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Comercio no autorizado de productos lícitos en el campus:

Una propuesta

Grupo de trabajo sobre comercio informal y convivencia


Universidad de Antioquia

Medellín, noviembre de 2019


(…) en nombre de los Decanos y Directores, expresa el apoyo a las
medidas tomadas, que eran un clamor de la comunidad universitaria,
así puedan generar alguna reacción de pocas personas. Se atreve a
proponer, en medio de estas decisiones, que se venda buen tinto en las
cafeterías, que la Escuela de Nutrición y Dietética colabore, porque en
las ventas ambulantes era donde se ofrecía café de buena calidad.

Decana. CA. UdeA, 2001 noviembre 13

1
2
Índice

Presentación 6

1. Comercio informal 11

2. La situación en el campus 20

3. Plan de modificación de la situación de comercio no autorizado de 28


productos lícitos en el campus

3.1. Proyecto de intervención arquitectónica y socioespacial 29


3.1.1. Módulos de Iniciativas Comerciales Estudiantiles (MICE) 33
3.1.2. Estancias de Estudio y para la Memoria 42
3.1.3. Zonas de Estudio en la Plazoleta Barrientos 46
3.1.4. Nuevos puntos institucionales de comercio 49

3.2. Proceso de formalización y normalización de las actividades de 50


comercio informal
3.2.1. Selección de participantes 51
3.2.2. Emprendimiento que transforma territorios y buenas prácticas de 52
manufactura
3.2.3. Proyectos seleccionados y (re)ubicación 57
3.2.4. Programa de Atención Social y Solidaria 58
3.2.5. Mejoramiento de la oferta comercial existente 58
3.2.6. Reglamentación 59
3.2.7. Ventas informales y Mecanismos Autocompositivos de Resolución 68
de Conflictos

3.3. Estrategia de comunicaciones 70


3.3.1. Acción comunicativa en el ámbito interno 72
3.3.2. Acción comunicativa en el ámbito externo 75

Bibliografía 77
Equipo de trabajo 80

3
Gráficos

Gráfico 1 Ruta de trabajo 9


Gráfico 2 Ocupados informales por género en Colombia 15
Gráfico 3 Proporción de ocupados informales por género en Colombia 15
Gráfico 4 Lugar de trabajo de los ocupados informales en Colombia 16
Gráfico 5 Evolución de la informalidad laboral en Medellín 17
Total de la población ocupada, informal y formal, para 18
Gráfico 6
Medellín y el Área Metropolitana
Universidad de Antioquia. Puntos de venta informal 2019. 26
Gráfico 7
Localización y productos ofrecidos
Plan de modificación de la situación de comercio no 29
Gráfico 8
autorizado de productos lícitos en el campus
Gráfico 9 Zonificación y usos del suelo en la ciudad universitaria 31

Mapas

Distribución de los vendedores informales de alimentos en la 16


Mapa 1
ciudad de Medellín
Universidad de Antioquia. Georreferenciación de puntos de 25
Mapa 2
venta informal, 2015
Universidad de Antioquia. Georreferenciación de puntos de 25
Mapa 3
venta informal, 2016
Mapa 4 Universidad de Antioquia. Campus, años 70 30
Mapa 5 Oferta comercial formal en el Campus 32
Propuesta de localización de los Módulos de Iniciativas 34
Mapa 6
Comerciales Estudiantiles (MICE) en el Campus, Etapas 1 y 2
Mapa 7 Nuevos puntos institucionales de comercio 50

Tablas

Universidad de Antioquia. Georreferenciación de puntos de 25


Tabla 1
venta informal, 2015
Tabla 2 Proyecto de intervención arquitectónica y socio espacial 33
Proceso de formalización y normalización de las Actividades 51
Tabla 3
de Comercio Informal
Tabla 4 Estrategia de comunicaciones 71

4
Imágenes

Imagen 1 Burbuja Domo Café (Bloque 21) 33


Imagen 2 Estado actual Zona 1 – Coliseo Universitario 35
Ubicación de MICES en Zona 1 – Paralelo al Coliseo 35
Imagen 3
Universitario
Ubicación de MICES en Zona 1 – Costado norte del Coliseo 36
Imagen 4
Universitario
Estado actual Zona 2 - parqueadero (costado sur) entre el 36
Imagen 5
Bloque 15 y la Plazoleta de Artes
Imagen 6 Plano de intervención en parqueaderos Facultad de Artes (1) 37
Imagen 7 Plano de intervención en parqueaderos Facultad de Artes (2) 37
Imagen 8 Ubicación de MICES Zona 2- 3d 38
Imagen 9 Ubicación de MICES Zona 2, fotomontaje 38
Imagen 10 Ubicación de MICES Zona 2 (A) 39
Imagen 11 Ubicación MICES Zona 2 (B) 39
Imagen 12 Estado actual vía de servicio Zona 3 39
Imagen 13 Ubicación de MICES en Zona 3 – Vía servicio, imagen 3d 40
Imagen 14 Ubicación de MICES en Zona 3 – Vía servicio, fotomontaje 40
Propuesta Planta arquitectónica de MICE (dos locales por 41
Imagen 15
módulo)
Imagen 16 Sección A-A de MICE 41
Imagen 17 Sección B-B de MICE 41
Imagen 18 Vista frontal C-C de MICE 42
Imagen 19 Vista lateral D-D de MICE 42
Plano de localización de Módulos de concreto en zona verde 43
Imagen 20
frente al Bloque 9
Plano de localización de Módulos de Concreto en zona verde 43
Imagen 21
Facultad de Artes
Imagen 22 Planta de adecuación módulo de concreto 44
Imagen 23 Sección de adecuación módulo de concreto 44
Imagen 24 Planimetría de módulos de concreto existentes 45
Imagen 25 Estancias de Estudio y para la Memoria en 3D (1) 45
Imagen 26 Estancias de Estudio y para la Memoria en 3D (2) 46
Imagen 27 Estancias de Estudio y para la Memoria en 3D (3) 46
Imagen 28 Planta propuesta mobiliario Plazoleta Barrientos 47
Imagen 29 Detalle propuesta mobiliario Plazoleta Barrientos 47
Imagen 30 Propuesta intervención costado oriental en 3D 48
Imagen 31 Propuesta intervención costado occidental en 3D 48

5
Presentación

El grupo de trabajo sobre comercio informal y convivencia, convocado en mayo de


2018 por la Vicerrectoría General, presenta su propuesta de modificación de la
situación de comercio no autorizado de productos lícitos en el campus. En sus
primeras reuniones el grupo enlistó y verificó algunos hechos, asumió unas pautas y
referencias básicas, y trazó una ruta de trabajo.

Aunque algunas de las evidencias más significativas eran hechos notorios, también
resultó evidente que no se las podía considerar genérica, aislada, confusa o vagamente
a menos que se pretendiera construir “nuestra más grave amenaza” o demostrar que
“aquí no pasa nada” y, de esa manera, desestimar cualquier opción que no fuera la
quietud o el uso de la fuerza. Por eso los hechos sólo adquirieron sentido como
problema real en cuanto se los examinó y se los relacionó entre ellos, sin confundirlos.
La convergencia de los siguientes hechos constituyó entonces uno de los puntos de
partida del trabajo:

1. Hay comercio no autorizado de productos lícitos en la Ciudad Universitaria de la


UdeA, con la participación de estudiantes y egresados de esta universidad, y de
personas sin vínculo con la institución.

2. Existen grados considerables de vulnerabilidad social y económica en algunos de


los estudiantes de la Universidad de Antioquia que comercializan en el campus
productos lícitos, sin autorización.

3. Es constatable el alto y progresivo índice de ocupación o de reducción de metros


cuadrados por estudiante en la Ciudad Universitaria durante la última década.

4. Es insuficiente la oferta formal de productos y servicios demandados por los


universitarios en el campus.

5. Se han presentado afectaciones a la movilidad, al espacio y al mobiliario disponible


en el campus para el estudio, el descanso y otras actividades académicas, y se han
constatado sobrecargas en la infraestructura del campus y fallas técnicas
localizadas.

6. Son recurrentes las quejas de muchas personas, diversas instancias y estamentos


universitarios, sobre la proliferación de puestos de ventas sin autorización.

7. Existe una demanda creciente de “dignificación” de lugares e inmobiliarios


ocupados por puestos de venta no autorizados, o de “apoyo a los estudiantes
implicados en la actividad”, o directamente de “recuperación del campus”,
procedente de estudiantes, profesores, empleados, egresados, autoridades
externas y visitantes del campus.

6
8. Hay una percepción razonable de riesgos (que pueden ser académicos, laborales,
de seguridad en el trabajo, de salud) para los estudiantes involucrados en la
comercialización no autorizada de productos lícitos, pero también para los
consumidores de esos productos o inclusive para la comunidad universitaria en
sus relaciones de convivencia.

9. No existe información sobre el impacto de las estrategias institucionales en la


transformación, disminución, contención o desplazamiento de la situación, o en la
fluctuación del número de puestos de venta y en los cambios en el tipo de
productos que se ofrece allí.

La convergencia de esos hechos fue asumida por el grupo como una situación
problemática y no como una “insólita anomalía”, “un fenómeno delincuencial”, una
“extraordinaria y gravísima ilegalidad” o “el germen de incontables delitos”. Una vez
se definió así la situación, el grupo acordó un marco de acción para sus deliberaciones
y para su propuesta, con cuatro pautas y referencias básicas:

1. El grupo asume que la crítica, la palabra y la deliberación, tomadas en serio por los
universitarios, hacen viables alternativas meditadas y compartidas.

2. El grupo considera que algunas experiencias precedentes, el arraigo de ciertas


prácticas informales, las condiciones de las personas concernidas, las diversas
valoraciones sobre formas correctas o efectivas de intervenir, y el contexto
temporal y espacial de la situación, desaconsejan intervenciones apresuradas,
radicales y punitivas.

3. El grupo entiende que el Plan de Desarrollo 2017-20271 traza un horizonte


pertinente para su trabajo en lo que respecta a los enfoques del plan como “marcos
de actuación inspirados en convicciones y compromisos”,2 y a los temas
estratégicos de Formación integral de ciudadanos (Objetivo 5); Gobierno,
democracia y convivencia (Objetivos 1 y 4); Construcción de paz, Inclusión, equidad
e interculturalidad (Objetivo 3); y Gestión del ambiente y la biodiversidad (Objetivo
1).

1 Universidad de Antioquia. Plan de Desarrollo 2017 – 2027. Una Universidad innovadora para la transformación de
los territorios. Medellín, Universidad de Antioquia, 2017.
2 El Grupo de Trabajo resaltó los enfoques del Plan de Desarrollo, especialmente i) “el fortalecimiento de los

principios y valores de la excelencia, la ética de lo público, el bien común y la corresponsabilidad”; ii) la idea de la
política “como un conjunto de instituciones y prácticas que ordenan la convivencia”; iii) la visión de la democracia
dinamizada “con la pluralidad, la diversidad y el conflicto”, que convoca “a los actores universitarios a reconocer
que la vida en común siempre tiene una dimensión conflictiva; y que el reto y obligación política es contar con los
mecanismos para afrontar las tensiones sin recurrir al uso de la violencia”. Específicamente del enfoque
participativo del plan, es destacable iv) la creación y el fortalecimiento de “las condiciones y las instancias para la
participación en el debate y en el fortalecimiento y cualificación de los procesos de toma de decisiones”, es decir,
un horizonte que “exige la formación política y ciudadana de la comunidad universitaria para involucrarse
activamente y cultivar la corresponsabilidad” y el cual “apela al sentido de pertenencia, en tanto la participación
debe posibilitar la identificación de los integrantes de la comunidad universitaria con el proyecto colectivo de
Universidad”. El grupo resaltó finalmente el compromiso del plan en relación con una universidad que “asume una
perspectiva de género como parte integral de su quehacer, entendiendo que las condiciones de exclusión operan
de manera diferenciada para hombres y mujeres” (pp. 28 y ss.).

7
4. El grupo encuentra que el Plan de Acción 2018-20213 contiene propósitos a los
cuales se articula perfectamente su trabajo y su perspectiva. Es lo que ocurre con
la línea de acción buen vivir en la comunidad universitaria, especialmente en estos
programas y proyectos: i) Programa desarrollo integral de los miembros de la
comunidad Universitaria, el cual busca “potenciar las capacidades de la comunidad
universitaria, a través del fomento del desarrollo individual y colectivo de los
estamentos y del acompañamiento a la experiencia universitaria, a partir de
soluciones en los ámbitos formativos, investigativos, de extensión y de gestión” (p.
36). Y el proyecto asociado cambio cultural para el bienestar. ii) Programa hábitat
y convivencia, que propicia “condiciones sociales o físicas de los campus de la
Universidad, para generar ambientes adecuados y favorables al desarrollo de las
actividades de los universitarios en el marco de la misión y las normas de la
Institución” (p. 38). Y los proyectos asociados estrategias pedagógicas para la
convivencia; unidad universitaria para el tratamiento de conflictos; diversificación
de la oferta comercial de alimentos en Ciudad Universitaria; implementación,
sostenibilidad y mejora del Sistema de Gestión de Seguridad y Salud en el Trabajo.

Como es comprensible, a medida que se desarrollaron las deliberaciones del grupo la


propuesta fue ensanchándose y ganando complejidad, pero también aparecieron cada
vez con mayor claridad los obstáculos que afrontaría. Esto quiere decir que el grupo
ha sido plenamente consciente del lugar, el contexto, las circunstancias, los actores y
los precedentes implicados en la situación de la cual se ocupa.

Durante la primera fase de elaboración de la propuesta, el grupo se vio precisado a


discriminar factores insospechados, reconsideró algunas iniciativas, advirtió las
conexiones entre ellas y exploró las relaciones que se podían establecer con
programas preexistentes. Posteriormente el grupo se dedicó a reagrupar cada
elemento en proyectos y a ordenar cada proyecto en un plan cuyos primeros avances
fueron conocidos por la rectoría de la universidad. Sin embargo, la propuesta no ha
sido decidida, es decir que es modificable. De hecho, este documento “final” es
simultáneamente el primer paso de una fase de presentación, consulta y ajustes, la cual
se surtirá en reuniones con estamentos y colectivos universitarios. A partir de esas
reuniones se realizarán los ajustes que correspondan, para lo cual el grupo espera
contar con la participación de personas que en ese momento decidan unírsele y que
se comprometan con el impulso de los proyectos en su etapa final de aprobación y
ejecución.

De manera puntual, la ruta general de trabajo que el grupo trazó es la siguiente:

3 Universidad de Antioquia. Plan de Acción Institucional 2018 – 2021. Medellín, Universidad de Antioquia, 2019.

8
Gráfico 1.

Como puede apreciarse, este documento no contiene una propuesta que pretenda
“imponerse desde arriba”, ni concretarse “de espaldas a los universitarios”. Como se
dijo, su contenido no ha sido decidido, por más que cuente con el consenso del grupo.
Tampoco es un documento elaborado con la participación de todas y todos los
universitarios, sus líderes o representantes. Aquí se optó por un camino intermedio:
la elaboración de una propuesta base que solo podrá derivar en propuesta definitiva si
se dan debates y discusiones con las personas organizadas o no que se sientan
interesadas, concernidas o afectadas por la situación. Es lo que debería ocurrir de
ahora en adelante.

El grupo consideró entonces los inconvenientes prácticos de un trabajo discutido


universalmente desde la primera línea y desde el primer día, así como los problemas
de legitimidad y eficacia que tendría un plan unilateral e inconsulto. El grupo también
conoce el riesgo que implica la opción intermedia que ha tomado y ha decidido

9
tomarlo, pues entiende que si la discusión de esta propuesta no concita el interés de
los universitarios, o si no hay voluntad para modificar la situación actual del comercio
informal en el campus, el costo inmediato estaría representado solo en el entusiasmo
y en el tiempo extra que dedicaron algunas personas a la elaboración de este
documento. No habría, en fin, despilfarro institucional.

Finalmente, tres advertencias: En primer lugar, el grupo sabe que el hecho básico
constitutivo de la situación, el comercio informal, es expresión de una compleja mezcla
de opciones individuales, condiciones sociales, estructuras económicas y decisiones
políticas que exceden la responsabilidad de la universidad y trascienden el ámbito
geográfico del campus.4 Pero eso no implica que la universidad tenga que abstenerse
de recurrir a sus propias capacidades y a su autonomía para insistir en el tratamiento
local de la situación. El grupo confía en que los ajustes que se introduzcan a la
propuesta (por parte de los universitarios), la voluntad de quienes han de aprobarla
y de ejecutarla finalmente (el gobierno de la universidad), ciertas afinidades de la
población a la cual se dirigen los proyectos (jóvenes y estudiantes de esta universidad
pública), y las características acotadas del lugar (un campus), permitirán superar la
idea según la cual no hay ninguna intervención sobre la informalidad que no derive en
su crecimiento.5

En segundo lugar, esta propuesta contiene estímulos y reglas, pero no es paternalista.


Se inspira en el potencial creativo de los estudiantes que ejercen actividades de
comercio informal en el campus;6 en su capacidad para defender la Ciudad
Universitaria como un lugar de todos; en su comprensión de la universidad como un
momento privilegiado de aprendizaje y descubrimiento para la vida futura en la
sociedad y para la sociedad; y en la necesidad de que juntos encontremos formas de
modificar satisfactoriamente una situación que muchas personas definen y viven
como problemática.

En tercer lugar, el grupo se encuentra convencido de que la modificación de la


situación actual solo es posible, primero, si los universitarios o una buena parte de
ellos admiten que “algo hay que hacer”; segundo, si se acepta que lo que hay que hacer
no es cualquier cosa, ni puede hacerse de cualquier manera; y tercero, si hay confianza
en lo que se pretende y en lo que se decida hacer. La propuesta no necesita una fe
ciega, sino una confianza meditada. Por eso el grupo deja este documento a
disposición de todos y los invita, de acuerdo con la ruta señalada antes, a discutirlo y
mejorarlo.

4 Un recuento de factores asociados a la situación en el contexto, por ejemplo, a “la configuración de una economía
de comercio Informal en Medellín”, puede verse en Mejía (2018).
5 En cambio, el grupo ha adoptado la idea según la cual la insostenibilidad de las estrategias que afronten el

problema genera su reverdecimiento.


6 “La informalidad impide aprovechar el potencial de un sector fundamental de la economía donde abundan:

emprendimiento, iniciativa, ingenio, sacrificio, esfuerzo. Casi siempre, la informalidad es sinónimo de bajos
ingresos, inestabilidad laboral, desprotección, desaliento y violación de derechos" (FORLAC OIT, 2019).

10
En su primera parte, el documento contiene algunas reflexiones sobre el comercio
informal, así como algunos datos sobre la situación en el contexto y en el campus
(apartados 1 y 2). En la última parte (apartado 3) se describen los proyectos que
componen el plan.

1. Comercio informal

La compra y venta de bienes o servicios es una actividad interferida por deberes y


derechos. Las expectativas de quienes participan directamente en la actividad o los
intereses de terceros que pueden resultar afectados por el objeto o por las condiciones
en las cuales se lleva a cabo el intercambio, hacen que la oferta y la demanda (y las
fuerzas y flujos que libremente ellas determinan) no sean las únicas “leyes” que rigen
la actividad. No cualquier objeto es lícito sólo porque se lo pueda comprar o vender,
pero tampoco cualquier intercambio es aceptable sólo porque el objeto sea lícito. Hay
normas deliberada y formalmente establecidas y son explicables: obligaciones
profesionales, fiscales, laborales, de seguridad en el trabajo, de salubridad,
ambientales, de ordenamiento urbano y uso del espacio público, etc.

