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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria


Universidad Bolivariana de Venezuela. Misión Sucre Sur-UBV
PFG: Gestión Ambiental
Unidad Curricular: Ética de la Sustentabilidad
Maturín Estado Monagas

Profesora: Bachiller:
Dora Albornos Boada Rosa
CI: 20936073

Maturín Noviembre 2019


EL ARCO MINERO

El Arco Minero del Orinoco (AMO), creado oficialmente el 24 de febrero de


2016 como Zona de Desarrollo Estratégico Nacional Arco Minero del Orinoco, es un
área rica en recursos minerales que la República de Venezuela explota desde 2017;
ocupa mayoritariamente el norte del estado Bolívar y en menor proporción el noreste
del estado Amazonas y parte del estado Delta Amacuro. Cuenta con 7000 toneladas
de reservas de oro, cobre, diamante, coltán, hierro, bauxita y otros minerales.
El Arco Minero del Orinoco abarca un área de 111 843,70 km², es decir 12,2
% del territorio venezolano; duplicando a la faja petrolífera del Orinoco. De acuerdo
con Roberto Mirabal, exministro del Poder Popular de Desarrollo Minero Ecológico,
el Arco Minero del Orinoco tiene un potencial de unos 2 trillones de dólares, los
cuales en un sesenta por ciento serán destinados a los programas sociales de
Venezuela.
La Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales, la Sociedad
Venezolana de Ecología, la Asociación de Arqueólogas y Arqueólogos de
Venezuela (AAAV), la Asamblea Nacional de Venezuela y la ONG Programa
Venezolano de Educación Acción en Derechos Humanos (PROVEA) han expresado
públicamente su preocupación ante la el incumplimiento de estudios de impacto
ambiental y sociocultural, la violación de derechos a la consulta previa en las
comunidades indígenas, el patrimonio cultural y natural y la soberanía nacional.

