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INSTITUTO TECNOLOGICO DE CERRO AZUL

[Fecha] MECANICA DE SUELOS APLICADA

INGENIERÍA CIVIL

UNIDAD 6:
ESTABILIDAD DE TALUDES

ALUMNO:
JULIO CESAR GÓMEZ DE LA CRUZ

DOCENTE:
ING. SERGIO EMMANUEL ARRIETA VERA
ESTABILIDAD DE TALUDES

Estabilidad de taludes: Por talud se entiende una porción de vertiente natural cuyo perfil
original ha sido modificado con intervenciones artificiales relevantes con respecto a la
estabilidad. Por derrumbe se entiende una situación de inestabilidad que concierne vertientes
naturales y comprende considerables espacios de terreno.

Introducción al análisis de estabilidad


Para resolver un problema de estabilidad es necesario tener en cuenta las ecuaciones de campo
y los vínculos constitutivos. Las primeras tienen que ver con el equilibrio, mientras que los
vínculos describen el comportamiento del terreno. Tales ecuaciones son particularmente
complejas ya que los terrenos son sistemas multifase, que se pueden convertir en sistemas
monofase solo en condiciones de terreno seco, o de análisis en condiciones drenadas.
En la mayor parte de los casos nos encontramos con suelos que además de saturados, son
también bifase, lo que vuelve notoriamente complicado el análisis de las ecuaciones de
equilibrio. Además es prácticamente imposible definir una ley constitutiva de validez general,
ya que los terrenos presentan un comportamiento no-lineal y aún en caso de pequeñas
deformaciones, son anisótropos y su comportamiento depende no solo del esfuerzo desviador,
sino también del normal. Para enfrentar estas dificultades se introducen hipótesis que ayuden a
simplificar:

1. Se usan leyes constitutivas simplificadas: modelo rígido perfectamente plástico. Se


asume que la resistencia del suelo se expresa únicamente con los parámetros
cohesión (c) y ángulo de rozamiento (φ), constantes para el terreno y característicos del
estado plástico. Por tanto, se considera válido el criterio de rotura de Mohr-Coulomb.

2. En algunos casos se satisfacen solo en parte las ecuaciones de equilibrio.


6.1 Tipos y fallas en taludes

En primer lugar se distinguen las que afectan principalmente a las laderas naturales de las que
ocurren sobre todo en los taludes artificiales:

a) Factores Geomorfológicos:

1) Topografía de los alrededores del talud.


2) Distribución de las discontinuidades y estratificaciones.

b) Factores internos:

1) Propiedades mecánicas de los suelos constituyentes.


2) Estados de esfuerzos actuantes.
3) Factores climáticos y concretamente el agua superficial y subterránea.

Se presentan a continuación las fallas más comunes de los taludes en las vía terrestres. En primer
lugar, se distinguen las que afectan principalmente a las laderas naturales de las que ocurren sobre
todo en los taludes artificiales.

Fallas ligadas a la estabilidad de las laderas naturales.

Se agrupan en esta división las fallas que ocurren típicamente en laderas naturales, aun cuando
de un modo u otro también pudieran presentarse de manera ocasional en taludes artificiales.

La inclinación de este talud tiene que ser suficientemente suave y/o su altura suficientemente
pequeña para que sea estable. La inclinación del talud una vez que ha cesado el vertido talud
máximo para el cual el material estable se denomina ángulo de reposo.

El talud tendrá una inclinación media aproximadamente igual al ángulo de reposo que tendría si
el material se vertiera directamente.

-Deslizamiento superficial asociado a falta de resistencia por baja presión de confinamiento


(Creep).

Se refiere esta falla al proceso más o menos continuo y por lo general lento de deslizamiento
ladera abajo que se presenta en la zona superficial de algunas laderas naturales. En aras de la
economía del lenguaje se utilizará en lo que sigue la palabra inglesa “creep” para referirse a ella,
si bien eventualmente se podrá usar la expresión “deslizamiento superficial”.

El creep suele afectar a grandes áreas y el movimiento superficial se produce sin una transición
brusca entre la parte superficial móvil y las masas inmóviles mas profundas. El creep suele
deberse a una combinación de las acciones de las fuerzas de gravedad y de otros varios agentes.
La velocidad de movimiento ladera debajo de un creep típico puede ser muy baja y rara vez
excede de algunos centímetros por año.

En rigor debe hablarse de dos clases de creep, según ha señalado Terzaghi: el estacional, que
afecta sólo a la corteza superficial de la ladera que sufre la influencia de los cambios climáticos
en forma de expansiones y contracciones térmicas o por humedecimiento y secado, y el masivo,
que afecta a capas de tierra mas profundas, no interesadas por los efectos ambientales y que, en
consecuencia, sólo se puede atribuir al efecto gravitacional. El primero, que en mayor o menor
grado existe siempre, producirá movimientos que podrán variar con la época del año; el segundo
se manifestará por movimientos prácticamente constantes. El espesor de la capa superficial a la
que afecta el creep estacional es sumamente bajo y su dimensión máxima puede estimarse en un
metro.

No están claras todavía las causas por las que una ladera natural particular pueda entrar en un
creep másico, a causa del cual una consta superficial, cuyo espesor puede ser en este caso de
varios metros, comienza a moverse lentamente ladera abajo. Se ha hablado de una “resistencia
fundamental” que representaría un límite tal que, si los esfuerzos actuales quedan abajo de el, la
parte superficial de la ladera permanecerá en reposo, y que si los esfuerzos actuales los
sobrepasan, se producirá el creep masivo.

Aun cuando no están del todo definidos los conceptos de resistencia fundamental o las causas
del creep, parece cierto que este movimiento se produce bajo niveles de esfuerzos actuales bajos,
muy inferiores a los que corresponden a la máxima resistencia al esfuerzo cortante de los suelos.

En una ladera natural se cumplen tanto la condición de la existencia de un estado de esfuerzos


actuantes, como la de que dichos esfuerzos actúen durante muy largo tiempo; esto explicaría el
abatimiento de la resistencia en el material de la ladera, aun por debajo de niveles de esfuerzos
bajos, del tipo de los reportados por Griggs y Bishop.

Como ya se ha dicho, con frecuencia el creep afecta a grandes extensiones de terreno en declive.
Como quiera que no se conozca un método seguro para detenerlo una vez que se inicia, se
comprende la importancia que para el ingeniero tiene su localización oportuna, desde los
primeros estudios de campo que se hagan para iniciar el proyecto o en la etapa del anteproyecto.
Por eso es de fundamental importancia considerar cuales son los signos exteriores del fenómeno
que el ingeniero puede advertir.

Es lógico pensar que la velocidad de movimiento de la ladera se máxima en la superficie y vaya


disminuyendo hacia el interior, donde aumentan las restricciones al movimiento. Este hecho, del
que existe amplia evidencia experimental, se refleja por una inclinación de los árboles, postes y
otros elementos similares, los que adoptan una posición perpendicular a la ladera, en vez de la
natural, vertical.

