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valenciana
licos que contribuyen sustancialmente a su estabili- alrededor de un pilar cruciforme hasta alcanzar una
dad. A partir de esta evidencia, se han reunido rotación dextrógira completa, sin apoyo estructural
algunos de los ejemplos más relevantes ordenándolos alguno por su perímetro exterior. Sus peldaños, ex-
por epígrafes en función de su participación en ele- cepcionalmente amplios, superan los cinco palmos
mentos estructurales (zunchos, cadenas, grapas y de ancho (1,15 metros) en las zonas de mayor vuelo.
montantes); decorativos (atado de tracerías); de suje- El ámbito de circulación queda delimitado por un an-
ción; y en la formación de mecanismos. Finalmente, tepecho macizo de yeso endurecido que carga unos
se ofrecen algunas reflexiones sobre las diferencias 120 kg por metro en el extremo de los peldaños.
entre el uso del hierro en el ámbito Mediterráneo y La solución era de muy difícil o imposible cons-
en el norte de Europa. trucción en piedra por los evidentes problemas es-
tructurales que se habrían tenido que afrontar. Los
estudios realizados mediante ensayos geofísicos y
ZUNCHOS, CADENAS, GRAPAS Y MONTANTES termografía infrarroja acreditan la existencia en el in-
terior de su sección de un armazón estructural de ma-
El zuncho de la escalera del coro de la iglesia dera muy elemental, formado por un número indeter-
arciprestal de Morella minado de vigas leñosas empotradas en el pilar,
seguramente reforzadas con jabalcones. Como com-
Los recientes análisis mediante ensayos no destructi- plemento de aquellas el antepecho oculta en su inte-
vos realizados en la monumental escalera de yeso la- rior una celosía de madera y metal que dota de esta-
brado y policromado de acceso al coro alto de la bilidad al conjunto.
iglesia arciprestal de Santa María de Morella (ca. Dicha celosía está formada por montantes metáli-
1426), han revelado unas conclusiones sorprendentes cos y leñosos, trabados superior e inferiormente por
sobre las posibilidades de la utilización del hierro cordones metálicos. Los pies derechos de acero
con fines estructurales (Zaragozá y Marín 2017a). emergen en algunos puntos del antepecho y han po-
Esta escalera muestra una atrevida concepción es- dido ser también detectados en otros lugares con
pacial y técnica. Fue construida como un «caracol ayuda de la termografía infrarroja y los ensayos
volado» de unos 6 metros de altura que se desarrolla geofísicos. El situado a la altura del quinto peldaño
Figura 1 Figura 2
Arranque de la escalera del coro de la Arciprestal de More- Escalera del coro de la arciprestal de Morella. Hipótesis so-
lla. Representación del barandal metálico embebido en ella. bre la estructura de madera y metal que la sustenta.
tiene forma de «U» de 4 cm de lado y unos 6 cm de chillas de hyerro de a quatro dedos de anchas y un
alma. Con ayuda de un detector de metales se ha dedo de recias embebidas en la pared, y prendidas a
constatado que el cordón metálico superior recorre los cabos en el pilar que se situare dicho caracol y em-
todo el antepecho, desde el arranque hasta la corona- breadas con pez antes de ponerlas para que el robel
ción, a una distancia máxima del borde superior del [robín] no las maltrate, las quales barchillas han de es-
barandal de unos 15 cm. Aunque no ha podido ser tar la una en el primer cuerpo y las otras dos repartidas
confirmada la existencia del cordón inferior, cabe su- a proporción en el segundo cuerpo».
ponerla en ese tramo de la sección sometido a mayo-
res esfuerzos de tracción. Lo más llamativo es que
esta compleja solución se emplaza en una comarca
que solo había conocido anteriormente construccio-
nes de piedra. Además, la utilización de uno o dos
cordones de hierro para sujetar el helicoide al pilar
señala una temprana aceptación de este recurso.
Figura 4
Fachada del trascoro gótico de la catedral de Valencia en su
emplazamiento actual, en la capilla del Santo Cáliz.
bildo ordenó construir una plataforma protectora de zunchar el primer anillo de la aguja que entonces se
madera (Cortés 2014, 51). Treinta años más tarde, proyectaba como remate de la torre.
en 1731, se contrató3 al maestro Joseph Navarro
para que, entre otros trabajos, procediese a la demo-
lición y sustitución mimética de las tracerías y los SUJECIÓN DE PIEZAS
maineles del segundo cuerpo del cimborrio, que era
el más dañado, extendiendo también dicha repara- Los escudos de la portada de la capilla real del
ción a los elementos del primer cuerpo que lo nece- convento de santo Domingo de Valencia
sitasen.
