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Ciclo celular

El ciclo celular es un conjunto ordenado de sucesos que conducen al crecimiento de la célula y


la división en dos células hijas. Las etapas, son G1-S-G2 y M. El estado G1 quiere decir «GAP
1» (Intervalo 1). El estado S representa la «síntesis», en el que ocurre la replicación del ADN. El
estado G2 representa «GAP 2» (Intervalo 2). El estado M representa «la fase M», y agrupa a la
mitosis o meiosis (reparto de material genético nuclear) y la citocinesis (división del citoplasma).
Las células que se encuentran en el ciclo celular se denominan «proliferantes» y las que se
encuentran en fase G0 se llaman células «quiescentes». Todas las células se originan únicamente
de otra existente con anterioridad. El ciclo celular se inicia en el instante en que aparece una
nueva célula, descendiente de otra que se divide, y termina en el momento en que dicha célula,
por división subsiguiente, origina dos nuevas células hijas.

El ciclo celular. La división celular, constituida por la mitosis (división del núcleo) y la citocinesis (división del
citoplasma), ocurre después de completarse las tres fases preparatorias que constituyen la interfase.

Fases del ciclo celular

La célula puede encontrarse en dos estados muy diferenciados:

 El estado de no división o interfase. La célula realiza sus funciones específicas y, si


está destinada a avanzar a la división celular, comienza por realizar la duplicación de
su ADN.
 El estado de división, llamado fase M.

Interfase.

Es el período comprendido entre mitosis. Es la fase más larga del ciclo celular, ocupando casi
el 90 % del ciclo, transcurre entre dos mitosis y comprende tres etapas:
Fase G1 (del inglés Growth o Gap 1): Es la primera fase del ciclo celular, en la que existe
crecimiento celular con síntesis de proteínas y de ARN. Es el período que trascurre entre el fin de
una mitosis y el inicio de la síntesis de ADN. Tiene una duración de entre 6 y 12 horas, y durante
este tiempo la célula duplica su tamaño y masa debido a la continua síntesis de todos sus
componentes, como resultado de la expresión de los genes que codifican las proteínas
responsables de su fenotipo particular. En cuanto a carga genética, en humanos (diploides) son 2n
2c.

Fase S (del inglés Synthesis): Es la segunda fase del ciclo, en la que se produce la replicación
o síntesis del ADN, como resultado cada cromosoma se duplica y queda formado por dos
cromátidas idénticas. Con la duplicación del ADN, el núcleo contiene el doble de proteínas
nucleares y de ADN que al principio. Tiene una duración de unas 10-12 horas y ocupa alrededor
de la mitad del tiempo que dura el ciclo celular en una célula de mamífero típica.

Fase G2 (del inglés Growth o Gap 2): Es la tercera fase de crecimiento del ciclo celular en la
que continúa la síntesis de proteínas y ARN. Al final de este período se observa al microscopio
cambios en la estructura celular, que indican el principio de la división celular. Tiene una
duración entre 3 y 4 horas. Termina cuando la cromatina empieza a condensarse al inicio de la
mitosis. La carga genética de humanos es 2n 4c, ya que se han duplicado el material genético,
teniendo ahora dos cromátidas cada uno.

Fase M (mitosis y citocinesis).

Es la división celular en la que una célula progenitora (células eucariotas, células somáticas -
células comunes del cuerpo-) se divide en dos células hijas idénticas. Esta fase incluye la mitosis,
a su vez dividida en: profase, metafase, anafase, telofase; y la citocinesis, que se inicia ya en la
telofase mitótica. Si el ciclo completo durara 24 horas, la fase M duraría alrededor de 30 minutos.

Comparación entre la fisión binaria, mitosis y meiosis, tres tipos de división celular.
Regulación celular
La regulación y el control de las funciones celulares y el organismo tienen una importancia
trascendental para el desarrollo y mantenimiento de la vida. Aspectos tan importantes como el
metabolismo, el transporte de sustancias a través de las membranas, los procesos de
conservación, transmisión y expresión de la información genética, y otros muchos, están todos
sujetos a finos mecanismos de regulación y control. Una de las bases moleculares más importante
sobre la cual descansan estos mecanismos es el ciclo de fosforilación y desfosforilación de
proteínas. Este mecanismo requiere la acción concertada de dos tipos de enzimas: las proteínas
kinasas que realizan la fosforilación y las fosfoproteínas fosfatasas que catalizan la
desfosforilación.

El mecanismo se basa en el hecho de que las proteínas presentan propiedades diferentes


cuando están fosforiladas y cuando no lo están. Así, la intensidad de su actividad, su sensibilidad
a modificadores, su localización celular y las sustancias sobre las cuales actúan dependen del
estado de fosforilación de la proteína. La adición del grupo fosfato a una proteína o la sustracción
del mismo desde una proteína provoca en ella un fenómeno de transconformación que trae como
consecuencia un cambio en sus propiedades biológicas y, por lo tanto, una modificación en las
características de los procesos en los cuales participan estas proteínas. El nivel de fosforilación de
una proteína dada en cualquier momento refleja las actividades relativas de las kinasas y las
fosfatasas que catalizan el proceso de interconversión de las diferentes formas de la proteína.

Las proteínas quinasas (Cdk) se asocian con distintas ciclinas en las diferentes etapas del ciclo celular,
formando el complejo Cdk-ciclina. La activación de este complejo dispara procesos que conducen a la célula a
través de las distintas fases del ciclo. La degradación de las ciclinas inactiva el complejo.
Las proteínas kinasas

Se denominan proteínas kinasas (para este trabajo solamente kinasas) a aquellas enzimas, o
sea, proteínas con actividad catalítica, que catalizan la transferencia de grupos fosforilos desde un
nucleósido trifosfatado (generalmente el ATP) hacia aminoácidos hidroxilados que forman parte
de una proteína. Por tanto, las kinasas pertenecen al grupo de las fosfotransferasas.

Una proteína (azul) es fosforilada con un grupo fosfato donado por el ATP, reacción catalizada por una proteína
cinasa.

Las proteínas kinasas suelen clasificarse en tres grupos: Las que transfieren el grupo fosforilo
hacia residuos de serina o treonina (seril(treonil)-proteína kinasa, S/TPK); las que lo hacen hacia
residuos de tirosina (tirosil-proteína kinasa, YPK) y las terceras lo hacen hacia cualquiera de ellos
(S/YPK).

Es común que estas proteínas pertenezcan a familias génicas y muchas de ellas presenten
varios isoformas con características cinéticas y mecanismos de control sutilmente diferentes.
Entre las SPK las dos familias más importantes son la AGC (por sus miembros fundadores las
proteínas kinasas A, G y C) y la familia de las kinasas de las proteínas activadas por mitógenos,
MAPK (del inglés, Mitogen-Activated Proteín Kinases). La primera posee más de 80 miembros y
la segunda, alrededor de 20 enzimas. Entre las YPK se distinguen dos tipos principales: Las que
actúan como receptores de membrana (58 miembros agrupados en 20 familias) y las
intracelulares (30 miembros que forman 11 familias).

Todas las proteínas kinasas están organizadas por dominios. Al menos tres dominios integran
la proteína: el dominio catalítico, en el cual se distinguen dos sitios: uno, de unión al ATP (lazo
P) y el otro, que interviene en la catálisis (lazo T), que contiene un aminoácido hidroxilado, cuya
fosforilación incide en el estado de actividad de la enzima; el otro dominio es el de regulación
que, bien por cambios conformacionales, bien por la unión con otras moléculas, puede influir en
la mayor o menor actividad de la enzima y el tercer dominio es de autoinhibición que, en la
mayoría de los casos, contiene una secuencia de aminoácidos similar a la que es reconocida por la
enzima durante la catálisis, pero no contiene el aminoácido hidroxilado. Este dominio se asocia
con el sitio catalítico y mantiene la enzima en un estado inactivo, hasta el momento en que se
produce la activación por el dominio regulador. En algunas proteínas kinasas, el dominio de
autoinhibición está formando parte de otro polipétido y la proteína se presenta en forma de
oligómeros inactivos, que al disociarse adquieren la actividad.

Las Fosfoproteínas fosfatasas

Las fosfoproteínas fosfatasas son enzimas que catalizan la hidrólisis del enlace éster fosfórico.
Al igual que las kinasas, existen tres grandes grupos de fosfatasas: Las que catalizan la hidrólisis
del enlace del fosfato a residuos de serina o treonina, (S/TPP); las que lo hacen sobre residuos de
tirosina (YPP) y las que tienen especificidad dual (S/YPP).

También pertenecen a un reducido número de familias génicas. Hasta el momento se han


identificado cuatro grandes familias: las PPP, las PPM (la M porque dependen de metales para su
actividad), las PTP y las FCP1, de la cual solamente existe un miembro. Las dos primeras
codifican S/TPP mientras que la tercera lo hace para YPP y para las S/YPP y la cuarta es
específica para el dominio carboxilo terminal de la ARN polimerasas II. Dentro de cada familia
se logra una gran diversidad estructural generada por la unión a las subunidades catalíticas de
subunidades reguladoras o de dirección.

Entre las S/TPP las más estudiadas han sido la 1 (PP1) y la 2 (PP2). Las PP4, PP5, PP6 y PP7
han sido menos estudiadas y no se mencionan en el artículo. A su vez, las PPP2 se clasifican en
tres subtipos atendiendo al requerimiento de cationes para su actividad. Así, la PPP2A no
requiere de ningún catión, la PPP2B requiere de Ca 2+ y la PPP2C requiere de Mg2+, esta última
de la familia PPM.

