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CAPITULO III

ANALISIS EXEGETICO DEL CODIGO CIVIL

1.1. PRESTACIONES ALTERNATIVAS

Artículo 1161: El obligado alternativamente a diversas prestaciones, sólo debe


cumplir por completo una de ellas.

Las obligaciones alternativas representan una categoría de obligaciones


respecto de las cuales existe amplio consenso doctrinal en cuanto a sus efectos
prácticos, pero una gran discusión en cuanto a los aspectos teóricos de las
mismas, de modo que trataremos de exponer de forma breve, como lo exige la
ocasión, algunos aspectos relevantes de esta clase de obligaciones.

El artículo 1161, cuyo antecedente inmediato es el artículo 1191 del Código Civil
de 1936, es claro, conciso y, como señala Albaladejo comentando el artículo
1131 del Código Civil español, recoge el principio de integridad e identidad del
pago una vez recaída la elección, pues sólo debe ejecutarse una de las
prestaciones previstas. Puede decirse que el artículo 1161 pone de manifiesto la
característica específica de las obligaciones alternativas, es decir la
circunstancia de que en la obligación se hayan previsto diversas prestaciones,
pero se satisfaga la obligación con una sola prestación a elegir de entre las
diversas prestaciones previstas o, lo que es lo mismo, plures res sunt in
obligaciones, una auten in solutionis; máxima acuñada por los glosadores para
explicar los efectos prácticos de las obligaciones alternativas.

Las teorías sobre la naturaleza jurídica de la obligación alternativa intentan


explicar la naturaleza de estas obligaciones, discutiendo en torno a si en ellas
hay una única obligación con pluralidad de objetos (teoría unitaria) o si existen
tantas obligaciones como prestaciones se hayan previsto (teorías pluralistas).
Las teorías pluralistas han perdido vigencia, fundamentalmente porque no es
aceptable que en una alternativa existan varias obligaciones de las que todas,
excepto una, tengan por finalidad no cumplirse. Por ello, la generalidad de la
doctrina se inclina hoy por la teoría unitaria, según la cual en la obligación
alternativa existe una única obligación que tiene como objeto la prestación que
resulte elegida. Considera Rams que la teoría unitaria explica cuál de las
prestaciones será, a partir de la concentración, la efectivamente debida (aspecto
solutivo), pero deja sin explicación el período denominado de pendencia entre la
constitución de la obligación y la concentración, de modo que no se esclarece el
contenido plural de la obligación alternativa.

A partir de un análisis del término "prestación" contenido en diversas


legislaciones y en particular en el artículo 1131 del Código Civil español, señala
Rams que en la obligación alternativa subyace un único vínculo obligatorio, con
una única prestación cuyo contenido interno es plural, es decir, integrado por una
pluralidad de cosas, servicios o abstenciones, tomados en su conjunto.

Es decir, la pluralidad de contenido es objeto de la prestación, tomada ésta como


deber de conducta del deudor, como programa de conducta. Añade que la
configuración plural de la prestación no significa que se deban todos los
contenidos puestos in obligatione, en el sentido de que todos deban ser pagados,
sino que el contenido plural, por estar integrado formando parte de una única
prestación, se encuentra vinculado al pago solutorio, ya que la obligación se
cumple con plenos efectos liberatorios con la ejecución de uno solo de los
contenidos plurales contemplados en toda su integridad.

3.2 ELECCIÓN DE LA PRESTACIÓN ALTERNATIVA

Artículo 1162: La elección de la prestación corresponde al deudor, si no se


ha atribuido esta facultad al acreedor o a un tercero. Quien deba practicar la
elección no podrá elegir parte de una prestación y parte de otra. Son aplicables
a estos casos las reglas del artículo 1144.

Hemos visto que son características de la obligación alternativa la pluralidad y la


unicidad de contenido de la prestación en su aspecto solutorio. Ahora veremos
la concentración, otra de las características de la obligación alternativa, que no
es otra cosa que el paso de una pluralidad a una singularidad en la prestación.

