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Parte I
El texto tiene una configuración, aún cuando tiene toda esta serie de apartados agregados,
tiene una configuración bastante esquemática y revisarlo implica revisarlo según ésta
estructura. Lo más interesante del texto son las cosas que se pueden ir comentando a partir
de él. Tenemos que tener en claro cual es el gesto de Freud al establecer un texto como el
que implica éste, porque lo que va haciendo Freud es una especie de recorrido, mención,
descripción de todo lo que hasta ese momento podían denominarse en el ámbito de la
medicina con las perversiones sexuales. Tratándose de eso, el texto además implica una
discusión fuerte e importante con una autor que se llama Krafft Ebing, autor de una famosa
enciclopedia que se llamaba psicopatológicas sexuales. Entonces establece esta especie de
casi verdadero catálogo Freud donde parecería que muchas veces nos está describiendo
algo que forma parte de su propio pensamiento, pero que sin embargo están descritos para
llevar a cabo una suerte de deconstrucción de todas esas supuestas entidades.
Entonces, primera cuestión general: tres ensayos establece una distancia respecto a
múltiples desarrollos psiquiátricos de la época. Estos desarrollos psiquiátricos estaban
delimitados por la presencia de un único concepto que había llegado a predominar y que era
la idea de que en el ser humano había un instinto genésico. ¿Cuál es la descripción de ese
instinto genésico? Era supuestamente lo que impele al hombre hacia la mujer y
recíprocamente. Este instinto genésico por ende prolongaba la verdadera ficción normativa
de la sexualidad o si quieren de la relación sexual porque están apelando a un concepto que
diría relación con una especie de presencia de una entidad, de un instinto al que llamaban
genésico, es decir, que por instinto el hombre se dirigiría hacia la mujer y la mujer hacia el
hombre. Entonces concepto que prolongaba esta verdadera ficción normativa de la
sexualidad y que en rigor había nacido ya de la teología moral medieval. aun cuando ya no
exista un concepto como el de instinto genésico se pueden dar cuenta de cómo la ciencia
siempre ha establecido nociones que en su origen no tienen nada de científico son versiones
laicas de conceptos establecidos al menos en este caso de lo que era la teología moral
medieval. Hoy día no hablamos de instinto genésico pero si está todo el aspecto de la
genética, cuestión que nos podría llevar nuevamente a establecer ciertos principios respecto
a la normatividad sexual. Bajo esta teología moral medieval se inventó el concepto de
sodomía.
¿Qué era la sodomía? Comportamiento sexual en los cuales la simiente, la semilla
masculina no llega al vaso correcto. O sea cualquier tipo de pérdida de la simiente que no
sea la del órgano genital femenino. Cualquiera que podía caer bajo ese comportamiento
entonces era un sodomita. Distancia entonces de Freud al respecto. Es algo que no apunta a
la reproducción, pero cualquier tipo de comportamiento en ese sentido que implique ese
desperdicio de la simiente, es decir, está la masturbación o cualquier tipo de satisfacción
con algo que no sea el cuerpo recíproco del sexo opuesto. Distancia de Freud de toda esa
especie de genealogía de instinto genésico utilizado por la psiquiatría de la época.
Segundo punto, tres ensayos describe efectivamente las distintas categorías de desviaciones
o perversiones pero para llegar a la conclusión de que no se sostienen. Ustedes ya podrán
entender que solo se puede hablar de desviación o de perversión si suponemos la presencia
de algo así como un instinto genésico. Instinto que puede cambiar de nombre respecto de
cualquier tipo de noción que se vuelva propia de la época, pero para hablar de desviación
tiene que establecerse una norma, sin embargo aún cuando Freud describe estas distintas
categorías de desviaciones o de perversiones para terminar afirmando que no se sostienen, a
veces parecería que Freud retrocede un poco. Porque de todas maneras también se encarga
de decir bajo que condiciones si podrían ser consideradas perversiones o desviaciones,
principalmente perversiones. En ese sentido hay que tener siempre muy presente cuando se
lee a Freud porque este gesto es muy propio de los textos que hemos visto, recuerden más
allá del principio del placer también es como que va avanzando y después retrocede. Tener
en cuenta lo siguiente muy propio de Freud: habitualmente el giro conceptual es mucho
más rápido que el giro de mentalidad, pareciera que la reflexión conceptual freudiana fuera
más rápida que el mismo, que apuntara mucho más lejos que su propia mentalidad.
