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Antecedentes

En el caso de la Compañía Aramayo los montos indemnizables alcanzaban a 7 253 408.81 de dólares y
348 420 997.24 de bolivianos. El total de estos sumaban 12 027 520,78 de dólares. Según las memorias
del Banco Central del año 1963, el monto que recibió el grupo Aramayo sólo recibió un total de 3 257
272 de dólares. El grupo Patiño percibió 9 683 826 de dólares y el grupo Hochschild recibió un total 7
295 565 de dólares. La suma total alcanzó al monto de 20 236 663 de dólares.

Estas cifras pueden se elocuentes si se toma en cuenta que durante los 15 años antes de la
nacionalización la industria minera pagó al fisco unos 80 000 000 de dólares entre los impuestos de
exportación e importación y uno 15 000 000 de dólares entre los impuestos de las utilidades y los
dividendos.

Bolivia un país producto de minerales desde épocas remotas, no pudo incorporar a la economía nacional
las riqueza extraidas en su suelo, porque a la explotación colonial de las minas de plata, surgió la
explotación semicolonial de las minas de estaño, malográndose con ello las coyunturas favorables que
se presentaron en el curso de su historia para asegurar el bienestar colectivo y el progreso de la nación.

El estaño y su explotación minera adquirieron un valor comercial importante desde finales del siglo XVIII
y de la posesión de los mejores yacimientos por S. I. Patiño, la Compañía Aramayo y Mauricio
Hoschschild, produciendo una concentración de la riqueza en manos de estos empresarios mineros de
manera proporcionada.

Mediante el Decreto Supremo Nº 3223, de 15 de abril de 1952, de Víctor Paz Estenssoro, presidente
Constitucional de la República se estable la nacionalización por causa de utilidad nacional las minas y
bienes de las empresas que forman los grupos Patiño, Hoschschild y Aramayo. Esta nacionalización
comprende lo siguiente:

a) La reversión al dominio del Estado, en todas su plenitud de las concesiones mineras poseídas en
ese momento, a cualquier titulo, por cada una de las empresas nombradas.
b) La expropiación en favor del Estado, por causa de utilidad pública, maquinarias, instalaciones,
edificios, ingenios, plantas de experimentación, laboratorios, vías y medios de comunicación,
equipos y materias de transporte, centrales eléctricas, campamentos y otros de las empresas
Patiño Mines, Enterprise Consolidated Inc. ; Bolivian Tin Tungsten Mines Corporation, con
subsidiaria Sociedad de Estaño de Araca y otras empresas mineras para los cuals se
establecieron como apreciación provisional de los montos indemnizables para cada empresa
minera nacionalizada. En el caso específico de la compañía Aramayo el monto alcanzaba 4 976
324. 82 de dólares.

El Decreto Supremo Nº 3223 de 31 de octubre de 1.952 fue elevado a rango de ley el 29 de octubre
de 1.956.

La caída del precio del estaño y una administración deficiente de la Comibol complotaron para que
la nacionalización de las minas de 1952 no sea un éxito.
La administración eficiente de la Comibol y caída del precio del estaño fueron los principales
factores que incidieron para que la nacionalización minera de 1952 no alcanzará su principal
objetivo: consolidar el desarrollo económico del país.

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