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BOLILLA II

LAS CORRIENTES PRINCIPALES DE LA GNOSEOLOGÍA3

No es posible enumerar todas las corrientes gnoseológicas.


Las reduciremos a las principales:
La primera cuestión que se plantea es saber si el espíritu humano puede conocer la verdad (si
tiene certezas legítimas); luego, si la respuesta es afirmativa, se pregunta ¿cómo es esa verdad? (si
es objetiva o no); después nos preguntamos ¿con qué se conoce la verdad? (si con una parte
de la conciencia o con todas sus partes conjuntamente); por último nos preguntamos ¿cuál
es el fundamento de la verdad? (la realidad o la conciencia).

1) ¿Existe la verdad? ¿Puede ser conocida?


Si se sostiene que la verdad no existe o que no puede ser conocida, tenemos el
escepticismo. Si nos decidimos por el escepticismo ya no hay problemas, la gnoseología ha
terminado antes de comenzar.
Por el contrario, si sostenemos que la verdad existe y que puede ser conocida, tenemos lo que
podríamos llamar verismo4.

2) ¿Cómo es la verdad? ¿Es la verdad objetiva?


Si afirmamos que no existen verdades objetivas y universalmente válidas, sino que toda verdad
depende de la persona o grupo que la experimenta (por ser la verdad relativa a ella/s), tenemos
el relativismo.
Hay distintos tipos de relativismo según se sostenga que la verdad depende de la relación
con cada persona (relativismo subjetivo o subjetivismo) o con cada grupo de
personas (relativismo cultural, relativismo social, relativismo político, etc…).
Por otra parte, si decimos que la verdad es objetiva y universalmente válida, independientemente
de las personas o grupos que la conocen, tenemos el objetivismo.

3
Cfr. VERNEAUX, R., Epistemología general o crítica del conocimiento, Herder, Barcelona, 19816.
4
Con el término “verismo” queremos significar lo que los antiguos expresaban con el término “dogmatismo” (la doctrina
filosófica que afirma que podemos conocer la verdad). Sin embargo no nos ha parecido conveniente usar hoy en día el
término “dogmatismo”, ya que en la modernidad este término ha tomado un significado distinto del que tenía
(Hoy en día se lo toma como la profesión de una doctrina sin examen crítico) por lo cual, es usado de modo despectivo:
como una especie de fundamentalismo gnoseológico que tiene una confianza ingenua en la verdad y una ausencia de
reflexión crítica.

1
3) ¿Con qué se conoce la verdad? ¿solo con una parte de la conciencia o con
todas sus partes conjuntamente?
Si respondemos que la verdad se conoce solo con una parte de la conciencia, tenemos un
reduccionismo gnoseológico. Esta postura tiene dos corrientes distintas:
 Si decimos que la única parte de la conciencia por la que se conoce la verdad es la
experiencia, tenemos el empirismo;
 Si, por el contrario, afirmamos que la única parte de la conciencia por la que se conoce la
verdad es la razón, tenemos el racionalismo.
Por otra parte, si respondemos que la verdad se conoce por el trabajo conjunto e integral de
todas las partes de la conciencia, tenemos lo que podríamos llamar, un integralismo
gnoseológico.

4) ¿Cuál es el fundamento de la verdad? ¿la realidad o la conciencia?


Si respondemos que el fundamento de la verdad no es la realidad, sino la conciencia, porque el
acto de conocer es lo más evidente, mientras que hay que dudar de la veracidad de la realidad,
tenemos el idealismo.
Si respondemos que la realidad, como “acto de ser”, se manifiesta por sí misma a la conciencia,
y que no hay fundamentos para negar esa evidencia, tenemos el realismo.

* * *

De este modo, quedan enunciadas las principales corrientes de la gnoseología: escepticismo y


verismo; relativismo y objetivismo; empirismo y racionalismo; idealismo y realismo.

Nosotros, por nuestra parte, sostenemos que la verdad existe y que puede ser
conocida por nosotros, que es objetiva, que la conocemos por la experiencia y la
razón conjuntamente, y que tiene como fundamento el ser real.

A continuación presentamos un cuadro sinóptico de estas principales corrientes gnoseológicas


y luego, nos detendremos brevemente en el análisis de cada una de ellas.