La PPP1 está formada por una subunidad catalítica de 37 kDa, de la cual existen cuatro
isoformas. La holoenzima se completa con la asociación de subunidades reguladoras que pueden
inhibir la actividad enzimática, limitar la especificidad de sustrato o dirigir la subunidad catalítica
a los compartimentos celulares. En humanos, se han identificado aproximadamente 180 de estas
subunidades. La PPP1 es, por lo tanto, de localización en partículas.

En el caso de la PP2A, la subunidad catalítica (C) está formada por 309 aminoácidos para una
masa molecular de 36 kDa y de ella existen dos isoformas. La subunidad reguladora general (A,
también conocida como PR65) es de 65 kDa y también existen dos isoformas. Existen, al menos,
15 subunidades reguladoras específicas que se agrupan en cuatro familias de acuerdo con su peso
molecular PR54, PR55, PR72, y PR110. Asimismo, existen tres formas de PR55 y dos de PR72.
Las combinaciones de estas subunidades contribuyen a la gran diversidad estructural y funcional
de las PPP2A, pues con ellas pueden formarse alrededor de 70 combinaciones.

No se describirán la PPP2B ni la PP2C porque no está demostrada su participación en la


mitosis.
Las cuatro familias de fosfatasas están representadas en el núcleo. Algunos miembros de la
familia PPM son exclusivamente nucleares y, por lo tanto, poseen la señal de localización nuclear
en su secuencia de aminoácidos. Aparte de la PP2B que existe en el núcleo en cantidades
pequeñas y variables la concentración de los miembros de la familia PPP es de 2 a 10 veces más
alta en el núcleo que en el citoplasma. Es de notar que las subunidades catalíticas de estas
enzimas no poseen la secuencia de localización nuclear por lo cual es posible que sean
transportadas hacia el núcleo en unión de alguna de sus subunidades reguladoras.

La importancia de estas enzimas puede evidenciarse por el hecho de que en el genoma


humano existen 518 genes que codifican proteínas kinasas (90 YPK y 428 de S/TPK). Debía
suponerse un número aproximadamente igual de genes codificadores de fosfatasas; sin embargo,
existen 107 genes para YPP e increíblemente sólo ~40 genes para las subunidades catalíticas de
las S/TPP. No obstante, el considerable número de subunidades reguladoras y sus variantes por
empalme alternativo dan a este grupo un número considerable de holenzimas. De esta manera, el
número de kinasas y fosfatasas es prácticamente el mismo.

El uno se convierte en el otro

Como proclamara Heráclito, una de las características de los contrarios es la transformación


del uno en su opuesto y de esta forma determinar el desarrollo de los procesos y fenómenos de la
Naturaleza. Las kinasas y las fosfatasas también pueden hacer esta conversión, pero de una forma
peculiar. Por lo general, tanto la actividad de las kinasas como de las fosfatasas están controladas
mediante ciclos de fosforilación y desfosforilación. Tanto unas como otras forman parte de vías
de transferencia de información que tienen enzimas de un tipo u otro como intermediarios. En el
ejemplo seleccionado, se ilustrará esta idea con algún grado de detalle.

Para demostrar la tesis planteada en el título de este trabajo solamente se expondrá un proceso
de sobrada importancia en la naturaleza viva, la reproducción celular.

Es importante resaltar que las reacciones catalizadas por quinasa y fosfatasa no son exactamente las opuestas:
la fosforilación consume ATP pero la desfosforilación no lo produce. En consecuencia, el ciclo fosforilación—
desfosforilación consume energía, aunque la proteína quede inalterada.
Control de la reproducción celular

La reproducción es una de las características más sobresalientes de los seres vivos. En las
células eucariontes, esta se realiza mediante un complejo proceso denominado mitosis. La
participación de kinasas y fosfatasas en el control de la progresión de este proceso es tan
prominente que pudiera dividirse la mitosis en dos grandes etapas: etapa de las kinasas que
abarca desde finales de G2 hasta la metafase y la etapa de las fosfatasas que comprende desde el
inicio de la anafase hasta el comienzo de la fase G1. Sin embargo, kinasas y fosfatasas están
unidas y opuestas durante todo el proceso dando un magnífico ejemplo de la tesis que se pretende
demostrar en este trabajo.

Aunque el número de ambos tipos de enzimas que intervienen en el proceso es impreciso, las
principales kinasas mitóticas son la kinasa 1 dependiente de ciclina, Cdk1 (del inglés, Cyclin-
Dependent Kinase), las kinasas de la familia Aurora (Aurora A, B y C) y la familia de las kinasas
poloides, Plk (del inglés, Polo-Like Kinases) (Plk1 a Plk4). Por su parte las principales fosfatasas
son las PP1, PP2A, y la Cdc25 que es de especificidad dual. A continuación, se hará una breve
descripción de los eventos moleculares que garantizan la progresión de la mitosis. La exposición
se hará en forma simplificada para justificar la tesis del trabajo. Una exposición exhaustiva de los
mecanismos moleculares de la mitosis sobrepasa el alcance de este artículo. La participación de
kinasas y fosfatasas en la mitosis se resume en la siguiente figura.
Eventos previos a la mitosis

Durante la fase S en el núcleo se produce la duplicación del ADN y las dos moléculas
resultantes del proceso se mantienen unidas mediante un complejo multiproteínico denominado
cohesinas que se va depositando y forma un anillo alrededor de las nuevas moléculas, en la
misma medida en que se van integrando. Por otra parte, en el citoplasma se realiza la duplicación
de los centríolos que es un evento que depende de la actividad de la Aurora A. También depende
de esta kinasa el reclutamiento hacia ese organelo de varias proteínas entre ellas la U-tubulina.
Aunque el papel preciso de esta kinasa en el proceso no está totalmente dilucidado su
participación en el mismo está demostrada.

También a mediados de esta fase, comienza a incrementarse la concentración de la Plk1.


Durante la fase G2, Plk1 fosforila a SA2 (un componente del complejo de las cohesinas)
promoviendo la apertura del anillo y la separación de las moléculas de ADN. Sin embargo, esta
acción es contrarrestada por la PP1 que desfosforila a SA2. Al principio predomina la acción de
PP1, pero en la medida en que aumenta la concentración de Plk1 la actividad de esta se impone y
las cohesinas son fosforiladas y el anillo se abre. Esta oposición entre la kinasa y la fosfatasa
previene la separación prematura de las moléculas de ADN y la formación de las cromátidas.
Solamente permanecen las cohesinas localizadas alrededor del centrómero, pues la proteína
Shogusin, SGO, asociada al centrómero, recluta hacia ese sitio a la PP2A (con la subunidad
reguladora B56) que contrarresta la acción de Plk1.

Estas acciones contrarias hacen posible que la mitosis visualizada con el microscopio óptico
comience con la aparición de pares de filamentos largos y delgados unidos en un punto. Fue
precisamente la presencia de estos filamentos lo que dio nombre al proceso, pues mitosis
proviene del griego mitos que significa hilos.

Etapa de las kinasas

Al nivel molecular, el evento clave para el comienzo de la mitosis es la activación del factor
promotor de la mitosis, MPF (del inglés, M-phase Promoting Factor) compuesto por la Cdk1, y la
ciclina B. La Cdk1 se forma constitutivamente durante todo el ciclo celular, pero la ciclina B
solamente comienza a sintetizarse a mediados de la fase S y se asocia con la Cdk1. Sin embargo
el complejo permanece inactivo, debido a la actividad de las kinasas MYT1 (del inglés,
Membrane-associated Tyr/Thr kinase) y Wee (porque mutaciones en el gen producen organismos
de pequeño tamaño) que fosforilan a CDK1 en la Treonina 14 (T-14) y la tirosina 15 (Y-15)
respectivamente inhibiendo su actividad. La activación del MPF depende además de la unión a la
ciclina B de la desfosforilación en T-14 y Y-15 y la fosforilación en T-160.

La fosforilación en T-160 que incrementa la actividad de la Cdk1 es catalizada por la kinasa


activadora de Cdk, CAK (del inglés, Cdk Activating Kinase) que está formada por la subunidad
catalítica Cdk7 y la ciclina H. Esta reacción puede ocurrir antes o después de las
desfosforilaciones de T-14 y Y-15.
La desfosforilación de la Cdk1 es catalizada por la fosfatasa de especificidad dual Cdc25, de
las cuales en los humanos existen tres isoformas, Cdc25A, Cdc25B y Cdc25C, siendo la Cdc25A
la principal fosfatasa del inicio de la mitosis. En los momentos finales de G2, Cdc25A es
fosforilada y activada por Plk1 y esto le permite la desfosforilación de la T-14 y Y-15 de la Cdk1,
con lo cual el MPF adquiere su máximo grado de actividad, lo cual coincide con el inicio de la
profase.

Por otra parte, la separación de las cromátidas hace posible que la kinasa Aurora B fosforile a
la histona H3 en serina-10 de la cromatina acelerando la condensación de esta que se observa
durante la profase y prometafase.

El MPF fosforila a la lámina B y nucleoporinas del complejo del poro nuclear y con estas dos
acciones promueve el desensamblaje de la envoltura nuclear con lo cual finaliza la profase y da
comienzo la prometafase.

Mientras tanto, en el citoplasma se produce la separación de los centríolos y comienza la


formación del huso evento asociado a la fosforilación de varias proteínas por Aurora A y algunas
de ellas son reclutadas hacia el extremo (+) del huso donde cumplen una función estabilizadora.