La Capilla Real del monasterio de Santo Domingo
en Valencia, construida por el maestro Francesc
Las claraboyas del antepecho del campanario de Baldomar, es una obra capital de la arquitectura va-
la catedral; el apitrador del Micalet de la Seu lenciana del cuatrocientos. La portada recayente al
patio de entrada a la iglesia mayor posee tres escu-
El remate de la torre de la catedral de Valencia tam- dos con restos de policromía donde hay «tres sen-
bién exigía unas condiciones similares de sujeción. yals, la hu d´Arago e l´altre de Sicilia e l´altre del
En 1425, el maestro de obras de la catedral Martí realme», es decir, los escudos reales de Aragón, de
Llobet encargó 21 arrobas (268 kg) de «gafes de fe- Sicilia y de Nápoles (Zaragozá 1997). La detallada
rre plom per licuar la dita obra», es decir, de grapas documentación de archivo de este edificio indica
de hierro y plomo para licuar para dicha obra, como que se compraron «tres gaffes groses de ferre ab sos
sistema de anclaje de las tracerías y claraboyas pro- pius […] los quals se devien engastar en una volta
yectadas como antepecho y remate de la cubierta de del portal de la dita capella e pasar tota la pedra del
la torre del Miguelete (Sanchis Sivera 1909, 100; Mi- dit portal». Estas piezas pesaron 63 libras (22,36
quel 2010b, 111–114). Considerando el relativamente kg). La oxidación del metal ha provocado la rotura
discreto diseño del antepecho, que se conoce, cabe parcial los escudos, por lo que su presencia no ad-
pensar si este hierro estaría destinado en realidad a mite dudas.
Figura 8
Figura 7 Señales de Aragón y de Sicilia en la portada en la portada
Restos del antepecho del Miguelete, según J. Cortina de la capilla real del monasterio de Santo Domingo de Va-
(1895). Archivo Municipal de Valencia lencia
El anillado de los pilares de la sala capitular del tema de bayoneta o mediante ganchos de hierro (Za-
convento de santo Domingo de Valencia ragoza e Iborra 2005).
La instalación de la nueva clave de bóveda, hoy
La sala capitular del convento de predicadores de Va- desaparecida, de la capilla mayor de la catedral de
lencia apea sus bóvedas en unos pilares cuya asom- Valencia, es un buen ejemplo de ello. Esta, además,
brosa esbeltez desafía y contradice las normas de cuenta con una detallada documentación en el ar-
construcción actuales. Las columnas recayentes a la chivo de la catedral, cuya noticia debemos a Matil-
entrada tienen los fustes inferiores agrietados y ani- de Miquel4. La obra se realizó entre febrero y agos-
llados. Aunque en este caso se carece de documenta- to de 1432. Se compraron diversas piezas de
ción, los daños podrían haberse producido por un madera para labrar la clave y se unieron con 6 agu-
asiento diferencial en el momento del descimbrado. jas de hierro grandes y gruesas. Posteriormente, se
De hecho, el muro más débil de la sala es el que re- trabajó en la reclau, que parece haber sido una
cae a estos pilares y se corresponde con la puerta y chambrana alrededor de la imagen. Aquí volvieron
las ventanas. La solución de anillado, en cualquier a utilizarse agujas de hierro y diversos tipos de cla-
caso, es asimilable a las otras noticias documentales vos, algunos con la cabeza dorada. La clave se ins-
aquí recogidas. taló en la bóveda mediante «hun pern gros de ferre
per a la clau lo qual ab sa moleta e piu». Es decir,
con un grueso perno de hierro que pesó «tres roves
e VIII liures» (41,18 Kg). Una noticia curiosa, es el
empleo de púas de latón para evitar que las palomas
se escondiesen sobre la clave, cosa que actualmente
también se utiliza. Este dato también indica el ca-
rácter pinjante de la clave.
MECANISMOS
zaron mobiliario y rejas de auténtica excelencia artís- Especialmente valiosa resulta la continuación de
tica que no han sido tratados aquí por ser ya estos trabajos por Pérouse de Montclós (1972), quien
conocidos de antiguo (Sanchís Sivera 1922; Tramo- llevó a cabo un interesantísimo análisis técnico y
yeres 1907). Estos trabajos eran conocidos y admira- lexicográfico de numerosos documentos medievales,
dos en su época y algún maestro como Aloy Pont al- identificando seis variantes de armaduras metálicas
canzó gran celebridad. Elemental prueba de ello es el empleadas durante la edad Media: abrazaderas, so-
pequeño dragón realizado en 1430 por dicho maestro portes, tacos, cadenas, barras de acoplamiento y gra-
para el remate de una de las rejas de la biblioteca de pas que describen con claridad su relevante función
la catedral de Valencia. constructiva.
