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RESUMEN
INTRODUCCIÓN
Es común observar en las personas hábitos centrados en el cuerpo como tocarse
el cabello, rascarse la piel, morderse las uñas ya sea para cubrir una necesidad, por
placer o como reacción ante una emoción, sin embargo, el acto de morderse las uñas de
manera recurrente puede llegar a derivar en un hábito compulsivo, a estos episodios se
denomina onicofagia la cual puede presentarse por periodos prolongados desde edades
que comprenden la infancia hasta adultos, tanto en hombres como mujeres.
Las uñas protegen las puntas sensibles de los dedos y nacen desde los pliegues
profundos de la piel, las células epidérmicas se desplazan a la superficie de la piel
formando una capa de queratina de mayor densidad que la piel. Además de la protección,
las uñas también nos sirven para tomar objetos pequeños, rascar e incluso como
herramienta para algunas tareas.
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trastorno del espectro obsesivo-compulsivo con especificación de "conducta repetitiva
centrada en el cuerpo". Esta conducta repetitiva se le relaciona con diversos factores y
estímulos entre los cuales figura la obsesión, ansiedad, estrés, frustración, rabia, timidez
e incluso con el aburrimiento y excitación (Wells, Haines, Williams & Brain, 1999). En
otros estudios señalan que la onicofagia suele asociarse a enfermedades como trastorno
de tics, trastorno por déficit de atención e hiperactividad, trastorno de ansiedad por
separación y trastorno oposicional desafiante entre otros factores etiológicos como
ansiedad y estrés (Cano Lucasa, Candela Maestú, & Bazo Fariñas, 2016).
Jessica Martínez señala que la onicofagia es uno de los hábitos nerviosos más
recurrentes en la infancia y suele aparecer entre los tres y seis años, el cual es un
mecanismo ante la ansiedad, situaciones de estrés entre otros. Propone que para frenar
este hábito se deben conocer las causas que lo produce, explicarle al infante las
consecuencias e ir modificando el comportamiento de manera progresiva (Martínez
Flores, 2017). Sattler señala que en la evaluación infantil es importante la observación
conductual no verbal, ya que arroja información de los estados físicos, mentales y
emocionales del niño, como posible significado a la acción de morderse la uñas es el de
inseguridad o ansiedad (Sattler, 2008).
En otros estudios se plantea que esta conducta suele iniciarse alrededor de los 3-
5 años, aumentando hasta la adolescencia y disminuyendo en la adultez, se señala una
diferenciación de ocurrencia por género en la etapa de adolescencia (mayor 10 años),
siendo más frecuente en los varones, también se describe las consecuencias físicas en
un caso de un paciente varón de 14 años, donde se emplean un estímulo aversivo en el
tratamiento clínico, el cual consiste en un esmalte de sabor amargo, no reportan
resultados del tratamiento, pero aclaran que no es de un tratamiento sencillo y que
existen diversas modalidades para abordar este problema (Cano Lucasa, Candela
Maestú, & Bazo Fariñas, 2016). En ocasiones se puede presentar una remisión
instantánea de esta conducta por miedo a enfermarse o contraer una infección, también
juega un papel importante el deseo de mejorar el aspecto de las uñas y dedos, sin
embargo, cuando es difícil controlar la compulsión, se deben atender otros factores que
lo provocan y emplear técnicas que impacten de manera favorable en el estilo de vida
del paciente.
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MÉTODO
Sujeto
Un niño de diez años, alumno de quinto año de primaria, residente de la ciudad
de Cananea, Sonora, quien presenta la conducta de morderse las uñas desde la edad
de 4 años hasta la fecha. Muestra callosidades al costado de los dedos, así como
inflamación en las yemas de estos.
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Evaluación
Diagnóstico
Intervención
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1. Descripción detallada del tic o hábito nervioso. Se le pide al niño que describa
detalladamente la conducta mientras se mira en un espejo.
2. Detección de la respuesta. El niño debe registrar cada vez que ocurra el hábito. Por
lo que se empleó un esmalte transparente con sabor amargo.
3. Entrenamiento en darse cuenta de la situación. El niño tiene que detallar y describir
situaciones en las que sea más probable la ocurrencia de la conducta problema.
4. Aviso temprano. Se le pide al niño que identifique las sensaciones o conductas que
anteceden el hábito.
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Semana de paseos: ir al parque, a Hacer los
Tener una frecuencia
3 catedral, con los abuelos o a las camas mandados
de 1 mordidas al día
elásticas. a la tiendita
Un artículo escolar con el personaje
Tener una frecuencia Lavar
4 favorito (borrador, sacapuntas, pluma,
de 0 mordidas al día uniforme
regla, lapicera, folder, libreta).
Comunicación de resultados
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CONCLUSIONES
Fue pertinente identificar los reforzadores efectivos para el sujeto, así como los
castigos y pactar el plan de trabajo. La integración de la madre al tratamiento a través de
brindarle información y técnicas para llevar a cabo el seguimiento en casa fue importante
para alcanzar los resultados en las cuatro semanas.
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REFERENCIAS.
Cano Lucasa, L., Candela Maestú, M., & Bazo Fariñas, A. V. (2016). Onicofagia.
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Magister Scientiarum en Orientación Educativa. Rubio, Venezuela: universidad
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