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Una propuesta
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Índice
Presentación 6
1. Comercio informal 11
2. La situación en el campus 20
Bibliografía 77
Equipo de trabajo 80
3
Gráficos
Mapas
Tablas
4
Imágenes
5
Presentación
Aunque algunas de las evidencias más significativas eran hechos notorios, también
resultó evidente que no se las podía considerar genérica, aislada, confusa o vagamente
a menos que se pretendiera construir “nuestra más grave amenaza” o demostrar que
“aquí no pasa nada” y, de esa manera, desestimar cualquier opción que no fuera la
quietud o el uso de la fuerza. Por eso los hechos sólo adquirieron sentido como
problema real en cuanto se los examinó y se los relacionó entre ellos, sin confundirlos.
La convergencia de los siguientes hechos constituyó entonces uno de los puntos de
partida del trabajo:
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8. Hay una percepción razonable de riesgos (que pueden ser académicos, laborales,
de seguridad en el trabajo, de salud) para los estudiantes involucrados en la
comercialización no autorizada de productos lícitos, pero también para los
consumidores de esos productos o inclusive para la comunidad universitaria en
sus relaciones de convivencia.
La convergencia de esos hechos fue asumida por el grupo como una situación
problemática y no como una “insólita anomalía”, “un fenómeno delincuencial”, una
“extraordinaria y gravísima ilegalidad” o “el germen de incontables delitos”. Una vez
se definió así la situación, el grupo acordó un marco de acción para sus deliberaciones
y para su propuesta, con cuatro pautas y referencias básicas:
1. El grupo asume que la crítica, la palabra y la deliberación, tomadas en serio por los
universitarios, hacen viables alternativas meditadas y compartidas.
1 Universidad de Antioquia. Plan de Desarrollo 2017 – 2027. Una Universidad innovadora para la transformación de
los territorios. Medellín, Universidad de Antioquia, 2017.
2 El Grupo de Trabajo resaltó los enfoques del Plan de Desarrollo, especialmente i) “el fortalecimiento de los
principios y valores de la excelencia, la ética de lo público, el bien común y la corresponsabilidad”; ii) la idea de la
política “como un conjunto de instituciones y prácticas que ordenan la convivencia”; iii) la visión de la democracia
dinamizada “con la pluralidad, la diversidad y el conflicto”, que convoca “a los actores universitarios a reconocer
que la vida en común siempre tiene una dimensión conflictiva; y que el reto y obligación política es contar con los
mecanismos para afrontar las tensiones sin recurrir al uso de la violencia”. Específicamente del enfoque
participativo del plan, es destacable iv) la creación y el fortalecimiento de “las condiciones y las instancias para la
participación en el debate y en el fortalecimiento y cualificación de los procesos de toma de decisiones”, es decir,
un horizonte que “exige la formación política y ciudadana de la comunidad universitaria para involucrarse
activamente y cultivar la corresponsabilidad” y el cual “apela al sentido de pertenencia, en tanto la participación
debe posibilitar la identificación de los integrantes de la comunidad universitaria con el proyecto colectivo de
Universidad”. El grupo resaltó finalmente el compromiso del plan en relación con una universidad que “asume una
perspectiva de género como parte integral de su quehacer, entendiendo que las condiciones de exclusión operan
de manera diferenciada para hombres y mujeres” (pp. 28 y ss.).
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4. El grupo encuentra que el Plan de Acción 2018-20213 contiene propósitos a los
cuales se articula perfectamente su trabajo y su perspectiva. Es lo que ocurre con
la línea de acción buen vivir en la comunidad universitaria, especialmente en estos
programas y proyectos: i) Programa desarrollo integral de los miembros de la
comunidad Universitaria, el cual busca “potenciar las capacidades de la comunidad
universitaria, a través del fomento del desarrollo individual y colectivo de los
estamentos y del acompañamiento a la experiencia universitaria, a partir de
soluciones en los ámbitos formativos, investigativos, de extensión y de gestión” (p.
36). Y el proyecto asociado cambio cultural para el bienestar. ii) Programa hábitat
y convivencia, que propicia “condiciones sociales o físicas de los campus de la
Universidad, para generar ambientes adecuados y favorables al desarrollo de las
actividades de los universitarios en el marco de la misión y las normas de la
Institución” (p. 38). Y los proyectos asociados estrategias pedagógicas para la
convivencia; unidad universitaria para el tratamiento de conflictos; diversificación
de la oferta comercial de alimentos en Ciudad Universitaria; implementación,
sostenibilidad y mejora del Sistema de Gestión de Seguridad y Salud en el Trabajo.
3 Universidad de Antioquia. Plan de Acción Institucional 2018 – 2021. Medellín, Universidad de Antioquia, 2019.
8
Gráfico 1.
Como puede apreciarse, este documento no contiene una propuesta que pretenda
“imponerse desde arriba”, ni concretarse “de espaldas a los universitarios”. Como se
dijo, su contenido no ha sido decidido, por más que cuente con el consenso del grupo.
Tampoco es un documento elaborado con la participación de todas y todos los
universitarios, sus líderes o representantes. Aquí se optó por un camino intermedio:
la elaboración de una propuesta base que solo podrá derivar en propuesta definitiva si
se dan debates y discusiones con las personas organizadas o no que se sientan
interesadas, concernidas o afectadas por la situación. Es lo que debería ocurrir de
ahora en adelante.
9
tomarlo, pues entiende que si la discusión de esta propuesta no concita el interés de
los universitarios, o si no hay voluntad para modificar la situación actual del comercio
informal en el campus, el costo inmediato estaría representado solo en el entusiasmo
y en el tiempo extra que dedicaron algunas personas a la elaboración de este
documento. No habría, en fin, despilfarro institucional.
Finalmente, tres advertencias: En primer lugar, el grupo sabe que el hecho básico
constitutivo de la situación, el comercio informal, es expresión de una compleja mezcla
de opciones individuales, condiciones sociales, estructuras económicas y decisiones
políticas que exceden la responsabilidad de la universidad y trascienden el ámbito
geográfico del campus.4 Pero eso no implica que la universidad tenga que abstenerse
de recurrir a sus propias capacidades y a su autonomía para insistir en el tratamiento
local de la situación. El grupo confía en que los ajustes que se introduzcan a la
propuesta (por parte de los universitarios), la voluntad de quienes han de aprobarla
y de ejecutarla finalmente (el gobierno de la universidad), ciertas afinidades de la
población a la cual se dirigen los proyectos (jóvenes y estudiantes de esta universidad
pública), y las características acotadas del lugar (un campus), permitirán superar la
idea según la cual no hay ninguna intervención sobre la informalidad que no derive en
su crecimiento.5
4 Un recuento de factores asociados a la situación en el contexto, por ejemplo, a “la configuración de una economía
de comercio Informal en Medellín”, puede verse en Mejía (2018).
5 En cambio, el grupo ha adoptado la idea según la cual la insostenibilidad de las estrategias que afronten el
emprendimiento, iniciativa, ingenio, sacrificio, esfuerzo. Casi siempre, la informalidad es sinónimo de bajos
ingresos, inestabilidad laboral, desprotección, desaliento y violación de derechos" (FORLAC OIT, 2019).
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En su primera parte, el documento contiene algunas reflexiones sobre el comercio
informal, así como algunos datos sobre la situación en el contexto y en el campus
(apartados 1 y 2). En la última parte (apartado 3) se describen los proyectos que
componen el plan.
