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Alumnas:
Lisseth González.
CI: 15.605.303
Mariana García.
CI: 27.475.923.
Sección I.
Las primeras definiciones de literatura datan del siglo XV, sin embargo, no
era una palabra frecuente, por lo que suele asociarse más con aproximados o
sinónimos, al estilo “bellas letras” o “retórica”. No es hasta el siglo XVIII que el uso
del término de literatura se hace más frecuente, a la par que se consolida y se va
modificando, sobretodo en Europa, empleando “literatura” para designar a los
textos escritos con una intención plenamente estética.
“Mi intento, tal vez demasiado temerario y atrevido, es dar una perfecta y cabal
idea del estado de toda la literatura, cual no creo se encuentre en autor alguno.
Tenemos infinitas historias literarias, unas de naciones, provincias y
ciudades, otras de ciencias y artes particulares, todas en verdad utilísimas para el
adelantamiento de los estudios”.
Desde los inicios, la literatura ha surgido como un reflejo del mundo. Por
ello, los primeros textos que se muestran como literatura tienen un profundo
sentido mitológico y religioso, que hablaba de las prácticas y creencias quienes
vivían en aquel momento manejaban, hechos sobre tablillas de madera, cuevas y
tradiciones orales que datan del siglo V hacia atrás, que fueron escritas y
estudiadas posteriormente. A partir del siglo VI, comienza a conocerse la literatura
medieval, que se enfocaba en la formación de las sociedades que hoy conocemos
y que abarca una pluralidad de escritos que van desde los más sagrados hasta los
más profanos; entre ellos destacan Amadís de Gaula y El cantar del Mio Cid, que
reflejan el cambio social para aquella época y el surgimiento de los caballeros
como figuras que persiguen un ideal que los lleva a la aventura, intentando
mantener sus principios.
Esto dio pie a lo que se conoció como Edad Moderna, desde el siglo XV en
adelante, donde surgieron movimientos literarios como el Renacimiento, donde
comienza a verse la distinción de géneros literarios, que se conocían como poesía
lírica, épica y dramática, que se ejecutaban bajo una serie de parámetros y que
dieron pie a obras como La Divina Comedia y La Celestina, que se debatían entre
el drama y la comedia para mostrar actitudes y cuestionamientos morales hacia
los miembros de una sociedad. A partir de allí, comienza la época del Barroco, que
trajo a escritores fundamentales como Luis de Góngora y Argote, Lope de Vega o
Tirso de Molina, que rompieron con las reglas y dieron pie a la libertad artística y la
fusión de géneros.
A lo largo del siglo XVIII el uso del término literatura se hace más frecuente,
a la vez que su sentido se va modificando. En el primer tercio su sentido equivale
aproximadamente a “cultura” y posteriormente se consolida como un uso especial
o del lenguaje, perfilándose el sentido del término “literario”, que se aleja del
sentido propio de la ‘escritura’ para remitir cada vez más específicamente al de
“creación verbal de intención estética, artística·, a la vez que se va perfilando su
vinculación al concepto de nación, denuncia y crítica a los hechos de su entorno.