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Tema
El pensamiento político y social de cuba
Sustentado por:
Nombre Matricula
Dalisis Pérez Berroa 16-9168
Presentado:
Lic: YNOCENCIO TAVERAS ALVARADO
Para esta etapa final voy a presentar un importante análisis que contiene el
pensamiento político y social de Cuba.
Este artículo lo escribió Julián V. Serra en 1909. El texto —hasta donde sé, muy poco
conocido— elabora un relato nacional sobre el blanco y el negro cubanos, sus
“características”, sus historias y sus aportes respectivos a la construcción de la nación.
Es un relato, como todos, interesado. Lo publicó Previsión, órgano del Partido
Independiente de Color. El texto opone, y relaciona, el personaje conceptual de Liborio,
creado por Ricardo de la Torrriente en 1900 (antes que Liborio, el personaje apareció
con el nombre de “El Pueblo”), con el personaje de “José Rosario” (en una de las
imágenes, José Rosario aparece a la derecha, “aguantado” por Liborio, desconozco si
existen más representaciones gráficas de este personaje).
Estos dos cubanos que siempre venían trabajando en la misma finca (aunque
desempeñando distintas funciones) llegaron a comprender que los malos tratamientos
y falta de consideración de que eran objeto por parte del administrador, sólo era debido
a su cualidad de hijos del país, condición que como si fuese un delito siempre les echaba
en cara.
Objetivos
Ahora me recordastes tú, dijo Rosario, lo que le hicieron a Juan Pascual y a Pío el año
44, y por eso… Pero yo no tuve la culpa, contestó Liborio algo turbado, eso lo hizo don
Leopoldo que era lo mismo que don Valeriano. Si; los dos son malos, dijo José, pero lo
mismo con don Leopoldo que con don Valeriano, tu siempre ha sido mayoral, mientras
ellos te tratan bien, no te acuerdas de la dotación, y cuando te hacen algo eres el primero
en gritar.
En los 1950, la nueva Cuba necesitaba libertad económica y justicia social y un régimen
libre de trabas con naciones extranjeras y libre de apetitos de políticos y personajes
propios. Ese programa era expuesto por el Movimiento Nacionalista Revolucionario
(MNR), de Rafael García Bárcena, con estas palabras: (El MNR) “se enfrenta en lo
económico al comunismo, y se dirige a superar el capitalismo. Se opone, en lo social, a
las exclusiones sociales o clasistas y a toda forma de totalitarismo” y concretaba su
pensamiento doctrinal en: “Nacionalismo, Democracia, Socialismo”.
Muchos jóvenes, entre ellos Fidel Castro, fueron a Cayo Confites (1947) para combatir
contra Trujillo. José Antonio Echeverría, Fructuoso Rodríguez y Juan Pedro Carbó Serviá,
entre otros líderes estudiantiles, integraron una expedición a Costa Rica (1955) para
defender el régimen constitucional de José Figueres. Dentro de Cuba, se contaba con la
memoria del “aceite de ricino” y del “palmacristi” —provistos por Machado, y por
Batista en su primera era— y se sabían los motivos de sus convicciones: amasar fortunas
individuales, entregar el país a la embajada norteamericana y soltar las manos a la
oligarquía cubana.
La preocupación no se reducía al pasado cubano, sino a la realidad de América Latina.
«No es de ahora, ciertamente, la crisis del régimen democrático en nuestra América —
decía Raúl Roa—. Su razón última hay que buscarla en las supervivencias de la estructura
colonial, en la concentración de la propiedad rural, en el desarrollo económico
dependiente, en el predominio político de las oligarquías, en la concepción patrimonial
de la administración pública, en el avaro atesoramiento de la cultura, en la pugna
interimperialista por el control de materias primas esenciales y en la etapa de tránsito
social que atraviesa el mundo.”
Fidel Castro, al denunciar la venta de armas por los Estados Unidos a Somoza y a Trujillo,
y de estos a su vez a Batista, afirmó en la época: “Si los dictadores se ayudan entre sí,
¿por qué los pueblos no han de darse las manos? […] ¿No se comprende que en Cuba se
está librando una batalla por el ideal democrático de nuestro continente?”.
En 1940 los asambleístas cubanos recelaban de aquel liberalismo. Entre ellos, no solo se
encontraban comunistas como Blas Roca o Salvador García Agüero, sino también
delegados del Partido Revolucionario Cubano (Auténtico), como Eduardo Chibás y Carlos
Prío; o del ABC, como Joaquín Martínez Sáenz y Jorge Mañach.
No son muy numerosos los autores que han reivindicado, en Cuba, a Raúl Roa (1907-
1982) como marxista en el período previo a 1959. Generalmente, los ungidos con ese
término son los que militaron en las filas del primer Partido Comunista de Cuba, como
Julio Antonio Mella y Rubén Martínez Villena, o, después, como Juan Marinello o Carlos
Rafael Rodríguez.
Sin embargo, esa identificación entre marxistas y militantes de ese partido ignora la
presencia de una izquierda marxista —no partidaria— que cuenta con Raúl Roa, pero
también con Pablo de la Torriente Brau, Gabriel Barceló Gomila, Leonardo Fernández
Sánchez y Aureliano Sánchez Arango entre sus integrantes. El saber de Roa provenía de
una lectura abierta de la historia de las doctrinas sociales.