Tercero, ¿Qué es lo que extrae de esta descripción para decir que no se sostienen estas
entidades? La sexualidad humana admite en verdad múltiples variables (muchas cosas les
vana resultar muy claras por conocer de que se trata la pulsión). La sexualidad humana
admite múltiples variables por el hecho precisamente de poder apoyarse Freud en un
concepto como el de pulsión y no de instinto. Sabemos que la pulsión implica toda esta
cuestión que le va a permitir a Freud caracterizar a la sexualidad infantil como la vamos a
ver como una posición polimorfa, es decir, que admite múltiples formas. De ahí las zonas
pulsionales, erógenas. Si se apoya en el concepto de pulsión para poder dar cuenta de las
múltiples variables de la sexualidad humana entonces Freud pone en juego la cuestión de
qué tipo de relación puede haber entre la pulsión y su objeto, de nuevo damos con ese
problema. ¿Por qué lo pone en juego? porque por una parte sabemos que la pulsión es
parcial, la parcialidad de la pulsión está ligada también a la parcialidad de su satisfacción. Y
por otra parte el objeto representa ¿qué cosa para la pulsión? En rigor nada previamente
establecido sino que Freud va a hablar de una soldadura entre la pulsión y el objeto. Si
dice soldadura es para decir que no hay una reacción previa ni tampoco hay una relación
dada de por si. Una soldadura es una unión artificial.
Cuarto punto, tiene relación con el punto dos, esta particular manera de describir que tiene
Freud y al mismo tiempo de descartar lo que describe. No solamente va a ser por parte de
Freud este texto un rechazo de la normalidad, es decir, no se apresuren en suponer de que
con Freud podemos cantar victoria rápidamente y decir no hay normalidad, no es tan simple
como decir eso. Parece siempre lo que más nos apresuramos en decir cuando queremos
establecer un pensamiento de mente abierta. No es solamente decir no hay normalidad sino
que más bien es plantear lo siguiente: la sexualidad humano no parte de la genitalidad,
como más adelante lo vamos a ver apropósito del Edipo, ni para el varón ni para la niña.
Además agregándose a esto no es que Freud niegue por completo la genitalidad, genitalidad
en términos en que solemos asociarla a la normalidad, no es que Freud la niegue, sino que
intenta demostrar como esta se fabrica, cómo hay una verdadera fabricación de lo genital.
Entonces volvemos a lo siguiente: no es cosa sencilla de decir no hay normalidad, sino que
más bien es dar un paso un poco más allá de eso y decir, si todo nos demuestra que no hay
normalidad porque la sexualidad entonces no nace de la genitalidad, entonces ¿cómo se
llega a configurar algo como lo que podemos llegar a llamar normal en términos de
genitalidad? O sea eso que nos parecía lo más normal, lo más dado del ser humano que es
su genitalidad, eso para Freud es una fabricación. Por eso que muchas veces nos vamos a
encontrar en el texto con la disyuntiva con la cual clásicamente se discute en estos temas
hasta el día de hoy de si hay algo que sea innato o adquirido. Con Freud o a partir de él no
podemos apresurarnos a instalarnos en ninguna de esas dos opciones de manera completa,
aún cuando ciertamente parezca ser un pensamiento que se ubique más del lado de lo
adquirido. Más bien fabricación.
Por último, quinto elemento, vamos a lo largo de este texto a quedar en pie para poder
definir y abordar la sexualidad humana a partir de lo que Freud va a llamar la sexualidad
infantil. Algunas otras veces ya lo hemos planteado, la sexualidad infantil para Freud no es
solamente la constatación de que en lo infantil está lo sexual, sino que también parece ser el
nombre de la sexualidad humana en general.