2
¿se puede
conocer la
verdad?

no si

escepticismo verismo

¿cómo es la
verdad?

relativa a la
objetiva
conciencia

relativismo objetivismo

¿con qué
grupal o indivudual o conocemos la
cultural subjetivo verdad?

con toda la
con una parte
conciencia
(reduccionismo)
(integralismo)

¿cual es el
fundamento
racionalismo empirismo de la verdad?

idealismo realismo

3
1. EL ESCEPTICISMO5
1.1. Noción de Escepticismo

Doctrina que afirma que la verdad no existe, o que, si existe, el hombre es incapaz de conocerla.
El escéptico es alguien que profesa duda o está en desacuerdo con lo que generalmente está
aceptado como verdad.

La palabra "Escéptico" viene del griego skeptikoi (de skeptesthai que en griego significa
examinar), éste fue el nombre dado a los seguidores del filósofo griego Pirrón de Elis (360 -
270 a. C.) que fue el primer y más radical escéptico. No dejó nada escrito, pero a él se le
atribuyen frases como: “nunca llegarás a conocer la verdad”; “no digas ‘así es’, sino ‘me parece
que es’”. Profesó la doctrina de la “epojé” que consistía en la suspensión de todo juicio sobre la
realidad, ya que si no se puede conocer nada, no se puede afirmar nada .

Otros modos de escepticismo son el probabilismo y el fenomenismo:

 El Probabilismo: afirma que no estamos seguros de estar en posesión de la verdad.


Ninguna representación es evidente, pero algunas son probables, y esto basta para la
vida.
 El Fenomenismo: acepta creer en las apariencias, porque están inmediatamente
presentes a la conciencia y se le imponen, pero se abstiene de juzgar sobre la realidad.
“Tengo frío; de esto no puedo dudar. Pero ¿hace frío? No hay medio de saberlo”. Según este
modo de escepticismo no podemos decir “la nieve es blanca”, “la miel es dulce”, sino “en
este momento la nieve me parece blanca”; “la miel me sabe dulce”.
El escepticismo es en algunos casos, tan radical que incluye al propio escepticismo: “ni siquiera
sabemos con certeza si el propio escepticismo es verdadero”, dijeron Arcesilao y Carnéades.

1.2. Argumentos del Escepticismo


Las contradicciones entre los filósofos y más ampliamente la diversidad de opiniones
humanas, son un indicio de que el espíritu humano no puede alcanzar la verdad.
Los errores en el conocimiento: errores de los sentidos, los sueños, las alucinaciones,
la embriaguez y la locura.

1.3. Refutación del Escepticismo


Para los escépticos, las contradicciones entre los filósofos, la diversidad de opiniones
humanas y los errores en el conocimiento, son un indicio de que el espíritu humano no
puede alcanzar la verdad.
Sin embargo, para que estos hechos sean argumentos válidos de que no se puede alcanzar la
verdad, es necesario que sean conocidos como hechos verdaderos (verdades legítimas), por

5
Cfr. Echegoyen Olleta, J. Historia de la Filosofía, Filosofía Griega, Filosofía Helenística, Escepticismo, Torre de
Babel Ediciones:
http://www.e-torredebabel.com/Historia-de-la-filosofia/Filosofiagriega/Filosofiahelenistica/Escepticismo.htm

4
lo que constituyen una prueba irrefutable, de que se puede alcanzar la verdad.
Además, para que los errores llamen la atención como errores (como algo contrario al buen
conocimiento) tienen que ser algo extraordinario y anormal. Si siempre estuviésemos en el
error no sabríamos lo que es el error (porque no se distinguiría de la verdad). Puede haber una
representación a la que no corresponda algo en la realidad (en la locura, en la embriaguez),
pero son situaciones patológicas, y por tanto excepciones.
La refutación más clara a esta doctrina, consiste en mostrar que el escepticismo llega a la
contradicción total en el pensar y a la incoherencia total en el obrar.
La postura más lógica del escéptico sería el dejar de hablar, e incluso de pensar, puesto que
todo hablar o pensar consiste en afirmar (o negar) algo, y tiene como base la suposición de que lo
afirmado o negado es verdadero.
Además un escéptico coherente tendría que reducirse a la inmovilidad, porque ningún ser
humano se mueve si no tiene certezas (ej: nadie camina por un lugar si no está seguro que el suelo
puede soportar su peso). Por eso, si hubiese un escéptico realmente coherente con lo que
profesa, tendría que portarse como una planta.