Roa denunciaba las posiciones tanto de las potencias occidentales como de la Unión
Soviética en torno a la causa egipcia. Con todo, está lejos de considerar a la «estructura
económica» como la fuente de todos los problemas y de todas las soluciones. El autor
de Quince años después argumenta sobre las necesidades políticas —en estricto
sentido— de un país sometido a tal estatus: «La libertad de expresión es un imperativo
biológico para las naciones subdesarrolladas o dependientes, compelidas a defender su
ser y propulsar su devenir mediante el análisis crítico y la denuncia pública del origen y
procedencia de sus males, vicios y deficiencias». Roa comprendió las características de
la creación del capitalismo cubano y vislumbró así que el nacionalismo revolucionario —
de vocación socialista y antimperialista— era la ideología de una revolución para el siglo
XX en la Isla.
A ello se debe también su reivindicación de José Martí y, en general, del pensamiento
llamado «liberal revolucionario» cubano del siglo XIX. La forma en que incorporó el
marxismo a ese saber contrariaba las lecturas propias del dogma: leer la historia cubana
a través del marxismo, sin pensar que fue el marxismo el que prohijó la historia cubana.
La derrota de la Revolución del 30 fue la derrota del radicalismo político en la Isla.
El problema radica en elaborar una práctica política que no esté dominada por el
fanatismo de la «toma del poder» en cualquier circunstancia —como era el caso de la
alianza de 1938 entre los comunistas cubanos con Fulgencio Batista—, sino basada en
la preocupación por la cultura revolucionaria a través de la cual se ha de ejercer poder
político.
Las actitudes políticas de Roa tienen este denominador común: ejercer poder político
desde el Estado solo tiene sentido si se conserva la identidad del movimiento
revolucionario. No servirá alcanzar el poder político si en el camino yace tendido el
cuerpo del proyecto: «Lo que no se puede es estar con Batista. Lo que no se debe es
pactar con el enemigo, ni con las fuerzas que antes lo apoyaron e intentan, por
trasmano, imponerlo de nuevo. Eso no se puede ni se debe hacer, aunque esa alianza
entrañara la conquista misma del poder por vía electoral» —afirmaba Roa.
Ese pensamiento social cubano partió de Cuba en función de Cuba, pero, al mismo
tiempo, tuvo plena conciencia de que era de y para el mundo, o, mejor, para la
revolución contra el capitalismo. Probablemente esa inclinación, seguida a plena
voluntad por sus tantos expositores, permitió su supervivencia en el mundo intelectual
cubano a pesar de la desaparición de varias de sus instituciones y órganos de expresión
más representativos en los años setenta, cuando se implantó el modelo soviético de
organización económica y política, y particularmente en la educación.
Pero esa es otra historia, más allá de los límites temporales que me he impuesto. Baste,
por ahora, asegurar que el pensamiento social cubano avanzó muchísimo en los sesenta
para expresar con originalidad y autoctonía, y por eso ha constituido una sólida base
para pensar y trabajar por un socialismo de raíz nacional en medio de las adversidades
por la hegemonía del capitalismo y del dominio unipolar de Estados Unidos, el rival
imperial de la nación cubana.
Conclusión
Después de haber investigado este trabajo puedo decir que estos pensamientos ponen
de manifiesto la fecundidad intelectual de un pueblo que polemiza y propone soluciones
a los problemas concretos de su momento y a la lucha por la independencia política y
emancipación humana en esa época. Se trata de una obra abarcadora, por lo cual sirve
a todos los que deseen buscar un caudal informativo científicamente elaborado.
El sistema de Cuba ha sido, desde el triunfo desde la Revolución cubana (enero de 1959),
el de una democracia popular, con una socialización (estatización y en ocasiones,
cooperativización) de los medios de producción. Durante casi cincuenta años, Cuba fue
dirigida por Fidel Castro, primero como primer ministro (1959) y luego como presidente
del Consejo de Estado, y del Consejo de Ministros (1976), el máximo órgano ejecutivo,
después sería presidido por su hermano Raúl Castro, en la actualidad por Miguel Díaz
Canel, presidente del Consejo de Estado de Cuba y del Consejo de Ministros desde el 19
de abril de 2018. Es el primer dirigente cubano nacido después de la Revolución Cubana
que ha alcanzado dichos puestos.
De esta manera, se logra la comprensión de los nexos del pensamiento del siglo XIX, con
las manifestaciones precedentes y con las que se produjeron durante el siglo XX. El nivel
científico y la rigurosidad están dados por los elementos señalados anteriormente y
además, por el análisis desembarazado de todo tipo de dogmatismo u otros prejuicios.
También por la forma en que se pone al descubierto la interrelación entre el devenir
histórico del pensamiento con las condiciones concretas tanto en Cuba, como en el
mundo y en particular en Latinoamérica. Constituye una obra de gran utilidad para
alumnos y profesores e investigadores.
Bibliografía
http://www.telegrafo.com.ec/cultura1/item/la-nueva-cuba-capital-simbolica-
de-la-revolucion.html
https://antorchae.blogspot.com/search/label/%23CubaSocialista
https://antorchae.blogspot.com/search/label/Revoluci%C3%B3n%20Cubana