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LA UTOPIA OMNIVORA

“la elite cultural esta vivita y coleando: hoy está más activa y ávida que nunca …”
(Bauman- Z, 2013,pp 10)

Si bien el mundo está en una constante evolución sus habitantes no serán la excepción a
esta regla, de una u otro forma el mamífero pensante buscará la forma de acomodar sus
gustos y conocimientos al de los demás, a tal grado que su complejidad mental cada vez
estará más lejos de su propia comprensión.
El placer por algo siempre será el reflejo de una influencia imperceptible de lo que el
individuo quiera llegar a ser sin que él lo acepte a simple vista y aun sin entenderlo se
convierte en un hibrido emocional que juega con sus gustos, por ende, la mezcla constante
de diversos contenidos que entre si ya no guardan ninguna aproximación.

Hablar de la identidad de un gusto frente a una casta o clase en este siglo ya no tiene razón
de ser, de hecho hay que ser un poco procaz al tocar el tema pues la identidad emocional
que dominaba hace algunos siglos ya no está latente . Identificar su clase y cultura ya está
totalmente desvirtuado de los gustos que lo asechan y es más común encontrar de vez en
vez un docente cautivado por la literatura, amante del hardcore y de facilidades económicas
dudosas.
La hibridación parece ser la madre de lo flamante y moderno de este siglo y al parecer le ha
rendido un buen resultado pues hasta acá ya deformo totalmente el concepto de clase y
“buen gusto”.

Ahora bien definamos que es buen gusto en el siglo XXI.


Anteriormente el buen gusto se jactaba de ser la cabeza de lo clásico, de lo bien ponderado,
de lo fino y agraciado, de lo que no rayaba en lo vulgar y de lo cual sus partícipes se les
negaba el placer de “un gusto” que violara esta margen, pero hoy en día ese concepto se ha
desaparecido en el tiempo como un viajero de arenas perdidas y ha resultado como nuevo
valor el buen gusto por lo simple y lo no tan barroco en su ser.
Sin embargo lo que denominábamos buen gusto no ha cambiado, solo cambio el público,
roto como una ruleta, dándole más significado a ese oscuro mundo al que se le prohibía, y
esto si me lo permite es un paso evolutivo muy considerable para la humanidad, puesto que
cualquiera puede ser lo que a su manera considere, no obstante con ello trae algunos
altercados bastante notables en la sociedad en cuanto a su psicología refiere.

El lector ya dará por enterado que el gusto no es resultado de casta en este siglo, que es
bueno como método de evolución pero que consigo trae algunas malas premisas que aun
que no se ven demasiado activas, son muy importantes de identificar .
Después de identificar la mezcla armónica entre lo fino y lo no tan sofisticado, ahondemos
más en los resultados de esta emulsión pues si bien esta ya las des amalgamamos
totalmente del vínculo (clase / gusto) nos queda ver su resultado.

La moda ha ido el resultado de este Frankenstein de gustos diversos que acompaña al


mundo hoy por hoy, son los que dictan que tan heterogéneo puede llegar a ser un individuo
y su afán de penetrar en la “moda única”, con ello dictan comportamientos, envidias,
búsqueda de aceptación entre otros, como lo menciona cristina Amalia López en su artículo
publicado en el 2012.

“La moda comunica lenguajes que exteriorizan las tendencias humanas poniendo en
evidencia corrientes de pensamiento, sentimientos de rebeldía, disconformidad y esa
clara necesidad de llamar la atención como su antítesis, de pasar desapercibidos en
la multitud, uniformándonos para pertenecer e identificarnos con algún grupo
particular.” (López C,2012, Perspectivas sobre moda, tendencias, comunicación,
consumo, diseño, arte, ciencia y tecnología)

La moda es aquel monstruo que sin quererlo resulto de la desunión del vínculo mencionado
anteriormente y consigo llevo a estos actores irreverentes cursar por los lindes de una
apariencia plástica. Claro quiero recalcar que esto no es general no todos los que tienen
gustos diversos son necesariamente personas con déficit de identidad, de hecho, son todo lo
contrario sin olvidar ¡claro! Que en algún momento de su premeditada vida si los
recorrieron.

Buscar aceptación después de este Holocausto emocional parece ser la razón principal de
esta generación, ser descalificado o excluido es motivo de auto decepción puesto que no se
siente con las cantidades mínimas de atributos que esta sociedad le exige como persona
“normal”

Ha este punto quiero explicarle al lector como la palabra “normal” también se ha


deformado en el tiempo, consumo gusto se aceptaba esta palabra solo a las personas que
gozaban de buen agrado, de buena clase y que ahora se trasgredió de forma parcial casi
total, a tal modo que lo que era antes anormal, ahora es muy común.

Este daño conciso genera una constante búsqueda de ser diferente, siendo copia de otro que
a su vez fue copia de otro, esto a través de las corrientes alternativas y de más.
En conclusión, las vertientes del gusto han cambiado radicalmente, estas ya no delimitan de
ninguna manera las clases sociales, puesto que están deformes. El echo del gusto depende
de que tan miticultura pueda llegar a ser el individuo, los grupos sociales que más
frecuenta, el tipo de música y de más.
Esta son herramientas contundentes y fundamentales para el crecimiento y fortalecimientos
de la cultura como le sucedió a la gastronomía en siglos pasados que como consecuencia de
guerras alimento otros países con sus técnicas y costumbres, creando con si mesclas únicas
como la cocina Creol.
No obstante la mala comprensión de esta puede generar “modas pasajeras” que más allá de
eso busca alimentar en el individuo una soledad y una aceptación temporal que aumenta
con el tiempo .

¿ será que estamos condenados a seguir en modas banas y pasajeras ?

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