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Aquí comienza el célebre Shema (de la primera palabra, "Oye") que se convirtió en la confesión de

fe fundamental del judaísmo. Según la tradición rabínica, el Shema originalmente consistía sólo del
v. Deu_6:4, pero posteriormente se extendió a los vv. Deu_6:5-9, Deu_11:13-21 y Núm_15:37-41.
Según la ley rabínica, debía recitarse de mañana y de noche (cp. v. Deu_6:7). El v. Deu_6:4 ha
estado sujeto a varias traducciones, si bien la declaración da prominencia al carácter único de Dios
y debe traducirse: "Jehová es nuestro Dios, sólo Jehová". Un énfasis secundario. Su indivisibilidad,
también se pone de manifiesto en la mayoría de las versiones. La singularidad de Jehová prohíbe
absolutamente la adoración de cualquier otro ser y demanda un compromiso de amor total (v.
Deu_6:5).

Transliteración del imperativo hebreo SHEMÁ (oye) Deuteronomio 6: 4-9

DECLARACIÓN BÁSICA DE LA LEY JUDÍA

SE CONVIRTIÓ PARA EL PUEBLO DE DIOS EN UNA CONFESIÓN DE FE DONDE RECONOCÍAN AL


ÚNICO DIOS

OBEDIENCIA:

ESCUCHAR LA PALABRA DE DIOS Y ACTUAR CONFORME A ELLA. LA PALABRA QUE SE TRADUCE


“OBEDECER” EN EL AT. SIGNIFICABA “ESCUCHAR”

LA RESPUESTA OBEDIENTE DE UNA PERSONA A LA PALABRA DE DIOS, SE CARACTERIZA POR SU FE


O CONFIANZA

hama' (ùÑÈîÇò, H8085), «oír, escuchar, atender, obedecer, publicar».


El vocablo se encuentra en la mayoría de las lenguas semíticas,
incluyendo en hebreo y arameo bíblico (9 veces). Shama' aparece en
todos los períodos históricos del hebreo y unas 1.160 veces en la Biblia.

Básicamente este verbo significa «escuchar» con los oídos. Tiene varios
matices. En Gén_37:17 un hombre le cuenta a José que «oyó» a sus
hermanos decir: «Vamos a Dotán». En otras palabras, lo que el hombre
«oyó» fue por casualidad. Shama' puede también usarse en el sentido
de «escuchar indiscretamente» una conversación como cuando «Sara
escuchaba junto a la entrada de la tienda que estaba detrás de»
Abraham (Gén_18:10 RVA).

José pidió a sus hermanos que le «escucharan» contar sus sueños


(Gén_37:6). En 1Cr_28:2, David pidió a su público que le «escuchara»,
o sea, que le dieran su total atención.
«Oír» algo puede indicar «tener conocimiento», como cuando Abimelec
dice a Abraham que no sabe de la controversia sobre los pozos porque
nadie se lo ha contado y que tampoco ha «oído» hablar de ello
(Gén_21:26). Shama' puede además indicar «llegar a saber» o «llegar a
oídos»: «Los caldeos que tenían sitiada a Jerusalén oyeron la noticia»
(Jer_37:5 LBA; cf. RVR).

Por otra parte, el término puede significar «recibir orientación». Moisés


pidió que ciertas personas impuras esperasen hasta que el Señor le
diera las órdenes al respecto (Núm_9:8). Su clara intención fue más que
un simple «oír» algo; Moisés quería recibir alguna orientación del Señor.

El verbo puede referirse solamente a «oír», como cuando Adán y Eva


«oyeron» a Dios que caminaba en el huerto (Gén_3:8 : primer caso del
verbo en la Biblia). Ordenar «escuchar», sin especificar el mensaje,
expresa «convocar» (1Re_15:22).

«Oír» puede ser un ejercicio intelectual y espiritual. Se puede «oír» la


voz de Dios espiritualmente (Núm_24:4) o «aprender» de él. A la
inversa, Dios dice a Abraham que ha «oído» su oración y que tomará
cartas en el asunto (Gén_17:20). En este contexto, «oír» no es solo
escuchar lo que se dice; es también afín con la intención de la petición
(cf. Gén_16:11). En el caso de «oír» y atender a una autoridad superior,
shama' puede significar «obedecer». En la simiente de Abraham, todas
las naciones serán bendecidas porque «oyeron» (obedecieron) la voz de
Dios (Gén_22:18).

