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"Año de la consolidación del Mar de Grau"

UNIVERSIDAD
PRIVADA
SAN PEDRO
FACULTAD
DE
DERECHO Y CIENCIAS POLITICAS

CURSO : DERECHO CIVIL VII (SUCESIONES)

TEMA : INEFICACIA DEL TESTAMENTO

DOCENTE : TAFUR RIZ, JUAN JOSE

ALUMNAS : LLASHAG FIGAIRAS, GINA

MENESES GERONIMO, CRISTINA

CICLO : IX -¨A¨

HUACHO – PERÚ

2016
DEDICATORIA:
A ti nuestro Divino Dios pues nos dirige en la vida, y nos das salud y sabiduría para
alcanzar todas nuestras metas.

A nuestros padres por todo su amor, compresión y estar siempre a nuestro lado cuando
más los necesitamos.

PRESENTACION
El presente trabajo está orientado al estudio de LA INEFICACIA DEL
TESTAMENTO, seguida por la revocación, caducidad, nulidad, anulidad,
casos referentes al tema extendido y veraz de grandes libros de autores
dedicados al estudio y la similitud con el DERECHO CIVIL (sucesiones). No
obstante advertir que para el desarrollo de este trabajo, nos apoyamos con
las doctrinas y jurisprudencia pertinentes con las grandes enseñanzas de
nuestras vidas diarias.

Como son temas de nuestro agrado nos preocupamos en reunir y precisar


cada punto de la ineficacia del testamento y desarrollar para así poder
saber sobre que se trata en reunir todo el material necesario para la buena
elaboración del presente trabajo para poder entender más claro sobre este
tema. Esperando servir como guía o herramienta al lector y
fundamentalmente, esperamos también, cumpla las expectativas del
profesor del curso, ya que por cargo del mismo como trabajo de evaluación,
hizo posible la materialización del presente.

Y por último el presente trabajo es el fruto de nuestro desempeño


responsable de este trabajo.

Alumnas

INTRODUCCION
.
El testamento, como expresión de transmitir los bienes para después del fallecimiento,
tiene su origen con la aparición de la propiedad individual al resultar incompatible con la
organización colectiva de la propiedad. Algunos autores, encuentran su origen en la
sucesión de la autoridad del grupo social y que en Roma, desde muy remotos tiempos, al
páter familias se le reconoció la potestad de darse un sucesor, hasta que
paulatinamente la facultad de testar fue convirtiéndose en un acto de disposición de
bienes. La disposición de última voluntad del causante puede ser objeto de nulidad
como cualquier acto jurídico, género del cual el testamento es una especie. Además,
la ley establece para ellos, casos específicos, que pueden generar su nulidad total o
parcial o convertirlos en nulos o anulables.

En el derecho peruano la gran problemática ha surgido en la poca claridad de los


legisladores para establecer los casos en que se genera la caducidad y la nulidad por
lo cual en el presente trabajo, plasma como la doctrina peruana brinda la claridad a los
casos en los cuales se debe plantear una caducidad o nulidad a un testamento para
restarle eficacia
CAPITULO I

Ineficacia
Del
Testamento

CONCEPTO DE TESTAMENTO

El testamento es un acto jurídico, ya no solo por conceptuación doctrinal sino, además,


por su conceptuación legislativa. Por ello, puede definirse el testamento como un acto
jurídico, cuyo contenido está determinado por una declaración de voluntad destinada a
crear los efectos y relaciones jurídicas previstas por el testador, la que es dada a
conocer después de su fallecimiento.

Es un acto jurídico porque se genera en la voluntad privada del testador destinada a


crear, regular, modificar o extinguir relaciones jurídicas, patrimoniales o no
patrimoniales, trátese de derechos personales como en el caso de autorizar la
publicación de la correspondencia epistolar; derechos familiares, como el
establecimiento de una relación paterno-filial; hereditarios, como los que resultan de la
institución de herederos o legatarios; reales, como la constitución de un usufructo;
crediticios , como el reconocimiento de obligaciones, intelectuales, como la cesión de
explotación de una patente industrial, o participatorias, como la suscripción de acciones
en una sociedad mercantil.

LOS REQUISITOS DE VALIDEZ DEL ACTO TESTAMENTARIO

Siendo el testamento un acto jurídico, son de aplicación, para su validez, los requisitos
que enumera el Art. 140. Los requisitos de validez del acto jurídico son los que resultan
también, contrario sensu, de las causales previstas en el Art. 219 para la nulidad
absoluta. De este modo, son requisitos de validez del testamento la manifestación de
voluntad del testador, su capacidad, el objeto y la finalidad del testamento, así como la
observancia de la forma prescrita bajo sanción de nulidad.

a) La manifestación de voluntad del testador

Como acto jurídico, que es, el testamento requiere de la manifestación de voluntad.


Esta, que es la voluntad jurídica, debe guardar perfecta correlación con la voluntad
interna del testador, o sea, responder a un proceso formativo de la voluntad que no
conduzca a divergencia alguna entre lo que es el testador quiere y lo que declara, esto
es, que responda a una voluntad sana que sea consecuencia del discernimiento en la
que el error y el dolo no afecten su función cognoscitiva ni la violencia o intimidación
afecten su libertad para decidir. La divergencia que pueda producirse, sea consciente o
inconsciente, afectará la validez del testamento o puede dar lugar a su impugnación.
La manifestación de voluntad del testador debe ser expresa, dentro del concepto del
Art. 141, y sólo puede formularse por escrito cualquier que sea la forma instrumental
que corresponda, conforme a lo preceptuado por el Art.695.

b) La capacidad del testador

La manifestación de voluntad para generar el acto testamentario debe emanar de


sujeto capaz. En el caso del testador, debe acondicionarse a su capacidad de goce, la
capacidad especial de ejercicio que, contrario sensu, resulta del Art. 687 y otras
disposiciones del Código. Así son capaces de celebrar el acto testamentario los
mayores de edad, o sea, los que conforme al Art. 42 han cumplido 18 años de edad, y
también tratándose de varones, los mayores de 16 años que han contraído matrimonio
o han obtenido título oficial que los autorice para ejercer una profesión u oficio, y las
mujeres mayores de 14 años, que han contraído matrimonio (inc. 1); y los pródigos, los
que incurren en mala gestión y los que sufren pena que lleva anexa la interdicción civil
(inc. 2). Pueden también testar, los que privados de discernimiento, en el momento de
hacerlo están en un intervalo lúcido (inc. 3).

El maestro Lanatta: la referencia del inc. 3 del Art. 687 a los que carecen al
momento de testar por cualquier causa, aunque sea transitoria, de la lucidez
mental y de la libertad necesarias para el otorgamiento de este acto, incluye
a las denominadas alteraciones mentales transitorias.

Atendiendo a las clases de testamento, los analfabetos y los ciegos tienen capacidad
para testar, pero sólo por escritura pública (Arts. 692 y 693). Los mudos, los
sordomudos y los que se encuentran en la imposibilidad de hablar pueden hacerlo en
testamento cerrado o en testamento ológrafo (Art. 694).

c) El objeto del testamento


Debe considerarse objeto del acto jurídico todo lo que es externo al sujeto o, si se
quiere, considerarse que lo que no es sujeto es objeto. De este modo, es objeto aquello
sobre lo que recae la manifestación de voluntad, pudiéndose entender por tal, los
bienes, las obligaciones, los efectos buscados y, si se quiere, la relación jurídica
misma, que se crea, o sobre la que se dirige la manifestación de voluntad para
regularla, modificarla o extinguirla.

Pero el Inc. 2 del Art. 140 prescribe que el objeto debe ser física y jurídicamente posible
y, el Inc. 3 del Art. 219, contrario sensu, que sea determinable.

Debemos precisar, entonces, que la posibilidad física está referida a la existencia o


posibilidad de existir del objeto y que la posibilidad jurídica está referida a su
conformidad con el ordenamiento jurídico. La determinabilidad debe entenderse como
la identificación del objeto.

Ahora bien, el objeto del testamento, en el orden de ideas expuesto y ateniéndonos al


Art. 686, viene a ser, en el caso de las disposiciones patrimoniales, los bienes a los
cuales se refiere la voluntad del testador y, en el caso, de las no patrimoniales, a la
relación jurídica que emana o se extingue de la voluntad del de cujus.

d) La finalidad del testamento

Habría que señalar, en primer lugar, que nosotros entendemos la finalidad como la
causa del acto jurídico.

Pero la causa subjetiva, esto es, entendida como el motivo impulsivo y determinante de
la celebración del acto jurídico. Se trata, pues, de la causa-fin, que puntualiza la
moderna doctrina. Así, pues, la finalidad -"o fin lícito"- consiste en la orientación que se
da a la manifestación de voluntad para que ésta se dirija, directa y reflexivamente, a la
producción de efectos jurídicos. Se presenta, de este modo, una identificación de la
finalidad con el contenido del acto jurídico, o sea, con los efectos buscados mediante la
declaración de voluntades, cuya licitud radica en la conformidad con el régimen legal
aplicable al acto jurídico celebrado.
Ahora bien, tratándose de la finalidad del testamento, la cuestión no es simple y en las
disposiciones patrimoniales no coincide con lo que hemos dejado expuesto. El
testamento, como lo hemos indicado, es un "llamamiento", lo que implica una limitación
de la autonomía de la voluntad, pues el testador sólo puede hacer uso de ella en la
porción de libre disposición y deberá cuidar de ordenar su propia sucesión "dentro de
los límites de la ley", como preceptúa el Art. 686. En las disposiciones no patrimoniales
se amplía el ámbito de la autonomía de la voluntad y en éstas si hay coincidencia con
lo que hemos dejado expuesto.

e) La forma en el testamento

El testamento, es un acto de forma prescrita, esto es, sólo puede celebrarse


observándose las formalidades establecidas en la ley de conformidad con la clase de
testamento que se otorga.

Como se sabe, la forma prescrita puede ser ad probationem o ad solemnitatem, según


sea exigida sólo como medio probatorio de la existencia del acto o, además, sea
consustancial al mismo. Es esta última la que se constituye en requisito de validez,
conforme al Inc. 4 del Art. 140, ya que según precisa el Art. 144 "cuando la ley impone
una forma y no sanciona con nulidad su inobservancia, constituye sólo un medio
probatorio de la existencia del acto".

Las formalidades para cada uno de los testamentos reconocidos en el Código están
prescritas en las respectivas disposiciones que las rigen, o sea, en el Art. 696 las
formalidades esenciales del testamento en escritura pública; en el 699, las del
testamento cerrado; en el Art. 707 las del testamento ológrafo; en el Art. 713 las del
testamento militar; y, en el Art. 717 las del testamento marítimo, todas las cuales
suponen la forma escrita conforme al precepto del Art. 695.