Durante la prometafase, Aurora B, es reclutada hacia los centrómeros, gracias a la


fosforilación de la histona H3 en la treonina 3 (H3T3p) catalizada por la kinasa haspin. En ese
lugar, la enzima constituye la subunidad catalítica del complejo cromosómico viajero formado
además por la survivina, la borealina y la proteína centromérica E (CENPE) que funciona como
un motor celular del kinetocoro.

La unión de las fibras del huso al kinetocoro es controlada por la acción coordinada y opuesta
de Aurora B y PP1. Proteínas del kinetocoro reclutan la PP1 (con la subunidad reguladora
SDS22) hacia el kinetocoro y allí su acción contrarresta la de Aurora B tanto por la
desfosforilación de sus sustratos como de la propia kinasa. Por su parte, Aurora B inhibe el
reclutamiento de PP1 fosforilando CENPE en los sitios de unión de PP1. Este mutuo control
puede establecer un estado dinámico de las fosforilaciones en la zona externa del kinetocoro
cuando el mecanismo que genera la tensión separa la Aurora B hacia el interior y la PP1 hacia el
exterior del kinetocoro, permitiendo una rápida respuesta ante errores en la unión de los
cromosomas al huso.

Simultáneamente, el MPF fosforila a las proteínas Cdc20 y Cdh1 (del inglés, Cdc20
homologue 1), que son coactivadores del complejo promotor de la anafase, APC (del inglés,
Anaphase Promoting Complex) así como algunas subunidades del APC. La Cdc20 fosforilada es
secuestrada en el huso por el complejo de control del ensamblaje del huso, SAC (del inglés,
Spindle Assembly Checkpoint) y la Cdh1 en su forma fosforilada no puede unirse al APC. Las
fosforilaciones del APC por el MPF son contrarrestadas por otras fosforilaciones catalizadas por
la PKA que tienen un efecto inhibitorio. Cuando se establece la unión bipolar de los cromosomas
se disocia el SAC y se libera la Cdc20 fosforilada que se une al APC. La PP1 elimina entonces
las fosforilaciones provocadas por la PKA conduciendo a la activación total del APC.

El APC es un complejo multiproteínico, cuya función es la transferencia de ubiquitina a


proteínas que serán degradas por el proteasoma. Las proteínas sustratos del APC están
determinadas por sus coactivadores, Cdc20 y Cdh1. En el tránsito de la metafase a la anafase el
APC-Cdc20 marca a la segurina, una proteína inhibidora de la separasa, que al quedar libre del
efecto inhibitorio hidroliza una proteína componente del complejo de cohesinas del centrómero,
permitiendo así la separación de las cromátidas impulsada por la tensión del huso y la acción de
proteínas motoras. Con este evento, se da inicio a la anafase. El otro sustrato importante del
APC-Cdc20 es la ciclina B. La degradación de la ciclina B produce una disminución considerable
de la actividad de kinasas y un aumento relativo de la actividad de las fosfatasas.

Etapa de las fosfatasas

Una de las primeras consecuencias del incremento de la actividad de fosfatasas es la


desfosforilación de Cdc20 (que se separa del APC) y Cdh1 (que se une al APC) con lo cual
cambia la especificidad de sustrato del APC. Sin embargo, la ciclina B sigue siendo un sustrato
de APC-Cdh1 con lo cual la actividad de la CDK1 se hace prácticamente nula. Al comienzo de la
anafase, empieza a formarse el anillo contráctil que separará las dos células hijas al final de la
mitosis. Su localización depende del cuerpo central formado por la interdigitación de los
extremos + del huso hacia el centro de la célula. Hacia esa zona se traslada el complejo
cromosómico viajero (de ahí su nombre) y la Plk1 que son indispensables en la formación del
anillo. Al final de la anafase, tanto Aurora B como Plk1 son marcados por el APC-Cdh1 y
degradados por el proteasoma. Así, al inicio de la telofase ha desaparecido totalmente la actividad
de las kinasas mitóticas.

La telofase se caracteriza por el predominio absoluto de la actividad de las fosfatasas. La


PP2A con la subunidad reguladora específica B55á elimina las fosforilaciones realizadas por el
MPF en la lámina B y las nucleoporinas, y facilita de esta forma la reorganización de la envoltura
nuclear. La PP1 con su subunidad reguladora PNUTS (Phosphatase 1 Nuclear Targeting Subunit)
revierte las fosforilaciones de la cromatina catalizadas por Aurora B en G2 y contribuye a la
descondensación de la cromatina. Simultáneamente, con las descondensación de la cromatina se
produce la citokinesis, la separación de las dos células hijas y con ello el fin de la mitosis.

Conversión de piruvato en acetil CoA


División celular
Mitosis

En biología, la mitosis es un proceso que ocurre en el núcleo de las células eucariotas y que
procede inmediatamente a la división celular, consistente en el reparto equitativo del material
hereditario (ADN) característico. Este tipo de división ocurre en las células somáticas y
normalmente concluye con la formación de dos núcleos separados (cariocinesis), seguido de la
separación del citoplasma (citocinesis), para formar dos células hijas.

La mitosis completa, que produce células genéticamente idénticas, es el fundamento del


crecimiento, de la reparación tisular y de la reproducción asexual. La otra forma de división del
material genético de un núcleo se denomina meiosis y es un proceso que, aunque comparte
mecanismos con la mitosis, no debe confundirse con ella, ya que es propio de la división celular
de los gametos. Produce células genéticamente distintas y, combinada con la fecundación, es el
fundamento de la reproducción sexual y la variabilidad genética.

La mitosis es el tipo de división del núcleo celular en la que se conserva intacta la información
genética contenida en los cromosomas, que pasa de esta manera sin modificaciones a las dos
células hijas resultantes. La mitosis es igualmente un verdadero proceso de multiplicación celular
que participa en el desarrollo, el crecimiento y la regeneración del organismo. Este proceso tiene
lugar por medio de una serie de operaciones sucesivas que se desarrollan de una manera continua,
pero para facilitar su estudio han sido separadas en varias etapas.

El resultado esencial de la mitosis es la continuidad de la información hereditaria de la célula


madre en cada una de las dos células hijas. El genoma se compone de una determinada cantidad
de genes organizados en cromosomas, hebras de ADN muy enrolladas que contienen la
información genética vital para la célula y el organismo. Dado que cada célula debe contener
completa la información genética propia de su especie, la célula madre debe hacer una copia de
cada cromosoma antes de la mitosis, de forma que las dos células hijas reciban completa la
información. Esto ocurre durante la fase S de la interfase, el período que alterna con la mitosis en
el ciclo celular y en el que la célula entre otras cosas se prepara para dividirse. Tras la duplicación
del ADN, cada cromosoma consistirá en dos copias idénticas de la misma hebra de ADN,
llamadas cromátidas hermanas, unidas entre sí por una región del cromosoma llamada
centrómero. Cada cromátida hermana no se considera en esa situación un cromosoma en sí
mismo, sino parte de un cromosoma que provisionalmente consta de dos cromátidas.

En animales y plantas, pero no siempre en hongos o protistas, la envoltura nuclear que separa
el ADN del citoplasma se desintegra, desapareciendo la frontera que separaba el contenido
nuclear del citoplasma. Los cromosomas se ordenan en el plano ecuatorial de la célula,
perpendicular a un eje definido por un huso acromático. Éste es una estructura citoesquelética
compleja, de forma ahusada, constituido por fibras que son filamentos de microtúbulos. Las
fibras del huso dirigen el reparto de las cromátidas hermanas, una vez producida su separación,
hacia los extremos del huso. Por convenio científico, a partir de este momento cada cromátida
hermana sí se considera un cromosoma completo, y empezamos a hablar de cromosomas
hermanos para referirnos a las estructuras idénticas que hasta ese momento llamábamos
cromátidas. Como la célula se alarga, las fibras del huso «tiran» por el centrómero a los
cromosomas hermanos dirigiéndolos cada uno a uno de los polos de la célula. En las mitosis más
comunes, llamadas abiertas, la envoltura nuclear se deshace al principio de la mitosis y se forman
dos envolturas nuevas sobre los dos grupos cromosómicos al acabar. En las mitosis cerradas, que
ocurren por ejemplo en levaduras, todo el reparto ocurre dentro del núcleo, que finalmente se
estrangula para formar dos núcleos separados. Se llama cariocinesis a la formación de los dos
núcleos con que concluye habitualmente la mitosis. Es posible, y ocurre en ciertos casos, que el
reparto mitótico se produzca sin cariocinesis (endomitosis) dando lugar a un núcleo con el
material hereditario duplicado (doble número de cromosomas).

La mitosis se completa casi siempre con la llamada citocinesis o división del citoplasma. En
las células animales la citocinesis se realiza por estrangulación: la célula se va estrechando por el
centro hasta que al final se separa en dos. En las células de las plantas se realiza por tabicación, es
decir, las células hijas “construyen” una nueva región de pared celular que dividirá la una de la
otra dejando puentes de citoplasma (plasmodesmos). Al final, la célula madre se parte por la
mitad, dando lugar a dos células hijas, cada una con una copia equivalente y completa del
genoma original. Cabe señalar que las células procariotas experimentan un proceso similar a la
mitosis llamado fisión binaria. No se puede considerar que las células procariotas experimenten
mitosis, dado que carecen de núcleo y únicamente tienen un cromosoma sin centrómero.

