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El control interno se expresará a través de las políticas aprobadas por los niveles de dirección y
administración de las respectivas entidades y se cumplirá en toda la escala de la estructura
administrativa, mediante la elaboración y aplicación de técnicas de dirección, verificación y
evaluación de regulaciones administrativas, de manuales de funciones y procedimientos, de
sistemas de información y de programas de selección, inducción y capacitación de personal.
El modelo COSO define “control interno, como un proceso ejecutado por el consejo directivo, la
administración u otro personal de una Organización, diseñado para proveer seguridad razonable
en relación con el logro de los objetivos relativos a la eficiencia y eficacia de las operaciones, a la
confiabilidad de la información (financiera y no financiera) y al cumplimiento de leyes y
regulaciones”. Control Interno – Marco Integrado - Mayo 2013. (PWC, 2013)
Para entender la importancia del control interno en las empresas, conviene empezar por entender
el propósito del control interno, que tiene como objetivo resguardar los recursos de la empresa o
negocio evitando pérdidas por fraude o negligencia, como así también detectar las desviaciones
que se presenten en la empresa y que puedan afectar al cumplimiento de los objetivos de la
organización.
Usualmente las pequeñas y medianas empresas no cuentan con un sistema de administración bien
definido, donde muchas veces los objetivos y planes no se encuentran por escrito, sino que se
trabajan de manera empírica; solucionando problemas conforme se presentan, invirtiendo sin
planificación, creando departamentos a medida que surgen las necesidades, entre otras cosas.
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Todo esto puede llevar a que se den situaciones no previstas y con un impacto financiero, como
ser malversación o pérdida de activos, incumplimientos de normas ya sean legales o impositivas
que generen un pasivo contingente, fraudes asociados a información financiera fraudulenta que
podrían dañar la reputación de la empresa, entre otros. Dichas situaciones podrían ser prevenidas
gestionando el control interno con anticipación.
Inclusive, muchos podrían pensar que esto no se aplica a su empresa o emprendimiento porque
“nosotros somos chicos todavía”. Sin embargo, la envergadura de la organización no es un factor
que defina la importancia o existencia del sistema de control, ya que en organizaciones donde
existe un solo dueño, que toma las decisiones, participa en la operación y lleva el sistema
contable, igualmente debe contar con un sistema de control interno, adecuado al tamaño y
actividades de la organización.
“Desarrollar un Control Interno adecuado a cada tipo de organización nos permitirá optimizar la
utilización de recursos con calidad para alcanzar una adecuada gestión financiera y administrativa,
logrando mejores niveles de productividad”.
Por ejemplo, si se cuenta con sistemas de gestión que incorporan controles automáticos en las
áreas de ventas y cobranzas, y la información generada en estos sistemas se contabiliza en línea
en los registros financieros, usando la tecnología de la información, se requeriría menor cantidad
de personas involucradas en los procesos administrativos y se podría dotar personal en otras áreas
que aumenten la productividad del negocio, como ser ampliar el área comercial para obtener
incrementos en los niveles de ingresos.
Adicionalmente, contar con un sistema de control actualizado en las áreas básicas de la empresa,
permitirá alimentar el sistema de información y ayudar a la adecuada toma de decisiones, así
como facilitar que las auditorias tanto de gestión como financieras sean efectivas.
Finalmente, el control interno en las empresas es una tarea ineludible para aquellos que desean
lograr competitividad en sus negocios; ya que una empresa que implementa controles internos
disminuye la ocurrencia de errores y fraude en la información financiera, los entes reguladores lo
catalogarán como una empresa que cumple las leyes y regulaciones y a su vez generarán un
impacto positivo en su negocio, pudiendo inclusive atraer a inversionistas que apuesten al
crecimiento del mismo.
Hay que mencionar además, que el control interno agrega valor a la gestión cuando se protegen
los recursos y bienes de posibles riesgos, se garantiza la evaluación de la Gestión de la
organización, se asegura la oportunidad, confiabilidad y seguridad de los datos e información, se
definen y aplican medidas para prevenir riesgos y fraudes, se promueve que el sistema disponga
de mecanismos de verificación y evaluación, se vela porque se disponga de procesos de
planeación, se logra la adhesión a la normatividad tanto interna como externa, se fomenta la
cultura de autocontrol a través del fortalecimiento de prácticas, herramientas y metodologías que
faciliten el análisis y evaluación autónoma en la gestión individual de los funcionarios, entre otros.
Independientemente del cuidado que se tenga en el diseño e implementación del control interno,
todo sistema de control interno tiene limitaciones inherentes originadas por factores como la falta
de adecuación del direccionamiento estratégico como condición previa para el control interno, el
criterio profesional en la toma de decisiones erróneo o sujeto a sesgos, los fallos humanos
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conscientes o inconscientes, la capacidad de la dirección y demás miembros de la organización
para anular el control interno y eludir los controles mediante confabulación entre ellos.
No obstante, estas limitaciones, la dirección debe ser consciente de ellas al momento de definir,
poner en funcionamiento e implementar controles que puedan minimizar, en la medida de lo
posible, estas condiciones.
Podemos decir entonces, que el control interno en las empresas es una tarea de todos y es
ineludible para alcanzar las metas y lograr con ello la competitividad, ya que una empresa que
implementa un control interno eficaz disminuye la ocurrencia de errores y fraude, generando un
impacto positivo dentro de la organización y en las partes interesadas, quienes tendrán un alto
grado de confianza sobre la empresa.
hace parte de un proceso que debe ser ejecutado de forma conjunta por la junta directiva de la
empresa, la gerencia y por todo el recurso humano de la misma, cuya orientación debe estar
encaminada al cumplimiento de las siguientes funciones:
La planeación.
