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FACULTAD DE FILOSOFÍA
CARRERA DE PSICOLOGIA
SISTEMA OSEO.
SISTEMA MUSCULAR.
El sistema muscular a su vez es una red de tejido del cuerpo que controla el
movimiento de su estructura y sus órganos Sin el sistema muscular, las funciones
esenciales del cuerpo no ocurrirían.
SISTEMA ÓSEO
Esqueleto axial: forma el eje central del cuerpo, que incluye la cabeza, la columna
vertebral y la caja torácica.
Esqueleto axial
De la parte media de la columna se desprende unos arcos óseos, las costillas, que se
articulan en la parte anterior en el esternón. Las costillas, la columna vertebral y el
esternón circunscriben un espacio amplio, el tórax.
Columna vertebral.
La columna vertebral está constituida por las vértebras, elementos óseos, discoides y
superpuestos. En el ser humano se cuentan 33 ó 34 vertebras, distribuidas en cuatro
porciones:
El tórax es una cavidad a la vez ósea y cartilaginosa en la que están alojados los
pulmones y el corazón. El esternón es un hueso plano y único situado en la parte anterior
del tórax.
Las costillas son huesos largos y planos que se curvan alrededor del pecho. En los
seres humanos hay 24 costillas, 12 de cada lado del esternón; divididos en dos:
Costillas verdaderas: los primeros siete pares de costillas que se articulan con el
esternón.
Costillas falsas o flotantes: son los cinco últimos pares que no tienen relación directa
con el esternón
Cabeza ósea
Esqueleto apendicular
Miembro inferior
Los huesos de los miembros inferiores son más robustos ya que soportan el peso del
cuerpo y el esfuerzo resultante del movimiento.
Los huesos sirven como escudo interno, aislando y defendiendo los órganos
vitales.
LA POSTURA CORPORAL
Dado que el cuerpo humano puede adoptar infinidad de posturas, es posible hablar
de ciertas posturas corporales deseadas o beneficiosas. Se considera que una buena
postura corporal es aquella en que el cuerpo se mantiene erguido y con la espalda recta,
lo que permite tener una oxigenación adecuada y evitar los problemas de columna y de
los músculos.
Mantener la espalda erguida también es importante para tener una buena postura
corporal cuando la persona se encuentra sentada (por ejemplo, frente al monitor de la
computadora).
Es importante saber también que existen diversos tipos de factores que pueden
afectar a la postura corporal que tenga una persona. Así, por un lado, están los de tipo
interno como pueden ser los fisiológicos y hereditarios, que tienen que ver con el tono
muscular o la longitud de las extremidades, o bien los emocionales, que harán que esté
más o menos erguida en base a su tristeza o alegría.
Por otro lado, hay factores externos que determinan la citada postura de un
individuo. En este caso, tendríamos que resaltar el conjunto de consejos e información
que sepa acerca de cómo debe ser la misma o bien la silla en la que se siente, la cama en
la que duerma o incluso el tamaño y el peso la mochila que lleve a su espalda.
El no tener una buena postura corporal es importante establecer que no sólo traerá
consigo molestias o dolores de diverso alcance sino que además puede degenerar en
patologías de mayor calado tales como las siguientes:
• Escoliosis. Una de las consecuencias más comunes es esta, que podemos definir
básicamente como una desviación de la columna vertebral en forma de S o de C.
• Lordosis, que viene a ser un aumento considerable de lo que sería la curva
posterior que hay en la columna. Esto se traduce en el hecho de que el individuo que la
sufra parecerá que está inclinado hacia atrás.
La postura nos da señales clave acerca del carácter de una persona y también habla
mucho sobre la actitud que ésta tiene ante los estímulos que recibe del exterior. Estudios
psicológicos realizados sobre la postura concluyen que refleja los sentimientos de un
individuo con respecto a las personas que lo rodean.
De forma intuitiva, todos somos capaces de leer la postura de los demás y entender
que transmite emociones y actitudes. La comunicación no verbal se estudia
frecuentemente desde diferentes disciplinas. Sabemos cómo y cuánto se comunica
con nuestra postura o nuestros gestos. Por ejemplo, en debates o mítines políticos se
analiza habitualmente cómo se muestran de forma postural los implicados, de forma
que sabemos si se están mostrando más poderosos o menos, si muestran miedo o
agresividad ante el público o frente al candidato oponente.