Ahora bien, las formalidades prescritas por los numerales anteriormente citados son de
carácter ad solemnitatem y, en consecuencia, constituyen requisitos de validez del acto
testamentario, pues su inobservancia hace nulos los testamentos, conforme a los Arts.
811 y 813, concordantes con el Art. 144 y el Inc. 4 del Art. 140, que prescriben la forma
que debe ser observada bajo sanción de nulidad.

LA INVALIDEZ EN EL DERECHO ROMANO

La invalidez del testamento puede producirse por hechos anteriores a su confección, o


por una situación posterior.

Es así que el testamento puede ser nulo (injustum) si le falta un elemento de validez;
un testamento regular (justum) puede ser destruido (ruptum), o inútil (irritum) por capitis
deminutio del testador.

A. Ineficacia inicial.- testamento que es nulo dese el momento de su confección.


B. Ineficacia sobrevenida.- testamento que se hace ineficaz por alguna razón
posterior.
Se distingue 2 momentos:

A).-El momento de la confección para que valga la institución


B).-El momento de la muerte para que surta efectos
Existe un tercer momento que es el de la aceptación de la herencia.

Supuestos de invalidez o ineficacia:

 Testamento no confeccionado conforme a derecho.


 Testamento nulo o inútil. No se ha instituido heredero.
 Testamento irrito, se hace nulo con posterioridad si el testador o el heredero
sufren una capiti deminutio.

INEFICACIA DE LOS TESTAMENTOS


Los testamentos se otorgan para crear relaciones jurídicas, las mismas que deben
comenzar a producirlas a la muerte del causante. Este es el fin último del testamento;
sin embargo, puede acontecer que por diversas circunstancias tales efectos no lleguen
a materializarse, con lo cual el testamento que nació para tener vida propia no llega a
tenerla Sobre el particular, Gemente de Diego nos dice que la ineficacia de los
testamentos es la carencia de efectos del mismo, la condición de aquellos que, por
distintas causas, no llegan a producir los efectos a que estaban ordenados.

La carencia de efectos puede darse por propia voluntad del tentador, cuando revoca el
testamento que otorgó; o puede darse por incumplimiento de los requisitos necesarios
para la existencia del testamento, como podrían ser los casos de nulidad del
testamento, al faltar un requisito indispensable para su existencia; o por la caducidad,
al no cumplirse con determinados supuestos para la eficacia de los mismos, como
pueden ser los casos de falta de protocolización de un testamento ológrafo.

De lo que llevamos señalado, el testamento puede resultar ineficaz por nulidad del
mismo, ejemplo de ello puede ser el caso de un testamento otorgado por un incapaz
absoluto sujeto a interdicción; asimismo, puede ser ineficaz porque el mismo testador lo
deja sin efecto al revocar el testamento, revocación que se da en tanto que es un
derecho de testador como acto unilateral de manifestación de voluntad, pero en general
la revocación se da generalmente cuando han variado las circunstancias en las que lo
otorgó, y sobre todo por no representar su última voluntad; sin embargo, es bueno
reiterar el concepto de que la revocación no requiere fundamentación También puede
ser ineficaz por haberse producido un supuesto de caducidad, como podría ser el caso
de la falta de cumplimiento del testamento dentro de determinados plazos, o cuando no
se dan ciertos supuestos para la eficacia del mismo, como acontece cuando se
instituye un heredero voluntario, y al abrirse la sucesión al testador le sobrevive
heredero forzoso que no tenía cuando testó, puesto en ese escenario se dice que la
institución del heredero voluntario ha caducado.

La ineficacia del testamento puede ser total o parcial; en el caso de la nulidad, esta
puede comprender todo el testamento o limitarse a alguna cláusula del mismo. Igual
puede acontecer con la revocación del testamento, que por propia disposición del
testador puede abarcar todo el testamérifó7ó sólo una parte de este; y en cuanto a la
caducidad, aunque generalmente lo es de todo el testamento, nuestra legislación
consigna una suerte de caducidad parcial, a propósito de la caducidad de la institución
de heredero regalada en el artículo 805 del Código Civil.

A continuación, comenzaremos a analizar cada una de estas formas de ineficacia del


testamento, que en nuestro Código están dadas por la revocación, la caducidad v la
nulidad o anulabilidad del testamento, debiendo precisarse que en algunos casos esta
ineficacia responde a la voluntad del testador (revocación) y en otros, la voluntad del
causante está ausente (caducidad, por ejemplo).

REVOCACIÓN DEL TESTAMENTO

Cuando analizamos las características del testamento, señalamos que este responder
a la última voluntad del testador; en consecuencia si por diversos motivos o
circunstancias, la voluntad expresada en un testamento ya que sea su última voluntad,
pues ha cambiado de parecer, entonces es legítimo que el Derecho faculte a ese
testador a dejar sin efecto todo o parte testamento, lo contrario sería atarlo a una
voluntad que ya no es suya, con estaría atentando contra su libertad y el derecho de
testar, por ello el prevé la figura de la revocación como un derecho propio del testador,
al revocar no necesita explicar los motivos por los cuales lo hace, aun de ordinario los
tenga tal como ya lo hemos anotado.

Entendemos por revocación al acto libre y voluntario del testador, por el deja sin efecto
todo o parte del testamento. Por ejemplo, si el testador instituye a un legatario, a quien
le asigna en concepto de legado la suma de 20 mil, y por la consideración y estima que
le guarda en atención a las supuestas morales del legatario; sin embargo, desde que
testa hasta que ocurre del causante, este comprueba que el legatario es una persona
inmoral, y que por cierto no merece nada del testador, entonces manifiesta a través de
otro testamento, dejando sin efecto el legado; todo ello pues se está respetando al
máximo la auténtica voluntad del testa- hacerlo es ir contra el testador.

El hecho de que el testador revoque un testamento anterior, no perjudica a nadie, pues


cuando él testa, con nadie se compromete, con nadie y en esa medida el legatario, en
vida del causante no tiene derecho sobre el bien legado, bien que sigue perteneciendo
al testador, y dé allí su libertad y facultad de disponer de un bien de su propiedad como
mejor la parezca.

DISPOSICIONES LEGALES SOBRE LA REVOCACIÓN

El artículo 798 del Código Civil dice textualmente: «El testador tiene el derecho de
revocar, en cualquier tiempo, sus disposiciones testamentarias. Toda declaración que
haga en contrario carece de valor». Obsérvese el derecho sagrado y sustantivo de la
revocación, sobre la cual se ha señalado que es una forma de actualizar su 'libertad
testamentaria, derecho que no puede ser enervado ' siquiera por el mismo testador,
pues aun cuando exprese en su testamento que será el único y que cualquier
testamento posterior no valga, esta disposición para nuestros legisladores, no tendrá
ningún valor, e incluso se considerará como no puesta.

En el Derecho romano, se conoció lo que se vino en denominar la cláusula ad


cautelara, significando ello que el testador, al expresar su voluntad determinando que
no sería válido ningún otro testamento suyo posterior, si no constaban en él, ciertas
cláusulas o señales; entonces si posteriormente aparecía:' otro testamento sin esas
señales, ese nuevo testamento no tenía ningún valor; la razón de ser de una
disposición de esa naturaleza era por cuanto se trataba de proteger al testador (cautela
es precaución, garantía), en vista de que temía ser," obligado a otorgar otro testamento,
quizás muy diferente al anterior, o revocando ello, entonces la legislación de esa fecha,
decía, como ya se ha señalado, que ese nuevo testamento solo tenía valor, si en él
aparecían las señales consignadas en el testamento originario; si esas señales no
aparecían en el nuevo testamento,: este carecía de valor. En el presente han
desaparecido estas cláusulas, y aun cuando se consigne ello, se tendrá como no
puesto.

CLAUSULA IRREVOCABLE
En principio todo testamento es revocable, y como ya lo hemos señalado,, puede
revocarse el testamento en su integridad, o la revocación puede ser sólo de alguna o
algunas cláusulas, con lo cual estamos ante la figura de la revocación parcial; sin
embargo un testamento puede contener alguna cláusula que por su naturaleza sea
irrevocable, como es el caso del reconocimiento de un hijo extramatrimonial,
reconocimiento que a la luz del artículo 395 del código civil es irrevocable, entonces
cabe la pregunta de cómo se condice esta norma, con la que señala (798 del código
civil) que el testamento es revocable. Aparentemente estamos ante dos normas que
colisionan, y cuál de estas será la que se tiene que seguir, sobre todo en nuestro país,
en donde no existe norma que dilucide este asunto, como sí lo hay; por ejemplo, en la
legislación argentina con su artículo 333 del código civil, que dice que todo
reconocimiento en testamento puede ser revocado, sin embargo debemos reparar que
en el Perú, el reconocimiento de hijo extramatrimonial es norma de orden público y en
atención a ello es que no se permite revocar el reconocimiento.

Para tomar una posición respecto de las normas aparentemente en contradicción como
son los artículos 395 y 798 del código civil, habría que plantearnos las clases de
testamentos que existen para saber si la revocación del reconocimiento que aparece en
un testamento es factible o no. Veamos: si se trata de un testamento ológrafo, al no
exteriorizarse este testamento y quedar en manos del mismo testador, si este procede
a romper, destruir, quemar el testamento que Contiene la cláusula de reconocimiento,
lo que estaría sucediendo, es que ese Reconocimiento queda revocado al desaparecer
el testamento, y si se trata de un Estamento cerrado, también podríamos pensar en el
pliego que contiene la voluntad testamentaria al quedar en manos del notario,
estaríamos protegiendo al reconocimiento; sin embargo, ello no siempre es así, pues la
misma legislación posibilita que el testador solicite la devolución de ese testamento,
con lo cual se está produciendo la revocación del testamento cerrado, y si el testador
procede luego a destruir ese pliego, estaría dejando sin efecto el reconocimiento.

Si el testamento ha sido otorgado por escritura pública, entendemos que «evocación


del testamento comprenderá las cláusulas típicamente sucesorias que van a tener
eficacia luego de muerto el testador, pero no abarcará aquellas cláusulas personales
que para su validez no requieren el hecho de la muerte del causante, y ello porque son
actos inter vivos, como es el caso del reconocimiento de un hijo extramatrimonial,
reconocimiento que como sabemos es irrevocable; entonces el reconocimiento que
aparece en este testamento no puede ser revocado pues se estaría yendo contra una
norma imperativa; por lo tanto, si el testador revoca el testamento otorgado por
escritura pública, testamento que contiene un reconocimiento de un hijo
extramatrimonial, habrá quedado Revocado el testamento en cuanto a las cláusulas
típicamente testamentarias, pero no la referida al reconocimiento; en consecuencia, al
quedar la voluntad testador en el registro del notario, si se diera el caso de que el
interesado (hijo reconocido) toma conocimiento de este reconocimiento, creemos que
podría hacerlo valer.

