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Caracas, 18 de julio de 2019

Universidad Central de Venezuela

Escuela de letras

Curso electivo: Crimen y castigo

Prof. María Fernanda Palacios

Jean Paul Rojas

21.615.772

El calvario autoimpuesto de Raskólnikov: el peso inaguantable de la culpa en


“Crimen y castigo”

Cuando empecé a leer Crimen y castigo no pude evitar notar la sensación de que
me faltaba el aire con el paso de cada capítulo. Cerraba los ojos y me imaginaba
recorriendo esas calles olorosas a vodka y pobreza descritas por Dostoievski en ese
infierno de bolsillo que nació de su pluma. En medio de ese aire irrespirable noto entre la
multitud a un hombre que, a primera vista, se ve que carga a cuestas un oscuro y terrible
secreto. Es así como comienza mi aventura para seguir la pista de Raskólnikov justo el día
que decidió matar a hachazos a una vieja usurera. Las personas, como yo, que se acercan
por primera vez al texto podrían llegar a pensar que lo lógico es pensar en el homicidio
como el acontecimiento con el que terminaría la novela. Un prejuicio que sirve de impulso
extra para recibir con más contundencia el golpe certero del hacha en la tapa de los sesos.

Una vez cometido el crimen podemos concluir que definitivamente la historia no es


una típica historia de policías y ladrones (asesinos en este caso particular). Desde el primer
momento que nuestro protagonista abandona el apartamento con el botín para
sumergirse de nuevo en su cotidianidad, comienza a caer sobre sus hombros los primeros
gramos de ese costal de arena que deberá cargar hasta el final de la novela. Lo primero
que podemos apreciar es que Raskólnikov no es el mismo después de haber dado el paso
definitivo. La fiebre y el delirio se apoderan de él y sus reflexiones constantes sobre el
homicidio lo llevan a formar una intensa paranoia. Su cerebro comienza a sumergirlo en
una serie de sueños simbólicos donde lo que salta a relucir como un golpe en la nariz es la
clara referencia al crimen y como dentro de su subconsciente aborrece la misión que él
mismo ha decidido llevar a cabo. Dostoievski nos muestra de una forma magistral los
rincones más oscuros del cerebro de su personaje y como incluso algunas personas con las
que interactúa no hacen más que compartir con él las diferentes expiaciones de sus culpas
personales.

Personajes como el borracho Marmeládov y su necesidad de humillarse para


sobrellevar su adicción por el alcohol; un vicio que lo llevo al extremo de condenar a su
familia a la más cruda miseria. El acaudalado Svidrigáilov y su amor imposible con la
hermana de Raskólnikov o Sonia Marmeládov, la niña que termina sacrificándose por
todos al dedicarse a la prostitución. La niña portadora del volante amarillo que, a pesar de
la nobleza del gesto, resulta ser completamente en vano. Cada uno carga una cruz sobre la
que pende su culpa y el cargar con ellas por las calles grises de una ciudad parecida a ellos:
sin vida. Ese termina siendo su castigo. Raskólnikov es afectado profundamente por estas
personas y la culpa hinca con más fuerza sus garras sobre su espalda a un punto tal que a
veces parece que llega a doblegarlo. A final de cuentas él no esperaba salirse con la suya, y
muchas veces podemos sentir que su deseo más profundo es ser atrapado. Son sus
contradicciones el vicio que lo vuelve un habitante de esa ciudad que con el paso de cada
página se haciendo cada vez más repulsiva.

Raskólnikov se sabe condenado y en cierto modo cree compartir esa sensación con
Sonia: ambos están prácticamente muertos en vida. Su empeño por estar con ella no es
motivado por la lujuria y/o el amor, sino la necesidad de compartir su sufrimiento con
alguien que puede llegar a entenderlo. Es así como ella lo acompañará incluso hasta el
momento en que decide soltar la carga que dobla su espalda y entregarse a la justicia para
un castigo que solo el lector sabe que viene cumpliendo desde hace tiempo. Dostoievski
nos regala así una obra que no solo podemos considerar importante para la literatura,
sino para reconocer que Raskólnikov es una buena representación del hombre de
nuestros tiempos.

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