2. EL VERISMO
Con “verismo” queremos significar lo que los antiguos expresaban con el término
“dogmatismo” (la doctrina filosófica que afirma que podemos conocer la verdad). Sin
embargo no nos ha parecido conveniente usar hoy en día el término “dogmatismo”, ya que
jidesde Kant en adelante este término ha tomado un significado distinto (profesión de una
doctrina sin examen crítico y en virtud de una autoridad que no corresponde al valor intrínseco
de tal doctrina6) por lo cual, en la actualidad, se usa este término de modo despectivo (como una
especie de fundamentalismo gnoseológico que tiene una confianza ingenua en la verdad y una
ausencia de reflexión crítica).
La prueba más clara de que la verdad existe y que puede ser conocida por nosotros, es la
contradicción en la que cae el que quiere afirmar lo contrario. En efecto si alguien afirma que la
verdad no existe o que, si existe, no se puede conocer, podríamos preguntarle: “y usted
¿cómo es que conoció esta verdad?”

3. EL RELATIVISMO7

3.1. Noción de Relativismo

El relativismo afirma que no existen verdades objetivas y universalmente válidas, sino que toda
verdad depende de la persona o grupo que la percibe.

6
Actualmente la acepción más ordinaria del término “dogmatismo”, designa toda posición filosófica que suponga la total
sumisión a ciertos principios o a la autoridad que los postula (principios y autoridad) que se aceptan y/o defienden sin la
menor crítica o autocrítica, como si representaran "la verdad", sin más argumento o justificación. Kant, por ejemplo,
opondrá su propia "filosofía crítica" al dogmatismo racionalista del siglo XVIII, al haber dotado éste a la razón de la
posibilidad de conocimiento metafísico, sin haber hecho previamente un análisis crítico de tal posibilidad.
7
Tomo este punto usando el texto escrito por el Padre Miguel Ángel Fuentes, haciéndole modificaciones y agregados:
Cfr. Fuentes M. A. (20083) Las verdades robadas, San Rafael: Ediciones del Verbo Encarnado, pag 15-26.
5
Es preciso ser cuidadoso a la hora de definir lo que es relativismo; así, por ejemplo, no es
relativismo aceptar que existen muchas opiniones acerca de las mismas cosas; esto es obvio y
nadie lo ha negado. El relativismo aparece cuando además decimos que dichas opiniones son
todas verdaderas porque a las personas que las defienden les parecen verdaderas.

Los sofistas fueron los primeros filósofos en defender el relativismo. Y es precisamente


Protágoras de Abdera8 (480 - 410 a. C.), el primer sofista del que tenemos noticia, quien
expresó de modo gráfico la esencia del relativismo con la siguiente frase: “el hombrees la medida
de todas las cosas, de las que son en tanto que son y de las que no son en tanto que no son”. La
filosofía platónica puede entenderse como un intento de superar de forma radical y completa
el relativismo sofista. Aunque muy desprestigiado durante la mayor parte de la historia de la
filosofía, el relativismo ha encontrado en la actitud anti metafísica del pensamiento
contemporáneo un extraordinario desarrollo, no sólo en lo filosófico, sino también en la
antropología, la sociología, etc., siendo la posición más difundida en la cultura contemporánea
en general.

Hay distintos tipos de relativismos:

Cuando se afirma que el conocimiento cierto es relativo a condiciones propias del sujeto
(intereses personales, creencias previas, estado de ánimo,...) entonces se suele hablar de
relativismo subjetivo o subjetivismo;

Cuando se afirma en cambio, que el conocimiento cierto es relativo a condiciones propias del
grupo que conoce, tenemos diversos tipos de relativismo (según los distintos grupos), entre los
cuales el más famoso es el relativismo cultural (la verdad es relativa a condiciones
propias de cada cultura. Cada cultura tiene sus verdades).

3.2. Los Tipos más Comunes de Relativismo

3.2.1. Subjetivismo

Es el que enseña que lo que determina la verdad de alguna afirmación es cada individuo, por
tanto, habrá (o podría haber) tantas verdades cuantos hombres. Algo puede ser verdadero para
Juan y no para José, y ambos tienen razón: “su razón”.

Es fácil darse cuenta de que esto está muy divulgado en nuestra sociedad; nosotros lo
escuchamos bajo el título de “punto de vista”: cada uno tiene sus “puntos” de vista. Y así tiene
más valor la opinión que la verdad. Y no solamente cada uno tiene su verdad, sino que cada
uno tiene derecho a formarse su verdad. Por eso en nuestros tiempos relativistas, ya no puede
haber maestros que enseñen la verdad, ni tampoco se puede presentar una afirmación como si
fuese una verdad absoluta, sino que cada uno debe ofrecer a los otros su opinión por si a alguien le
gustaría hacerla suya.