Es necesario precisar que cuando en las obligaciones alternativas se utiliza el


término concentración, se está utilizando en sentido distinto al que se utiliza en
las obligaciones genéricas, pues si bien en ambas clases de obligaciones se
pasa de una pluralidad a una singularidad, dicha pluralidad y singularidad no son
homogéneas. En el caso de las obligaciones alternativas, la concentración no
elimina prestaciones, pues hay una única prestación, sino contenidos de la
prestación, por lo que delimita y configura el objeto del pago, respondiendo así
a la configuración y estructura de la obligación alternativa y de su prestación.
Una de las modalidades de concentración es la elección.

La elección la define Rams como la declaración expresa o tácita emitida por


quien está facultado para ello desde el inicio mismo de la obligación, por la que
se determina efectivamente el objeto de pago satisfactorio, precisamente de
entre los diferentes contenidos previstos en la prestación objeto de la obligación.
En palabras de Díez-Picazo, la elección no constituye un verdadero y propio
derecho subjetivo, sino que se trata de una simple facultad jurídica, que
pertenece al amplio grupo de los llamados derechos potestativos o facultades de
configuración jurídica.

3.1.3 FORMAS DE REALIZAR LA ELECCIÓN ART


1163

La elección se realiza con la ejecución de una de las prestaciones,


o con la declaración de la elección, comunicada a la otra parte, o a
ambas si la practica un tercero o el juez.

El artículo 1163 del Código Civil regula el tema de las formas para
la realización de la elección en las obligaciones alternativas, lo cual
reviste particular importancia ya que a partir del momento en que se
hace la elección se produce la denominada concentración propia que
genera, entre otras consecuencias, la conversión de la obligación
alternativa en una simple. A primera vista, lo señalado podría
considerarse como una cuestión puramente teórica y sin mayores
efectos de índole práctico. Sin embargo, el siguiente ejemplo
demuestra que esto no es así. Asumamos que el 20 de febrero de 2004
Juan se obliga alternativamente frente a Luis a entregarle un auto o una
moto o una tonelada de arroz, todos bienes ciertos. La elección se debe
producir el25 de febrero del 2004 y la entrega el1 de marzo de 2004.
Dada la naturaleza alternativa de la obligación, Juan se liberará frente
a Luis entregándole el auto o la moto o el arroz, previa elección. Sin
embargo, el 23 de febrero de 2004, vale decir en una fecha anterior,
tanto a la elección como a la entrega, la moto se destruye. En este
caso, como quiera que todavía no se ha producido la concentración
propia y más bien nos encontraríamos frente al caso de una
concentración impropia, con lo cual la obligación no se ha convertido
en simple y mantiene su carácter de alternativa respecto del auto y el
arroz, con arreglo a lo dispuesto por el primer párrafo del artículo 1162
del Código Civil que regula que la elección en la prestación
corresponde al deudor, así como por el inciso 2 del artículo 1165 del
Código Civil que establece que cuando la elección corresponde al
deudor, si algunas prestaciones son imposibles, el deudor escoge entre
las subsistentes, el 25 de febrero del 2004 Juan elegirá si cumple
entregándole a Luis el auto o el arroz el1 de marzo de 2004. Distinta es
la situación si, frente al mismo supuesto, el 25 de febrero de 2004 Juan
elige entregarle la moto a Luis y el 27 de febrero de 2004, vale decir en
una fecha intermedia entre la elección y la entrega, la moto se destruye.
En este caso, la elección efectuada por Juan determina que desde el
25 de febrero de 2004, como consecuencia de la concentración propia
ocurrida a partir de la elección, la obligación haya dejado de ser una
alternativa para convertirse en una simple, consistente en la entrega de
la moto el1 de marzo de 2004. Frente a esta situación, ya no resultan
de aplicación las reglas contenidas en el artículo 1165, inciso 2) del
Código Civil, sino las del artículo 1138, incisos 1), 3) o 5), según
corresponda si la moto se perdió por culpa de Juan, Luis, o sin culpa
de las partes. En tal sentido, Juan ya no elegirá si cumplirá entregando
el auto o el arroz, sino que la obligación quedará resuelta y, según sea
al caso, en función de quién tuvo la culpa en la pérdida de la moto o si
no hubo culpa de las partes, Juan pierde el derecho a la eventual
contraprestación a cargo de Luis y queda obligado al pago de la
indemnización a que haya lugar, o Luis seguirá obligado al pago de la
contraprestación a su cargo, si la hubiere. Como se puede apreciar a
partir de este ejemplo, la elección en la obligación alternativa tiene
importantes efectos de orden práctico. Volviendo al tema que nos
ocupa, ¿cuándo se considera producida la elección? Por lo tanto, ¿en
qué momento estamos frente a una concentración propia y,
consecuentemente, la obligación alternativa se convierte en una
simple? La doctrina reconoce cuatro teorías al respecto: la teoría de la
separación; la de la tradición; la de la declaración aceptada, y la de la
declaración recepticia. A continuación, haremos una breve reseña de
cada una de éstas. La teoría de la separación establece que la elección
se entiende efectuada cuando quien la realiza separa el bien elegido
del grupo en el que se encontraban los demás bienes objeto de la
obligación alternativa. El inconveniente con esta teoría se encuentra en
que se limita al caso en que la obligación alternativa esté conformada
sólo por obligaciones de dar. De otra manera, no se explica cómo es
que se podrían separar de un grupo servicios o abstenciones que
corresponden a obligaciones de hacer y no hacer, respectivamente.
Como bien sabemos, las obligaciones alternativas no están limitadas a
las de dar, pues incluyen a las de hacer y no hacer. La teoría de la
tradición señala que la elección se produce en el momento en que el
que la efectúa ejecuta la prestación elegida a favor de la contraparte.