CLASES DE REVOCACIÓN

Encontramos revocación total del testamento, así como una revocación parcial del
mismo, referido a una o algunas cláusulas del testamento dejando subsistente otras.
Por otro lado la revocación puede ser expresa como una suerte de orden directa del
testador pero también puede aparecer una revocación tácita, referida a hechos o
comportamientos del testador que no dejan lugar a dudas de que su voluntad es
revocar el testamento anterior.

REVOCACIÓN TOTAL Y EXPRESA

El artículo 799 del código civil, refiere que la revocación expresa del testador, total o
parcial, o de algunas de sus disposiciones solo puede ser hecha por otro testamento,
cualquiera que sea su forma. Obsérvese la exigencia formal y de obligatorio
cumplimiento de que la revocación solo puede darse por otro testamento; por lo tanto,
si la voluntad del testador es revocar, pero no usa la vía testamentaria no vale la
revocación.

La revocación expresa significará que el testador ha manifestado su voluntad sin dejar


ninguna duda de sus intenciones, esto es dejar sin efecto el testamento anterior, y para
ello no requerirá fundar o explicar el porqué de la revocación, solo será necesaria la
claridad en su deseo de revocación.
REVOCACIÓN PARCIAL Y EXPRESA

La voluntad del testador no es dejar sin efecto todo el testamento, sino sólo una parte.
En este caso deberá expresar claramente qué cláusula o cláusulas está revocando;
ahora bien, el artículo 799 que consigna esta revocación indica que debe ser hecha a
través de otro testamento, en tanto que como ya lo hemos manifestado no cabe usar
otra vía para ello. En atención a ello, dijimos en su momento, a propósito de la
desheredación, v ahora lo reiteramos, que existe confusión en el legislador al posibilitar,
en el artículo 753 del Código Civil, la vía de la escritura pública para llevar a cabo una
revocación de desheredación,, en tanto que la desheredación está contenida en un
testamento, y si se quiere dejar sin efecto esta (revocación), estaremos ante una
revocación parcial de un testamento, y sujeto a lo que señala el artículo 799; esto es la
única vía para revocar total o parcialmente un testamento, es otro testamento.

REVOCACIÓN TOTAL Y TÁCITA DEL TESTAMENTO

Los actos realizados por el testador, la conducta adoptada ante determinadas


circunstancias, no dejan duda de que el testador desea dejar sin efecto un testamento
anterior. En consecuencia, y sin decirlo expresamente, vuelve a testar, y en este nuevo
testamento aparecen disposiciones totalmente incompatibles con el anterior, lo que nos
lleva a señalar que estamos ante un caso de revocación tácita del testamento anterior.

Veamos en nuestra legislación cuando estamos ante una revocación tácita del
testamento. Por ejemplo, un testador que luego de haber testado vuelve a hacerlo, y en
este nuevo testamento consigna cláusulas que resultan totalmente incompatibles con
las del testamento anterior. En esa circunstancia, y a estar a las fechas de los
testamentos, el último será el que tenga valor, y debido a que es opuesto al anterior,
este quedará sin efecto, es decir habrá sido revocado en su totalidad por el nuevo
testamento, pese a que el testador no lo ha dispuesto expresamente.

REVOCACIÓN TÁCITA Y PARCIAL DEL TESTAMENTO


Siguiendo el mismo razonamiento empleado para el caso anterior, si el testador; por
ejemplo, en un testamento anterior ha instituido un legatario a quien le lega un carro, y,
luego vuelve a testar y en ese nuevo testamento el mismo carro es legado a otra
persona, debemos entender que estamos ante un revocación de esa cláusula
(revocación parcial), y tácita, pues la conducta del testador, posterior al otorgamiento
del anterior, resulta incompatible con el testamento originario.

REVOCACIÓN TÁCITA DEL TESTAMENTO CERRADO

Refiere el artículo 802 del código civil, que el testamento cerrado queda revocado si el
testador lo retira de la custodia del notario. Obsérvese que lo que queda revocado es la
forma de otorgar el testamento, en este caso la vía cerrada, pues si el testador que ha
retirado de la notaría su testamento ha redactado su pliego testamentario de puño y
letra, y lo conserva, y luego de ocurrido su deceso, se encuentra dicho pliego, entonces
valdrá el testamento, en su forma ológrafa, mas, como ya quedó señalado, no como
testamento cerrado. Todo ello de conformidad con lo dispuesto en el artículo 803 que
en la parte pertinente dice: «El testamento cerrado vale como ológrafo si se conserva el
pliego interior, y este reúne las formalidades señaladas en la primera parte del artículo
707». Este numeral en su primera parte, está referido a la redacción del testamento
para que sea considerado como ológrafo, esto es que sea redactado de puño y letra
por el testador.

El artículo 803 del código civil, también señala que el testamento cerrado queda
revocado cuando el mismo testador procede a abrirlo. Pues bien, este último supuesto
está referido a aquellos testamentos que, con la legislación del código civil de 1936,
quedaban en poder del mismo testador, lo cual con la nueva legislación ya no es
posible, pues ahora el notario se encarga de custodiar el testamento cerrado.

REVOCACIÓN TÁCITA DEL TESTAMENTO OLÓGRAFO

En forma escueta refiere el artículo 804 del Código Civil, que el testamento ológrafo
queda revocado si el testador lo rompe, destruye o inutiliza de cualquier otra manera.
Al estudiar el testamento ológrafo, señalamos que en este no intervienen ni notario ni
testigos, y que el testamento puede quedar en poder del testador, o de tercera persona,
a quien el testador le ha encargado su custodia hasta que se produzca su deceso.
Pues bien, si ese testamento ológrafo vuelve a poder del testador y procede a
destruirlo, se entiende que es porque ya no responde a su última voluntad, entonces se
habrá producido la revocación tácita del testamento ológrafo, y en este mismo orden de
ideas también quedará revocado, si el tercero destruye el testamento.

RETRACTACIÓN DE LA REVOCACIÓN

Si el causante ha testado, y, luego de ello, vuelve a testar revocando el testamento


anterior, y, posterior a ello, vuelve a testar, revocando el testamento que a su vez
revocó el primer testamento, entonces, en este supuesto, cabe, preguntarse si el tercer
testamento que revoca el segundo, el mismo que había revocado al primero, en esa
circunstancia, ¿deben renacer las disposiciones del primer testamento?

Sobre el tema, tenemos el artículo 800 del Código Civil, que dice en forma clara que si
el testamento que revoca uno anterior es revocado a su vez por otro posterior, reviven
las disposiciones del primero, a menos que el testador exprese su voluntad contraria.
Siguen esta corriente legislativa los códigos de Alemania, Italia y Argentina; sobre el
particular, discrepamos de la forma cómo el legislador, ha tratado este tema, conocido
como la revocación de la revocación o retractación de la revocación, y discrepamos en
función a que el legislador para llegar a esta fórmula, presume la voluntad del testador,
de que si un tercer testamento revoca a un segundo, el cual a su vez había revocado a
un primer testamento, entonces al quedar revocado el segundo, debemos presumir qué
el testador quiere revivan las disposiciones del primer testamento.
LA CADUCIDAD

CONCEPTO DE CADUCIDAD

 El vocablo caducidad tiene su origen etimológico en las locuciones latinas


caducus y cadere, cuyas acepciones son, entre otras, las de dejar de ser,
desaparecer, acabar la vida, la de terminar, extinguirse. El Diccionario de la Real
Academia de la Lengua le da, atendiendo a su origen etimológico, el significado
de perder su fuerza una ley, un testamento o un contrato, y el de extinguirse un
derecho, una facultad, una instancia o un recurso, entre otras. De ahí, entonces,
que llevado el vocablo a su significado jurídico sea el de un anuncio o
advertencia de una futura e inexorable extinción de los derechos por el
transcurso del tiempo.

El origen histórico de la caducidad es materia de divergencias. Para unos,


particularmente los romanistas, la remontan a la Lex Caducarías, que alentaban
las nupcias y la procreación de hijos legítimos e imponían a los casados y a los
célibes la privación de las liberalidades que les hubieran sido otorgadas por no
haber procreado o no haber celebrado nupcias. Para otros, no tiene un origen
tan remoto, aunque sí le reconocen antecedentes en el Derecho Romano, en el
que se distinguía la actío perpetuae, sometida a la prescripción extintiva, de la
actio temporalis, que por depender de un tiempo previamente determinado
devenían en nulas ipso jure por el simple transcurso del tiempo. (VIDAL
RAMIREZ, 2002)
 Según Cabanellas, el termino caducidad alude al lapso que produce la pérdida
o extinción de una cosa o un derecho , efecto que en el vigor de una norma legal
o consuetudinaria, produce el transcurso del tiempo sin aplicarlas; en cuanto a
los testamentos se dice de la ineficacia del testamento a causa de no tener
cumplimiento dentro de determinados plazos , por ejemplo el testamento
ológrafo para que produzca efectos , debe comprenderse y protocolizarse dentro
del año de la muerte del testador , y si no se hace entonces para todos los
efectos , es como si no se hubiera otorgado testamento.
 CLASES DE CADUCIDAD.

La caducidad testamentaria comprende:

a. Caducidad referida al testamento.

Al testamento por escritura pública y al testamento consular, el código no le ha


señalado el plazo de caducidad.

El testamento ológrafo deberá protocolizarse dentro del término perentorio de un año


contado desde la muerte del testador (art.707 del c.c). El código de 1936 concedía un
plazo de 2 años.

Los testamentos militar y marítimo caducan a los 3 meses desde que el testador dejo
de estar en campaña y regreso al territorio nacional, en el primero cuando el causante
desembarco definitivamente en territorio nacional y en el segundo según se desprende
en los art. 715 y 720 del código civil. En el código de 1936 el plazo era de un mes

b. La caducidad testamentaria referida al legatario o herederos.

El testamento referido a los herederos o legatarios, caduca en el siguiente caso:

1. POR OMISION: Cuando se ha preterido a un heredero forzoso, en


todo o en parte. La caducidad, en este caso, se produce solo en
cuanto daña los derechos del preterido (art. 806 c.c).
2. POR HECHOS NUEVOS: Se produce en el caso del nacimi9ento de
un nuevo heredero forzoso después de otorgado el testamento (art.
805 inc.1 c.c).
3. POR ELIMINACION: El heredero instituido se elimina por renuncia de
la herencia, por muerte antes del testador y por separación o divorcio
(art. 805 inc.2 c.c).
4. POR PERDIDA DE DERECHO: El heredero es excluido en caso de
indignidad o desheredación (art. 805 inc.3 c.c)
EXTENSION DE LA CADUCIDAD.