Es obvio que han de reflejarse en el movimiento todas las heterogeneidades que existan en la
zona superficial de la ladera, las cuales crearán diferencias en la velocidad del movimiento que, a
su vez, serán causa de agrietamientos, escalonamientos, rotura de muros, de bardas y de
cualesquiera estructuras longitudinales que puedan existir.
Todos estos signos exteriores a localizar creeps al ingeniero experimentado que los busque con
acuciosidad, pero el auxilio más importante en este aspecto proviene, una vez más, del uso
sistemático y cuidadoso de los pares de aerofotografías y de su fotointerpretación.

Localizado el creep, no se debe vacilar en cambiar el trazo de la vía terrestre, evitando sus
problemas, pues no existe por el momento, ya se dijo, ningún remedio confiable contra este tipo
de falla. De no evitarse el problema, los cortes y terraplenes de la vía terrestre estarán en continuo
movimiento, con todos los inconvenientes de capacidad de servicio y conservación y con el
riesgo, siempre inminente, de se produzcan fallas de todo tipo, originadas por el propio
deslizamiento superficial.

-Fallas asociadas a procesos de deformación acumulativa, generalmente relacionada con perfiles


geológicos desfavorables.

Se refiere este título al tipo de fallas que se producen en las laderas naturales como consecuencia
de procesos de deformación acumulativa, por la tendencia de grandes masas a moverse ladera
abajo. Este tipo de fallas quizá es típico de laderas naturales en depósitos de talud o en otras
formaciones análogas en cuanto a génesis geológica, formada por materiales bastante
heterogéneos, no consolidada y bajo la acción casi exclusiva de las fuerzas gravitacionales.

Dado el largo tiempo que tales esfuerzos gravitacionales actúan en los materiales del interior de
la ladera, la resistencia al esfuerzo cortante podrá degradarse por procesos de deformación
acumulativa y en ciertas zonas dentro de la ladera se desarrollarán estados de creep profundo, en
el sentido utilizado por Goldstein y Ter-Stepanian. Según estos autores, se desarrollan estados
de deformación continua muy lenta en aquellas zonas del interior de la ladera en que existan
concentraciones locales de esfuerzos cortantes.

En tales condiciones, la ladera puede deformarse durante largo tiempo, hasta que, eventualmente,
tal acumulación de deformación produzca la ruptura del suelo y la formación de una superficie
de falla generalizada en el interior de la propia ladera.

Una vez producida la superficie de falla podrá ocurrir un deslizamiento rápido de las masas
afectadas, o la tierra sobre la superficie de falla podrá permanecer en su posición, desde luego en
un estado no muy alejado del equilibrio límite o critico. Ello dependerá, primordialmente, de la
inclinación de la superficie de falla formada y, en menor grado, de las restricciones que creen al
deslizamiento las heterogeneidades e irregularidades de forma y materiales que puedan existir a
lo largo de la superficie de falla.

La superficie de falla típica de un proceso de deformación acumulativa es de forma casi plana. A


ello pueden contribuir varios factores, de los que el primero y mas importante quizá se la geología
de la zona, pues en una ladera natural las estratificaciones tienden a seguir la forma de la frontera
exterior de la ladera. Además, los procesos de deformación lenta anteriores a la falla estimulan
más bien la generación de mecanismos de resistencia del tipo friccionante puro, lo que también
contribuirá a la generación de planos de deslizamientos. Si la inclinación del plano es superior al
ángulo de fricción que pueda tribuirse a la masa deslizante respecto a las masas fijas, que será
algún valor en el orden del ángulo de resistencia residual del suelo.
La masa deslizará, pero si la inclinación de la superficie de falla es de orden del ángulo de
resistencia residual (o algo mayor, contando con las restricciones locales al deslizamiento que se
desarrollen en la propia superficie de falla), la masa “desprendida” podrá permanecer en su
posición o moverse muy lentamente ladera abajo a lo largo de la línea deruptura.

La inclinación media de la superficie de falla es de unos 15º, siendo quizá 13º el valor que se
pueda atribuir al ángulo de resistencia residual de los depósitos de talud.

El nivel freático y en general la presencia de agua en los materiales en la proximidad de la


superficie de falla desempeñan un papel fundamental en la estabilidad y, de hecho, hacen algo
mas complejo en mecanismo que se ha descrito para la generación de estas fallas.

Falla por deslizamiento superficial:

Cualquier talud está sujeto a fuerzas naturales que tienden a hacer que las partículas y porciones
del suelo próximas a su frontera deslicen hacia abajo; el fenómeno es más intenso cerca de la
superficie inclinada del talud a causa de la falta de presión normal confinante que allí existe.

El fenómeno se pone de manifiesto a los ojos del ingeniero por una serie de efectos notables,
tales como inclinación de los árboles, por efecto del arrastre producido por las capas superiores
del terreno en que enraízan, movimientos relativos y rupturas de bardas, muros etc.;
acumulación de suelos en las depresiones y valles y falta de los mismos en las zonas altas.

Deslizamiento en laderas naturales sobre superficies de falla preexistentes:

En muchas laderas naturales se encuentra en movimiento hacia abajo una costa importante del
material; producido por un proceso de deformación bajo esfuerzo cortante en partes más
profundas, que llega muchas veces a producir una verdadera superficie de falla.
Estos movimientos, a veces son tan lentos que pasan inadvertidos.

Falla por movimiento del cuerpo del talud:

En contraste con los movimientos superficiales lentos, pueden ocurrir en los taludes
movimientos bruscos que afectan a masas considerables de suelo, con superficies de falla que
penetran profundamente en su cuerpo.
Estos fenómenos reciben comúnmente de deslizamiento de tierras. Dentro de estos existen dos
tipos claramente diferenciados. En primer lugar, un caso en el cual se define una superficie de
falla curva, a lo largo de la cual ocurre el movimiento del talud; estas son las fallas llamadas por
rotación. En segundo lugar, se tienen las fallas que ocurren a lo largo de superficies débiles,
asimilables a un plano en el cuerpo de talud o en su terreno de cimentación. Las fallas por
rotación pueden presentarse pasando la superficie de falla por el pie del talud, sin interesar el
terreno de cimentación o pasando adelante delpie.
Flujos

Se refiere este tipo de falla a movimientos más o menos rápidos de una parte de la ladera natural,
de tal manera que el movimiento en sí y la distribución aparente de velocidades y desplazamientos
recuerda el comportamiento de un líquido viscoso. La superficie de deslizamiento o no es
distinguible o se desarrolla durante un lapso relativamente breve; es también frecuente que la
zona de contacto entre la parte móvil y las masas fijas de la ladera sea una zona de flujo plástico.

El material susceptible de fluir puede ser cualquier formación no consolidada, y así el fenómeno
puede presentarse en fragmentos de roca, depósitos de talud, suelos granulares finos o arcillas
francas; son frecuentes los flujos en lodo.

