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86 AÑOS DE HISTORIA: HISTORIA, REALIDAD Y FUTURO

El Partido aprista peruano cumplió hace una semana 86 años de vida política en el Perú, este
movimiento que nació en el local de una carpintería, que entrego sus mejores hombres al
servicio del pueblo peruano, si vigente en los que profesamos el APRA y lo defendemos. Este
movimiento nacido primero el 7 de mayo de 1924 en México como una alianza latinoamericana
y una obra de los trabajadores manuales e intelectuales, se fundó con el único objetivo de llegar
a la conciencia del pueblo, haciéndole creer al peruano que es capaz de interpretar y transformar
su realidad, y no solo nosotros mismos relacionarnos, sino como dijo Víctor Raúl formar un
sistema de relación internacional.

Haya de la Torre fue ejemplo de político honesto y honrado, ejemplo para los jóvenes que vieron
en él una nueva esperanza de cambio en el Perú. El que sin copiar modelos extranjeros
desarrollo su propio espacio tiempo histórico, apartándose del comunismo que restringía la
libertad del hombre y fundamentando que el PAP era una institución nacional. Así se inició el
Aprismo en el Perú con una base teórica, que se había generado del estudio de 8 años que hizo
su creador al mundo y al Per, reflejando un principio general de la filosofía que mencionaba, que
nunca el ser humano debe lanzarse primero a la práctica, sin ningún fundamento teórico y
ninguna investigación a su contexto, porque significaría un salto al vacío. El tiempo le dio la razón
a hay de la torre, su movimiento sigue vivo en el corazón del campesino, del obrero, de la clase
media, por consiguiente, en el corazón del pueblo. Sin embargo, es válido mencionar que el
APRA ha ido perdiendo su verdadero rumbo; la senda de la izquierda democrática.

Esa izquierda democrática que predico y profetizo haya, que se diferenció del izquierdismo
radical representado hoy en Frente Amplio, en aceptar y respetar al que piensa diferente, en no
restringir libertades y rechazar cualquier tipo de autoritarismo, pero sobre todo nunca alejare
de las necesidades del Pueblo. El APRA no puede apartarse de los problemas del Pueblo, porque
si no estaría apartándose del Perú. Las últimas elecciones que nos dieron un 5.6 % fueron un
mensaje del pueblo, que pide ver un APRA renovado, con nuevos cuadros juveniles que
demuestren humildad, honestidad e intelectualidad, que se acoplen al mundo globalizado de
hoy, que se capacite a los trabajadores y defienda sus derechos y se abra la puerta de locales
partidarios al hombre que no tenga techo; eso pide el pueblo.

Armando Villanueva del campo, el hombre de la eterna juventud, Luis Alberto Sánchez la gloria
de América, Carlos Manuel Cox el economista, Manuel Seoane el príncipe de la oratoria y la
genialidad de Antenor Orrego el filósofo de América son sustento suficiente para predicar
nuevamente ese aprismo que hacia palpitar nuestros corazones. El APRA debe integrar a los
jóvenes a la vida política, a su realidad social y a su constante análisis, en otras palabras, debe
impartir una educación política basado en el ejemplo de sus mejores hombres, de sus mártires
que entregaron su vida el 7 julio de 1932 en la revolución popular de Trujillo y de todos los que
se enfrentaron a la ideología de muerte de sendero luminoso. Pero como podemos lograr eso si
damos como ejemplo una infraternidad entre compañeros al pueblo peruano, si hablamos todos
los días de renovación y democracia, pero no respetamos la nuestra internamente.

Nos acercamos más a no ser un partido de masas, más bien a ser un partido electorero que solo
se activa en época de campaña electoral. El APRA nunca morirá por más que sus enemigos
políticos ya lo hayan sentenciado, nunca morirá porque tenemos doctrina, ideología e historia y
todos los que nos insultaron y predicaron la muerte del partido de la estrella, como Sánchez
cerro, Benavides, Odría, Velasco, Fujimori y Humala, se encuentra bajo tierra, otro en la cárcel y
uno por entrar.
Prediquemos nuestra doctrina, fortalezcamos la conciencia del pueblo, porque si un pueblo
además de ser no educado y de no tener una doctrina, es un pueblo hundido y sumergido en su
propia ignorancia. Que el congreso del partido sea democrático y de respeto mutuo entre los
militantes, que los candidatos realicen una campaña limpia, honesta y humilde, que siempre han
sido las armas y escudo de nuestro glorioso partido. Unifiquémonos, culminemos la obra de
Víctor Raúl, tatuemos con sangre nuestra historia como dice nuestra marsellesa. El APRA es el
pueblo y el pueblo es el APRA.

¡VIVA HAYA DE LA TORRE!

¡VIVA EL APRA!

¡VIVA EL PERÚ!

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