Al desarrollo de la actividad sin el cumplimiento de esas reglas, se lo denomina


habitualmente informalidad; una realidad cuyas causas siguen siendo discutidas entre
expertos y que las agencias de medición estatales confunden considerablemente cada
vez que tratan de establecer derroteros para calcular el peso del “sector” o el alcance
de esa economía (informal).7 Sin embargo, el rasgo prevaleciente en la actividad
informal o inclusive el “implícito” asumido en la literatura especializada, 8 es el
desacato de condiciones o límites establecidos en reglas jurídicas. Se trata en todo caso
de una transgresión que no es moralmente descalificable por sí misma, y que no tiene
a priori carácter delictivo. Es “economía informal”, no “economía subterránea” (Cfr.
Mejía y Posada, 2007).

7 La definición del DANE es especialmente problemática, pues “se remite a la resolución 15ª CIET de la OIT de 1993
y a las recomendaciones del grupo de DELHI, según las cuales la medición de informalidad en materia de escala de
personal ocupado en las empresas debe ser hasta cinco trabajadores, excluyendo los independientes que se
dedican a su oficio y a los empleados del gobierno (DANE, 2019, p, 2). Según Garay (2006, citado en Castañeda y
García, 2007), en el cálculo del DANE “el concepto de personas empleadas en el sector informal no es idéntico con
el concepto de personas empleadas en una relación de empleo informal”. Ferrari (2019) es más gráfico: “(…) según
el DANE, son informales el patrono y propietario de un taller de mecánica, sus tres mecánicos y su secretaria, a
pesar de que el patrono lleve contabilidad, tenga registro mercantil, pague impuestos, cumpla las leyes laborales,
todos reciban salarios mayores que el mínimo, y paguen sus contribuciones a salud y pensiones”. El Ministerio del
Trabajo, en cambio, mide la informalidad laboral por el porcentaje de ocupados que no aportan a pensiones
(respecto de la población total ocupada). Y así, por ejemplo, según este Ministerio en 2014 había un 62.5% de
informalidad, mientras para el DANE el porcentaje era de 48.2% (Cfr. FORLAC OIT, 2015).
8 Es elocuente que “las clases” desagregadas por Feige (citado en Portes y Haller, 2004) se encuentren finalmente

atadas por el incumplimiento de reglas: “economía ilegal”, economía “no declarada”, “economía no registrada” y
“economía informal”. El Programa de Promoción para la Formalización en América Latina y el Caribe, de la OIT, es
explícito al respecto: “¿Qué es un empleo informal? Es una relación laboral que no está sujeta a la legislación
nacional, no cumple con el pago de impuestos, no tiene cobertura de protección social, y carece de prestaciones
relacionadas con el empleo" (FORLAC, OIT, 2019, p, 3). Inclusive la perspectiva de la economía popular resistiría
el criterio distintivo del incumplimiento de reglas, en cuanto se la define como los “procesos de producción y
consumo, así como cualquier otro tipo de actividades de intermediación y servicios cuando éstas se realizan fuera
de la órbita del mercado de trabajo, es decir, sin patrón, y siempre que no se cumplan las lógicas de acumulación
de capital y reparto” (Narodowski, 2013, p, 103).

11
De hecho, en la economía informal participan muchas empresas, empleadores y
trabajadores que no son, solo por eso, organizaciones criminales o delincuentes. Se
trata de empresas, empleadores y trabajadores que desempeñan alguna actividad, sin
el cumplimiento de alguna o algunas reglas, en un momento del proceso que va de la
producción a la comercialización:

(…) la formalidad y la informalidad no se refieren al producto, sino a los diferentes


procesos de los que es objeto. La formalidad o informalidad de un bien no es, en este
sentido, absoluta ni completa, en la medida en que ha podido ser objeto de procesos
de naturaleza distinta. Un bien puede ser producido formalmente, distribuido
informalmente y comercializado formalmente (…) entre otras muchas posibilidades
(Castañeda y García, 2007, p, 49).

Se trata, además, de empresas, empleadores y trabajadores que -según las


explicaciones prevalecientes y dicho en términos muy generales- se encuentran
compelidos por factores estructurales o deciden racionalmente hacerse informales o
permanecer en la informalidad.9 A este respecto, según la OIT (2018) “la evidencia”
disponible muestra que “la mayoría de las personas que se incorporan a la economía
informal no lo hacen por elección, sino como consecuencia de la falta de
oportunidades en la economía formal y por carecer de otros medios de sustento” (p,
5). Sin embargo, es copiosa la literatura que precisa, discute o se opone a esta
conclusión;10 o que desagrega la propia informalidad en categorías más específicas,
aprehensibles y prácticas11 que permiten captar mejor la diversidad de la actividad y
perfilar estrategias o programas de intervención con mayores posibilidades de
acierto:

No es posible comparar la informalidad de un vendedor ambulante o de un


campesino con la de una madre que decide ser informal para tener la flexibilidad que
no ofrecen los trabajos formales y con la de un trabajador asalariado que se debate
entre aceptar un trabajo formal o informal, dependiendo de las condiciones
ofrecidas. Cada uno de estos tipos de informalidad tiene un móvil y una población

9 Desde la perspectiva (económica) prevaleciente en el análisis de la informalidad, se excluyen por supuesto


hipótesis que pueden abordar, por ejemplo, el problema específico de la transgresión y captar factores políticos o
culturales, aprendizajes, incidencia de la (des)organización social, del control, etc.
10 Según Castañeda y García (2007), hay cinco grandes aproximaciones en la literatura reciente: i) La subjetivista o

voluntarista: “(…) para ciertas personas pobres, con un nivel precario de capital humano (módico o deteriorado),
la economía informal no es, en síntesis, una opción residual, sino una que se ajusta mejor a sus preferencias u ofrece
más beneficios netos (…) que las opciones formales a las que tienen acceso, en términos de autoestima, flexibilidad
con los tiempos de trabajo, y la asunción y el manejo de riesgos” (p, 57). ii) La paradójica: “(…) la informalidad
económica responde, en suma, a los incentivos que generan las normas para transgredirlas en entornos
institucionales con escasa voluntad y/o capacidad de controlar su cumplimiento y estructuras sociales fuertes que
ofrecen posibilidades para actuar de manera relativamente eficiente por fuera de la formalidad” (p, 58). iii) La
ortodoxa: “(…) la estructura normativa de los países latinoamericanos, excesiva e ineficiente, impide a muchos
individuos operar formalmente, al establecer unos costos (…) inasumibles para muchos de ellos” (p, 59). iv) La
institucional y la estructuralista: Ponen el acento en el empleo formal y resaltan, en el primer caso, “la escasa
capacidad de absorción del mercado formal (…), y, en el segundo, la precarización del empleo existente (…). El
contexto internacional ocupa en ambos casos un papel nuclear” (p, 60).
11 Por ejemplo, informalidades “de subsistencia”, “voluntaria”, “inducida” y “mixta” (Fernández, et al, 2017, pp, 21-

23).

12
objetivo diferente y, por lo tanto, debe ser enfrentado con políticas económicas
distintas (Fernández et al, 2017, p, 5).

La actividad informal no es, por supuesto, un mundo completamente anómico o


anárquico. Primero, porque no se trata de falta, sino de incumplimiento de normas;
segundo, porque la informalidad no implica un incumplimiento de todas las reglas
institucionales, en todo momento y lugar. Algunas normas se cumplen, otras no;
algunas se acatan un día, otro día no; en algún sitio sí, en otros no, etc. Y tercero,
porque en “el mundo” de la informalidad hay además otras reglas (compartidas,
impuestas, implícitas o explícitas). Por supuesto, son normas de comportamiento
surgidas de fuentes distintas y difundidas por canales diferentes del sistema jurídico;
prácticas grupales que se entienden vinculantes, pautas que se viven internamente
como ordenadoras del tiempo y del espacio compartido o competido y aún,
eventualmente, “jurisdicciones” y jerarquías respaldadas por la tradición, por el poder
directo que ejercen algunas personas en un grupo o por liderazgos que logran
conducir un colectivo en su resistencia frente a entornos formales amenazantes. En el
caso de las actividades de comercio informal en espacios públicos, esas normas
informales pueden surgir no solo de la interacción constante de las personas que
desarrollan la actividad sino también de la necesidad de instituir y defender un
espacio “de todos y por eso también nuestro”; un espacio “compartido por nosotros”
que, por lo tanto, no se siente apropiado o privatizado (Cfr. Galeano-Rojas y Beltrán-
Camacho, 2008).

Esas normas sociales alternas al sistema legal, que se producen en cualquier grupo
social, pueden ser una fuente importante de identidad del grupo, sobre todo en cuanto
son defendidas y aplicadas. Defendidas frente al orden formal o frente a los agentes
de la formalidad, y aplicadas a otros “extraños” (subgrupos y comportamientos
desviados) con respecto a las propias reglas informales predominantes en un tiempo
y espacio determinado (Cfr. Becker, 2010).12

Acercarse a las condiciones en las cuales se ejerce el mercado informal con la intención
de modificarlas, de prevenir conflictos, de reducir impactos nocivos o de formalizar
directamente la actividad, implica no perder de vista esas dimensiones de la
situación,13 así como las sociabilidades que allí tienen lugar y, desde luego, la estrecha
relación que mantiene la informalidad con la formalidad,14 es decir, con un mundo que

12 La relación se produce también en un sentido inverso, de abajo hacia arriba: Los subgrupos pueden considerar
“extraños” más bien a quienes les imponen las reglas informales vigentes, lo mismo que estos impositores de reglas
informales pueden ver como extraños más bien a los agentes del orden formal circundante.
13 El olvido de las sociabilidades y de los “mudos” normativos informales, así como la prevalencia de una

racionalidad institucional y una visión de corto plazo en las iniciativas, impiden el logro de objetivos importantes
y no garantizan la sostenibilidad de las intervenciones institucionales (Cfr. Galeano-Rojas y Beltrán-Camacho,
2008, p, 293).
14 “La economía informal y la formal están además dinámicamente ligadas, formando un continuo de relaciones

económicas” (Neto; Ha & Weliwita, 2007, citados en Castañeda y García, 2007, p, 50).

13
suele pasar inadvertido solo porque allí todo “pareciera ocurrir sin contratiempos”15
o porque allí “sí hay cultura de la legalidad”.16

Por último, la magnitud de la informalidad es un dato relevante. De una parte, porque


existen puntos de vista según los cuales las unidades económicas informales no solo
“generan ingresos y empleos mejorando el bienestar de millones de hogares”, sino que
constituyen una gran oportunidad:

Cuando entendemos que la formalidad, más que un estado, es un proceso, y más que
una condición binaria (se es o no se es formal) es una escala con matices, donde
muchísimas empresas cumplen algunos requisitos de ley pero no otros; cuando
comprobamos que la gran mayoría de los actores informales lo son más por
necesidad, desconocimiento o circunstancias, que por una intencionalidad de violar
las leyes (aunque hay una minoría de actores ilegales y criminales sobre los que debe
caer todo el peso de la ley); y, sobre todo, cuando comprendemos que el tejido
empresarial informal es también un motor de generación de valor y que su tránsito
a la formalidad constituye una gran oportunidad para aumentar la productividad de
un segmento importante de la economía y así generar más riqueza y equidad,
podemos diseñar estrategias y políticas más inteligentes (Piedrahita, 2017
noviembre 27).17

De otra parte, la magnitud de la informalidad es relevante porque, no obstante,


permite recordar las desventajas que ofrece “el sector” para muchas personas y en
determinados contextos, así: i) más del 60% de la población ocupada en el mundo,
2.000 millones de mujeres y hombres que se ganan la vida en la economía informal,
“se ven privados de condiciones de trabajo decentes” (OIT, p, v); ii) de esos 2.000
millones de personas, poco más de 740 millones son mujeres, pero el dato debe ser
mirado en detalle si se quiere encontrar la brecha de género que existe -también- en
la informalidad:

(…) en países de ingresos bajos y medianos bajos, en el empleo informal hay una
proporción mayor de mujeres que de hombres (…). Las mujeres están más expuestas
que los hombres al empleo informal en más del 90 por ciento de los países del África
subsahariana, el 89 por ciento de los países de Asia meridional y casi el 75 por ciento
de los países latinoamericanos (…). Más del 30 por ciento de las mujeres en el empleo
informal en países de ingresos bajos y medianos bajos son trabajadoras familiares
auxiliares, un trabajo generalmente considerado no remunerado (…). Las mujeres en
empleo informal reciben una remuneración inferior por su trabajo, pero al mismo
tiempo están expuestas a mayores déficits de trabajo decente lo que apunta a la

15 “Uno se preocupa por todo lo que crea dificultades y no se molesta por lo que pareciera ocurrir sin contratiempos.

Se elaboran preguntas sobre lo primero: las cosas «malas» necesitan explicaciones, mientras que las cosas
«buenas» en apariencia no. Por consiguiente, las implicaciones y evaluaciones que se derivan de esto suelen
hacernos percibir grupos de fenómenos que son inseparables e interdependientes como si estuvieran separados y
fueran independientes” (Elias & Scoton, 2016, p, 251).
16 Como dice Escalante (2012), la cultura de la legalidad es una idea “rígida, esquemática, casi infantil del derecho”,

y tiene como contraparte “la imagen igualmente quimérica de los países en que «sí se cumple la ley»” (p. 125)
17 Cfr. Agostino (2016): “el trabajo informal es trabajo productivo y reproductivo que sostiene y permite que

subsistan los trabajadores que fueron expulsados por la economía formal (capitalista)” (p. 222).

14
necesidad de facilitar la transición a otras categorías laborales y a mejorar las
condiciones de trabajo como primera etapa hacia la formalización.

iii) La informalidad existe en todo el mundo, pero es prevaleciente en los países en


desarrollo; iv) en algunos de estos países el sector informal es más grande que la
economía formal; v) la informalidad se encuentra mayoritariamente asociada a la
desigualdad, la exclusión social, la pobreza, la inestabilidad, la vulnerabilidad, la
desprotección, la precarización laboral y la baja productividad; vi) recientemente, por
primera vez la economía informal de América Latina superó a la de África
Subsahariana y “en América Latina la mitad de la población está en la economía
sumergida. El empleo informal afecta alrededor de 130 millones de trabajadores en
América Latina y el Caribe, de los cuales al menos 27 millones son jóvenes” (Casabón,
2017).

vii) En Colombia, desde los años noventa del siglo pasado el sector informal también
representa cerca del 60% de los empleos generados.18 En 2015, el empleo informal
era del 54,5, por debajo solo de Guatemala, Honduras, El Salvador, Perú y Paraguay,
entre los 14 países informados (Casabón, 2017). Y según información del DANE (2019
marzo 13) en las 13 ciudades y áreas metropolitanas en el período noviembre 2018 -
enero 2019, la proporción de ocupados cotizantes a pensiones “fue 51,4%”. Jiménez y
Páez (2014) afirman que, aunque a comienzos de la última década las cuentas
agregadas nacionales informan de reducciones en la tasa de desempleo e incrementos
en la ocupación, “los empleos que están posibilitando dicha dinámica en los
indicadores del mercado laboral colombiano, son empleos precarios”.

En lo que respecta a la distribución por género, en Colombia hay un número menor de


mujeres que hombres empleadas en la economía informal, pero “existe y ha existido
en los últimos 10 años una mayor proporción de mujeres en la economía informal,
situación que sugiere una posible discriminación por género en el mercado laboral”
(OPPCM, 2018, p, 25):

Gráfico 2. Gráfico 3.

Fuente: OPPCM (2018, pp, 25-26)

18En Colombia, en 2006 la principal fuente de empleo informal “era de cuenta propia o actividades llamadas de
«rebusque» con un peso en el empleo urbano de 26,5%” (García, 2008).

15
En relación con los lugares de trabajo de los ocupados informales en Colombia, el
Observatorio de Políticas Públicas del Consejo de Medellín (OPPCM) ha elaborado, con
datos del DANE, la siguiente gráfica según la cual los locales fijos, las viviendas
diferentes a la propia, las viviendas propias y los sitios descubiertos en la calle,
representan el 80% de los lugares donde desempeñan su actividad los trabajadores
informales.
Gráfico 4.

Fuente: OPPCM (2018, p, 28)

viii) En Medellín, en relación exclusivamente con esa parte de la economía informal


que son las “ventas informales estacionarias y ambulantes”, hace diez años la
Subsecretaría de Espacio Público estimaba que había en la ciudad “20.400 vendedores
informales, o «venteros» de todo tipo de productos trabajando en el espacio público,
de los cuales 9.173 se encuentran registrados” (Rodríguez, 2009, p, 29). Esta era la
distribución geográfica:

Fuente: Rodríguez (2009, p, 21)

16
Tres años más tarde, según la misma Subsecretaría, la ciudad tenía 10.210 vendedores
informales carnetizados, 3.200 en el centro de la ciudad, y calculaba que la cantidad
de venteros no acreditada era del orden de los 8.000 (Hidalgo, 2012). En 2015, la
prensa local graficaba así la evolución reciente de la informalidad laboral en Medellín:

Gráfico 5.

Fuente: Sierra (2015 octubre 12)

En el mismo año 2015, cuando el comercio informal de Medellín reportado por el


DANE rondaba el 42%, había 10.655 venteros regulados (Velázquez, 2017). La ciudad
contaba entonces, según esta última fuente, con más de once proyectos de
intervención física para la organización de las ventas informales, más de 42
intervenciones en diferentes sectores y tres programas sociales para venteros
regulados, sin que hasta entonces se hubiera, siquiera, “equilibrado el uso del espacio
público en el centro de la ciudad” donde se localizaban el 55% de los venteros
regulados (p, 3). En 2017, según la prensa nacional que citaba fuentes de “Espacio
Público” y del “Concejo municipal”, en el centro de Medellín había “2.700 permisos
emitidos por Espacio Público para vendedores ambulantes”, pero existían “15 mil
solicitudes de venteros que buscan un lugar donde trabajar” (BLU Radio, 2017
noviembre 24). En 2018, finalmente, el 50% de las personas ocupadas de la ciudad se
ubica en el sector comercio, que a su vez presenta una informalidad laboral
aproximada del 40% (Mejía, 2018, p, 138).

El siguiente es el comportamiento de la economía informal en Medellín y el Área


Metropolitana, entre 2007 y 2018, según datos del DANE reordenados por el OPPCM
(2018):

17
Gráfico 6.

Fuente: OPPCM (2018, p, 30)

Finalmente conviene reseñar dos informes de la última década en los cuales se


destacan aspectos de la situación que, en muchos sentidos, mantienen plena vigencia
en relación con las condiciones en las cuales se desarrolla actualmente la actividad de
ventas informales en las calles de la ciudad. En primer lugar, un informe especial de la
Escuela Nacional Sindical de 2013 (ENS, 2013 febrero 7) recordaba que el 1º de
octubre de 2012 “el centro de Medellín vivió una inusitada jornada de desórdenes y
saqueos, luego de una protesta de los informales ante los planes de reubicación de la
Alcaldía”. Y advertía que ese hecho era “un campanazo de lo que puede pasar si el
problema no se enfrenta en su real dimensión, porque, como lo aseguraron las
autoridades, en los desmanes también participaron grupos delincuenciales que
medran y tienen algún control en el centro”. Ese año se calculaba que había 25 mil
venteros informales solo en el centro de la ciudad, 2.902 de los cuales se encontraban
registrados.