Esquema que muestra de manera resumida lo que ocurre durante la mitosis.

Cariocinesis.

La cariocinesis (del griego cario = núcleo y cinesis = movimiento), mitosis astral o mitosis
anfiastral, es la división del núcleo celular. Consiste en la primera fase de la mitosis, que es el
proceso por el cual el material genético de una célula madre se distribuye de manera idéntica
entre dos células hijas.

En células animales poseen un organelo no membranoso llamado áster o centro celular,


formado por un par de centriolos, que al dividirse en profase temprana, se dirigen hacia los polos
opuestos de la célula, formando el aparato del huso mitótico, acrosómico o acromático.
Fases del ciclo celular

Diagrama mostrando los cambios que ocurren en los centrosomas y el núcleo de una célula en el proceso de la
división mitótica.

La división de las células eucariotas es parte de un ciclo vital continuo, el ciclo celular, en el
que se distinguen dos períodos mayores, la interfase, durante la cual se produce la duplicación del
ADN, y la mitosis, durante la cual se produce el reparto idéntico del material antes duplicado. La
mitosis es una fase relativamente corta en comparación con la duración de la interfase.

Interfase.

Durante la interfase, la célula se encuentra en estado basal de funcionamiento. En dicha fase se


lleva a cabo la replicación del ADN y la duplicación de los orgánulos para tener un duplicado de
todo antes de dividirse. Es la etapa previa a la mitosis donde la célula se prepara para dividirse,
en ésta, los centríolos y la cromatina se duplican, aparecen los cromosomas los cuales se
observan dobles. El primer proceso clave para que se dé la división nuclear es que todas las
cadenas de ADN se dupliquen (replicación del ADN); esto se da inmediatamente antes de que
comience la división, en un período del ciclo celular llamado interfase, que es aquel momento de
la vida celular en que ésta no se está dividiendo. Tras la replicación tendremos dos juegos de
cadenas de ADN, por lo que la mitosis consistirá en separar esas cadenas y llevarlas a las células
hijas. Para conseguir esto se da otro proceso crucial que es la conversión de la cromatina en
cromosomas.
La duración del ciclo celular en una célula típica es de 16 horas: 5 horas para G1, 7 horas para
S, tres horas para G2 y 1 hora para la división. Este tiempo depende del tipo de célula que sea.

Profase.

Se produce en ella la condensación del material genético (ADN), para formar unas estructuras
altamente organizadas, los cromosomas. Como el material genético se ha duplicado previamente
durante la fase S de la Interfase, los cromosomas replicados están formados por dos cromátidas,
unidas a través del centrómero por moléculas de cohesinas.

Uno de los hechos más tempranos de la profase en las células animales es la duplicación del
centrosoma; los dos centrosomas hijos (cada uno con dos centriolos) migran entonces hacia
extremos opuestos de la célula. Los centrosomas actúan como centros organizadores de unas
estructuras fibrosas, los microtúbulos, controlando su formación mediante la polimerización de
tubulina soluble. De esta forma, el huso de una célula mitótica tiene dos polos que emanan
microtúbulos.

En la profase tardía desaparece el nucléolo y se desorganiza la envoltura nuclear.

Los dos centros de origen de los microtúbulos (en verde) son los centrosomas. La cromatina ha comenzado a
condensarse y se observan las cromátidas (en azul). Las estructuras en color rojo son los cinetocoros. (Micrografía
obtenida utilizando marcajes fluorescenteses).

Prometafase

La envoltura nuclear se ha disuelto, y los microtúbulos (verde) invaden el espacio nuclear. Los
microtúbulos pueden anclar cromosomas (azul) a través de los cinetocoros (rojo) o interactuar
con microtúbulos emanados por el polo opuesto. La envoltura nuclear se separa y los
microtúbulos invaden el espacio nuclear. Esto se denomina mitosis abierta. Los hongos y algunos
protistas, como las algas o las tricomonas, realizan una variación denominada mitosis cerrada, en
la que el huso se forma dentro del núcleo o sus microtúbulos pueden penetrar a través de la
envoltura nuclear intacta.
Cada cromosoma ensambla dos cinetocoros hermanos sobre el centrómero, uno en cada
cromátida. Un cinetocoro es una estructura proteica compleja a la que se anclan los microtúbulos.
Aunque la estructura y la función del cinetocoro no se conoce completamente, contiene varios
motores moleculares, entre otros componentes. Cuando un microtúbulo se ancla a un cinetocoro,
los motores se activan, utilizando energía de la hidrólisis del ATP para "ascender" por el
microtúbulo hacia el centrosoma de origen. Esta actividad motora, acoplada con la
polimerización/despolimerización de los microtúbulos, proporciona la fuerza de empuje necesaria
para separar más adelante las dos cromátidas de los cromosomas.

Cuando el huso crece hasta una longitud suficiente, los microtúbulos asociados a cinetocoros
empiezan a buscar cinetocoros a los que anclarse. Otros microtúbulos no se asocian a
cinetocoros, sino a otros microtúbulos originados en el centrosoma opuesto para formar el huso
mitótico. La prometafase se considera a veces como parte de la profase.

Metafase.

A medida que los microtúbulos encuentran y se anclan a los cinetocoros durante la


prometafase, los centrómeros de los cromosomas se congregan en la "placa metafásica" o "plano
ecuatorial", una línea imaginaria que es equidistante de los dos centrosomas que se encuentran en
los 2 polos del huso. Este alineamiento equilibrado en la línea media del huso se debe a las
fuerzas iguales y opuestas que se generan por los cinetocoros hermanos. El nombre "metafase"
proviene del griego μετα que significa "después".

Dado que una separación cromosómica correcta requiere que cada cinetocoro esté asociado a
un conjunto de microtúbulos (que forman las fibras cinetocóricas), los cinetocoros que no están
anclados generan una señal para evitar la progresión prematura hacia anafase antes de que todos
los cromosomas estén correctamente anclados y alineados en la placa metafásica. Esta señal
activa el checkpoint de mitosis.

Los cromosomas se encuentran alineados en la placa metafásica.


Anafase.

Cuando todos los cromosomas están correctamente anclados a los microtúbulos del huso y
alineados en la placa metafásica, la célula procede a entrar en anafase (del griego ανα que
significa "arriba", "contra", "atrás" o "re-"). Es la fase crucial de la mitosis, porque en ella se
realiza la distribución de las dos copias de la información genética original.

Entonces tienen lugar dos sucesos. Primero, las proteínas que mantenían unidas ambas
cromátidas hermanas (las cohesinas), son cortadas, lo que permite la separación de las
cromátidas. Estas cromátidas hermanas, que ahora son cromosomas hermanos diferentes, son
separados por los microtúbulos anclados a sus cinetocoros al desensamblarse, dirigiéndose hacia
los centrosomas respectivos.

A continuación, los microtúbulos no asociados a cinetocoros se alargan, empujando a los


centrosomas (y al conjunto de cromosomas que tienen asociados) hacia los extremos opuestos de
la célula. Este movimiento parece estar generado por el rápido ensamblaje de los microtúbulos.14

Estos dos estados se denominan a veces anafase temprana (A) y anafase tardía (B). La anafase
temprana viene definida por la separación de cromátidas hermanas, mientras que la tardía por la
elongación de los microtúbulos que produce la separación de los centrosomas. Al final de la
anafase, la célula ha conseguido separar dos juegos idénticos de material genético en dos grupos
definidos, cada uno alrededor de un centrosoma.

Los microtúbulos anclados a cinetocoros se acortan y los dos juegos de cromosomas se aproximan a cada uno
de los centrosomas.

Telofase.

La telofase (del griego τελος, que significa "finales") es la reversión de los procesos que
tuvieron lugar durante la profase y prometafase. Durante la telofase, los microtúbulos no unidos a
cinetocoros continúan alargándose, estirando aún más la célula. Los cromosomas hermanos se
encuentran cada uno asociado a uno de los polos. La envoltura nuclear se reforma alrededor de
ambos grupos cromosómicos, utilizando fragmentos de la envoltura nuclear de la célula original.
Ambos juegos de cromosomas, ahora formando dos nuevos núcleos, se descondensan de nuevo
en cromatina. La cariocinesis ha terminado, pero la división celular aún no está completa.
Si a continuación no se produce la citocinesis, entonces se originará una célula binucleada. La
polinucleación en los tejidos de muchos organismos, es un proceso genéticamente programado de
citodiferenciación y desarrollo.

El siguiente paso es la citocinesis, generalmente aparece en secuencia inmediata al terminar la


cariocinesis.

Los cromosomas decondensados están rodeados por la membrana nuclearica.

Citocinesis.

La citocinesis es un proceso independiente, que se inicia simultáneamente a la telofase.


Técnicamente no es parte de la mitosis, sino un proceso aparte, necesario para completar la
división celular. En las células animales, se genera un surco de escisión (cleavage furrow) que
contiene un anillo contráctil de actina en el lugar donde estuvo la placa metafásica, estrangulando
el citoplasma y aislando así los dos nuevos núcleos en dos células hijas. Tanto en células
animales como en plantas, la división celular está dirigida por vesículas derivadas del aparato de
Golgi, que se mueven a lo largo de los microtúbulos hasta la zona ecuatorial de la célula. En
plantas esta estructura coalesce en una placa celular en el centro del fragmoplasto y se desarrolla
generando una pared celular que separa los dos núcleos. El fragmoplasto es una estructura de
microtúbulos típica de plantas superiores, mientras que algunas algas utilizan un vector de
microtúbulos denominado ficoplasto durante la citocinesis. Al final del proceso, cada célula hija
tiene una copia completa del genoma de la célula original. El final de la citocinesis marca el final
de la fase M.