Por su extensión, en derecho sucesorio, la caducidad puede ser:

 En efecto pueden darse estas 2 formas de caducidad, una que afecta la forma
total al testamento, como podría ser el caso del testamento ológrafo no
protocolizado, cuyo efecto es la carencia de efectos del testamento, y la
segunda que lo afecta parcialmente, dejando subsistente las otras cláusulas del
testamento, como es el caso de la caducidad de la institución de heredero o de
legatario, o de aquellas disposiciones que afectan la legítima del heredero.

1. Caducidad total

Ocurre con el testamento ológrafo. El código actual ha modificado 2 aspectos en


cuanto a este plazo en relación al código derogado. En primer lugar, lo ha reducido de
2 a 1 año; pues, como lo hizo ver Lanatta, el plazo anterior era demasiado extenso,
permitiendo que se obtuviera la declaración de herederos y la toma de posesión de
estos de la herencia, la partición de esta e, incluso la disposición de la misma a
terceros. Pero en segundo lugar, se ha modificado el término de plazo, computándose,
en el código de 1936, desde el día de la muerte del causante hasta el día en que se
solicitaba la protocolización; y ahora en el código actual desde el día del fallecimiento
del testador hasta el día en que quede protocolizado el testamento. En este aspecto,
era más justa la norma derogada, porque no hacia depender de terceros el
cumplimiento del plazo como ahora.

También caducan totalmente los testamentos especiales. Así, el testamento militar


caduca a los 3 meses desde que el testador deje de estar en campaña y llegue a un
lugar del territorio nacional donde sea posible otorgar testamento en las formas
ordinarias; y el testamento marítimo que caduca a los 3 meses de haber desembarcado
definitivamente el testador.
2. caducidad parcial.

Esta referida a la preterición de los herederos forzosos. Viene a ser la omisión por parte
del testador a un heredero forzoso de modo intencional o por ignorancia;
configurándose de manera absoluta o relativa.

 Preterición u omisión absoluta.

El art. 806 prescribe que la preterición de uno o más herederos forzosos, invalida la
institución de herederos, en cuanto resulte afectada la legítima que corresponde a los
preteridos. Luego de haber sido pagado esta, la porción disponible, pertenece a
quienes hubieran sido instituidos indebidamente herederos, cuya condición legal es la
de legatarios.

En este caso la acción judicial debe ser interpuesta por los herederos forzosos, con
vocación sucesoria.

 Preterición u omisión relativa.

Referente a esta preterición, tenemos el art. 807 del código civil, que establece que las
disposiciones testamentarias que menoscaban la legítima de los herederos, se
reducirán, a petición de estos, en lo que fueren excesivos.

CASOS EN QUE SE PRESENTA

Bajo el común nomen iuris de "caducidad", los artículos 805, 806 Y 807 del Código se
ocupan de tres situaciones jurídicas bastante distintas entre sí:

a. El Artículo 805, regula la extinción o decaimiento de la institución de heredero,


indebidamente calificada como caducidad. En este caso no hay, estrictamente
hablando, caducidad del testamento entero, como no sea que el mismo
contenga sola y exclusivamente una disposición de nombramiento hereditario.
Es un caso de testamento bien hecho en su momento, pero una de cuyas
disposiciones debe decaer por causa sobrevenida.
b. El Artículo 806, regula la invalidez total o parcial de institución de un heredero
(Legitimario forzoso, o voluntario) por la llamada preterición de uno o más
herederos forzosos.
c. El Artículo 807, regula la reducción de las disposiciones testamentarias que
menoscaben la legítima. Es un caso triple: a) o el testamento fue mal hecho,
pues sin desconocer el derecho de un forzoso, el quantum que le tocaría no
alcanza a cubrir la cuota legitimaria que debiera corresponderle; o b) el
testamento fue bien hecho de acuerdo al estado patrimonial del testador en ese
momento, pero al haber variado la composición del patrimonio entre la fecha del
testamento (o la fecha de la donación) y la fecha de apertura de la sucesión, lo
asignado al legitimario llamado no es suficiente para alcanzar lo que le
correspondería por legítima; o c) hay una limitación cualitativa de la legítima (por
ejemplo, se la ha sujetado a una condición).
Aunque las tres citadas situaciones han sido colocadas bajo la denominación de
"caducidad", tanto por lo que toca al momento en que la causal se produce, como por
el origen de la causa, como por los efectos y alcances que genera, son más las
diferencias que los puntos que tienen en común. Porque, en verdad, lo único esencial
que hay en común es la tutela a la legítima de los herederos llamados forzosos, que
por una u otra razón resulta afectada cualitativa o cuantitativamente.

Por otro lado, cabe precisar que en cuanto a la mal llamada "caducidad", no hay en
verdad "caducidad del testamento", sino extinción o ineficacia de disposiciones
testamentarias que perjudiquen los derechos de ciertos sucesores preferentes, o que
no puedan ser ejecutadas, o que el Derecho, sustituyéndose en la voluntad del
testador, considere que hay que suprimir en todo o en parte. Por ende, el testamento
como tal no caduca, a menos que contenga exclusiva y únicamente disposiciones de
tal suerte perjudicial o no querida. (LANATTA R. E)

CADUCIDAD DEL HEREDERO

En tal sentido el ARTÍCULO 805 prescribe:

 El testamento caduca, en cuanto a la institución de heredero:


1. Si el testador deja herederos forzosos que no tenía cuando otorgó el
testamento y que vivan; o que estén concebidos al momento de su
muerte, a condición de que nazcan vivos. Este inciso se refiere a un
típico caso de invalidez; el Derecho priva de valor total o parcialmente a
la institución del heredero nombrado, para que la ceda por entero a otro
con mayor derecho, o para que comparta su situación con otro que
también lo tiene .Es importante reflexionar sobre el fundamento del
precepto. Lo que la norma ha querido, no es imponer necesariamente al
forzoso la calidad de heredero retirando total o parcialmente la de otro,
sino solamente impedir que al instituir a otro se lesione la legítima del
que la ley denomina forzoso.
Manuel Miranda Canales: la institución de herederos voluntarios solo es posible
cuando el causante no tenga herederos forzosos. En este caso que sobrevenga uno, al
otorgamiento del testamento en que designo heredero voluntario, esta designación
queda sin efecto, por caducidad.

Puede argumentarse, por cierto, que la hipótesis del inciso 1) reposa en una especie de
voluntad presunta del causante. Es decir, que lo hubiera incluido al forzoso en su
testamento de estar nacido o concebido al momento de testar. Pero este argumento no
parece poderoso. En contra de esta suposición puede igualmente esgrimirse otra
asimismo cierta: que, adrede, el testador no quiso modificar su testamento incluso
sabiendo que con posterioridad a la confección del mismo había sobrevenido el
forzoso, porque a dicho forzoso le ha entregado su legítima con donaciones o con
legados materia de otro testamento.

En otras2.palabras,
Si el heredero renuncia de
la caducidad a lalaherencia o muere
institución antes queprevista
de heredero el testador
ensin
este inciso dejar representación
solo sería aplicable,sucesoria,
a mi manerao cuando el heredero
de ver, cuando alesforzoso
el cónyuge
naday se

se le ha dado declara la separación


ni a título judicial
de herencia, nipor
de culpa propia
legado, o elninguna
ni con divorcio.liberalidad
Estos casos sea producen
imputable legítima. cuando no se da si
A la inversa: la representación
el legitimario sucesoria, porque
no instituido ya de
haser
así,recibido
no habría
sucaducidad.
legítima, carece de razón invocar el precepto.

La inutilidad de referirse a la renuncia es casi obvia. Efectivamente, si el llamado a la


herencia renuncia a ella sin dejar sucesores que pudieran representarlo, no se produce
delación en su persona ni en su rama. En realidad, como la renuncia surte efectos
retroactivos al momento de la apertura de la sucesión (artículo 677 in fine), de nada
sirve que la ley postule y ordene la caducidad de la institución de heredero, por la
sencilla razón de que el llamado no quiere serio. Si el ordenamiento permite la renuncia
y apareja a ella la consecuencia de que para el heredero renunciante no hay
mecanismo sucesorio, ¿para qué decir que caduca la disposición que le instituyó como
tal? Expresado con otras palabras: no caduca el derecho derivado de la institución;
antes bien, el derecho existe pero no se lo quiere y se renuncia él, de modo que la
institución no llega a ser efectiva. Es inútil establecer una condena de caducidad de la
institución de heredero dispuesta por el testador para un supuesto en el cual,
definitivamente, no podría cumplirse la voluntad contenida en la disposición.

Pero hay que tener cuidado. Tanto el divorcio como la separación judicial a la que acto
seguido me referiré, han de haber sido posteriores al testamento. Y eso no es todo.
También hay que tener tiento en cuestiones de revocación e interpretación. Pongo un
ejemplo: que el testador ya divorciado revoque parcialmente el testamento otorgado
antes del divorcio, sin incluir entre las disposiciones que revoca aquella en la que
instituía heredero a su ex cónyuge, salvo que concurran otras circunstancias ilustrativas
que demuestren voluntad contraria, me inclinaría por preservar la disposición
manteniendo firme la situación hereditaria, porque todo conduciría a pensar que al
momento de revocar el testador no quiso retractarse del deseo de que lo heredara
quien fue su cónyuge. Razones residuales afectivas tendrá quien así actúa.

3. Si el heredero pierde la herencia por declaración de indignidad o por


desheredación, sin dejar descendientes que puedan representarlo.
En este caso, tratándose de la indignidad o la desheredación, no se da
la caducidad, si el heredero tiene descendientes, quienes puedan
representarlo en la sucesión (Manuel Miranda Canales).

En ambos casos hay inhabilidad sucesoria pasiva. En la desheredación por declaración


de voluntad del testador para privar de la legítima al "forzoso"; en la indignidad por
declaración de voluntad legal plasmada en una sentencia. Y mientras que la primera ha
de obedecer a causas anteriores a la facción testamentaria o existente en ese
momento, la indignidad puede tener origen por causas posteriores.

Atinente a la desheredación, la norma del inciso 3) que comentamos no solo es


superflua y absurda compañera del artificio que es la regulación de caducidad. Peor
aún, la referencia en este lugar a la desheredación es errada y desafortunada. Porque
la desheredación (privación de la legítima por causa que la ley estima justa) es facultad
privativa del testador y por lo tanto solamente él puede hacerla. Y cuando lo hace, priva
de legítima al legitimario, lo que sin embargo no significa privarle de todo derecho
hereditario, porque puede dejarle algo de la herencia excluyéndolo de la legítima. Pero
aunque lo prive de tal derecho, no puede caducar lo que nunca nació, porque el tal
supuesto heredero nunca fue instituido como tal, sino que precisamente fue un no-
instituido adrede.