Un modo de relativismo subjetivo muy popular en nuestro tiempo es el pragmatismo. Esta


corriente iniciada por William James (1842 - 1910), sostiene que el hombre no está hecho
para conocer, sino que está hecho para la acción, para orientarse en la vida. La verdad es
entonces la adecuación de nuestros pensamientos con nuestros fines prácticos, y por eso su
8
Cfr. Wikipedia, Protágoras, http://es.wikipedia.org/wiki/Protágoras.
6
valor es relativo a aquello que es útil y provechoso para nuestra conducta práctica. De este
modo la verdad se hace relativa a la conveniencia individual; y cuando dicha conveniencia
individual, se hace conveniencia de un grupo, la verdad, que era relativa a un individuo, se
convierte en la verdad de un grupo.

3.2.2. Relativismo cultural

Es el que hace depender la verdad de la cultura histórica. Cada cultura –china, hindú, egipcia,
babilónica, greco-romana, árabe, americana, occidental– realiza su propia valoración de lo
real, tiene su modo de comprender el cosmos, distinta de las demás culturas e irreductible a
cualquiera de ellas. Ninguna cultura puede aspirar a que su valoración sea absoluta,
universalmente válida. Según este tipo de relativismo no se puede juzgar un elemento cultural
desde otra cultura, sociedad, o momento histórico, ya que no hay un punto de comparación
objetivo entre mi cultura y la que quiero juzgar. Quizás el último y más sutil exponente de esta
doctrina es la llamada “filosofía hermenéutica” de Hans-Georg Gadamer (1900 - 2002).

3.3 Argumentos del Relativismo

Hay varias razones que permiten comprender por qué muchos filósofos consideran
adecuado el relativismo. Se pueden destacar las siguientes:

La influencia de elementos físicos, psicológicos, o culturales en los juicios de las personas;


La observación de las muchas ideas o concepciones diferentes (incluso opuestas), que
tienen los distintos grupos o culturas;
La observación del cambio de ideas a través del tiempo.

Todo ello puede favorecer la convicción de que realmente es imposible dejar de lado la
subjetividad en la adquisición de la verdad.

3.4. Refutación del Relativismo


Todo relativismo implica una contradicción intrínseca

Contradicción en el sentido común


La existencia de la verdad (de la verdad como algo objetivo y universal, invariable y superior a
cualquier opinión humana) es una certeza de sentido común; tan de sentido común que
basándonos en que hay verdades objetivas nos casamos, sembramos, nos subimos a un barco o a
un avión, compramos y vendemos y nos dejamos matar defendiendo la patria o las personas que
amamos… ¿Quién se casaría si aceptase que una cosa será la fidelidad para mí y otra para ti?
¿Quién se embarcaría si no estuviese seguro de principio por el cual un cuerpo sólido puede
flotar en definidas condiciones, o quien subiría a un avión basándose sólo en que el piloto opina
que su avión es capaz de mantenerse en el aire?

Contradicción en la razón
Pero no sólo tenemos una certeza popular de la existencia y valor objetivo de la verdad sino una
certeza científica de la misma. La verdad objetiva existe y no puede ser negada sin contradecirse.
En efecto, si “no hay verdad absoluta”, nada se puede «afirmar de modo

7
absoluto», por eso, el que «afirma de modo absoluto» que “no hay verdad absoluta” se está
contradiciendo.

Contradicción en la vida real


El más craso negador de que podamos conocer la verdad absoluta de las cosas, es capaz de
mover cielo y tierra para que le paguen su sueldo (¿cómo sabe que es suyo? ¿y si el patrón opina
que no le tiene que pagar?), y cuidado con que le toquen su esposa o sus bienes, y en esto no
valen opiniones ni el que cada uno tenga su verdad (también el ladrón dice tener su verdad, y esta
es que le gusta más mi auto que el suyo y por eso decide apropiarse de él;
¿qué le responderé yo, miserable relativista? “Señor, si usted lo ve así, aquí tiene las llaves;
disculpe si pensé mal de usted”.
Así es que un relativista puede enseñar el relativismo durante toda su vida con plena convicción
(lo que sería contrario al relativismo); pero si llegase a ir a un restaurante “relativista” y pidiendo
liebre le trajesen gato porque el dueño del restaurante desde su punto de vista sostiene que el
gato es igual que la liebre, no sólo puede ver derrumbarse su sistema en pocos segundos sino
pasar el resto “relativo” de su vida en prisión por intento de homicidio de un propietario de
restaurante. Todo relativista es, necesariamente, inconsecuente en la vida real.