Flujo en materiales relativamente secos

En este grupo quedan comprendidos, en primer lugar, los flujos de fragmentos de roca, desde
los muy rápidos (avalanchazas) hasta los que ocurren lentamente. Estos movimientos pueden
explicarse en términos de la falla plástica de los contactos profundos entre los fragmentos de
roca y, consecuentemente, afectan siempre grandes masas de fragmentos y suelen ser de
catastróficas consecuencias.

En segundo lugar, los flujos en suelos, relativamente secos ha ocurrido en “loess”, asociadas
muchas veces a temblores. En este caso, aparentemente, el efecto del temblor fue causar una
muy rápida destrucción de la estructura del material, produciendo una verdadera licuación, pero
con el aire jugando el papel que en estos fenómenos por lo común corresponde al agua.

Fenómenos similares se han registrado en arenas secas.

Flujos en materiales húmedos. Flujos de lodos

Se trata ahora de flujos que requieren un proporción apreciable de agua contenida en el suelo, la
cual desempeña un papel en la génesis y naturaleza de la falla; existe amplia graduación en la
cantidad de agua que pueden contener los materiales, así como en el papel que ésta llega a tener
en el desarrollo de la falla.

Los flujos en materiales húmedos se denominan flujos de lodo cuando es muy elevado el
contenido de agua de los materiales, por lo menos en la zona de fluencia, pero naturalmente no
hay una distinción clara entre los “flujos de tierra” y los “flujos de lodo”. A veces se habla
también de “flujo de detritus”, cuando el material que fluye contiene porcentaje, apreciable del
orden un 50%, por lo menos de graves, boleos o fragmentos de rocas, embebidos en la matriz,
de suelo más fino, tal como es común que suceda en los depósitos de talud o en muchas laderas
de suelos residual.

Los flujos de tierra en materiales terrenos no demasiado húmedo se desarrollan típicamente en


el pie de los deslizamientos de tipo rotacional en el cuerpo del talud, que se describen más
adelante y a veces ocurren en forma extraordinariamente rápida, como movimiento secundario
del deslizamiento que tuvo lugar primeramente.
Estos flujos de tierra por lo común retienen mucha de la vegetación original, así como la
estratigrafía y aspecto general de la formación en la que ocurrió el deslizamiento primario.

Los flujos de tierra en suelos granulares finos son típicos de formaciones costeras y se asocian
generalmente a la erosión marina y fluctuaciones respectivas de la presión de poro debidas a la
ascensión el descenso del nivel del agua con las mareas, se originan con procesos análogos a la
licuación.

En los flujos con muy alto contenido de agua. La falla produce una completa perturbación
estructural. La forma típica del deslizamiento es análoga al avance de un glaciar y la velocidad de
desplazamiento puede variar desde unos pocos centímetros por año (casos reportados en la
referencia no: 9), hasta la correspondiente a deslizamiento catastróficos. En flujos lentos es
común que en la velocidad del movimiento influyan mucho las variaciones estacionales del clima,
en tanto que los flujos rápidos suelen seguir a épocas de violenta precipitación pluvial.

Los flujos de lodo muy rápidos se presentan muchas veces en laderas de las que se ha removido
la cobertura vegetal por alguna razón y suelen comenzar en muy modestas proporciones,
creciendo rápidamente con un poder de transporte del suelo sobre el que pasa que parece fuera
de proporción con su importancia inicial; de esta manera se pueden desencadenar auténticos ríos
de lodos, capaces de acusar verdaderas catástrofes sin duda su génesis debe incluir fenómenos
de licuación de suelos.
Los flujos de detritus se producen pro disminución de resistencia al esfuerzo cortante de la matriz
fina de tales formaciones; la masa móvil se rompe en fragmentos cada vez menores a medida
que avanza ladera abajo.

Fallas por erosión:

Estas también son fallas de tipo superficial provocadas por arrastres de viento, agua, etc., en los
taludes. El fenómeno es tanto más notorio cuando más empinadas sean las laderas de los
taludes. Una manifestación típica del fenómeno suele ser la aparición de irregularidades en el
talud, originalmente uniforme. Desde el punto de vista teórico esta falla suele ser imposible de
cuantificar detalladamente, pero la experiencia ha proporcionado normas que la atenúan
grandemente si se las aplica con cuidado.

Fallas por licuación:

Estas fallan ocurren cuando en la zona del deslizamiento el suelo pasa rápidamente de una
condición mas o menos firme a la correspondiente a una suspensión, con pérdida casi total de
resistencia al esfuerzo cortante.

Estas fallas ocurren en arcillas extrasensitivas y arenas poco compactas, las cuales, al ser
perturbadas, pasan rápidamente de una condición más o menos estable o una suspensión, con
la pérdida casi-total de la resistencia al esfuerzo cortante. Las dos causas que puede atribuirse
esa pérdida de resistencia son: incremento de los esfuerzos cortantes actuantes y desarrollo de
la presión de poros correspondiente, y por el desarrollo de presiones elevadas en el agua
intersticial, quizás como consecuencia de un sismo, una explosión, etc. En Venezuela existen
arenas con estas características al sur del Lago de Valencia, en Guigue.
Fallo por falta de capacidad de cargo en el terreno de cimentación

Este tipo de fallo se produce cuando el terreno tiene una capacidad de carga inferior o los cargas
impuestas. Este tipo de folios sucede a menudo en el área metropolitana, debido a que se
construye sobre rellenos no compactados o con un bajo nivel de compactación. En el coso de
Las fundaciones, se colocan fundaciones superficiales en un terreno de baja capacidad de soporte
o pilotes cuya profundidad no alcanzó el terreno firme. También ocurre el caso de
construcciones muy pesadas paro el terreno en el que están situadas. Como éstos existen
infinidad de cases adicionales, los cuales ocuparían una publicación completa.

Fallas relacionadas a la estabilidad de taludes artificiales:

Falla rotacional

Se describe ahora los movimientos rápidos o prácticamente instantáneos que ocurren en los
taludes y que afectan a masas profundas de los mismos con deslizamiento a lo largo de una
superficie de falla curva que se desarrolla en el interior del cuerpo de talud, interesando o no al
terreno de cimentación. Se considera que la superficie de falla se forma cuando en la zona de su
futuro desarrollo actúan material. La resistencia que se debe considerar en cada caso particular
es una cuestión importante que se tratará por separado en páginas subsecuentes de este capitulo;
por el momento, basta decir que la resistencia que se supone superada al producirse falla
rotacional es generalmente la resistencia máxima.

Así pues, en el interior del talud existe un estado de esfuerzos cortantes que vence en forma más
o menos rápida la resistencia al esfuerzo cortante del suelo; a consecuencia de ello sobreviene la
ruptura del mismo, con la formación de una superficie de deslizamiento, a lo largo de la cual se
produce la falla. Estos movimientos son típicos de los cortes y los terraplenes de una vía terrestre.

Las fallas del tipo rotacional pueden producirse a lo largo de superficies de fallas identificables
con superficies cilíndricas o conoidales cuya traza con el plano del papel sea un arco de
circunferencia por lo menos con razonable aproximación; la cual, como se verá, resulta muy
conveniente en el momento en que se desee establecer algún modelo matemático de falla que
permita un cálculo numérico, o pueden adoptar formas algo diferentes, en la que por lo general
influyen la secuencia geológica local, el perfil estratégico y la naturaleza de los materiales.