3.1.4 ELECCIÓN EN LA OBLIGACIÓN DE


PRESTACIONES PERIÓDICAS ART 1164

Cuando la obligación alternativa consiste en prestaciones


periódicas, la elección hecha para un período obliga para los
siguientes, salvo que lo contrario resulte de la ley, del título de la
obligación o de las circunstancias del caso.

El artículo 1164 establece reglas para la elección de la prestación


en el supuesto de una obligación alternativa con prestaciones
periódicas. Se establece como regla general que la elección hecha para
un período obliga para los siguientes, es decir que la prestación
periódica será siempre homogénea. No obstante, por mandato legal o
porque las partes han convenido algo distinto, las prestaciones
periódicas pueden ser heterogéneas. Este artículo no resulta del todo
claro, pues la doctrina tradicional clasifica las prestaciones periódicas
como prestaciones de carácter homogéneo, lo cual no concuerda con
la segunda parte del artículo 1164. . En este sentido es oportuno
remitimos a la explicación dada por Díez Picazo: "Hablamos de
prestaciones periódicas en todos aquellos casos en que el programa o
proyecto de las partes prevé una serie de actos del deudor, de idéntica
naturaleza y de contenido homogéneo, pero separados por períodos-
determinados de tiempo, es decir ejecutables en épocas sucesivas,
distantes entre sí por unidades de tiempo fijas y constantes. Por
ejemplo el pago semanal del salario, el pago mensual del precio del
arriendo.. .". Si bien es cierto, las prestaciones periódicas pueden
concebirse como prestaciones plurales independientes, de modo que
cada una de las prestaciones sea susceptible de un aprovechamiento
independiente (por ejemplo el suministro), las prestaciones no pierden
su homogeneidad, por lo que no resulta claro que en una obligación
alternativa con prestación periódica se pueda elegir en un período un
contenido -o prestación en los términos del artículo 1164- y en otro
período, otro contenido. La posibilidad de elegir contenidos diversos en
cada período encuentra mayor dificultad si tenemos en cuenta nuestro
comentario del artículo 1161, en el sentido de que la obligación
alternativa tiene una única prestación, la que se determina con la
concentración, convirtiendo la obligación en simple. Desde este punto
de vista, puede decirse que el artículo 1164 se aproxima más a lo que
el profesor Sancho Rebullida denomina obligaciones complejas: "una
misma obligación puede tener objeto único (prestación simple) o
múltiple (prestación compleja). La prestación compleja, a diferencia de
la periódica, consiste en realidad en varias prestaciones (que pueden
ser heterogéneas), si bien unificadas por la unidad de la relación en
forma que la obligación no se considera cumplida sino cuando todas
han sido realizadas.

