAL
En España:
En Alemania:
En México:
En todo caso el testador no podrá impedir por motivo alguno, que se impugne el
testamento cuando es claramente nulo. Serán nulas las cláusulas en donde se
manifieste que se renuncia al derecho de testar y en las que se impida a otro hacer uso
de su derecho. También será nula la renuncia a la facultad de revocar el testamento. El
nuevo testamento revocará de pleno derecho el antiguo testamento a menos que el
testador le de validez parcial o total al antiguo.
CONCLUSIONES
El testamento es pues aquel documento que permite a una persona disponer de sus
bienes, es decir hacer que se cumpla su última voluntad antes de su muerte, siempre
y cuando cumpla con las formalidades exigidas por ley.
Ahora bien así como toda persona puede suceder a otra después de su muerte, es
necesario tomar en cuenta la capacidad de la persona, es decir la aptitud de la persona
para ser sujeto de derechos y obligaciones y para practicar actos con eficacia jurídica, y
así dicha sucesión sea válida
Un testamento no del todo puede quedar anulado porque puede confirmarse y con eso
pretender tener ese acto jurídico como eficaz y valido.
BIBLIOGRAFÍA