Desde luego las fallas rotaciones de formas circular ocurren por lo común en materiales arcillosos
homogéneos o en suelos cuyo comportamiento mecánico esté regido básicamente por su
fracción arcillosa. En general afectan a zonas relativamente profundas del talud, siendo esta
profundidad mayor (hablando sólo lo mismo, sin considerar el terreno de cimentación), cuanto
más escarpado sea aquél.
Las fallas rotacionales circulares pueden ser de cuerpo de talud o de base; las primeras se
desarrollan sin interesar al terreno de cimentación en tanto que las segundas redesarrollan
parcialmente en él.

Al ocurrir las fallas circulares pueden afectar a masas muy anchas, en comparación con las
dimensiones generales superficies cilíndricos, o pueden ocurrir en forma conoidal, con un ancho
pequeño comparado. Con su longitud.

Las fallas rotacionales de forma distintas a la circular típica parecen estar asociadas sobre todo
a arcillas sobre consolidadas, que se presentan en taludes no homogéneos, por diferencias en la
meteorización, por influencia de la estratificación o por otras causas que se reflejan en
discontinuidades o en desorden estructural en el talud. Son, por lo tanto, típicas de cortes.
Ocurren siempre acompañadas de gran fragmentación de los materiales involucrados.

La forma de la superficie de falla, que es siempre curva en estos casos, solo idealizadamente se
puede considerar circular o formada por lo menos en parte por arcos de circunferencias.
En realidad esta influida por fallas, juntas, contactos y otras discontinuidades de los materiales.
Este hecho es especialmente notable en suelos residuales.

Falla traslacional

Estas fallas por lo general consisten en movimientos trasnacionales importantes del cuerpo del
talud sobre superficies de fallas básicamente planas, asociadas a la presencia de estratos pocos
resistentes localizados a poca profundidad bajo el talud.

La superficie de falla se desarrolla en forma paralela al estrato débil y se remata en sus extremos
por dos cantiles, por lo general formados por agrietamientos.

Los estratos débiles que fomentan estas fallas son por lo común de arcillas blandas o de arenas
finas o limos no plásticos sueltos. Con mucha frecuencia, la debilidad del estrato esta ligada a
elevadas presiones de poros en el agua contenidas en las arcillas o a fenómenos de elevación de
presión de agua en estratos de arena (Acuíferos). En este sentido las fallas pueden estar ligadas
también al calendario de las temporadas de lluvias en la región.

Las fallas de una franja superficial son típicas de laderas naturales formadas por materiales
arcillosos productos de meteorización de las formaciones originales. Se suelen provocar por el
efecto de la sobre carga impuesta por un terraplén construidos sobre la ladera. En esta falla el
movimiento ocurre casi sin distorsión.
ste tipo de fallas abarca movimientos en que se combinan la rotación y la traslación dando lugar
a superficies de fallas compuestas en que se desarrollan zonas planas a la vez que tramos curvos,
asimilables a arcos circulares.

Fallas con superficies compuestas

En general, estas superficies están predeterminadas por la presencias de heterogeneidades dentro


del talud.
En general es el predominio de las partes circulares o planas el que sirve para clasificar la falla
como rotacional o traslacional, quedando la categoría de fallas compuestas para los casos en que
ambas curvas se reparten más o menos por igual.

Las fallas compuestas suelen producir la distorsión de los materiales, que es típicas de las fallas
circulares.

Fallas Múltiples

Se trata ahora de estudiar aquellas fallas que se producen con varias superficies de deslizamientos,
sean simultaneas o en rápida sucesión. Conviene distinguir las fallas sucesivas y las regresivas.
Ambas son comunes en laderas naturales en las que se practicas un corte.
Tipología de fallas.

En general se toma superficie de falla circular – A partir de observaciones

Falla de Pie
Material más
resistente

Falla profunda

Falla de Talud (localizada)


FORMACIÓN DE LA SUPERFICIE DE FALLA Y FALLA PROGRESIVA.
6.2 Métodos de análisis de fallas en taludes
Método de las dovelas o rebanadas.
Conocido también como método Sueco, método de las Dovelas o método U.S.B.R.
Este método asume superficies de falla circulares, divide el área de falla en tajadas
verticales, obtiene las fuerzas actuantes y resultantes para cada tajada y con la
sumatoria de estas fuerzas obtiene el Factor de Seguridad. Fue el primer método
en ser ampliamente aceptado. No se dispone de una solución rigurosa para los
esfuerzos normales, pero el método de las dovelas, desarrollado por Fellenius, ha
comprobado que es suficientemente aproximado para estos cálculos.
Métodos aproximados:
 Método ordinario o de Fellenius.
 Método simplificado de Bishop
 Método simplificado de Jambu.
Métodos precisos:
 Método de Morgenstern – Price.
 Método de Spencer.
 Método de Sarma.

Métodos aproximados:
Método ordinario o de Fellenius.
La zona de falla se divide en rebanadas verticales.

No es necesario que todas tengan el mismo


ancho y para facilitar los cálculos se hace que
sus límites coincidan con las intersecciones
de la circunferencia con los estratos de suelo
por abajo y con el paramento del talud por
arriba. Al hacer el análisis se considera que
cada rebanada actúa independientemente de
las colindantes: no se desarrolla esfuerzo
cortante entre ellas y las presiones normales en cada lado de la dovela producidas
por las colindantes son iguales.
Las fuerzas que actúan sobre una dovela son
a) El peso o fuerza de gravedad, la cual se puede descomponer en una
tangente y una normal a la superficie de falla.
b) Las fuerzas resistentes de cohesión y fricción que actúan en forma tangente
a la superficie de falla.
c) Las fuerzas de presión de tierras y cortante en las paredes entre dovelas, las
cuales no son consideradas por Fellenius, pero sí son tenidas en cuenta en
otros métodos de análisis más detallados.