3.1.5 IMPOSIBILIDAD DE LA PRESTACIÓN CUANDO

LA ELECCIÓN CORRESPONDE AL DEUDOR ART 1165


Cuando la elección corresponde al deudor, la imposibilidad de una
o más prestaciones se rige por las reglas siguientes:

1.- Si todas las prestaciones son imposibles por causas imputables


al deudor, la obligación queda resuelta y éste debe devolver al acreedor
la contraprestación, si la hubiere, y asimismo debe pagar la
correspondiente indemnización de daños y perjuicios referidos a la
última prestación que fuera imposible.

2.- Si algunas prestaciones son imposibles, el deudor escoge entre


las subsistentes.

3.- Si todas las prestaciones son imposibles por causas no


imputables al deudor, se extingue la obligación.

El artículo prevé, en el inciso primero, la resolución de la obligación


en el supuesto de imposibilidad de todas las prestaciones por causa
imputable al deudor, otorgando al acreedor el derecho a que se le
devuelva la contraprestación, si la hubiere, y que se le pague una
indemnización de daños y perjuicios. Para entender mejor este inciso,
nos remitiremos a la explicación que Diez Picazo hace del artículo 1135
del Código Civil español, similar al inciso bajo comentario: "El Código
habla aquí literalmente de una 'indemnización de daños y perjuicios'
pero la regla que establece para fijarla denota que se trata más bien de
una sustitución de la prestación imposible por su equivalente
pecuniario, que en rigor, es independiente del resarcimiento de los
daños y perjuicios, que dependerán de su efectiva existencia y de la
responsabilidad en que el deudor pueda haber incurrido". Más adelante
añade: "El Código no aclara si tal culpa debe referirse a cada uno de
los hechos determinantes de la imposibilidad de cada prestación o si
basta la existencia de culpa en cualquiera de ellos. El criterio del párrafo
final del artículo 1135, al ordenar que el crédito que habrá que pagar,
se forme con arreglo al valor de la última prestación hecha imposible,
induce a pensar que la hipótesis legal es la de existencia de culpa, que
sustituye a la elección, sólo en la última prestación imposibilitada. Por
ello, si fuera posible separar actos de imposibilidad culposa y actos de
imposibilidad fortuita, el crédito de valor habría de fijarse tomando en
cuenta sólo la prestación imposibilitada por culpa del deudor". En el
inciso 2) se regula el supuesto de imposibilidad de algunas
prestaciones. En este caso, se produce una limitación del derecho de
elección del deudor a las prestaciones subsistentes o posibles. Esta
limitación es independiente de la existencia de culpa del deudor o del
carácter fortuito de dicha circunstancia. La solución prevista en el inciso
3) es lógica, toda vez que se trata de la desaparición del objeto de la
obligación.

3.1.6 IMPOSIBILIDAD DE LA PRESTACIÓN CUANDO


LA ELECCIÓN CORRESPONDE AL ACREEDOR, A UN
TERCERO O AL JUEZ ART 1166

Cuando la elección corresponde al acreedor, a un tercero o al juez,


la imposibilidad de una o más prestaciones se rige por las reglas
siguientes:

1.- Si todas las prestaciones son imposibles por causas imputables


al deudor, la obligación queda resuelta y éste debe devolver al acreedor
la contraprestación, si la hubiere, y asimismo debe pagar la
correspondiente indemnización de daños y perjuicios referidos a la
prestación imposible que el acreedor señale.

