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El uso del hierro y del plomo en la arquitectura medieval

valenciana

Arturo Zaragozá Catalán


Rafael Marín Sánchez

En el imaginario colectivo, la arquitectura medieval tinó principalmente a la fabricación de tuberías de


está construida exclusivamente con piedra. Y esta, drenaje; para el revestimiento de las techumbres de
además, debe de quedar vista. Seguramente la idea madera, el sellado de las juntas entre las piedras y la
parte del supuesto y equivocado carácter rústico de protección de las barras de metal. El segundo contri-
dicha arquitectura, una idea alimentada en el siglo buyó, como es sabido, a robustecer las vidrieras; a
XIX por la influencia de algunos pensadores como reforzar las delicadas tracerías de piedra que las en-
John Ruskin (1849), según el cual «la verdadera ar- marcaban y a coser y dar estabilidad a las delgadísi-
quitectura no admite el hierro como material de mas piezas que componían los pináculos, cuya factu-
construcción». ra resultaría imposible sin su valiosa contribución. A
En los últimos años el incesante descubrimiento de estas funciones, cabría añadir otras muchas como la
tirantes, grapas, cadenas, anclajes o mecanismos, fabricación de clavos, herrajes y accesorios de ancla-
tanto en la documentación de archivo como en las je para el montaje de las armaduras de madera, algu-
obras, ha hecho decaer este falso principio. El metal nas de ellas de gran complejidad y belleza.
fue un material esencial en la construcción medieval Sin embargo, han pasado casi desapercibidas otras
como no lo había sido hasta entonces. De hecho, se aplicaciones mucho más relevantes para la estabili-
ha llegado a hablar de la Edad Media como una nue- dad estructural de las construcciones medievales. En
va «Edad de los Metales» (Bork 2005) alentando el Francia, donde como veremos estas investigaciones
desarrollo de un floreciente campo de investigación. parecen haber sido particularmente intensas en los
Como señala dicho investigador, la metalurgia lo- últimos tiempos, Viollet-le-Duc ya enumeró en el si-
gró un amplio calado en el tejido social del momento glo XIX llamativos ejemplos en algunas voces de su
siendo utilizada para la fabricación de una inmensa célebre Dictionnaire como Armature, Chaînage,
gama de artefactos de todo tipo: desde los puramente Construction, o Serrurerie.
utilitarios, como las herramientas, armas y armadu- Esta comunicación pretende llamar la atención so-
ras, hasta aquellos que daban distinción social a su bre la presencia de elementos metálicos en las cons-
poseedor o subrayaban la trascendencia mística del trucciones tardomedievales valencianas. Aquí es más
ajuar litúrgico. inusual porque la confianza en las fábricas parece ha-
Fue también en esta etapa cuando, gracias al incre- ber sido mayor. Siempre se ha preferido un contra-
mento cualitativo y cuantitativo de la producción, los fuerte a un tirante. No obstante, una reciente investi-
constructores comenzaron a explotar de muchas y gación sobre la escalera del coro de la iglesia
novedosas maneras los valiosos recursos técnicos arciprestal de Morella permitió constatar con asom-
que ofrecían el plomo y el hierro. El primero se des- bro la existencia de algunos refuerzos y atados metá-