Nos vamos a encontrar con esta cuestión esquemática, más aún cuando está en juego esta
suerte de catálogo de las perversiones. Freud recurre al concepto de libido para dar cuenta
de la pulsión sexual, de esa manera va a buscar ubicarse en una red de representaciones
distintas a la de la opinión popular. ¿Qué es lo que dice esa opinión popular tan esparcida y
en un juego permanente incluso con las nociones científicas? Supone o dice los principios
que ya hemos descrito a propósito de este instinto genésico. Lo que tendríamos es que por
una parte hay algo que consideramos como el objeto sexual, es decir la persona de la que
parte la atracción sexual, y por otra parte estaría la llamada meta sexual, es decir, esa
acción hacia la cual se esfuerza esta pulsión sexual. Es con respecto a la meta
principalmente como podrían surgir las así llamadas desviaciones puesto que implicaría
cierta relación con una supuesta norma pero esa relación con esa supuesta norma para
Freud exige una indagación, porque ya tiene la intuición de que esa supuesta norma no está
ligada con anterioridad, no está de ante mano, no es clara ni tampoco es definitiva. Eso
Freud lo establece revisando lo que precisamente la psiquiatría de la época llama
desviaciones o perversiones.
¿Qué podríamos decir respecto a la meta sexual de la inversión? Freud dice que no hay
finalmente una meta sexual que sea única en el caso de la inversión y es más incluso a
veces en el caso de la inversión encontramos más restricciones en el plano de lo sexual que
en cualquier heterosexualidad normal. En otros términos Freud está diciendo es bastante
habitual encontrarse con homosexuales neuróticos. Respecto a esta meta sexual que no
sería única en la inversión podemos ver lo siguiente, no hay una coincidencia universal
entre mantener un comercio sexual por la vía anal y la inversión. Es decir no es la única
fuente de satisfacción sexual.
Conclusiones generales: a partir de una situación particular a la que la psiquiatría de la
época habría denominado como una perversión o una desviación. En primer liugar ya
concebíamos de una manera sumamente estrecha la posible relación o el posible enlace
entre la pulsión sexual y su objeto revisando todo esto se afloja aún más ese enlace. En los
casos por otra parte considerados anormales se nos muestra con más claridad lo siguiente:
esta característica de nada más que una soldadura entre la pulsión y el objeto. Sin embargo
siempre corremos el riesgo de no ver eso por concebir que hay una correspondencia entre la
pulsión y los objetos que se mostraría en los casos así llamados normales. La tarea que
tiene Freud es soltar, aflojar ese supuesto lazo entre la pulsión y el objeto y la así llamada
anormalidad o los campos de la llamada desviación sexual nos demuestran con claridad
eso. En otros términos el gesto de Freud es una vez más establecer las condiciones de la
normalidad a partir de los casos que se nos dicen anormales. Hay una lección que extraer de
eso que al menos respecto a la sexualidad de la psiquiatría de la época llamaba o
consideraba como desviaciones. Nosotros también hacemos nuestro ejercicio porque
muchas veces se le podrá decir al psicoanálisis que trabajamos en base a textos antiguos, es
un texto de 1900 como si el tiempo tuviera algo que ver con el saber. Como si se progresara
en el saber cuando resulta que el instinto genésico era un progreso. Hemos establecido
nuestro propio ejercicio porque decimos hasta el día de hoy podemos ver que incluso no
solamente en los enemigos de las desviaciones sexuales están presentes algunos elementos
como estos que Freud va descartando. Ya veían el caso del innatismo o incluso de lo
adquirido, lo que pasa es que Freud sigue siendo sumamente polémico porque hoy en día
hemos vuelto a un punto donde nadie quiere saber que hay sexualidad infantil.
1. Transgresiones anatómicas:
Tenemos lo siguiente, puede presentarse una sobreestimación del objeto sexual cuando hay
sobrestimación del objeto sexual muy rara vez se delimita a los genitales. Por lo general
puede abarcar todo el cuerpo del objeto incluyendo incluso sensaciones que pueden partir
desde ese objeto sexual. Freud inmediatamente dice cuando tenemos eso, cuando estamos
ante transgresiones anatómicas del tipo de la sobreestimación del objeto sexual estamos en
presencia de todas aquellas relaciones que son las que nos pueden llevar a la posibilidad de
la hipnosis ¿por qué? Porque al sobreestimar el objeto se le entrega inmediatamente una
autoridad sobre nosotros. Es decir, hay un asumirse en una posición más débil respecto al
objeto, ustedes ya recuerdan lo que eso implica en términos de desplazamiento de la libido.
