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Sociedad, Familia y Educación – MAES

Sociedad, Familia y Educación – MAES

Este texto es un gran ejemplo para reflexionar acerca de la importancia de la educación y sus
diferencias según en la sociedad en la que nos encontremos. Al ofrecimiento inicial de
Williamsburg de acoger a una docena de indígenas para educarlos en su colegio, dotándolos
así de los valores y culturas que consideraban más apropiados en el estado de Virginia, le
sigue un rechazo por parte del pueblo indígena el cual, si bien agradecen el gesto del
virginiano, no ven con los mejores ojos esos valores y cultura que pretenden enseñar a sus
jóvenes.

En la carta podemos ver los diferentes motivos por los que el portavoz de las Seis Naciones
rechaza la posibilidad de educar a algunos de sus jóvenes en otra cultura, de entre los cuales,
destaca la importancia que ejerce el entorno social en el tipo de educación que recibimos.
Cabe recordar que no hay una realidad social determinada si no que, más bien, la realidad
social no existe ya que es un constructo de nuestro propio pensamiento. Esto quiere decir,
que en países diferentes encontraremos sociedades diferentes y, por ende, realidades
diferentes. Es muy importante entender este punto para comprender realmente los
pormenores que detallan los indígenas. Al tener un contexto social tan diferente entre ambos
pueblos, encontramos un imaginario social totalmente diferente y, por tanto, necesidades
diferentes que requerirán de un tipo de educación concreta según estemos en un contexto u
otro.

Teniendo en cuenta todo lo detallado previamente, se entiende de manera clara la relación


directa que se encuentre entre la educación que recibimos y la sociedad a la que
pertenecemos. Todos los seres humanos somos seres sociales, independientemente de nuestro
lugar de procedencia, de nuestra cultura o de nuestras costumbres. Según sea el contexto en
el cual nacemos, configuraremos nuestra participación en las diferentes estructuras humano-
sociales que nos rodeen. Este proceso se le denomina “proceso de socialización” y es
mediante el cual aprendemos a socializar. Aprendemos a ser seres sociales a través del
contexto que nos rodea y nos formamos para adaptarnos a esa sociedad lo mejor posible
según nuestras capacidades.

Encontramos en el Mundo culturas muy diferentes las cuales producen un sistema de valores
propio, el cual requiere una educación concreta dentro de su contexto. Por ello en el texto
vemos que las necesidades de los indígenas no son las mismas que la de los virginianos, en
Sociedad, Familia y Educación – MAES

las escuelas del “hombre blanco” no enseñan cosas imprescindibles para su cultura como,
por ejemplo, correr rápido, la capacidad para vivir de manera autónoma en un bosque o cómo
construir una choza. Estos conocimientos eran indispensables para la sociedad tribal de las
Seis Naciones, sin embargo, no se enseñaban en las escuelas de los virginianos ya que éstos
no encontraban de utilidad estos contenidos. A través de esto vemos como afectan las normas
de una sociedad a través de las cuales se regulan el comportamiento e incluso los
conocimientos que consideramos necesarios para que nuestra socialización sea correcta. Esta
diferencia de valores sociales aleja la posibilidad de poder compartir una misma educación
entre ambas culturas.

Además, a través de este texto, podemos valorar la importancia de atender a la diversidad


cultural dentro del aula. Normalmente, en las escuelas, la educación que recibimos es una
educación, en cierto modo, sesgada, pues lo que nos enseñan parte desde la perspectiva de
nuestra propia cultura y, por tanto, desde nuestro propio punto de vista el cual, lógicamente,
no es el único. Dejamos de lado otras culturas, otras formas de pensar, otros modos de vivir,
asumiendo que el nuestro es el mejor, y que es nuestra cultura la que debería imponerse en
aquellos lugares distintos al nuestro cuando, posiblemente, en otros lugares son igual de
eficientes y felices con un sistema de valores completamente diferente, e incluso opuesto, al
nuestro. La diversidad en el aula es una realidad actualmente, compartimos clase con
personas de lenguas, culturas, tradiciones y religiones diferentes. Si creemos en la integración
y en el respeto hacia otras personas, debemos esforzarnos por construir un aula en la que
todos los seres humanos se sientan integrados y valorados por quienes son, por su cultura,
por su pensamiento y por sus capacidades. Si no queremos repetir la misma fórmula errónea
que Williamsburg propuso a las Seis Naciones, debemos dejar de pensar que nuestra cultura
es la única, debemos abrir nuestra mente y aprender.

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