1. Comercio informal
7 La definición del DANE es especialmente problemática, pues “se remite a la resolución 15ª CIET de la OIT de 1993
y a las recomendaciones del grupo de DELHI, según las cuales la medición de informalidad en materia de escala de
personal ocupado en las empresas debe ser hasta cinco trabajadores, excluyendo los independientes que se
dedican a su oficio y a los empleados del gobierno (DANE, 2019, p, 2). Según Garay (2006, citado en Castañeda y
García, 2007), en el cálculo del DANE “el concepto de personas empleadas en el sector informal no es idéntico con
el concepto de personas empleadas en una relación de empleo informal”. Ferrari (2019) es más gráfico: “(…) según
el DANE, son informales el patrono y propietario de un taller de mecánica, sus tres mecánicos y su secretaria, a
pesar de que el patrono lleve contabilidad, tenga registro mercantil, pague impuestos, cumpla las leyes laborales,
todos reciban salarios mayores que el mínimo, y paguen sus contribuciones a salud y pensiones”. El Ministerio del
Trabajo, en cambio, mide la informalidad laboral por el porcentaje de ocupados que no aportan a pensiones
(respecto de la población total ocupada). Y así, por ejemplo, según este Ministerio en 2014 había un 62.5% de
informalidad, mientras para el DANE el porcentaje era de 48.2% (Cfr. FORLAC OIT, 2015).
8 Es elocuente que “las clases” desagregadas por Feige (citado en Portes y Haller, 2004) se encuentren finalmente
atadas por el incumplimiento de reglas: “economía ilegal”, economía “no declarada”, “economía no registrada” y
“economía informal”. El Programa de Promoción para la Formalización en América Latina y el Caribe, de la OIT, es
explícito al respecto: “¿Qué es un empleo informal? Es una relación laboral que no está sujeta a la legislación
nacional, no cumple con el pago de impuestos, no tiene cobertura de protección social, y carece de prestaciones
relacionadas con el empleo" (FORLAC, OIT, 2019, p, 3). Inclusive la perspectiva de la economía popular resistiría
el criterio distintivo del incumplimiento de reglas, en cuanto se la define como los “procesos de producción y
consumo, así como cualquier otro tipo de actividades de intermediación y servicios cuando éstas se realizan fuera
de la órbita del mercado de trabajo, es decir, sin patrón, y siempre que no se cumplan las lógicas de acumulación
de capital y reparto” (Narodowski, 2013, p, 103).
11
De hecho, en la economía informal participan muchas empresas, empleadores y
trabajadores que no son, solo por eso, organizaciones criminales o delincuentes. Se
trata de empresas, empleadores y trabajadores que desempeñan alguna actividad, sin
el cumplimiento de alguna o algunas reglas, en un momento del proceso que va de la
producción a la comercialización:
voluntarista: “(…) para ciertas personas pobres, con un nivel precario de capital humano (módico o deteriorado),
la economía informal no es, en síntesis, una opción residual, sino una que se ajusta mejor a sus preferencias u ofrece
más beneficios netos (…) que las opciones formales a las que tienen acceso, en términos de autoestima, flexibilidad
con los tiempos de trabajo, y la asunción y el manejo de riesgos” (p, 57). ii) La paradójica: “(…) la informalidad
económica responde, en suma, a los incentivos que generan las normas para transgredirlas en entornos
institucionales con escasa voluntad y/o capacidad de controlar su cumplimiento y estructuras sociales fuertes que
ofrecen posibilidades para actuar de manera relativamente eficiente por fuera de la formalidad” (p, 58). iii) La
ortodoxa: “(…) la estructura normativa de los países latinoamericanos, excesiva e ineficiente, impide a muchos
individuos operar formalmente, al establecer unos costos (…) inasumibles para muchos de ellos” (p, 59). iv) La
institucional y la estructuralista: Ponen el acento en el empleo formal y resaltan, en el primer caso, “la escasa
capacidad de absorción del mercado formal (…), y, en el segundo, la precarización del empleo existente (…). El
contexto internacional ocupa en ambos casos un papel nuclear” (p, 60).
11 Por ejemplo, informalidades “de subsistencia”, “voluntaria”, “inducida” y “mixta” (Fernández, et al, 2017, pp, 21-
23).
12
objetivo diferente y, por lo tanto, debe ser enfrentado con políticas económicas
distintas (Fernández et al, 2017, p, 5).
Esas normas sociales alternas al sistema legal, que se producen en cualquier grupo
social, pueden ser una fuente importante de identidad del grupo, sobre todo en cuanto
son defendidas y aplicadas. Defendidas frente al orden formal o frente a los agentes
de la formalidad, y aplicadas a otros “extraños” (subgrupos y comportamientos
desviados) con respecto a las propias reglas informales predominantes en un tiempo
y espacio determinado (Cfr. Becker, 2010).12
Acercarse a las condiciones en las cuales se ejerce el mercado informal con la intención
de modificarlas, de prevenir conflictos, de reducir impactos nocivos o de formalizar
directamente la actividad, implica no perder de vista esas dimensiones de la
situación,13 así como las sociabilidades que allí tienen lugar y, desde luego, la estrecha
relación que mantiene la informalidad con la formalidad,14 es decir, con un mundo que
12 La relación se produce también en un sentido inverso, de abajo hacia arriba: Los subgrupos pueden considerar
“extraños” más bien a quienes les imponen las reglas informales vigentes, lo mismo que estos impositores de reglas
informales pueden ver como extraños más bien a los agentes del orden formal circundante.
13 El olvido de las sociabilidades y de los “mudos” normativos informales, así como la prevalencia de una
racionalidad institucional y una visión de corto plazo en las iniciativas, impiden el logro de objetivos importantes
y no garantizan la sostenibilidad de las intervenciones institucionales (Cfr. Galeano-Rojas y Beltrán-Camacho,
2008, p, 293).
14 “La economía informal y la formal están además dinámicamente ligadas, formando un continuo de relaciones
económicas” (Neto; Ha & Weliwita, 2007, citados en Castañeda y García, 2007, p, 50).
13
suele pasar inadvertido solo porque allí todo “pareciera ocurrir sin contratiempos”15
o porque allí “sí hay cultura de la legalidad”.16
Cuando entendemos que la formalidad, más que un estado, es un proceso, y más que
una condición binaria (se es o no se es formal) es una escala con matices, donde
muchísimas empresas cumplen algunos requisitos de ley pero no otros; cuando
comprobamos que la gran mayoría de los actores informales lo son más por
necesidad, desconocimiento o circunstancias, que por una intencionalidad de violar
las leyes (aunque hay una minoría de actores ilegales y criminales sobre los que debe
caer todo el peso de la ley); y, sobre todo, cuando comprendemos que el tejido
empresarial informal es también un motor de generación de valor y que su tránsito
a la formalidad constituye una gran oportunidad para aumentar la productividad de
un segmento importante de la economía y así generar más riqueza y equidad,
podemos diseñar estrategias y políticas más inteligentes (Piedrahita, 2017
noviembre 27).17
(…) en países de ingresos bajos y medianos bajos, en el empleo informal hay una
proporción mayor de mujeres que de hombres (…). Las mujeres están más expuestas
que los hombres al empleo informal en más del 90 por ciento de los países del África
subsahariana, el 89 por ciento de los países de Asia meridional y casi el 75 por ciento
de los países latinoamericanos (…). Más del 30 por ciento de las mujeres en el empleo
informal en países de ingresos bajos y medianos bajos son trabajadoras familiares
auxiliares, un trabajo generalmente considerado no remunerado (…). Las mujeres en
empleo informal reciben una remuneración inferior por su trabajo, pero al mismo
tiempo están expuestas a mayores déficits de trabajo decente lo que apunta a la
15 “Uno se preocupa por todo lo que crea dificultades y no se molesta por lo que pareciera ocurrir sin contratiempos.
Se elaboran preguntas sobre lo primero: las cosas «malas» necesitan explicaciones, mientras que las cosas
«buenas» en apariencia no. Por consiguiente, las implicaciones y evaluaciones que se derivan de esto suelen
hacernos percibir grupos de fenómenos que son inseparables e interdependientes como si estuvieran separados y
fueran independientes” (Elias & Scoton, 2016, p, 251).
16 Como dice Escalante (2012), la cultura de la legalidad es una idea “rígida, esquemática, casi infantil del derecho”,
y tiene como contraparte “la imagen igualmente quimérica de los países en que «sí se cumple la ley»” (p. 125)
17 Cfr. Agostino (2016): “el trabajo informal es trabajo productivo y reproductivo que sostiene y permite que
subsistan los trabajadores que fueron expulsados por la economía formal (capitalista)” (p. 222).