Esquema resumen de las distintas fases de la división celular: profase, prometafase, metafase, anafase, telofase y
citocinesis.
Consecuencias de la mitosis.

Mediante el proceso mitótico, el material genético se divide en dos núcleos idénticos, con lo
que las dos células hijas que resultan si se produce la división del citoplasma serán genéticamente
idénticas. Por tanto, la mitosis es un proceso de división conservativo, ya que el material genético
se mantiene de una generación celular a la siguiente. La mayor parte de la expresión génica se
detiene durante la mitosis, pero mecanismos epigenéticos funcionan durante esta fase, para
"recordar" los genes que estaban activos en mitosis y transmitirlos a las células hijas.

Errores en la mitosis.

Aunque los errores en la mitosis son muy poco frecuentes, este proceso puede fallar,
especialmente durante las primeras divisiones celulares en el cigoto. Los errores mitóticos pueden
ser especialmente peligrosos para el organismo, porque el descendiente futuro de la célula madre
defectuosa mantendrá la misma anomalía.

Un cromosoma puede no separarse durante la anafase. Este fenómeno se denomina "no-


disyunción". Si esto ocurre, una célula hija recibirá dos cromosomas hermanos y la otra se
quedará sin ninguno. Esto da lugar a que una célula tenga tres cromosomas que codifiquen la
misma información genética (dos hermanos y un homólogo), una condición conocida como
trisomía, y la otra célula, que solamente tiene un cromosoma (el cromosoma homólogo), tendrá
monosomía. Estas células se consideran aneuploides, y la aneuploidía puede causar inestabilidad
genética, un hecho frecuente en cáncer.

Esquema del genoma tras una mutación, en este caso una trisomía del cromosoma 21.

La mitosis es un proceso traumático. La célula pasa por cambios drásticos en su estructura,


algunos orgánulos se desintegran y se reconstruyen en cuestión de horas, y los microtúbulos tiran
constantemente de los cromosomas. Por tanto, en ocasiones los cromosomas pueden dañarse. Un
brazo del cromosoma se puede romper y perder un fragmento, causando deleción. El fragmento
puede incorporarse incorrectamente a otro cromosoma no homólogo, causando translocación. Se
puede integrar de nuevo al cromosoma original, pero en una orientación inversa, causando
inversión. O se puede tratar erróneamente como un cromosoma separado, causando duplicación
cromosómica.

Una parte de estos errores pueden detectarse por alguno de los puntos de control existentes a
través del ciclo celular, lo cual produce una parada en la progresión celular, dando tiempo a los
mecanismos reparadores a corregir el error. Si esto no ocurre, el efecto de estas anormalidades
genéticas dependerá de la naturaleza específica del error. Puede variar de una anomalía
imperceptible, a carcinogénesis o a la muerte del organismo.

Endomitosis.

La endomitosis es una variante de la mitosis sin división nuclear o celular, lo que da lugar a
células con muchas copias del mismo cromosoma en el mismo núcleo. Este proceso también se
denomina endoreduplicación, y las células resultantes endopoliploides. Un ejemplo de una célula
que sufre endomitosis es el megacariocito.

Se observan dos megacariocitos (un poco por debajo del centro) en una muestra de médula ósea.

Meiosis

Meiosis (del griego μείωσις meíōsis 'disminución') es una de las formas de la reproducción
celular, este proceso se realiza en las gónadas para la producción de gametos. La meiosis es un
proceso de división celular en el cual una célula diploide (2n) experimenta dos divisiones
sucesivas, con la capacidad de generar cuatro células haploides (n). En los organismos con
reproducción sexual tiene importancia ya que es el mecanismo por el que se producen los
ovocitos y espermatozoides (gametos).

Este proceso se lleva a cabo en dos divisiones nucleares y citoplasmáticas, llamadas primera y
segunda división meiótica o simplemente meiosis I y meiosis II. Ambas comprenden profase,
metafase, anafase y telofase.

Durante la meiosis I miembros de cada par homólogo de cromosomas se emparejan durante la


profase, formando bivalentes. Durante esta fase se forma una estructura proteica denominada
complejo sinaptonémico, permitiendo que se produzca la recombinación entre ambos
cromosomas homólogos. Posteriormente, se produce una gran condensación cromosómica y los
bivalentes se sitúan en la placa ecuatorial durante la primera metafase, dando lugar a la migración
de n cromosomas a cada uno de los polos durante la primera anafase. Esta división reduccional es
la responsable del mantenimiento del número cromosómico característico de cada especie.

En la meiosis II, las cromátidas hermanas que forman cada cromosoma se separan y se
distribuyen entre los núcleos de las células hijas. Entre estas dos etapas sucesivas no existe la
etapa S (replicación del ADN). La maduración de las células hijas dará lugar a los gametos.

Visión general de la meiosis. En la interfase se duplica el material genético. En meiosis I los cromosomas
homólogos se reparten en dos células hijas, se produce el fenómeno de entrecruzamiento. En meiosis II, al igual que
en una mitosis, cada cromátida migra hacia un polo. El resultado son cuatro células hijas haploides (n).

Historia de la meiosis.

La meiosis fue descubierta y descrita por primera vez en 1876 por el conocido biólogo alemán
Oscar Hertwig (1849-1922), estudiando los huevos del erizo de mar.

Fue descrita otra vez en 1883, en el nivel de cromosomas, por el zoólogo belga Edouard Van
Beneden (1846-1910) en los huevos de los gusanos parásitos Ascaris. En 1887 observó que en la
primera división celular que llevaba a la formación de un huevo, los cromosomas no se dividían
en dos longitudinalmente como en la división celular asexual, sino que cada par de cromosomas
se separaba para formar dos células, cada una de las cuales presentaba tan solo la mitad del
número usual de cromosomas. Posteriormente, ambas células se dividían de nuevo según el
proceso asexual ordinario. Van Beneden denominó a este proceso “meiosis”.

El significado de la meiosis para la reproducción y la herencia, sin embargo, no se describió


hasta 1890, cuando el biólogo alemán August Weismann (1834-1914) observó que eran
necesarias dos divisiones celulares para transformar una célula diploide en cuatro células
haploides si debía mantenerse el número de cromosomas. En 1911 el genetista estadounidense
Thomas Hunt Morgan (1866-1945) observó el sobrecruzamiento en la meiosis de la mosca de la
fruta, proporcionando así la primera interpretación segura y verdadera sobre la meiosis.
Meiosis y ciclo vital.

La reproducción sexual se caracteriza por la fusión de dos células sexuales haploides para
formar un cigoto diploide, por lo que se deduce que, en un ciclo vital sexual, debe ocurrir la
meiosis antes de que se originen los gametos.

En los animales y en otros pocos organismos, la meiosis precede de manera inmediata a la


formación de gametos. Las células somáticas de un organismo individual se multiplican por
mitosis y son diploides; las únicas células haploides son los gametos. Estos se forman cuando
algunas células de la línea germinal experimentan la meiosis. La formación de gametos recibe el
nombre de gametogénesis. La gametogénesis masculina, denominada espermatogénesis, conduce
a la formación de cuatro espermatozoides haploides por cada célula que entra en la meiosis.

En contraste, la gametogénesis femenina, llamada ovogénesis, genera un solo óvulo por cada
célula que entra en la meiosis, mediante un proceso que asigna virtualmente todo el citoplasma a
uno solo de los dos núcleos en cada división meiótica. Al final de la primera división meiótica se
retiene un núcleo; el otro, llamado primer cuerpo polar, se excluye de la célula y por último
degenera. De modo similar, al final de la segunda división un núcleo se convierte en el segundo
cuerpo polar y el otro núcleo sobrevive. De esta forma, un núcleo haploide pasa a ser el receptor
de la mayor parte del citoplasma y los nutrimentos acumulados de la célula meiótica original.

Sin embargo, aunque la meiosis se realiza en algún punto de los ciclos vitales sexuales, no
siempre precede directamente a la formación de gametos. Muchos eucariontes sencillos (incluso
algunos hongos y algas) permanecen haploides (sus células se dividen por mitosis) la mayor parte
de su vida, y los individuos pueden ser unicelulares o pluricelulares. En ellos, dos gametos
haploides (producidos por mitosis) se fusionan para formar un cigoto diploide, que experimenta
la meiosis para volver al estado haploide.

Los ciclos vitales más complejos se encuentran en vegetales y en algunas algas. Estos ciclos
vitales, que se caracterizan por alternancia de generaciones, consisten en una etapa diploide
multicelular, denominada generación esporofita, y una etapa haloideo multicelular, a la que se
llama generación gametófita. Las células esporofitas diploides experimentan la meiosis para
formar esporas haploides, cada una de las cuales se divide en forma mitótica para producir un
gametofito haploide multicelular. Los gametofitos producen gametos por mitosis. Los gametos
femeninos y masculinos (óvulos y espermatozoides) se fusionan entonces para formar un cigoto
diploide, el cual se divide de manera mitótica para producir un esporofito diploide multicelular.

Proceso celular.

Los pasos preparatorios que conducen a la meiosis son idénticos en patrón y nombre a la
interfase del ciclo mitótico de la célula. La interfase se divide en tres fases:

Fase G1: caracterizada por el aumento de tamaño de la célula debido a la fabricación acelerada
de orgánulos, proteínas y otras materias celulares.
Fase S: se replica el material genético, es decir, el ADN se replica dando origen a dos cadenas
nuevas, unidas por el centrómero. Los cromosomas, que hasta el momento tenían una sola
cromátida, ahora tienen dos. Se replica el 98 % del ADN, el 2 % restante queda sin replicar.

