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Erika Morales Tamayo

Ley 360 de 1997: Un cambio drástico en la legislación colombiana


La violación entendida como acceso carnal violento, enmarcada dentro de la violencia
sexual que atenta contra la integridad del o la individua teniendo la concepción de
delito grave tiene sus orígenes penales a finales del siglo pasado. En este periodo se
pudo evidenciar un cambio brusco en la manera como se venía legislando esta acción
y la forma en como el Estado estaba procediendo cuando se cometía este delito.
Anteriormente las agresiones sexuales no eran concebidas como un ataque a la
integridad ya sea individual y/o colectiva (como ahora) sino un ataque a la honra y el
pudor, en especial de las mujeres pero que no las afectaba directamente a ellas sino a
su familia y hombre a cargo.

Una vez realizada una búsqueda de fuentes que brinda la información necesaria para
saber cuándo, por lo menos en materia penal, se cambió la idea de la violación como
atentado al honor, a preocuparse por el aspecto de la libertad y dignidad sexual. Este
cambio lo podemos evidenciar en la reforma al título que expone los delitos sexuales
y en el aumento de las penas para los actos relacionados con abusos sexuales. La
pregunta que inicialmente orientaría la investigación era ¿Cuáles fueron las
condiciones de emergencia que posibilitaron el tránsito hacia otras funciones
enunciativas (enunciados) logrando así su configuración? Sin embargo, para dar
respuesta a esta pregunta habría que recuperar los distintos campos en los que “La
violación” estaba en el centro de la discusión, de disputa, campos en los que estaban
empezando a surgir un quiebre, una ruptura, una DISCONTINUIDAD, y para este
trabajo solo intentamos recuperar el campo de lo jurisdiccional, ya que estos cambios
en la concepción de violencia sexual se hacen evidentes en los debates entre
magistrados y en las modificaciones que se hicieron a las normas en esta materia, en
muchos casos aumentando las penas o eliminando normas anteriores que podemos
encontrar en tres sentencias, un decreto y una ley.
Como se mencionó anteriormente, para este trabajo investigativo solo recuperaremos
la narrativa en materia jurisdiccional entre los años de 1990 y 1997, por ende, los
escenarios son la Corte Suprema de Justicia, pero especialmente nos interesa rescatar
los debates que se dieron en la Corte constitucional sobre la legislación en materia de
violación. Los personajes que son importantes en esta investigación son; los
magistrados y los actores (así nombrados en las relatorías de las sentencias) quien es
la persona que radica la demanda para el reconocimiento de un derecho fundamental
que él cree ha sido vulnerado o demanda una ley que va en contra de la constitución,
que es nuestro caso.

El trabajo está enfocado en los debates constitucionales que dieron lugar a las
sentencias que modificaron el código penal de 1980, por ende, solo se va a reconstruir
y recuperar las narrativas y las reglas por medio de las cuales se evidencia unas
relaciones que nos dan pistas de como surgió esta configuración/redefinición de la
violencia sexual en este código penal. La pregunta especifica es ¿Cuáles eran las
discusiones que se estaba dando dentro de este campo jurisdiccional o en otras
palabras cuales eran los contenidos concretos de esta función enunciativa? Esto
ayudándonos a entender (por lo menos un poco) cómo y por qué se dio la redefinición
o resignificación de violación (violencia sexual) en la jurisdicción colombiana.

Foucault será fundamental en este trabajo pues con su libro “La arqueología del saber”
nos brinda las herramientas metodológicas para describir este acontecimiento
histórico, pues este método nos permite analizar las condiciones históricas de
posibilidad (del a priori histórico) que han hecho que en un determinado momento
sólo ciertos enunciados y no otros hayan sido efectivamente posibles. Para Foucault
la emergencia se produce siempre en un determinado estado de fuerzas, resulta de una
confrontación, esto es importante porque lo que nos interesa situar es ese conflicto,
debate, confrontación en un determinado tiempo para comprender la configuración.