IMPLICACIONES AMBIENTALES DEL ARCO MINERO


Tomamos la oportunidad de la celebración del Día Mundial del Ambiente para
reflexionar acerca de las consecuencias ambientales que implica la instauración
del Arco Minero, proyecto impulsado por el Gobierno nacional con la supuesta
intención de aprovechar la potencialidad de la actividad minera como alternativa al
rentismo petrolero. Sin embargo, aquí les presentamos algunos datos que plantean
un escenario completamente diferente:
1. La zona del Arco Minero tiene una extensión de 111.843,70 km², lo cual
representa 46% del estado Bolívar. Es más grande que países como
Panamá, Holanda o Suiza.
2. Dentro de esa zona se encuentra una cantidad importante de biodiversidad
que se ve amenazada por la minería ilegal; alberga el complejo hidroeléctrico
de Guri, que genera un promedio de 45.000 gigavatios-hora (GWh) para el
mercado eléctrico venezolano.
3. Es hogar de la reserva forestal de Imataca y monumentos naturales, reservas
de biósfera, parques nacionales y refugios de fauna silvestre.
4. Figura dentro de su extensión la cuenca del Caroní, que provee las reservas
de agua dulce más importantes de Venezuela y abastece las centrales
hidroeléctricas que generan 70% de la energía que consume el país. Es
igualmente importante destacar que todo lo que llega al río Orinoco afectará
la calidad de las aguas y de las especies del Mar Caribe y del Atlántico.
5. Entre los minerales presentes en la zona figuran el oro, hierro, diamantes y
coltán, existente únicamente en siete países del mundo y que se utiliza en la
fabricación de dispositivos electrónicos como celulares, computadoras,
satélites, televisores y reproductores de música.
6. Ya no es posible tomar agua del río, no se puede consumir pez aymara ni
otros por la elevada contaminación por mercurio utilizado en el proceso de
extracción de los minerales. Otras especies lejos de la mina también están
contaminadas.
7. Entre sus impactos negativos ambientales podemos encontrar: aumento de
la deforestación, pérdida de biodiversidad, deterioro de la calidad del agua
proveniente del escurrimiento superficial y el agua de los ríos, eliminación y
contaminación del suelo, incorporación de contaminantes, principalmente de
metales pesados en las comunidades aledañas o que laboran en la región, y
afectación en la salud por contaminación del aire, por nombrar algunos.
8. Según estudio realizado por la Universidad de Oriente (UDO), la mayoría de
los Ye’kwana y Sanema presentan 40 veces más mercurio en el cabello que
el estándar fijado por la Organización Mundial de la Salud.
9. La minería ilegal ha ocasionado daños tan graves, que si se detuviera
totalmente la actividad este mismo año, tomaría al menos 30 años recuperar
toda la zona.
10. El decreto del Arco Minero del Orinoco viola el artículo 127 de la Constitución,
que establece que el Estado venezolano deberá proteger el ambiente, la
diversidad biológica, los procesos ecológicos, los parques nacionales y
demás áreas de importancia ecológica; se viola también el artículo 129 que
estipula que toda actividad susceptible de causar daño a los ecosistemas
debe ser previamente acompañada de estudios de impacto ambiental y
sociocultural.
11. Se estima que la deforestación causada por la minería ilegal en la región sea
de 1.100 km² al año, que incrementa los casos de enfermedades como el
dengue.
12. Genera cambios radicales en la organización social, representando un riesgo
en la vida de las comunidades, principalmente indígenas, por la trata de
personas, prostitución y opresión de los habitantes y trabajadores de las
minas.
Fuente: Manifiesto de Guayana sobre el Arco Minero, Provita, Dra. Nalúa
Silva (coordinadora del Centro de Investigaciones Antropológicas de la UNEG).
ESTUDIO DEL IMPACTO AMBIENTAL DEL ARCO MINERO
En el 2016, el gobierno de Nicolás Maduro entregó concesiones mineras en
112 000 kilómetros cuadrados que abarcan una parte de la región norte del Estado
de Bolívar y de Amazonas, al sur del río Orinoco. En este territorio, denominado
precisamente el Arco Minero del Orinoco —o Arco Minero de Venezuela—
empresas nacionales y extranjeras pueden hoy explotar legalmente coltán, oro y
diamante. Con esta decisión, el gobierno venezolano le abrió las puertas al
desarrollo de la minería en un 12 % del territorio nacional, con la esperanza de que
esta actividad sustituya al petróleo y se convierta en una nueva fuente de ingresos
para el Estado.
Desde el inicio, ambientalistas y científicos se opusieron a esta decisión. Para
este grupo el gobierno venezolano no cumplió con realizar un estudio de impacto
ambiental del Arco Minero de Venezuela ni la consulta previa a los pueblos
indígenas, como manda la Constitución.
Otra razón en contra ha sido el impacto ambiental negativo que las
actividades extractivas en el Arco Minero de Venezuela ocasionarían en las cuatro
secciones de Bolívar que forman parte de esta zona minera, pues todas ellas se
superponen con reservas ambientales y territorios indígenas protegidos legalmente.
Luego de entregar las concesiones, el gobierno creó el Ministerio de Desarrollo
Minero Ecológico, prohibiendo el uso del mercurio y aseguró que los recursos
obtenidos serían usados para recuperar zonas afectadas por estas actividades, y
que la explotación en el Arco Minero de Venezuela se haría respetando a las
personas y al medio ambiente. Sin embargo, la realidad es muy diferente.
De acuerdo con Pedro Aguilera, ingeniero forestal egresado de la
Universidad de Los Andes (ULA) y gerente de Estudios Ambientales en la empresa
CVM Técnica Minera (Tecmín), el Arco Minero del Orinoco (AMO) nació con más
de 50 estudios de impacto ambiental y sociocultural.
Es imposible afirmar que el proyecto del AMO se implementó
improvisadamente. En Venezuela los derechos ambientales están establecidos en
la Constitución Nacional; toda actividad minera tiene que cumplir con los estudios
de impacto ambiental y sociocultural porque está expresado en el artículo 129 de la
Carta Magna. Se exige una autorización de afectación de recursos naturales y una
de ocupación del territorio. Es falso que no se ha hecho esto con el Arco”.
Aguilera indicó que, antes de la creación del Ministerio del Poder Popular
para Desarrollo Minero Ecológico, solo con la estatal aurífera Minervén, CVM
Tecmín ya había participado en 25 estudios de generales impacto ambiental de la
actividad minera, lo que comprueba que el Arco del Orinoco cuenta con la
investigación necesaria para explorar, explotar y procesar minerales estratégicos,
ya sea por la pequeña minería o por empresas nacionales y mixtas. Sin embargo,
precisa que cada proyecto debe tener sus estudios particulares.
Pedro Aguilera, quien también es especialista en Estudios de Impacto
Ambiental y en acciones de recuperación de áreas degradas por la minería, aseguró
que el Gobierno nacional debe intensificar la delimitación de las investigaciones y
procedimientos para preservar la biodiversidad al sur del Orinoco.
Los límites los establece cada proyecto, dependiendo de si es pequeña,
mediana o gran minería. Tenemos que hacer delimitación de cada proyecto. Por
ejemplo, en gran minería pueden ser 18 mil hectáreas y con una pequeña mina
alrededor de 4 hectáreas. Con los estudios de impacto ambiental se establecen las
medidas que evitan, corrigen, mitigan y compensan las afectaciones que van a
ocurrir cuando empiece un proyecto minero”, expresó.
Estudios con la pequeña minería
Tras las alianzas estratégicas firmadas entre el Estado venezolano y los
trabajadores y las trabajadoras de la pequeña minería, la empresa CVM Técnica
Minera ha duplicado su trabajo en materia de investigaciones ambientales y
socioculturales, exigidas para las áreas a ser intervenidas por la minería en el Arco
del Orinoco, y en la prestación de asesoraría técnica en el área de recuperación del
ecosistema.
En la actualidad, se está trabajando en mediana y gran minería, tenemos 5
áreas o proyectos aprobados. Dos pertenecen a Coltán, en el municipio Cedeño del
estado Bolívar; y dos plantas de lixiviación con cianuro en el municipio Piar; también
tenemos el proyecto de la Empresa Mixta Siembra Minera, en el municipio Sifontes”,
señaló Aguilera.
En cuanto a los proyectos en pequeña minería, el gerente de Gestión
Ambiental de CVM Tecmín informó mantener reuniones permanentes con las
comunidades mineras. “La premisa básica ha sido cero uso de mercurio. Estamos
tratando de hacer concentración gravimétrica, porque es posible explotar y extraer
el mineral y luego llevar ese material de los mineros a las plantas de lixiviación con
cianuro para fomentar la adopción de técnicas menos invasivas con el ambiente. Si
las personas que van a hacer nuevos proyectos mineros se ajustan a estos
parámetros, llegará un momento en que desaparecerán las lagunas de cola”