2.- Si algunas prestaciones son imposibles por causas imputables


al deudor, el acreedor puede elegir alguna de las subsistentes;
disponer, cuando ello corresponda, que el tercero o el juez la escoja; o
declarar resuelta la obligación. En este último caso, el deudor devolverá
la contraprestación al acreedor, si la hubiere, y pagará la
correspondiente indemnización de daños y perjuicios referidos a la
prestación imposible que el acreedor señale.

3.- Si algunas prestaciones son imposibles sin culpa del deudor, la


elección se practica entre las subsistentes.
4.- Si todas las prestaciones son imposibles sin culpa del deudor,
se extingue la obligación.

Para los supuestos de imposibilidad de la prestación por culpa del


deudor, cuando la elección corresponde al acreedor, los incisos 1) Y 2)
plantean soluciones teniendo en cuenta que el deudor tiene un deber
de conservación de mayor grado sobre todas las prestaciones, de
modo que si todas las prestaciones son imposibles, el deudor debe
pagar una indemnización referida a la prestación que el acreedor
señale. Si sólo algunas prestaciones son imposibles, el acreedor puede
elegir una de las prestaciones subsistentes o resolver la obligación y
exigir el pago de una indemnización referida a la prestación que elija.
Conforme a este artículo, en los casos en que se produce la
imposibilidad de algunas prestaciones sin culpa del deudor, se produce
una limitación del derecho de elección del acreedor, quien deberá elegir
entre las prestaciones subsistentes. En caso que la imposibilidad afecte
todas las prestaciones, sin culpa del deudor, la obligación se extingue
Para terminar, añadiremos que el Código no regula los supuestos de
imposibilidad por culpa del acreedor, por lo que nos parece conveniente
citar una vez más a Díez-Picazo, quien nos dice: "Rams, siguiendo al
autor italiano De Crescenzio, señala que las opiniones doctrinales
mantenidas al respecto son fundamentalmente tres:

a) El acreedor pierde el derecho de elección y debe declararse que


ha quedado satisfecho con la cosa que ha perecido por su culpa, de
manera que el deudor queda liberado.

b) El acreedor no pierde de modo absoluto el derecho de elección,


sino que ésta continúa pudiendo producirse bien sobre la estimación o
valor de la cosa perdida o, si no, sobre los últimos de los objetos
existentes, que, naturalmente, es también elección sobre el valor.

c) El acreedor ha de recibir el objeto restante y debe prestar la


indemnización correspondiente por el objeto que hubiera desaparecido.
3.1.7 OBLIGACIÓN ALTERNATIVA SIMPLE ART 1167

La obligación alternativa se considera simple si todas las


prestaciones, salvo una, son nulas o imposibles de cumplir por causas
no imputables a las partes.

El artículo prevé el supuesto de concentración consistente en la


imposibilidad sobrevenida de algunas prestaciones -conforme a la
teoría de Rams, se trata en realidad de imposibilidad de contenidos de
la prestación- de modo que sólo sea posible ejecutar una, sin mediar
culpa de las partes. Para Sancho Rebullida se trata de una
concentración automática. Señala Rams que constituye una modalidad
impropia de concentración. La doctrina es unánime en considerar que
en este supuesto de concentración, la obligación deviene en simple,
debiendo aplicarse las reglas de las obligaciones simples. En el Tratado
de las Obligaciones se señala que si estamos frente a una obligación
de objeto múltiple (de dos o más prestaciones), al devenir dicha
obligación en una de objeto simple (al dejar de ser posible la ejecución
de las prestaciones restantes) ésta se regirá por las reglas de las
obligaciones de objeto simple, vale decir, según su naturaleza, de dar,
hacer o no hacer. Aunque consideramos que la obligación alternativa
no tiene objeto múltiple por existir una única prestación con contenido
plural, la consecuencia que se predica de la imposibilidad sobrevenida
de todos los contenidos de la prestación menos uno, resulta acertada.