A pesar de que la teoría de la arqueología del saber de Foucault es utilizada para


analizar las distintas funciones enunciativas que surgieron en determinado momento
generando una discontinuidad y en este estudio solo vamos a tener en cuenta una
función enunciativa -un campo-, el objetivo es continuar con la investigación y
recuperar los otros enunciados para así recuperar todas las condiciones de emergencia
que posibilitó que el concepto de “Violación” cambiara. Queda pendiente para el
desarrollo de la investigación rescatar lo que se decía con respecto al tema de la
violación desde diferentes instituciones, agentes y escenarios identificando el
“choque” y ruptura que probablemente posibilito a que se resignificara no solo
penalmente, sino en la concepción que la misma sociedad tenía de la violación, la
sociedad entendida como las feministas que están en contra de esta legislación,
abogados y abogadas que basadas en comparaciones en códigos penales de otros
países y la gente del común que se les rescata su opinión en los periódicos de la época.

Descripción del problema:

Teniendo en cuenta que aproximadamente desde la década del 50 hasta el 90 de siglo


XX se da la emergencia de los derechos políticos de la mujer, se creyó que entre estas
podríamos encontrar el cambio en materia penal de la violencia sexual, fue
sorprendente darnos cuenta de que estas transformaciones para bien en materia de
derechos para la mujer no surgieron sino a finales de los 90s, más exactamente en
1997. Genera curiosidad la tardanza en reformar estas leyes pues el movimiento
internacional de mujeres estaba agitado desde antes de los 80s, logrando una acogida
en el proyecto de reforma penal italiano de 1984, en la reforma del Código Penal
español y el código penal iberoamericano de 1995 logrando que estas legislaciones
incluyesen, el “acceso carnal” no solo como la penetración por vía vaginal sino oral y
anal1.

Colombia en el siglo XX tuvo dos códigos penales, la ley 95 de 1936 y la ley 100 de
1980 en los que este tipo de agresiones sexuales estaban tipificadas como “Titulo XII:
Delitos contra la libertad y el honor sexuales” en el primero y en el segundo aparecía

1
Darío Arcila Arenas, “Género y sistema penal: a propósito de la ley 360 de 1997,” Nuevo Foro Penal, N° 60
(Abril 1999): 43-57
“Titulo XI: Delitos contra la libertad y el pudor sexuales”. Al empezar esta
investigación se tenía la expectativa de que en este segundo código habría gran
diferencia ya era una época bastante avanzada y moderna para que su legislación no
solo todavía estuviera nombrada como “pudor” -sinónimo de honor- si no que las
penas y delitos no cambian de manera drástica. Efectivamente, ya sus penas no
estaban condicionadas a aumentar si era una mujer virgen y decente y lo que se
consideraba delito estaba más enfocado al individuo, aún las penas eran paupérrimas
y tenía reductos asociados al honor.

En el código de 1980 la pena máxima para delitos sexuales era 8 años de prisión y era
cuando se cometía “acceso carnal violento” (cuando había penetración vaginal) y la
mínima para este mismo delito eran 2 años. Las penas para actos sexuales violentos -
diferente al acceso carnal- era de 1 a 3 años de prisión. Además de estas penas tan
bajas, aún existía un artículo que evidenciaba que en aquel momento aún era bastante
importante el honor tanto de la mujer como de la familia pues había “Extinción de la
acción penal por matrimonio: Si cualquiera de los autores o participes de los delitos
descritos en los capítulos anteriores contrajere matrimonio válido con el sujeto pasivo,
se extinguirá la acción penal para todos ellos.”2 Definitivamente, no se tiene en cuenta
el sufrimiento de la víctima y es indudable que en 1980, por lo menos para la rama
legislativa, no existía una preocupación profunda por estos temas, aún eran visto con
poca importancia y ligados al honor, que era probablemente esto último lo que haría
que le quitaran importancia pues no se veían como un ataque a la persona sino a un
concepto casi extinto.

Tres años antes de que se publicara el código penal del 2000, más exactamente, el 07
de febrero de 1997, se expide la ley 360 mediante la cual se realiza una transformación
grandísima en materia penal para estos delitos. Primero, se cambia el titulo de “Delitos
contra la libertad y el pudor sexuales” a “Delitos contra la libertad sexual y la dignidad
humana”. Tan solo esto ya es un gran cambio pues evidencia que hay una

2
Art. 307 de la ley 100 de 1980 (Código penal). Congreso de la República de Colombia.
transformación en la concepción, significado y percepción de la violencia sexual. Al
realizar esa sustitución el legislador consideró que en todos los atentados contra la
libertad sexual también se vulnera la dignidad de la persona víctima del mismo, cuyo
núcleo esencial es la posibilidad de ejercer la libertad y el derecho a no ser cosificada.
Pero, además, con esos atentados se vulneran la intimidad, el libre desarrollo de la
personalidad, la salud y, si la víctima es mujer, la libre opción a la maternidad3.

