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Las garantías procesales, hacen referencia a los derechos de los sujetos que intervienen en la
relación procesal, función fiscal, jurisdiccional y el debido proceso, valorando el respeto a la
dignidad de la persona humana que informan el proceso penal acusatorio, que se corresponde
con un Estado democrático de derecho.
Las normas que consagran y califican al proceso penal son los siguientes:
Artículo I “Justicia penal”; Este artículo hace referencia a la forma de cómo se debe
administrar justicia en lo penal, en que consiste en el derecho irrestricto de todo justiciable,
en ejercicio de sus derechos y en defensa de sus intereses, a acceder a una efectiva tutela
judicial penal, ante el Poder Judicial, para que con sujeción a la ley y mediante un debido
proceso, con todas las garantías, se le reconozca, extinga o modifique un derecho reconocido
normativamente por el ordenamiento jurídico.” Peña ( 2007).
Para garantizar el acceso a la justicia, nuestro Código Procesal Penal ha previsto la gratuidad
de la justicia, ya que de no ser así, quienes carecen de recursos económicos suficientes para
litigar, no podrían acceder a la justicia.
Hasta antes de la sentencia firme, ningún funcionario o autoridad pública puede presentar a
una persona como culpable o brindar información en tal sentido.
El artículo III del Título Preliminar del Código Procesal Penal señala que: Nadie podrá ser
procesado, ni sancionado más de una vez por un mismo hecho, siempre que se trate del mismo
sujeto y fundamento. Este principio rige para las sanciones penales y administrativas. El
derecho penal tiene preeminencia sobre el derecho administrativo.
El principio “Ne bis in idem”; tiene rango Constitucional, por cuanto nuestra Constitución
Política de 1993 establece en su artículo 139º que: son principios y derechos de la función
jurisdiccional; y consagrando en su numeral 13° La prohibición de revivir procesos fenecidos
con resolución ejecutoriada. La amnistía, el indulto, el sobreseimiento definitivo y la
prescripción producen los efectos de cosa juzgada.
Nuestro código procesal penal en su artículo III señala quienes pueden ser titulares de la
acción penal, estableciendo los siguientes.
1. El Ministerio Público es titular del ejercicio de la acción penal en los delitos y tiene
el deber de la carga de la prueba. Asume la conducción de la investigación desde su
inicio;
2. El Ministerio Público está obligado a actuar con objetividad, indagando los hechos
constitutivos de delito, los que determinen y acrediten la responsabilidad o inocencia
del imputado. Con esta finalidad conduce y controla jurídicamente los actos de
investigación que realiza la Policía Nacional.
3. Los actos de investigación que practica el Ministerio Público o la Policía Nacional no
tienen carácter jurisdiccional. Cuando fuera indispensable una decisión de esta
naturaleza la requerirá del órgano jurisdiccional, motivando debidamente su petición.
4. El Ministerio Público en el ejercicio de sus funciones debe tener en cuenta la
organización administrativa funcional de la Policía Nacional de conformidad con sus
leyes y reglamentos.
Artículo V “Competencia judicial”
Las medidas que limitan derechos fundamentales, salvo las excepciones previstas en la
Constitución, solo podrán dictarse por la autoridad judicial, en el modo, forma y con las
garantías previstas por la Ley. Se impondrán mediante resolución motivada, a instancia de la
parte procesal legitimada. La orden judicial debe sustentarse en suficientes elementos de
convicción, en atención a la naturaleza y finalidad de la medida y al derecho fundamental
objeto de limitación, así como respetar el principio de proporcionalidad.
1. Todo medio de prueba será valorado solo si ha sido obtenido e incorporado al proceso por
un procedimiento constitucionalmente legítimo.
2. Carecen de efecto legal las pruebas obtenidas, directa o indirectamente, con violación del
contenido esencial de los derechos fundamentales de la persona.