14
necesidad de facilitar la transición a otras categorías laborales y a mejorar las
condiciones de trabajo como primera etapa hacia la formalización.
vii) En Colombia, desde los años noventa del siglo pasado el sector informal también
representa cerca del 60% de los empleos generados.18 En 2015, el empleo informal
era del 54,5, por debajo solo de Guatemala, Honduras, El Salvador, Perú y Paraguay,
entre los 14 países informados (Casabón, 2017). Y según información del DANE (2019
marzo 13) en las 13 ciudades y áreas metropolitanas en el período noviembre 2018 -
enero 2019, la proporción de ocupados cotizantes a pensiones “fue 51,4%”. Jiménez y
Páez (2014) afirman que, aunque a comienzos de la última década las cuentas
agregadas nacionales informan de reducciones en la tasa de desempleo e incrementos
en la ocupación, “los empleos que están posibilitando dicha dinámica en los
indicadores del mercado laboral colombiano, son empleos precarios”.
Gráfico 2. Gráfico 3.
18En Colombia, en 2006 la principal fuente de empleo informal “era de cuenta propia o actividades llamadas de
«rebusque» con un peso en el empleo urbano de 26,5%” (García, 2008).
15
En relación con los lugares de trabajo de los ocupados informales en Colombia, el
Observatorio de Políticas Públicas del Consejo de Medellín (OPPCM) ha elaborado, con
datos del DANE, la siguiente gráfica según la cual los locales fijos, las viviendas
diferentes a la propia, las viviendas propias y los sitios descubiertos en la calle,
representan el 80% de los lugares donde desempeñan su actividad los trabajadores
informales.
Gráfico 4.
16
Tres años más tarde, según la misma Subsecretaría, la ciudad tenía 10.210 vendedores
informales carnetizados, 3.200 en el centro de la ciudad, y calculaba que la cantidad
de venteros no acreditada era del orden de los 8.000 (Hidalgo, 2012). En 2015, la
prensa local graficaba así la evolución reciente de la informalidad laboral en Medellín:
Gráfico 5.
17
Gráfico 6.
18
vendedores informales son uno de esos sectores, que aceptan la existencia de estas
Convivir y les pagan puntualmente la cuota de seguridad porque, irónicamente, la
policía no les brinda la seguridad que requieren”. Finalmente, una persona experta en
el tema, entrevistada en el informe, aclara que “los criminales no son los trabajadores
informales. Éstos sólo tratan de solucionar su problema laboral y terminan actuando
en un ambiente donde confluyen otras dinámicas que los afectan, como las economías
criminales, que por momentos llegan a tener más poder que los organismos del
Estado” (ENS, 2013 febrero 7).
(…) con certeza se puede afirmar que sus hábitos de compra son distintos a los de los
compradores de productos frescos, en primera instancia porque la compra de comidas
preparadas en la calle se asocia con gusto o con antojo, más que con una búsqueda de
economía, de hecho, se puede decir que la compra de estos productos, para consumidores
de estratos uno, dos y tres es considerado un gasto suntuoso, razón por la cual no se puede
considerar que en la ciudad de Medellín la compra de productos preparados en la calle es
una alternativa económica ni nutritiva para integrantes de poblaciones vulnerables (p, 56).
Por supuesto que aquí no se trata de formular o de discutir hipótesis teóricas sobre la
formalidad y la informalidad, ni de verificar el peso y las características de esas
economías en el mundo, en el país o en la ciudad. Tampoco se discuten las estrategias
o las políticas con las cuales se interviene -o se dice que se interviene- la situación en
esos ámbitos. Aunque es evidente que hay factores relevantes allí e interconexiones
importantes para el análisis de la informalidad en cualquier rincón del mundo, el
interés de estas notas es apenas introductorio y las posibilidades de la propuesta no
alcanzan ni de lejos para intervenir mecanismos o factores que se encuentran en la
raíz de la situación de un continente, de un país o de una ciudad. Aquí solo se trata de
recordar la densidad y magnitud de la informalidad en el contexto, sin perder de vista
19
la situación en un territorio acotado y que, por fortuna, tiene todavía márgenes y
capacidad de autorregulación: el campus universitario.
2. La situación en el campus
Así, de una parte, la universidad no lograría aislarse del entorno por más que lo
intentara: es una universidad pública, sus estudiantes vienen y van de todos los
sectores y grupos sociales, y sus profesores, empleados y trabajadores habitan
también afuera. Ellos forman parte de muchas otras comunidades, corporaciones,
gremios, empresas, clubes o colectivos no universitarios, y sus preferencias van y
vienen igualmente entre todos esos lugares y la universidad. Además, para tramitar
conflictos internos, los universitarios invocan con suficiente naturalidad ya el derecho
“de afuera”, códigos “extrauniversitarios”, normas expedidas en “otra jurisdicción” y
tribunales “externos”. Los universitarios saben que su condición y la del lugar que
habitan se encuentran fuertemente conectadas con el entorno.
Pero, de otra parte, la universidad ni sus campus se confunden con ese entorno, por
más que se encuentre conectada con él o reciba sus impactos. El campus no es un
parque, una plaza, o una calle, ni está tan disponible ni tan expuesto como lo están
esos bienes de uso público. Eso lo saben bien quienes reconocen que habitan un lugar
específico, el campus, en cuyos espacios abiertos pueden encontrar mayor
tranquilidad que en muchos lugares abiertos de Medellín; o lo saben quienes perciben
alguna diferencia en las expectativas que prevalecen sobre el comportamiento de los
universitarios en el campus, en comparación con las expectativas que genera el
comportamiento de miles de personas reunidas en cualquier otro lugar de “afuera”.
La universidad no logra reflejar exactamente lo que ocurre al otro lado de sus mallas
perimetrales. Lo saben igualmente quienes conocen con precisión los niveles y el tipo
de delincuencia que se produce en el campus, en comparación con los niveles y el tipo
de delitos que se cometen en el entorno; o lo saben inclusive quienes valoran el hecho
de que en las plazoletas, bloques y pasillos de este campus no haya presencia
permanente de la fuerza pública, y que esa fuerza se abstenga habitualmente de
ingresar inconsulta o injustificadamente a la Ciudad Universitaria. Los universitarios
saben que su condición y la del campus que habitan, es diferente.
Que sea “una combinación”, quiere decir que la pérdida de equilibrio entre esos
componentes puede derivar en diversos tipos de aislamiento o de indistinción, con
respecto al entorno.19 Puede ser lo que ocurre cada vez que la universidad o su
campus se convierten en mundos apartados, inaccesibles; o, al contrario, en mundos
indiferenciables, completamente permeables por su entorno. Y hay circunstancias que
amenazan con lograrlo, o que eventualmente lo han logrado con una intensidad y una
duración variables.
Aunque no es la única,20 tal vez la violencia haya sido la circunstancia más dramática
y visible. No se puede olvidar (o no se logra olvidar) que en esta universidad se
escenificó, por décadas, un conflicto armado; que hubo cientos de acciones violentas
desplegadas en el campus o sobre el campus y los universitarios; que en él hicieron
presencia organizaciones vinculadas a conflictos bélicos de alcance nacional, y que allí
mismo se ha sentido el impacto de una ciudad que ha marcado el ritmo de las
estadísticas de violencia en Colombia, el estilo de la criminalidad, de sus
organizaciones y actividades.