Las penas se aumentan de forma considerable, el que realizara acceso carnal violento
estaba sujeto a la pena de 8 a 20 años de prisión, la persona que realice acceso carnal
con menor de 12 años estará sujeto a la pena de 20 a 40 años, mientras que en el
código como tal eso ni estaba mencionado4. Para los actos sexuales diversos al acceso
carnal violento incurrirá en prisión de 4 a 8 años y si es en persona puesta en
incapacidad de resistir (estado de inconsciencia, condiciones de inferioridad psíquica,
etc.) será de 4 a 10 años. Otro punto importante de la ley 360 es que se deroga el
articulo 307. En conclusión, esta ley representa un quiebre en como venía legislando
el Estado colombiano, pasa de un abandono total a proporcionarle una gran
importancia al tema.

La importancia que el legislador penal otorga a un bien jurídico se manifiesta


fundamentalmente en la gravedad de la pena señalada a sus violadores, dichas
subvaloración y subprotección se evidenciaban en las bajas penas mínimas en la
mayoría de los delitos contra la libertad sexual hasta la expedición de la ley 360 de
19975.

El objetivo de la investigación era entender por medio de sentencias constitucionales


el por qué se pudo haber dado este cambio o si estas demandas de inconstitucionalidad
aportarían a que surgiera esta ley, lamentablemente (y me adelanto al final) lo que se

3
Darío Arcila Arenas, “Género y sistema penal: a propósito de la ley 360 de 1997,” Nuevo Foro Penal, N° 60
(Abril 1999): 43-57
4
Art. 298 de la ley 100 de 1980 (Código penal) después del cambio realizado por la ley 360 de 1997.
5
Darío Arcila Arenas, “Género y sistema penal: a propósito de la ley 360 de 1997,” Nuevo Foro Penal, N° 60
(Abril 1999): 43-57
encontró con respecto a demandas por inexequibilidad no fue por lo bajo de las penas
(que era lo que se creía) sino lo contrario. En esta parte del texto intentaremos
reconstruir las discusiones constitucionales que se daban respecto a esta legislación
antes de que se gestara la ley 360 de 1997 a partir de las sentencias 1975 de 1990, C-
146 de 1994 y C- 292 de 1997, todas estas son demandas de inconstitucionalidad
contra algunos artículos de los delitos contra la libertad sexual.

En el año 1990 por medio de la Sentencia 1975 se demanda inexequible una serie de
artículos del código penal (de 1980), en que nos interesa es el art. 306 donde se
exponen las circunstancias de agravación de las penas por violencia sexual. Para el
demandante las normas acusadas -dice- tipifican delitos agravados por el resultado, lo
cual atenta contra el derecho de defensa de las personas, “pues anticipadamente le
están atribuyendo un resultado que lo más seguro es que no encajaba en su actuar y
que no era el querido. Transgrediendo así los artículos 20, 26 y 28 de la constitución
política de Colombia.”6 Los agravantes son:

1o. Si se cometiere con el concurso de otra u otras personas.


2o. Si el responsable tuviere cualquier carácter; posición o cargo que le dé particular
autoridad sobre la víctima o la impulse a depositar en él su confianza.
3o. Si la víctima quedare embarazada.
4o. Si se produjere contaminación venérea, y
5o. Si el delito se realizare sobre persona menor de diez años.

La discusión general en la que participan magistrados y el procurador general se centra


en que es el juez quien tiene la potestad de decidir agravar la pena o no, gracias al
poder que se le ha dado a este y al legislador y esto hace que no sea inconstitucional.
Por ende, la Corte Suprema de Justicia en Sala Plena, previo estudio de la Sala
Constitucional y oído el concepto del Procurador General de la Nación, resuelve
declarar no solo mantener el articulo y sus puntos en el código penal, sino que los
puntos 3 y 4 los declara (si la victima quedare embarazada y se si produjere

6
Testimonio citando en la sentencia 1975 de 1990.
contaminación venérea, respectivamente) exequibles, es decir, que es totalmente
acorde a la constitución política, lo que incluso pude haberle brindado más peso e
importancia.