El método de Fellenius calcula el Factor de seguridad con la siguiente expresión:


∑ 𝑁𝑁
𝐹𝐹𝐹𝐹 =
∑𝐷𝐷

∑[𝐶𝐶´𝑏𝑏 𝐿𝐿𝑖𝑖 + (𝑊𝑊 𝑖𝑖 cos 𝛼𝛼𝑖𝑖 − 𝑢𝑢𝑖𝑖 𝐿𝐿𝑖𝑖 ) tan ∅´]


𝐹𝐹. 𝐹𝐹. = ∑ 𝑊𝑊 sin 𝛼𝛼
𝑖𝑖 𝑖𝑖

α = Angulo del radio del círculo de falla con la vertical bajo el centroide en cada
tajada.
W = Peso total de cada tajada.
u = Presión de poros = γ w h w
b = Ancho de la tajada
C’, φ = Parámetros de resistencia del suelo.
La fuerza vertical que actúa en cada rebanada, W, incluye el peso del suelo más el
del agua directamente arriba de ella; también incluye el peso de cualquier carga
externa; como una estructura. La fuerza neta o efectiva que actúa hacia abajo en la
parte curva de la rebanada, es el peso total menos la fuerza hacia arriba debida al
esfuerzo neutro, W = W -U. La fuerza hacia arriba U, se halla multiplicando el
esfuerzo neutro u (que se calcula por la red de flujo) por el ancho de la dovela.
El momento de las fuerzas verticales es la suma algebraica de los momentos del
peso total W de cada una de las dovelas con respecto al centro de la circunferencia,
Wd. A este momento hay que añadir, algebraicamente, los momentos totales de la
componente horizontal de la presión del agua sobre el talud y de la, presión del agua
en las grietas. Se han hecho: muchas Variaciones y refinamientos de éste método
básico. Aunque ninguno es riguroso, se ha comprobado que son suficientemente
exactos para el análisis y proyecto.
Para hacer el análisis es necesario tantear un gran número de posibles superficies
de falla; la que tenga el factor, de seguridad menor será la superficie más crítica,
esto es, la superficie en la cual es más probable que ocurra la falla
Taludes en arenas La estabilidad de un talud homogéneo con su suelo de
cimentación, construido con un suelo "puramente friccionante", tal como una arena
limpia, es una consecuencia de la fricción que se desarrolla entre las partículas
constituyentes, por lo cual, para garantizar estabilidad bastara que el ángulo del
talud sea menor que el ángulo de fricción interna de la arena, que en un material
suelto seco y limpio se acercará mucho al ángulo de reposo. Por lo tanto, la
condición límite de estabilidad es, simplemente: α=ø Sin embargo, si el ángulo α
es muy próximo a ø, los granos de arena próximos a la frontera del talud, no sujetos
a ningún confinamiento importante, quedarán en una condición próxima a la de
deslizamiento incipiente, que no es deseable por ser el talud muy fácilmente
erosionable por el viento o el agua. Por ello es recomendable que en la práctica α
sea algo menor que ø. La experiencia ha demostrado que si se define un factor de
seguridad como la relación entre los valores de α y ø, basta que tal factor tenga un
valor del orden 1.1 o 1.2 para que1a erosionabilidad superficial no sea excesiva.
Método simplificado de Bishop.
Bishop (1955) presentó un método utilizando Dovelas y teniendo en cuenta el efecto
de las fuerzas entre las Dovelas. Originalmente desarrollado para roturas circulares,
considera que las interacciones entre rebanadas son nulas. El cálculo se lleva a
cabo buscando el equilibrio de momentos respecto al centro del arco circular,
aunque en la versión posterior se puede aplicar a superficies no curvas definiendo
centros ficticios. Este solo aplica a superficies de rotura circulares. Los resultados
obtenidos del FS tienden a ser más elevados que en el método de Fellenius.
La solución rigurosa de Bishop es muy compleja y por esta razón se utiliza una
versión simplificada de su método, de acuerdo a la expresión:
∑[𝐶𝐶´𝑏𝑏 + (𝑊𝑊 − 𝑢𝑢𝑏𝑏) tan ∅´]/𝑚𝑚𝑚𝑚
𝐹𝐹. 𝐹𝐹. =
∑ 𝑊𝑊 sin 𝛼𝛼

[𝐶𝐶´𝑏 𝑏 + (𝑊 𝑊 − 𝑢𝑢𝑏𝑏) tan ∅´]


∑�
tan 𝛼 𝛼 tan ∅ �
cos 𝛼𝛼 �1+ 𝐹𝐹𝐹𝐹 �
𝐹𝐹𝐹𝐹 =
𝑊𝑊 sin 𝛼𝛼 + 21𝛾𝛾𝑤𝑤𝑍𝑍2�𝑚𝑚 �
∑ 𝑅𝑅
Donde:

𝑚𝑚𝑚𝑚 = cos 𝛼𝛼 �
1+
tan 𝛼𝛼 tan ∅

𝐹𝐹𝐹𝐹

b = Ancho de la Dovela
W = Peso de cada dovela
C’, φ = Parámetros de
resistencia del suelo.
u = Presión de poros en
la base de cada dovela =
γwxhw
α = Angulo del radio y la vertical en cada dovela.
Método simplificado de Jambu.
Jambu (1973) presenta un método de Dovelas para superficies de falla curvas, no
necesariamente circulares, también supone que la interacción entre rebanadas es
nula, pero a diferencia de Bishop busca el equilibrio de fuerza y no de momentos.
Experiencias posteriores hicieron ver que la interacción nula en el caso de equilibrio
de fuerzas era demasiado restrictivo, lo que obligó a introducir un factor de
corrección empírico aplicable al FS. En versiones posteriores, en el denominado
método riguroso, se define una línea de empuje entre rebanadas y se buscan los
equilibrios en fuerzas y momentos respecto al centro de la base de cada una.

[𝐶𝐶´ + (𝛾𝛾ℎ𝑖𝑖 − 𝛾𝛾𝑤𝑤ℎ𝑤𝑤𝑖𝑖 ) tan ∅´](1 + tan2 𝛼𝛼𝑖𝑖 )𝑏𝑏𝑖𝑖


𝑓𝑓𝑜𝑜 ∑ � tan 𝛼 𝛼 tan ∅ �
� 1+ 𝐹𝐹𝐹𝐹 �
𝐹𝐹𝐹𝐹 = 1
∑ 𝑊𝑊𝑖𝑖 tan 𝛼𝛼𝑖𝑖 + 2 𝛾𝛾𝑤𝑤 𝑍𝑍 2

Donde 𝑓𝑓𝑜𝑜depende de la curvatura de la superficie de falla.


𝑑𝑑 𝑑𝑑 2
𝑓𝑓𝑜𝑜 = 1 + 𝑘𝑘 � − 1.4 � ��
𝑡𝑡 𝑡𝑡
Para c´= 0 → k=0.31
Para c´= 0 → k=0.50
Dond0e:
𝑐𝑐´: Cohesión en términos de tensiones
efectivas;(Kn/m)
Φ´: Angulo de fricción interna; (°)
𝛾𝛾 : Peso específico del terreno.
𝛾𝛾𝑤𝑤 = Peso específico del agua;
ℎ: Altura de la dovela en la parte media.
ℎ𝑤𝑤: Altura del nivel del agua.
α = ángulo positivo o negativo de la base de la dovela con respecto a la horizontal.
𝑏𝑏: Ancho de las dovelas.
𝐿𝐿: Longitud de la base de la dovela.
𝑊𝑊: Peso.
𝑧𝑧: Altura del nivel de agua en la grieta de tracción.
Métodos precisos:
Método de Spencer