Y entonces el afectado deberá reclamar su cuota de legítima por imperio de la ley, mas
no porque el testador lo hubiera instituido heres por su voluntad, que precisamente fue
declarada como intencional y deliberadamente contraria a la institución. La declaración
de indignidad es una declaración judicial. Pero a diferencia de la que respecta a
situaciones conyugales, de su esencia tiene efectos retroactivos. Consentida o
ejecutoriada la sentencia que pronuncie la indignidad, el afectado es privado ab origine
de lo que hubiera podido tocarle por llamamiento legal o testamentario. (LOHMANN
LUCA DE TENA)

MENOSCABO DE LA LEGÍTIMA

ARTICULO 807

Las disposiciones testamentarias que menoscaban la legítima de los herederos, se


reducirán, a petición de éstos, en lo que fueren excesivas

Al igual que la de preterición, esta figura nada tiene que ver con la caducidad. Ni
caducidad del testamento, ni de disposiciones testamentarias, ni invalidez alguna;
simple reducción de las disposiciones que menoscaben la legítima y correlativo
complemento de lo que corresponda a ésta. Lo que nuestro Código Civil regula en el
artículo 807 es una pretensión bifocal. La actío ad supplendam legítímam es pretensión
que persigue el incremento de la cuota asignada hasta lo que por legítima corresponda
y, por efecto natural, la reducción de lo atribuido a otro u otros o que, sin estar atribuido
a nadie en especial, lesiona la legítima (por ejemplo, una condición).

El menoscabo se diferencia de la preterición en que ésta es cualitativa porque el


legitimario es omitido de todo nombramiento en su derecho, y en aquél la omisión es
cuantitativa, porque habiendo sido llamado a suceder, las instituciones o distribuciones
hechas por el testador impiden que el legitimario perciba el quantum a que tendría
derecho. Y se diferencia de los supuestos de caducidad mencionados en el artículo 805
en que no hay circunstancias sobrevenidas que perjudiquen el derecho de uno y
otorguen a otro el derecho a heredar.

CADUCIDAD DEL LEGADO.

Benjamín Aguilar llanos.- reparase en que no se trata de la extinción de un derecho


por el transcurso de un determinado periodo de tiempo, sino de otros supuestos legales
que tornan al legado en inoperante.

El código en su art. 772 señala que el derecho al legado se pierde si el legatario muere
antes que el testador, si el legatario se divorcia, o se separa judicialmente del testador
por su culpa, si el testador enajena el bien legado o este perece sin culpa del heredero;
casos que han sido tratados en la parte final del capítulo de los legados.

Si el legatario muere antes que el testador; sobre el particular diremos que al


producirse la premoriencia del legatario, y al no haber representación sucesoria para
estos casos, el legado se vuelve ineficaz, retornando a la masa hereditaria para
beneficio de los sucesores, quienes ven acrecer sus cuotas, opera tanto en la
inhabilidad de un heredero sin representación, como en los casos en que el legado
caduca.

En el presente caso, la norma sancionadora se aplica en los casos de asignaciones


testamentarias dejadas por el causante a favor de su cónyuge, asignaciones en forma
de legado y que no pueden confundirse con los derechos hereditarios que la ley otorga
a los cónyuges , diferencia que hay que tomar en cuenta , pues puede darse el caso de
que el cónyuge pierda su derecho hereditario, pero no su legado como es el supuesto
de la desheredación, que como sabemos afecta la legítima, pero no se extiende a las
donaciones o legados otorgados por el causante; sin embargo, en el caso bajo
comentario, la causal es clara y si la separación se ha dado por culpa del cónyuge, el
legado habrá caducado. Obsérvese que la norma también alude al divorcio, el cual si
se produjo por culpa del conyugue igualmente habrá operado la caducidad del legado.

EFECTOS

Mientras la prescripción extingue la acción pero no el derecho mismo, la caducidad


extingue ambos. Esto quiere decir que, producida la caducidad, no queda una
obligación natural subsistente.

Uno de los factores metodológicos que se utiliza para hacer tal distinción es el de si
extinguida la acción, puede quedar vivo algún derecho y como conclusión queda que
en los casos que se califica como caducidad carece de sentido considerar subsistente
el derecho a la acción.

Esto puede ocurrir por dos razones. La primera, porque el derecho de que se trata
supone que el juez determine o "liquide" el derecho. Es decir, el titular del derecho no
tiene un crédito individualizado, declarado o liquidado y la única manera de lograrlo, es
por medio de una resolución jurisdiccional. Al haberse extinguido la acción, se sigue
como consecuencia que tampoco subsiste su derecho.

La segunda razón, consiste en que muchas veces hay acción para pedir al juez que
declare o establezca sobre una situación o relación. Al no haber acción, tampoco podrá
quedar establecida la situación o relación y, por consiguiente, tampoco queda
subsistente ningún derecho.

No obstante siempre que ni lo impidan normas expresas, las partes pueden negociar
un arreglo frente a aquellas circunstancias que hayan sido materia de caducidad. En
estos casos los que ocurrirá es que aparece una nueva relación o situación jurídica por
efecto de la libre voluntad de las partes.
Para ARMAZA GALDOS podemos señalar como efectos los siguientes:

A. Las disposiciones testamentarias que menoscaban la legítima del heredero son


ineficaces, de tal manera que si bien la sucesión nació como voluntaria, al
caducar la institución de heredero por haber dejado el testador herederos
forzosos que no tenía cuando otorgo su testamento, la sucesión deviene en
legitimaria. Los herederos legitimarios desplazan siempre a los herederos
voluntarios, quienes atendiendo a la voluntad del testador, a lo sumo podrán
tener la calidad de legatarios sobre la porción disponible.
B. En el caso en el que se produzca la preterición, los efectos son iguales al
supuesto anterior. Sin embargo la cualidad de herederos y herederos aparentes,
otorga otras posibilidades a los herederos postergados, quienes se hallan
perfectamente habilitados para ejercitar las acciones contenidas en el artículo
664 e impedir la relegación de sus derechos.
C. Si la preterición o las circunstancias convenidas en los casos de caducidad de
testamento se presentan sin que hayan herederos instituidos, todo el testamento
es inválido.
D. Si hay en el testamento herederos legitimarios instituidos y el testador posterga
a otros que tienen la misma condición, obviamente se habría propiciado la
caducidad del testamento de manera parcial, por lo tanto, se verán afectadas
solamente aquellas disposiciones testamentarias en cuanto afecten los derechos
legitimarios de los herederos y no las otras disposiciones.

LA NULIDAD

CONCEPTO DE NULIDAD

La nulidad del testamento es la sanción legal que lo invalida, en virtud de alguna


causa existente al tiempo de su otorgamiento (LANATTA).

La nulidad, es la ineficacia de un acto jurídico, originada por la ausencia de una de las


condiciones de forma o fondo, necesarias para su validez. Es así que en el derecho
sucesorio, se presupone nulo un testamento irregularmente otorgado (MIRANDA
CANALES).

La nulidad, en general, puede ser entendida como la sanción impuesta por la ley al acto
jurídico porque el mismos se halla viciado de algún de las causales constitutivas y,
como consecuencia de ello, normalmente, el acto deviene en ineficaz. Cuando se
indica que el vicio se refiere a una causa constitutiva, se quiere resaltar el asunto en
atención a la "estructura" del acto, debido a que, justamente cuando el acto es
deficientemente estructurado y esta deficiencia es grave, causará la nulidad del mismo.
Este concepto general anotado, es decir, entender el asunto de la nulidad del acto
jurídico como una sanción impuesta por la ley por haber sido gravemente estructurado,
constituye noción básica sobre la cual debe edificarse cualquier concepto especifico
que sobre nulidad de un negocio jurídico en particular se pretenda (como la nulidad del
testamento) (ARMAZA GALDOS).

En cambio, en la nulidad parcial el acto jurídico también se halla defectuosamente


estructurado, sin embargo, esta deficiente estructura no lo afecta gravemente de modo
que aquel acto puede ser subsanado o convalidado. En ambos casos, por lo tanto, la
sanción es impuesta debido a un defecto de estructura, consiguientemente, tanto en la
nulidad como en la anulabilidad nos hallamos frente a la denominada ineficacia
estructural, pues las causales que habrán de ser invocadas para perseguir la invalidez
están referidas a la estructura del negocio jurídico y no a su funcionalidad (ARMAZA
GALDOS).

La invalidez del acto jurídico presupone la inexistencia de un juicio en el cual se


concluye que el acto jurídico no cumple con las exigencias establecidas en el
ordenamiento jurídico es así que el incumplimiento de las exigencias se presenta
cuando por lo menos algunos de los elementos o de los presupuestos del acto jurídico
no presentan algunas de las condiciones o características exigidas por el ordenamiento
jurídico. Viene a constituir una sanción que la normatividad vigente impone al acto
jurídico que presenta irregularidades, esta sanción puede determinar que dicho acto
jurídico no produzca las consecuencias jurídicas a las que estaba ordenado, o que
dicho acto jurídico produzca consecuencias a las cuales está dirigido, pero que estas
pueden ser destruidas. (BENJAMIN AGUILAR LLANOS)

LA REVOCACION, CADUCIDAD y NULIDAD que integran el título IX del libro IV sobre


derecho sucesorio, tiene en común en que todas ellas dejan sin efecto el testamento.
Se diferencia en que la revocación opera por exclusiva voluntad del testador, el
testamento caduca pierde su efecto por un hecho ajeno a la voluntad del causante y la
nulidad se produce cuando desde su origen, tiene vicios que según la ley inválida el
acto.

Así la diferencia entre inexistencia, nulidad y anulabilidad no es meramente


enunciativa. Resulta fundamental en relación a la prescripción. La inexistencia no está
sujeta a plazo de prescripción alguno. La acción de nulidad del acto jurídico prescribe a
los diez años (art. 2001 inc.1); y la acción de anulabilidad a los 2 años (art. 2001 inc. 4).
De esta manera, resulta importante tipificar el defecto del que adolece el testamento.
Lo expuesto es fundamental, pues si bien en la parte general hemos enfatizado el
carácter imprescriptible de las acciones petitorias de herencia y reivindicatoria, de
bienes hereditarios, así como en el capítulo de caducidad de los testamentos el de la
acción del preterido, por mención expresa en la modificación a un artículo del código, la
acción para invalidar el testamento es prescriptible, de acuerdo a los plazos señalados.