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licos que contribuyen sustancialmente a su estabili- alrededor de un pilar cruciforme hasta alcanzar una
dad. A partir de esta evidencia, se han reunido rotación dextrógira completa, sin apoyo estructural
algunos de los ejemplos más relevantes ordenándolos alguno por su perímetro exterior. Sus peldaños, ex-
por epígrafes en función de su participación en ele- cepcionalmente amplios, superan los cinco palmos
mentos estructurales (zunchos, cadenas, grapas y de ancho (1,15 metros) en las zonas de mayor vuelo.
montantes); decorativos (atado de tracerías); de suje- El ámbito de circulación queda delimitado por un an-
ción; y en la formación de mecanismos. Finalmente, tepecho macizo de yeso endurecido que carga unos
se ofrecen algunas reflexiones sobre las diferencias 120 kg por metro en el extremo de los peldaños.
entre el uso del hierro en el ámbito Mediterráneo y La solución era de muy difícil o imposible cons-
en el norte de Europa. trucción en piedra por los evidentes problemas es-
tructurales que se habrían tenido que afrontar. Los
estudios realizados mediante ensayos geofísicos y
ZUNCHOS, CADENAS, GRAPAS Y MONTANTES termografía infrarroja acreditan la existencia en el in-
terior de su sección de un armazón estructural de ma-
El zuncho de la escalera del coro de la iglesia dera muy elemental, formado por un número indeter-
arciprestal de Morella minado de vigas leñosas empotradas en el pilar,
seguramente reforzadas con jabalcones. Como com-
Los recientes análisis mediante ensayos no destructi- plemento de aquellas el antepecho oculta en su inte-
vos realizados en la monumental escalera de yeso la- rior una celosía de madera y metal que dota de esta-
brado y policromado de acceso al coro alto de la bilidad al conjunto.
iglesia arciprestal de Santa María de Morella (ca. Dicha celosía está formada por montantes metáli-
1426), han revelado unas conclusiones sorprendentes cos y leñosos, trabados superior e inferiormente por
sobre las posibilidades de la utilización del hierro cordones metálicos. Los pies derechos de acero
con fines estructurales (Zaragozá y Marín 2017a). emergen en algunos puntos del antepecho y han po-
Esta escalera muestra una atrevida concepción es- dido ser también detectados en otros lugares con
pacial y técnica. Fue construida como un «caracol ayuda de la termografía infrarroja y los ensayos
volado» de unos 6 metros de altura que se desarrolla geofísicos. El situado a la altura del quinto peldaño

Figura 1 Figura 2
Arranque de la escalera del coro de la Arciprestal de More- Escalera del coro de la arciprestal de Morella. Hipótesis so-
lla. Representación del barandal metálico embebido en ella. bre la estructura de madera y metal que la sustenta.

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tiene forma de «U» de 4 cm de lado y unos 6 cm de chillas de hyerro de a quatro dedos de anchas y un
alma. Con ayuda de un detector de metales se ha dedo de recias embebidas en la pared, y prendidas a
constatado que el cordón metálico superior recorre los cabos en el pilar que se situare dicho caracol y em-
todo el antepecho, desde el arranque hasta la corona- breadas con pez antes de ponerlas para que el robel
ción, a una distancia máxima del borde superior del [robín] no las maltrate, las quales barchillas han de es-
barandal de unos 15 cm. Aunque no ha podido ser tar la una en el primer cuerpo y las otras dos repartidas
confirmada la existencia del cordón inferior, cabe su- a proporción en el segundo cuerpo».
ponerla en ese tramo de la sección sometido a mayo-
res esfuerzos de tracción. Lo más llamativo es que
esta compleja solución se emplaza en una comarca
que solo había conocido anteriormente construccio-
nes de piedra. Además, la utilización de uno o dos
cordones de hierro para sujetar el helicoide al pilar
señala una temprana aceptación de este recurso.

La cadena de la cuarta torre del Real Vell de


Valencia y otros atados perimetrales

El desaparecido palacio real de Valencia (Gómez-Fe-


rrer 2009) aporta una interesante noticia documental:
el uso de cadenas y cinturones metálicos para conte-
ner los empujes de las bóvedas tabicadas que, por
esas fechas, comenzaban a tenderse en las salas de
las casas nobles del reino de Valencia en lugar de los
forjados de viguetas de madera con un tablero supe-
rior. La función de esta interesante propuesta, que
debe enmarcarse en el complejo proceso de experi- Figura 3
mentación vivido en ese momento, fue descrita de Detalle del cinturón metálico de la escalera de la casa del
manera muy precisa en la capitulación de la cuarta de Arte Mayor de la Seda de Valencia
las torres reformadas, datada en 1428: «metre les ba-
rres de ferre per encadenar la dita torre per la volta
sobirana ques a ha fer per ço que no puga empenyer Aunque dicha escalera fue desmontada en 1979, se
les parets». Es decir, poner barras de hierro para en- conserva una solución de atado muy similar en el
cadenar dicha torre por la bóveda superior que ha de ejemplar de la casa del Arte Mayor de la Seda de la
hacerse para que no pueda empujar a las paredes. El misma ciudad, construida entre 1496 y 1506
asiento contable confirma la provisión de «barres de (Aleixandre 1987, 2–3). Este caracol, emplazado en
ferro o cadenes de ferro», ratificando su colocación. la sala noble de la institución, pudo servir de acceso
Un tardío contrato1 de 1731 proporciona otra noticia a la tribuna de los músicos y a las cubiertas. Para
similar. Este alude a la construcción de una estrecha asegurar su estabilidad, en algún momento se dispu-
escalera de caracol de ojo abierto, «de seis palmos de so un cinturón metálico en su coronación que atra-
diámetro por lo interior de adentro y de porción circu- viesa la decoración del antepecho.
lar y por la parte de afuera de porción pentagonal»,
para subir a la cubierta del cimborrio de la Seo valen-
tina. Se previó la colocación de cinturones metálicos Los montantes de la fachada del trascoro de la
para contener los empujes del helicoide, formado por catedral de Valencia
un «paredado de atobas y hyeso», sobre el esbelto
muro perimetral de medio pie de espesor y casi 18 me- Hasta el año 1941 la primera visión que se tenía del
tros de altura. Y a tal fin, se ordenó disponer «tres bar- interior de la catedral entrando desde los pies era la