El informe se refería a unos “círculos viciosos” de la informalidad, que consistían


básicamente a la carencia de recursos económicos y de formación que tenían los
venteros para iniciar proyectos alternativos; el difícil acceso al sistema de salud y la
imposibilidad de ingresar al sistema pensional (pese a que se trata de personas que
trabajan “al sol y al agua”, expuestos “a la contaminación ambiental y sin ninguna
protección ante los accidentes”, que en muchos casos “pasan de 45 y 50 años de edad”
y que “el 70% de ellos tiene familia que sostener”). El informe mencionaba
adicionalmente el problema de las economías criminales que “generalmente están
bajo el poder de grupos ilegales que aprovechan la situación de desempleo y la
ausencia institucional para capitalizar la necesidad de las personas y utilizarlas en la
venta de sus productos ilegales”, o “para imponer un impuesto obligado por concepto
de vigilancia”. En ese escenario hacían presencia las “Convivir”, que “llevan mucho
tiempo establecidas y aparecen en todos los espacios del centro, razón por la cual
tienen un alto grado de legitimidad, al punto que se pueden considerar una
«institucionalidad» paralela”. Según el director de Corpades, citado en el informe, “los

18
vendedores informales son uno de esos sectores, que aceptan la existencia de estas
Convivir y les pagan puntualmente la cuota de seguridad porque, irónicamente, la
policía no les brinda la seguridad que requieren”. Finalmente, una persona experta en
el tema, entrevistada en el informe, aclara que “los criminales no son los trabajadores
informales. Éstos sólo tratan de solucionar su problema laboral y terminan actuando
en un ambiente donde confluyen otras dinámicas que los afectan, como las economías
criminales, que por momentos llegan a tener más poder que los organismos del
Estado” (ENS, 2013 febrero 7).

El segundo informe que conviene reseñar es el resultado de una investigación de la


FAO sobre el sector informal alimentario en la ciudad de Medellín (Rodríguez, 2009).
El informe enlistó en su momento las deficiencias sanitarias en las ventas callejeras de
productos agroalimentarios preparados, así:

Deficiencia, o ausencia, en el suministro de agua potable; desaseo en el almacenamiento


de las materias primas, se identificaron algunos comerciantes que guardan las materias
primas junto con otro tipo de productos como dinero, jabones, combustibles, esponjillas,
etc.; mala manipulación de los aceites comestibles utilizados para frituras, principalmente
por disminución de la frecuencia de su cambio; fallas en la indumentaria del comerciante,
sin tapabocas, sin cofias, o uso de anillos y aretes; utilización de materias primas vencidas
o de dudosa procedencia, especialmente en carnes frías, salsas y pulpas de frutas”
(Rodríguez, 2009, p, 23)

Según la misma investigación, los vendedores informales entrevistados coincidieron


mayoritariamente en afirmar que su trabajo “es mejor que un empleo formal, en el
cual se ganarían el salario mínimo, porque sus ingresos son parecidos pero además no
tienen jefes ni horarios” (p, 26). Sobre los consumidores de comidas preparadas en la
calle, el estudio afirmaba lo siguiente.

(…) con certeza se puede afirmar que sus hábitos de compra son distintos a los de los
compradores de productos frescos, en primera instancia porque la compra de comidas
preparadas en la calle se asocia con gusto o con antojo, más que con una búsqueda de
economía, de hecho, se puede decir que la compra de estos productos, para consumidores
de estratos uno, dos y tres es considerado un gasto suntuoso, razón por la cual no se puede
considerar que en la ciudad de Medellín la compra de productos preparados en la calle es
una alternativa económica ni nutritiva para integrantes de poblaciones vulnerables (p, 56).

Por supuesto que aquí no se trata de formular o de discutir hipótesis teóricas sobre la
formalidad y la informalidad, ni de verificar el peso y las características de esas
economías en el mundo, en el país o en la ciudad. Tampoco se discuten las estrategias
o las políticas con las cuales se interviene -o se dice que se interviene- la situación en
esos ámbitos. Aunque es evidente que hay factores relevantes allí e interconexiones
importantes para el análisis de la informalidad en cualquier rincón del mundo, el
interés de estas notas es apenas introductorio y las posibilidades de la propuesta no
alcanzan ni de lejos para intervenir mecanismos o factores que se encuentran en la
raíz de la situación de un continente, de un país o de una ciudad. Aquí solo se trata de
recordar la densidad y magnitud de la informalidad en el contexto, sin perder de vista

19
la situación en un territorio acotado y que, por fortuna, tiene todavía márgenes y
capacidad de autorregulación: el campus universitario.

2. La situación en el campus

La Universidad de Antioquia es permeable por el entorno social y urbano que la rodea,


pero no se confunde con él. Sus campus no son extraterritoriales ni la universidad es
una entidad soberana, pero ni ellos ni ella son una copia del territorio, las prácticas o
el vértigo de la sociedad circundante. La universidad no es el reflejo de la sociedad, es
parte de ella. Y, como muchos otros lugares sociales, tiene características que la
distinguen.

Así, de una parte, la universidad no lograría aislarse del entorno por más que lo
intentara: es una universidad pública, sus estudiantes vienen y van de todos los
sectores y grupos sociales, y sus profesores, empleados y trabajadores habitan
también afuera. Ellos forman parte de muchas otras comunidades, corporaciones,
gremios, empresas, clubes o colectivos no universitarios, y sus preferencias van y
vienen igualmente entre todos esos lugares y la universidad. Además, para tramitar
conflictos internos, los universitarios invocan con suficiente naturalidad ya el derecho
“de afuera”, códigos “extrauniversitarios”, normas expedidas en “otra jurisdicción” y
tribunales “externos”. Los universitarios saben que su condición y la del lugar que
habitan se encuentran fuertemente conectadas con el entorno.

Pero, de otra parte, la universidad ni sus campus se confunden con ese entorno, por
más que se encuentre conectada con él o reciba sus impactos. El campus no es un
parque, una plaza, o una calle, ni está tan disponible ni tan expuesto como lo están
esos bienes de uso público. Eso lo saben bien quienes reconocen que habitan un lugar
específico, el campus, en cuyos espacios abiertos pueden encontrar mayor
tranquilidad que en muchos lugares abiertos de Medellín; o lo saben quienes perciben
alguna diferencia en las expectativas que prevalecen sobre el comportamiento de los
universitarios en el campus, en comparación con las expectativas que genera el
comportamiento de miles de personas reunidas en cualquier otro lugar de “afuera”.

La universidad no logra reflejar exactamente lo que ocurre al otro lado de sus mallas
perimetrales. Lo saben igualmente quienes conocen con precisión los niveles y el tipo
de delincuencia que se produce en el campus, en comparación con los niveles y el tipo
de delitos que se cometen en el entorno; o lo saben inclusive quienes valoran el hecho
de que en las plazoletas, bloques y pasillos de este campus no haya presencia
permanente de la fuerza pública, y que esa fuerza se abstenga habitualmente de
ingresar inconsulta o injustificadamente a la Ciudad Universitaria. Los universitarios
saben que su condición y la del campus que habitan, es diferente.

Esa condición de la universidad y su campus, entre él mismo y su entorno, se expresa


bastante bien en una combinación de factores sin los cuales y sin la cual (combinación)
no podría hablarse en rigor de esta universidad: i) el despliegue de mecanismos,
procesos y servicios que permiten verificar el carácter público de la universidad; ii) la
20
existencia constatable del vínculo de los universitarios con ideas y compromisos
sociales; iii) el ejercicio efectivo de un plus de libertad reconocido bajo la forma de
libertades académicas; iv) el uso verificable de la autonomía como derecho de
regulación interna o autorregulación, y como garantía institucional contra la
injerencia de poderes externos; y v) la voluntad que manifiestan los universitarios por
la defensa de esta garantía, de esas libertades, de aquellos compromisos y aquel
vínculo, y del carácter público de la universidad.

Que sea “una combinación”, quiere decir que la pérdida de equilibrio entre esos
componentes puede derivar en diversos tipos de aislamiento o de indistinción, con
respecto al entorno.19 Puede ser lo que ocurre cada vez que la universidad o su
campus se convierten en mundos apartados, inaccesibles; o, al contrario, en mundos
indiferenciables, completamente permeables por su entorno. Y hay circunstancias que
amenazan con lograrlo, o que eventualmente lo han logrado con una intensidad y una
duración variables.

Aunque no es la única,20 tal vez la violencia haya sido la circunstancia más dramática
y visible. No se puede olvidar (o no se logra olvidar) que en esta universidad se
escenificó, por décadas, un conflicto armado; que hubo cientos de acciones violentas
desplegadas en el campus o sobre el campus y los universitarios; que en él hicieron
presencia organizaciones vinculadas a conflictos bélicos de alcance nacional, y que allí
mismo se ha sentido el impacto de una ciudad que ha marcado el ritmo de las
estadísticas de violencia en Colombia, el estilo de la criminalidad, de sus
organizaciones y actividades.

La universidad ha sido, como la ciudad y el país, un crucero de conflictos y una


nebulosa en la cual la especulación (y el “estigma colateral”) adquiere también carta
de naturaleza. La universidad no es una isla. Es un lugar diferente pero naturalmente
poroso, permeable por esos conflictos y ligado ineluctablemente a esa sociedad
(Pérez, 2016, p, 256).

También han amenazado con borrar la línea que separa el campus de su entorno, y
con una intensidad notable, las acciones derivadas de una cierta forma de concebir la
“seguridad”. Una cierta forma que ha prevalecido “afuera” por tiempos, y que ha
llegado a reflejarse “adentro”, con tal fuerza, que se distorsiona completamente la idea
de una universidad capaz de resolver conflictos sin apelar a la fuerza, la violencia, la

19 La reducción de tal complejidad a solo uno de los factores puede derivar, en cada caso, en un aislamiento
paternalista (posiblemente reflejo de una sociedad totalitaria), filantrópico (de una sociedad aristocrática), elitista
(de una sociedad excluyente), medieval (de sociedades medievales) y de una universidad apenas en construcción
(reflejo de una sociedad con luchas intensas por el reconocimiento). Se trata por eso de un equilibrio que algunas
personas pueden asumir como estable si se acepta que diversas fuerzas sociales −incluida la de los propios
universitarios− siempre logran recuperar a la universidad de las derivas que la apartan de su naturaleza, o como
un equilibrio inestable si se sostiene que diversas fuerzas han logrado cada vez más apartar a la universidad de su
naturaleza.
20 La institución recibe —con más o menos oposición—, por ejemplo, el impacto de modelos económicos y de

gestión que, por momentos, parecieran alejarla de su misión y propósitos; también ha sufrido embates de diversos
estilos e intereses políticos prevalecientes en el entorno, que amenazan sus propias lógicas políticas.

21
destrucción, la restricción o el cierre de sus instalaciones. Ha ocurrido en diversos
momentos:

Una comunidad universitaria auto representada y defendida como crítica, pluralista


y deliberante, y que frente a muy diversos problemas ha actuado históricamente así,
aparecía de pronto incapaz de asumir una controversia democrática sobre “la
seguridad” del propio campus. Una interpretación simple de las acciones y
reacciones, y de las posturas y declaraciones aisladas de “las partes”, permite afirmar
que la seguridad se asumía como un tema innegociable o indiscutible (Pérez, 2016,
p, 59). 21

Pero también hay afectaciones ligadas a “situaciones externas” que son incomparables
en intensidad, pero que tienen una persistencia destacable. Por ejemplo, el comercio
informal. Aunque no es una circunstancia dramática, ha generado percepciones
problemáticas y realidades conflictivas en el largo plazo. De un lado, las percepciones
son problemáticas porque, sin que exista evidencia concluyente, algunos públicos han
prefigurado conexiones entre la informalidad y la violencia, o entre la economía
informal y la economía subterránea, o entre ventas informales, monopolios
extraordinarios y rentas exorbitantes. Esas percepciones suelen apoyarse en datos
que son constatables, pero que no son necesariamente indiciarios: ocupación de
espacios e inmobiliario, proliferación y concentración de la actividad informal en
determinados lugares, presencia de personas sin vínculo con la universidad dedicadas
a la actividad, situaciones de desorden físico o coincidencias temporales de medidas
institucionales sobre el comercio informal y alteración violenta del orden académico.

De otro lado se trata de una realidad conflictiva porque, adecuadamente ambientadas


y escalonadas, esas percepciones tienen la potencia suficiente para desatar conflictos
realmente intensos o duraderos. Es lo que ha ocurrido precisamente cuando la
situación y su tratamiento han sido diferidos al campo de la seguridad, es decir, a un
ámbito en el cual las alternativas son extraordinariamente limitadas. De hecho, el lío
en este caso ya no consiste en resolver un serio problema social, sino también en
afrontar las serias implicaciones que tiene su localización en el campo equivocado: el
de la (in) seguridad. En el año 2001 (tal vez el momento más intenso de
desplazamiento de la situación hacia el campo de la seguridad), por ejemplo:

21 “Desde los últimos años de la primera década de 2000 se hizo notorio el incremento de dispositivos de vigilancia
y control en el campus: “Aunque eventualmente se mencionaran «mafias de comercio informal», «consumo y
tráfico de estupefacientes», «hurtos», actos «terroristas» o «vandalismo», la razón que genéricamente se
mencionaba como motivo de las medidas era «la inseguridad» que se vivía en el campus. Por lo menos hasta finales
de 2013, aquellos dispositivos (nombrados explícita e invariablemente como «medidas de seguridad») serían parte
de los motivos aludidos en manifestaciones, huelgas, disturbios violentos y suspensiones preventivas de
actividades académicas. La expresión extrema del conflicto por la seguridad fue el cierre del campus durante
veintiséis días, entre septiembre y octubre de 2010 (…). En adelante, se sucederían atentados violentos contra
videocámaras, torniquetes y máquinas lectoras, y se mantendrían críticas puntuales a la vigilancia privada o
incidentes individuales entre guardias y estudiantes. Las incursiones de la fuerza pública a las instalaciones
universitarias, por su parte, se hicieron frecuentes en la segunda mitad de la década pasada e implicaron casi
invariablemente el enfrentamiento con grupos de estudiantes (con el rostro cubierto, pero también “sin capucha”),
y la evacuación precipitada del campus” (Pérez, 2016, p, 60).

22
(…) para quienes se dedicaban al comercio informal, fue un «agravio» el hecho de
que se vinculara su actividad con la delincuencia. El hecho («fundacional») de
expulsión del campus y prohibición de la actividad, probablemente haya sido y siga
siendo determinante en la construcción de la identidad «del colectivo» (Pérez, 2016,
p, 68).

Este fue el efecto más inmediato, menos lesivo y más duradero de la securitización del
problema. Era también un efecto predecible, precisamente por las condiciones
particulares del lugar donde ocurrían los hechos:

(…) la afirmación que relacionaba eventos criminales y actividades de comercio


informal, no se hacía en un parque público o en un estadio; y no era en un centro
comercial o en una universidad privada22 donde se prohibía la actividad, ni eran
simples comerciantes quienes resultaban aludidos. Todo aquello se hacía en una
universidad pública, sesquicentenaria, con una larga tradición de “resistencia” y
organización estudiantil, habitada por estudiantes procedentes de familias con
ingresos muy limitados, y localizada en un país y en una ciudad con dificultades de
empleo y con calles invadidas por el comercio informal (Pérez, 2016, p, 147).

Con todo, inclusive en relación con esos trastrocamientos securitarios, la universidad


tampoco se confunde con el entorno de una ciudad en la cual esas confusiones son
realmente habituales y las intervenciones de fuerza sobre el comercio informal,
cotidianas.23 La intensidad o las formas de persecución de la actividad en el campus y
afuera, son incomparables. Otra vez, la universidad es parte de la sociedad; pero tiene
peculiaridades.

En general, tampoco las ventas sin autorización en la universidad son las mismas que
se instalan en un parque o en una plaza de la ciudad, ni quienes están al frente de
puestos de venta en el campus enfrentan las dificultades que enfrentan las personas
fuera de él. Es incomparable la inseguridad en medio de la cual trabaja un “ventero
informal” en las calles Medellín, o el pago de extorsiones que padecen quienes buscan
cómo ganarse la vida en la informalidad más allá del perímetro del campus, inclusive
en el mismo sector céntrico de Medellín en el cual se localiza la Ciudad Universitaria.

El perfil de quienes tienen un puesto de venta en la universidad es también muy


propio, y es distinto el tamaño de la población de estudiantes dedicados a la actividad
en comparación con el entorno. Las alternativas que ofrece la universidad a las
personas han sido también distintas de las alternativas que ofrece la ciudad, e
inclusive pueden encontrarse riesgos específicos -y medibles- a los cuales se han
dirigido algunas de esas alternativas, como los riesgos de deserción o de desempeño
académico insatisfactorio del estudiante, o como la sobrecarga y usos inadecuados de

22 En palabras de Acero (2013 marzo 14): “Ningún estudiante en una universidad privada te va a cuestionar si le
piden el carné (…). En la universidad pública por naturaleza sí lo va a hacer y ahí es donde surgen los conflictos”.
23 (…) cada vez más explícitamente los diagnósticos, políticas y programas de seguridad local enfatizan el desorden

–y no sólo el delito– como un factor de inseguridad. Ventas informales –estacionarias o ambulantes–, orinales
improvisados, basura visible, aglomeración de gente protestando, mendigando o embriagándose, deterioro de
edificios y espacios urbanos, son situaciones calificadas fácilmente como “de inseguridad” (Pérez, 2016, p, 89).

23
una infraestructura educativa, diseñada con fines distintos de la conexión difusa y no
planificada de redes eléctricas e hidrosanitarias y sistemas técnicos diversos.

Otro dato distintivo -y llamativo- de la actividad en el campus, es que los puestos de


venta más visibles y constantes aquí (a diferencia de lo que suele ocurrir en espacios
urbanos acotados en los cuales se ejerce la actividad), pertenecen a personas que no
tienen el vínculo identitario con el lugar. Es decir que no son estudiantes de la UdeA.24
Y finalmente, la movilidad (o eventualmente el relevo) de los estudiantes de la
universidad dedicados al comercio informal en el campus, se encuentra normalmente
asegurada por la finalización de sus estudios. En el caso de los egresados o de las
personas sin vínculo alguno con la universidad, su permanencia se prolonga en el
tiempo sin que sea posible establecer una causa probable de abandono voluntario de
la actividad.

No obstante en esas particularidades, hay también similitudes entre el comercio


informal en el campus y la actividad en el entorno: i) problemas de salubridad e
higiene de los productos o de su preparación in situ, ii) afectaciones a la movilidad en
lugares inadecuados para la concentración del comercio informal, iii) riesgo de
conflictos por el uso de espacios y mobiliarios, iv) problemas con la limpieza de los
lugares que ocupan los puestos de venta, v) necesidades extremas en el caso de
algunas personas que se inician en la actividad; vi) pero también casos de decisiones
racionales de personas que persisten en la actividad y que, por lo tanto, no se
encuentran interesadas en programas alternativos que estén por debajo de los
márgenes de rentabilidad, libertad o comodidad que ofrecen algunos puestos de
venta; y vii) cálculos “bien logrados” en la gran mayoría de las decisiones de ubicación
geográfica del puesto de venta.

La situación de la UdeA, comparable o no en sus detalles con el entorno del campus,


es bastante cercana eso sí a la situación que viven muchas otras universidades en
Colombia.25 Esta, por supuesto, no es una razón para la quietud. Todo lo contrario,
pues no sería el único caso en el cual la UdeA habría dado un primer paso para la
solución de situaciones problemáticas que afectan a las instituciones de educación
superior en el país. Los siguientes son algunos datos sobre la situación en la Ciudad
Universitaria de la UdeA: En el campus central hemos manejado un promedio de 75
puestos de ventas no autorizadas en los últimos cinco años. El número de ellos suele
incrementarse al inicio de cada semestre y decrecer paulatinamente hacia el final del
mismo período.

En lo que respecta al tipo de productos ofrecidos en los puestos de venta no


autorizados, la siguiente era la situación en 2015:

24 Algunas notas sobre la relevancia del vínculo, en el caso de la universidad ICESI, en: Arango, Perlaza y Holguín
(sf)
25 Esa similitud incluye el riesgo de la securitización mencionado. Es elocuente que el tópico de las ventas

informales fuera recurrente en el Encuentro de Seguridad y Convivencia en los Campus Universitarios Colombianos,
celebrado en 2012 y en el cual participaron 23 representantes de Instituciones de Educación Superior, del gobierno
nacional, la policía y la defensoría del pueblo (Ospina, 2012).