Para terminar, si nos llegamos a encontrar con un relativista que intentando negar la
objetividad de la verdad, nos dice: “no se puede estar seguros de nada”, entonces tenemos que
preguntarle: ¿Está seguro de lo que dice?

3.5 Anexo: La guerra como consecuencia del relativismo


Si no hay una verdad objetiva, la verdad subjetiva u opinión que se impone es la del más fuerte.
En esta línea decía el Papa Francisco:

Pero hay otra pobreza. Es la pobreza espiritual de nuestros días, que afecta gravemente también
a los Países considerados más ricos. Es lo que mi Predecesor, el querido y venerado Papa
Benedicto XVI, llama la «dictadura del relativismo», que deja a cada uno como medida de sí mismo
y pone en peligro la convivencia entre los hombres. Llego así a una segunda razón de mi
nombre. Francisco de Asís nos dice: Esforzaos en construir la paz. Pero no hay verdadera paz sin
verdad. No puede haber verdadera paz si cada uno es la medida de sí mismo, si cada uno puede
reclamar siempre y sólo su propio derecho, sin preocuparse al mismo tiempo del bien de los
demás, de todos, a partir ya de la naturaleza, que acomuna a todo ser humano en esta tierra.
(Discurso del santo padre Francisco, audiencia al cuerpo diplomático acreditado ante la santa
sede, viernes 22 de marzo de 2013, Ciudad del Vaticano).

4. EL OBJETIVISMO

El objetivismo sostiene que la verdad es universalmente válida, independientemente de las


personas o grupos que la piensen.
La prueba más clara de que la verdad es universalmente válida, es (como en el escepticismo)
la contradicción en la que cae el que quiere afirmar lo contrario.
En efecto, es contradictorio «afirmar de modo absoluto» que “no hay verdad absoluta”, ya que si
“no hay verdad absoluta”, nada se puede «afirmar de modo absoluto»

8
5. EL RACIONALISMO

5.1. Noción de Racionalismo


El racionalismo (del latín, “ratio”: razón) es una corriente gnoseológica que sostiene que la
fuente de todo conocimiento válido es la razón (en contraste con el empirismo, que pone la
fuente del conocimiento en la experiencia). Fue desarrollada en Europa continental durante los
siglos XVII y XVIII, por René Descartes, y luego por Spinoza, Leibniz, Wolff y Kant.
Se caracteriza por una firme confianza en que podemos alcanzar verdades objetivas y
universalmente válidas (objetivismo) y por la convicción de que sólo podemos alcanzar estas
verdades por la razón, ya que nuestros sentidos nos engañan. Manifestaba que estas verdades
que conocía la razón como evidentes en sí, eran innatas (porque no podían venir de la
experiencia), y que a partir de ellas, es posible deducir el resto de contenidos de la filosofía y de
las ciencias.

5.2. Argumentos del Racionalismo


El racionalismo parte manifestando una firme confianza en que podemos alcanzar verdades
objetivas y universalmente válidas. Esta confianza le viene del hecho de que existen las ciencias
(que tienen como contenido verdades objetivas y universalmente válidas). Especialmente
muestra una gran admiración por el método de las ciencias exactas, especialmente de las
matemáticas, la cual tiene principios tan evidentes y un método deductivo tan riguroso, que
nadie puede dudar ni de sus principios, ni de sus conclusiones.
Estos principios tan evidentes, que nadie pueda dudar de ellos, no pueden provenir de la
experiencia, ya que se puede dudar de la experiencia, porque muchas veces nos conduce al
error; Además estos principios deben ser universales y necesarios, mientras que la
experiencia, nos presenta solo objetos particulares y contingentes. Luego estos principios, no
provienen de la experiencia, sino que están grabados en la razón (como ideas innatas), y es a
partir de ellos que debemos deducir, el resto de contenidos de la filosofía y de las ciencias.