Otro caso en el que se demanda inconstitucionalidad contra artículos que nos atañen
es el 23 de marzo 1994. Los artículos son 303 y 305 del Decreto 100 de 1980 (Código
Penal), el magistrado ponente fue José Gregorio Hernández Galindo pero el
actor/ciudadano demandante es Francisco Libardo Echeverri Escobar. Esta sentencia
es la N° C-146 de 1994. En este punto me parece importante aclarar términos; el
magistrado ponente es aquel que lleva el caso para que sea revisado por la corte, él es
seleccionado para que se dé a conocer la problemática y los otros magistrados le
puedan ayudar a solucionar el conflicto. El actor es la persona que radica la demanda
para el reconocimiento de un derecho fundamental que ha sido vulnerado y no
reconocido previamente por los jueces o demanda una ley que va en contra de la
constitución (como se mencionó al principio del ensayo).

Los artículos 303 y 305 hablan respectivamente del acceso carnal abusivo con menor
de catorce años: “el que acceda carnalmente a persona menor de catorce años,
incurrirá en prisión de uno (1) a seis (6) años". Y el 305 llamado Corrupción dice que
El que realizare actos sexuales diversos del acceso carnal con persona menor de
catorce años o en su presencia, o la induzca a prácticas sexuales, estará sujeto a la
pena de uno (1) a cuatro (4) años de prisión". Lo que Echeverri demanda es que el
artículo 44 de la Constitución protege contra el abuso sexual exclusivamente a los
niños,
no a los adolescentes, los cuales, de acuerdo con el artículo 45 Ibidem, sólo serán
objeto de una protección tendiente a la terminación armónica de su desarrollo en
adultos. En este estado de cosas -concluye- es injusto seguir manteniendo la edad de
protección de los catorce años que va en contravía de la realidad y tal fue el sabio
entender de nuestro Constituyente con su mandato perentorio y expreso de limitar tal
protección sólo en relación con los niños.7
Echeverri dice los artículos demandados va en contra de la realidad pues el
matrimonio con mujeres de 12 años en adelante era legal por consiguiente la esposa
no puede demandar estos actos y además según la constitución (su interpretación de
esta) los adolescentes no estaban protegidos, así que estas penas eran exageradas. En
esta sentencia, más que en las otras, en defensa de la exequibilidad de estos artículos
expresan su opinión más actores, pues esta demanda iba en contra de una buena
legislación para proteger a los menores de edad lo que desde los noventas (según tengo
entendido) la protección infantil es una prioridad.
El Defensor del Pueblo presentó a la Corte un escrito destinado a impugnar la
demanda, donde dice:
Olvida el doctor Echeverry (sic) Escobar que para nuestra legislación es niño todo ser
humano menor de 18 años de edad... (parte 1, artículo 1º Ley 12 de 1991, aprobatoria
de la Convención Internacional sobre los Derechos de la Niñez, adoptada por la
Organización de las Naciones Unidas el 20 de noviembre de 1989), olvida el
contenido del artículo 94 de la Carta Política que preceptúa que la enumeración de
los derechos y garantías en el ordenamiento constitucional no debe entenderse como
negación de otros derechos (…) (…) Además, ¿Es que acaso un menor entre 12 y 14
años se encuentra en plena capacidad física y mental de repeler un abuso, entendido
éste como "cualquier comportamiento encaminado a controlar y subyugar a otro ser
humano mediante el recurso del miedo, la humillación... para lo cual se vale de
ataques físicos y verbales. Con los artículos 303 y 305 del Código Penal, quiso el
Legislador en esta materia, proteger de manera especial la sexualidad del menor de
14 años y amparar su libertad y pudor sexuales, para lo cual se hallaba facultado. En
desarrollo de sus atribuciones podía establecer en las mencionadas normas el objeto
material de la conducta y el ámbito de protección de la misma, sin que por fijar una
edad límite de 14 años incurriera en violación de la Carta Superior.8

7
Este apartado se encuentra en el subtitulo “La demanda” de la sentencia C- 146 de 1994
8
Este apartado se encuentra en el subtitulo “Defensa” de la sentencia C- 146 de 1994
Los demás argumentos van en sintonía con lo que expuso el defensor de pueblo, por
lo tanto, la Sala Plena de la Corte Constitucional resolvió que estos artículos se
declararan exequibles, por no ser contrarios a la Constitución. Sin embargo, hacen una
aclaración innecesaria que hace evidente lo retrograda aún que era esta legislación,
Es entendido que no se cometen los delitos plasmados en ellos cuando el acceso carnal
o los actos sexuales diversos del mismo se tengan con mujer mayor de doce (12) años
con la cual se haya contraído previamente matrimonio o se haya conformado con
anterioridad una familia por vínculos naturales, según lo previsto en el artículo 42 de
la Constitución.