24
Mapa 2. Universidad de Antioquia. Georreferenciación de puntos de venta informal, 2015

Tabla 1. Universidad de Antioquia. Georreferenciación de puntos de venta informal, 2015


ZONA Alimentos y varios Fotocopias y libros Películas Alimentos y varios Piso TOTAL
(Verde) (naranja) (Violeta) 2 (Rojo)
1 12 0 3 1 16
2 22 3 6 0 31
3 12 1 0 1 14
TOTAL 46 4 9 2 61
Fuente: Infraestructura y Logística

En 2016 (junio), este era el panorama:


Mapa 3. Universidad de Antioquia. Georreferenciación de puntos de venta informal, 2016

Fuente: Infraestructura y Logística

Considerados más en detalle los productos ofrecidos por los puestos de venta no
autorizados en el campus, el “mecato” siempre han ocupado el primer lugar en la lista.
Aún en 2019, representa el 45.4 %. Sin embargo, en los últimos tres años han ganado
cada vez más terreno (también en la lista) la venta de alimentos preparados in situ
(jugos, hamburguesas, sándwiches, butifarras), los cuales se ofrecen ya por lo menos

25
en una quinta parte del total de puestos existentes en marzo de 2019. Esta es la situación
actual:

Gráfico 7. Universidad de Antioquia. Puntos de venta informal 2019:


Localización y productos ofrecidos
GUAYAQUILITO
PASTORA
VEINTICINCO
VEINTICUATRO
VEINTITRES
VEINTIDOS
VEINTIUUNO
BLOQUES

VEINTE
DIECINUEVE
DIECIOCHO
DIECISEIS
CATORCE
DOCE
NUEVE
OCHO
SIETE
SEIS
CINCO
CUATRO
DOS

0 5 10 15 20 25
Mecato Mecato2 Mecato3 Tintos Mangos Empanadas
Jugos Libros Bisutería Perros Plátanos Sándwich
Hamburguesas Cervezas Pasteles Obleas Arepas Waffles
Porciones de Afiches Cds Ropa
“Mecato”: Solo mecato. “Mecato 2”: mecato y minutos. “Mecato 3”: mecato y tintos

En lo que respecta a las intervenciones de la universidad, ellas han ido del debate
recurrente en los órganos colegiados de gobierno, hasta la ejecución de estrategias
diversas por parte de la Rectoría. De una parte, la constante preocupación de los
órganos de gobierno universitario se ha expresado en ideas de intervención que van
de la expedición de reglamentos y sanciones disciplinarias, pasando por el llamado al
examen cuidadoso, la distinción y el estudio del problema, hasta la gestión de formas
asociativas de venteros. Cuando el problema ha sido aludido como “ocupación” o
“privatización” ilegal del espacio público, se han sugerido desde intervenciones
ambientales, hasta la ejecución de planes por fases: diálogo, persuasión, información,
bienestar y punición.

La Rectoría de la Universidad por su parte ha intervenido directamente la situación


mediante estrategias que pueden ser localizadas en los extremos opuestos del
desalojo forzado y de los subsidios dirigidos. Entre esos extremos, se han aplicado
estrategias intermedias —que tienden a uno u otro extremo— como la prohibición de
la actividad y las acciones disciplinarias, los programas de sustitución de la actividad
con otras opciones comerciales reguladas o formales, y los programas de apoyo de
Bienestar Universitario.

26
El cierre del campus, ocurrido simultáneamente con el retiro de los puestos de venta
sin autorización, no ha sido una práctica habitual. Pero ha ocurrido. En cambio, la
prohibición de ventas informales en el campus y de cualquier medio de auxilio a la
actividad, así como la calificación de la transgresión respectiva como falta disciplinaria
grave, ha permanecido vigente durante más de quince años. Este es el texto
consagrado en el Acuerdo Superior 206 de 2001:

Artículo 1. Prohíbase cualquier forma de venta informal dentro de las instalaciones


de la Universidad. Constituirá falta disciplinaria grave la venta informal o cualquier
medio de auxilio a las ventas informales por parte de estudiantes, profesores, personal
administrativo, trabajadores oficiales y contratistas de la Universidad, en las
instalaciones de la Universidad. Artículo 2. Se entenderá como colaboración o auxilio
a las ventas informales: a) La introducción, custodia, almacenamiento y protección de
bienes con destino al comercio por parte de vendedores no autorizados, o destinados
al desarrollo de tal actividad. b) La actitud pasiva, por parte de las personas
responsables, que permita la utilización del agua, energía eléctrica y teléfonos de la
Universidad de Antioquia en dicha actividad. c) cualquier otra labor dirigida a
patrocinar, proteger o encubrir las ventas informales.

Conviene tener en cuenta que hace algunos años este Acuerdo Superior fue
demandado. Según el demandante, debería declararse la nulidad del acto porque
habría una falsa motivación, pues la UdeA no habría demostrado el nexo entre ventas
informales e inseguridad, que se alegó en su momento como motivo de la prohibición.
Habría además un conflicto que debería resolverse en favor del derecho al trabajo de
las personas que ejercen el comercio informal en el campus; y habría finalmente
irregularidades en el procedimiento de expedición del acto. En el año 2016 el Tribunal
Administrativo de Antioquia declaró la nulidad del Acuerdo, aunque consideró
razonable la motivación del acto; es decir que, a juicio del Tribunal, las ventas no
formalizadas escapaban del control de la Universidad; facilitaban el tránsito de
personas externas a la comunidad universitaria; propiciaban el uso de cilindros y
pipetas de gas y por lo tanto la ocurrencia de algún accidente; implicaban condiciones
problemáticas de salubridad e higiene de los productos que se comercializaban;
pauperizaban a los estudiantes empleados en negocios de propiedad de personas
externas a la Universidad; producían una apropiación del espacio público, y en
algunos casos la actividad incluía productos ilícitos y piratería. No obstante, el tribunal
encontró inadmisible la vulneración del Estatuto Superior Universitario (artículo 63)
que dispone una secuencia y unos términos estrictos cuando se trata de aprobar
reformas al reglamento estudiantil, con lo cual el Estatuto garantiza el principio de
publicidad y el principio democrático. El Estatuto, en efecto, exige al Consejo Superior
Universitario respetar la diferencia de un mes entre uno y otro debate para la
aprobación de aquel tipo de normas. El Tribunal concluyó entonces que la prohibición
y la sanción referidas al comercio informal en el campus son nulas, pues el Acuerdo
que las estableció no fue expedido de conformidad con el procedimiento que indica la
máxima norma universitaria. Y que eso constituye un vicio que no es meramente
accidental, sino que se trata de un vicio sustancial que atenta contra el principio
democrático. Actualmente la decisión se encuentra en apelación ante el Consejo de

27
Estado, y hasta que esta segunda instancia no confirme o revoque definitivamente
aquella decisión del Tribunal, la prohibición consagrada en el Acuerdo Superior 206
de 2001 se encuentra vigente y es aplicable.

Hasta unos meses antes de que el Tribunal tomara aquella decisión, y desde 2013, se
habían presentado 76 reportes disciplinarios por ventas no autorizadas en el campus
(los cuales a veces implicaban al mismo estudiante: hay casos de 8 reportes sobre una
misma persona). El 51,3% de esos 76 casos terminaron con resolución inhibitoria (y
un llamado de atención pedagógico); el 5,2% con el archivó del proceso, y el 10,5%
con la imposición de una sanción. Esos reportes, sumados a los que se generan por
faltas de otro tipo, han causado eventualmente congestión en la Unidad de Asuntos
Disciplinarios. De hecho, el 33% restante de aquellos 76 reportes “por ventas”
acumulados desde 2013, se encontraban “en proceso” o “pendientes por abrir
proceso” en agosto de 2016.

Finalmente, y en lo que respecta a otro tipo de estrategias ensayadas por la


universidad para intervenir la situación del comercio no autorizado de productos
lícitos en el campus, en los últimos 5 años se han ejecutado iniciativas con un signo
diferente, como las siguientes: Programa de Atención Social y Solidaria a Estudiantes
en Situación de Ventas Informales (2013 - 2015); repotenciación de la iniciativa
Burbujas de Café, finalmente convertida en el actual programa DOMO (2015-2018);26
y admisión extemporánea a servicios de apoyo de la DBU, para quienes cesaran su
actividad comercial informal en el campus (2017).27

Durante estos años, e inclusive desde 2012, la actividad de comercio informal en el


campus ha sido además objeto de varios estudios de mercado (2012, 2015, 2017,
2018) que básicamente han descrito el perfil del consumidor, las limitaciones de la
oferta comercial formal en la universidad, la aceptación de una marca (DOMO) y la
comparación de precios entre mercados (formal e informal).

3. Plan de modificación de la situación de comercio no autorizado de


productos lícitos en el campus

La gráfica 8 sintetiza la propuesta del grupo de trabajo. Como se verá, ella incorpora
aprendizajes y experiencias del pasado, y retoma en sus proyectos algunos

26 Pese a los resultados financieros del programa Burbujas de Café, su reputación y su modelo básico ofrecían un
potencial de crecimiento que podría aprovecharse con diversificación de la oferta. Además, el mejoramiento del
modelo de operación podía hacerlo autosostenible. El programa derivo finalmente en el proceso DOMO.
27 Se inscribieron 14 aspirantes y 13 cumplieron los requisitos (4 laboran actualmente en Domo Móvil). La oferta

de “alimentación a estudiantes de pregrado y becas de manutención” era extemporánea porque, según decía la
iniciativa, “la asignación ordinaria de cupos para dichos servicios en 2017, ya se realizó”. Se indicaba además que
procedía “un margen de flexibilidad” en el cumplimiento de los requisitos, que eran básicamente: ser estudiante
activo de pregrado en la UdeA (en 2017-II y haberlo sido en 2017-I); reconocerse como estudiante dedicado a las
ventas informales indicando la actividad y comprometerse a abandonarla partir del 1º. de agosto de 2017; residir
en estrato 1 o 2 y demostrar dificultades de sostenibilidad en la universidad; aceptar las fuentes de verificación
“incluidos entrevista con trabajador social o psicólogo y eventual visita domiciliaria”. Finalmente se estableció que,
si no se cumplían los requisitos académicos, el estudiante se comprometería “a cumplirlos para el semestre 2018-
I”.

28
componentes conocidos y que se encuentran en ejecución. En términos generales, el
plan de modificación de la situación de comercio no autorizado de productos lícitos
en el campus está compuesto por un proyecto, un proceso y una estrategia que es
transversal a todo el plan. Estos tres elementos están interconectados de tal manera
que la falta de ejecución de cualquiera de ellos puede derivar fácilmente en el fracaso
de la propuesta.

Gráfico 8. Plan de modificación de la situación de comercio no autorizado de productos lícitos


en el campus

Módulos iniciativas comerciales


Intervención estudiantiles –MICE-
Proyecto arquitectónica y Componentes Estancias de Estudio y para la memoria
socioespacial Zonas de estudio en la Plazoleta Barrientos
Nuevos puntos institucionales de comercio

Selección de participantes
Emprendimiento que transforma territorios
y buenas prácticas de manufactura
Proyectos seleccionados y (re)ubicación
Formalización y Momentos Programa de Atención Social y Solidaria
Proceso
normalización de las Mejoramiento de la oferta comercial
actividades de comercio existente
Informal Reglamentación
Ventas informales y Mecanismos
Autocompositivos de Resolución de
Conflictos

Estrategia Estrategia de Acciones Acción comunicativa en el ámbito interno


comunicaciones Acción comunicativa en el ámbito externo

El proyecto, el proceso y la estrategia constituyen una unidad en sí misma y facilita la


determinación de responsabilidades y recursos, y la dedicación de grupos de trabajo
que de aquí en adelante introduzcan los cambios y mecanismos que se requieran (en
la fase de consulta y ajustes).

3.1. Proyecto de intervención arquitectónica y socioespacial

Cuando se proyectó la construcción del Campus de la UdeA y sus edificios, el grupo


encargado de su planeación definió premisas de diseño que aún tienen vigencia. Las
premisas son las siguientes:

a) Crear un conjunto arquitectónico y urbanístico homogéneo.


b) Buscar una integración plástica con los elementos arquitectónicos de la región y
con el paisaje
c) Valorar los espacios que forman los edificios entre sí, creando perspectivas
variadas y ambientes propicios para el estudio.
d) Diseñar edificios que permitan la construcción en serie, con el objeto de disminuir
los costos y el tiempo de ejecución.
e) Prioridad en el uso de los materiales de la región.
f) Que dentro de la totalidad de la superficie construida la mayor parte esté dedicada
a la educación.

29
g) Tratar de lograr una obra funcional como Universidad y como arquitectura un
ejemplo para Latinoamérica por: sus costos, el uso de materiales autóctonos y la
facilidad de construcción, y la elasticidad de los edificios para adaptarlos a nuevos
usos y cambios en las técnicas de enseñanza e investigación (Universidad de
Antioquia, s.f.)

Mapa 4. Universidad de Antioquia. Campus, años 70

Archivo fotográfico Biblioteca Pública Piloto

Con base en la última premisa de diseño y específicamente en el criterio de “la


elasticidad de los edificios para adaptarlos a nuevos usos y cambios en las técnicas de
enseñanza e investigación”, el Plan Maestro de Planta Física adoptó la reglamentación
de las intervenciones sobre la infraestructura física del campus universitario en
Medellín, de manera que la adaptabilidad de los edificios y los espacios públicos
respondieran a las necesidades actuales y proyectadas de las actividades misionales
de la institución.

Actualmente, el campus está constituido por 30 bloques, la mayoría de ellos


construidos en la misma época y bajo el mismo proyecto de diseño. Gracias a que el
campus se diseñó y se construyó completamente por un grupo de arquitectos, el
lenguaje del trazado urbano y las construcciones es homogéneo y tienes
características repetitivas en cada uno. Por esta condición la ciudadela se aprecia
como un conjunto integral en el cual todo se relaciona y cada espacio público, zona
verde, circulación, escultura o edificio, juega un papel representativo dentro del
campus.

Algunas de las características de la arquitectura, que se pueden identificar fácilmente


como parámetros de diseño, son los patios centrales, las circulaciones perimetrales o
centrales de acuerdo al uso del edificio, la planta libre, la flexibilidad de los espacios
para adecuarlos a las necesidades presentes y futuras, las alturas, los materiales, los
pasamanos en concreto, las cubiertas escalonadas, la viga canoa en edificios públicos,
los vanos en concreto y vidrio, las conexiones a través de puentes y pasarelas entre

30
los bloques, los espacios públicos y la vegetación que separa a cada edificio de los
demás.

La zonificación fue uno de los instrumentos urbanísticos que se utilizó en el diseño del
campus universitario, con el objetivo de operar sobre el territorio de forma
organizada y hacer más eficientes las actividades en cada lugar. El campus se zonificó
en 5 grandes zonas con destinación específica, tales como los núcleos académicos, el
área administrativa, la zona sociocultural, el núcleo deportivo y las zonas de parqueo.
De acuerdo con esta organización se construyeron los edificios académicos, los
edificios públicos, la infraestructura deportiva y los espacios para el encuentro y el
descanso.

Gráfico 9. Zonificación y usos del suelo en la Ciudad Universitaria

La estructura física del campus comprende tres elementos: un eje sociocultural, cuatro
grandes zonas académicas y las instalaciones deportivas. La concepción del primero
de ellos partió de la idea de construir una gran área central con el fin de agrupar en
ella todos los elementos constitutivos de la actividad docente. Esta área, semejante a
un paseo peatonal que inicia en la portería Barranquilla, se completa con una plazoleta
en la cual se ubican los edificios más representativos de la actividad cultural de la
Universidad: La Biblioteca Central, el Bloque 16 o Administrativo, el Museo
Universitario, el Teatro Universitario y finalmente el bloque 22 o Unidad de Servicios
de Atención a la Comunidad Universitaria, conforman una plaza cívica donde se
encuentran también varias de las principales obras de arte del campus, además de ser
un sitio de encuentro para los estudiantes.

Alrededor de todas las zonas construidas se proyectó una gran franja verde de
protección, que como un bosque sirviera para aislar los ruidos y como refugio de fauna
y separación de las zonas circundantes. Finamente el campus se completa con
escenarios deportivos tales como la piscina, el coliseo, el gimnasio, y las canchas de
fútbol y tenis.

En la actualidad, la universidad cuenta con diferentes zonas comerciales: la plazoleta


de comidas ubicada hacia la zona norte del campus, entre los bloques 20, 21 y 22 y
cercana a la piscina y zona deportiva; la zona comercial de la plazoleta Barrientos,
localizada hacia el costado sur del campus, entre los núcleos de Ciencias Exactas y

31
Naturales y Ciencias Sociales y Humanas; la pizzería del núcleo de Artes, la cafetería
de deportes, la farmacia y algunas burbujas de café en algunos pasillos y edificios.

Mapa 5. Oferta comercial formal en el Campus

Como se ha dicho antes, si bien la universidad cuenta con diferentes espacios


comerciales (comidas, frutas, cafés, papelerías, farmacia), la oferta no es suficiente
para las aproximadamente 40.000 personas que habitan el campus, entre estudiantes,
profesores, personal administrativo y visitantes. Sin embargo, la actividad de
comercio informal que se explica en parte por ese déficit ocupa mesas de estudio,
corredores y espacios públicos; dificulta un mínimo control sobre los productos que
se venden y no permite tener certeza sobre el vínculo de las personas que ejercen la
actividad, con la universidad. La persistencia de la situación ha generado incomodidad
entre los universitarios, pero simultáneamente la prohibición ha creado
inconformidad entre los estudiantes, muchos de los cuales argumentan que dependen
de las ventas para para poder estudiar.

Como respuesta se creó el programa DOMO, una alternativa a la cual se vinculan


estudiantes con necesidades socioeconómicas identificadas, de tal manera que
puedan recibir una contraprestación económica, afiliación a salud y riesgos laborales,
lo cual favorece su permanencia y la culminación de sus proyectos académicos. Sin
embargo, esta iniciativa no ha sido suficiente.

32
Imagen 1. Burbuja Domo Café (Bloque 21)

Tomando como referencia los elementos que dan forma a la estructura física del
Campus, y después de evaluar los logros y limitaciones de las respuestas ensayadas,
el grupo de trabajo ha elaborado un proyecto de intervención arquitectónica que tiene
por objeto crear la infraestructura y las condiciones socioespaciales básicas, para
garantizar la transformación y normalización del comercio no autorizado de
productos lícitos en ciudad universitaria. Como se puede apreciar en la tabla 2, este
proyecto está integrado por cuatro componentes: los Módulos Iniciativas Comerciales
Estudiantiles –MICE-, las Estancias de Estudio y para la Memoria, las Zonas de Estudio
de la Plazoleta Barrientos, y los Nuevos puntos institucionales de comercio.

Tabla 2. Proyecto de intervención arquitectónica y socio espacial.