Otro matiz intelectual de «oír» se encuentra en Gén_11:7 (RVA), donde


se nos dice que Dios se propuso confundir las lenguas humanas «para
que nadie entienda lo que dice su compañero».

Tener «un corazón que sabe escuchar» significa tener «entendimiento»


o «discernimiento» (1Re_3:9 RVA, cf. LBA). Por cierto, cuando Moisés
dijo a los jueces de Israel que «oyeran» las causas de sus hermanos, se
refería a más que solo escuchar con el oído. Debían examinar cada caso
según sus méritos a fin de dictaminar justamente (Deu_1:16).

B. Nombres

shôma' (ùÑåéîÇò, H8089), se refiere a «información casual; fama».


El vocablo, poco frecuente en el Antiguo Testamento, se halla en
Jos_6:27 (RVA): «Jehová estuvo con Josué, y su fama se divulgó por
toda la tierra».
shema' (ùÑÅîÇò, H8089), «información intencional; noticias». Se
constatan 17 casos del nombre en el Antiguo Testamento. Encontramos
un caso en Gén_29:13 (RVA): «En cuanto Labán oyó las noticias
[shema'] sobre Jacob, hijo de su hermana».

shemû'ah (ùÑÀîåÌòÈä, H8052), «revelación; mensaje; doctrina». El


término aparece 27 veces. Un ejemplo es Isa_28:9 : «¿A quién se
enseñará ciencia, o a quién se hará entender doctrina [shemû'ah]?»
(RVR, cf. NRV; «mensaje» RVA, LBA).

OBEDIENCIA
El verbo heb.heb. hebreo traducido “obedecer” es sûaµma> bƒ, lit.lit.
literalmente “escuchar a”. El verbo que se usa en la LXXLXX Septuaginta
(vs. gr. del AT) y en el NTNT Nuevo Testamento es hypakouoµ
(sustantivo, hypakoeµ; adjetivo, hypeµkoos), un compuesto de akouoµ,
que también significa “oír”. hypakouoµ significa literalmente “oir bajo”.
El NTNT Nuevo Testamento también usa eisakouoµ (1 Co. 14.21), lit.lit.
literalmente “oír hacia”, peithomai, y peitharjeoµ (Tit. 3.1). Estas dos
últimas palabras expresan, respectivamente, las ideas de ceder a la
persuasión y someterse a la autoridad. La idea de obediencia que
sugiere este vocabulario es la de un oír que se lleva a cabo bajo la
autoridad o la influencia del que habla, y que conduce hacia el
cumplimiento de lo que dicha autoridad requiere.

Para que a una persona se le deba obediencia, ella tiene que: (a) tener
el derecho de mandar, (b) poder hacer conocer lo que quiere que se
haga. La obligación del hombre de obedecer a su Hacedor por lo tanto
presupone: (a) el señorio de Dios, y (b) su revelación. El ATAT Antiguo
Testamento habitualmente describe la obediencia a Dios como la
obediencia (el oír) ya sea a su voz (acentuando (b) o a sus
mandamientos (suponiendo (b), y acentuando (a). La desobediencia se
describe como el no oir la voz de Dios cuando habla (Sal. 81.11; Jer.
7.24–28).

Según la Escritura, Dios exige que su revelación sea tomada como regla
para la vida toda del hombre. Así la obediencia a Dios es un concepto
suficientemente amplio como para incluir la totalidad de la religión y la
moralidad bíblicas. La Biblia es insistente en el hecho de que los actos
externos y aislados de homenaje a Dios no pueden subsanar la falta de
obediencia consecuente en el corazón y en la conducta (1 S. 15.22;
cf.cf. confer (lat.), compárese Jer. 7.22s).