Este pertenece a la
categoría de los
denominados
rigurosos. Supone que
la interacción entre
rebanadas aparece
una componente de empuje con ángulo de inclinación constante, por lo que,
mediante iteraciones, analiza tanto el equilibrio en momentos como en fuerzas en
función de ese ángulo, hasta hacerlo converger hacia un mismo valor, calculando el
FS correspondiente. Es aplicable tanto a roturas circulares como generales.
La hipótesis de trabajo es que las fuerzas inter-franjas
están igualmente inclinadas respecto a la horizontal
Xi = 8Ei.
Estableciendo el equilibrio de fuerzas horizontales,
obtendremos:
𝑇𝑇 𝑖𝑖 cos 𝛼𝛼𝑖𝑖 − 𝑁𝑁𝑖𝑖 sin 𝛼𝛼𝑖𝑖 = −(𝐸𝐸𝑖𝑖 − 𝐸𝐸𝑖𝑖−1 )
Equilibrio de fuerzas verticales:

𝑇𝑇 𝑖𝑖 cos 𝛼𝛼𝑖𝑖 − 𝑁𝑁𝑖𝑖 sin 𝛼𝛼𝑖𝑖 = 𝑊𝑊𝑖𝑖 (𝑋𝑋𝑖𝑖 − 𝑋𝑋𝑖𝑖−1 )


= 𝑊𝑊𝑖𝑖 − 8(𝐸𝐸𝑖𝑖 − 𝐸𝐸𝑖𝑖−1 )
Tomando momentos de la relación de Mohr – Colomb:
∑[(𝑁𝑁𝑖𝑖 cos 𝛼𝛼𝑖𝑖 − 𝑢𝑢𝑖𝑖 𝑏𝑏𝑖𝑖 ) tan ∅´𝑖𝑖]
0= − 𝐹𝐹𝐹𝐹
∑ 𝑁𝑁𝑖𝑖sin 𝛼𝛼𝑖𝑖

𝑇𝑇𝑖𝑖 = 𝐶𝐶𝑖𝑖 𝑏𝑏𝑖𝑖 + (𝑁𝑁𝑖𝑖 − 𝑈𝑈𝑖𝑖 𝑏𝑏𝑖𝑖 ) tan ∅𝑖𝑖

Resolviendo el sistema de 3n ecuaciones con 3n incógnitas, obtendremos un


sistema de dos ecuaciones implícitas en FS y 8 de la forma.
𝑏𝑏 𝑏𝑏
∑ �𝑐𝑐𝑖𝑖 � 𝑖𝑖 + (𝑁𝑁𝑖𝑖 − 𝑢𝑢 𝑖𝑖 � 𝑖𝑖 �
cos 𝛼𝛼𝑖𝑖 cos 𝛼𝛼𝑖𝑖 )� tan ∅´𝑖𝑖�
− 𝐹𝐹𝐹𝐹 = 0
∑ 𝑊𝑊𝑖𝑖sin 𝛼𝛼 𝑖𝑖
Donde:
8 − tan 𝛼𝛼𝑖𝑖 − 𝑢𝑢 𝑏𝑏 tan 𝜃𝜃 )
𝑊𝑊𝑖𝑖 + 𝐹𝐹𝐹𝐹 (𝐶𝐶 𝑏𝑏𝑖𝑖 𝑖𝑖 𝑖𝑖 𝑖𝑖 𝑖𝑖
𝑁𝑁 =
𝑖𝑖 tan 𝛼𝛼𝑖𝑖
(tan 𝛼𝛼𝑖𝑖 − 8)
cos 𝛼𝛼𝑖𝑖 � + (1 + 8 tan �
𝑖𝑖)
𝛼𝛼
𝐹𝐹𝐹𝐹

Método de Morgenstern – Price.


El método de todo de Morgenstern y Price (1965)
asume que (1965) asume que existe una función
que relaciona las fuerzas de cortante y las
fuerzas normales entre dovelas. Esta función
puede considerarse constante como en el caso
del método Spencer o puede considerarse otro
tipo de función. Esta posibilidad de suponer una
determinada función para determinar los valores
de las fuerzas entre dovelas lo hace un método
más riguroso que el de riguroso que el de Spencer.
Asume que la inclinación de las fuerzas laterales sigue una forma determinada,
además satisface todas las condiciones de equilibrio. Al igual que el método de
Spencer, es un método muy preciso, prácticamente aplicable a todas las geometrías
y perfiles de suelo.
𝑿𝑿 = 𝝀𝝀𝝀𝝀(𝒙𝒙)𝑬𝑬
Donde X y E son las fuerzas verticales y horizontales entre rebanadas, 𝝀𝝀 es un factor
de escala desconocida que es resuelto por parte de las incógnitas, y F(x) es una
función que asume las fuerzas laterales.
Método de Sarma.
El método de Sarma (1973) es muy diferente a todos los métodos descritos
anteriormente porque éste considera que el coeficiente sísmico y el factor de
seguridad son desconocidos. Se asume entonces, un factor de seguridad y se
encuentra cuál es el coeficiente sísmico requerido para producir éste.
Generalmente, se
asume que el factor de
seguridad es 1.0 y se
calcula el coeficiente
sísmico requerido para
que se obtenga este
factor de seguridad. En
el método de Sarma, la
fuerza cortante entre
tajadas es una relación
con la resistencia al
cortante. El procedimiento de Sarma fue desarrollado para análisis sísmicos de
estabilidad y tiene algunas ventajas sobre otros métodos para este caso.
𝑿𝑿 = 𝝀𝝀𝝀𝝀(𝒙𝒙)𝑺𝑺𝒗𝒗
Donde
Sv: es la fuerza de corte disponible en el segmento límite.
𝝀𝝀: es un parámetro de escala desconocida.
F(x) es una función que asume las fuerzas laterales.
Método de Taylor
Taylor (1948), desarrollo, con base en el método del circulo de fricción, gráficas para
determinar el factor de seguridad mínimo de un talud homogéneo que se encuentra
sobre un estrato de suelo más competente o un estrato de roca, tanto para
materiales con c≠ 0 y Ø= 0. Taylor considera una falla de base por rotación, que en
el medio no existen grietas de tensión y no se presentan cargas externas o flujo de
agua en el talud. El factor de seguridad mínimo del talud se determina con la
ecuación: 𝐹𝐹𝐹𝐹 = 𝑁𝑁 �𝑐𝑐𝑢𝑢 �
𝛾𝛾𝛾𝛾

Fs.: Factor de seguridad.


N: Número de estabilidad.
Cu: Cohesión del material.
Ɣ: Peso volumétrico de suelo.
H Altura del talud.

