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Los sistemas se encuentran orientados a la disminución del consumo de agua, reducción de trabajo,
facilidad de aplicación, aumento de producción por unidad o superficie y obtención de productos
con mejor calidad.
Estos mecanismos sirven para regular el manejo eficaz del agua usada para la agricultura, con el fin
de impulsar el crecimiento, la modernización y la protección de los distintos lugares, comunidades
y zonas productivas para contribuir con la sustentabilidad de los recursos en beneficio del campo.
Gracias al riego tecnificado, es posible aplicar los recursos de forma localizada, continua, eficiente y
de manera oportuna, asimismo, se adapta a cualquier tipo de suelo y a condiciones tipográficas
diversas, lo cual además de ahorrar tiempo, ayuda a mejorar la economía ya que cumple con ciertas
funciones como lo es el regar, fertilizar y controlar plagas, evitando el desarrollo de maleza, la
presencia de plagas y enfermedades, lo cual disminuye las pérdidas.
Para lograr una buena eficiencia con el riego por aspersión se necesita de un buen diseño del
equipo, y condiciones de manejo y operación adecuados. Además, siempre hay que escoger el
equipo de riego o bomba adecuados para las condiciones de su campo, con la finalidad de evitar
pérdidas, problemas y malas inversiones.
En el riego por aspersión se debe tratar de regar en las horas con menor viento, incluso hágalo de
noche, ya que aún vientos suaves alteran la distribución del agua en el suelo.
El consumo de agua es menor que el requerido para el riego por surcos o por inundación;
Puede ser utilizado con facilidad en terrenos colinares.
Se puede dosificar el agua con una buena precisión
No afecta el material vegetal sometido a riego, ya que se elimina la presión que el agua
puede ofrecer a las plantas; y como es homogénea su distribución sobre el material
vegetal, el riego de la vegetación por aspersión es total y se distribuye suavemente el agua
sobre toda el área deseada.
Se le denomina así, porque permite la aplicación del agua y los fertilizantes al cultivo en forma de
"gotas" y localizada con alta frecuencia, en cantidades estrictamente necesarias y en el momento
oportuno u óptimo.
Esta aplicación, se hace mediante una red de tuberías (de conducción y distribución de PVC o
Polietileno), y de laterales de riego (mangueras o cintas), con emisores o goteros, que entregan
pequeños volúmenes de agua periódicamente, en función de los requerimientos hídricos del
cultivo y de la capacidad de retención del suelo.
La mayor parte de los grandes sistemas de riego por goteo utilizan un cierto tipo de filtro de agua
para impedir la obstrucción de los pequeños tubos surtidores. Ciertos sistemas utilizados en zonas
residenciales se instalan sin filtros adicionales ya que el agua potable ya está filtrada.
Prácticamente todos los fabricantes de equipos de riego por goteo recomiendan que se utilicen
los filtros y generalmente no dan garantías a menos que esto sea hecho.
El riego por goteo se emplea casi exclusivamente utilizando agua potable pues las
reglamentaciones desaconsejan generalmente pulverizar agua no potable. En riego por goteo, la
utilización de abonos tradicionales en superficie es casi ineficaz, así los sistemas de goteo mezclan
a menudo el abono líquido o pesticidas en el agua de riego. Otros productos químicos tales como
el cloro o el ácido sulfúrico son igualmente utilizados para limpiar periódicamente el sistema.
Incrementa la salinización de los suelos: las aguas corrientes y hasta las lluvias en las zonas
áridas con predominio de las rocas calcáreas o margosas dejan una película blanca de cal
sobre los suelos que los impermeabilizan y causan el cuarteamiento superficial que seca la
capa superficial del suelo hasta una profundidad de unos 10 cm o más.
Disminuye la calidad del agua en el sistema de riego por goteo. Este empobrecimiento de la
calidad del agua se debe a la transformación del carbonato cálcico de las rocas y del suelo,
que no es soluble en el agua, en bicarbonato cálcico que sí lo es. Pero esta transformación
es fácilmente reversible ya que al secarse o infiltrarse el agua bicarbonatada se pierde una
molécula de agua y se revierte de nuevo a carbonato cálcico. Y
Disminuye la calidad del agua potable, por la misma razón que la anterior: también en los
embalses de agua para usos urbanos, aumenta la concentración de sales (no sólo del
bicarbonato cálcico) disminuyendo progresivamente la potabilidad del agua, que requerirá
un tratamiento adicional para mejorar su empleo.
En el riego por goteo o en la agricultura de secano, son mayores los riesgos de tormentas
intensas (tormentas secas, granizadas) en el otoño y de heladas en el invierno.
Es un sistema artesanal simple que distribuye el agua uniformemente, con un daño mínimo al
cultivo y al suelo. Se puede utilizar desde áreas pequeñas hasta 1 manzana.
Para lograr una buena distribución del agua en la parcela a irrigar se necesita una altura de la
fuente al microsistema de 2 metros como mínimo; cada micro aspersor tiene capacidad para irrigar
un radio de 4 metros en un tiempo de 30 a 60 minutos. Es un microsistema muy apropiado para
zonas con escasas precipitaciones.
Precipitaciones anuales
Es un microsistema muy apropiado para zonas secas donde las precipitaciones son escasas
alcanzando máximo unos 1500 milímetros anuales, aunque también puede ser utilizado en
zonas con precipitaciones mayores para la producción en período seco.
Esta tecnología tiene un consumo de agua mucho menor que con el riego por aspersión. No
obstante, se recomienda contar con una fuente de agua que cubra los requerimientos en el
período en que se usa el sistema.
Porcentaje de pendiente
Para la implementación de este sistema es preferible que exista una pendiente fuerte entre
el punto donde está el agua y la parcela, para garantizar la presión que se requiere para
hacer funcionar los micro aspersores. Sin embargo, dentro de la parcela se prefiere la menor
pendiente posible.
Esta tecnología no tiene limitantes serias basadas en la textura del suelo, pero hay que
tomar en cuenta que los cultivos en suelos arenosos demandan el riego con intervalos más
cortos que en suelos francos o arcillosos, lo que aumenta la demanda de agua.