Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
campaña publicitaria que sea impactante, original y persuasiva para incrementar sus volúmenes
de venta u obtener un determinado resultado a corto plazo, deben tener mucho cuidado de no
utilizar mensajes que para captar la atención del público objetivo o para persuadirlo más
eficazmente, induzcan al error al destinatario afectando un determinado comportamiento, como
el económico, porque esa práctica se conoce como "publicidad engañosa"; la cual, además de ser
muy objetada, controlada y regulada en muchos países, afecta seriamente la imagen de la
empresa ante su mercado meta y ante la sociedad en general.
Por ello, es imprescindible que los mercadólogos y publicistas conozcan qué es la publicidad
engañosa, cuáles son algunas de las prácticas que son consideradas como tal y porqué no deben
emplear este tipo de publicidad.
El Diccionario de Marketing de Cultural S.A., define la publicidad engañosa como un concepto muy
amplio que puede abarcar desde la omisión de los aspectos negativos del producto hasta el
engaño, más o menos sutil, en cuanto a sus beneficios y características, pasando por los diversos
«trucos» empleados para presentar más atractivamente unos precios que realmente son más
elevados (por ejemplo, anunciar los precios sin IVA, en el caso de bienes de consumo) [2].
Según Mabel López, la publicidad será engañosa 1) cuando induzca a error al destinatario como
consecuencia de la presentación del mensaje, 2) cuando induzca a error al destinatario como
consecuencia de la información que transmite el mensaje publicitario, y 3) cuando induzca a error
al destinatario como consecuencia de la omisión de información en el mensaje publicitario [3].
Además, la mencionada autora precisa que no es necesario para que la publicidad sea engañosa
que el error efectivamente se produzca sino que basta con la mera inducción al error. La inducción
al error se da desde el mismo momento en el que se puede afectar, —debido a la presentación del
mensaje, a la información transmitida o a los datos omitidos en el mensaje—, al comportamiento
económico del destinatario o se pueda perjudicar a un competidor [3].
Por otra parte, y para tomarlo en cuenta, para Laura Fischer y Jorge Espejo, se entiende por nocivo
lo engañoso y perjudicial, lo falto de sinceridad y que estimule en forma manipuladora la
satisfacción de necesidades supérfluas para el consumidor [4].
En síntesis, y para que los mercadólogos y publicistas tengan claro este tema, la publicidad
engañosa es aquella que utiliza mensajes con afirmaciones que son distintas a las características,
ventajas, beneficios y/o desempeños reales del producto o servicio y que inducen al error
afectando el comportamiento económico de los consumidores o perjudicando a un competidor.
Dicho en otras palabras, la publicidad engañosa es aquella que realiza afirmaciones engañosas,
exageradas o falsas acerca del producto o servicio y que afectan al bolsillo del comprador y/o
perjudican a algún competidor (práctica comercial desleal).
A continuación, se detallan algunos ejemplos y formas que son o pueden ser considerados
(dependiendo de las leyes de cada país) como publicidad engañosa:
Mensajes publicitarios que incluyen cláusulas del tipo "oferta válida hasta fin de existencias" u
"oferta válida salvo error tipográfico". Ambos pueden ser considerados como limitación de la
oferta poco clara y confusa para el consumidor, que queda totalmente sometido a la
interpretación unilateral del vendedor o fabricante [3] vulnerándose la buena fé y el justo
equilibrio de las prestaciones en detrimento del consumidor [3].
Mensajes que incluyen expresiones ambiguas, desconocidas o con una pluralidad de significados
que dan lugar al riesgo de que el destinatario interprete el mensaje en un sentido que no
corresponde con la realidad [3].
Utilización de letra pequeña, ilegible o diminuta en los anuncios, con la intención o no, que el
destinatario no los perciba.
Utilización de mensajes que estimulan al comprador a tomar una decisión rápida pero que no se
cumplen.
Inclusión del precio sin IVA en el anuncio, con la intención de que el destinatario vea un precio
más atractivo o menor al de la competencia.
Omisión de datos fundamentales que puedan influir en la decisión del consumidor, por ejemplo,
en cuanto a la peligrosidad, el precio completo, las condiciones jurídicas, etc.
Realización de promesas que luego no se cumplen, intencionadamente o no; por ejemplo, la
promesa de "entrega en 30 minutos a domicilio" que no es cumplida por el proveedor bajo el
argumento de que "existe sobredemanda del producto" o que "hubo congestionamiento
vehicular".
Exageraciones acerca de los beneficios del producto; por ejemplo, aquellos mensajes de ciertos
productos que supuestamente curan o previenen un sin número de enfermedades de forma
efectiva, o, aquellos productos que tratan la obesidad sin necesidad de dieta o ejercicios...
Presentación de mensajes publicitarios ante los ojos de los consumidores sin que éstos puedan
identificarlos como tales. Por ejemplo, cuando el mensaje publicitario se presenta bajo la forma de
mensaje informativo, artístico o creativo [3].
Por tanto, los mercadólogos y publicistas deben tomar muy en cuenta que algunos de éstos
organismos tienen la facultad de verificar y controlar los diferentes anuncios publicitarios, e
incluso, pueden tomar medidas, como:
Ordenar el cese de una publicidad engañosa o emprender las acciones pertinentes con vistas a
ordenar el cese de dicha publicidad [5].