Pero, ¿cómo midieron si el hecho de posar de una forma u otra hacía sentirse a los
participantes realmente como poderosos o no? Las medidas implicadas, más que
preguntarle a los participantes sobre lo que sentían tuvieron que ver con factores más
fisiológicos y de comportamiento.
Comportamientos de atrevimiento
En el caso que nos ocupa, a las personas a las que les hacían asumir poses de alto
o bajo poder no se les dijo en qué consistía el experimento. Sí se midió el nivel de
hormonas previo y posterior a posar de una forma u otra durante unos minutos.
Además, se les pidió que apostaran o no el dinero en un juego de azar.
Lo que encontraron es que los participantes que habían estado en una pose de
poder tuvieron más alta la testosterona, más bajo el cortisol y por último, se
arriesgaron más en el juego. ¿Qué quiere decir esto? Parece que el hecho de mantener
una postura erguida, abierta, de dominancia y seguridad, en efecto, influirá en las
respuestas de nuestro cuerpo y nos comportaremos como si de hecho tuviéramos más
poder sobre el mundo que nos rodea.
Los músculos que componen este sistema están compuestos a su vez por células
con alto nivel de especificidad, lo cual les confiere propiedades puntuales como la
elasticidad. Estas células, llamadas miocitos, pueden someterse a estiramientos y
compresiones intensas sin poner en riesgo (hasta cierto punto) su constitución. Por ello
las fibras musculares son tan resistentes y elásticas.
Músculos cardíacos: Como su nombre lo indica, son los músculos de la pared del
corazón (miocardio), y son músculos estriados con características precisas, ya que
requieren estar interconectadas para poder contraerse y expandirse de manera totalmente
sincronizada.
Músculos lisos: Se les conoce también como viscerales o involuntarios, ya que
no están comprometidos con el movimiento voluntario del cuerpo, sino con sus funciones
internas (sistema nervioso vegetativo autónomo). Por ejemplo, el movimiento de los
intestinos o del tubo digestivo, o de apertura o cierre del iris en el ojo. Se reconocen
fácilmente pues carecen de estrías como los tipos anteriores.
El músculo orbicular que hay en nuestros párpados permite abrir y cerrar los ojos.
El sistema muscular se compone de una variedad enorme de músculos, entre los
cuales encontramos:
Músculos fusiformes: Aquellos con forma de huso, gruesos en la parte central y
delgada en los extremos, como los presentes en los miembros superiores e inferiores.
Músculos circulares: Presentan forma de anillo, por lo que sirven para cerrar (al
contraerse) o abrir (al relajarse) diversos conductos, como el orificio anal por el que
defecamos.
Los músculos deben ser fuertes y estar diseñados para el ejercicio continuo.
El sistema muscular es vital para el organismo, ya que se ocupa de mantener las
cosas en movimiento. Por ejemplo, el corazón es un órgano que no puede cesar de
bombear sangre, pues nos ocasionaría la muerte.
Por ende, sus músculos deben ser fuertes y estar diseñados para el ejercicio
continuo. Del mismo modo, los movimientos digestivos, desde la tráquea a los intestinos,
son responsabilidad muscular, o los respiratorios.
En segundo lugar, la musculatura permite el movimiento voluntario, que es la
mejor forma de lidiar con el entorno para los seres vivientes: nos permite movilizar el
esqueleto y desplazarnos para cambiar de lugar, o usar de un modo específico nuestras
extremidades y construir alimentos, acariciar a nuestros seres queridos o defendernos de
un atacante.
Incluso gestos tan simples como mover nuestros ojos o sonreír, se deben a la
acción puntual de algún conjunto de músculos del cuerpo.
ANSIEDAD
BULIMIA
ATAQUE DE PÁNICO
FIBROMIALGIA
REUMATISMO PSICOGÉNICO
La respiración, los latidos del corazón y otras funciones de importancia vital son
controlados por los movimientos musculares que se producen continuamente; de allí la
importancia de este sistema de función locomotora.
Ya, el papel del sistema óseo es proteger las vísceras por las grandes cavidades
que forma (cráneo, tórax, pelvis). Es la base de la movilidad del cuerpo a través de las
articulaciones que permite a los músculos operar los diferentes segmentos del esqueleto.
El sistema esquelético humano es, de hecho, un marco para todo el cuerpo, y los
órganos del sistema esquelético son, por así decirlo, elementos individuales de este
marco. Estos incluyen huesos, articulaciones, cartílagos, ligamentos, y todos forman el
esqueleto humano.
BIBLIOGRAFIA.