La información.
La revisión, evaluación o verificación (auditoría interna).
La organización.
Procedimientos.
Personal.
Autorización.
Sistema de información.
Supervisión.
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¿PARA QUÉ SIRVE EL CONTROL INTERNO?
Sirve para garantizar que cada uno de los procesos, políticas, metas y actividades se cumplan de
acuerdo a lo preestablecido, dando el máximo de rendimiento en cumplimiento de su misión.
Eficacia: Velar porque todas las actividades estén dirigidas a los logros de los objetivos y al cabal
cumplimiento de la misión.
Eficiencia: Garantizar que todas las actividades de la entidad, produzcan los mayores logros y que
sus recursos den el máximo rendimiento y aprovechamiento.
Economía: Está orientado a la austeridad y mesura del gasto, garantizando unos resultados
lucrativos desde el punto de vista costo - beneficio en lo económico social.
Celeridad: El control interno debe ser dinámico y ágil con el propósito de obtener resultados
óptimos y oportunos.
Publicidad: Todas las actuaciones de la Administración, así como sus resultados deben ser de
conocimiento público. Este principio deberá garantizar el conocimiento pleno, oportuno, preciso y
veraz de todos los actos administrativos.
Responsabilidad: Los administradores públicos deben responder con diligencia y cuidado por el
desarrollo de sus funciones y también por sus omisiones y actuaciones irresponsables que
comprometan los bienes públicos.
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Funcionarios de la organización. La responsabilidad de cada uno de los jefes es innegable, pero
también cada uno de los empleados desde el gerente hasta el más elemental integrante de la
entidad, debe ejercer un control en cada una de sus funciones y actuaciones.
La oficina de control interno o auditoría interna. Recae sobre esta unidad la verificación,
evaluación, examen y análisis crítico de todo el sistema integral de control interno; así mismo
tiene la responsabilidad de proponer al representante legal las recomendaciones, correctivos,
ajustes y mejoramientos pertinentes.
Se encuentra completamente ligado con los planes de organización de la empresa, las líneas de
responsabilidad, métodos para la eficiencia, sistemas de autorización, organigramas y demás
esfuerzos que busquen generar operaciones efectivas, así como regular el cumplimiento de las
normativas, políticas y objetivos delimitados con antelación.
Es una manera de mantener el orden de las cuestiones administrativas por medio del proceso que
va de la planeación, a la organización, dirección y control de las actividades. Se divide en dos
rubros según su finalidad:
De operación. Aquí se analizan los procedimientos y políticas de la compañía para velar por la
planificación, ejecución y control de las tareas.
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CONTROL INTERNO FINANCIERO
Se refiere a las acciones, procedimientos y planes de organización que tienen la finalidad de
salvaguardar los recursos, así como verificar los informes y registros financieros:
Se presta atención a que las operaciones y transacciones se lleven a cabo según los lineamientos
de la administración, al igual que se registren de manera pertinente para los futuros estados
financieros.
Se mantiene una verificación constante entre los activos físicos y sus registros para responder por
ellos de manera eficiente.
Se cuida de manera especial que la disposición de los bienes se realice solamente con la
aprobación de las autoridades pertinentes.
CONTROL INTERNO MIXTO
Algunas entidades reconocen un tercer tipo de control interno, el cual es un conjunto de regulaciones
y medidas que buscan la protección de los activos a través de sistemas de organización financiera y
administrativa.
PROCEDIMIENTOS PARA MANTENER UN BUEN CONTROL INTERNO:
1. Delimitación de responsabilidades.
2. Delimitación de autorizaciones generales y específicas.
3. Segregación de funciones de carácter incompatible.
4. Prácticas sanas en el desarrollo del ejercicio.
5. División del procesamiento de cada transacción.
6. Selección de funcionarios idóneos, hábiles, capaces y de moralidad.
7. Rotación de deberes.
8. Pólizas.
9. Instrucciones por escrito.
10. Cuentas de control.
11. Evaluación de sistemas computarizados.
12. Documentos prenumerados.
13. Evitar uso de efectivo.
14. Uso mínimo de cuentas bancarias.
15. Depósitos inmediatos e intactos de fondos.
16. Orden y aseo.
17. Identificación de puntos claves de control en cada actividad, proceso o ciclo.
18. Gráficas de control.
19. Inspecciones e inventarios físicos frecuentes.
20. Actualización de medidas de seguridad.
21. Registro adecuado de toda la información.
22. Conservación de documentos.
23. Uso de indicadores.
24. Prácticas de autocontrol.
25. Definición de metas y objetivos claros.
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26. Hacer que el personal sepa por qué hace las cosas.
1. Arqueos periódicos de caja para verificar que las transacciones hechas sean las correctas.
2. Control de asistencia de los trabajadores.
3. Al adquirir responsabilidad con terceros, estas se hagan solamente por personas
autorizadas teniendo también un fundamento lógico.
4. Delimitar funciones y responsabilidades en todos los estamentos de la entidad.
5. Hacer un conteo físico de los activos que en realidad existen en la empresa y cotejarlos
con los que están registrados en los libros de contabilidad.
6. Analizar si las personas que realizan el trabajo dentro y fuera de la compañía es el
adecuado y lo están realizando de una manera eficaz.
7. Tener una numeración de los comprobantes de contabilidad en forma consecutiva y de
fácil manejo para las personas encargadas de obtener información de estos.
8. Controlar el acceso de personas no autorizadas a los diferentes departamentos de la
empresa.
9. Verificar que se están cumpliendo con todas las normas tanto tributarias, fiscales y civiles.
10. Analizar si los rendimientos financieros e inversiones hechas están dando los resultados
esperados.