¿SE CONSIDERA LA EXPLOTACIÓN DEL ARCO MINERO COMO


CRIMEN ECOLOGICO?
El arco minero es un crimen ecológico y un genocidio contra los indígenas”,
es incorrecto hablar de “un arco minero”, cuando se está obviando las reservas de
agua ubicadas en esa franja. Es una denominación incorrecta definir esa zona
como un simple arco minero, porque la vocación de la zona es fundamentalmente
hídrica, tenemos también la presencia de selvas fundamentales para la estabilidad
ecológica, definirlo como un arco minero es sesgar. En 1997 se presentó una
propuesta de explotar intensivamente la reserva forestal de Imataca, yo impugné
ante la Corte Suprema, conjuntamente con un grupo de venezolanos, me acompañó
el jurista Tulio Álvarez, se hizo un gran movimiento nacional, y en aquel momento
logramos paralizar ese decreto porque había que preservar el sur de Venezuela”,
expresó. Para el experto, “más importante que el oro, más importante que esos
recursos que se plantean de carácter ‘fiscalista’, ‘inmediatista’, son los recursos del
agua, de los bosques, insustituibles”.
Lo considera una “repartición del territorio en áreas de influencia. Es una
privatización de la patria, poniendo en peligro un recurso insustituible para la vida”.
Es una falsa salida, es un desarrollo ‘insustentable’. El país está en deuda ante el
tema del cambio climático. La respuesta no puede ser acabar con todo el sur de
Venezuela y acabar con el agua”
Es el arco de la muerte, la contaminación del Orinoco, gran parte del cianuro
y el mercurio contaminarían el Orinoco. El Delta sería afectado, además
incrementaría los casos de dengue con las deforestaciones en la zona. Esto es un
atentado contra las futuras generaciones, este es un crimen ecológico cometido por
el gabinete en pleno. Toda práctica de minería es incompatible con suelos frágiles.
El Arco minero es un verdadero crimen ecológico, se refiere por su parte al
estado de “desidia” en el que se encuentran las empresas básicas del Estado, fruto
de un inadecuado mantenimiento. Y añade que “si por una parte se vienen abajo
dichas empresas, por otro lado, emerge una fiebre desmesurada por el oro”. El
llamado arco minero, dice, que es un verdadero crimen ecológico, aparece como el
nuevo mito de “El Dorado” que enceguece a todos, pensando que solo la
explotación del oro, y otras piedras preciosas, es la única salida a la pobreza.
Esto último ha generado “masacres entre grupos armados por el control de
minas”, dice el prelado, lo que evidencia “el poco control que las fuerzas armadas
tienen sobre el territorio nacional”. “Muchos jóvenes y niños – prosigue – han dejado
sus familias para internarse en estas minas, cantidad de desaparecidos, de
personas enfermas, terminando este sueño por el oro en la más horrible pesadilla”.
Y esto contando también los “hermanos indígenas”, que “sufren las consecuencias
del deterioro ecológico y moral, que produce este arco minero. Muchas
comunidades han sido desplazadas de sus territorios originarios, ríos contaminados
que les ha generado cantidad de enfermedades, perdida de sus valores culturales,
jóvenes indígenas que tienden a olvidad su cultura originaria por irse a las minas,
entre otras. (Con información de EFE)
“El arco minero es un crimen ecológico y un genocidio contra los
indígenas, pone en peligro las reservas de agua del país
Bibliografía
www.asoprodem.org.ve
www.desarrollominero.gob.ve
arcominerodelorinoco.com

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