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REFLEXIÓN DECONSTRUYENDO AL CURRÍCULO

Para iniciar la reflexión debemos realizar una serie de cuestionamientos y entender el objetivo
del currículo y sus contenidos para una formación estudiantil, dentro de la institución.
Empezaremos por descifrar ¿para qué es útil un currículo?

Es necesario reconocer el currículo como una construcción social que ocurre en una cultura y una
época determinada, que busca mediante sus contenidos, el desarrollo integral de la comunidad
estudiantil. Currículo educativo es el conjunto de objetivos, criterios metodológicos y técnicas de
evaluación que orientan en la actividad educativa resultando útil para ordenar y maximizar el
proceso del aprendizaje.

Siempre se debe recordar que, para estructurar un currículo, es necesario tener en cuenta lo que se
debe enseñar y lo que los estudiantes deben aprender. Debe consignar lo que se enseña y lo que de
verdad se aprende, por último, la búsqueda de soluciones a los malentendidos que surgen a través
de que muchas veces no se es capaz de ver más allá de lo que se puede observar a simple vista.

El currículo, en la práctica docente, es una herramienta que no debe faltar, porque oficia como un
verdadero guía en papel de la enseñanza, tanto dentro del aula como fuera de ésta. De acuerdo con
lo anterior, podemos encontrar que en el desarrollo educativo y académico de Colombia, se
encuentran una cantidad de currículos de instituciones educativas públicas, privadas que buscan
brindar conocimientos a los estudiantes, pero, ¿Desde qué punto de vista se construyen?, la mayoría
de Instituciones plantean sus currículos sin tener en cuenta las opiniones de los estudiantes, en
algunos casos se busca imponer una serie de conocimientos sin dar la oportunidad de brindar
experiencias significativas e investigativas que promuevan en el rol de estudiante – docente
carácter crítico. Son contenidos que no se detienen a la hora de producir conocimientos y en
ocasiones, causan confusiones por ser extensos. En realidad, no se trata de motivar a los estudiantes
para que vean los contenidos como la aprobación de una materia. Es aquí donde en muchas
instituciones educativas se mide el conocimiento con notas altas o bajas, sin tener en cuenta el
esfuerzo y dedicación que adquieren los escolares para persuadir un tema.
Encontramos instituciones que no han trascendido en sus currículos, que lideran procesos sin
tener en cuenta la necesidad de nuestra generación, que forman personas para responderle al
consumismo laboral, es difícil, reconocer que cuando aprendemos algo, se pueda desaprender,
pero es aquí, donde se empezará el cambio. El desaprender no es escribir una serie de currículos,
con cantidad de temas, la resistencia al cambio es tal vez la primera razón que se emplea para
explicar los motivos de no aprender a desaprender; por ello, es el primer elemento a analizar,
considerando, en principio, que el cambio es una constante en el mundo, especialmente en las
instituciones educativas, sean de nivel básico, medio, pregrado o posgrado; por ello es que
Robbins (2004) lo define de una forma sencilla: "es hacer las cosas de otra manera. Parece algo
fácil, pero algo sucede en la práctica y las cosas no son tan simples".

Cuando las instituciones implementan un nuevo modelo educativo o desean incorporar las TIC en
el proceso enseñanza-aprendizaje, la primera fuerza de resistencia proviene de los profesores.
Existen diversos estudios acerca de su oposición al cambio, entre ellos, los realizados por
Weintrobe (1970), quien investigó sobre la barrera que ellos suponen frente al uso de la
tecnología en sus clases; de igual manera, Espinosa y Paredes (2012) documentaron un caso en
México y desarrollaron una propuesta basada en la consultoría externa para solucionar la
situación.

Por su parte, el chileno Guerrero (2005) analiza la resistencia de los profesores frente a los cambios
relacionados con el desarrollo de la creatividad en los estudiantes; mientras, desde Ecuador,
Camana (2014) se esfuerza por evitar que se opongan al cambio y, en España, Paredes (2004)
investiga sobre la cultura escolar y la resistencia al cambio en la educación secundaria. Todo esto
permite inferir que no se trata de una barrera imaginada, ella existe y la intransigencia se debe a
que no se desea desaprender para aprender lo nuevo.

Encontrar las causas de esta problemática ha ocupado a investigadores de diversas áreas


del conocimiento; por ejemplo, García, Álamo y García (2011) han profundizado en los factores
individuales y contextuales de la resistencia al cambio, haciendo una excelente revisión del tema.
En cuanto a los primeros, destacan entre otras causas probables, que: el individuo está predispuesto
a la resistencia; el miedo a lo desconocido y al fracaso; la intolerancia al período de ajuste que
implica el cambio, la predisposición psicológica o simplemente rebeldía. Los factores contextuales
pueden estar mediados, entre otros, por: el clima organizacional; la comunicación en la institución,
que en muchas ocasiones no es buena; y la inestabilidad en el empleo; todos ellos elementos que
hacen inadecuadas las condiciones del entorno para llevar a cabo los cambios.

Es necesario reconocer la la importancia de que los profesores aprendan, desaprendan cuando sea
necesario y aprendan si así lo amerita la situación, pues su función principal es preparar a los
estudiantes para que enfrenten el futuro, y no podrán lograrlo con prácticas obsoletas.

La invitación es a que como maestras tengamos en cuenta que la prioridad son los niños y las niñas,
que nos preguntemos qué necesitan ahora, qué esperan de nosotras como medio para el cambio y
para un futuro mejor y si el curriculum que tengo en mis manos es concorde al cambio que se
desea hacer. El trabajo docente es un constante aprendizaje, todo el tiempo se generan nuevas ideas,
nuevos retos, y es importante estar dispuesta a seguir estudiando e innovando con el infante, no
verlo como un trabajo solamente, hacer las cosas que manden y ya, sin importar si los niños y niñas
están aprendiendo de verdad, impartir información que probablemente no les será útil y no los esté
nutriendo educativamente. Debemos motivarlos, a que indaguen, a que investiguen, que
comprendan todo, que tengan pensamiento crítico, que no se queden con lo que ven y escuchan,
pero antes de eso debemos motivarnos, ser capaces de hacer un cambio, por ellos, y no para que
nos suban el sueldo, es mucho más que eso, tenemos en nuestras manos la responsabilidad del
futuro y debemos tratarlo como tal.

En conclusión debemos evaluar que la deficis estudiantil está asociada a muchos factores, entre
ellos la molestia y “aburrimiento”, que toman los escolares, a las rutinas estudiantiles, es aquí
donde debemos aprovechar la oportunidad diaria para hacer ambientes de aprendizajes
participativos, que retomemos los currículos para crear competencias que estimulen el desarrollo
en los alumnos, ejecutándose de otra manera,donde se garantice el desarrollo integral, pero lo más
importante el derecho a la educación con amor.

REFERENCIAS

(México, s.f.)

Andrea, M. F. (2015). Aprendiendo a desaprender. Obtenido el 5 de septiembre de 2015,


http://www.encontradores.com.ar/Escritos/desaprendizaje_web.htm

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