Módulos iniciativas Comerciales Como subsidio/apoyo
estudiantiles -MICE-.
Estancias de Estudio y para la Con “adopción” de estancias
Memoria
Proyecto de
Zonas de Estudio en la Plazoleta Nueva dotación y
Intervención
Barrientos reacondicionamiento
arquitectónica y
DOMO
socioespacial
Proteico y saludable
Nuevos puntos institucionales de
De la confianza
comercio
Centro de Producción de
Alimentos

3.1.1. Módulos Iniciativas Comerciales Estudiantiles -MICE-

El proyecto de intervención arquitectónica y socioespacial para incidir en la situación


de ventas informales, potenciar su iniciativa y ampliar sus oportunidades, tiene como
núcleo y componente central la instalación de contenedores de carga, reutilizados y
adaptados a las necesidades de la universidad. Dado que el campus es un espacio
patrimonial ya consolidado en su infraestructura general, se propone la ubicación de
estructuras móviles, de fácil instalación y/o desmonte, y que se identifiquen,

33
claramente, como una intervención moderna dentro del conjunto patrimonial. Entre
las ventajas que tiene la arquitectura de contenedores se encuentran las siguientes:

a) Alta resistencia a condiciones climáticas y golpes por su estructura en acero


corrugado
b) Bajo costo, por ser contenedores de carga reciclados
c) Adaptabilidad a diferentes usos
d) Cimentación ligera, con dados de concreto que permiten su apoyo en el terreno
e) Portabilidad, ya que permite su desplazamiento y adaptación a un nuevo uso o
lugar
f) Arquitectura efímera, ya que puede ser una estructura pasajera de fácil
construcción y desmonte

Para la localización se analizó el estado actual del campus y se tuvieron en cuenta


criterios como los siguientes:

a) Espacios de poco tránsito.


b) Lejanía al eje central, donde se ubican los edificios más representativos.
c) Lugares con adecuada accesibilidad.
d) Espacios con alta demanda de usuarios y sin oferta comercial y de servicios.
e) Zonas que permitan el confort térmico con adecuada arborización.
f) Zonas que permiten un rediseño de los usos y, como complemento, la conversión
de ellas en espacios amigables con el medio ambiente.

Este proyecto se ubica en varios espacios públicos y zonas verdes del campus
universitario, las cuales fueron seleccionadas de acuerdo con los criterios anteriores
y se describen a continuación:

Mapa 6. Propuesta de localización de los Módulos de Iniciativas Comerciales Estudiantiles


(MICE) en el Campus, Etapas 1 y 2

34
La localización de los módulos de iniciativas comerciales se puede agrupar en tres
grandes zonas.

Zona 1: Zona norte del Coliseo universitario. Se encuentra localizada en la zona norte
del campus, cercana a la vía circunvalar, la piscina, las placas polideportivas y la
cancha de fútbol. Alrededor del coliseo universitario existen varios espacios para la
recreación, el deporte y actividades culturales de gran escala, con una capacidad para
2.000 espectadores aproximadamente. En este lugar no existe oferta comercial
actualmente, y como se mencionó, es un espacio que congrega gran cantidad de
personas por los eventos deportivos que se lleva a cabo. Para este lugar se propone la
ubicación de tres módulos comerciales, con oferta de comida, café y snacks, con mesas
y sombrillas en la parte frontal.
Imagen 2. Estado actual Zona 1 – Coliseo Universitario

Imagen 3. Ubicación de MICES en Zona 1 – Paralelo al Coliseo Universitario

35
Imagen 4. Ubicación de MICES en Zona 1 – Costado norte del Coliseo Universitario

Zona 2: Zona entre el Bloque 12, el parqueadero del Bloque 16 y la Plazoleta de Artes.
Esta zona se encuentra localizada en el occidente del campus, entre el bloque 12 y la
plazoleta de artes, bordeando la zona norte y sur del parqueadero del Museo
universitario y cercana a la vía circunvalar y la portería del río. Actualmente, este lugar
se utiliza como zona de paso y parqueo. Sin embargo, se encuentra cercano a lugares
de gran afluencia de público como lo es el núcleo de Ciencias Sociales y Humanas hacia
el sur, el núcleo de Artes hacia el norte y el Museo universitario hacia el oriente. Es un
lugar muy concurrido por los estudiantes de artes principalmente, que usan el espacio
público para ensayos musicales, danza y teatro. Esta zona contiene abundante
arborización en su interior, lo que permite generar zonas de confort climático, gracias
a la sombra que proyectan las copas de los árboles y visuales paisajísticas agradables
para los usuarios.

Imagen 5. Estado actual Zona 2


-parqueadero (costado sur) entre el Bloque 15 y la Plazoleta de Artes-

La propuesta consiste en cambiar el carácter del espacio y transformarlo de


parqueadero a plazoleta de comidas. Para tal fin se ubicarían 4 módulos comerciales
paralelos al bloque 12 y mirando hacia el norte, y 6 módulos comerciales paralelos a

36
la fachada posterior del Museo, mirando al oriente. Adicional a la ubicación de los
MICES, se aprovecha el espacio central para intensificar la vegetación y arborización,
instalar dos estructuras tipo pérgola para el resguardo del sol y la lluvia y la
instalación de mobiliario fijo en concreto, mesas con parasoles y demás dotación
necesaria para un buen aprovechamiento del espacio (luminarias, basureras, entre
otros)

Imagen 6. Plano de intervención en parqueaderos Facultad de Artes (1)

Imagen 7. Plano de intervención en parqueaderos Facultad de Artes (2)

37
Imagen 8. Ubicación de MICES Zona 2- 3d

Imagen 9. Ubicación de MICES Zona 2, fotomontaje

38
Imagen 10. Ubicación de MICES Zona 2 (A) Imagen 11: Ubicación MICES Zona 2 (B)

MICE 4
MICE 4
MICE 5

Zona 3: Vía de servicio sector oriental. Localizada hacia la zona nororiental del campus,
en inmediaciones del núcleo de Ingeniarías y la zona deportiva. Actualmente funciona
como una vía de servicio para hacer cargue y descargue. Esta vía cuenta con andenes
y arborización a ambos lados y es utilizada por gran cantidad de estudiantes que
llegan en Metro y acceden a la Universidad por esta vía. Además, termina en una de
las zonas comerciales del campus.

Imagen 12. Estado actual vía de servicio Zona 3

Como propuesta de intervención se plantea su consolidación como eje peatonal, la


ampliación y el mejoramiento de los andenes, y la siembra de árboles y jardines. Se
trata de consolidar este espacio como un paseo urbano, cultural, punto de encuentro
y zona de estancia con oferta de productos y servicios. Para tal fin, Se propone la
localización de 5 módulos comerciales en uno de los bordes de la vía, dotados con el
mobiliario necesario para su funcionamiento (bancas, luminarias, basureras), sin
interferir con la fácil circulación de peatones y vehículos de servicio.

39
Imagen 13. Ubicación de MICES en Zona 3 – Vía servicio, imagen 3d

Imagen 14. Ubicación de MICES en Zona 3 – Vía servicio, fotomontaje

Cada uno de los módulos de comercio albergará dos locales comerciales. En las
siguientes imágenes se muestra la planta arquitectónica de cada uno de los módulos
de comercio imágenes

40
Imagen 15. Propuesta Planta arquitectónica de MICE (dos locales por módulo)

Imagen 16. Sección A-A de MICE

Imagen 17. Sección B-B de MICE

41
Imagen 18. Vista frontal C-C de MICE

Imagen 19. Vista lateral D-D de MICE

3.1.2. Estancias de Estudio y para la memoria

La segunda propuesta del proyecto de intervención arquitectónica y socioespacial es


la adecuación de las mesas y bancas en concreto, existentes en varias zonas verdes del
Campus.28 Dicha adecuación consiste en la instalación de una piel en lámina metálica
microperforada que permita el paso del aire y, a su vez, proteja de la lluvia a los
usuarios de este tipo de mobiliario. El objetivo central es transformar estos lugares en
espacios para el estudio y en escenarios de encuentro para el descanso y el ocio.
Además, ellos tendrán una función evocativa y funcionarán como lugares de memoria
o espacios para recordar la historia de algunos hechos de violencia ocurridos en la
Universidad desde la fundación del campus.

Como opción B se plantea la posibilidad de fabricar el módulo desde cero, es decir, fabricando no solo la piel
28

metálica sino también el mobiliario al interior.

42
El objetivo es usar la infraestructura existente, inicialmente en dos pruebas piloto de
seis (6) estancias adecuados en la zona verde frente al Bloque 9, y tres (3) estancias
en la zona verde de la parte posterior de la Facultad de Artes. Debido a la cercanía con
los árboles que tiene el mobiliario existente en concreto en la zona verde de la
Facultad de Artes, se plantea la instalación de tres (3) estancias adicionales de
mobiliario en concreto, los cuales se instalaran cumpliendo con las condiciones de
distancia a los árboles existentes. Gráficamente, la distribución de las estancias sería
la siguiente:

Imagen 20. Plano de localización de Módulos de concreto en zona verde frente al Bloque 9

Bloque 9

Portería
Barranquilla

Imagen 21. Plano de localización de Módulos de Concreto en zona verde Facultad de Artes

Portería
del Río

Bloque 24

Bloque 25

43
La adecuación y planimetría de las estancias se presenta en las siguientes imágenes:

Imagen 22. Planta de adecuación módulo de concreto

Imagen 23. Sección de adecuación módulo de concreto

44
Imagen 24. Planimetría de módulos de concreto existentes

Imagen 25. Estancias de Estudio y para la Memoria en 3D (1)

45
Imagen 26. Estancias de Estudio y para la Memoria en 3D (2)

Imagen 27. Estancias de Estudio y para la Memoria en 3D (3)

3.1.3. Zonas de Estudio en la Plazoleta Barrientos

La Plazoleta Barrientos del campus principal de la Universidad de Antioquia se


encuentra localizado en la zona sur oriental del mismo, próximo a la vía circunvalar,
rodeado por zonas verdes, y cercano a la portería sobre la Avenida Barranquilla. La
plazoleta es de planta rectangular alargada, conformada por columnas en piedra y

46
vigas en concreto a la vista, orientadas hacia el norte y sur de la plazoleta, con
aproximadamente 2.962,22m² de área construida y 4.035,83 de área libre. Su
destinación principal es como área de encuentro, circulación y acceso al campus
universitario. Además, es uno de los espacios más grandes del campus universitario
ocupado por locales comerciales.

Teniendo en cuenta la vocación de este espacio, el proyecto de intervención


arquitectónica y socioespacial incluye, en la zona de los corredores de la plazoleta, la
dotación de áreas de estudio que suplan las carencias que a este respecto tiene la
universidad. El mobiliario proyectado será de 123 mesas de cuatro puestos, 12 mesas
de 2 puestos y 26 mesas altas de 3 puestos, distribuidas en ambos costados de los
corredores respetando la circulación central.

La distribución de las mesas y el aspecto general que tendrían los dos costados de la
plazoleta es el siguiente:

Imagen 28. Planta propuesta mobiliario Plazoleta Barrientos

Imagen 29. Detalle propuesta mobiliario Plazoleta Barrientos

47
Imagen 30. Propuesta intervención costado oriental en 3D

Imagen 31. Propuesta intervención costado occidental en 3D

El proyecto de intervención arquitectónica y socioespacial se enmarcan en los


lineamientos definidos por el Plan Maestro de Planta Física, el cual busca mejorar las
condiciones de la infraestructura, adaptarse a las necesidades presentes y futuras de
la universidad, proteger el patrimonio y ampliar su oferta de servicios.

Considerando las necesidades y problemáticas existentes en el campus de la


Universidad de Antioquia en lo que respecta a movilidad, espacio público, seguridad,
actividades de borde, accesibilidad y vinculación entre el campus, el espacio y las
dinámicas del entorno, se propone la rehabilitación e intervención de los espacios
mencionados mediante estrategias como la localización de MICES (contenedores), y
mejoramiento de los andenes y plazoletas, para optimizar el espacio público interior,
generar espacios para la estancia, el comercio, la recreación y la cultura, crear puntos
de referencia y encuentro.

48
Todas las intervenciones que se realicen en el espacio público en pisos y jardines
mantendrán los mismos materiales y acabados, además de incorporar un paisajismo
con especies de jardín, que permitan la visibilidad y refuercen el paisaje natural con el
que cuenta el campus.

La Universidad de Antioquia como institución pública de educación superior de


Colombia es una entidad dinámica que se mantiene en continuo cambio y desarrollo
para poder adaptarse a las nuevas exigencias y necesidades de la época y evitar la
obsolescencia en cuanto a técnicas, tecnologías y espacios, que podría generar la
disminución de la calidad de la educación y dificultar los procesos de enseñanza y
aprendizaje. De allí, que las intervenciones de su infraestructura física se realicen de
una manera coherente, consciente y respetuosa con el patrimonio inmueble que
posee».29

De acuerdo con el texto de la cita, y con el objetivo de mejorar y mantener vigente la


infraestructura educativa del campus de la Universidad de Antioquia para la
prestación de un servicio educativo pertinente y de calidad, se requiere una
intervención como la que se ha descrito.

3.1.4. Nuevos puntos institucionales de comercio

Como se señaló atrás, en la búsqueda de soluciones a las necesidades económicas de


muchos de nuestros estudiantes, uno de los proyectos más exitosos es el programa
DOMO, de la Dirección de Bienestar Universitario. El proyecto de intervención
arquitectónica y socioespacial, recoge esa experiencia y la ayuda a fortalecer con la
creación de nuevos puntos institucionales de comercio. Específicamente, el proyecto
incluye:

● La implementación de dos (2) nuevos puntos fijos de oferta de alimentos con


enfoques de aporte proteico y alimentación saludable.
● La implementación de nuevos puntos DOMO y Módulos de Comercio (3.1) para la
oferta de alimentos en Ciudad Universitaria, que atienda las expectativas y
necesidades en términos de variedad y oportunidad.
● La creación y puesta en operación de tres (3) puntos de oferta de alimentos con el
modelo de autoservicio (Domos de la confianza) que contribuyan a la formación
integral de la comunidad universitaria, uno de ellos en Ciudad Universitaria.
● La creación de un Centro de Producción de Alimentos que atienda la demanda del
programa DOMO con criterios de calidad y oportunidad, y que permita aumentar
la oferta, en términos de cantidad y diversidad.

Se espera que, a partir de la implementación de este proyecto, se genere una oferta


comercial formal con mayor variedad de productos y oportunidad en la prestación del
servicio, que permita impactar de manera positiva en las condiciones sociales y físicas
de la comunidad universitaria, generando ambientes adecuados para el desarrollo de

29Reglamentación para la conservación y recuperación del patrimonio urbano-arquitectónico del campus de la


Universidad de Antioquia (2014).

49
las actividades cotidianas en el marco de la misión y la normativa institucional. En el
siguiente mapa se muestra la disposición espacial de los nuevos puestos, asociados a
esta propuesta:

Mapa 7. Nuevos puntos institucionales de comercio

3.2. Proceso de formalización de las Actividades de Comercio Informal

La propuesta de intervención sobre el comercio no autorizado de productos lícitos en


el campus busca la formalización y transformación de la actividad en la Universidad
de Antioquia. Para ello se requiere, además del proyecto de intervención
arquitectónica esbozado, el despliegue de un proceso de formalización del comercio
informal en el campo. El siguiente cuadro describe momentos y elementos que dan
forma a este proceso de formalización:

50
Tabla 3. Proceso de formalización de las Actividades de Comercio Informal

Momentos Elementos

Invitación, inscripción y selección de


Selección de participantes estudiantes que participaran en proyecto
MICE
Clasificación de los estudiantes y tipología
de negocios
Emprendimiento que transforma Laboratorio de emprendimiento e
Proceso de territorios y buenas prácticas de innovación
Formalización manufactura Procesos formativos y de acompañamiento
de Actividades psicosocial, comercial y tecnológico.
de Comercio Selección de las propuestas y ubicación de
Proyectos seleccionados y (re)ubicación
Informal los estudiantes en los MICE
Programa de Atención Social y Solidaria Oferta sustitutiva DOMO
Mejoramiento de la oferta comercial Horarios extendidos
existente Análisis periódico de mercadeo y consumo
Resolución de la Dirección de Bienestar
Reglamentación
Universitario
Ventas informales y Mecanismos
Autocompositivos de Resolución de Unidad de Resolución de conflictos
Conflictos

3.2.1. Selección de participantes

El proceso de formalización y normalización de las actividades de comercio informal


en el campus tiene dos fases: En la primera participarán aquellos estudiantes de
pregrado de la Universidad de Antioquia que estuvieren adelantando, al momento de
la creación del Programa MICE, una actividad de comercio informal en el campus,
siempre que esa actividad haya iniciado con anterioridad al 31 de julio 2019.

En su segunda fase, el Programa estará abierto a las iniciativas de comercio que


presenten los estudiantes de pregrado de la Universidad de Antioquia en las
convocatorias que realizará periódicamente la Dirección de Bienestar Universitario.
Cada convocatoria definirá los términos de referencia de acuerdo con el perfil de los
módulos disponibles y la oferta de bienes o servicios requeridos.

El momento que se define aquí como Procedimiento de selección de participantes,


primera fase, se refiere a la invitación que la Dirección de Bienestar Universitario hará
a los estudiantes de la Universidad de Antioquia que tienen puestos de venta de
productos informales, en los términos descritos en el proyecto de resolución que se
presenta al final de este capítulo. La invitación correrá simultánea con la oferta de
acompañamiento a las iniciativas de comercio que adelantará la Unidad de
Innovación, y que voluntariamente podrán tomar los estudiantes que participan de
esta primera fase, y que se encuentren motivados a mejorar las condiciones y la
perspectiva comercial de su propia iniciativa.

51
En la segunda fase del programa, que se surtirá una vez se encuentren disponibles los
cupos que ocuparán los participantes de la primera fase, se tendrán en cuenta las
condiciones que dificultan su sostenibilidad económica o las que determinan la
situación de vulnerabilidad de los estudiantes que aspiren a participar del programa,
pero también el tipo de oferta requerida en el campus, el perfil y la potencialidad de
la iniciativa respectiva. La Dirección de Bienestar Universitario revisará las bases de
datos que se encuentran en la Universidad y verificará el historial, las condiciones
específicas del estudiante, su situación académica, socioeconómica y sus condiciones
de vulnerabilidad. En todo caso, este proceso de caracterización solo podrá ser
promovido voluntariamente por el estudiante que aspire a ser participante del
Proyecto MICE. En esta segunda fase, además, la Unidad de Innovación acompañará a
los aspirantes en el proceso elaboración y presentación de su iniciativa, y en el
desarrollo de las que sean finalmente seleccionadas.

3.2.2. Emprendimiento que transforma territorios y buenas prácticas de


manufactura

Los participantes del programa MICE, primera fase, que voluntariamente acojan el
acompañamiento de la Unidad de Innovación, y todos los participantes del programa
en su segunda fase, ingresarán básicamente a un proceso de creación o
perfeccionamiento de sus propuestas o iniciativas de negocio. El objetivo general es
brindar una alternativa a los estudiantes de pregrado de la Universidad de Antioquia
que ejercen el Comercio no autorizado de productos lícitos en el campus, o que
podrían verse motivados o compelidos a ejercerlo, y que tengan interés en crear una
unidad productiva a partir del conocimiento que brinda la institución y de una
formación y acompañamiento en temas de creatividad, emprendimiento y mejora del
bien o servicio.

Para la creación de estas unidades productivas se debe contar con un conjunto amplio
de apoyos. De manera puntual ellos hacen referencia a:

 El apalancamiento interno: son las diferentes dependencias administrativas de


la Universidad de Antioquia que configuran la mesa de trabajo para los temas
de actividades económicas no autorizadas en la institución.
 Los aliados internos: son las Unidades académicas relacionadas a los focos de
trabajo de esta propuesta.
 Los ejecutores: se refiere al Programa Gestión Tecnológica, que deberá liderar
procesos formativos y acompañar a las unidades productivas
 Los agentes del ecosistema: hace referencia a las organizaciones públicas o
privadas interesadas en apoyar técnica o económicamente el proyecto, sea del
ecosistema de CTI o empresas.

Los participantes en el programa de emprendimiento e innovación, son:

 Estudiantes activos, sin importar el semestre académico que cursan, que


comercializan productos lícitos de manera informal.

52
 Estudiantes en riesgo de deserción porque ejercen actividades económicas no
autorizadas de carácter lícito.
 Estudiantes que comparten la filosofía del programa. Como este es un
programa permanente e inclusivo, debe tener apertura y por tanto concierne a
los estudiantes interesados en participar de los procesos, sin que previamente
tengan actividades económicas no autorizadas. Acá se hace referencia a los
estudiantes que participarán de la segunda fase.

