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Esquina El Conde.

Conde es uno de los títulos nobiliarios con los que los monarcas muestran
su gratitud hacia ciertas personas. En la esquina caraqueña con el mismo nombre,
ubicada entre la Av Baralt y la Av Urdaneta, vivió Don Antonio Pacheco, rico
hacendado de las mejores vegas de Cacao y Café de Caracas y también conde
San Javier, desde el año 1732, quien pagó 22.000 ducados por el lugar.

Tras su muerte, la casa fue reconstruida en 1785 y fue propiedad de Oviedo


y Baños, un historiador y militar neogranadino quien escribió en las instalaciones
del lugar “Historia de la conquista y población de la Provincia de Venezuela”, uno
de los libros más importantes de nuestra historia. Posteriormente, la casa pasó a
ser de Don Fernando Ignacio de Ascanio, conde de La Granja, quien desde 1795
ocupó el lugar gracias a ser descendiente directo del tío de Oviedos y Baños.

Dicha esquina es testigo de haber sido hogar de dos de los más grandes
esclavistas españoles residenciados en el país, dentro de una gran casa situada
en el ángulo suroeste del actual lugar, que durante muchos años perteneció a la
familia Boulton.

Posteriormente, en 1810 se instaló allí la Junta Suprema de Caracas y en


1811 fue escenario de la primera reunión de los Diputados del primer Congreso de
Venezuela.

En ella, funcionó La Imprenta Nacional, luego El Eco Venezolano y por


último “El nuevo Diario”, perteneciente a la dictadura gomecista. Hoy en día
funciona allí la Biblioteca Simón Rodríguez y el Hotel El Conde. A su alrededor
también se encuentra una Estatua del Dr. Luis María Drago, una sede de La
Previsora, el Edificio Ambos Mundos, la Casa Amarilla y el Teatro Municipal.

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