NULIDAD DE LOS TESTAMENTOS

NULIDAD ABSOLUTA DE LOS TESTAMENTOS

Tal como ya ha quedado establecido, siendo el testamento un acto jurídico por lo tanto
deberá cumplir con todas las exigencias, o requisitos necesarios para la validez de los
actos jurídicos en general, y que como meridianamente lo señala el art. 140 del c.c,
estos requisitos están referidos al agente capaz, que alude a la persona que lo otorga
la misma que debe contar con capacidad civil; objeto física y jurídicamente posible,
referidos al objeto del testamento que no solo debe ser posible materialmente sino
guardar conformidad a derecho; fin licito, que nos conduce a las normas imperativas y
por lo tanto de obligatorio cumplimiento; y observancia de la forma prescrita, y que en
sucesiones ello resulta siento indispensable por tratarse de actos solemnes, a tal punto
que de no cumplirse la forma, la misma norma consigna la sanción, esto es la nulidad.

EN CONCLUSIÓN, el testamento deberá cumplir con todo lo exigido para la


validez de los actos jurídicos, a los que se suma las exigencias propias y naturales
del testamento en atención a todo lo señalado, debemos de manifestar que las
causales de nulidad de los actos jurídicos en el Art. 219 son aplicación al
testamento, por tratarse este también de un acto jurídico.

EL TESTAMENTO ES NULO CUANDO LE FALTA LA MANIFESTACION DE


VOLUNTAD DEL TESTADOR

En doctrina se suele incluir en esta causal los testamentos que han sido otorgados bajo
violencia física en tanto que el acto no ha contado con la libertad indispensable , a la
par de que por ello falta una auténtica voluntad, entonces se dice que estamos ante la
carencia de voluntad , pues se trata de un acto no deseado, sino impuesto al testador
por un tercero; no entrarían en este supuesto los testamentos otorgados por escritura
pública, debido a la presencia de notario y testigos, y en menor medida podría
considerarse al testamento cerrado, por la misma razón de intervención de notario y
testigos, cuya presencia descartaría la violencia física contra el testador, al menos
respecto del acto de entrega del testamento propiamente dicho.

También se considera en doctrina como falta de manifestación de voluntad cuando


estamos ante un testamento ilegible y por lo tanto no se puede entender lo expresado
en este, o su redacción es confusa, lo que impide entender y comprender cuál es la
voluntad del testador; el supuesto comprendería los casos de testamentos cerrados u
ológrafos , mas no el de escritura pública por la presencia de notario, quien estaría en
la obligación de solicitar claridad en la redacción de las clausulas testamentarias.

CUANDO SEA CELEBRADO POR PERSONA ABSOLUTAMENTE INCAPAZ

A tenor de lo dispuesto en el art. 43 del código civil, son incapaces absolutos los
menores de 16 años, los privados de discernimiento por cualquier causa, y los
sordomudos, ciego sordos y ciego mudos que no pueden expresar su voluntad de
manera indubitable.

El art. 808 del c.c del código civil, en su primera parte , alude a la nulidad del
testamento otorgado por incapaces menores de edad, y por los mayores enfermos
mentales cuya interdicción ha sido declarada; sobre el particular, la división que hace el
legislador es prudente, pues si se trata de menores de edad, los hay aquellos que por
su edad cronológica todavía deberían ser incapaces, sin embargo, han salido a la
capacidad por haber contraído matrimonio civil , o adquirido un tirulo que los habilite
para ejercer una profesión u oficio, supuestos contemplados en el art. 46 del c.c.

En cuanto a los enfermos mentales cuya interdicción hay sido declarada, no ofrece
mayores dudas, sin embargo, la pregunta que habría que hacerse es con respecto a
los enfermos mentales que no han sido declarados en interdicción, aun en estos
casos , la nulidad del testamento sigue siendo tal, claro que la prueba de la insania va a
ser trascendente para que el juez se pronuncie por la ineficacia del testamento.

En conclusión son testamentos nulos no solo los que aparecen en el Art. 808
del código civil, si no en todos los casos de las personas absolutamente
incapaces que hayan otorgado testamento, lo que nos lleva a concordar la
norma del Art. 808 con el Art. 43 del código civil.

SUÁREZ FRANCO señala lo siguiente; (…) Es testamento otorgado por un demente


declarado por interdicción judicial será siempre nulo, aun cuando se hubiere realizado
en un intervalo lúcido. Dentro de una jurídica ello equivale a sostener que la prueba de
la nulidad se torne bien sencilla: bastara obtener copia del decreto de interdicción
judicial del demente y la fecha del otorgamiento del acto, que debe ser posterior, para
que el juez decrete la nulidad. Quien esté interesado en defender la validez del
testamento podrá aducir como prueba suficiente la providencia contentiva del decreto
de rehabilitación del demente, debidamente ejecutoriado

Resumidamente, pues, LOHMAN LUCA DE TENA, sostiene que: a) desde la sentencia


declaratoria de la interdicción hasta la sentencia que la deja sin efecto, el testamento es
inválido y puede ser declarado nulo, salvo que comprobadamente se haya otorgado en
intervalo lúcido; b) cuando el testamento, en cambio, fue otorgado antes de la
sentencia de interdicción, podrá anularse sólo si en ese momento (art. 687, inc. 3 C.C)
el testador notoriamente carecía de las facultades mentales idóneas para testar con
plenitud de entendimiento y querer.

CUANDO EL OBJETO ES INDETERMINABLE FISICA O JURIDICAMENTE


IMPOSIBLE

En el caso del testamento, este será nulo cuando el objeto no pueda identificarse,
precisarse, no se pueda individualizar, y también cuando el objeto no pueda cumplirse
materialmente, o cuando el objeto del testamento no guarde conformidad a derecho o
esté en contra abiertamente de la ley

CUANDO ADOLEZCA DE SIMULACION ABSOLUTA

La simulación se presenta generalmente en los actos bilaterales, al aparentarse


celebrar un acto, pero que es solo apariencia porque en realidad no hay voluntad para
hacerlo; ahora bien, aplicar la simulación absoluta en sede de testamentos, resulta
harto difícil, en tanto que estamos ante un acto jurídico unilateral que no requiere la
concurrencia de otra persona para su existencia, a la par que resulta difícil se dé una
situación en que una persona aparenta testar no teniendo una voluntad real de hacerlo,
pues bien, puesto en ese escenario acaecido la muerte del testador que habría
simulado su testamento, como podríamos atacar ese testamento, como podríamos
hurgar la voluntad de una persona que ya no existe , preguntas difíciles de dar
respuesta. Por ello se cree que la simulación absoluta no es de aplicación para el caso
de nulidad del testamento.

CUANDO NO CUMPLA LA FORMALIDAD LEGAL

Este acto jurídico es solemne en tanto que obligatoriamente debía seguirse la forma
establecida por ley para que tenga vida; forma, debemos entenderla como el conjunto
de requisitos necesarios para que un acto produzca los efectos deseados, y de lo que
llevamos señalado, el testamento es un acto jurídico formal, y de no cumplirse con
estas formalidades, entonces se dice que el acto es nulo.

Los requisitos formales deben cumplirse inevitablemente, escritura, el testamento es


siempre escrito, consignar la fecha de su otorgamiento, consignar el nombre de su
otorgante, y por ultimo debe estar firmado por el testador. Sin las exigencias legales
establecidas, tanto para el testamento ordinario y para los especiales, no hay
testamento, será atacado de nulidad insalvable.

Nuestro código civil también regula situaciones especiales en las que el testador es
invidente y analfabeto, en las que se establecen, para garantía del mismo testador,
otros requerimientos de obligatorio cumplimiento. Se pronuncia sobre el requisito de la
firma en los invidentes y analfabetos, en la hipótesis probable de que no puede ser
dada por el testador. En este supuesto y para evitar nulidades, la exigencia de la firma
se suple con la firma del testigo testamentario que el mismo testador designe.

CUANDO ES CONTRARIO A LAS LEYES QUE INTERESAN AL ORDEN PÚBLICO Y


A LAS BUENAS COSTUMBRES

Se dice que es contrario al orden público, la disposición testamentaria por la cual se


establece un régimen de indivisión entre varias personas y en la que se dispone que el
último sobreviviente adquirirá la propiedad definitiva del bien, y entendemos el
pronunciamiento, en tanto que la indivisión por mandato de la ley puede ser dejada por
el testador no de toda sucesión, sino de una empresa que exista dentro del patrimonio
hereditario; por otro lado, no puede ser indefinida. Así mismo, como sabemos el bien
indiviso pertenece a todos los coherederos, quienes tienen su cuota hereditaria, la
misma que no puede ser privada por voluntad del testador, salvo los casos de
desheredación, y no puede ser privada porque se estaría afectando la legítima.

EL TESTAMENTO ES NULO CUANDO LA LEY LO DECLARA EXPRESAMENTE

Sobre el particular, hay que decir que existen hasta 4 normas en las que el legislador
se pronuncia expresamente sobre la nulidad de los testamentos.
El art. 808 del c.c que ya hemos revisado, declara la nulidad del testamento otorgado
por el enfermo mental declarado en interdicción, o el menos de edad; el art. 811
también ya tratado y que gira sobre la nulidad de los testamentos por defectos de
forma, esto es tratándose de los testamentos ordinarios y el 813 que alude a los
testamentos especiales; y por último el 814 que señala que el testamento
mancomunado es nulo, entendiéndose la nulidad porque el testamento tiene como
característica ser individual, es decir que el otorgado por una persona, con lo cual se
garantiza una auténtica libertad testamentaria, un testamento no puede contener la
expresión de voluntad de varias personas, es preciso que las disposiciones
establecidas en este, emanen de una voluntad única, el testamento al ser otorgado en
común por 2 o más personas resta autonomía y libertad a cada uno de los otorgantes
de manera que ninguna otra persona pueda influenciar en la voluntad testamentaria u
obstaculizar la facultad de revocación del testador en el caso que desee proceder de
esa manera.

Juan Olavarría: Así, la sucesión contractual implica el que los 2 o más voluntades
finalmente concuerden y determinen con uniformidad de opinión y criterio la disposición
de sus bienes con efecto post mortem, lo que de suyo atenta contra la libertad,
autonomía y espontaneidad que deben caracterizar la voluntad testamentaria. En
efecto, al igual como ocurre en los contratos, las voluntades individuales de las partes
contratantes terminan fusionándose para formar una voluntad contractual en función al
consenso consumado, trayendo consigo la obligatoriedad de los términos pactados.

Por el contrario los testamentos recíprocos no adolecen de problema alguno ya que en


ellos los otorgantes han testado en forma individual y por separado, y se han instituido
recíprocamente uno al otro como su heredero. Es el caso de los cónyuges sin
descendientes, ni ascendientes: el marido testa y designa a su esposa como heredera
y esta a su vez hace lo mismo con su esposo. O también el caso de los hermanos
solteros que no tienen descendientes ni ascendientes y deciden testar al otro hermano
como heredero.