El proyecto propuesto se enfocará en un primer momento en procesos productivos


que puedan enmarcarse en la siguiente tipología.

 Alimentos: Unidades productivas que estén desde la proveeduría hasta la


transformación de bienes alimentarios. En este caso serán objeto tanto los que
tienen espacio físico de atención, como los que venden sus productos de
manera ambulante.
 Comercio: se refiere a las actividades de intercambio de bienes o servicios en
el marco de la legalidad, aunque estén con actividades comerciales no
autorizadas por la institución.
 Solución de retos internos: tiene que ver con la identificación de actividades
internas que pueden ser entendidas como retos para que equipos de trabajo,
conformados por estudiantes de la Universidad, puedan dar soluciones y
vender el servicio. En la medida de lo posible se busca hacer una sustitución de
proveedores (institucionales o negocios de externos que tienen comercio
autorizado por la Universidad).

Para el correcto funcionamiento del modelo de apoyo a unidades productivas


(inicialmente a las no autorizadas en la Universidad) se tendrá como principios:

 Financiación: tiene que ver con la inversión que realiza la institución para que
sea usada de manera efectiva y pertinente.
 Colaboración: tiene que ver con la generación de redes de trabajo internas y
externas.
 Cooperación: obedece al apoyo que deben brindarse todos los participantes de
la iniciativa.
 Voluntariado: da cuenta de la integración de personas de la institución para
apoyar la mejora de las condiciones de comercio no autorizado.
 Gestión: se configura como principio básico para obtener recursos (técnicos,
económicas y humanos) en pro del bienestar de los participantes.
 Escrutinio público: obedece a la comunicación constante de resultados y
avances a la opinión pública de los procesos acompañados.

Con el fin de prestar una atención pertinente a los estudiantes que participan en las
unidades comerciales no autorizadas, se tendrá en cuenta la siguiente clasificación:

53
Factores de decisión Alcance - Clasificación - Acción a
desarrollar
¿Es para ¿Cuenta con ¿Tiene
sostenimiento producto? Interés por
económico? emprender?

Puede ser integrante de equipos


emprendedores, o fortalecer la
Si No No
mentalidad e identificación de una
iniciativa

Puede ser un negocio temporal,


importante hacer validación de
Si Si No
producto y determinar fortalecimiento
de ideas emprendedoras

Desarrollar habilidades creativas y


brindar herramientas para la
Si No Si
identificación de una iniciativa y su
desarrollo de producto

Propender por el desarrollo de una red


de trabajo o equipo de apoyo, en este
No Si No
sentido ampliar espacio para la
comercialización del producto

Acompañar en la modelación de la
unidad productiva clarificando la
No Si Si
intención que tenga con la iniciativa,
sea económica o social

Fortalecer equipo emprendedor y


Si Si Si acompañar el desarrollo de la iniciativa

Evaluar intereses y forma de


articulación con el programa de
No No No
acompañamiento a emprendedores, a
la vez que se valoren otras opciones

Además, se diseñará una ruta de acompañamiento que se sustenta en tres pilares: el


laboratorio de emprendimiento e innovación, los procesos formativos, y el
acompañamiento psicosocial y comercial.

a) Laboratorio de emprendimiento e innovación.

El laboratorio es un espacio para promover y fortalecer el trabajo cooperado en


materia de emprendimiento e innovación entre las unidades académicas, los
estudiantes en proceso de formalización y la comunidad emprendedora. Sus

54
capacidades están orientadas a generar ideas, proponer soluciones y desarrollar los
prototipos funcionales de las iniciativas.

Los propósitos generales del laboratorio son generar ambientes abiertos y


colaborativos para la creatividad, realizar el prototipado rápido de iniciativas viables;
desarrollar una agenda formativa y de asesorías temáticas; impartir cursos virtuales,
charlas y prácticas en emprendimiento con los estudiantes en proceso de
formalización y facilitar la actuación con ideas emprendedoras, de los estudiantes en
situación de venta

Para llevar a cabo cada uno de estos propósitos, el laboratorio de emprendimiento e


innovación se desarrollará en tres las etapas (algunas de las cuales se encuentran
articuladas o fundidas con el proceso general de selección de participantes descrito
en el proyecto de resolución que se presenta más adelante):

Etapa 1. Puesta en marcha de la iniciativa. Esta etapa comprende los siguientes pasos:

 Definición de unidades académicas que compartirán el ejercicio.


 Definición de plan de trabajo con actividades de sensibilización y formación.
 Presentación de propuesta a la comunidad
 Campaña de expectativa mediante una estrategia comunicacional.
 Preselección de participantes con base en requisitos habilitantes.
 Actividades de sensibilización e ideación (campamento)
 Generación de acuerdos con participantes
 Caracterización de los participantes

Etapa 2. Proceso de intervención. Esta etapa comprende los siguientes pasos:

 Línea base por unidad productiva y definición de ruta para el proyecto


(diagnóstico y plan de intervención).
 Definición de plan de trabajo con unidades académicas
 Generación de proyectos a partir de las propuestas de los participantes
 Evaluación de propuestas presentadas por aspirantes (segunda fase) o por los
participantes (primera fase)
 Generación de infraestructura comercial
 Asignación del paquete de beneficios
 Puesta en marcha de unidades comerciales

Fase 3. Crecimiento de la iniciativa. Esta etapa comprende los siguientes pasos:

 Diseño y puesta en marcha de laboratorio de emprendimiento e innovación


(Alimentos, bienestar y vida)
 Definición de plan de trabajo con unidades académicas y publicación de oferta
formativa y de gestión

55
 Definición de los procesos productivos y plan de inversiones (mejora continua,
innovación y desarrollo de prototipos funcionales)
 Evaluación de la dinámica asociativa para la concepción de la ruta empresarial
 Plan de proyección del emprendimiento
 Selección de los participantes
 Inicio nuevo ciclo

b) Acompañamiento psicosocial, comercial y tecnológico

Teniendo en cuenta que el proceso emprendedor demanda de competencias blandas,


la estructuración de equipos de alto desempeño y el acompañamiento constante para
que componentes psicosociales no afecten el desarrollo de la iniciativa, este pilar del
programa apoyará a los integrantes de los equipos emprendedores desde
intervenciones puntuales bajo un foco organizacional. De igual manera determinará
los temas básicos que también deben ser incluidos en el proceso formativo.

Paralelamente, los estudiantes contarán con un acompañamiento de carácter


comercial. Con el apoyo del Grupo Imark, de la Facultad de Ciencias Económicas, se
busca fortalecer las capacidades comerciales y de mercadeo en los estudiantes que
ingresen al programa. La metodología propuesta para este acompañamiento
contemplada en dos momentos:

Momento1. Generación rápida de portafolio comercial para los venteros actuales (que
se acojan voluntariamente al proceso). Para este momento se tienen contemplados
tres componentes

 Recursos y capacidades: Identificación a partir de los conocimientos actuales


de los estudiantes, los posibles productos o servicios que puedan desarrollar
de una manera acelerada.
 Construcción de marca: Generación de una marca comercial, desarrollo de
portafolio de producto o servicio comercial con sus respectivos precios y
proyección financiera que pueda cumplir los objetivos de los emprendedores.
 Fortalecimiento: Acompañamiento durante dos meses en los cuales se
desarrollarán charlas y asesorías personalizadas orientadas a identificar las
oportunidades de mejora y actividades clave que aumenten las probabilidades
de éxito de las iniciativas emprendedoras.

Momento 2. Acompañar el desarrollo de iniciativas de negocio con miras a un mercado


externo, mediante una metodología mixta de talleres y asesorías personalizadas

 Talleres: Planeación y ejecución de talleres quincenales en temas de:


modelación de negocios, investigaciones de mercado (validaciones de
mercado), técnicas de ventas, fijación de precios, exhibición de productos,
finanzas básicas, entre otras.

56
 Asesorías: Se tendrán asesorías permanentes con los participantes durante las
etapas de formulación e implementación de sus iniciativas. En el primer
momento se apoyará con cuatro horas de acompañamiento semanal en las
temáticas relacionadas con los talleres que estén dando en el momento, y se
tendrán actividades para ejecutar por parte de los participantes en el
transcurso de esas semanas hasta la implementación.

Finalmente, los estudiantes inscritos en el laboratorio tendrán un acompañamiento


en el alistamiento tecnológico e innovación para alimentos. Específicamente, con el
concurso de la Facultad de Ciencias Farmacéuticas y Alimentarias, se busca generar
capacidades mínimas y desarrollar procesos innovadores para aquellas iniciativas del
sector de alimentos que lleguen al programa. Para ello se proponen los siguientes
momentos:

Momento 1. Alistamiento tecnológico inicial

 Sensibilización: Curso de Manipulación de Alimentos (10 h)


 Identificación de oportunidades
 Diagnóstico técnico del proyecto
 Acompañamiento de proyectos

Momento 2. Emprendimiento e Innovación Alimentaria

 Acompañamiento de iniciativas en perfilamiento y proyección/ mejora de los


productos (paquete de 12 horas por proyecto de un asesor)
 Ciclo de talleres prácticos: Taller de identificación de tendencias y
oportunidades -aspectos críticos nutricionales, de diseño, de sostenibilidad
ambiental, otros-, 4 horas; Taller de creatividad sensorial -aplicaciones con
materias primas alimentarias-, 8 horas; Taller de procesos tecnológicos y de
innovación alimentaria, 18 horas; Taller de diseño e innovación de alimentos,
12 horas; taller de regulación aplicada, 3 horas; Taller de rotulado y etiquetado
Nutricional, 3 horas; Taller de trámites INVIMA, 2 horas; Validación técnica
final de productos -revisar si cabe en la propuesta-, 2 horas; y validación
comercial de alimentos -mediante el análisis sensorial- Herramientas y análisis
estadístico para la validación con consumidores, 8 horas.

3.2.3. Proyectos seleccionados y (re)ubicación

Una vez culminado el proceso de formación en emprendimiento y buenas prácticas


(segunda fase), se procederá a identificar y seleccionar a los participantes admitidos
al programa. O una vez culminado el proceso de acompañamiento a los participantes
que voluntariamente ingresen al programa (primera fase), será determinado el lugar
que ofrezca similares o mejores condiciones para la actividad comercial previa, o para
aquella por la cual el estudiante haya optado en su proceso de formación en el
laboratorio de emprendimiento e innovación.

57
Este es el momento culminante del proceso óptimo de formalización, pues supone el
tránsito de los estudiantes desde espacios de venta informal hacia espacios
plenamente formalizados, y adecuadamente acompañados en el mejoramiento y la
proyección su iniciativa. Se trata, fundamentalmente, del proceso más adecuado de
ubicación de los estudiantes y sus iniciativas de comercio en los Módulos de Iniciativas
Comerciales Estudiantiles -MICE-.

3.2.4. Programa de Atención Social y Solidaria

El proceso de formalización de la venta informal de productos lícitos se complementa


con los elementos del Programa de Atención Social y Solidaria, llevado a cabo entre
2013 y 2015. Se trata, en lo fundamental, de mantener abierto el espacio para aquellos
estudiantes que buscan o prefieren la reubicación en los módulos de comercio
modulares, en los puestos móviles del programa DOMO o mediante la autorización
excepcional de puestos de venta en determinados horarios, para oferta de productos
específicos y en lugares determinados. Por supuesto la Dirección de Bienestar
Universitario mantendrá todo su portafolio de apoyo disponible para las personas que
abandonen voluntariamente la actividad de comercio informal y quieran dedicarse de
lleno a sus estudios.

3.2.5. Mejoramiento de la oferta comercial existente

Partiendo de experiencias previas y de las consideraciones expuestas en este


documento, el proceso de formalización de las ventas no autorizadas en el campus de
la UdeA implica simultáneamente el fortalecimiento y mejora de la oferta comercial
existente. Todas las iniciativas relacionadas con la mejora de la oferta formal hacen
parte del proyecto PAI “Diversificación de la oferta comercial de alimentos en Ciudad
Universitaria”, el cual ya cuenta con el aval de la Dirección de Planeación y Desarrollo
Institucional y en consecuencia tiene garantizados los recursos para su ejecución en
los próximos dos años. Esta fase está integrada por dos elementos:

a. Los horarios extendidos: un programa complementario

Para garantizar la oferta formal en horarios extremos y fines de semana, el grupo que
elaboró el proyecto que ahora se presenta a consideración de la comunidad
universitaria, han formulado tres alternativas:

i. Garantizar la prestación del servicio en los horarios requeridos, estableciendo


acuerdos con los comerciantes preexistentes o con nuevos participantes del
programa de formalización de la actividad comercial, de manera que se puedan
extender los horarios sin poner en riesgo el equilibrio financiero de sus
proyectos. Para ello se sugieren incentivos como, por ejemplo, disminución en
los costos de sostenimiento o arrendamiento de los locales. La extensión de los
horarios como producto de estos acuerdos, cuando corresponda, se
establecería contractualmente mediante “otro si” a los contratos vigentes.

58
ii. Para el caso de los servicios atendidos por la Dirección de Bienestar
Universitario, por ejemplo, en el marco del programa DOMO, se propone
generar un servicio subsidiado en horarios extremos, para lo cual habrá que
definir la fuente de los recursos adicionales, pues el proyecto en sí mismo no
sería sostenible.
iii. Una tercera alternativa es la autorización de funcionamiento de algunos
puestos de venta en “horarios fríos”, atendidos por estudiantes, y los cuales
podrán contar con una autorización y una asistencia básica de la Dirección de
Bienestar Universitario, siempre que cumplan con las condiciones y
compromisos que señale esa misma Dirección (ver proyecto de resolución).

El grupo de trabajo que elaboró el proyecto se ha decantado por la última alternativa.


No obstante, consideró importante dejar expuestas las otras opciones que fueron
consideradas y que podrían ser tenidas en cuenta nuevamente en el período de
discusión del proyecto con la comunidad universitaria.

b. Análisis periódico de mercadeo y consumo

Este elemento busca mantener un estudio permanente de la definición de nuevos


formatos comerciales, de la ubicación y las propuestas de portafolio, de la aceptación
de las propuestas comerciales por parte de la comunidad universitaria, del
comportamiento de los consumidores, entre otros aspectos.

3.2.6. Reglamentación

El momento final del proyecto de formalización y regularización de las ventas


informales en el campus de la Universidad de Antioquia, que acá denominamos
reglamentación, se refiere a la definición normativa de actividades comerciales
permitidas y prohibidas en la Universidad, y de los sitios en los cuales la actividad no
podrá realizarse; a los procesos, protocolos o reglas necesarias para la regulación
clara de las relaciones entre los participantes del programa de formalización y la
universidad. En este sentido, el estatuto básico de la universidad, los reglamentos
universitarios, el protocolo de ingreso y permanencia, entro otros conjuntos de reglas,
constituyen un marco ineludible del programa y se conectan con las disposiciones que
sean adoptadas para su operación y control.

Aquí se entiende que una de las dimensiones de las ventas informales son las
relaciones de los diferentes actores involucrados en ellas: a) Una relación entre quién
tiene el control sobre el puesto de venta informal y la universidad: En este caso, quién
decide ubicar el puesto hace uso, para sí, de un espacio común; de un bien público o
más exactamente de un bien fiscal que le sido confiado (por la ciudadanía, por la ley,
por la Constitución) para su administración y regulación a la universidad. En la
situación es evidente que:

- Se utilizan los bienes de la Universidad que han sido dispuestos para las funciones
misionales: mesas de estudio y sillas

59
- Se ocupan pasillos y se obstaculiza la circulación de las personas, lo cual es
especialmente problemático para quienes tienen alguna discapacidad
- Se utilizan redes eléctricas y se sustituye la finalidad de una red eléctrica destinada
para la conexión de computadores o celulares de las universitarias y los
universitarios.
- Se utiliza el agua de los baños públicos con otras finalidades
- Son dudosas las condiciones de salubridad que exige la preparación de alimentos
- Se generan contaminaciones ambientales por ruido, humo y olores
- Quién controla el puesto de venta informal, no asume costos que compensen el uso
individual (y rentable) del espacio, ni siquiera en las condiciones básicas de aseo,
limpieza, orden o higiene del lugar (antes, después o durante la actividad).

b) Una relación entre quién controla el puesto de venta y las personas que laboran en
él: En este caso, algunos puestos de ventas “pertenecen” a una o varias personas que,
a su vez, decide o deciden emplear la fuerza de trabajo de otras (estudiantes o no).
Esa relación se realiza probablemente mediante acuerdos verbales, y tal vez con las
mismas carencias que caracterizan ese tipo de relación intra-informal en el entorno
(seguridad social, riesgos profesionales, etc.).

c) Una relación entre el puesto de ventas y las personas que consumen los productos:
Aunque se trata de transacciones comerciales entre particulares, es difícil encontrar
mecanismos que permitan conjurar las diferencias o establecer las responsabilidades
que puedan derivarse del intercambio comercial, o de un ejercicio descuidado de la
actividad (lo cual es particularmente crítico en el caso de alimentos preparados).

Esta propuesta de formalización del comercio no autorizado de productos lícitos en el


campus busca precisamente que los estudiantes que ejercen esa actividad logren
establecer relaciones más ciertas o predecibles, más sanas, beneficiosas e igualitarias
con sus compañeros, con sus colegas, con sus clientes y con la universidad. Y
relaciones menos lesivas de los derechos o de la tranquilidad de quienes habitan o
visitan el campus, y de ellos mismos (los estudiantes dedicados a la venta no
autorizada de productos o servicios lícitos en el campus), así como del ambiente, de
los bienes públicos y de una infraestructura que ha de perdurar y de acoger por largo
tiempo a muchos otros estudiantes, profesores, empleados, egresados y ciudadanos
de todas las edades y precedencias.

A continuación se presenta el proyecto de Resolución por medio del cual se crea y


regula el Programa Módulo Iniciativas Comerciales Estudiantiles -MICE-. Este texto (tan
preliminar como cada parte de este proyecto que ha de ser perfeccionado en adelante con la
participación de la comunidad universitaria), contiene las líneas principales del proceso de
formalización descrito. Se entiende, como se ha dicho y como es obvio, que este reglamento
se integraría en el sistema normativo universitario.

60
Universidad de Antioquia

DIRECCIÓN DE BIENESTAR UNIVERSITARIO

RESOLUCIÓN NÚMERO_____ DE ______

Por la cual se crea el Programa Módulo Iniciativas Comerciales Estudiantiles -


MICE -, y se establecen las condiciones generales para su puesta en marcha, ejecución
y funcionamiento.

LA DIRECTORA DE BIENESTAR UNIVERSITARIO, en uso de sus facultades legales y


estatutarias, en especial las conferidas por los literales a, c, e y f del artículo 11 del
Acuerdo Superior 173 del 13 de julio de 2000 por el cual se expide el Sistema de
Bienestar Universitario de la Universidad de Antioquia y,

CONSIDERANDO QUE

1. El Acuerdo Superior 01 de 1994, Estatuto General de la Universidad de


Antioquia, preceptúa en su artículo 104 que, “Para el logro del bienestar
universitario la Institución estimula y apoya las iniciativas de estudiantes, de
profesores, de empleados, de trabajadores y de jubilados, tendientes al
desarrollo de sus múltiples intereses, en cuanto favorezcan su crecimiento
humano y el de la misma Institución y ofrece, en las dependencias o desde la
administración central, un conjunto de programas y actividades orientadas al
desarrollo intelectual, psíquico, afectivo, académico, espiritual, social y físico
de todos los miembros del personal universitario.”.

2. El Plan de Desarrollo 2017-2027, Una Universidad innovadora para la


transformación de los territorios, contiene entre otros, los siguientes temas y
objetivos estratégicos: Tema Estratégico 2. Ciclos de vida de la comunidad
universitaria, Objetivo 1. Contribuir a la formación integral de los estudiantes
como aporte de la Universidad a la sociedad; Tema Estratégico 3. Democracia,
gobierno universitario y convivencia, Objetivo 4. Fortalecer los campus como
espacios públicos adecuados para la comunidad universitaria y la sociedad,
que garanticen la convivencia entre quienes los habitan y los visitan
respetando su destinación para las actividades misionales.