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fachada del trascoro. La misma formaba una gran ATADO DE TRACERÍAS


pantalla de alabastro que cerraba la nave. Entre 1441
y 1446 el maestro Antoni Dalmau reconstruyó la par- Las tracerías del coro de la iglesia arciprestal de
te arquitectónica de dicha fachada-retablo y en 1777 Morella
el cabildo acordó renovarla nuevamente, conservan-
do en el mismo lugar los paneles de las escenas y La atrevida disposición del coro alto de la iglesia ar-
trasladando la antigua estructura medieval al «Aula ciprestal de Morella, situado en el centro de la nave,
Grande Capitular para conservación de estas memo- apoyado en cuatro pilares preexistentes y dispuesto
rias antiguas». Eliminado definitivamente el coro del sobre una compleja bóveda construida sobre arcos
centro de la nave de la catedral en 1941, los paneles escarzanos, fue una obra sin precedentes. El reciente
con las escenas se unieron de nuevo al marco para el análisis de su proceso constructivo revela un riesgo
que fueron construidas en la actual capilla del Santo mal calculado: el apresuramiento en el montaje de
Cáliz. las trabajadas enjutas de los frentes de los arcos y de
la celosía del trascoro antes del descimbrado y asien-
to de la bóveda (Zaragozá y Marín 2017b). Sin duda,
el montaje posterior habría evitado las deformacio-
nes existentes. Si las tracerías permanecen en su lu-
gar a pesar de las deformaciones es porque están su-
jetas con lo que en el vocabulario de la época se cita
como agulles (agujas) para unir tracerías; fils de fe-
rré (hilos de herrero) para añadir decoración menu-
da; y gafes (grapas) para atar piezas mayores. Todos
ellos son visibles a corta distancia.

Figura 4
Fachada del trascoro gótico de la catedral de Valencia en su
emplazamiento actual, en la capilla del Santo Cáliz.

Esta fachada-retablo se ordena mediante ocho


grandes pináculos, compuestos por una macla de tre-
ce cañas desarrolladas conforme a las leyes de la
cuadratura, que alcanzan toda la altura del retablo.
Estos pináculos-pilares articulan sintácticamente, a
modo de un orden gigante, el conjunto de las esce-
nas. Lo novedoso del diseño obligó a sujetar con una
estructura metálica la pantalla de alabastro. En las
cuentas de la obra se registró la compra de «huyt ver-
ges de ferre ab gafes als caps per tenir les formes de
la paret del portal del cor», es decir, ocho puntales o
perchas de hierro con grapas en las cabezas para su- Figura 5
jetar las formas de la fachada del trascoro (Gómez- Detalle del «hilo de herrero» que une las pequeñas flores de
Ferrer 1998). remate a la tracería del coro de Morella.

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La sujeción de las tracerías del cimborrio de la