5.3. Refutación del Racionalismo


El racionalismo (como también el empirismo) tiene como error fundamental, en no reducirse al
momento originario del conocimiento (el contacto de la conciencia con el ser), para encontrar
allí el verdadero objeto de la conciencia (el ser), e indagando ese objeto, determinar la
naturaleza de la facultad con la que se conoce dicho objeto, ya que si reducimos el ser a un
sector del mismo, reduciremos también la facultad cognoscitiva a la parte que conoce ese sector
del ser. Así el racionalismo comienza reduciendo el objeto de la conciencia a las ideas simples
(claras y distintas) y por lo tanto, será la razón, la facultad cognoscitiva que podrá conocer esas
ideas y a partir de ellas, deducir las demás ideas, que constituyen los contenidos de la filosofía y
de las ciencias.

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6. EL EMPIRISMO

6.1. Noción de Empirismo


El empirismo (del griego, “empeiría”: experiencia). es la corriente gnoseológica que reduce el
objeto de nuestro conocimiento a las percepciones de la experiencia. Llevando a la negación
de todo aquello que no se pueda conocer a partir de la experiencia (como la realidad
extramental, la razón, las ideas universales, etc…). Para el empirismo, entonces, la
experiencia es la base de todo conocimiento, no sólo en cuanto a su origen sino también en
cuanto a su contenido.
Además, como la experiencia nos muestra que lo único inmediatamente dado a la conciencia
son las impresiones simples, aunque también percibimos la existencia de impresiones
complejas, concluye que estas últimas son elaboradas por el espíritu humano, asociando
impresiones simples, gracias a un cierto hábito o costumbre. Esta teoría empirista se llamó:
“asociacionismo”.
Aunque históricamente el recurso a la experiencia ya se produjo, en determinados contextos,
en la filosofía antigua (ej: Sexto Empírico9 160 - 210), usualmente se entiende por
empirismo, la corriente gnoseológica que se desarrolla durante los siglos XVII y XVIII en
Gran Bretaña (empirismo inglés), que surge como una oposición al racionalismo de la época
(defendiendo que el conocimiento se funda en la experiencia) y cuyos representantes más
destacados fueron Locke, Berkeley y Hume.

6.2. Argumentos del Empirismo

El empirismo se basa en dos principios fundamentales, a partir de los cuales se deducen


otros principios.

Las ideas son el objeto de nuestra conciencia y todas nuestras ideas


provienen de la experiencia.

1ro) Las ideas son el objeto de nuestra conciencia.

Desde el momento en que la mente, en todos sus pensamientos y razonamientos, no tiene


ningún otro objeto inmediato que sus propias ideas, las cuales ella sola contempla o puede
contemplar, resulta evidente que nuestro conocimiento está dirigido sólo a ellas (Locke)10.
Cuando nos esforzamos por concebir la existencia de objetos exteriores, no hacemos sino
contemplar nuestras propias ideas (Berkeley)11.

9
Sexto Empírico fue un médico y filósofo griego, considerado como uno de los más importantes representantes del
escepticismo pirroniano, sin embargo su escepticismo no era radical, como el de Pirrón, porque aceptaba como válido el
conocimiento empírico y por eso puede ser considerado como el primer empirista. En una de sus obras afirma: “Nosotros no
echamos abajo las cosas que, según una imagen sensible y sin mediar nuestra voluntad, nos inducen al asentimiento...
Y eso precisamente son los fenómenos” (Sexto Empírico, Hipotiposis Pirrónicas, I, X, 19).
10
Cfr. Locke, J. Ensayo sobre el entendimiento humano, Libro IV.
11
Cfr. Berkeley, G. Tratado sobre los principios del conocimiento humano.
10
No tenemos idea alguna de sustancia de ningún género, pues sólo tenemos ideas de lo que
se deriva de alguna impresión; y no tenemos impresión de una sustancia sea ésta material o
espiritual. No conocemos más que cualidades y percepciones particulares (Hume)12.

2do) Todas nuestras ideas provienen de la experiencia.

No existen las ideas innatas


Ya que ni los niños, ni los salvajes, ni los locos, tienen las ideas del hombre culto.
Además no tendría ninguna razón de ser el aprendizaje, y todas las personas
estaríamos de acuerdo en las mismas verdades.
Tampoco existen virtualmente (de modo latente)
Ya que el pensamiento es consciente, por lo que estar en el entendimiento significa
ser percibido por el entendimiento. De suerte que si se sostiene que una cosa está en el
espíritu sin que el espíritu la perciba es lo mismo que decir que no está en el espíritu”.
Por ende, el espíritu al principio está vacío como una hoja en blanco, lo cual prueba que
todas nuestras ideas provienen de la experiencia.