3. El Plan de Acción Institucional 2018-2021, Una Universidad de excelencia para


el desarrollo integral, social y territorial, en su componente programático,
contempla la Línea de Acción buen vivir en la comunidad universitaria, según
la cual “la dirección universitaria enfocará sus esfuerzos hacia la humanización
de la actividad de todas las personas que forman parte de su comunidad, en
cualquiera de sus condiciones, estudiante, profesor, empleado, jubilado o
egresado, quienes con sus expectativas e intereses serán los constructores de
la nueva sociedad y del nuevo país”; y, que esta misma Línea de Acción incluye
el Programa 4.1 Desarrollo integral de los miembros de la comunidad
61
universitaria, cuyos proyectos están “orientados a potenciar las capacidades de
la comunidad universitaria, a través del fomento del desarrollo individual y
colectivo de los estamentos y del acompañamiento a la experiencia
universitaria, a partir de soluciones en los ámbitos formativos, investigativos,
de extensión y de gestión”; y el Programa 4.3 Hábitat y convivencia, el cual
integra proyectos que “propician condiciones sociales o físicas en los campus
de la Universidad, que generan ambientes adecuados y favorables para el
desarrollo de las diversas actividades de los miembros de la comunidad
universitaria en el marco de la misión y las normas de la Institución”; y,
además, la gestión administrativa efectiva, como Línea de Acción del mismo
Plan de Acción Institucional, incluye el Programa 6.4 Infraestructura
sostenible, tendiente a “garantizar la gestión integral de los procesos de
crecimiento y la responsabilidad con el ambiente y la biodiversidad, en pro de
la defensa de la sostenibilidad en el desarrollo físico universitario”.

4. El Sistema de Bienestar Universitario de la Universidad de Antioquia, busca


acompañar a los estudiantes en procesos de mejoramiento de la calidad de
vida, la formación integral y el sentido de comunidad, a través de programas y
servicios que se desarrollan en distintas dependencias y con la participación
de las unidades académicas.

5. La Dirección de Bienestar Universitario enfoca su quehacer, en estrategias que


procuran la disminución de las brechas de inequidad en la población
universitaria, la formación en habilidades para la vida, la orientación
vocacional y profesional, el acompañamiento de la creatividad y del talento, la
educación en lo público y en la participación responsable, y la promoción de la
convivencia, la ciudadanía y el respeto por el entorno.

6. El comercio informal de productos en el campus, constituye una situación


problemática en la cual convergen: i) la participación de estudiantes y
egresados de la Universidad, y de personas sin vínculo con la institución; ii)
grados considerables de vulnerabilidad social y económica en algunos de los
estudiantes de pregrado de la Universidad que participan de esa actividad
informal; iii) alto y progresivo índice de ocupación o de reducción de metros
cuadrados por estudiante en la ciudad universitaria durante la última década;
iv) insuficiente oferta formal de productos y servicios demandados por los
universitarios en el campus; v) afectaciones a la movilidad, al espacio y al
mobiliario disponible en el campus para el estudio, el descanso y otras
actividades académicas, vi) sobrecarga y problemas técnicos sobrevinientes en
la infraestructura del campus; vii) quejas recurrentes sobre la proliferación de
puestos de ventas sin autorización y demandas diversas de intervención
procedentes de personas, instancias y estamentos universitarios; viii)
reclamos de dignificación de lugares y mobiliarios ocupados por puestos de
venta no autorizados, o de apoyo a los estudiantes implicados en la actividad,
o de recuperación del campus, procedentes de estudiantes, profesores,
empleados, egresados, autoridades externas y visitantes del campus; ix)

62
percepciones y evidencias de riesgos (académicos, laborales, de seguridad en
el trabajo, de salud) para los estudiantes involucrados en la comercialización
no autorizada de productos lícitos, para los consumidores de estos productos
o para la comunidad universitaria en sus relaciones de convivencia; x)
mediciones inexistentes o imprecisas sobre el impacto de las estrategias
probadas para la transformación, contención o morigeración de la situación.

7. Con el fin de examinar la situación y de responder a ella, y de atender las citadas


indicaciones del Estatuto General, el Sistema de Bienestar Universitario, los
planes de desarrollo y de acción institucionales, en mayo de 2018 la
Vicerrectoría General, con el concurso de la Secretaría General y de la Dirección
de Bienestar Universitario, convocó un grupo de trabajo interdisciplinario de
la Universidad, para que estudiara la situación y construyera una propuesta,
recogiendo las necesidades manifestadas por los miembros de la comunidad
universitaria en relación con la actividad de comercio informal desarrollada
por estudiantes de la Universidad de Antioquia en la Ciudad Universitaria; y
que la propuesta que ha sido acogida integralmente por esta Dirección y sirve
de soporte para la creación y reglamentación del Programa MICE.

8. La propuesta presentada por el grupo ofrece alternativas razonables de


intervención sobre la actividad de comercio informal desarrollada por los
estudiantes de pregrado de la Universidad de Antioquia, en el campus;
propuesta que de manera simultánea estimula la reapropiación de los espacios
comunes, su uso colectivo, y el libre acceso y disfrute de esos mismos espacios
por todos los miembros de la comunidad universitaria.

9. Atendiendo a los criterios básicos de discusión y participación, el proyecto


construido por el grupo de trabajo, de conformidad con las orientaciones
contenidas en el documento base, se compartió con la comunidad universitaria
para la elaboración de la propuesta definitiva, la cual fue enriquecida con sus
observaciones y sugerencias.

10. Para la puesta en marcha del Programa Módulos para Iniciativas Comerciales
Estudiantiles MICE, que interviene la situación de comercio informal de
productos lícitos en el campus, se requiere reglamentar los requisitos de
participación, condiciones de ingreso y permanencia, y de los demás elementos
que sean necesarios para la ejecución y cumplimiento de los objetivos del
Programa.

RESUELVE

CAPÍTULO I
CREACIÓN, OBJETO E IMPLEMENTACIÓN DEL PROGRAMA MÓDULOS PARA
INICIATIVAS COMERCIALES -MICE-

63
Artículo 1. Creación. Crear el Programa Módulos para Iniciativas Comerciales
Estudiantiles, MICE, adscrito a la Dirección de Bienestar Universitario. El Programa
se regirá por los principios del Sistema de Bienestar Universitario y estará dirigido al
cumplimiento de los objetivos del mismo Sistema, en relación con los estudiantes de
pregrado de la Universidad de Antioquia.

Artículo 2. Objeto. El objeto del Programa MICE, es contribuir al desarrollo


organizado de las actividades de comercio en el campus; al fortalecimiento de las
relaciones de convivencia en la comunidad universitaria; a la apropiación, el uso
colectivo, libre acceso y disfrute de los espacios comunes en el campus por todos los
miembros de la comunidad universitaria; y, al desarrollo de iniciativas que atiendan
el potencial creativo y permitan el desarrollo integral, la permanencia y el bienestar
de los estudiantes de pregrado de la Universidad de Antioquia.

Artículo 3. Implementación del Programa. El Programa MICE será implementado


en dos fases. Una primera fase de formalización de las actividades de comercio
informal, la cual se desarrollará durante los dos años siguientes a la fecha de
expedición de la presente resolución; y una segunda fase de gestión y apoyo de las
iniciativas estudiantiles de comercio, que se iniciará de manera paulatina, de acuerdo
con la liberación de módulos comerciales por parte de los estudiantes participantes
de la primera fase.

Parágrafo 1. En el evento en que no sea asignada la totalidad de los módulos de


comercio disponibles en la primera fase de desarrollo del Programa, se seguirán las
reglas de ingreso dispuestas para el acceso al Programa en su segunda fase.

Artículo 4. Articulación del Programa. El Programa MICE, se desarrollará con una


intervención arquitectónica y socioespacial del campus, que tiene como propósito el
rescate y apropiamiento de espacios para el estudio, la lúdica y el descanso.

CAPÍTULO II
PARTICIPANTES DEL PROGRAMA

Artículo 5. Participantes en la primera fase. En la primera fase del Programa


participarán, de manera exclusiva, estudiantes de pregrado de la Universidad de
Antioquia que estuvieren adelantando al momento de la creación del Programa MICE,
una actividad de comercio informal en el campus, siempre que esa actividad haya
iniciado con anterioridad al 31 de julio 2019.

Artículo 6. Participantes en la segunda fase. En su segunda fase, el Programa estará


abierto a las iniciativas de comercio que presenten los estudiantes de pregrado de la
Universidad de Antioquia, en las convocatorias que realizará periódicamente la
Dirección de Bienestar Universitario. Cada convocatoria definirá los términos de
referencia de acuerdo con el perfil de los módulos disponibles y la oferta de bienes o
servicios requeridos.

64
Adicionalmente, los aspirantes a participar en la segunda fase del Programa, deberán
inscribirse en el proceso de acompañamiento a las iniciativas de comercio que
adelantará la Unidad de Innovación; y demostrar las condiciones que dificultan su
sostenibilidad económica o las que determinan su situación de vulnerabilidad, según
el estudio que para tal efecto y en cada caso lleva a cabo la Dirección de Bienestar
Universitario.

Parágrafo 1. El estudiante que ingrese al Programa en su segunda fase se


comprometerá, además, a matricular cada semestre académico por lo menos 12
(doce) créditos o 4 (cuatro) cursos de su Programa y a permanecer en situación
académica normal.

Parágrafo 2. La Dirección de Bienestar Universitario verificará las dificultades de


sostenibilidad económica o la vulnerabilidad social del estudiante, mediante un
proceso de caracterización que solo podrá ser promovido voluntariamente por el
estudiante que aspire a ser participante del Programa MICE.

Artículo 7. Asignación de los módulos. En ningún caso un estudiante podrá tener


más de una iniciativa de comercio, ni le será asignado u ocupará más de un puesto en
los módulos de comercio.

Artículo 8. Convocatorias. Las convocatorias que se surtan a partir de la


implementación de la segunda fase serán reglamentadas en cada ocasión por la
Dirección de Bienestar Universitario.

CAPÍTULO III
CONDICIONES DE INGRESO Y PERMANENCIA EN EL PROGRAMA

Artículo 9. Condiciones de acceso al Programa. En la primera fase del Programa no


se exigirán más requisitos que los descritos en los artículos 5 y 10 de la presente
resolución. En la segunda fase, serán requisitos de participación, además de la
condición de estudiante de pregrado, la inscripción en el proceso de acompañamiento
a las iniciativas de comercio que adelantará la Unidad de Innovación; y la
demostración de las condiciones que dificultan la sostenibilidad económica del
estudiante o las que determinan su situación de vulnerabilidad, según el estudio que
para tal efecto y en cada caso lleva a cabo la Dirección de Bienestar Universitario.

Parágrafo. La Dirección de Bienestar Universitario verificará las dificultades de


sostenibilidad económica o la vulnerabilidad social del estudiante, mediante un
proceso de caracterización que solo podrá ser promovido voluntariamente por el
estudiante que aspire a ser participante del Programa MICE.

Artículo 10. Acta de compromiso. Para tener la condición de participante del


Programa en sus dos fases, el estudiante firmará un acta en la cual quedarán
consignados sus compromisos de apartarse de la actividad informal; de no ejercerla
por interpuesta persona en ningún lugar del campus; de no estimular, propiciar o

65
auspiciar actividades de comercio informal en otras personas; de no realizar
actividades de comercio informal en el campus en condición de desertor o de egresado
de la Universidad; de no ceder parcial, ni totalmente el módulo, ni los implementos
asignados; y de entregar a la Dirección de Bienestar Universitario, una vez cese su
vínculo con la Universidad como estudiante de pregrado o cuando incumpla con los
compromisos establecidos en el acta, el módulo y los enseres o equipos que haya
recibido como apoyo a su iniciativa de comercio.

En el Acta quedarán consignadas adicionalmente, las obligaciones de mantener las


condiciones de higiene, limpieza y seguridad que indique la Dirección de Bienestar
Universitario, y de permitir la evaluación periódica de esas condiciones por la misma
Dirección, y demás organismos competentes. El acta remitirá a los reglamentos y
protocolos que en general establecen deberes o prohibiciones para los miembros de
la comunidad universitaria, y que pueden resultar comprometidos en las actividades
y procesos de los cuales se ocupa la presente resolución.

Artículo 11. Condiciones de permanencia. La permanencia de un estudiante como


participante del Programa MICE, estará sujeta a la conservación de la condición de
estudiante de pregrado, al cumplimiento de los compromisos y obligaciones
contenidas en el acta descrita en el artículo 10 de la presente resolución, y a la
asistencia al curso de capacitación descrito en el parágrafo 2 del presente artículo.

Parágrafo 1. En la segunda fase sólo podrán permanecer en el Programa quienes se


vinculen y asistan hasta el final del proceso de acompañamiento a las iniciativas de
comercio que adelantará la Unidad de Innovación. En la primera fase del Programa, la
vinculación a este proceso será voluntaria.

Parágrafo 2. En todos los casos, es decir tanto en la primera como en la segunda fase
del Programa, los estudiantes cuya iniciativa de comercio implique la manipulación
de alimentos deberán asistir por lo menos al 90% del curso de capacitación sobre
buenas prácticas de manufactura de alimentos que ofrecerá la Dirección de Bienestar
Universitario. Esta Dirección determinará los contenidos, el lugar y los horarios del
curso, y hará el seguimiento de asistencia correspondiente.

Artículo 12. Tiempo máximo de participación en el Programa. En cualquier caso,


el tiempo de permanencia máximo de un estudiante, como participante del Programa
MICE, no podrá ser superior a aquel de la duración de su programa académico, más
dos semestres académicos adicionales.

Parágrafo: en los casos especiales de cambio de programa académico, el Comité del


Programa MICE determinará el tiempo de permanencia máximo del estudiante, como
participante del Programa

Artículo 13. Decisiones sobre ingreso y salida del Programa. En todos los casos,
y en el marco de las reglas establecidas en esta resolución, la decisión sobre el ingreso,
la permanencia o no permanencia de un estudiante en el Programa MICE, será de

66
competencia del Comité del Programa MICE, ante el cual la Dirección de Bienestar
Universitario presentará cada caso; garantizando siempre el derecho al debido
proceso.

Asimismo, la Dirección de Bienestar Universitario o el estudiante participante, podrán


acudir a la Unidad de Resolución de Conflictos de la Universidad de Antioquia, cuando
en virtud de los compromisos adquiridos, condiciones y requisitos de permanencia, o
desarrollo de las actividades asociadas al Programa, se presentare algún tipo de
conflicto susceptible de resolverse a través de la aplicación de Mecanismos
Alternativos de Resolución de Conflictos.

Parágrafo 1. El estudiante que participe en el Programa MICE puede voluntariamente


renunciar a su permanencia en el mismo. De manera concomitante, deberá hacer
entrega del Módulo de Comercio junto con los enseres entregados. Para este efecto,
el estudiante y la Dirección de Bienestar suscribirán un acta de entrega. Si de manera
posterior el estudiante decidiera participar de nuevo en el Programa, deberá cumplir
con lo dispuesto en los términos de la convocatoria que se encuentre vigente, siempre
y cuando no haya incurrido en ninguna de las prohibiciones o incumplido alguna de
las obligaciones contenidas en el acta de compromiso.

Artículo 14. Comité del Programa MICE. La Dirección de Bienestar Universitario


constituirá un Comité para el Programa MICE, integrado así:

 La Directora de Bienestar Universitario o su delegado, quien lo preside.


 El Jefe del Departamento de Desarrollo Humano, quien actuará como
secretario.
 Dos estudiantes que hagan parte del Programa MICE.
 La Vicerrectora de Docencia o su delegado
 El Vicerrector Administrativo o su delegado.
 Un Decano o Director nombrado por el Consejo Académico.
 El Director Jurídico o su delegado.

Parágrafo 1: el periodo de los estudiantes y del Decano o Director, será de dos años
contados a partir de la primera reunión en la que participen a partir de su designación.
El periodo de los demás miembros del Comité será permanente y en razón del cargo y
no de la persona que lo desempeñe.

Parágrafo 2. La directora de Bienestar Universitario tendrá voz pero no voto en el


comité, cuando se trate de decisiones sobre ingresos o permanencias especiales, o de
retiros anticipados del Programa MICE.

Artículo 15. Funciones del Comité del Programa MICE. Serán funciones del Comité
del Programa MICE:

 Estudiar, analizar y resolver sobre solicitudes de ingreso al Programa.

67
 Estudiar solicitudes de permanencia cuando se haya informado al
estudiante del retiro del Programa.
 Evaluar semestralmente el estado del Programa.
 Estudiar y resolver solicitudes de los estudiantes vinculados al Programa.
 Informar a las instancias universitarias o instituciones externas de
situaciones que riñan con el orden legal.
 Proponer a la Dirección de Bienestar Universitario la reformas o ajustes del
programa, que tiendan a perfeccionar su funcionamiento en el marco de las
finalidades de la misma Dirección o del Programa.

Artículo 16. Permisos complementarios. La Dirección de Bienestar Universitario


podrá autorizar puestos de venta en horarios y lugares específicos, y como una
estrategia complementaria del Programa MICE. La autorización se otorgará solo a
ventas estacionarias de café y snaks, y siempre que los estudios de la misma Dirección
recomienden atender unos determinados “horarios y/o lugares fríos", es decir, horas
y lugares en los cuales la oferta habitual no se encuentre disponible o sea insuficiente.

Parágrafo 1. La Dirección de Bienestar Universitario suministrará las indicaciones y


el apoyo del caso para el adecuado uso del lugar en el cual se autoriza la actividad
temporal, de tal manera que no se interrumpa la movilidad, no se afecte el ambiente
académico y no se obstaculice el desarrollo de las funciones misionales de la
universidad.

Parágrafo 2. Los estudiantes autorizados para el desarrollo de la actividad en lugares


y horarios específicos firmarán un acta de compromiso en la cual se establecerá
expresamente esa condición temporal y espacial, el cuidado del lugar y del producto,
el abandono de la actividad cuando cese su condición de estudiante de pregrado de la
Universidad de Antioquia y, en general, el respeto de los reglamentos universitarios.

Parágrafo 3. En todo caso, la Dirección de Bienestar Universitario informará al


Comité del Programa MICE sobre el otorgamiento de permisos o sobre su cancelación.

Artículo 17. Vigencia. La presente resolución tiene vigencia a partir de su


promulgación.

LILIANA MARCELA OCHOA GALEANO


Directora de Bienestar Universitario

3.2.7. Ventas informales y Mecanismos Autocompositivos de Resolución de


Conflictos

Es necesario precisar que existen personas en la comunidad universitaria y en la


sociedad en general que de alguna manera se sienten identificados con quienes
realizan este tipo de actividades, y no se puede desconocer que se trata de una
situación de acceso a oportunidades para la subsistencia de personas de escasos
recursos económicos, por lo que sugerimos que la apuesta de la Universidad en este
68
aspecto sea sobre el uso del espacio público y el beneficio que implica para todos crear
una política en torno a la apropiación de lo nuestro.

En este sentido, la Corte Constitucional en sentencia SU 360-1999, ha precisado para


las autoridades locales y distritales, la obligación de propender por otorgar a las
personas de escasos recursos económicos y a quienes pretenden explotar el espacio
público a través de las ventas informales, los medios necesarios para que se equilibren
las cargas de los derechos fundamentales de carácter general y los de carácter
particular y concreto, que se encuentran y contraponen con el tema de la venta
informal

Esto, aunado a la decisión de la Corte contenida en la sentencia C-265-2002, en la que


indica que calidad de vida de las personas que habitan un determinado lugar está
íntimamente ligada a la posibilidad de contar con espacios de encuentro y circulación
que hagan posible la construcción de un tejido social en el que cada individuo se
reconoce como miembro de una comunidad y se relaciona con otros para la
satisfacción de sus intereses y necesidades. De esta manera, la defensa del espacio
público contribuye a garantizar la existencia de un escenario de convivencia libre que
acerca a todos los habitantes en condiciones de igualdad.