En otros términos, es cuando dicen “me tiene hipnotizada”. Esa sobreestimación es
indiferente a la restricción de la meta sexual entendida como a la unión de los genitales es
decir, entendida como coito. Es decir, no asume como restrictiva para poder acceder al
objeto o no es dependiente respecto del objeto en términos de una unión genital de ahí los
ejemplos que les estoy diciendo porque si se ponen más finos pueden dar con cualquier tipo
de relación amorosa que en la historia puede cobrar distintas figuras. Lo que en algún
momento se llamo el amor cortes, la sobreestimación del caballero con la dama ¿de qué
manera se satisfacía el caballero con la dama? Mientras la dama menos lo pescara más le
gustaba. ¿Qué podría ser un gran halago para el caballero? Que le entregara un pañuelo, lo
dejara caer desde el alto de su castillo, y listo satisfacción. Es decir, cada vez que hay
sobrestimación del objeto sexual hay una sobrestimación de un pequeño elemento del
objeto eso que hace que alguien les guste, esa pequeña condición casi ridícula (me gusta el
gesto de él, que puede ser cualquier cosa). Estamos dentro del campo de las transgresiones
anatómicas, Freud está diciendo esto que parece transgresión en una sobreestimación del
objeto sexual en realidad es lo que forma parte en la sexualidad común y corriente,
cualquier tipo de relación amorosa establece ese tipo de sobreestimación o puede llegar a
establecer esa sobreestimación. Pero todavía cuando les gusta alguien porque lo vieron
usando tal cosa. ¿Qué podría ser en este contexto lo que Freud llama el uso sexual de la
mucosa de los labios y la boca? ¿Cuándo fue considerada perversión? cuando se ponían en
contacto con los genitales, es decir satisfacciones de tipo oral, pero no fueron consideradas
perversiones cuando son utilizadas entre si, los labios con los labios. ¿Qué es lo que
produce esta unión? Piensen en el caso de la histeria, la histérica adjudica al asco el rechazo
de una posibilidad como esa. ¿Qué ocurriría en el caso del uso sexual del orificio anal?
Nuevamente es el asco el que le pone el aspecto de perversión, evidentemente por si
relación con la excreción. Es decir, porque tendría un contacto directo con lo asqueroso en
sí. Sin embargo razones como esas no son concluyentes, no son más concluyentes que la
razón que da la histérica y dice experimenta asco ante el genital masculino porque este está
destinado a la micción, es decir, a orinar. Por otra parte sabemos que el uso del orificio anal
no está reducido al comercio sexual entre hombres, tampoco es característica únicamente
de la inversión masculina, de una u otra manera tenemos dos usos de lugares que ya
sabemos que son lugares de la pulsión, es decir las zonas erógenas de la pulsión. ¿Qué otros
significados pueden tener otros lugares del cuerpo? Freud apela al propósito de la pulsión
de apoderamiento, o sea apoderarse del objeto en todas sus dimensiones. Lo que
aprendemos en específico del uso de la mucosa anal y bucal es el hecho de que estas zonas
reclaman ser tratadas y consideradas del mismo modo como si fuesen genitales. Es decir,
experimentan una excitación del mismo modo como lo experimenta cualquier genital. En
otros términos, lo que Freud está haciendo con esto una vez más es sacar a la sexualidad
de la genitalidad, hay otras zonas del cuerpo que se comportan como genitales. Cuando
veamos el Edipo vamos a ver que tal vez incluso sea por el hecho ni siquiera de que lo
genital esté asegurado de por sí. es decir, de que hay un obstáculo entre la posibilidad de
una relación complementaria entre los sexos incluso centrado a nivel de la genitalidad.
Entonces ¿qué relaciones hay entre neurosis y perversión y qué las diferencia entre si?
Surgen así fijaciones a metas sexuales provisionales en la misma vía, línea que sigue la
cuestión del fetiche. El fetiche de alguna forma se extrae desde la persona, así como
también podrían ser las satisfacciones a nivel de lo que es considerado como satisfacción
previas. Si hay una fijación entonces de metas sexuales provisionales pueden surgir dos
propósitos sexuales. ¿Qué es lo que son? Todas estas condiciones que pueden ser externas o
internas y que finalmente dificultan el logro de la meta sexual pero que refuerzan la
inclinación a demorarse en actos preliminares. De ahí que aparezcan en ese campo las
acciones del tocar y del mirar, acciones están una vez más presentes en todo acto sexual
normal. El punto es ¿qué ocurre cuando estas de por si y en si solas (por sí solas) llegan a
ser la única meta sexual? Esa es la única manera bajo la cual podemos hablar de
perversiones. Peor no porque el esta considerando de que existe esa meta sexual normal
pero ciertamente si ya sea fijado algo, constituido algo que no es lo mismo que lo que
ocurre en una neurosis. Tocar y mirar además hacen referencia directa a cuestiones
pulsionales. La pulsión de ver, pulsión de apoderamiento. Menciona Freud al sadismo y
masoquismo, tenía que llegar a ese punto a propósito de que está hablando de perversiones.