Esto es impactante pues a pesar de que quieren “proteger” al menor de 18 años de las
violencias sexuales, hacen una segregación por sexos pues si la mujer a los doce años
sufre una violencia de estas, pero está casada, ni siquiera la paupérrima pena que este
delito tiene le será ejecutada a su agresor. Evidenciamos aquí como el honor (carga
de las mujeres) sigue primando sobre sus derechos como individua. El demandante
acusa a estos artículos de inconstitucionales porque no se debe proteger a los
adolescentes igual que al infante aplicando la misma pena lo cual también es
paradójico porque a pesar de que en el debate se defiende la legislación y hacen énfasis
en la defensa del adolescente, esas penas son obsoletas, la pena máxima es 6 años,
esto no genera control social suficiente como para impedir que alguien cometa este
crimen tan aberrante.

El magistrado ponente, aunque vota a favor de esta sentencia (hacer exequibles dichos
artículos) aclara que para él no era necesario añadir los comentarios en virtud de los
cuales se relacionan dichas normas con las referentes al matrimonio, pues la tarea de
la Corte estaba circunscrita, en los estrictos y precisos términos del artículo 241 de la
Constitución, a verificar la conformidad de los preceptos demandados con la Carta
Política.

La tercera demanda de inconstitucionalidad contra los delitos de libertad y pudor


sexual (que ya para este momento había cambiado de nombre) fue presentada el 16
de junio de 1997 por Jorge Enrique Benavides López y como Magistrado ponente
José Gregorio Hernández Galindo. Los artículos demandados son 299, 300, 301, 302,
303, 304, 305, 308 y 312 (parciales) del Código Penal argumentando que estas
disposiciones impugnadas infringen los artículos 2, 5, 13, 21, 44, 45 y 47 de la
Constitución Política. En resumen, estos artículos de la Constitución hablan de la
protección integral al ser humano en especial a los niños y adolescentes, menciona
que el Estado debe reconocer los derechos sin discriminación, que se debe garantizar
el derecho a la honra y dignidad de las personas y que el Estado debe prevenir peligros
latentes.

Su demanda consiste en que las penas mínimas en los artículos que cita del código
penal son muy bajas manifestando que el legislador, fue demasiado benigno y
permisivo, dejando de lado que, de acuerdo con la Carta, se debe especial protección
a los derechos inalienables de la mujer, el niño, el adolescente y demás integrantes de
la familia. Se viola por tanto el derecho a la igualdad, consagrado en el artículo 13
Constitucional. Afirma que la política criminal adoptada no es la correcta, pues se
están estableciendo penas demasiado bajas para delitos que causan un grave perjuicio.
Las consecuencias de la corrupción y violencia que se le causa a los menores de edad,
se prolongan en el tiempo, además de que en la realidad estos delincuentes cumplen
la pena en la calle, pues de una u otra forma salen de los centros de reclusión y como
el infractor ya sabe que nada le va a pasar, sigue delinquiendo9.

Las intervenciones del debate en torno a esta demanda de inconstitucionalidad giraron


alrededor de que las disposiciones acusadas no violan precepto constitucional alguno.
De acuerdo con los artículos 28, 29 y 150 de la Carta el legislador es el competente
para tipificar las conductas que sean delictivas, así como para señalar la pena mínima
y máxima aplicable, eso sí sin sobrepasar los marcos fijados en la Constitución10. Los
magistrados especifican que le corresponde al Congreso la función de establecer,

9
Este apartado se encuentra en el subtítulo “La demanda” de la sentencia C- 292 de 1997
10
Álvaro Namen Vargas, magistrado de la Corte (en aquel momento)
incrementar y disminuir las penas y es sobre esa base que el juez determina las
sanciones.

Aquí se debe resaltar varios aspectos, primero como ya se mencionó, esta sentencia
fue demandada el 16 de junio de 1997, cuatro meses después de que se expidiera la
ley 360 de 1997 en la que las penas aumentan, sin embargo, la fecha de entrada en
vigencia de esta modificación en el código penal es el 14 de agosto de 1997. Por ende,
me atrevo a decir que el demandante no tiene conocimiento de esta ley y demanda a
partir de la anterior legislación del código de 1980, que como hemos visto las penas
si son realmente bajas.

