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Un digestor biológico o biodigestor, en su forma más simple es un contenedor cerrado,

hermético e impermeable.

Esta propuesta promueve el uso de biodigestores de pequeña escala fomentando


modelos de economía circular basados en la valorización de residuos orgánicos, la
producción de energía renovable y la agricultura ecológica. Nos gustaría presentar a esta
convocatoria la construcción de un biodigestor de forma colaborativa. Entendemos que
estos sencillos equipos suponen una solución de cara a la gestión de residuos y la
protección del medio ambiente a la vez que una solución energética.
El fomento y uso de biodigestores a pequeña escala permite que se puedan tratar in
situ distintos residuos orgánicos domésticos obteniendo como resultado:
 Biogás: fuente de energía renovable, apto para su uso directo como energía térmica, en cocina o
calefacción
 Fertilizante orgánico: apto para su aplicación en suelos ayudando así a la regeneración de estos
además de suponer una alternativa al uso de otros fertilizantes químicos más agresivos con el medio.
Cabe destacar que este modelo de gestión y tratamiento de residuos domésticos
orgánicos supone una notable reducción de emisiones de gases de efecto invernadero
respecto al modelo actual ya que se evitan las emisiones asociadas al transporte en la
recogida y a las plantas de tratamiento, así como a las derivadas de su deposición final
en vertedero.
Por otro lado, los biodigestores a pequeña escala permiten que sean los propios usuarios
quienes se beneficien tanto de la energía generada como del fertilizante obtenido, este
ahorro es un incentivo que asegurará una mayor implicación de éstos a la hora de
realizar una correcta separación en origen, cerrando así el ciclo de los nutrientes
incluidos en el residuo orgánico fomentando un modelo de economía circular.
El diseño de este biodigestor se adapta a las circunstancias concretas del proyecto con la
finalidad de dar a conocer este proceso entre potenciales usuarios. Creemos que la
obtención de biogás a partir de nuestros residuos es un hecho prácticamente
desconocido en nuestra sociedad. Es por ello que queremos extender este conocimiento
para que los posibles futuros usuarios tengan las herramientas suficientes para replicar
de forma autónoma este prototipo.

Prototipo:
En los documentos adjuntos se encuentran los planos del prototipo, para explicarlo,
diferenciaremos la parte interior y exterior:
 Interior: compuesto por el embudo de alimentación, dos bidones de 120 litros, y las salidas de gas y
fertilizante. Este es el punto de entrada de los residuos, estos bidones serán estancos. Es importante
controlar las posibles fugas a la hora de realizar las uniones de tuberías para asegurar esta
estanqueidad. Aquí se producirá la fermentación de la materia orgánica, este ambiente interior ha de
ser anaerobio, es decir, en ausencia de oxígeno.
Cabe destacar la importancia de contar con un sistema de despresurización en el circuito
de biogás que sirva como sistema de seguridad. Aun así, dada la duración de la
convocatoria queremos aclarar que el biodigestor sólo podrá ser fabricado ya que no
dará tiempo para su puesta en marcha, por lo que no hay ningún riesgo asociado a este
proyecto en este sentido.

 Exterior: hemos recubierto el sistema con una carcasa para proteger y adecuar la temperatura del
equipo. Este digestor es una “réplica” de un estómago animal, por lo que es importante mantener el
interior a temperatura constante comprendida entre 15- 30ºC para que las bacterias que intervienen en
el proceso puedan desarrollar su actividad metabólica. Para ello, la parte frontal está diseñada con un
cristal inclinado de manera que se aproveche radiación solar gracias al efecto invernadero.
Por otro lado, tanto el embudo de alimentación como el grifo de salida de fertilizante
son accesibles desde el exterior de la carcasa.
El depósito de biogás se coloca en la parte posterior del digestor, va encofrado en una
carcasa de madera para evitar que se dañe ya que este depósito es flexible.

La selección de materiales se ha realiza con el fin de ofrecer la mayor durabilidad


posible. Se ha recurrido a principios de ecodiseño por los cuales si una pieza se
deteriora podemos sustituirla por otra nueva sin necesidad de desechar ningún otro
componente. Se han probado antes todos los materiales seleccionados y se ha probado
su adecuación para el prototipo.
Funcionamiento de un digestor:
El funcionamiento del digestor es muy simple. Se introducen los residuos orgánicos a
través del embudo de alimentación. El residuo pasará del primer bidón al segundo al
tiempo que va fermentando y generando biogás. El biogás generado será recogido en un
depósito flexible que conecta con un quemador final para aprovechar este combustible
como energía térmica. Por otro lado, el fertilizante se extrae del segundo bidón que
dispone de un grifo.
La entrada y salida de material es prácticamente diaria, o cada 2-3 días.
Debemos extraer del sistema la misma cantidad que introducimos para asegurarnos de
no colmatar los depósitos.

Notas sobre la seguridad del sistema:


Los principales riesgos asociados al sistema de digestión son el riesgo de explosión del
propio biogás generado y la fuga de residuo orgánico no estabilizado (lixiviado). Para
ello se exponen una serie de medidas de seguridad que reducen ambos riesgos
prácticamente en su totalidad.
Riesgo de explosión:
Es necesario controlar la presión interna en todo el sistema, biodigestor y circuito de
biogás, para ello se instala un manómetro que nos permite conocer la presión
instantánea. El riesgo de explosión existe ante la combinación del biogás generado y
oxígeno dentro de un espacio confinado (en nuestro caso el espacio confinado es todo el
sistema de digestión). El rango de presión interna admitida será entre un valor
ligeramente por encima de la presión atmosférica (aproximadamente 1,020 atmósferas)
y hasta 1,5 atmósferas aproximadamente para evitar tanto bajas como altas presiones.
La baja presión dentro del sistema hace que se cree una depresión, por lo que en caso de
haber alguna fisura a lo largo del circuito, el aire penetraría dentro del digestor y
estaríamos expuestos al riesgo de explosión. Por otro lado, la alta presión puede hacer
que los materiales no soporten tal fuerza y también nos expone a un riesgo.
El biodigestor es un recipiente estanco, por lo que el valor mínimo de presión
mencionado se consigue a medida que se genera biogás. Para evitar que la presión suba
por encima del valor máximo, se incluye un sistema de despresurización que libera gas
a la atmosfera en caso de que la presión en el biodigestor aumente por encima del rango
establecido. El circuito que conduce el biogás generado a un quemador final para su
aprovechamiento como energía térmica, lleva instalado dos válvulas de llama anti
retorno homologadas para evitar así mismo la entrada de aire mientras la llama esté
encendida.
iesgo de fuga de residuo orgánico no estabilizado:
Este riesgo está asociado a las posibles fugas de material orgánico que se encuentra en
el interior del digestor durante el proceso de fermentación, suponiendo un riesgo de
contaminación de suelos y aguas subterráneas. Este hecho ha de tenerse en cuenta en el
propio diseño y previa instalación del digestor disponiendo de algún sistema de
recogida de estas posibles fugas evitando que percolen a las capas del suelo.

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