Grafica de
estabilidad
para el caso
c≠ 0 y Ø≠ 0
En los ábacos de Taylor se ven las reacciones de estos números de estabilidad con
los ángulos de talud.
De ello se deduce, según los datos de entrada, los valores de la altura crítica (Hc),
o del ángulo del talud (β):
𝑁𝑁𝑠𝑠𝑐𝑐𝑑𝑑
𝐻𝐻𝑐𝑐 = ….
𝛾𝛾
Comparando la altura real con la crítica se podrá saber el factor de seguridad a la
estabilidad existente:
𝐻𝐻𝑐𝑐𝑐𝑐𝑖𝑖𝑐𝑐𝑖𝑖𝑐𝑐𝑐𝑐
𝐹𝐹𝐹𝐹 =
𝐻𝐻𝑐𝑐𝑐𝑐𝑐𝑐𝑟𝑟
Método de círculos de fricción.
Este método es aplicable para el caso de que la superficie de deslizamiento se
suponga circular y, de acuerdo con la figura siguiente, puede, para el caso activo,
desarrollarse como sigue:
Considerando el talud de la imagen, con un círculo de falla escogido; con centro en
0, del círculo de falla, puede tratarse el círculo de fricción de radio.
𝑟𝑟 = 𝑅𝑅 𝑠𝑠𝑠𝑠𝑠𝑠∅
Donde ∅ es el ángulo de fricción del material constituyente del talud. Si 𝑓𝑓 es la
resultante de la reacción normal y de fricción en un elemento de arco de la superficie
de falla supuesta, formara con la normal a esta superficie un ángulo ∅ y, por lo tanto,
será tangente al círculo de fricción, según se desprende evidentemente en la figura.

El equilibrio de la masa de suelo deslizante bajo estudio depende de la acción de la


siguiente fuerza:
W: peso de la masa del suelo, que pasa por el centro de gravedad de dicha masa.
C: fuerza total de cohesión desarrollada a lo largo de toda la superficie de
deslizamiento y generada por la cohesión del suelo
F: resultante total de las reacciones normales y de fricción.
La fuerza c se puede calcular en magnitud con la siguiente expresión.
𝐶𝐶 = 𝑐𝑐𝑒𝑒𝐿𝐿´
Dónde: ce es la cohesión del suelo requerida para el equilibrio, L´: la longitud de la
cuerda del arco de deslizamiento supuesto. La línea de acción de la fuerza C debe
ser paralela a la cuerda AB.
Puesto que la cuerda es la línea que cierra el dinámico de las fuerzas de cohesión
que se desarrollan a lo largo de la superficie de falla supuesta. Tomando momentos
respecto al punto 0 podrá escribirse:
𝑐𝑐𝑒𝑒 𝐿𝐿𝑅𝑅 = 𝑐𝑐𝑒𝑒𝐿𝐿´𝑥𝑥
Donde x es el brazo de momento correspondiente a la fuerza c, que fija la línea de
acción de esta.
𝐿𝐿
𝑥𝑥 = 𝑅𝑅
𝐿𝐿´
El valor de x es independiente de Ce. La fuerza F es la resultante total de las fuerzas
f que son tangentes al círculo de fricción; estas fuerzas F no constituyen pues un
sistema concurrente y la fuerza F no será tangente al círculo de fricción. La posición
F respecto a 0 puede definirse por la expresión.
𝑑𝑑 = 𝐾𝐾 𝑅𝑅 𝑠𝑠𝑠𝑠𝑠𝑠 ∅
𝑑𝑑: Distancia de 0 a F
K: un factor de proporcionalidad mayor que 1, que depende de la distribución de
esfuerzos a lo largo del arco AB y del ángulo central AOB=2Ө
Rφ: los sentido usuales
Taylor da una gráfica en la que se puede encontrar el valor de K en función del
ángulo central AOB=2Ө; esta constituida con la hipótesis de una distribución
senoidal de esfuerzos normales a lo largo del arco AB, con valor nulo para el
esfuerzo en los puntos A y B.
Con la línea de acción de W y C puede encontrarse su punto de concurrencia, por
el cual ha de pasar la fuerza, pues si la masa deslizante ha de estar en equilibrio,
W, C y F han de ser concurrentes.
Con esto se define la línea de acción de F, que pasa por el mencionado punto de
concurrencia de W y C y es tangente a una circunferencia con centro en 0 y radios
KR sin φ.
Conocida las líneas de acción de F y C puede construirse con W, conocido en
magnitud y posición, un triángulo de fuerzas en el cual puede determinarse la
magnitud de C necesaria para el equilibrio.
La cohesión del material constituyente del talud es conocida por pruebas de
laboratorio y vale c: el valor necesario del parámetro para que el talud sea estable
según el cálculo, es decir, para tener la condición de equilibrio de las fuerzas
actuantes es, según la expresión.
𝑐𝑐
𝑐𝑐𝑒𝑒 =
𝐿𝐿´
Que puede ya puede calcularse. Por ello, puede determinarse la relación.
𝑐𝑐
𝐹𝐹𝑒𝑒 =
𝑐𝑐𝑒𝑒
Con lo cual se obtiene un factor de seguridad asociado al círculo escogido en
términos de la cohesión.
Si el valor de φ con el cual se construyó el círculo de fricción es el real del suelo, la
expresión anterior proporciona un factor de seguridad del talud, el que estaría
trabajando, pudiera decirse, en condición limite respecto a la fricción.
6.3 ANALISIS DE CIRCUITOS CRITICOS

Uno de los problemas que se presentan en los métodos anteriormente


descritos, es el conocer en un talud, cual es la superficie de falla con el menor factor
de seguridad, con lo que se conocería el grado de estabilidad.

En taludes de material cohesivo homogéneo en el cuerpo y en su cimentación, se


han realizado estudios para determinar sus círculos críticos, un estudio establece
que el ángulo de inclinación del talud con la horizontal, marca una frontera en los
53º, que establece:

Para encontrar un círculo crítico es preciso buscar la superficie de falla que dé el


factor de seguridad mínimo.

Considérense los siguientes análisis: Primero, si el centro de la circunferencia se


mueve sobre una trayectoria horizontal:

El arco de las superficies de falla desplazándose horizontal el centro de la


circunferencia no cambia, por lo tanto el momento resistente MR no cambia, por lo
que el factor de seguridad FS será mínimo, cuando el momento actuante MA sea
máximo.
Derivando con respecto a x e igualando a cero
Por lo anterior el círculo crítico que se tiene producto del mover en forma horizontal
el centro de un circulo de falla, está ubicado cuando el centro O, se encuentra en la
vertical del centro del talud. Segundo, si se coloca el centro de la circunferencia que
representa la superficie de falla en el centro del talud, el factor de seguridad mínimo
se presenta cuando el radio tiende a infinito, pero es preciso encontrar el ángulo
central de este factor de seguridad mínimo.
El máximo valor de N es 0.181, cuando el ángulo θ vale 1.165 radianes (66º 45´),
en el intervalo (0,2π), por lo tanto, la cohesión teórica de equilibrio es:
Taylor

Suelos cohesivos

Taylor explica que en el análisis de taludes en suelos cohesivos homogéneos,


la cohesión necesaria para garantizar la estabilidad del talud es proporcional a su
peso volumétrico y a su altura.

Esta expresión se convierte en una igualdad la colocarle una constante de


proporcionalidad Ne, que se le conoce como: número de estabilidad.

De donde el factor de seguridad es:

Taylor relaciono los valores del ángulo del talud β con los números de estabilidad
Ne.
Como puede verse los círculos críticos en taludes con ángulo entre 0º y 53º, son de
falla de base o profunda (Ne=0.181) y los mayores de 53º corresponden a fallas de
pie de talud, En el caso que existan estratos resistentes en la cimentación, se puede
considerar el número de estabilidad Ne=0.181, si el estrato resistente se encuentra
a una profundidad de 3 o más veces la altura H, de lo contrario se considera que el
círculo crítico es tangente al estrato resistente.