También han amenazado con borrar la línea que separa el campus de su entorno, y
con una intensidad notable, las acciones derivadas de una cierta forma de concebir la
“seguridad”. Una cierta forma que ha prevalecido “afuera” por tiempos, y que ha
llegado a reflejarse “adentro”, con tal fuerza, que se distorsiona completamente la idea
de una universidad capaz de resolver conflictos sin apelar a la fuerza, la violencia, la
19 La reducción de tal complejidad a solo uno de los factores puede derivar, en cada caso, en un aislamiento
paternalista (posiblemente reflejo de una sociedad totalitaria), filantrópico (de una sociedad aristocrática), elitista
(de una sociedad excluyente), medieval (de sociedades medievales) y de una universidad apenas en construcción
(reflejo de una sociedad con luchas intensas por el reconocimiento). Se trata por eso de un equilibrio que algunas
personas pueden asumir como estable si se acepta que diversas fuerzas sociales −incluida la de los propios
universitarios− siempre logran recuperar a la universidad de las derivas que la apartan de su naturaleza, o como
un equilibrio inestable si se sostiene que diversas fuerzas han logrado cada vez más apartar a la universidad de su
naturaleza.
20 La institución recibe —con más o menos oposición—, por ejemplo, el impacto de modelos económicos y de
gestión que, por momentos, parecieran alejarla de su misión y propósitos; también ha sufrido embates de diversos
estilos e intereses políticos prevalecientes en el entorno, que amenazan sus propias lógicas políticas.
21
destrucción, la restricción o el cierre de sus instalaciones. Ha ocurrido en diversos
momentos:
Pero también hay afectaciones ligadas a “situaciones externas” que son incomparables
en intensidad, pero que tienen una persistencia destacable. Por ejemplo, el comercio
informal. Aunque no es una circunstancia dramática, ha generado percepciones
problemáticas y realidades conflictivas en el largo plazo. De un lado, las percepciones
son problemáticas porque, sin que exista evidencia concluyente, algunos públicos han
prefigurado conexiones entre la informalidad y la violencia, o entre la economía
informal y la economía subterránea, o entre ventas informales, monopolios
extraordinarios y rentas exorbitantes. Esas percepciones suelen apoyarse en datos
que son constatables, pero que no son necesariamente indiciarios: ocupación de
espacios e inmobiliario, proliferación y concentración de la actividad informal en
determinados lugares, presencia de personas sin vínculo con la universidad dedicadas
a la actividad, situaciones de desorden físico o coincidencias temporales de medidas
institucionales sobre el comercio informal y alteración violenta del orden académico.
21 “Desde los últimos años de la primera década de 2000 se hizo notorio el incremento de dispositivos de vigilancia
y control en el campus: “Aunque eventualmente se mencionaran «mafias de comercio informal», «consumo y
tráfico de estupefacientes», «hurtos», actos «terroristas» o «vandalismo», la razón que genéricamente se
mencionaba como motivo de las medidas era «la inseguridad» que se vivía en el campus. Por lo menos hasta finales
de 2013, aquellos dispositivos (nombrados explícita e invariablemente como «medidas de seguridad») serían parte
de los motivos aludidos en manifestaciones, huelgas, disturbios violentos y suspensiones preventivas de
actividades académicas. La expresión extrema del conflicto por la seguridad fue el cierre del campus durante
veintiséis días, entre septiembre y octubre de 2010 (…). En adelante, se sucederían atentados violentos contra
videocámaras, torniquetes y máquinas lectoras, y se mantendrían críticas puntuales a la vigilancia privada o
incidentes individuales entre guardias y estudiantes. Las incursiones de la fuerza pública a las instalaciones
universitarias, por su parte, se hicieron frecuentes en la segunda mitad de la década pasada e implicaron casi
invariablemente el enfrentamiento con grupos de estudiantes (con el rostro cubierto, pero también “sin capucha”),
y la evacuación precipitada del campus” (Pérez, 2016, p, 60).
22
(…) para quienes se dedicaban al comercio informal, fue un «agravio» el hecho de
que se vinculara su actividad con la delincuencia. El hecho («fundacional») de
expulsión del campus y prohibición de la actividad, probablemente haya sido y siga
siendo determinante en la construcción de la identidad «del colectivo» (Pérez, 2016,
p, 68).
Este fue el efecto más inmediato, menos lesivo y más duradero de la securitización del
problema. Era también un efecto predecible, precisamente por las condiciones
particulares del lugar donde ocurrían los hechos:
En general, tampoco las ventas sin autorización en la universidad son las mismas que
se instalan en un parque o en una plaza de la ciudad, ni quienes están al frente de
puestos de venta en el campus enfrentan las dificultades que enfrentan las personas
fuera de él. Es incomparable la inseguridad en medio de la cual trabaja un “ventero
informal” en las calles Medellín, o el pago de extorsiones que padecen quienes buscan
cómo ganarse la vida en la informalidad más allá del perímetro del campus, inclusive
en el mismo sector céntrico de Medellín en el cual se localiza la Ciudad Universitaria.
22 En palabras de Acero (2013 marzo 14): “Ningún estudiante en una universidad privada te va a cuestionar si le
piden el carné (…). En la universidad pública por naturaleza sí lo va a hacer y ahí es donde surgen los conflictos”.
23 (…) cada vez más explícitamente los diagnósticos, políticas y programas de seguridad local enfatizan el desorden
–y no sólo el delito– como un factor de inseguridad. Ventas informales –estacionarias o ambulantes–, orinales
improvisados, basura visible, aglomeración de gente protestando, mendigando o embriagándose, deterioro de
edificios y espacios urbanos, son situaciones calificadas fácilmente como “de inseguridad” (Pérez, 2016, p, 89).
23
una infraestructura educativa, diseñada con fines distintos de la conexión difusa y no
planificada de redes eléctricas e hidrosanitarias y sistemas técnicos diversos.
24 Algunas notas sobre la relevancia del vínculo, en el caso de la universidad ICESI, en: Arango, Perlaza y Holguín
(sf)
25 Esa similitud incluye el riesgo de la securitización mencionado. Es elocuente que el tópico de las ventas
informales fuera recurrente en el Encuentro de Seguridad y Convivencia en los Campus Universitarios Colombianos,
celebrado en 2012 y en el cual participaron 23 representantes de Instituciones de Educación Superior, del gobierno
nacional, la policía y la defensoría del pueblo (Ospina, 2012).
24
Mapa 2. Universidad de Antioquia. Georreferenciación de puntos de venta informal, 2015
Considerados más en detalle los productos ofrecidos por los puestos de venta no
autorizados en el campus, el “mecato” siempre han ocupado el primer lugar en la lista.
Aún en 2019, representa el 45.4 %. Sin embargo, en los últimos tres años han ganado
cada vez más terreno (también en la lista) la venta de alimentos preparados in situ
(jugos, hamburguesas, sándwiches, butifarras), los cuales se ofrecen ya por lo menos
25
en una quinta parte del total de puestos existentes en marzo de 2019. Esta es la situación
actual:
VEINTE
DIECINUEVE
DIECIOCHO
DIECISEIS
CATORCE
DOCE
NUEVE
OCHO
SIETE
SEIS
CINCO
CUATRO
DOS
0 5 10 15 20 25
Mecato Mecato2 Mecato3 Tintos Mangos Empanadas
Jugos Libros Bisutería Perros Plátanos Sándwich
Hamburguesas Cervezas Pasteles Obleas Arepas Waffles
Porciones de Afiches Cds Ropa
“Mecato”: Solo mecato. “Mecato 2”: mecato y minutos. “Mecato 3”: mecato y tintos
En lo que respecta a las intervenciones de la universidad, ellas han ido del debate
recurrente en los órganos colegiados de gobierno, hasta la ejecución de estrategias
diversas por parte de la Rectoría. De una parte, la constante preocupación de los
órganos de gobierno universitario se ha expresado en ideas de intervención que van
de la expedición de reglamentos y sanciones disciplinarias, pasando por el llamado al
examen cuidadoso, la distinción y el estudio del problema, hasta la gestión de formas
asociativas de venteros. Cuando el problema ha sido aludido como “ocupación” o
“privatización” ilegal del espacio público, se han sugerido desde intervenciones
ambientales, hasta la ejecución de planes por fases: diálogo, persuasión, información,
bienestar y punición.