catedral de Valencia

El cimborrio de la Seo de Valencia es, en palabras de


Street, uno de los mejores ejemplares que de su clase
hay en España. El enorme fanal octógono se cierra
con una bóveda de crucería compuesta por ocho ner-
vios de piedra y plementería de ladrillo dispuesto a
rosca. Tiene dos órdenes de grandes ventanales que
ocupan el ancho de los paños y hacen de esta linterna
una obra ligerísima, totalmente calada. Aparenta un
gigantesco diseño de orfebrería al modo de las coetá-
neas custodias turriformes. Las placas de alabastro
que cierran los vanos están aseguradas mediante
complicadas tracerías. Dichas placas sustituyen a las
todavía más ligeras vidrieras emplomadas medieva-
les. La diferente proporción y decoración de los dos
cuerpos hacen pensar que quizás se levantó en dos
etapas. Figura 6
El cimborrio ha sufrido numerosos problemas de El cimborrio de la catedral de Valencia con la escalera cons-
estabilidad a lo largo de su historia, algunos de ellos truida en 1731. Imagen de Thomas (Sanchís Sivera 1909).
bien documentados. Al parecer, en el año 1431 mu-
chos de sus elementos se encontraban en muy mal
estado, acaso afectados en parte por el terremoto de tracerías del circulo alto del citado cimborrio y que
1397 del que consta que se tuvieron que reponer al- todas se entablaran de nuevo.
gunas dovelas en los arcos de la catedral (Sanchís Si- Parece que estos daños se concentraron principal-
vera, 1909, 14). También son conocidos los impor- mente en uno de los frentes del octógono; el de le-
tantes daños causados en los arcos, bóvedas y vante. Según el libro de fábrica2 se colocaron 9,23 kg
arbotantes de la catedral por el terremoto de 1748, de «gaffes» o grapas engastadas con 18 kg de plomo,
conocido como de Montesa. que se fueron incrementando entre 1432 y 1433 hasta
Los libros de fábrica recogen dos relevantes actua- alcanzar los 96 kg de hierro y 191 kg de plomo, aca-
ciones de reparación. La primera de ellas fue acome- so dedicadas también a otros paños con daños menos
tida entre 1431 y 1433 mientras que la segunda tuvo significativos. A estas se sumaron finalmente 498 kg
lugar hacia 1731. En ambos casos son abundantes las de agujas de hierro.
anotaciones relativas al suministro de metal, plomo y El empleo de esta considerable cantidad de metal,
piedra. El libro de obras de 1431 alude al deplorable teniendo en cuanta que era para un único frente y
estado del corredor interior del primer cuerpo, que para una reparación, obliga a reflexionar sobre la ca-
«se desparedava tot», se deshacía todo. Una situación pacidad mecánica aportada por este hierro a la esta-
que se vio agravada en enero de 1432 tras un fuerte bilidad del cimborrio durante acciones extremas
temporal con fuertes lluvias y vientos que, al parecer, como los sismos. De hecho, la reciente tesis doctoral
pudo obligar a una renovación de gran calado (Mi- de la profesora Verónica Llopis Pulido (2014) pone
quel 2010b, 117). El temporal provocó el desprendi- en relevancia sus posibles problemas ante terremotos
miento de muchas piedras que, en palabras de los de cierta intensidad, cuya actividad parece haber
propios maestros de la Seo, causaron un serio riesgo existido.
de colapso del mismo de manera que el cabildo orde- Hoy no es posible determinar con seguridad qué
nó que «fos reparada e messa a punt e totes les altres elementos originales de las tracerías del siglo XV
formes del cercle alt del dit cembori, e que totes se permanecen aún en su lugar. Una noticia de 1698
empostassen de nou», es decir, que fuera reparada y señala que, debido al desprendimiento de hierros y
puesta a punto [igual] que todas las otras formas o piedras del cimborrio al interior de la misma, el ca-

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bildo ordenó construir una plataforma protectora de zunchar el primer anillo de la aguja que entonces se
madera (Cortés 2014, 51). Treinta años más tarde, proyectaba como remate de la torre.
en 1731, se contrató3 al maestro Joseph Navarro
para que, entre otros trabajos, procediese a la demo-
lición y sustitución mimética de las tracerías y los SUJECIÓN DE PIEZAS
maineles del segundo cuerpo del cimborrio, que era
el más dañado, extendiendo también dicha repara- Los escudos de la portada de la capilla real del
ción a los elementos del primer cuerpo que lo nece- convento de santo Domingo de Valencia
sitasen.
La Capilla Real del monasterio de Santo Domingo
en Valencia, construida por el maestro Francesc
Las claraboyas del antepecho del campanario de Baldomar, es una obra capital de la arquitectura va-
la catedral; el apitrador del Micalet de la Seu lenciana del cuatrocientos. La portada recayente al
patio de entrada a la iglesia mayor posee tres escu-
El remate de la torre de la catedral de Valencia tam- dos con restos de policromía donde hay «tres sen-
bién exigía unas condiciones similares de sujeción. yals, la hu d´Arago e l´altre de Sicilia e l´altre del
En 1425, el maestro de obras de la catedral Martí realme», es decir, los escudos reales de Aragón, de
Llobet encargó 21 arrobas (268 kg) de «gafes de fe- Sicilia y de Nápoles (Zaragozá 1997). La detallada
rre plom per licuar la dita obra», es decir, de grapas documentación de archivo de este edificio indica
de hierro y plomo para licuar para dicha obra, como que se compraron «tres gaffes groses de ferre ab sos
sistema de anclaje de las tracerías y claraboyas pro- pius […] los quals se devien engastar en una volta
yectadas como antepecho y remate de la cubierta de del portal de la dita capella e pasar tota la pedra del
la torre del Miguelete (Sanchis Sivera 1909, 100; Mi- dit portal». Estas piezas pesaron 63 libras (22,36
quel 2010b, 111–114). Considerando el relativamente kg). La oxidación del metal ha provocado la rotura
discreto diseño del antepecho, que se conoce, cabe parcial los escudos, por lo que su presencia no ad-
pensar si este hierro estaría destinado en realidad a mite dudas.