3.1.8 OBLIGACIONES FACULTATIVAS ART 1168

La obligación facultativa se determina únicamente por la prestación


principal que forma el objeto de ella.

El artículo en comentario tiene como antecedente el artículo 1198


del Código Civil de 1936, y de igual manera los artículos 644 del Código
Civil argentino, 1549 del Código Civil ecuatoriano y 1506 del Código
Civil chileno; aun cuando vale la pena aclarar que en lo que respecta al
Código Civil argentino, éste en su artículo 648 concede al acreedor la
facultad de exigir el pago de la prestación subsidiaria o accesoria
cuando la prestación principal hubiere perecido o se hubiese hecho
imposible por culpa del deudor, lo que realmente desnaturaliza este tipo
de obligación dándole un tratamiento muy semejante al de la
alternativa. En efecto, la obligación facultativa es aquella que tiene por
objeto una prestación determinada, la misma que constituye en sí el
objeto sobre el cual recae la obligación, con la peculiaridad de haberse
reservado el deudor la facultad o derecho de cumplir la obligación con
otra prestación previamente determinada y que tiene el carácter de
accesoria. La denominación de obligación facultativa es impropia
porque lo que está en juego no es la obligación, sino la prestación que
es materia de la obligación. Es decir, la obligación de prestación
facultativa es aquella en la cual se debe un solo objeto; pero el deudor
tiene la facultad de poder sustituirlo, con conocimiento y aprobación del
acreedor, con otro objeto señalado al nacer la obligación. Los romanos
al referirse a esta clase de obligaciones la definieron como una res in
obligatione duae in solutione. Propiamente se trata de una obligación
simple, porque uno solo es el objeto prometido, con la particularidad de
que en este tipo de obligaciones, a diferencia de los otros casos de
obligaciones simples, el deudor puede reemplazar dicho objeto por otro
que de antemano conocía y había aceptado el acreedor. En este tipo
de obligaciones la prestación principal está in obligatione y la accesoria
in facultate solutione. Ejemplo: en el caso de la obligación de entregar
un fundo con la facultad acordada al deudor de liberarse de la
obligación mediante el pago de cien mil dólares (US$. 100,000.00). Las
obligaciones facultativas corresponden realmente a la clasificación de
las obligaciones según el objeto, el cual de acuerdo al número de
prestaciones puede dar lugar al nacimiento de obligaciones de
prestación simple y obligaciones de prestación compuesta. Las
obligaciones de prestación simple son aquellas en las cuales la
prestación recae en un solo bien, acción u omisión, con la cual ha de
cumplirse la obligación; en cambio, en las obligaciones de prestaciól1
compuesta, son varios los bienes, las acciones u omisiones, los que
integran el objeto de la obligación. Sin embargo, estas obligaciones de
prestación compuesta pueden ser, a su vez, conjuntivas o disyuntivas.
En las conjuntivas el objeto de la obligación recae sobre varias
prestaciones de modo tal que todas están in obligatione y todas se
entregan, se ejecutan o se omiten in solutione (en pago), mientras que
en las obligaciones disyuntivas o disyuntas, el objeto de la obligación
recae sobre varias prestaciones, pero basta que el deudor entregue,
realice o no realice una de ellas para que se ejecute el pago y, por tanto,
quede liberado de la obligación. Las obligaciones disyuntivas, a su vez,
pueden subdividirse en alternativas y facultativas.

3.1.9 EXTINCIÓN DE LA OBLIGACIÓN FACULTATIVA


CUANDO LA PRESTACIÓN PRINCIPAL ES NULA O
IMPOSIBLE ART 1169

La obligación facultativa se extingue cuando la prestaci6n principal


es nula o imposible, aunque la prestaci6n accesoria sea válida o posible
de cumplir.