Así también los testamentos coincidentes, en principio, tampoco adolecen de problema


alguno, sustancial o formal, que les resten eficacia, toda vez que sus otorgantes testan
en forma independiente solo que los términos y cláusulas de los testamentos
concuerdan en uno o varios o todos sus puntos. Este es el caso de los hermano, que
casa uno de ellos nombra a su padre como heredero y siendo ambos copropietarios en
partes iguales de varios bienes en común dejan respectivamente sus derechos y
alícuotas a su progenitor.

Por último, en el caso de los testamentos simultáneos, tampoco se aprecia problema


alguno que afecte su validez, ya que en el presente caso se trata de dos facciones
testamentarias independientes o separadas solo que una está a continuación de la
otra, es decir, se trata de dos actos testamentarios entre los cuales existe inmediatez
en el soporte documentario, tal es el caso de dos amigos que se apersonan a una
misma notaria y otorgan ambos, por separados, su testamento, uno a continuación del
otro.

NULIDAD RELATIVA DE LOS TESTAMENTOS

La nulidad es relativa cuando falta alguna de esas características, es confirmable,


prescriptible o sólo puede ser invocada por determinadas personas. En cuanto a los
supuestos de las nulidades relativas de los testamentos, encontramos normas claras y
precisas que se pronuncian por esta sanción.

De conformidad con lo preceptuado en el artículo 221, el acto jurídico es anulable por:

a. Incapacidad relativa del agente. De acuerdo al artículo 44, son relativamente


incapaces:

1. Los mayores de dieciséis y menores de dieciocho años de edad.

2. Los retardados mentales


3. Los que adolecen de deterioro mental que les impide expresar su libre
voluntad.
4. Los pródigos.
5. Los que incurren en mala gestión.
6. Los ebrios habituales.
7. Los toxicómanos.
8. Los que sufren pena que lleva anexa la interdicción civil.

ELTESTAMENTO ES ANULABLE POR INCAPACIDAD RELATIVA DEL AGENTE.

El numeral 687 señala quienes son incapaces de otorgar testamento, y que como ya lo
hemos analizado, comprende tanto a los incapaces absolutos (menores de edad,
privados de discernimiento, sordomudos, sordo ciegos y ciego mudos) como a los
incapaces relativos, esto es, los retardados mentales, los que sufren deterioro mental,
los ebrios habituales y toxicómanos, agregándose a ellos los que carecen, en el
momento de testar, de lucidez mental y de libertad necesaria.

En el caso de los incapaces absolutos, comprendidos en el numeral 687, si fuera el


caso de que estos hubieran otorgado testamento, la sanción es la nulidad absoluta, lo
que no ocurre con los incapaces relativos, que si se diera el caso de haber testado,
entonces su nulidad será la relativa; por lo tanto, no es clara la forma, y lleva a
confusión, la segunda parte del art. 808 al remitirse al art. 687 sin hacer el menor
distingo entre los incapaces que allí figuran.

Al interpretación correcta de la segunda parte del art. 808 del c.c, debe estar referida a
que los testamentos anulables son los otorgados por los incapaces relativos, y estos lo
son, según el art. 44 del c.c, los retardados mentales, los que sufren deterioro mental,
los ebrios habituales, los toxicómanos, y a todos ellos debemos sumar una incapacidad
transitoria que solo se presenta en el acto de testar, esto es, a los que les falta lucidez
mental en el acto del otorgamiento.

ES ANULABLE EL TESTAMENTO OBTENIDO POR VIOLENCIA INTIMIDACION O


EL DOLO, Y TAMBIEN LO SERAN LAS DISPOSICIONES TESTAMENTARIAS
DEBIDAS A ERROR ESENCIAL DE HECHO O DE DERECHO DEL TESTADOR,
CUANDO EL ERROR APARECE EN EL TESTAMENTO Y ES EL UNICO MOTIVO
QUE HA DETERMINADO AL TESTADOR DISPONER

El testamento demanda una voluntad libre, autentica , y con pleno conocimiento del
acto; por lo tanto , si alguien fue forzado a testar, o fue forzado a testar en un sentido
opuesto al que deseaba el testador, entonces ese testamento debe ser atacado, pues
le falta lo esencial, que es la plena libertad en el acto de testar; además si la voluntad
de testar está presente, pero se encuentra viciada, debido a engaños, presiones, o
padece de error, entonces igualmente ese testamento deberá ser atacado, pues no
responde a la auténtica voluntad de su autor. Es por ello que los vicios del
consentimiento del acto jurídico parecen en sede de sucesiones para demandar la
ineficacia del acto testamentario. Entonces veamos por separado cada uno de estos
supuestos, debiendo precisar que el énfasis en el tema será desde la perspectiva
sucesoria no desde el ámbito propio del acto jurídico.

ANULABLE TESTAMENTO OBTENIDO POR VIOLENCIA

Es claro que no se refiere a la violencia absoluta, la física, que si se diera, entonces


estaríamos ante un supuesto de nulidad absoluta del testamento y no la relativa; en
consecuencia, se refiere a una de las manifestaciones de la violencia que sería la
intimidación, como amenaza inminente y grave de un mal futuro sobre la persona,
familiares, o bienes de la víctima, lo cual lleva a esta a realizar determinado acto. Se
dice que en supuesto estamos ante una voluntad. Pero viciada.

ANULABLE TESTAMENTO OBTENIDO POR DOLO

El dolo es causal de anulación del acto jurídico, cuando el engaño usado por una de las
partes ha sido tal que, sin este la otra parte no hubiera celebrado el acto, obsérvese de
ellos que esta maquinación, dirigida a captar la voluntad de la persona a través de un
engaño, es propio de los actos sinalagmáticos, resultando difícil que se dé en actos
unilaterales, como es el supuesto del testamento, sin embargo, el legislador la deja
como posibilidad, en el caso de que la voluntad del testador haya sido capturada a
través del engaño realizado por terceras personas.

El jurista colombiano Víctor Hugo Calderón manifiesta que el dolo en los testamentos
puede revestir dos formas, por sugestión, cuando el tercero logra que el testador odie a
las personas que pensaba gratificar, con lo cual afirma que la voluntad queda viciada al
haberse sugestionado al testador, quien bajo ese engaño cambiara su acto beneficio,
dejándole quizás la asignación a aquel que fue el que genero el engaño. En cuanto al
dolo por captación, en este supuesto el tercero simula un afecto especial hacia el
testador, para hacerse digno de algún beneficio por parte de este e incluso mejorar su
legado; como es de verse, en cualquiera de estos supuestos, el problema mayor es
como probar que ha habido engaño, cuando la persona que otorgo el testamento ya no
existe; sin embargo se deja como posibilidad abierta para atacar el testamento.

ANULABLE TESTAMENTO OBTENIDO POR ERROR

El error es la equivocación, desacierto, concepto equivocado; ahora bien , para que el


testamento pueda ser anulado por vicio del error, este debe haber sido esencial, ya sea
de hecho o de derecho que el error aparezca en el testamento, como el único motivo
que determino su otorgamiento.

SANTOS BRIZ agrega que "... la doctrina y la jurisprudencia admiten el error como
causa invalidarte de los testamentos (...). ( ... ) Para que el error anule el testamento es
necesario que no pueda saberse ciertamente cuál es la persona que quiso beneficiar el
causante, y no lo es cuando hay duda sobre la identidad de los llamados. El error en
los motivos no invalida el testamento cuando resulta claro del mismo cuál fue la
intención del testador..." (Citado por (JARA QUISPE)

DOMÍNGUEZ BENAVENTE Y DOMÍNGUEZ AGUILA, sobre la invalidez del testamento


en caso de vicio de la voluntad por error en el asignatario, refieren lo siguiente: En el
testamento el error en la persona del instituido constituye un vicio de la voluntad porque
la persona favorecida con la asignación es substancial al negocio que se ejecuta. Es
por ello que: 'El error en el nombre o calidad del asignatario no vicia la disposición, si
no hubiere duda acerca de la persona'. De aquí resulta, 'a contrario', que si existiere
error sobre la persona misma del heredero o legatario, hay nulidad de la disposición. Y
esto es así por cuanto si hay duda acerca de quién es el instituido, no se sabe con
certeza a quién ha querido favorecer el disponerte. Existe entonces una verdadera
imprecisión acerca del alcance de la voluntad del testador que impide darle
cumplimiento.
Sobre el particular, ocurre el error al designar al beneficiario; sin embargo, aun en ese
supuesto se puede superar el vicio, acudiendo al art. 209 del código civil en tanto que
el citado dispositivo da pie para hacer la interpretación, si del texto del testamento o de
las circunstancias, resulta de modo inequívoco que persona era la que el testador
quería beneficiar.

Si Miguel, tiene dos sobrinos de nombres Juan y Pedro, el causante, en


atención a que Juan lo sirvió en vida y lo acompaño siempre, quiso
beneficiarlo con un legado en dinero, sin embargo, al designarlo en el
testamento yerra y nombra a Pedro.

 Entonces, en ese supuesto, y al poderse acreditar al verdadero legatario


deseado por el testador, este testamento surtirá efecto debiendo entenderse que
el legatario, en el ejemplo será Juan.

ERROR POR FALSA CAUSA

El art. 810 del c.c trata del testamento otorgado expresando como causa la muerte del
heredero instituido en testamento anterior, en cuyo caso valdrá este último teniéndose
por no otorgado el testamento posterior. Si se comprueba que la noticia del
fallecimiento es falsa; sobre el particular, el art. 205 del c.c, refiere que el error en el
motivo solo vicia el acto cuando expresamente se manifiesta como su razón
determinante y es aceptado por la otra parte, pues bien, está claro que si el testamento
segundo se ha otorgado expresando la muerte de su sucesor, a quien se llamó en un
testamento anterior y resulta falsa la muerte del heredero, entonces es lógico es que
ese segundo testamento no surta efecto alguno, quedando vigente el primero en
estricta aplicación del numeral 205.

ES ANULABLE EL TESTAMENTO CUANDO LA LEY LO DECLARA COMO TAL

El art. 812 del c.c civil dice textualmente: El testamento es anulable por defecto de
forma cuando no han sido cumplidas las demás formalidades señaladas para la clase
de testamento empleada por el testador. La acción no puede ser ejercida en este caso
por quienes ejecutaron voluntariamente el testamento, y caduca a los dos años
contados desde la fecha en que el heredero tuvo conocimiento del mismo».

La norma referida peca de no tener claridad, y más bien lleva a confusión, en tanto que
pareciera ser que el legislador trata las formalidades ordinarias del testamento
graduándolas, en donde habría unas tan trascedentes que su incumplimiento llevaría a
la declaración de nulidad, como serían los casos del art. 811 y 813, mientras que otras
simplemente llevarían a la nulidad relativa, pero ello no es así; en los testamentos, la
formalidad es esencial; el no cumplimiento de las formalidades originan la nulidad del
testamento y no su anulabilidad; entonces a que supuesto se está refiriendo la norma,
que otras formalidades existen en el testamento cuyo incumplimiento no demandaría su
nulidad.