Fíjense que sadismo y masoquismo no son reversos. Muchas veces caemos en la ilusión de
que son una relación sexual perfecta es decir, masoquismo no se explica por reversión del
sadismo ni el sadismo se implica por ser el negativo del masoquista. Freud tiene como
paradigma esencial respecto a estos fenómenos la cuestión del sadismo porque él piensa en
ese componente agresivo de la pulsión y que de alguna manera pasa a volverse autónomo, o
sea se desplaza ese elemento para pasar a construirse en algo autónomo. El masoquismo en
ese caso podríamos llegar a considerarlo un sadismo invertido, un sadismo aplicado hacia sí
mismo. De ahí a que el masoquismo no se explique solamente por ser la pareja del sadismo.
Más aún en la medida en que el masoquismo consiste en el hecho de que ese dolor sea
infringido por el objeto sexual, es decir, que sea el objeto sexual escogido el que infrinja
ese dolor, es decir, que sea una acción consentida. Es una acción que la mayor de las veces
conoce el contrato masoquista. ¿Qué es lo que son superados en todas estas situaciones? Ya
desde el tocar y mirar cuando se constituyen por si solas en acciones sexuales, es bastante
frecuente oír hablar de que siente satisfacción solamente al mirar, está todo el plano del
bouyerismo, exhibicionismo, etc. Lo que es superado son los tres diques psíquicos: dolor,
asco y vergüenza. Son tres diques psíquicos, es decir, si hay algo que logre configurar a la
sexualidad son precisamente todos estos trucos casi de construcción es decir, establecer
diques y ponerle diques a la pulsión hace que pueda fabricarse una sexualidad que sea la
que sea según las épocas pueda llegar a considerarse normal. En este caso Freud describe
tres: dolor, asco y vergüenza. Sadismo y masoquismo efectivamente deben ser posiciones
particulares puesto que la oposición actividad-pasividad forma parte habitual de las
características de la pulsión. El esquema de la pulsión es un esquema que retorna sobre sí,
no es solamente hacer sufrir sino también la posibilidad de hacerse sufrir. Estos pares
teóricos de la actividad y pasividad van a ser absolutamente fundamentales, tienen una
gran significación teórica porque es la única diferencia que puede concebirse a nivel de la
sexualidad. No se trata ni de masculino o femenino sino de actividad o pasividad. Donde
cada uno de los sexos puede pasar tanto por la actividad como la pasividad. Si hay entonces
una soldadura Freud va a poder afirmar lo siguiente: la libido es esencialmente masculina,
dice que es esencialmente masculina porque es siempre activa, ¿Será que Freud hace con
eso sinónimo lo masculino con lo activo? Más bien lo establece por negatividad, dice como
la libido es activa es evidente que en el caso femenino va a tener que por adquirir cierto
carácter culturalmente aceptado acceda a cierta pasividad y tiene que de cierta manera
procederse en una acción sobre la libido, es decir una acción sobre esa actividad de la
libido. Algo va a tener que venir a producir un dique, de ahí a que dolor, asco y vergüenza
sean sentimientos tan presentes en la histeria.
Consideraciones generales:
La mayoría de las transgresiones son un ingrediente de la vida sexual habitual. ¿Cuándo
llegan a ser patológicas? No por el contenido de la meta sexual, Freud está diciendo que da
lo mismo, sino que por una especie de proporción por eso que concebimos como normal.
Es decir, cuando anulan por completo la posibilidad del coito, cuando suplantan y
sustituyen a eso que hemos llamado o considerado como normal, y sin embargo es eso
precisamente lo que al mismo tiempo está diciendo Freud que está presente en toda
sexualidad. O sea poco menos que eso a lo que llamamos meta sexual normal es una
contingencia, no es nada más que algo que apareció como resultado de la reproducción.
Pero condiciones para lo patológico, es decir, condiciones para la perversión es
exclusividad y fijación.
La sexualidad infantil es la manera general de caracterizar a la sexualidad humana.