Este artículo resulta ser consecuencia del artículo anterior, de modo


tal que aunque la prestación accesoria sea válida o posible de cumplir,
la obligación principal se extingue cuando es nula o imposible. Vale la
pena aclarar que cuando el Código Civil se refiere a la imposibilidad de
cumplir con la prestación principal, está aludiendo a aquellos hechos'
ajenos a la voluntad del deudor no imputables a éste, es decir, estamos
frente al caso fortuito o la fuerza mayor, por lo que no existiendo culpa
en aquél, la obligación se extingue; y por tanto, no estando obligado a
cumplir con la principal, tampoco queda obligado a satisfacer su
obligación con la accesoria, puesto que la accesoria sigue el destino de
la principal. Sin duda lo que el legislador ha querido es asegurar el
cumplimiento de la obligación. Entendemos que tratándose de una
obligación que recae sobre una sola prestación principal que es la
debida, cuando ésta resulte nula o imposible de cumplir porque
contraviene el artículo 140 del Código Civil, o cualquiera de los incisos
previstos en los artículos 219 y 221 del mismo Código, o por causas no
imputables al deudor (caso fortuito, fuerza mayor) de acuerdo con lo
estatuido en los artículos 1315, 1316 Y 1317 del Código Civil, la
obligación se extingue, y por tanto ya no queda obligado a cumplir con
la prestación principal, liberándose de la misma, puesto que de acuerdo
con el artículo en comentario, aun cuando le quedare la prestación
accesoria y ésta sea válida o posible de cumplir, corriendo lo accesorio
el destino del principal, nada lo obliga a satisfacer la obligación. Aquí,
como se puede apreciar, se trata de causas que de por sí no hacen
viable la existencia de la obligación, que si contravino el artículo 140 o
el 219 del Código Civil, es como si aquella no hubiere nacido, nunca
hubiera existido, puesto que se han transgredido normas
fundamentales, insalvables, insubsanables, de acuerdo con el artículo
220 del Código Civil, se trata de normas de orden público a las que
tienen que acogerse todas las personas naturales o jurídicas. No
menos cierto es lo que ocurre con las obligaciones contraídas
contraviniendo el artículo 221 del Código Civil en que el acto jurídico,
en este caso el contrato que dio origen a la obligación, nació viciado
por error, dolo, violencia o intimidación, por incapacidad relativa del
agente, por simulación relativa del agente (cuando perjudica el derecho
de terceros), cuando la ley lo declara anulable; la obligación también se
extingue, pero a diferencia de lo que ocurre con las obligaciones que
contravienen los artículos 140 y 219 del Código Civil, que resultan ser
nulas de puro derecho y se extinguen al nacer no pudiendo ser
convalidadas, las que contravienen el artículo 221 del Código Civil son
tan sólo anulables a petición de parte, y mientras no haya quien las
impugne o no habiendo sido impugnadas y haya transcurrido el plazo
de prescripción para ello, surten efecto, valen, quedan convalidadas o
confirmadas; y, por tanto, son exigibles, salvo que exista una resolución
judicial que las declare nulas y en tal caso, igual que las anteriores, se
extinguen. Por tanto, aunque la prestación accesoria sea válida o
posible de cumplirse, ésta queda extinguida, el acreedor no podrá exigir
esta última puesto que la nulidad de la prestación principal arrastra la
de la accesoria. Esto supone que cuando el deudor no paga lo debido
por caso fortuito o fuerza mayor, la parte acreedora no tiene derecho ni
al objeto que se ha hecho imposible, ni a indemnización alguna, es
decir que el riesgo de la inejecución sin culpa del deudor, corre a cargo
del acreedor. Cabe anotar que esta pérdida material del bien, debe ser
total y absoluta para que la obligación se extinga, caso contrario
estaríamos frente a una pérdida o deterioro parcial del bien sobre el
cual recae la prestación principal y que no es el caso. En cuanto a las
causales no imputables al deudor por las cuales también puede
extinguirse la obligación, están: el caso fortuito y la fuerza mayor. El
caso fortuito está referido generalmente a cualquier evento de la
naturaleza que no permite el cumplimiento de la obligación; tal es el
caso de los terremotos, aluviones, huaycos, naufragios, desastres, etc.