26
El cierre del campus, ocurrido simultáneamente con el retiro de los puestos de venta
sin autorización, no ha sido una práctica habitual. Pero ha ocurrido. En cambio, la
prohibición de ventas informales en el campus y de cualquier medio de auxilio a la
actividad, así como la calificación de la transgresión respectiva como falta disciplinaria
grave, ha permanecido vigente durante más de quince años. Este es el texto
consagrado en el Acuerdo Superior 206 de 2001:
Conviene tener en cuenta que hace algunos años este Acuerdo Superior fue
demandado. Según el demandante, debería declararse la nulidad del acto porque
habría una falsa motivación, pues la UdeA no habría demostrado el nexo entre ventas
informales e inseguridad, que se alegó en su momento como motivo de la prohibición.
Habría además un conflicto que debería resolverse en favor del derecho al trabajo de
las personas que ejercen el comercio informal en el campus; y habría finalmente
irregularidades en el procedimiento de expedición del acto. En el año 2016 el Tribunal
Administrativo de Antioquia declaró la nulidad del Acuerdo, aunque consideró
razonable la motivación del acto; es decir que, a juicio del Tribunal, las ventas no
formalizadas escapaban del control de la Universidad; facilitaban el tránsito de
personas externas a la comunidad universitaria; propiciaban el uso de cilindros y
pipetas de gas y por lo tanto la ocurrencia de algún accidente; implicaban condiciones
problemáticas de salubridad e higiene de los productos que se comercializaban;
pauperizaban a los estudiantes empleados en negocios de propiedad de personas
externas a la Universidad; producían una apropiación del espacio público, y en
algunos casos la actividad incluía productos ilícitos y piratería. No obstante, el tribunal
encontró inadmisible la vulneración del Estatuto Superior Universitario (artículo 63)
que dispone una secuencia y unos términos estrictos cuando se trata de aprobar
reformas al reglamento estudiantil, con lo cual el Estatuto garantiza el principio de
publicidad y el principio democrático. El Estatuto, en efecto, exige al Consejo Superior
Universitario respetar la diferencia de un mes entre uno y otro debate para la
aprobación de aquel tipo de normas. El Tribunal concluyó entonces que la prohibición
y la sanción referidas al comercio informal en el campus son nulas, pues el Acuerdo
que las estableció no fue expedido de conformidad con el procedimiento que indica la
máxima norma universitaria. Y que eso constituye un vicio que no es meramente
accidental, sino que se trata de un vicio sustancial que atenta contra el principio
democrático. Actualmente la decisión se encuentra en apelación ante el Consejo de
27
Estado, y hasta que esta segunda instancia no confirme o revoque definitivamente
aquella decisión del Tribunal, la prohibición consagrada en el Acuerdo Superior 206
de 2001 se encuentra vigente y es aplicable.
Hasta unos meses antes de que el Tribunal tomara aquella decisión, y desde 2013, se
habían presentado 76 reportes disciplinarios por ventas no autorizadas en el campus
(los cuales a veces implicaban al mismo estudiante: hay casos de 8 reportes sobre una
misma persona). El 51,3% de esos 76 casos terminaron con resolución inhibitoria (y
un llamado de atención pedagógico); el 5,2% con el archivó del proceso, y el 10,5%
con la imposición de una sanción. Esos reportes, sumados a los que se generan por
faltas de otro tipo, han causado eventualmente congestión en la Unidad de Asuntos
Disciplinarios. De hecho, el 33% restante de aquellos 76 reportes “por ventas”
acumulados desde 2013, se encontraban “en proceso” o “pendientes por abrir
proceso” en agosto de 2016.
La gráfica 8 sintetiza la propuesta del grupo de trabajo. Como se verá, ella incorpora
aprendizajes y experiencias del pasado, y retoma en sus proyectos algunos
26 Pese a los resultados financieros del programa Burbujas de Café, su reputación y su modelo básico ofrecían un
potencial de crecimiento que podría aprovecharse con diversificación de la oferta. Además, el mejoramiento del
modelo de operación podía hacerlo autosostenible. El programa derivo finalmente en el proceso DOMO.
27 Se inscribieron 14 aspirantes y 13 cumplieron los requisitos (4 laboran actualmente en Domo Móvil). La oferta
de “alimentación a estudiantes de pregrado y becas de manutención” era extemporánea porque, según decía la
iniciativa, “la asignación ordinaria de cupos para dichos servicios en 2017, ya se realizó”. Se indicaba además que
procedía “un margen de flexibilidad” en el cumplimiento de los requisitos, que eran básicamente: ser estudiante
activo de pregrado en la UdeA (en 2017-II y haberlo sido en 2017-I); reconocerse como estudiante dedicado a las
ventas informales indicando la actividad y comprometerse a abandonarla partir del 1º. de agosto de 2017; residir
en estrato 1 o 2 y demostrar dificultades de sostenibilidad en la universidad; aceptar las fuentes de verificación
“incluidos entrevista con trabajador social o psicólogo y eventual visita domiciliaria”. Finalmente se estableció que,
si no se cumplían los requisitos académicos, el estudiante se comprometería “a cumplirlos para el semestre 2018-
I”.
28
componentes conocidos y que se encuentran en ejecución. En términos generales, el
plan de modificación de la situación de comercio no autorizado de productos lícitos
en el campus está compuesto por un proyecto, un proceso y una estrategia que es
transversal a todo el plan. Estos tres elementos están interconectados de tal manera
que la falta de ejecución de cualquiera de ellos puede derivar fácilmente en el fracaso
de la propuesta.
Selección de participantes
Emprendimiento que transforma territorios
y buenas prácticas de manufactura
Proyectos seleccionados y (re)ubicación
Formalización y Momentos Programa de Atención Social y Solidaria
Proceso
normalización de las Mejoramiento de la oferta comercial
actividades de comercio existente
Informal Reglamentación
Ventas informales y Mecanismos
Autocompositivos de Resolución de
Conflictos
29
g) Tratar de lograr una obra funcional como Universidad y como arquitectura un
ejemplo para Latinoamérica por: sus costos, el uso de materiales autóctonos y la
facilidad de construcción, y la elasticidad de los edificios para adaptarlos a nuevos
usos y cambios en las técnicas de enseñanza e investigación (Universidad de
Antioquia, s.f.)
30
los bloques, los espacios públicos y la vegetación que separa a cada edificio de los
demás.
La zonificación fue uno de los instrumentos urbanísticos que se utilizó en el diseño del
campus universitario, con el objetivo de operar sobre el territorio de forma
organizada y hacer más eficientes las actividades en cada lugar. El campus se zonificó
en 5 grandes zonas con destinación específica, tales como los núcleos académicos, el
área administrativa, la zona sociocultural, el núcleo deportivo y las zonas de parqueo.
De acuerdo con esta organización se construyeron los edificios académicos, los
edificios públicos, la infraestructura deportiva y los espacios para el encuentro y el
descanso.
La estructura física del campus comprende tres elementos: un eje sociocultural, cuatro
grandes zonas académicas y las instalaciones deportivas. La concepción del primero
de ellos partió de la idea de construir una gran área central con el fin de agrupar en
ella todos los elementos constitutivos de la actividad docente. Esta área, semejante a
un paseo peatonal que inicia en la portería Barranquilla, se completa con una plazoleta
en la cual se ubican los edificios más representativos de la actividad cultural de la
Universidad: La Biblioteca Central, el Bloque 16 o Administrativo, el Museo
Universitario, el Teatro Universitario y finalmente el bloque 22 o Unidad de Servicios
de Atención a la Comunidad Universitaria, conforman una plaza cívica donde se
encuentran también varias de las principales obras de arte del campus, además de ser
un sitio de encuentro para los estudiantes.
Alrededor de todas las zonas construidas se proyectó una gran franja verde de
protección, que como un bosque sirviera para aislar los ruidos y como refugio de fauna
y separación de las zonas circundantes. Finamente el campus se completa con
escenarios deportivos tales como la piscina, el coliseo, el gimnasio, y las canchas de
fútbol y tenis.