Por ello, para los magistrados los cargos pierden todo sustento frente al corto lapso de
pena que se venía contemplando en algunos de los artículos acusados, si se tiene en
cuenta que fueron reformados por el Congreso, precisamente para aumentar las penas,
mediante Ley 360 de 1997. La Corte Constitucional declaró exequibles todos los
artículos demandados teniendo en cuenta su modificación por la ley 360 de 1997.

Esta sentencia a simple vista pudo ser un poco fallida pues lo que demanda Jorge
Enrique Benavides López ya lo habían modificado hacía pocos meses, sin embargo,
podemos verlo desde el punto de vista que se evidencia la preocupación de que casi a
portas del siglo XXI esa legislación penal referente a los delitos sexuales no estaba en
concordancia con las necesidades sociales, que se hicieron latente en la sociedad (en
los noventas) razón por la que surgió la ley 360. Puede verse como una de las tantas
expresiones de inconformidad que pudo haber llevado a que se reformará el código
penal, por lo menos en este aspecto.

En esta misma sentencia los magistrados aclaran que la legislación surge de las
necesidades sociales de cada época, en donde la sociedad es la que presiona por estos
cambios. La cita textual es:

La proliferación de ciertos fenómenos criminales en un momento dado de la historia


colectiva puede aconsejar, como ha ocurrido recientemente en Colombia con los
delitos de índole sexual, que el Estado contemple tipos penales antes no previstos, o
que haga más estrictas y gravosas las penas, con el objeto de atacar de manera más
efectiva la raíz de los males causados por esos comportamientos, para lo cual
justamente goza el legislador de la mayor discrecionalidad. Los delitos sexuales a los
que se refiere la normatividad acusada revisten especial gravedad en tanto en cuanto
afectan la libertad del sujeto pasivo de los comportamientos sancionados, mucho más
cuando se trata de menores, dada la circunstancia de que, por no haber logrado aún la
plenitud de su madurez sicológica, les resulta imposible comprender a cabalidad el
significado y los alcances del acto sexual y de los que con él están relacionados (…)
La política criminal del Estado puede variar según las variaciones que se van
presentando en el seno de la sociedad, tanto en lo relativo a las conductas que la
ofenden, como en lo referente a la magnitud del perjuicio que causan, no menos que
en la evolución de los principios y valores imperantes dentro del conglomerado.11

Lo anterior, puede llevarnos a pensar que esta no fue la única demanda de


inconstitucionalidad (pero fue la única que se encontró referente en el tema) y que la
sociedad en los noventas se manifestó de distintas maneras para mostrar su
inconformidad con la legislación penal, llegando al punto de que el congreso expidiera
una ley que fuera compatible con las exigencias sociales.

La sentencia C-292 de 1997 es la más diciente para la investigación que se realizó, no


obstante, las otras sentencias expuestas también son importantes pues a pesar de que
demandan aspectos contrarios al aumento de penas podemos analizar de ellas las otras
caras de la moneda referente a este tema, es decir, no toda la sociedad estaba pidiendo
el aumento de penas de los delitos sexuales, sino que incluso para unos era exagerado.
También sirven para observar que la Corte suprema abogo por defender la legislación
penal de los delitos contra la libertad sexual así no fueran suficientemente
contundentes, se hace evidente que en ellos no estaba la decisión de avanzar y ser más
rígidos en esta cuestión pero que tampoco harían retroceder lo poco que había y esto
lo podemos ver en que todas las sentencias, todos los artículos que demandan como

11
Sentencia C- 292 de 1997
inconstitucionales, ellos los declaran como exequibles dándole más poder e
importancia al artículo.

Un aspecto crucial en todas las sentencias es la constitución de 1991, habría que hacer
otra investigación para saber que tanto aumentaron las demandas de
inconstitucionalidad al publicarse esta Carta en comparación de cuando estaba la
constitución de 1886, pues la de 1991 brinda libertades que en la de 1886 no habían,
razón por la cual, puede ser una de las razones por lo que las personas se sintieron con
más libertad de hablar y demandar lo que no le parecía con estos artículos.