Figura 8
Figura 7 Señales de Aragón y de Sicilia en la portada en la portada
Restos del antepecho del Miguelete, según J. Cortina de la capilla real del monasterio de Santo Domingo de Va-
(1895). Archivo Municipal de Valencia lencia

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El anillado de los pilares de la sala capitular del tema de bayoneta o mediante ganchos de hierro (Za-
convento de santo Domingo de Valencia ragoza e Iborra 2005).
La instalación de la nueva clave de bóveda, hoy
La sala capitular del convento de predicadores de Va- desaparecida, de la capilla mayor de la catedral de
lencia apea sus bóvedas en unos pilares cuya asom- Valencia, es un buen ejemplo de ello. Esta, además,
brosa esbeltez desafía y contradice las normas de cuenta con una detallada documentación en el ar-
construcción actuales. Las columnas recayentes a la chivo de la catedral, cuya noticia debemos a Matil-
entrada tienen los fustes inferiores agrietados y ani- de Miquel4. La obra se realizó entre febrero y agos-
llados. Aunque en este caso se carece de documenta- to de 1432. Se compraron diversas piezas de
ción, los daños podrían haberse producido por un madera para labrar la clave y se unieron con 6 agu-
asiento diferencial en el momento del descimbrado. jas de hierro grandes y gruesas. Posteriormente, se
De hecho, el muro más débil de la sala es el que re- trabajó en la reclau, que parece haber sido una
cae a estos pilares y se corresponde con la puerta y chambrana alrededor de la imagen. Aquí volvieron
las ventanas. La solución de anillado, en cualquier a utilizarse agujas de hierro y diversos tipos de cla-
caso, es asimilable a las otras noticias documentales vos, algunos con la cabeza dorada. La clave se ins-
aquí recogidas. taló en la bóveda mediante «hun pern gros de ferre
per a la clau lo qual ab sa moleta e piu». Es decir,
con un grueso perno de hierro que pesó «tres roves
e VIII liures» (41,18 Kg). Una noticia curiosa, es el
empleo de púas de latón para evitar que las palomas
se escondiesen sobre la clave, cosa que actualmente
también se utiliza. Este dato también indica el ca-
rácter pinjante de la clave.

MECANISMOS

Las puertas del portal de los apóstoles de la iglesia


arciprestal de Morella

El portal de los apóstoles de la iglesia arciprestal de


Morella fue el primer conjunto de escultura monu-
mental gótica valenciana. Parece haberse comenzado
hacia 1310. Los batientes están formados por dos ho-
jas de 1,88 por 5,35 m. de madera claveteada con lis-
tones componiendo al exterior estrellas de ocho. Es-
Figura 9 tas hojas cuelgan, mediante tres anillas cada una, a
Solución de anillado de una de las columnas de la sala capi- modo de bisagras, sobre ganchos instalados en el
tular del monasterio de Santo Domingo de Valencia
muro, junto a las jambas. El gancho inferior apoya en
una barra de hierro de 1,30 m de altura con una pata
de cabra en su base que descansa en el suelo, exi-
La sujeción de la clave de madera de la capilla miendo a la jamba de recibir la mayor parte de la ten-
mayor de la catedral de Valencia sión concentrada en dicho gancho inferior.
Además, esta original disposición acorta la dimen-
Al final de la Edad Media las claves de bóveda se sión del eje de la puerta y, en consecuencia, también
multiplicaron y adoptaron una disposición en pinjan- el momento de vuelco y el empuje que se produciría
te. Una solución frecuente para los edificios existen- sobre el dintel en el caso de apoyarse con el univer-
tes fue incorporar a la clave antigua una nueva clave sal sistema de quicialeras. Es posible que esta inge-
de madera esculpida y/o pintada por medio de un sis- niosa y metálica solución se haya inventado para evi-