Fase G2: la célula continúa aumentando su biomasa.

Meiosis. Se divide en dos etapas. Meiosis I o fase reductiva: su principal característica es que el material
genético de las células hijas es la mitad (n) del de las células progenitoras (2n). Meiosis II o fase duplicativa: las
células resultantes de esta etapa tienen diferente contenido genético que sus células progenitoras (n).

Meiosis I

En meiosis 1, los cromosomas en una célula diploide se dividen nuevamente. Este es el paso
de la meiosis que genera diversidad genética.

Profase I

La Profase I de la primera división meiótica es la etapa más compleja del proceso y a su vez se
divide en 5 subetapas, que son:

 Leptoteno

La primera etapa de Profase I es la etapa del leptoteno, durante la cual los cromosomas
individuales comienzan a condensar en filamentos largos dentro del núcleo. Cada cromosoma
tiene un elemento axial, un armazón proteico que lo recorre a lo largo, y por el cual se ancla a la
envuelta nuclear. A lo largo de los cromosomas van apareciendo unos pequeños engrosamientos
denominados cromómeros. La masa cromática es 4c y es diploide 2n.

 Zigoteno o cigonema

Los cromosomas homólogos comienzan a acercarse hasta quedar recombinados en toda su


longitud. Esto se conoce como sinapsis (unión) y el complejo resultante se conoce como
bivalente o tétrada (nombre que prefieren los citogenetistas), donde los cromosomas homólogos
(paterno y materno) se aparean, asociándose así cromátidas homólogas. Producto de la sinapsis,
se forma el complejo sinaptonémico (estructura observable solo con el microscopio electrónico).

La disposición de los cromómeros a lo largo del cromosoma parece estar determinado


genéticamente. Tal es así que incluso se utiliza la disposición de estos cromómeros para poder
distinguir cada cromosoma durante la profase I meiótica.

Además el eje proteico central pasa a formar los elementos laterales del complejo
sinaptonémico, una estructura proteica con forma de escalera formada por dos elementos laterales
y uno central que se van cerrando a modo de cremallera y que garantiza el perfecto apareamiento
entre homólogos. En el apareamiento entre homólogos también está implicada la secuencia de
genes de cada cromosoma, lo cual evita el apareamiento entre cromosomas no homólogos.

Durante el zigoteno concluye la replicación del ADN (2 % restante) que recibe el nombre de
zig-ADN.

 Paquiteno

Una vez que los cromosomas homólogos están perfectamente apareados formando estructuras
que se denominan bivalentes se produce el fenómeno de entrecruzamiento cromosómico
(crossing-over) en el cual las cromátidas homólogas no hermanas intercambian material genético.
La recombinación genética resultante hace aumentar en gran medida la variación genética entre la
descendencia de progenitores que se reproducen por vía sexual.

La recombinación genética está mediada por la aparición entre los dos homólogos de una
estructura proteica de 90 nm de diámetro llamada nódulo de recombinación. En él se encuentran
las enzimas que medían en el proceso de recombinación.

Durante esta fase se produce una pequeña síntesis de ADN, que probablemente está
relacionada con fenómenos de reparación de ADN ligados al proceso de recombinación.

 Diploteno

Los cromosomas continúan condensándose hasta que se pueden comenzar a observar las dos
cromátidas de cada cromosoma. Además en este momento se pueden observar los lugares del
cromosoma donde se ha producido la recombinación. Estas estructuras en forma de X reciben el
nombre quiasmas. Cada quiasma se origina en un sitio de entrecruzamiento, lugar en el que
anteriormente se rompieron dos cromátidas homólogas que intercambiaron material genético y se
reunieron.

En este punto la meiosis puede sufrir una pausa, como ocurre en el caso de la formación de los
óvulos humanos. Así, la línea germinal de los óvulos humanos sufre esta pausa hacia el séptimo
mes del desarrollo embrionario y su proceso de meiosis no continuará hasta alcanzar la madurez
sexual. A este estado de latencia se le denomina dictioteno.
 Diacinesis

Esta etapa apenas se distingue del diplonema. Podemos observar los cromosomas algo más
condensados y los quiasmas. El final de la diacinesis y por tanto de la profase I meiótica viene
marcado por la rotura de la envoltura nuclear. Durante toda la profase I continuó la síntesis de
ARN en el núcleo. Al final de la diacinesis cesa la síntesis de ARN y desaparece el nucléolo.

Anotaciones de la Profase I

La envoltura nuclear desaparece. Un cinetocoro se forma por cada cromosoma, no uno por
cada cromátida, y los cromosomas adosados a las fibras del huso comienzan a moverse. Algunas
veces las tétradas son visibles al microscopio. Las cromátidas hermanas continúan estrechamente
alineadas en toda su longitud, pero los cromosomas homólogos ya no lo están y sus centrómeros
y cinetocoros se encuentran separados.

Metafase I

El huso acromático aparece totalmente desarrollado, los cromosomas se sitúan en el plano


ecuatorial y unen sus centrómeros a los filamentos del huso. En esta etapa las fibras del huso ya
están formadas y los cromosomas se disponen en la zona central de la célula, o placa ecuatorial.

Anafase I

Los cromosomas se separan uniformemente. Los microtúbulos del huso se acortan en la región
del cinetocoro, con lo que se consigue remolcar los cromosomas homólogos a lados opuestos de
la célula, junto con la ayuda de proteínas motoras. Ya que cada cromosoma homólogo tiene solo
un cinetocoro, se forma un juego haploide (n) en cada lado. En la repartición de cromosomas
homólogos, para cada par, el cromosoma materno se dirige a un polo y el paterno al contrario.
Por tanto el número de cromosomas maternos y paternos que haya a cada polo varía al azar en
cada meiosis. Por ejemplo, para el caso de una especie 2n = 4 puede ocurrir que un polo tenga
dos cromosomas maternos y el otro los dos paternos; o bien que cada polo tenga uno materno y
otro paterno.

Telofase I

Cada célula hija ahora tiene la mitad del número de cromosomas pero cada cromosoma
consiste en un par de cromátidas. Los microtúbulos que componen la red del huso mitótico
desaparecen, y una envoltura nuclear nueva rodea cada sistema haploide. Los cromosomas se
desenrollan nuevamente dentro de la carioteca (envoltura nuclear). Ocurre la citocinesis (proceso
paralelo en el que se separa la membrana celular en las células animales o la formación de esta en
las células vegetales, finalizando con la creación de dos células hijas). Después suele ocurrir la
intercinesis, parecido a una segunda interfase, pero no es una interfase verdadera, ya que no
ocurre ninguna réplica del ADN. No es un proceso universal, ya que si no ocurre las células
pasan directamente a la metafase II.
Meiosis II

La meiosis II es similar a la mitosis. Las cromátidas de cada cromosoma ya no son idénticas


en razón de la recombinación. La meiosis II separa las cromátidas produciendo dos células hijas,
cada una con cromosomas (haploide), y cada cromosoma tiene solamente una cromátida.

Profase II

 Profase Temprana II:

Comienza a desaparecer la envoltura nuclear y el nucléolo. Se hacen evidentes largos cuerpos


filamentosos de cromatina, y comienzan a condensarse como cromosomas visibles.

 Profase Tardía II:

Los cromosomas continúan acortándose y engrosándose. Se forma el huso entre los centriolos,
que se han desplazado a los polos de la célula.

Metafase II

Las fibras del huso se unen a los centrómeros de los cromosomas. Estos últimos se alinean a lo
largo del plano ecuatorial de la célula. La primera y segunda metafase pueden distinguirse con
facilidad, en la metafase I las cromátidas se disponen en haces de cuatro (tétrada) y en la
metafase II lo hacen en grupos de dos (como en la metafase mitótico).

Anafase II

Las cromáticas se separan de sus centró meros, y un grupo de cromosomas se desplaza hacia
cada polo. Durante la Anafase II las cromátidas, unidas a fibras del huso en sus cinetocoros, se
separan y se desplazan a polos opuestos, como lo hacen en la anafase mitifica. Como en la
mitosis, cada cromática se denomina ahora cromosoma.

Telofase II

En la telofase II hay un miembro de cada par homólogo en cada polo. Cada uno es un
cromosoma no duplicado. Se reensamblan las envolturas nucleares, desaparece el huso
acromático, los cromosomas se alargan en forma gradual para formar hilos de cromatina, y ocurre
la citocinesis.
Comparación de la mitosis y la meiosis. En estos ejemplos, cada célula diploide tiene seis cromosomas (2n = 6).
Las características comunes a ambos procesos están escritas sobre fondo naranja; las características de la mitosis
en rosa y las propias de la meiosis en amarillo.

Variabilidad genética.

El proceso de meiosis presenta una vital importancia en el ciclo de vida o los ciclos vitales ya
que hay una reducción del número de cromosomas a la mitad, es decir, de una célula diploide (ej:
46 cromosomas en el ser humano) se forman células haploides (23 cromosomas). Esta reducción
a la mitad permite que en la fecundación se mantenga el número de cromosomas de la especie.
También hay una recombinación de información genética, que es heredada del padre y la
madre; el apareamiento de los homólogos y consecuente crossing-over permite el intercambio de
información genética. Por lo tanto el nuevo individuo hereda información genética única y nueva,
y no un cromosoma íntegro de uno de sus parentales. Otra característica importante en la
significación de la meiosis para la reproducción sexual, es la segregación al azar de cromosomas
maternos y paternos. La separación de los cromosomas paternos y maternos recombinados,
durante la anafase I y II, se realiza completamente al azar, hecho que contribuye al aumento de la
diversidad genética. En la anafase I, por cada par de homólogos existen dos posibilidades: un
cromosoma puede ir a un polo mitótico o al otro.