Consideraciones finales:

Aunque desde un principio quise abordar el trabajo de investigación con la propuesta


teórica y metodológica de Foucault pues el estudio de las discontinuidades para mí
era el apropiado para entender por qué y cómo se dio esa transformación no solo en
el concepto de violación sino en su misma concepción, hice muchas de las cosas que
Foucault dice que no se debe hacer a la hora de hacer una investigación de este tipo,
por ejemplo, desde antes de abordar las fuentes ya sabía que era lo que quería hacer,
tenía la pregunta que yo creía que esas fuentes me iban a contestar, cuando el mismo
Foucault dice que es la fuente la que nos tiene que dar el desarrollo de la investigación,
hay que describir la fuente sin unas preconcepciones y esquemas, es la misma fuente
la que por medio de su formación discursiva nos va mostrando las relaciones y redes
que se pueden establecer con otros enunciados que a veces que ni nos esperábamos.

Describo los errores que tuve al realizar la investigación pues se tiene que ser sensato
con el lector sobre las influencias que se quisieron evitar, pero no se logró. Además,
sigo el ejemplo de Foucault en su libro cuando él le va narrando al lector que ese libro
es la aplicación de su método y la materialización de este y que por ello podía tener
errores y enredarse, ese detalle en su libro me llamo mucho la atención y al ver que
caí en tantas complicaciones, quise hacer lo de Foucault, también para que se entienda
como fue el proceso de escritura e investigación. Todo empezó porque yo elegí mi
tema de investigación sabiendo que en algún momento de la Historia había sucedido
algo (o habían sucedido muchas cosas) que genero una transformación en el concepto
de violación y en la manera como se le interpreta, concibe y la importancia que se le
da a este acto. Las mismas fuentes me harían entender que no debía buscar nada en la
investigación sino describir las fuentes e ir dándole sentido. Puedo decir, de manera
muy osada que mi trabajo fue una construcción desde las fuentes pues a pesar de que
tenía varias expectativas y preconcepciones antes de realizar el proyecto, poco a poco
tuve que abandonarlas para que quedara en la medida de lo posible una reconstrucción
de la narrativa de los magistrados con respecto a la violencia sexual en los noventas.
Haciendo esta investigación entendí el objetivo de Foucault de entrar a la fuente sin
preconcepciones ni creencias de por medio.

Para la futura profundización de esta investigación sería importante recuperar los


debates del congreso que llevaron a aprobar y gestionar la ley 360 de 1997, quienes
fueron sus ponentes y escritores. La ignorancia con términos relacionados al derecho
llevo a que mi investigación cogiera tal vez el rumbo en el que no me iba a dar
respuesta del por qué se da este cambio por lo menos desde el Estado, sino que me
llevo a reconstruir unas discusiones que por el contrario casi no contribuyeron a que
se gestara la ley.

Bibliografía:

 Fuentes primarias - Leyes:

Decreto 100 de 1980. El presidente de la República de Colombia. “Por el cual se expide


el nuevo Código Penal”.
Ley 360 de 1997. Congreso de Colombia. Por la cual se modifican algunas normas del
Título XI del Libro II del Decreto-ley 100 de 1980 (Código Penal), relativo a los
delitos contra la libertad y el pudor sexuales, y se adicion.
Sentencia 1975 de 1990. Corte Suprema de justicia. “Demanda de inconstitucionalidad
contra los artículos 38, 325, 348, 114 inciso 2o. y 306 numerales 3o. y 4o. del
Decreto 100 de 1980, por el cual se expide el nuevo Código Penal”.
Sentencia C-292/97 de 1997. Corte Constitucional de la República de Colombia.
“Demanda de inconstitucionalidad contra los artículos 299, 300, 301, 302, 303, 304,
305, 308 y 312 (parciales) del Código Penal”.
Sentencia C- 146 de 1994. Corte constitucional. “Delito contra la libertad sexual, edad,
menor de edad víctima de delito, víctima de delito contra la libertad sexual”.
 Fuentes secundarias:
Artículos:
Darío Arcila Arenas, “Género y sistema penal: a propósito de la ley 360 de 1997,”
Nuevo Foro Penal, N° 60 (Abril 1999): 43-57
Libros:

Centro Nacional de Memoria Histórica. La guerra inscrita en el cuerpo. Informe


nacional de violencia sexual en el conflicto armado. Bogotá: Centro Nacional de
Memoria Histórica, 2017.

Rodríguez Ortiz, Victoria. Mujeres forzadas. El delito de violación en el Derecho


castellano (siglos XVI-XVIII). Almería, España: Universidad de Almería, 2003.

 Teoría:

Foucault, Michel. 2010. La Arqueología del Saber. Siglo XXI: México.

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