- La posibilidad de gozar del espacio público se eleva al rango de derecho colectivo


específicamente consagrado en la Constitución, la cual exige a la Universidad velar
por su protección y conservación30, pero para ello debe:
- La apropiación por parte de los estudiantes de un ámbito de acción que le
pertenece a todos dejando por fuera a quienes no tienen vínculo con la
Universidad.
- Adoptar decisiones que restrinjan su destinación al uso común o excluyan a
algunas personas del acceso a dicho espacio.
- La creación de privilegios a favor de estudiantes para regular las ventas en relación
con el uso del espacio público que tiene la comunidad universitaria.

La Universidad dispone de un margen para expedir regulaciones que preserven el


espacio público. No obstante, dicho margen de acción no puede ser ilimitado y
absoluto debido a que existen varias razones de orden constitucional que impiden que
así sea. A continuación, se muestran los derechos que se garantizan a través el uso
óptimo del espacio público:

- Como la protección del espacio público se encuentra estrechamente vinculada al


ejercicio y goce efectivo de derechos constitucionales fundamentales, la
Universidad no puede dejar de adoptar las decisiones básicas que constituyan el

30No se limita a reconocer la necesidad de planificar y de organizar coherentemente un espacio, sino que se debe
reforzar y hacer tangible una de las condiciones para la convivencia en una comunidad, en este caso, a través de la
asignación de espacios de infraestructura física (contenedores), el cual estará destinado al uso común con los
beneficios que ello implica para los estudiantes, que pueda ser disfrutado por todos, sin excluir a nadie ni
privilegiar a ninguna persona o grupo de personas, y que se configura como el punto de encuentro de los
estudiantes, la comunidad universitaria y la sociedad en general.

69
marco legal de la actuación de las autoridades administrativas, es decir, una
política integral de la apropiación de lo nuestro.
- Como la regulación administrativa del espacio público ha de regirse por el
principio de legalidad, la ausencia de criterios normativos genera un riesgo de
arbitrariedad en desmedro de los valores que inspiran un Estado Social de
Derecho.
- La falta de parámetros que guíen la acción administrativa conduce a que se den los
procesos disciplinarios por “ventas informales”, sin esto se carecería de referentes
normativos objetivos para controlar la legalidad de los actos administrativos que
regulen el espacio público.
- La regulación obedece a consideraciones de orden técnico, económico, de
necesidad y es de competencia de la Universidad de Antioquia.

Dadas las anteriores consideraciones, y con respecto a la actualización normativa


institucional, se requiere darle viabilidad operativa y funcional a la Unidad para la
Resolución de Conflictos (creada mediante la Resolución Superior 2281 del 22 de
octubre de 2018) para que desde esta instancia no solo se promuevan procesos
formativos, sino también arreglos entre los infractores de las normas que regulen la
actividad comercial en el campus, y la universidad.

3.3. Estrategia de comunicaciones

El plan de modificación de la situación de comercio no autorizado de productos lícitos


en el campus requiere el desarrollo de una estrategia de comunicaciones articulada a
las políticas institucionales de comunicación de la Universidad. En este sentido, deben
considerarse de manera diferencial el ámbito interno y externo, en los cuales se
generan interacciones, diálogos y relaciones con diversos públicos y grupos de interés.

Igualmente, es indispensable tener presente que las acciones comunicacionales para


acompañar la intervención del comercio no autorizado se desarrollan en concurrencia
con otros asuntos que también inciden de manera considerable en la vida
universitaria:

Cuidado de infraestructura. Acciones comunicacionales que tienen el propósito de


promover actitudes responsables para evitar el deterioro por mal uso, y el
aprovechamiento adecuado de la infraestructura disponible en el campus principal,
las sedes y las seccionales de la Universidad. Se trata de acciones que llaman la
atención sobre la necesidad de cuidar y proteger bibliotecas, zonas deportivas y
recreativas, teatros y auditorios, aulas y laboratorios, baños y zonas de servicios,
zonas de encuentro, descanso y estudio, e infraestructura para la movilidad a pie o en
vehículos.

Actitudes corresponsables para garantizar la seguridad de la infraestructura, los


bienes y las personas. Acciones comunicacionales que apuntan a construir
percepciones positivas sobre los servicios institucionales para la seguridad de las

70
personas y los bienes, así mismo a incentivar actitudes de solidaridad y colaboración
para el cuidado de los miembros de la comunidad universitaria.

Movilidad. Acciones comunicacionales que promueven el uso adecuado y seguro de la


infraestructura de movilidad al interior del campus principal, las sedes y las
seccionales de la Universidad. Especialmente, son acciones que tratan de incentivar la
utilización del sistema de transporte público de la ciudad y medios limpios como la
bicicleta; además, promueven la aceptación de normas básicas como la medida de pico
y placa, las zonas de circulación y parqueo autorizado y las medidas de seguridad para
evitar accidentes.

Sin perder de vista esta concurrencia, la estrategia de comunicaciones que acompaña


el plan de intervención sobre el comercio informal lícito en el campo, pretende
presentar y poner en discusión con los diferentes estamentos de la Universidad de
Antioquia el documento que contiene la propuesta y, complementariamente,
promover espacios para la reflexión sobre el sentido de lo público en la Universidad,
sobre las situaciones problemáticas de convivencia generadas por el crecimiento del
comercio informal y sobre la necesidad del diálogo para habitar el territorio. 31
Además, busca informar a los públicos externos sobre la propuesta y generar apoyos
y respaldos a las decisiones que ella conlleva.

Para el logro de estos objetivos, se proponen actividades que serán transversales al


proyecto de intervención arquitectónica y socioespacial y al proceso de formalización
del comercio informal. Específicamente, la estrategia de comunicaciones se estructura
a partir de la identificación de dos ámbitos diferentes de intervención, el interno y el
externo, y de la definición de acciones y momentos específicos para cada uno de ellos.

Tabla 4. Estrategia de comunicaciones

Acciones Momentos
Acción comunicativa Divulgación y promoción de acuerdos en
en el ámbito interno torno a la propuesta
Información y promoción del proyecto de
infraestructura y el proceso de formalización
Estrategia de de actividades de comercio
comunicaciones Desarrollo de narrativas para hacer públicos
los logros del proyecto y del proceso
Acción comunicativa Divulgación de la propuesta
en el ámbito externo Desarrollo de narrativas para hacer públicos
los logros del proyecto y del proceso

31La estrategia de comunicaciones se articula con otros proyectos que se llevan a cabo en el Plan de Acción,
como Seguridad, Movilidad y Espacios con Sentido.

71
3.3.1. Acción comunicativa en el ámbito interno

Esta estrategia pretende hacer público el documento y generar discusión con las
personas de la comunidad universitaria que se sientan interesadas, concernidas o
afectadas por la situación, para aportarle a la mejora de la propuesta, la cual como se
ha mencionado en diferentes espacios es modificable. En tal sentido, ella está dirigida
a los grupos que tienen relación con el fenómeno y a los diferentes estamentos
universitarios. Específicamente, se identifican tres grandes grupos:

 Estudiantes vinculados a actividades de comercio no autorizado


 Estudiantes, profesores y empleados que demandan cotidianamente servicios
al interior del campus principal
 Visitantes ocasionales del campus principal

La estrategia de comunicaciones en relación con los públicos internos se orienta hacia


el logro de cuatro propósitos fundamentales: en primer lugar, hacer comprensible la
propuesta, es decir, facilitar a los diferentes públicos que habitan la universidad las
explicaciones sobre el cómo, qué y para qué del proyecto de intervención y
transformación del comercio informal en el campus. En segundo lugar, promover
espacios de debate público y razonable sobre la propuesta, recogiendo consensos y
disensos, con la intención de lograr una percepción de la propuesta como la mejor
alternativa que puede adoptarse para transformar, formalizar y reglamentar las
ventas en la universidad. En tercer lugar, promover el respaldo de la comunidad
universitaria sobre la misma; y finalmente, inspirar actitudes de corresponsabilidad
frente al cuidado y el bienestar de quienes conviven diariamente en los espacios
universitarios

El eje narrativo de este componente comunicativo se enfocará en la convivencia,


concepto que permeará los diferentes mensajes, géneros, formatos y medios que se
desarrollen.

La estrategia comunicativa en el ámbito interno se implementará en tres momentos:

Momento 1. Divulgación y promoción de acuerdos en torno a la propuesta

Este primer momento de materializa a través del despliegue de cuatro actividades


específicas:

i. La promoción espacios de encuentro y diálogo público sobre el comercio no


autorizado y las posibles estrategias de manejo institucional. Específicamente
se propone:

- Desarrollo de foros académicos que amplíen el contexto de discusión sobre


el comercio no autorizado, a partir de reflexiones sobre el espacio público,
la convivencia, los derechos colectivos, entre otros. Para tal fin se

72
aprovecharán los espacios ya instituidos por la Facultad de Derecho y
Ciencias Políticas y de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas.
- Acoger un evento de Lunes de Ciudad,32 para discutir el sentido de lo público
al interior de la universidad. Lunes de ciudad, se sustenta en una
metodología de diálogo público orientada a promover conversaciones
internas sobre el comercio no autorizado.

Para el desarrollo de estos espacios de encuentro y diálogo público sobre el comercio


informal de productos lícitos en el campo, el grupo de trabajo recomienda adoptar los
propósitos que tiene la metodología de discusión que ha posicionado Lunes de Ciudad.
Específicamente, esos propósitos hacen referencia a:

- Proponer confrontaciones desde la palabra entre miradas opuestas ante


diversos temas de carácter público, con diálogos respetuosos y fundamentados
en argumentos que contribuyan a la solución de conflictos por vías no violentas
y hagan frente a la polarización que se vive hoy en nuestras sociedades.

- Crear puentes de comunicación entre gobernantes, ciudadanos y diferentes


actores de la sociedad civil, generando conversaciones que inciden en la
formación de una ciudadanía con herramientas para debatir, trabajar
colaborativamente, hacer propuestas constructivas y veeduría a las decisiones
que se toman en nuestros territorios.

- Aportar a la consolidación de espacios de diálogo y autogestión ciudadanos,


que mediante ejercicios de cocreación y trabajo en red confluyan en la
construcción de agendas colaborativas en las diferentes ciudades en las que
hace presencia, aumentando sus posibilidades de incidencia en la esfera
pública y en los procesos de decisión del gobierno.

El grupo de trabajo espera que el resultado de estos espacios de encuentro y diálogo


público sea una discusión nutrida de argumentos para resolver las distintas
territorialidades que habitan, disputan y conviven en la Universidad e impactan su
territorio socioespacial, el cuidado de este, el sentido de lo público en la Universidad
y para encontrar caminos intermedios a las soluciones que por la fuerza o por las vías
de castigo no llegarán.

ii. La presentación de la propuesta de intervención con grupos de interés.

El encuentro con los grupos de interés y estamentos ha seguido una ruta en la cual se
han abarcado dos instancias: el Comité Rectoral y el Consejo Académico. La
presentación y debates universitarios sobre la propuesta continuarán, a partir del mes
de diciembre de 2019, con reuniones y presentaciones a:

32
Desde el año 2013 cada lunes se realiza este evento gracias al apoyo de la Corporación Otraparte y
de La Ciudad Verde, espacios de conversación que contribuyen a la construcción de ciudades más
democráticas.

73
 Estudiantes vinculados al comercio no autorizado lícito en el campus.
 Estudiantes de la Universidad de Antioquia y representantes en los
consejos de facultades.
 Asociaciones de profesores, Ateneo y claustros de profesores.
 Empleados administrativos.
 Juntas directivas de gremios universitarios
 Comités de vicedecanos

iii. Distribución masiva por correo electrónico (boletines de correo electrónico de


profesores, estudiantes y empleados administrativos) de infografía sobre el
comercio no autorizado y la propuesta de intervención que realiza la
administración de la Universidad. Se trata de hacer llegar a profesores,
estudiantes y empleados, el texto integral de la propuesta y pequeñas piezas
periodísticas e infografías, con la intención de hacer más comprensible el
documento.

iv. Implementación de un sistema (electrónico y físico) para el recibo y


procesamiento de opiniones de la comunidad universitaria. Dado que es
importante compilar las opiniones de quienes viven y conviven con las ventas
no autorizadas en el campus, para de allí recoger iniciativas que ayuden a
perfeccionar lo propuesto o para identificar qué aspectos pueden sumarse, se
dispondrá, además, de herramientas digitales para recibir y procesar
opiniones de la comunidad universitaria sobre la propuesta. Se trata de buscar
una herramienta que permita transmitir el mensaje “inmediato, auténtico e
interactivo”. Así mismo, la herramienta que se use, debe constituirse en “la
mejor manera de interactuar con los espectadores en tiempo real”, y permitir
responder inmediatamente a las consultas de los espectadores, comprobar sus
reacciones y evaluar las percepciones generales que provoca la propuesta.

Momento 2. Información y promoción del proyecto de infraestructura y el proceso de


formalización de actividades de comercio

Este segundo momento se concreta a partir de cuatro actividades específicas:

i. Socialización del proyecto de intervención arquitectónica y socioespacial. Para


ello se utilizarán diferentes medios como el portal web, boletines de correo
electrónico, whatsapp institucional, red de carteleras digitales -antigua red de
TV- y sistema de vallas.

ii. Desarrollo de activaciones comunicacionales en los espacios que serán


intervenidos con el propósito de generar expectativa y promover imaginarios
positivos en torno a ellos.

74
iii. Divulgación de la convocatoria para la formalización del comercio no
autorizado. Esto incluye: la publicación de términos y condiciones, el
desarrollo de medios de registro de participantes y la disposición de canales
para la atención de solicitudes de información. El medio principal para esta
actividad será el portal universitario.

iv. Implementación de medios digitales y audiovisuales que informen de manera


periódica avances del proceso de formalización del comercio no autorizado.

Momento 3. Desarrollo de narrativas para hacer públicos los logros del proyecto y del
proceso

Este último momento hace referencia a la publicación de historias en diferentes


géneros, formatos y medios (portal web, boletines de correo electrónico, whatsapp
institucional y sistema de vallas) que hagan visibles los resultados de las
intervenciones. Los protagonistas serán los miembros de la comunidad universitaria
que encuentran en los espacios intervenidos nuevas opciones para el uso y goce del
campus universitario, además, los estudiantes que cuentan con una nueva opción de
sostenibilidad económica asociada al comercio formal de la Universidad.

3.3.2. Estrategia comunicativa en el ámbito externo

De manera complementaria la estrategia de comunicaciones desarrollará algunas


actividades con públicos y grupos de interés externos como los egresados, los aliados
de los programas de bienestar de la Universidad y los líderes de opinión y validadores
Los propósitos de la estrategia de comunicaciones en relación con los públicos
externos son:

 Hacer comprensible la propuesta de intervención que ha diseñado la


administración de la Universidad
 Inspirar el apoyo público a las decisiones que adopte la administración
universitaria en el proceso de implementación de la propuesta

El eje narrativo de este componente comunicativo se enfocará en el fortalecimiento de


las acciones de bienestar de la Universidad, tema que permeará los diferentes
mensajes, géneros, formatos y medios que se desarrollen.

Las acciones en el ámbito externo se implementarán en dos momentos:

Momento 1. Divulgación de la propuesta

La divulgación de la propuesta con públicos externos a la universidad se realizará a


través de dos acciones específicas.

i. La presentación directa a grupos de interés.


- Asociaciones de egresados

75
- Periodistas y medios de comunicación
- Líderes de opinión
- Dirigentes de organizaciones públicas y privadas que cooperan con el
sistema de bienestar de la Universidad

ii. Producción y distribución de contenidos periodísticos que presentan la


propuesta de intervención institucional para dar respuesta al comercio no
autorizado al interior del campus de la Universidad.

Momento 2. Desarrollo de narrativas para hacer públicos los logros del proyecto y del
proceso

Este segundo momento se refiere a la publicación de historias en diferentes géneros,


formatos y medios (portal web, boletines de correo electrónico, whatsapp
institucional y sistema de vallas) que hagan visibles los resultados de las
intervenciones. Los protagonistas serán los miembros de la comunidad universitaria
que encuentran en los espacios intervenidos nuevas opciones para el uso y goce del
campus universitario, además, los estudiantes que cuentan con una nueva opción de
sostenibilidad económica asociada al comercio formal de la Universidad.

76
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disponible en https://doi.org/10.11144/javeriana.cvu11-21.pvim

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Grupo de trabajo

Nombre Cargo Profesión


Élmer De Jesús Gaviria Vicerrector General. Médico y Cirujano. Especialista en Anestesiología
Rivera y Reanimación
Clemencia Uribe Secretaria General Abogada. Especialista en Derecho de Familia.
Restrepo Magíster en Derecho
Liliana Marcela Ochoa Directora de Bienestar Microbióloga y Bioanalista, Bacterióloga y
Galeano Universitario Laboratorista Clínica. Magíster en Ciencias
Básicas Biomédicas y Especialista en Hematología
y Banco de Sangre.
Carlos Mario Guisao Director de Comunicaciones Comunicador social-Periodista. Máster en
Bustamante Comunicación y Educación
Edwin Alexis Úsuga Jefe de Infraestructura Física Arquitecto. Especialista en Interventoría de
Moreno Proyectos y Obras. Especialista en Logística
integral. Magíster en Construcción.
Luquegi Gil Neira Decano Facultad Derecho y Abogado. Especialista en Derecho Público con
Ciencias Políticas énfasis en Derecho Administrativo
William Fredy Pérez Toro Director Instituto de Abogado. Magíster en Derecho Penal y
Estudios Políticos Criminología
Erika Alejandra Cortés Coordinadora de Promoción Instrumentadora Quirúrgica. Magister en
Tobar de la Salud y Prevención de Educación Médica
la Enfermedad
Yamile Ruiz Cardona Profesional especializada en Administradora de Empresas. Especialista en
funciones de líder de Gerencia de Proyectos. Maestría en Dirección y
Seguridad Administración
Luz Marina Monroy Docente Facultad de Artes Psicóloga. Magíster en Investigación
Flórez Psicoanalítica
Laura Moreno Pérez Comunicadora de la Comunicadora y relacionista corporativa.
Vicerrectoría General Estudiante de Maestría en Gestión Humana
Manuel Alberto Alonso Docente y coordinador de Sociólogo. Magister en Ciencias Sociales y doctor
Espinal investigaciones del IEP en Historia
Adriana María González Docente e investigadora del Licenciada en Historia y Filosofía. Magíster en
Gil IEP Historia y doctora en Estudios Latinoamericanos.
Jorge Antonio Mejía Director del Instituto de Licenciado en Filosofía. Magíster en Filosofía y
Escobar Filosofía Letras y doctor en Filosofía
Juan Camilo Mejía Coordinador de la Unidad Abogado. Especialista en Derecho administrativo.
Walker para la Resolución de Magíster en derecho
Conflictos (URC)
Isabel Puerta Lopera Docente de la Facultad de Abogada. Especialización en Mediación de
Derecho y asesora de la URC Conflictos y en Derecho Administrativo
Miguel Ángel Montoya Docente de la Facultad de Abogado. Magíster en derecho
Sánchez Derecho y asesor de la URC
John Mario Muñoz Decano Facultad de Ciencias Trabajador Social. Magíster en Ciencia Política y
Lopera Sociales y Humanas doctor en Administración y Gobierno.
Jaime Vladimir Montoya Director del Instituto de Antropólogo, PhD en Antropología Social y
Arango Estudios Regionales Cultural

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