El número de combinaciones posibles por tanto se calcula 2n donde n es el número de pares de


cromosomas homólogos (variaciones con repetición de n elementos en grupos de 2). En el ser
humano, que tiene 23 pares de cromosomas homólogos, tiene la posibilidad de recombinación
con 223 = 8 388 608 combinaciones, sin tener en cuenta las múltiples combinaciones
posibilitadas por la recombinación en el crossing-over.

Anomalías cromosómicas.

En la meiosis debe tener lugar una correcta separación de las cromátidas hacia los polos
durante la anafase, lo que se conoce como disyunción meiótica; cuando esto no ocurre, o hay un
retraso en la primera o segunda división meióticas, conduce a problemas en la configuración de
los cromosomas, alterándose el número correcto de estos, es decir, dejan de ser múltiplos del
número haploide original de la especie, lo que se conoce como aneuploidía. Entre los problemas
en el material genético encontramos:

Nulisomía en la que falta un par de cromosomas homólogos (2n-2 cromosomas)

Monosomía (2n-1 cromosomas)

Trisomía (2n+1 cromosomas)

Anomalías en humanos:

Monosomía

Monosomía autosómica: produce la muerte en el útero.

Síndrome de Turner: solamente un cromosoma "X" presente. Los afectados son hembras
estériles, de estatura baja y un repliegue membranoso entre el cuello y los hombros. Poseen el
pecho con forma de escudo y pezones muy separados, así como ovarios rudimentarios y manchas
marrones en las piernas.
Cariotipo del Síndrome de Turner

Fenotipo característico del Síndrome de Turner

Trisomía

Síndrome de Down - Trisomía del cromosoma 21: es la aneuploidía más viable, con un 0,15 %
de individuos en la población. Incluye retraso mental (C. I. de 20-50), cara ancha y achatada,
estatura baja, ojos con pliegue apicántico y lengua grande y arrugada.

Cariotipo del Síndrome de Down


Fenotipo característico del Síndrome de Down

Síndrome de Patau - Trisomía del cromosoma 13. Se trata de la trisomía menos frecuente. Se
suele asociar con un problema meiótico materno, más que paterno y, al igual que en el síndrome
de Down, el riesgo aumenta con la edad de la madre. Los afectados mueren poco tiempo después
de nacer, la mayoría antes de los tres meses, como mucho llegan al año. Se cree que entre el 80 y
90 % de los fetos con el síndrome no llegan a término.

Cariotipo del Síndrome de Patau

Recién nacido con trisomía 13. a) Fenotipo característico con en el que se observan las malformaciones
características en la linea media (labio leporino+fisura palatina y onfalocele); b) Detalle del perfil y mano con
hexadactilia.
Apoptosis
La apoptosis es una vía de destrucción o muerte celular programada o provocada por el mismo
organismo, con el fin de controlar su desarrollo y crecimiento, puede ser de naturaleza fisiológica
y está desencadenada por señales celulares controladas genéticamente. La apoptosis tiene una
función muy importante en los organismos, pues hace posible la destrucción de las células
dañadas, evitando la aparición de enfermedades como el cáncer, consecuencia de una replicación
indiscriminada de una célula dañada.

En contraste con la necrosis —que en realidad no es una forma de muerte celular, sino que es
un patrón morfológico que ocurre después de la muerte de un tejido en organismos vivos—
resultante de un daño agudo a los tejidos, la apoptosis es un proceso ordenado, que generalmente
confiere ventajas al conjunto del organismo durante su ciclo normal de vida. Por ejemplo, la
diferenciación de los dedos humanos durante el desarrollo embrionario requiere que las células de
las membranas intermedias inicien un proceso apoptótico para que los dedos puedan separarse, o
la renovación epitelial de la mucosa intestinal.

Necrosis vs Apoptosis

La apoptosis ha sido tema de creciente atención en la biología celular y en el estudio del


desarrollo de los organismos, así como en la investigación de enfermedades tales como el cáncer.
Así lo demuestra el hecho que el premio Nobel del año 2002 para Fisiología o Medicina fuese
otorgado a Sydney Brenner (Gran Bretaña), H. Robert Horvitz (EUA) y John E. Sulston (GB)
"por sus descubrimientos concernientes a la regulación genética del desarrollo de órganos y la
muerte celular programada".

Apoptosis celular

Etimología

La palabra apoptosis procede del griego apóptōsis, que significa: apó "a partir de" + ptōsis
"caída". Se puede referir a la apoptosis mediante las expresiones: "muerte celular apoptótica" y
"muerte celular programada".

Funciones de la apoptosis

 Tejidos dañados o infección

La apoptosis puede ocurrir por ejemplo, cuando una célula se halla dañada y no tiene
posibilidades de ser reparada, o cuando ha sido infectada por un virus. La "decisión" de iniciar la
apoptosis puede provenir de la célula misma, del tejido circundante o de una reacción proveniente
del sistema inmunológico. Cuando la capacidad de una célula para realizar la apoptosis se
encuentra dañada (por ejemplo, debido a una mutación), o si el inicio de la apoptosis ha sido
bloqueado (por un virus), la célula dañada puede continuar dividiéndose sin mayor restricción,
resultando en un tumor, que puede ser un tumor canceroso.
 Regulación del sistema inmunitario

Ciertas células del sistema inmunitario, los linfocitos B y linfocitos T, pueden llegar a
desarrollar propensión a atacar células de tejido sano del propio organismo al que pertenecen.
Estas células autorreactivas son eliminadas mediante apoptosis. Por ejemplo, antes de ser
liberados hacia el resto del organismo, los linfocitos T, una vez formados en la médula ósea, son
sometidos a pruebas de reacciones autoinmunes dentro del timo, que es el órgano encargado de
su maduración para evitar reacciones de autoinmunidad. De esta forma, alrededor del 95% de los
linfocitos T recién creados —y que son los que han mostrado propensión a atacar tejido propio—
son destruidos vía apoptosis.

Desarrollo

La muerte celular programada es parte integral del desarrollo de los tejidos tanto de plantas
(viridiplantae) como de animales pluricelulares (metazoa), y no provoca la respuesta inflamatoria
característica de la necrosis. En otras palabras, la apoptosis no se parece al tipo de reacción
resultante del daño a los tejidos debido a infecciones patogénicas o accidentes. En lugar de
hincharse y reventar -y, por tanto, derramar su contenido, posiblemente dañino, hacia el espacio
intercelular-, las células en proceso de apoptosis y sus núcleos se encogen, y con frecuencia se
fragmentan. De esta manera, pueden ser eficientemente englobadas vía fagocitosis y,
consecuentemente, sus componentes son reutilizados por macrófagos o por células del tejido
adyacente.

Existen dos razones diferentes para explicar por qué las células mueren por apoptosis: La
eliminación de células en exceso y la eliminación de células que representan un peligro para la
integridad del organismo.

Ejemplos de eliminación de células en exceso:

 La reabsorción de la cola de los renacuajos


 La eliminación de las membranas interdigitales en la formación de los dedos en el feto.
 Para llegar al estado adulto el nematodo el C.elegans tiene que perder por apoptosis 131
células
 La eliminación del endometrio al iniciarse la menstruación
 La formación de las sinapsis entre neuronas en cerebro requiere la eliminación por
apoptosis de una serie de células.

Ejemplos de eliminación de células que representan un peligro para la integridad del


organismo:

 Células infectadas con virus, son destruidas por los linfocitos T citotóxicos.
 Células del sistema inmune. Después de la respuesta inmune, las células efectoras han de
ser eliminadas para prevenir que ataquen a los constituyentes propios del organismo. Los
linfocitos T citotóxicos inducen la apoptosis en cada una de las distintas células del
sistema inmune e incluso en ellas mismas. Cualquier defecto en la maquinaria apoptótica
de estas células inmunes, se encuentran asociados con enfermedades autoinmunes tales
como el lupus eritematoso o la artritis reumatoide.
 Células con DNA lesionado. La lesión en su genoma hace que las células puedan llegar a
desarrollar cáncer. Las células responden a la lesión al DNA incrementando la producción
de p53, un poderoso inductor de la apoptosis. Las mutaciones en p53 producen una
proteína defectuosa que a menudo se detecta en células cancerosas
 Células cancerosas. La radioterapia y la quimioterapia inducen la apoptosis en algunos
tipos de cáncer.

Homeostasis

En un organismo adulto, la cantidad de células que componen un órgano o tejido debe


permanecer constante, dentro de ciertos límites. Las células de la sangre y de piel, por ejemplo,
son constantemente renovadas por sus respectivas células progenitoras. Por lo tanto, esta
proliferación de nuevas células tiene que ser compensada por la muerte de otras células. A este
proceso se le conoce como homeostasis, aunque algunos autores e investigadores como Steven
Rose y Antonio Damasio han sugerido homeodinámica como un término más preciso y
elocuente.