La desobediencia de Adán, el primer hombre representativo, y la


perfecta obediencia del segundo, Jesucristo, constituyen factores
decisivos en el destino de todos. Cuando Adán ignoró la obediencia
sumergió a la humanidad en la conciencia de culpa, la condenación, y la
muerte (Ro. 5.19; 1 Co. 15.22). La inquebrantable obediencia de Cristo
“hasta la muerte” (Fil. 2.8; cf.cf. confer (lat.), compárese He. 5.8; 10.5–
10) obtuvo justicia (aceptación para con Dios) y vida (comunión para
con Dios) para todos los que creen en él (Ro. 5.15–19).

En la promulgación por Dios del pacto antiguo se daba realce a la


obecbencia a sus requerimientos a fin de que el pueblo pudiese disfrutar
de su favor (Ex. 19.5, etc.). En su promesa del nuevo pacto, empero, se
dio realce a la obediencia como el don que él mismo les daba, a fin de
que pudiesen disfrutar de su favor (Jer. 31.33; 32.40; cf.cf. confer
(lat.), compárese Ez. 36.26s; 37.23–26).

La fe en el evangelio, y en Jesucristo, es obediencia (Hch. 6.7; Ro. 6.17;


He. 5.9; 1 P. 1.22), por cuanto Dios así lo manda (cf.cf. confer (lat.),
compárese Jn. 6.29; 1 Jn. 3.23). La incredulidad es desobediencia (Ro.
10.16; 2 Ts. 1.8; 1 P. 2.8; 3.1; 4.17). La vida de obediencia a Dios es
fruto de la fe (cf.cf. confer (lat.), compárese lo que se dice de Abraham,
Gn. 22.18; He. 11.8, 17ss; Stg. 2.21ss).

La obediencia cristiana significa imitar a Dios en santidad (1 P. 1.15s), y


a Cristo en humildad y amor (Jn. 13.14s, 34s; Fil. 2.5ss; Ef. 4.32–5.2).
Nace de la gratitud por la gracia recibida (Ro. 12.1s), no del deseo de
obtener mérito y de justificarse uno mismo a la vista de Dios. Más aun,
el guardar la ley con dicho motivo no constituye obediencia a Dios, sino
lo opuesto (Ro. 9.31–10.3). La obediencia a la autoridad divinamente
establecida en la familia (Ef. 5.22; 6.1ss; cf.cf. confer (lat.), compárese
2 Ti. 3.2), en la iglesia (Fil. 2.12; He. 13.17), y en el estado (Mt. 22.21;
Ro. 13.1ss; 1 P. 2.13ss; Tit. 3.1), es parte de la obediencia del cristiano
a Dios. Cuando hay conflicto, sin embargo, debemos estar dispuestos a
desobedecer al hombre a fin de no desobedecer a Dios (cf.cf. confer
(lat.), compárese Hch. 5.29).

Bibliografía. W. Mundle, “Oír”, °DTNT°DTNT L. Coenen, E. Beyreuther,


H. Bietenhard, Diccionario teológico del Nuevo Testamento, en 4 t(t).
(título original en alemán theologisches Regriffslexicon zum Neuen
Testament, 1971), edición preparada por M. Sala y A. Herrera, 1980–
85, t(t).t(t). tomo(s) III, pp.pp. página(s) 203–209; H. Schult,
“Escuchar, oír”, °DTMAT°DTMAT E. Jenni y C. Westermann (eds.),
Diccionario teológico manual del Antiguo Testamento, trad. del alemán
por J. A. Mugica, 1978, (véase THAT), t(t).t(t). tomo(s) II, cols. 1221–
1231; F. Alvarez, “Obediencia”, °EBDM°EBDM Enciclopedia de la Biblia
(en 6 t(t).), dirigida por A. Díez-Macho y S. Bartina, 1965, t(t).t(t).
tomo(s) V, cols. 569–575; R. Schnackenburg, El testimonio moral del
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K. H. Schelkle, Teología del Nuevo Testamento, 1975, t(t).t(t). tomo(s)
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W. Mundle, NIDNTTNIDNTT C. Brown (eds.), The New International


Dictionary of New Testamento Theology, 3 t(t)., 1975–8 2, pp.pp.
página(s) 172–180.

J.I.P.J.I.P. J. I. Packer, M.A., D.Phil., D.D., Profesor de Teología


Sistemática del Regent College, Vancouver, BC, Canadá.

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