Prohibir una publicación engañosa o emprender las acciones pertinentes con vistas a ordenar su
prohibición , incluso en ausencia de prueba de una pérdida o de un perjuicio real, o de una
intención o negligencia del anunciante [5].
Exigir a la compañía que coloque anuncios correctivos como forma de disipar las creencias falsas
en los casos en los que las pruebas indiquen que los consumidores mantienen creencias falsas
acerca de una marca debido a la publicidad engañosa o fraudulenta [5].
Además, cabe señalar que en algunos países, por ejemplo de la Union Europea (UE), se procura
que las personas u organizaciones que tienen un interés legítimo en la prohibición de la publicidad
engañosa puedan proceder judicialmente contra esta publicidad y/o llevar ésta publicidad ante un
órgano administrativo competente bien para pronunciarse sobre las reclamaciones o bien para
emprender las acciones judiciales pertinentes [5].
Por todo ello, es imprescindible que los mercadólogos y publicistas, 1) tomen conciencia acerca de
los efectos negativos que tiene la publicidad engañosa en el público objetivo, la empresa, los
competidores y la sociedad en general, 2) decidan no utilizar ésta práctica bajo ningún motivo, 3)
conozcan las leyes vigentes en sus respectivos países contra la publicidad engañosa para conocer
aquello que no está permitido y que por tanto no deben realizar (intencionadamente o no), y 4)
contacten a los diferentes organismos encargados de verificar y controlar los anuncios
publicitarios para recibir asesoramiento acerca de este tema.
De esa manera, se evitarán sorpresas en el camino que pueden afectar seriamente la imagen de la
empresa, su inversión en la campaña publicitaria y la misma carrera profesional del mercadólogo o
del publicista.
Publicidad subliminal
La publicidad instintiva, como su nombre indica, presenta mensajes que provocan reacciones no
racionales ni simplemente emocionales. Puede convertir el producto en un fenómeno desligado
incluso de sus prestaciones directas: un desodorante que despierta irrefrenablemente los
sentidos, unos vaqueros que se convierten en símbolo de tus aspiraciones ...
El mensaje puede incluir imágenes, sonidos, formas, colores o palabras que estimulen o produzcan
rechazo. La manera en que aparezcan nos permite señalar dos tipos de percepción:
Percepción consciente
Percepción inconsciente.
En este caso el mensaje incluye estímulos que no son percibidos a primera vista, pudiendo generar
en el individuo una respuesta que no controla al mismo nivel que cuando sí es consciente de ellos.
Para ser más rigurosos diremos que la percepción inconsciente consiste en la presentación de
estímulos visuales o auditivos de una intensidad o en un espacio de tiempo inferior los requeridos
por el umbral de la conciencia, de modo que el receptor puede responder a ellos sin ser
consciente de por qué lo hace. Dado que la percepción se encuentra por debajo (sub-) del umbral
(-limen) de consciencia, este fenómeno es conocido como persuasión subliminal.
La percepción subliminal ha sido utilizada en el ámbito clínico de la psicología, además de en
comunicación política, en el cine y en producciones televisivas. Los mensajes publicitarios que
incluyen estímulos dirigidos al inconsciente del público son reconocidos con el nombre de
publicidad subliminal. Pueden ser de dos tipos:
La emisión de un estímulo durante un tiempo o en un espacio muy breve o a una intensidad muy
baja.
La ley española recoge explícitamente el uso de lo subliminal como uno de los supuestos de
publicidad ilegal (9.5.), la opinión pública denuncia cualquier ejemplo sospechoso de utilizarlo y los
medios de comunicación manifiestan su rechazo ante los supuestos casos de publicidad
subliminal. No obstante, algunos expertos recuerdan que faltan investigaciones concluyentes
sobre su eficacia. Es significativo que las alusiones principales sigan siendo las experiencias
realizadas a finales de los años cincuenta. El artículo aparecido en 1956 en el London Sunday
Times, “Ventas a través del subconsciente” es probablemente la primera referencia documentada
sobre la aplicación del subliminal en publicidad. En 1957 Vance Parkard se ocupa del tema en “Los
persuasores ocultos”, inmediatamente después se publican en la prensa numerosos artículos
sobre el experimento que James Vicary realiza en una sala de cine de Nueva Jersey que proyectaba
“Picnic”. Dos mensajes acompañaron a la película durante las seis semanas que estuvo en cartel
en aquella sala: el primero, ¿Tienes hambre? Come palomitas, el segundo, Bebe Coca-Cola.
Informar
Persuadir
Recordar
Algunos de los objetivos que puede perseguir una campaña publicitaria son:
Lanzar e introducir un bien o un servicio en el mercado. Para ello es importante que el mensaje
publicitario sea principalmente informativo, aunque también persuasivo.
Posicionar y/o mantener la imagen de un producto, de una marca o de una organización. En este
sentido cobran especial relevancia los contenidos que evoquen los atributos que se quieren
resaltar del producto o de la marca así como los valores de la organización. El propósito más
importante es facilitar el recuerdo en las personas que se exponen al mensaje publicitario.
2. Predisponer a la prueba
Creando el interés
Despertando curiosidad
Incitando a la novedad
Predisponer a la compra
Eliminar frenos
Trasmitiendo noticias
Informando en general
6. Educar
“Amarrando” al consumidor
Provocar la curiosidad