Suelos con cohesión y fricción

En suelos con cohesión y fricción, Taylor desarrollo un método para determinar el


factor de seguridad FS de superficies de falla en taludes en función de su cohesión:

Este factor de seguridad está analizado en función de la cohesión. En esta fórmula


Ne, es diferente al usado por Taylor en suelos cohesivos (corresponde a su
reciproco). Taylor propone una gráfica para obtener el número de estabilidad Ne, en
función del ángulo del talud β y el ángulo de fricción del suelo φ, en superficies de
falla de pie de talud.
Este método representa una primera aproximación para conocer la estabilidad de
un talud en suelo cohesivo friccionante y será preciso analizar también la estabilidad
por falla de base o profunda.

Fellenius

Fellenius realizó investigaciones en suelos puramente cohesivos, para la


determinación de los círculos críticos en fallas de pie de talud. El método consiste
en determinar el origen la circunferencia que representa la superficie de falla crítica
que pasa por el pie del talud, trazando dos líneas rectas, una que forma un ángulo
α1 con el talud en el pie y la otra que forma un ángulo α 2 con la horizontal en la
superficie.
Jambu

Jambu estudia también la forma de determinar el factor de seguridad de círculos de


falla críticos por el pie del talud, aplicando la formula ocupada en el método de
Taylor.

Con la diferencia de que en sus gráficas el número de estabilidad Ne está en función


de la inclinación del talud β y del parámetro λcϕ que a continuación se expresa.
6.4 PREVENCION Y CORRECCION DE FALLAS EN TALUDES

Con la finalidad de mejorar la estabilidad de los taludes desde el punto de vista


de prevención y corrección de fallas de taludes, se pueden establecer las siguientes
recomendaciones. Disminuir la pendiente del talud. Esta solución como prevención
o corrección de fallas de taludes, es efectiva en suelos friccionantes y cohesivo
friccionantes, si las condiciones físicas y económicas lo permiten, sin embargo en
suelos cohesivos la ventaja de disminuir la pendiente, no garantiza un incremento
significativo en la seguridad en cuanto a la estabilidad del talud.

Construcción de bermas o banquetas. Esta solución se emplea también lo mismo


para prevenir como para corregir, y consiste en colocar una berma o banqueta de
suelo en la parte baja del talud, con la intención de reducir el momento actuante con
el peso de la berma, y de ser posible incrementar el momento resistente.

Estabilización de suelos. Esta solución se emplea para prevenir fallas de taludes,


consiste en adicionar substancias cementantes al suelo, para mejorar las
características físicas del talud (aumentar su resistencia al cortante), este
procedimiento tiene las desventajas de ser caro y su proceso constructivo es
complejo.
Muros de retenimiento. Esta solución se emplea cuando el desarrollo del talud es
limitado por las necesidades de los proyectos, y se debe de tener cuidado para
que el nivel de desplante del muro quede por debajo de la superficie de falla.
Drenaje. La principal causa de fallas de taludes, está relacionada con la presencia
del agua fluyendo dentro del suelo, es común escuchar y ver en las noticias que
en la temporada de lluvias existen fallas en taludes (en especial en laderas), a
excepción de las presas de tierra, en los taludes deben de proyectarse obras de
drenaje como cunetas, contracunetas, drenajes, etc., que elimine filtraciones y
flujo de aguas.
6.5 SOFTWARE DE APLICACIÓN

GGU-STABILITY

Cálculo de estabilidad de taludes y estructuras de refuerzo mediante tierra armada,


geotextiles, anclajes y pernos de anclaje.

Propiedades Técnicas:

 Cálculo de factores de seguridad por el método de Janbu, con mecanismos


de rotura de cuerpos rígidos, o con el método de las cuñas deslizantes.
 Cálculo de la estabilidad global del sistema (Bishop).
 Seguridad al deslizamiento.
 Seguridad al vuelco.
 Verificación de la capacidad portante del suelo.
 Cálculo a flexión de placas de hormigón como estructura de refuerzo
utilizando la interfaz (propiedad exportar) con el Programa GGU-SLAB para
cálculo de placas.
 Cálculo de las cargas máximas admisibles de los pernos de anclaje.
 Ingreso y cambio de datos del sistema mediante tablas o directamente en el
gráfico.
 Generación automática de una cuadrícula para el ingreso manual de datos.
 Consideración de aceleraciones horizontales y verticales producidas por
movimientos sísmicos.
 Consideración de la presión de poros, líneas y redes de presiones

 Interfaz con el programa GGU-SS FLOW2D (Cálculo de redes de flujo


estacionario en un sistema bidimensional).
 Edición libre de la hoja de emisión.
 Copia de detalles de pantalla, por ejemplo para edición del texto.
 Sistema MiniCAD para insertar rótulos o gráficos adicionales en la hoja de
resultados.

SLOPE/W

SLOPE/W de GEO-SLOPE es el software líder de análisis de estabilidad en


suelos en declive para calcular el factor de seguridad de las pistas de tierra y roca.
Con SLOPE/W, se puede analizar al mismo tiempo sencillos y complejos problemas
para una variedad de formas de desnivel de la superficie, condiciones de presión de
agua de los poros, las propiedades del suelo, métodos de análisis y condiciones de
carga. SLOPE/W de GEO-SLOPE es el software líder de análisis de estabilidad en
suelos en declive para calcular el factor de seguridad de las pistas de tierra y roca.
Con SLOPE/W, se puede analizar al mismo tiempo sencillos y complejos problemas
para una variedad de formas de desnivel de la superficie, condiciones de presión de
agua de los poros, las propiedades del suelo, métodos de análisis y condiciones de
carga. Usando equilibrio límite, SLOPE/W puede modelar los tipos de suelo
heterogéneos, condiciones complejas de presión y geometría de la superficie de
deslizamiento estratigrafica y variables de presión de agua en los poros, utilizando
una gran variedad de tipos de suelo.

Los análisis de estabilidad de taludes pueden ser realizados utilizando los


parámetros de entrada determinista o probabilística. Los cálculos se destacan por
un análisis de elementos finitos de estrés que pueden ser utilizados más allá de los
cálculos de equilibrio límite, para el análisis de estabilidad de talud más completo
disponible. Con esta amplia gama de características, SLOPE/W se puede utilizar
para analizar casi cualquier problema de estabilidad de talud que encontrará en sus
proyectos de ingeniería geotécnica, civil y explotación minera.

Es fácil de Usar. Defina un modelo de estabilidad: La exclusiva tecnología CAD


SLOPE/W le permite crear la geometría por el diseño en pantalla. Puede incluso
importar una imagen DXF para ayudarle. A continuación, elija un método de análisis,
especifique las propiedades del suelo y la presión del agua, defina las cargas de
refuerzo, y puede crear sus simulaciones de superficies en declive.

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