31
Naturales y Ciencias Sociales y Humanas; la pizzería del núcleo de Artes, la cafetería
de deportes, la farmacia y algunas burbujas de café en algunos pasillos y edificios.
32
Imagen 1. Burbuja Domo Café (Bloque 21)
Tomando como referencia los elementos que dan forma a la estructura física del
Campus, y después de evaluar los logros y limitaciones de las respuestas ensayadas,
el grupo de trabajo ha elaborado un proyecto de intervención arquitectónica que tiene
por objeto crear la infraestructura y las condiciones socioespaciales básicas, para
garantizar la transformación y normalización del comercio no autorizado de
productos lícitos en ciudad universitaria. Como se puede apreciar en la tabla 2, este
proyecto está integrado por cuatro componentes: los Módulos Iniciativas Comerciales
Estudiantiles –MICE-, las Estancias de Estudio y para la Memoria, las Zonas de Estudio
de la Plazoleta Barrientos, y los Nuevos puntos institucionales de comercio.
33
claramente, como una intervención moderna dentro del conjunto patrimonial. Entre
las ventajas que tiene la arquitectura de contenedores se encuentran las siguientes:
Este proyecto se ubica en varios espacios públicos y zonas verdes del campus
universitario, las cuales fueron seleccionadas de acuerdo con los criterios anteriores
y se describen a continuación:
34
La localización de los módulos de iniciativas comerciales se puede agrupar en tres
grandes zonas.
Zona 1: Zona norte del Coliseo universitario. Se encuentra localizada en la zona norte
del campus, cercana a la vía circunvalar, la piscina, las placas polideportivas y la
cancha de fútbol. Alrededor del coliseo universitario existen varios espacios para la
recreación, el deporte y actividades culturales de gran escala, con una capacidad para
2.000 espectadores aproximadamente. En este lugar no existe oferta comercial
actualmente, y como se mencionó, es un espacio que congrega gran cantidad de
personas por los eventos deportivos que se lleva a cabo. Para este lugar se propone la
ubicación de tres módulos comerciales, con oferta de comida, café y snacks, con mesas
y sombrillas en la parte frontal.
Imagen 2. Estado actual Zona 1 – Coliseo Universitario
35
Imagen 4. Ubicación de MICES en Zona 1 – Costado norte del Coliseo Universitario
Zona 2: Zona entre el Bloque 12, el parqueadero del Bloque 16 y la Plazoleta de Artes.
Esta zona se encuentra localizada en el occidente del campus, entre el bloque 12 y la
plazoleta de artes, bordeando la zona norte y sur del parqueadero del Museo
universitario y cercana a la vía circunvalar y la portería del río. Actualmente, este lugar
se utiliza como zona de paso y parqueo. Sin embargo, se encuentra cercano a lugares
de gran afluencia de público como lo es el núcleo de Ciencias Sociales y Humanas hacia
el sur, el núcleo de Artes hacia el norte y el Museo universitario hacia el oriente. Es un
lugar muy concurrido por los estudiantes de artes principalmente, que usan el espacio
público para ensayos musicales, danza y teatro. Esta zona contiene abundante
arborización en su interior, lo que permite generar zonas de confort climático, gracias
a la sombra que proyectan las copas de los árboles y visuales paisajísticas agradables
para los usuarios.
36
la fachada posterior del Museo, mirando al oriente. Adicional a la ubicación de los
MICES, se aprovecha el espacio central para intensificar la vegetación y arborización,
instalar dos estructuras tipo pérgola para el resguardo del sol y la lluvia y la
instalación de mobiliario fijo en concreto, mesas con parasoles y demás dotación
necesaria para un buen aprovechamiento del espacio (luminarias, basureras, entre
otros)
37
Imagen 8. Ubicación de MICES Zona 2- 3d
38
Imagen 10. Ubicación de MICES Zona 2 (A) Imagen 11: Ubicación MICES Zona 2 (B)
MICE 4
MICE 4
MICE 5
Zona 3: Vía de servicio sector oriental. Localizada hacia la zona nororiental del campus,
en inmediaciones del núcleo de Ingeniarías y la zona deportiva. Actualmente funciona
como una vía de servicio para hacer cargue y descargue. Esta vía cuenta con andenes
y arborización a ambos lados y es utilizada por gran cantidad de estudiantes que
llegan en Metro y acceden a la Universidad por esta vía. Además, termina en una de
las zonas comerciales del campus.
39
Imagen 13. Ubicación de MICES en Zona 3 – Vía servicio, imagen 3d
Cada uno de los módulos de comercio albergará dos locales comerciales. En las
siguientes imágenes se muestra la planta arquitectónica de cada uno de los módulos
de comercio imágenes
40
Imagen 15. Propuesta Planta arquitectónica de MICE (dos locales por módulo)
41
Imagen 18. Vista frontal C-C de MICE
Como opción B se plantea la posibilidad de fabricar el módulo desde cero, es decir, fabricando no solo la piel
28
42
El objetivo es usar la infraestructura existente, inicialmente en dos pruebas piloto de
seis (6) estancias adecuados en la zona verde frente al Bloque 9, y tres (3) estancias
en la zona verde de la parte posterior de la Facultad de Artes. Debido a la cercanía con
los árboles que tiene el mobiliario existente en concreto en la zona verde de la
Facultad de Artes, se plantea la instalación de tres (3) estancias adicionales de
mobiliario en concreto, los cuales se instalaran cumpliendo con las condiciones de
distancia a los árboles existentes. Gráficamente, la distribución de las estancias sería
la siguiente:
Imagen 20. Plano de localización de Módulos de concreto en zona verde frente al Bloque 9
Bloque 9
Portería
Barranquilla
Imagen 21. Plano de localización de Módulos de Concreto en zona verde Facultad de Artes
Portería
del Río
Bloque 24
Bloque 25
43
La adecuación y planimetría de las estancias se presenta en las siguientes imágenes:
44
Imagen 24. Planimetría de módulos de concreto existentes
45
Imagen 26. Estancias de Estudio y para la Memoria en 3D (2)
46
vigas en concreto a la vista, orientadas hacia el norte y sur de la plazoleta, con
aproximadamente 2.962,22m² de área construida y 4.035,83 de área libre. Su
destinación principal es como área de encuentro, circulación y acceso al campus
universitario. Además, es uno de los espacios más grandes del campus universitario
ocupado por locales comerciales.
La distribución de las mesas y el aspecto general que tendrían los dos costados de la
plazoleta es el siguiente:
47
Imagen 30. Propuesta intervención costado oriental en 3D
48
Todas las intervenciones que se realicen en el espacio público en pisos y jardines
mantendrán los mismos materiales y acabados, además de incorporar un paisajismo
con especies de jardín, que permitan la visibilidad y refuercen el paisaje natural con el
que cuenta el campus.
49
las actividades cotidianas en el marco de la misión y la normativa institucional. En el
siguiente mapa se muestra la disposición espacial de los nuevos puestos, asociados a
esta propuesta:
50
Tabla 3. Proceso de formalización de las Actividades de Comercio Informal
Momentos Elementos
51
En la segunda fase del programa, que se surtirá una vez se encuentren disponibles los
cupos que ocuparán los participantes de la primera fase, se tendrán en cuenta las
condiciones que dificultan su sostenibilidad económica o las que determinan la
situación de vulnerabilidad de los estudiantes que aspiren a participar del programa,
pero también el tipo de oferta requerida en el campus, el perfil y la potencialidad de
la iniciativa respectiva. La Dirección de Bienestar Universitario revisará las bases de
datos que se encuentran en la Universidad y verificará el historial, las condiciones
específicas del estudiante, su situación académica, socioeconómica y sus condiciones
de vulnerabilidad. En todo caso, este proceso de caracterización solo podrá ser
promovido voluntariamente por el estudiante que aspire a ser participante del
Proyecto MICE. En esta segunda fase, además, la Unidad de Innovación acompañará a
los aspirantes en el proceso elaboración y presentación de su iniciativa, y en el
desarrollo de las que sean finalmente seleccionadas.