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dado grueso de hierro acerado en el que debe bailar o


girar dicho perno.
El documento prosigue describiendo «dos altres
perns o corrons grosos de ferre acerats, los quals se
deven engastar en lo dit arbre on ballara la roda de la
dita grua e han-se engastar en cascun cap del dit ar-
bre. Item, dos lengons grosos de ferre acerats, en los
quals propdits perns han de ballar», es decir, dos per-
nos o cilindros gruesos de hierro acerado, los cuales
se deben engastar en el árbol en el que girará la rueda
de la citada grúa; Deben engastarse en cada una de
las cabezas de dicho árbol. Ítem dos lengüetas grue-
sas de hierro acerado, en las cuales los citados pernos
han de girar.
Además, alude a unas planchas para reforzar el ár-
bol de la grúa y el árbol de la rueda, a clavos y pasa-
dores para construir el armazón de la grúa. Y también
cita «cinch altres perns de ferre, los quals han ésser
Figura 10 engastats en lo mig de l’arbre major de la dita grua»,
Portal principal de acceso a la arciprestal de Morella. Vista otros cinco pernos de hierro, los cuales deben ser en-
frontal y lateral de la barra de hierro que recibe la anilla in- gastados en el árbol mayor de dicha grúa. Estos últi-
ferior de la puerta mos cinco pernos podrían señalar que se trata de una
pluma basculante con respecto a su eje vertical y ho-
rizontal. En total se emplearon en la grúa 94 kg de
tar esfuerzos al dintel, que está partido. Una lesión hierro acerado.
causada probablemente durante su primera entrada
en carga, tras sufrir un asiento diferencial reciente-
mente identificado por el arquitecto Vicente Dualde. EL HIERRO, LA MADERA, LA CAL Y EL YESO
Esta solución no hubiera sido posible sin la generosa
utilización del hierro. Los ejemplos mostrados anteriormente acreditan una
significativa presencia del hierro en la construcción
medieval valenciana. Lo reafirma, igualmente, el
La grúa utilizada para la construcción de la preciso vocabulario utilizado en la documentación:
capilla real del convento de santo Domingo de fil de ferre (alambre); agulles (agujas); barres (ba-
Valencia rras); landes de ferre (planchas de hierro); verges de
ferre (puntales o perchas de hierro); pern (perno);
La documentación de la capilla real del antiguo con- gafes (grapas); cercols (anillos); golfs (goznes); pues
vento de Santo Domingo de Valencia, suministra el de lauto (púas de latón); etc.
documento del pago por los elementos metálicos Valencia se nutría mayoritariamente de «tochos y
para la construcción de la novedosa grúa, necesaria barras» de «ferro de Vizcaya», cuyo mineral era mu-
para la obra de dicha capilla (Zaragozá 1997). El do- cho más rico que el germano. También se recibía ma-
cumento está fechado el cinco de septiembre de terial de la siderurgia germánica, lombarda y ligur,
1448. En él se cita, entre otras cosas, «hun pern gran que llegaba a Valencia y Barcelona a través de Pisa,
e gros acerat, lo qual se ha de engastar en lo arbre de Savona y Génova. A veces se importaban productos
la dita grua sobre lo qual lo dit arbre deu ballar», es acabados: clavos de diversas tallas y formatos, cuchi-
decir, un perno grueso y grande acerado que debe en- llos, piezas de armaduras, etc., conocidos como
gastarse en el árbol de dicha grúa. Sobre este perno «mercie di Milano» (García e Izquierdo 2013, 179).
el árbol de la grúa debe bailar o girar «hun dau gros El dominio de la técnica de trabajo del metal resul-
de ferre acerat, lo qual deu ballar lo dit pern», un ta indudable, vista la presencia de talleres que reali-