6.3. Refutación del Empirismo


El empirismo (como también el racionalismo) tiene como error fundamental, en no reducirse al
momento originario del conocimiento (el contacto de la conciencia con el ser), para encontrar
allí el verdadero objeto de la conciencia (el ser), e indagando ese objeto, determinar la
naturaleza de la facultad con la que se conoce dicho objeto, ya que si reducimos el ser a un
sector del mismo, reduciremos también la facultad cognoscitiva a la parte que conoce ese sector
del ser. Así el empirismo comienza reduciendo el objeto de la conciencia a las impresiones
simples, aisladas entre sí, y por lo tanto, será la experiencia, la facultad cognoscitiva que podrá
conocer esas impresiones simples y que tendrá el deber de asociarlas, para formar impresiones
compuestas y así determinar la estructura habitual de nuestras ideas particulares. Este punto
de partida del empirismo, fue refutado por la Gestalt

14
En total hay siete relaciones filosóficas: identidad, cantidad y número, cualidad, contrariedad u oposición, semejanza,
contigüidad de especio y tiempo, causalidad. Las cuatro primeras son filosóficas puras, (no son simples tendencias
espontáneas); las tres últimas pueden ser tanto naturales (es decir, como tendencias espontáneas a la asociación), cuanto
relaciones entre conceptos. Cf. Tratado, Iº libro, 1ª parte, 5ª sección.

11
theorie (teoría de la forma), la cual mostró de modo experimental, que lo inmediatamente dado a
la conciencia no son impresiones aisladas, sino un objeto configurado, cualificado y unificado15.

7. EL IDEALISMO

7.1. Noción de Idealismo


El idealismo es la doctrina que hace depender “la verdad de la realidad” de “la verdad de la
conciencia”, en efecto, para el idealismo, la determinación de lo que es “realidad”,
“naturaleza” o “ser”, depende de la determinación de la “conciencia”. Por eso, el idealismo no
consiste en la simple negación de la «realidad exterior», sino en la determinación de la esencia de
la realidad (si es exterior o interior, si es nouménica o fenoménica, etc…) a partir de la
conciencia. Esto supone la afirmación de la conciencia como principio y fundamento del ser y
por lo tanto, del conocer (ya que el ser es el objeto del conocimiento). En este sentido es la
conciencia la que se da a sí misma su propio objeto, permaneciendo cerrada en su círculo
interminable de manifestarse en el ser y conocerse en su manifestación.
Esta corriente de pensamiento tuvo sus comienzos en 1781 con el filósofo alemán Immanuel
Kant, el cual intenta superar la dialéctica que en aquel entonces había entre la posición
racionalista y la empirista. Kant superó el racionalismo y el empirismo enfocando desde otro
punto la cuestión del conocimiento, porque sostenía que el error de estas corrientes era haber
puesto el acento en el objeto de conocimiento y no en el sujeto que conoce. En efecto, aquellos
afirmaban que conocemos ideas por medio de la razón y estos fenómenos a través de los
sentidos; pero ambos coincidían en que conocer es recibir las cosas de un modo pasivo,
dejándose impresionar por ellas. Para Kant el centro del problema no era ¿qué conocemos? (el
objeto) sino ¿cómo conocemos? (el sujeto). En la visión de Kant el sujeto ya no es el que recibe
su objeto desde el mundo, de un modo pasivo, sino que el sujeto pasa a ser el que, de modo
activo, “construye” el objeto de su conocimiento.
A este cambio se lo llama "giro copernicano" o "revolución copernicana". Porque así como
Copérnico revolucionó la Astronomía al sostener que no era la Tierra el centro alrededor del
cual giraban los cuerpos celestes sino que era el Sol el astro alrededor del cual giraban la Tierra y
todos los planetas del sistema solar, del mismo modo Kant sostuvo que no era el objeto el centro
del conocimiento sino el sujeto. Así nació la doctrina llamada “idealismo trascendental”, para el
cual el fundamento de la objetividad de la verdad es la conciencia, mientras que el mundo
exterior (o nouménico) permanece incognoscible para el sujeto.
La obra de Kant dio inicio al idealismo alemán, escuela que afirma la conciencia como el
fundamento de todo ser, y que tuvo como mayores exponentes a los filósofos Fichte, Schelling
y Hegel.