Mecanismos de la apoptosis

Los procesos de la apoptosis pueden ser activados por:

 una inducción negativa: como la pérdida de una actividad supresora, la falta de factores de
crecimiento o la disminución de los contactos con las células que la rodean.
 una inducción positiva: como es el resultado de la unión de un ligando a un receptor o la
recepción de señales conflictivas.

Investigación científica indica que hay tres vías de apoptosis, el extrínseco, el intrínseco y el
perforina/granzima.

La vía extrínseca de señalización es la encargada del inicio de apoptosis, se encuentra


involucrada a interacciones mediadas por receptores transmembrales como los receptores de
muerte caracterizados por presentar un dominio extracelular, rico en cisteína con dominios
citoplásmicos de aproximadamente 80 aminoácidos, y un segundo dominio de localización
citoplasmática conocido como el «dominio de la muerte» que es el responsable de la apoptosis.
Su activación siempre conduce a la muerte de la célula, en estos encontramos a:

 receptores del factor de necrosis tumoral (TNF)- se conectan con complejos como el
TRADD (TNFR-asociado al dominio de muerte) que actúa como una plataforma de
adaptación para reclutar moléculas de señalización, como la proteína de interacción con el
receptor, y activa factores de transcripción (NFk B y el JNK/AP-1). A diferencia de Fas, el
receptor de TNF raramente activa procesos de apoptosis, a menos que la síntesis de
proteínas se encuentre bloqueada, sugiriendo la existencia de factores celulares que
suprimen los estímulos apoptóticos generados por el TNF. Los modelos FasL/FasR y
TNF-α/TNFR1 mejor caracterizan los eventos de la vía extrínseca.
 los receptores Fas- proteínas transmembranales que en la porción intracelular se enlaza con
FADD (factor asociado al dominio de muerte) activando caspasas 8 y 10 (grupo de
proteínas perteneciente al grupo de las cisteín-proteasas, caracterizadas por presentar un
residuo de cisteína que media la ruptura de otras proteínas). En el modelo de FasL/FasR, la
aglutinación del Fas ligando al receptor Fas causa la aglutinación de la proteína adaptador
FADD. Después de esto, un complejo de muerte inducida señalización es formado y como
resultado la procaspasa-8 se activa. Una vez que procaspasa-8 se activa, la fase de
ejecución de apoptosis se inicia. Esta fase es considerada la vía final de apoptosis.
Caspasas de ejecución activan endonucleasas citoplasmáticas que degradan material
nuclear y proteasas que degradan proteínas nucleares y citoesqueletos. Caspasas-3,
caspasas-6 y caspasas-7 funcionan como efector caspasas que henden varios sustratos que
incluyen citoqueratinas, PARP, la membrana plasmática del citoesqueleto proteína alfa
fodrin, la proteína nuclear NuMA y otros que causan los cambios en morfología y
bioquímica en las células apoptóticas. Estos tipos de receptores y su ligando desempeñan
un papel importante en modelos apoptóticos como son la supresión periférica de las
células T maduras al final de una respuesta inmune, la muerte de células diana (células
infectadas por virus), la destrucción de células cancerosas mediada por células T
citotóxicas y por natural killer, así como la eliminación de las células inmunes reactivas a
tumores que expresan constitutivamente el ligando de Fas.

Apoptosis mediada por receptores de muerte se puede inhibir por la proteína c-FLIP lo cual se
ata a FADD y la caspasa-8 causando ineficaces.

 receptores de glutamato, de trombina y canales iónicos dependientes de voltaje:


desempeñan una función fisiológica, pero su sobreactivación puede conducir también a la
muerte. los receptores del aminoácido neurotransmisor glutamato participan en más del
80% de las sinapsis excitadoras del SNC y se han relacionado con los procesos que rodean
a la memoria y a la transmisión nerviosa. Sin embargo, su sobreestimulación puede
desencadenar la muerte neuronal —excitotoxicidad— descrita en los procesos como
isquemia/reperfusión, infarto, esclerosis lateral amiotrófica o enfermedad de Parkinson.

En contraste con la vía extrínseca que se induce extracelularmente, la vía intrínseca se induce
intracelularmente. La vía intrínseca de la apoptosis puede ser desencadenada por daño en el
ADN, grandes aumentos en la concentración de calcio citosólico910 o estrés celular, así como un
aumento en la generación de especies reactivas de oxígeno en la mitocondria.11 Esto activa la
expresión del gen supresor de tumores p53, que a continuación, activa las proteínas pro-
apoptóticas. PUMA y NOXA se expresan por el gen p53 y codifican para los dos miembros de la
familia Bcl2 que gobiernan la permeabilización de la membrana mitocondrial externa, Bax y Bak.
La expresión de estas proteínas provoca una translocación de la mitocondria, reduciendo la su
membrana que resulta en la liberación de citocromo C y Apaf-1. Una vez que el citocromo C se
une a Apaf-1 y procaspasa-9, se forma un apoptosoma. Este apoptosoma a continuación, activa la
caspasa-9. Una vez que la caspasa-9 se activa, la mayor activación de otras caspasas, como las
caspasas-3 y -7 permiten la digestión de los objetivos esenciales que afectan a la viabilidad
celular.

La activación de los segundos mensajeros (p 53 y Bcl2) suele conducir a la disfunción de las


organelas citoplasmáticas, como la mitocondria y el retículo endoplásmico, o la regulación de la
actividad de complejos enzimáticos como cinasas y fosfatasas que a su vez regulan la función de
otras proteínas.

Durante el procesamiento normal de señales tienen lugar aumentos transitorios de la [Ca2+] i.


Sin embargo, incrementos aberrantes pueden producir daño celular y en algunos casos su muerte.
En estos procesos el calcio puede activar enzimas como proteasas y lipasas, induciendo la
producción de radicales libres, además de regular y potenciar la expresión génica al modular la
actividad de factores de trasncripción. En condiciones fisiológicas, las células presentan un
equilibrio entre la generación de radicales libres y los sistemas antioxidantes de defensa. En
algunos procesos de muerte celular se ha descrito la ruptura de este equilibrio, observándose un
aumento en la oxidación de proteí-nas con la formación de grupos carbonilo y peroxidación
lipídica, habiéndose demostrado la existencia de una localización compartimentada de derivados
carbonílicos libres a partir de lípidos, proteínas, hidratos de carbono y ácidos nucleicos (2,4-
dinitrofenilhidracina).

La translocación de la ceramida a la mitocondria provoca cambios iónicos entre la matriz


mitocondrial y el citoplasma, produciendo un descenso del potencial transmembranal y la
formación del poro de permeabilidad transitoria mitocondrial, conduciendo a la apoptosis. Los
valores de ceramida pueden ser aumentados tanto por factores externos (radiación UV, agentes
oxidantes), como a través de receptores de membrana (FasR y TNFR) o directamente por
glucocorticoides.

El aumento en los valores p53 conduce a la inducción en la transcripción de otros genes como
p21/WAF1/Cip1, un inhibidor de proteínas cinasas reguladas por ciclinas, inhibiendo la entrada
en fase S del ciclo celular. Como resultado la célula se detiene en la fase G1, la cual provee de
una barrera cinética en la replicación de un genoma potencialmente dañado. Si la célula no puede
reparar el daño genético, p53 induce la muerte celular por un mecanismo que se postula que
puede estar mediado por aumentos en la síntesis de Bax, una proteína de la familia de Bcl-2 con
propiedades proapoptóticas. un mal funcionamiento del gen p53 puede promover el desarrollo de
tumores debido a la proliferación de células con una reparación del ADN de forma incompleta.

Fase de decisión.

Una vez que la célula recibe una señal de muerte, debe decidir si debe sobrevivir o
desencadenar los procesos de muerte. En esta fase de decisión se ha situado a la mitocondria
como organelo fundamental. Como uno de los acontecimientos principales se altera la
permeabilidad de las membranas mitocondriales a causa de la formación de un complejo
multiproteico que conduce a la liberación del contenido intramitocondrial como el citocromo C,
el factor inductor de apoptosis y miembros de la familia de caspasas. Otros acontecimientos
desencadenados en la membrana son la alteración de la cadena transportadora de electrones, la
perdida de potencial electroquímico y cambios en el ciclo metabólico de óxido/reducción.

Fase de ejecución.

Una vez que la célula ha tomado la decisión de morir, en su interior se produce una serie de
procesos bioquímicos que conducen a la degradación de proteínas y de la cromatina. Entre las
proteasas implicadas en los procesos de muerte celular se encuentran las caspasas, las calpaínas,
la granzima B y el complejo multiproteico denominado proteosoma.

La activación de las caspasas puede tener lugar en respuesta a estímulos tanto extracelulares
como intracelulares. Estas hidrolizan secuencias específicas de tetrapéptidos que contienen un
residuo aspartato. Entre sus sustratos se encuentran: elementos del citoesqueleto (actina, fodrina,
proteína Tau y catenina), enzimas encargadas de reparar (PARP) o degradar (ADNasa) el ADN
celular, factores de transcripción (retinoblastoma, HDM2), proteínas reguladoras (proteína cinasa
C, fosfatasas 2A, cinasas de adhesión focal), así como miembros de la familia del oncogén Bcl-2
(Bid). Las calpaínas son cisteína proteasas que requieren Ca2+ para su traslocación hasta la
membrana citoplasmática, rápida autólisis y activación. Entre sus sustratos se encuentran también
factores de transcripción, oncogenes, proteí-nas de membrana y del citoesqueleto. Estas están
sobreactivadas durante procesos excitotóxicos e isquémicos y en patologías como la enfermedad
de Alzheimer.

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