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zaron mobiliario y rejas de auténtica excelencia artís- Especialmente valiosa resulta la continuación de
tica que no han sido tratados aquí por ser ya estos trabajos por Pérouse de Montclós (1972), quien
conocidos de antiguo (Sanchís Sivera 1922; Tramo- llevó a cabo un interesantísimo análisis técnico y
yeres 1907). Estos trabajos eran conocidos y admira- lexicográfico de numerosos documentos medievales,
dos en su época y algún maestro como Aloy Pont al- identificando seis variantes de armaduras metálicas
canzó gran celebridad. Elemental prueba de ello es el empleadas durante la edad Media: abrazaderas, so-
pequeño dragón realizado en 1430 por dicho maestro portes, tacos, cadenas, barras de acoplamiento y gra-
para el remate de una de las rejas de la biblioteca de pas que describen con claridad su relevante función
la catedral de Valencia. constructiva.
Más recientemente, Philippe Bernardi yPhilippe
Dillmann han investigado las soluciones del Palacio
Papal de Aviñón, acreditando la enorme cantidad de
hierro de utilizado en la construcción de este complejo
y la valiosa función que ejercen los grandes tirantes
utilizados para asegurar la estabilidad general de la
gran sala de audiencia y la capilla. Particularmente in-
teresantes resultan los trabajos liderados por Maxime
l’Héritier y Arnaud Timbert quienes, en la última déca-
da, han ampliado significativamente el listado de cons-
trucciones de tales características obteniendo de ellos
incontables datos documentales y arqueológicos. El
equipo formado por L’Héritier, Dillmann, Timbert y
Bernardi (2012) a partir de la investigación documental
de unas 120 referencias que abarcan desde mediados
del s. XIII hasta mediados del s. XVI, han recopilado,
de manera muy ilustrativa, los verbos que especifican
en cada caso el uso que se pretendía dar al metal. Entre
otros citan: sostener, enlazar, conectar, grapar, clavar,
anclar, suspender o reafirmar. Todos ellos parecen evi-
Figura 11 denciar una función constructiva y estructural de cierta
Dragón de una reja de la biblioteca de la catedral de Valen- relevancia que también confirman las obras.
cia, realizado en 1430 por Aloy Pont
Aunque en España las investigaciones sobre el uso
del metal estén más atrasadas parece evidente que su
empleo en época medieval fue menor, al menos en el
Con todo, la presencia de elementos metálicos en ámbito mediterráneo. En Valencia los tirantes vistos
la arquitectura francesa parece haber sido considera- brillan por su ausencia. Así, parece dibujarse una Eu-
blemente mayor y más temprana, como queda paten- ropa medieval de la madera y del hierro frente a otra
te en la extensa bibliografía desarrollada sobre el mediterránea de la argamasa de cal y del yeso. Esta úl-
tema. Alain Erlande-Brandeburg (1996, 47–48), ha tima parece haber apostado por perfeccionar o aligerar
llegado a manifestar que el uso de elementos metáli- la estructura de fábrica eludiendo la necesidad de estos
cos fue consustancial a la arquitectura del gótico ra- suplementos metálicos, cuya introducción en dichos
diante. Para ilustrar su afirmación estudió algunas de territorios se retrasó hasta los umbrales del siglo XV.
las obras enumeradas por Viollet-le-Duc como los La invención de la bóveda tabicada es un ejemplo de
complejos refuerzos metálicos de zunchado de la ello. Y también una excepción dentro de las estructu-
Santa Capilla de París (1248); los encadenados em- ras de albañilería que, por sus particulares condiciones
butidos en plomo de Notre-Dame de París (1163– de resistencia y ejecución y sus diversos referentes
1345); o el uso de codales de hierro en Saint Nazaire tecnológicos, merecerían un capítulo aparte.
de Carcasona, además del refuerzo de las tracerías de Seguramente puede repetirse la leyenda del fron-
la aguja de la catedral de Friburgo. tispicio del tratado de Serlio: Roma quanta fuit ipsa

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1768 A. Zaragozá y R. Marín

ruina docet, es decir, lo que fue Roma lo revelan sus tion or Commissioner’s Choice. En Nuts & Bolts of
ruinas. En este caso no aplicado a la teoría de los ór- Construction History: Culture, Technology and Society,
denes, o a los estilos, sino a la construcción. Allí v.3, 557–564. Paris: Picard.
donde quedaron restos de las fuertes argamasas y los L’Héritier, Maxime. 2007. L’utilisation du fer dans
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que la aplicación de nuevos materiales no siempre Llopis Pulido, Verónica. 2014. La Catedral de Valencia: cons-
logró. Únicamente al final de la Edad Media, con la trucción y estructura. Análisis del Cimborrio. Tesis docto-
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