7.2. Argumentos del Idealismo


Podemos decir que el principio idealista tiene como primer defensor el racionalismo de
Descartes, el cual sudaba de todo en busca de algo que le dé una certeza firme. En efecto, para
Descartes, nuestra razón puede alcanzar la verdad, sin embargo constataba que entre

15
Cfr. Fabro, C. La fenomenologia della percezione, Vol. 5 de Opere complete, segni 2006: EDIVI

12
los hombres había una multitud de opiniones opuestas. Entre estas opiniones opuestas solo una
tenía que ser verdadera y las demás erradas. ¿Cómo encontrar la verdad? Tenemos que dudar
de todo - decía - hasta encontrar un principio tan evidente que nadie pueda dudar de él, y a partir
de ese principio debemos deducir las otras verdades.
Hasta aquí los argumentos presentados por Descartes son más bien racionalistas. Lo que sigue
a continuación, en cambio, es el comienzo de la reflexión idealista.
Esta idea evidentísima e indudable que Descartes buscaba, principio sólido a partir del cual deducir
las otras ideas, es que “pienso y por lo tanto, existo” (“cogito ergo sum”). Por lo tanto, es a partir
de este principio que deben deducirse el resto de contenidos de la filosofía y de las ciencias. De
este modo, la conciencia (cogito) se constituye en el punto de partida a partir del cual debe ser
determinada la naturaleza de la realidad. En efecto escribía Descartes en su Regulae16 “Nada me
parece más absurdo que discutir osadamente sobre los secretos de la naturaleza sin haber
antes examinado si la inteligencia humana es capaz de penetrarlos”; o también: “No podemos
conocer nada antes de conocer la inteligencia, pues por ella conocemos las demás cosas”.
El argumento más fuerte del idealismo es entonces, el sostener como evidente que la verdad más
cierta, a partir de la cual podemos hacer ciencia, es “que pensamos”, y por lo tanto “que el objeto
de nuestro pensamiento debe ser determinado por el pensamiento”, ya que no sabemos si
proviene de algo extramental.

7.3. Refutación del Idealismo


El conocimiento es presencia del ser a la conciencia: en efecto, en todo conocimiento ser
presenta ante todo, el acto de ser; y es en ese mismo presentarse del acto de ser, donde
distinguimos la presencia de otro acto, diverso del ser: el acto de conocer. Acto de ser y acto de
conocer están presentes, entonces, en todo conocimiento, como condiciones constitutivas y
necesarias para que se produzca el conocimiento. Negar uno de estos dos términos
constitutivos de la relación gnoseológica con que se actúa primeramente la conciencia, sería
quedar atrapado en una visión restringida de la realidad17.

El error idealista consiste en dudar de la veracidad del acto de ser (le quita autoridad), dándole
certeza y autoridad sólo al acto de conocer, a partir del cual determinará posteriormente,
la naturaleza del acto de ser. Al idealista no le importa lo que el ser diga de sí mismo, sino lo
que la conciencia diga del ser. El error consiste entonces, en negar uno de los fundamentos del
conocer: la presencia del ser, sin tener otro fundamento para hacerlo, que el querer hacerlo18.

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Cfr. VERNEAUX, R., Epistemología general…, pag. 9.
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Sabemos que la experiencia humana presenta desde su comienzo una constitución bifronte en cuanto que es el lugar
del darse recíproco del espíritu y del ser, del yo y del mundo, de tal manera que ambos resultan constituidos mediante
esta complementariedad. El mundo sólo puede ser conocido en cuanto diverso del yo, y el yo sólo aparece como tal en
cuanto aparece como conocedor del mundo. La conciencia se constituye en acto por esa doble presencia del yo y del
mundo, de carácter irreductible y dialéctico (texto extraído de la dispensa de filosofía moderna del seminario “María
Madre del verbo Encarnado”, escrita por el Padre Christian Ferraro, san Rafael, 2006).
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La duda absoluta que pretende erigirse en comienzo para el idealismo, es un acto absurdo, porque consiste en
suprimir la dualidad originaria del actuarse de la conciencia y, por consiguiente, el vaciamiento total del contenido. El
acto de conciencia de que parte el idealismo es un cogito completamente vacío y, por consiguiente, no es acto de nada,
ni es acto, ni nada. Si el acto con que comienza la conciencia es reflexión, la conciencia queda abolida en su punto de

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8. EL REALISMO
El realismo es la doctrina que afirma que es “la realidad”, como “acto de ser”, la que pone en acto
la conciencia, permitiéndole realizar su acto propio, que consiste en conocer “el ser” y al
mismo tiempo, conocer “que conoce”. De esto se sigue que es solo a partir de la presencia del
ser, que podemos determinar la naturaleza del mismo y no a partir de la conciencia.

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