3.1.10 CONVERSIÓN DE LA OBLIGACIÓN


FACULTATIVA EN SIMPLE ART 1170

La obligación facultativa se convierte en simple si la prestación


accesoria resulta nula o imposible de cumplir.

La hipótesis de la norma se da cuando la prestación accesoria


resulta nula o imposible de cumplir. Es decir la obligación principal es
la única que subsiste, por tanto la obligación facultativa se convierte en
simple. Es un principio universalmente reconocido que la nulidad o
imposibilidad de lo accesorio no genera la nulidad o imposibilidad de la
prestación principal, que constituye en sí el objeto de la obligación y es
la exigible por el acreedor; por tanto, la obligación deja de ser facultativa
en cuanto sólo existe una sola prestación que es la principal, por haber
desaparecido o perecido la accesoria o sustitutoria, cuya imposibilidad
o inexistencia no la afecta. La obligación subsiste, puesto que es la
única debida, por lo que carecería de sentido que el acreedor
pretendiera reclamar la accesoria, mucho más si se tiene en cuenta que
el único que tiene la facultad de elección es el deudor. l,.a situación del
acreedor en las obligaciones facultativas no le permite exigir la
prestación accesoria, dado a que esta última sólo queda en facultad del
obligado. El acreedor sólo tiene derecho a exigir la prestación principal
y no la accesoria, pero si la cosa debida perece y el deudor no cumple
con la accesoria, el acreedor sólo podrá solicitar daños y perjuicios,
mas no la prestación accesoria. Así, por ejemplo, si Javier se obligó a
entregar a Juan una computadora marca LG y se estableció en el
contrato, además, que podía liberarse entregando una motocicleta en
su reemplazo, si días antes del vencimiento de la obligación unos
ladrones ingresan a robar a su domicilio llevándose consigo, entre sus
cosas, la motocicleta, desconociendo el paradero de ésta, la pérdida
no ocasiona la de la prestación principal; el deudor sigue obligado a
entregar la computadora. Cosa distinta sería si se hubiera perdido la
principal por causas inimputables al deudor, en cuyo caso la obligación
dejaría de existir y se extinguiría, que es el caso previsto en el artículo
anterior (artículo 1169 del Código Civil).

3.1.11 DUDA SOBRE SI LA OBLIGACIÓN ES


ALTERNATIVA O FACULTATIVA ART 1171

En caso de duda sobre si la obligación es alternativa o facultativa,


se la tiene por facultativa.

En caso de duda sobre si la obligación es alternativa o facultativa,


nuestro Código Civil ha previsto se la tenga por facultativa, por ser la
menos gravosa, es decir, menos onerosa para el deudor, y en este
sentido es una reproducción del artículo 1199 del Código Civil anterior,
que aplicó el principio romano "in dubio pro solvente", la duda favorece
al deudor, sugerida por Manuel A. OLAECHEA. Hay otras legislaciones
en las que, por el contrario, en caso de duda especifican que se tenga
la obligación por alternativa. Tal es el caso de los Códigos Civiles
argentino, chileno, ecuatoriano, colombiano y uruguayo. En lo que se
refiere al Código Civil colombiano, el artículo 1564 del mismo prescribe:
"En caso de duda sobre si la obligación es alternativa o facultativa, se
tendrá por alternativa". Comentando sobre el particular, Ricardo URIBE
HOLGUIN nos dice que "esta duda no existe cuando se ha estipulado
que la elección sea del acreedor" (De las Obligaciones y de los
Contratos en General, p. 62), lo cual quiere decir que estando facultado
el acreedor para elegir, siendo un principio universalmente reconocido
por todas las legislaciones que en las obligaciones facultativas el único
que elige es el deudor, al concedérsele al acreedor el derecho de elegir
la prestación con la que debe cumplirse la obligación, sin duda que se
trata de una obligación alternativa

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