En los testamentos ordinarios, el no cumplimiento de la forma trae inevitablemente la


nulidad , conforme a los art. 811, 813, 814 del código civil, en los testamentos
especiales hay formalidades trascendentes como el hecho de que sea escrito y firmado
por el testador y por la persona que lo recibe y ante la falta de estas estamos ante un
supuesto de nulidad, art. 813 del c.c, en esta clase de testamentos especiales , hay
otras exigencias que no serían trascendentes y que ante su incumplimiento no
demandaría nulidad sino anulabilidad , como es el caso de las firmas de los testigos, o
tratándose del testamento marítimo el que se extienda en dos ejemplares, o que se
inscriba el testamento en el libro bitácora, y si no se cumple con ellos, entonces si
estamos ante un supuesto de nulidad relativa.

La norma comentada debió hacer referencia a los testamentos especiales, y no decir


en términos generales que el incumplimiento de ciertas formalidades en los
testamentos daba lugar a la nulidad relativa.

EFECTOS

Son efectos de la Nulidad del Testamento los siguientes:

1. El Testamento queda sin efecto, deviene en ineficaz y se invalida desde el


momento de la apertura de la sucesión, se tiene, para tal caso, como que
la sucesión se hubiese aperturado sin testamento (ab intestato). La
ineficacia jamás puede ser declarada antes de aperturarse la sucesión,
mientras el testador exista, no hay transmisión hereditaria, estando el autor
testamentario en la posibilidad en la posibilidad de revocar o alterar el
testamento que hubiera otorgado, cambiando el sentido de sus declaraciones
testamentarias.
2. Si se declara la Nulidad de un testamento que revoca a otro anterior, el
revocado no cobra vigencia sino que se le tiene como si jamás hubiera sido
revocado.
Habiéndose declarado la nulidad de un testamento que había revocado otro
anterior, retrotrayéndose las cosas al estado inicial es evidente que, jamás se
revocó testamento alguno, por lo tanto, no es que el testamento revocado haya
cobrado vigencia, sino que el testamento revocado en realidad jamás tuvo tal
condición.
3. Declarada la nulidad de un testamento la sucesión se convierte en una sucesión,
quedando habilitados los herederos legales a tomar la herencia del causante, y
si no hubieran estos, la herencia deviene en vacante, pasando a las instituciones
del Estado señaladas en el Art. 830°.
4. La nulidad de algunas cláusulas testamentarias no afectan a las demás, como el
caso de la preterición de alguno de los herederos, en cuya circunstancia son
nulas únicamente las disposiciones testamentarias en cuanto perjudican los
derechos hereditarios del heredero relegado.
La nulidad priva al testamento de los efectos normales, es decir de aquellos efectos
que el testador tuvo en miras al dictarlo. En consecuencia, la nulidad del testamento
origina la sanción que recae sobre las personas beneficiarias-herederos, legatarios o
beneficiarios de cargos y consiste en la negación de derechos para después de la
muerte a que estaba destinado el acto, y las consiguientes restricciones, si el
testamento había comenzado a ejecutarse.

La Nulidad del Testamento produce efectos hacia el pasado y hacia el futuro; hacia el
pasado procurando volver las cosas al estado anterior en que se encontraban a su
otorgamiento. En materia testamentaria, este retrotrae las cosas al momento anterior.
El efecto de la nulidad se proyecta al futuro porque el acto no tendrá validez para
transmitir derechos para después de la muerte.

Graciela Medina refiere sobre los efectos propios de la Sentencia que declara la
nulidad del testamento son propios y por lo tanto es causa directa de la obligación
restitutoria. Por ejemplo, si se declara nulo un testamento después de la entrega de
los objetos legados, no hay necesidad de iniciar acciones de restitución, la acción de
restituir está implícita en la de nulidad y tiene directa conexión con la relación procesal.

Los efectos de la nulidad del testamento en relación con las partes varía según que el
acto se hubiere ejecutado o no.

Si se declara la nulidad del testamento antes que este se hubiere ejecutado, los
herederos, legatarios y destinatarios de los cargos, no podrán pretender su
cumplimiento.

Si el testamento hubiera sido cumplido y se hubiere dictado declaratoria de herederos,


incluyendo un heredero que base su vocación en el testamento impugnado, esta debe
ser modificada. Si en virtud del testamento nulo, un heredero ha entrado en posesión
de la herencia, debe restituir los bienes a quien corresponda. Quien haya recibido
bienes en virtud de un testamento declarado nulo debe restituir a las personas a las
que pase la herencia, todos los objetos hereditarios de que hubiera tomado posesión

Respecto de la Nulidad del Testamento y sus efectos a terceros señala que: A los
terceros adquirentes de buena fe y a título oneroso, los actos de disposición de la
herencia serán siempre válidos, tenga o no buena fe el heredero aparente. Frente a
terceros también serán válidos los actos de administración de la herencia realizados
por el heredero excluidos por la acción de nulidad, cuando este haya entrado en
posesión de la herencia. Es decir, que si el heredero aparente ha realizado un contrato
de locación, este debe ser respetado, salvo que el tercero sea de mala fe.

ACCIÓN DE NULIDAD Y ANULABILIDAD

La legitimación de las acciones de nulidad del testamento le compete a cualquiera


que tenga interés en la invalidez del mismo.
Los interesados en hacer valer la invalidez del testamento son los sucesores legítimos;
no necesariamente los legitimarios, a los cuales se ha asegurado, en todo caso, la
obtención de la cuota a ellos asignada, aun independientemente de una acción de
nulidad.

La Acción de Nulidad del Testamento, es un derecho privado y su ejercicio, una vez


fallecido el testador, depende de la iniciativa de los que puedan tener interés en la
declaración de nulidad; en este caso los herederos instituidos y legatarios favorecidos
en un testamento anterior o los herederos que sucederían ab intestato en caso de
declararse la nulidad.

Asimismo la autora, Graciela Medina señala que "…tienen legitimación para


accionar los herederos legales a quienes les correspondería suceder si el testamento
se anulara. Los demás parientes, aunque invoquen la defensa de la memoria del
muerto, no pueden interponer la acción.

También están legitimados para impugnar el testamento por defectos materiales o


formales, que en virtud de una expectativa sucesoria, quienes resulten favorecidos
con la anulación de las disposiciones viciadas; entre ellos, los herederos o
legatarios favorecidos en un testamento anterior; los sustitutos cuando lo que se
impugne sea solo la primera sustitución, y los herederos con derecho a acrecer.

EN EL DERECHO INTERNACIONAL

 En España:

La nulidad es una sanción jurídica por desconocer el ordenamiento jurídico. La nulidad


de un testamento puede basarse en la falta de la forma prescrita como es la falta de
capacidad de testar del causante; la falta de conocimiento o turbación mental pasajera
por causa de enfermedad del testador al tiempo de otorgarse el testamento. Tales
testamentos son nulos.

La revocación de un testamento es la disposición de última voluntad, en la cual puede a


su vez dejarse sin efecto por medio de otro testamento tal declaración, con ello queda
revocada tal disposición como si nunca hubiere sido. Se refiere a las disposiciones a
causa de muerte en cuanto a las cláusulas no concordantes con la nueva
manifestación. Esta revocación puede ser total o parcial.

 En Alemania:

La nulidad del testamento puede basarse en:

1. Falta de forma prescrita (Art. 125).


2. La falta de capacidad de testar del causante (Arts. 104, 105)
3. La falta de conocimiento o la perturbación mental pasajera por
causa de enfermedad del testador al tiempo de otorgarse el
testamento
4. Por desconocimiento de los límites permitidos por la ley.
En cuanto a la revocación, es impugnable el testamento por error, amenaza u omisión
del cumplimiento del deber de legítima existente al tiempo de la apertura de la sucesión
cuya existencia era desconocida al causante al otorgar la disposición, sea porque el
legitimario nació posteriormente, o porque posteriormente adquirió su derecho a la
legítima.

 En México:

Es nulo el testamento que:

1. Haya sido instituido en documento secreto


2. El que se encuentre viciado por dolo
3. En el que se haya ejercido violencia bien sea sobre el testador, su
cónyuge, sus parientes o sus bienes.
4. En el que el testador no manifieste expresamente su voluntad. No
podrá hacerse a través de señales o monosílabos.
Cuando se otorga de manera diferente a lo que la ley manifiesta.

En todo caso el testador no podrá impedir por motivo alguno, que se impugne el
testamento cuando es claramente nulo. Serán nulas las cláusulas en donde se
manifieste que se renuncia al derecho de testar y en las que se impida a otro hacer uso
de su derecho. También será nula la renuncia a la facultad de revocar el testamento. El
nuevo testamento revocará de pleno derecho el antiguo testamento a menos que el
testador le de validez parcial o total al antiguo.

CONCLUSIONES

El testamento es pues aquel documento que permite a una persona disponer de sus
bienes, es decir hacer que se cumpla su última voluntad antes de su muerte, siempre
y cuando cumpla con las formalidades exigidas por ley.

Ahora bien así como toda persona puede suceder a otra después de su muerte, es
necesario tomar en cuenta la capacidad de la persona, es decir la aptitud de la persona
para ser sujeto de derechos y obligaciones y para practicar actos con eficacia jurídica, y
así dicha sucesión sea válida

El testamento cumple una función importante en el derecho de sucesiones, pero para


que este sea válido tiene que cumplir con los requisitos exigidos por ley, para lo cual la
revocación, caducidad y nulidad se van a encargar de dejar sin efecto dicho
testamento en caso padezca algún vicio o error.

Un testamento no del todo puede quedar anulado porque puede confirmarse y con eso
pretender tener ese acto jurídico como eficaz y valido.
BIBLIOGRAFÍA

 AGUILAR LLANOS, BENJAMÍN - DERECHO DE SUCESIONES- 20101ª


Edición. Ediciones Legales. Perú, Lima 2010.
 NORVIL CIEZA MONTENEGRO, WILLY RAMIREZ CHAVARRY - DERECHO
ROMANO - Fondo Editorial Universidad Alas Peruanas - 2005 lima.
 FERRERO COSTA, AUGUSTO -TRATADO DE DERECHO DE SUCESIONES-
2002. 6ª edición- editorial GRIJLEY. Perú 2002.
 DARIO HERRERA PAULSEN, JORGE GODENSI ALEGRE - DERECHO
ROMANO - Editora Grafica Horizonte - Lima 1999.
 MANUEL MIRANDA CANALES - Manual de derecho de sucesiones - editorial:
ediciones jurídicas- segunda reimpresión.
 JUAN OLAVARRÍA VIVIAN - COMENTARIOS AL DERECHO DE SUCESIONES
- editora escolari - primera edición marzo 2010 - lima, Perú.

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