Los participantes del programa MICE, primera fase, que voluntariamente acojan el
acompañamiento de la Unidad de Innovación, y todos los participantes del programa
en su segunda fase, ingresarán básicamente a un proceso de creación o
perfeccionamiento de sus propuestas o iniciativas de negocio. El objetivo general es
brindar una alternativa a los estudiantes de pregrado de la Universidad de Antioquia
que ejercen el Comercio no autorizado de productos lícitos en el campus, o que
podrían verse motivados o compelidos a ejercerlo, y que tengan interés en crear una
unidad productiva a partir del conocimiento que brinda la institución y de una
formación y acompañamiento en temas de creatividad, emprendimiento y mejora del
bien o servicio.
Para la creación de estas unidades productivas se debe contar con un conjunto amplio
de apoyos. De manera puntual ellos hacen referencia a:
52
Estudiantes en riesgo de deserción porque ejercen actividades económicas no
autorizadas de carácter lícito.
Estudiantes que comparten la filosofía del programa. Como este es un
programa permanente e inclusivo, debe tener apertura y por tanto concierne a
los estudiantes interesados en participar de los procesos, sin que previamente
tengan actividades económicas no autorizadas. Acá se hace referencia a los
estudiantes que participarán de la segunda fase.
Financiación: tiene que ver con la inversión que realiza la institución para que
sea usada de manera efectiva y pertinente.
Colaboración: tiene que ver con la generación de redes de trabajo internas y
externas.
Cooperación: obedece al apoyo que deben brindarse todos los participantes de
la iniciativa.
Voluntariado: da cuenta de la integración de personas de la institución para
apoyar la mejora de las condiciones de comercio no autorizado.
Gestión: se configura como principio básico para obtener recursos (técnicos,
económicas y humanos) en pro del bienestar de los participantes.
Escrutinio público: obedece a la comunicación constante de resultados y
avances a la opinión pública de los procesos acompañados.
Con el fin de prestar una atención pertinente a los estudiantes que participan en las
unidades comerciales no autorizadas, se tendrá en cuenta la siguiente clasificación:
53
Factores de decisión Alcance - Clasificación - Acción a
desarrollar
¿Es para ¿Cuenta con ¿Tiene
sostenimiento producto? Interés por
económico? emprender?
Acompañar en la modelación de la
unidad productiva clarificando la
No Si Si
intención que tenga con la iniciativa,
sea económica o social
54
capacidades están orientadas a generar ideas, proponer soluciones y desarrollar los
prototipos funcionales de las iniciativas.
Etapa 1. Puesta en marcha de la iniciativa. Esta etapa comprende los siguientes pasos:
55
Definición de los procesos productivos y plan de inversiones (mejora continua,
innovación y desarrollo de prototipos funcionales)
Evaluación de la dinámica asociativa para la concepción de la ruta empresarial
Plan de proyección del emprendimiento
Selección de los participantes
Inicio nuevo ciclo
Momento1. Generación rápida de portafolio comercial para los venteros actuales (que
se acojan voluntariamente al proceso). Para este momento se tienen contemplados
tres componentes
56
Asesorías: Se tendrán asesorías permanentes con los participantes durante las
etapas de formulación e implementación de sus iniciativas. En el primer
momento se apoyará con cuatro horas de acompañamiento semanal en las
temáticas relacionadas con los talleres que estén dando en el momento, y se
tendrán actividades para ejecutar por parte de los participantes en el
transcurso de esas semanas hasta la implementación.
57
Este es el momento culminante del proceso óptimo de formalización, pues supone el
tránsito de los estudiantes desde espacios de venta informal hacia espacios
plenamente formalizados, y adecuadamente acompañados en el mejoramiento y la
proyección su iniciativa. Se trata, fundamentalmente, del proceso más adecuado de
ubicación de los estudiantes y sus iniciativas de comercio en los Módulos de Iniciativas
Comerciales Estudiantiles -MICE-.
Para garantizar la oferta formal en horarios extremos y fines de semana, el grupo que
elaboró el proyecto que ahora se presenta a consideración de la comunidad
universitaria, han formulado tres alternativas:
58
ii. Para el caso de los servicios atendidos por la Dirección de Bienestar
Universitario, por ejemplo, en el marco del programa DOMO, se propone
generar un servicio subsidiado en horarios extremos, para lo cual habrá que
definir la fuente de los recursos adicionales, pues el proyecto en sí mismo no
sería sostenible.
iii. Una tercera alternativa es la autorización de funcionamiento de algunos
puestos de venta en “horarios fríos”, atendidos por estudiantes, y los cuales
podrán contar con una autorización y una asistencia básica de la Dirección de
Bienestar Universitario, siempre que cumplan con las condiciones y
compromisos que señale esa misma Dirección (ver proyecto de resolución).
3.2.6. Reglamentación
Aquí se entiende que una de las dimensiones de las ventas informales son las
relaciones de los diferentes actores involucrados en ellas: a) Una relación entre quién
tiene el control sobre el puesto de venta informal y la universidad: En este caso, quién
decide ubicar el puesto hace uso, para sí, de un espacio común; de un bien público o
más exactamente de un bien fiscal que le sido confiado (por la ciudadanía, por la ley,
por la Constitución) para su administración y regulación a la universidad. En la
situación es evidente que:
- Se utilizan los bienes de la Universidad que han sido dispuestos para las funciones
misionales: mesas de estudio y sillas
59
- Se ocupan pasillos y se obstaculiza la circulación de las personas, lo cual es
especialmente problemático para quienes tienen alguna discapacidad
- Se utilizan redes eléctricas y se sustituye la finalidad de una red eléctrica destinada
para la conexión de computadores o celulares de las universitarias y los
universitarios.
- Se utiliza el agua de los baños públicos con otras finalidades
- Son dudosas las condiciones de salubridad que exige la preparación de alimentos
- Se generan contaminaciones ambientales por ruido, humo y olores
- Quién controla el puesto de venta informal, no asume costos que compensen el uso
individual (y rentable) del espacio, ni siquiera en las condiciones básicas de aseo,
limpieza, orden o higiene del lugar (antes, después o durante la actividad).
b) Una relación entre quién controla el puesto de venta y las personas que laboran en
él: En este caso, algunos puestos de ventas “pertenecen” a una o varias personas que,
a su vez, decide o deciden emplear la fuerza de trabajo de otras (estudiantes o no).
Esa relación se realiza probablemente mediante acuerdos verbales, y tal vez con las
mismas carencias que caracterizan ese tipo de relación intra-informal en el entorno
(seguridad social, riesgos profesionales, etc.).
c) Una relación entre el puesto de ventas y las personas que consumen los productos:
Aunque se trata de transacciones comerciales entre particulares, es difícil encontrar
mecanismos que permitan conjurar las diferencias o establecer las responsabilidades
que puedan derivarse del intercambio comercial, o de un ejercicio descuidado de la
actividad (lo cual es particularmente crítico en el caso de alimentos preparados).
60
Universidad de Antioquia
CONSIDERANDO QUE
62
percepciones y evidencias de riesgos (académicos, laborales, de seguridad en
el trabajo, de salud) para los estudiantes involucrados en la comercialización
no autorizada de productos lícitos, para los consumidores de estos productos
o para la comunidad universitaria en sus relaciones de convivencia; x)
mediciones inexistentes o imprecisas sobre el impacto de las estrategias
probadas para la transformación, contención o morigeración de la situación.
10. Para la puesta en marcha del Programa Módulos para Iniciativas Comerciales
Estudiantiles MICE, que interviene la situación de comercio informal de
productos lícitos en el campus, se requiere reglamentar los requisitos de
participación, condiciones de ingreso y permanencia, y de los demás elementos
que sean necesarios para la ejecución y cumplimiento de los objetivos del
Programa.