Más recientemente, Philippe Bernardi yPhilippe
Dillmann han investigado las soluciones del Palacio
Papal de Aviñón, acreditando la enorme cantidad de
hierro de utilizado en la construcción de este complejo
y la valiosa función que ejercen los grandes tirantes
utilizados para asegurar la estabilidad general de la
gran sala de audiencia y la capilla. Particularmente in-
teresantes resultan los trabajos liderados por Maxime
l’Héritier y Arnaud Timbert quienes, en la última déca-
da, han ampliado significativamente el listado de cons-
trucciones de tales características obteniendo de ellos
incontables datos documentales y arqueológicos. El
equipo formado por L’Héritier, Dillmann, Timbert y
Bernardi (2012) a partir de la investigación documental
de unas 120 referencias que abarcan desde mediados
del s. XIII hasta mediados del s. XVI, han recopilado,
de manera muy ilustrativa, los verbos que especifican
en cada caso el uso que se pretendía dar al metal. Entre
otros citan: sostener, enlazar, conectar, grapar, clavar,
anclar, suspender o reafirmar. Todos ellos parecen evi-
Figura 11 denciar una función constructiva y estructural de cierta
Dragón de una reja de la biblioteca de la catedral de Valen- relevancia que también confirman las obras.
cia, realizado en 1430 por Aloy Pont
Aunque en España las investigaciones sobre el uso
del metal estén más atrasadas parece evidente que su
empleo en época medieval fue menor, al menos en el
Con todo, la presencia de elementos metálicos en ámbito mediterráneo. En Valencia los tirantes vistos
la arquitectura francesa parece haber sido considera- brillan por su ausencia. Así, parece dibujarse una Eu-
blemente mayor y más temprana, como queda paten- ropa medieval de la madera y del hierro frente a otra
te en la extensa bibliografía desarrollada sobre el mediterránea de la argamasa de cal y del yeso. Esta úl-
tema. Alain Erlande-Brandeburg (1996, 47–48), ha tima parece haber apostado por perfeccionar o aligerar
llegado a manifestar que el uso de elementos metáli- la estructura de fábrica eludiendo la necesidad de estos
cos fue consustancial a la arquitectura del gótico ra- suplementos metálicos, cuya introducción en dichos
diante. Para ilustrar su afirmación estudió algunas de territorios se retrasó hasta los umbrales del siglo XV.
las obras enumeradas por Viollet-le-Duc como los La invención de la bóveda tabicada es un ejemplo de
complejos refuerzos metálicos de zunchado de la ello. Y también una excepción dentro de las estructu-
Santa Capilla de París (1248); los encadenados em- ras de albañilería que, por sus particulares condiciones
butidos en plomo de Notre-Dame de París (1163– de resistencia y ejecución y sus diversos referentes
1345); o el uso de codales de hierro en Saint Nazaire tecnológicos, merecerían un capítulo aparte.
de Carcasona, además del refuerzo de las tracerías de Seguramente puede repetirse la leyenda del fron-
la aguja de la catedral de Friburgo. tispicio del tratado de Serlio: Roma quanta fuit ipsa
ruina docet, es decir, lo que fue Roma lo revelan sus tion or Commissioner’s Choice. En Nuts & Bolts of
ruinas. En este caso no aplicado a la teoría de los ór- Construction History: Culture, Technology and Society,
denes, o a los estilos, sino a la construcción. Allí v.3, 557–564. Paris: Picard.
donde quedaron restos de las fuertes argamasas y los L’Héritier, Maxime. 2007. L’utilisation du fer dans
l’architecture gothique: les cas de Troyes et de Rouen.
finos estucos romanos, éstos gozaron de un aprecio
París: Universite Paris i Pantheon-Sorbonne
que la aplicación de nuevos materiales no siempre Llopis Pulido, Verónica. 2014. La Catedral de Valencia: cons-
logró. Únicamente al final de la Edad Media, con la trucción y estructura. Análisis del Cimborrio. Tesis docto-
internalización del comercio y de las formas, parecen ral inédita. Valencia: Universitat Politècnica de València
haberse divulgado entre nosotros. Miquel Juan, Matilde. 2010a. Entre la formación y la tradi-
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Valencia. En Espacio, Tiempo y Forma, VII, t. 22–23,
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NOTAS
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