RESUELVE
CAPÍTULO I
CREACIÓN, OBJETO E IMPLEMENTACIÓN DEL PROGRAMA MÓDULOS PARA
INICIATIVAS COMERCIALES -MICE-
63
Artículo 1. Creación. Crear el Programa Módulos para Iniciativas Comerciales
Estudiantiles, MICE, adscrito a la Dirección de Bienestar Universitario. El Programa
se regirá por los principios del Sistema de Bienestar Universitario y estará dirigido al
cumplimiento de los objetivos del mismo Sistema, en relación con los estudiantes de
pregrado de la Universidad de Antioquia.
CAPÍTULO II
PARTICIPANTES DEL PROGRAMA
64
Adicionalmente, los aspirantes a participar en la segunda fase del Programa, deberán
inscribirse en el proceso de acompañamiento a las iniciativas de comercio que
adelantará la Unidad de Innovación; y demostrar las condiciones que dificultan su
sostenibilidad económica o las que determinan su situación de vulnerabilidad, según
el estudio que para tal efecto y en cada caso lleva a cabo la Dirección de Bienestar
Universitario.
CAPÍTULO III
CONDICIONES DE INGRESO Y PERMANENCIA EN EL PROGRAMA
65
auspiciar actividades de comercio informal en otras personas; de no realizar
actividades de comercio informal en el campus en condición de desertor o de egresado
de la Universidad; de no ceder parcial, ni totalmente el módulo, ni los implementos
asignados; y de entregar a la Dirección de Bienestar Universitario, una vez cese su
vínculo con la Universidad como estudiante de pregrado o cuando incumpla con los
compromisos establecidos en el acta, el módulo y los enseres o equipos que haya
recibido como apoyo a su iniciativa de comercio.
Parágrafo 2. En todos los casos, es decir tanto en la primera como en la segunda fase
del Programa, los estudiantes cuya iniciativa de comercio implique la manipulación
de alimentos deberán asistir por lo menos al 90% del curso de capacitación sobre
buenas prácticas de manufactura de alimentos que ofrecerá la Dirección de Bienestar
Universitario. Esta Dirección determinará los contenidos, el lugar y los horarios del
curso, y hará el seguimiento de asistencia correspondiente.
Artículo 13. Decisiones sobre ingreso y salida del Programa. En todos los casos,
y en el marco de las reglas establecidas en esta resolución, la decisión sobre el ingreso,
la permanencia o no permanencia de un estudiante en el Programa MICE, será de
66
competencia del Comité del Programa MICE, ante el cual la Dirección de Bienestar
Universitario presentará cada caso; garantizando siempre el derecho al debido
proceso.
Parágrafo 1: el periodo de los estudiantes y del Decano o Director, será de dos años
contados a partir de la primera reunión en la que participen a partir de su designación.
El periodo de los demás miembros del Comité será permanente y en razón del cargo y
no de la persona que lo desempeñe.
Artículo 15. Funciones del Comité del Programa MICE. Serán funciones del Comité
del Programa MICE:
67
Estudiar solicitudes de permanencia cuando se haya informado al
estudiante del retiro del Programa.
Evaluar semestralmente el estado del Programa.
Estudiar y resolver solicitudes de los estudiantes vinculados al Programa.
Informar a las instancias universitarias o instituciones externas de
situaciones que riñan con el orden legal.
Proponer a la Dirección de Bienestar Universitario la reformas o ajustes del
programa, que tiendan a perfeccionar su funcionamiento en el marco de las
finalidades de la misma Dirección o del Programa.
30No se limita a reconocer la necesidad de planificar y de organizar coherentemente un espacio, sino que se debe
reforzar y hacer tangible una de las condiciones para la convivencia en una comunidad, en este caso, a través de la
asignación de espacios de infraestructura física (contenedores), el cual estará destinado al uso común con los
beneficios que ello implica para los estudiantes, que pueda ser disfrutado por todos, sin excluir a nadie ni
privilegiar a ninguna persona o grupo de personas, y que se configura como el punto de encuentro de los
estudiantes, la comunidad universitaria y la sociedad en general.
69
marco legal de la actuación de las autoridades administrativas, es decir, una
política integral de la apropiación de lo nuestro.
- Como la regulación administrativa del espacio público ha de regirse por el
principio de legalidad, la ausencia de criterios normativos genera un riesgo de
arbitrariedad en desmedro de los valores que inspiran un Estado Social de
Derecho.
- La falta de parámetros que guíen la acción administrativa conduce a que se den los
procesos disciplinarios por “ventas informales”, sin esto se carecería de referentes
normativos objetivos para controlar la legalidad de los actos administrativos que
regulen el espacio público.
- La regulación obedece a consideraciones de orden técnico, económico, de
necesidad y es de competencia de la Universidad de Antioquia.
70
personas y los bienes, así mismo a incentivar actitudes de solidaridad y colaboración
para el cuidado de los miembros de la comunidad universitaria.
Acciones Momentos
Acción comunicativa Divulgación y promoción de acuerdos en
en el ámbito interno torno a la propuesta
Información y promoción del proyecto de
infraestructura y el proceso de formalización
Estrategia de de actividades de comercio
comunicaciones Desarrollo de narrativas para hacer públicos
los logros del proyecto y del proceso
Acción comunicativa Divulgación de la propuesta
en el ámbito externo Desarrollo de narrativas para hacer públicos
los logros del proyecto y del proceso
31La estrategia de comunicaciones se articula con otros proyectos que se llevan a cabo en el Plan de Acción,
como Seguridad, Movilidad y Espacios con Sentido.
71
3.3.1. Acción comunicativa en el ámbito interno
Esta estrategia pretende hacer público el documento y generar discusión con las
personas de la comunidad universitaria que se sientan interesadas, concernidas o
afectadas por la situación, para aportarle a la mejora de la propuesta, la cual como se
ha mencionado en diferentes espacios es modificable. En tal sentido, ella está dirigida
a los grupos que tienen relación con el fenómeno y a los diferentes estamentos
universitarios. Específicamente, se identifican tres grandes grupos:
72
aprovecharán los espacios ya instituidos por la Facultad de Derecho y
Ciencias Políticas y de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas.
- Acoger un evento de Lunes de Ciudad,32 para discutir el sentido de lo público
al interior de la universidad. Lunes de ciudad, se sustenta en una
metodología de diálogo público orientada a promover conversaciones
internas sobre el comercio no autorizado.
El encuentro con los grupos de interés y estamentos ha seguido una ruta en la cual se
han abarcado dos instancias: el Comité Rectoral y el Consejo Académico. La
presentación y debates universitarios sobre la propuesta continuarán, a partir del mes
de diciembre de 2019, con reuniones y presentaciones a:
32
Desde el año 2013 cada lunes se realiza este evento gracias al apoyo de la Corporación Otraparte y
de La Ciudad Verde, espacios de conversación que contribuyen a la construcción de ciudades más
democráticas.
73
Estudiantes vinculados al comercio no autorizado lícito en el campus.
Estudiantes de la Universidad de Antioquia y representantes en los
consejos de facultades.
Asociaciones de profesores, Ateneo y claustros de profesores.
Empleados administrativos.
Juntas directivas de gremios universitarios
Comités de vicedecanos
74
iii. Divulgación de la convocatoria para la formalización del comercio no
autorizado. Esto incluye: la publicación de términos y condiciones, el
desarrollo de medios de registro de participantes y la disposición de canales
para la atención de solicitudes de información. El medio principal para esta
actividad será el portal universitario.
Momento 3. Desarrollo de narrativas para hacer públicos los logros del proyecto y del
proceso
75
- Periodistas y medios de comunicación
- Líderes de opinión
- Dirigentes de organizaciones públicas y privadas que cooperan con el
sistema de bienestar de la Universidad
Momento 2. Desarrollo de narrativas para hacer públicos los logros del proyecto y del
proceso
76
Bibliografía
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vendedores-ambulantes-solicitaron-permiso-para-trabajar-en-calles-de-medellin-161085
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