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I. Introducción
I.1 Propósito del ensayo
I.2 Tesis( dos variables)
I.3 Importancia del tema
I. Introducción
La muerte se concibe como un pase o transe, una situación de espera ante la segunda
venida de Jesucristo quien gobernara y “los muertos se levantaran” (Mateo 12:41) o
“Viene la hora en que todos los que están en las tumbas conmemorativas oirán [mi] voz
y saldrán, los que hicieron cosas buenas a una resurrección de vida, los que practicaron
cosas viles a una resurrección de juicio” (Juan 5:28, 29) en estos versículos y en gran
parte de la vida la muerte no es un final del todo puesto que se habla de una resurrección
para la vida eterna, propia de los justos, personas que sigan la ley de Dios.
“La concepción de la muerte como el fin de la vida o como el tránsito hacia una vida
ulterior, actúa como condicionante en los comportamientos y en las actitudes de los
individuos y de las sociedades, generando un impacto que es determinado básicamente
por cada cultura” (Alvarado, Templer, Bresler y Thomas-Dobson, 1995; Fry, 2000).
Las actitudes frente a la muerte son variadas sin embargo la conducta humana lleva a
generarse ciertas preguntas que son parte del interés por vivir, una vez más nos
encontramos con la necesidad de respuestas propio de la razón, que llevan a generar
convencionalismos teológicos o paradigmas de vida que cambian según la persona. La
cultura de hoy acepta la muerte con miedo, según otro elemento que es parte humana,
los sentimientos, que nos hacen preocuparnos por lo que hay después no solo para
nosotros sino también para nuestros seres amados que sufren este proceso, que nos
obliga a creer en promesas religiosas. Por lo que podemos decir que la muerte tiene
que ver con la vida puesto que la promesa de vida posterior depende de la clase de
persona que hayas sido en vida y el bien que hayas logrado.
A pesar de este miedo e intriga hacia la muerte y de ser un elemento que se ha usado
para mitigar las conductas morales no aceptadas socialmente, la población cada vez se
preocupa menos por cuidar este comportamiento con la finalidad de obtener la vida
eterna, esta transacción divina está perdiendo adeptos, debido quizá a comercialización
de la idea de muerte hacia un mercado susceptible que cada vez la normaliza y consume
junto con otros elementos como la violencia, y la maldad.
A fines de la década de los años sesenta autores como Hagan (1970), Grollman (1974),
Jackson (1974), Barnes (1983), Corr & McNeil (1986), Kastembaum (1986), González
& Ramos (1996), Y Was, Miller & Reddit (1991) entre otros, se dedicaron a investigar
las actitudes hacia la muerte en los adolescentes, sus efectos y los factores que influyen
en ella. Como menciona Jackson (1974) “en esta etapa evolutiva se forman las actitudes
ante la muerte por ello es que en esta etapa se involucran con el tema, les interesa y
quieren comprender qué significa la muerte para su vida en el futuro.”
La idea de muerte durante esta etapa si bien es parte del desarrollo también es un riesgo
para jóvenes que no tienen la información suficiente sobre la misma y que generar ideas
de escape o libertad sobre ella, que lamentablemente repercute en suicidios u
homicidios. Si bien es cierto lo que menciona Jackson (1974) la muerte se vuelve un
tema de interés para el adolescente, la comercialización o normalización de la muerte
relacionada a modelos violentos y sin información o condicionados por sentimientos de
rencor y odio pueden generar desenlaces fatales, por lo que es imprescindible a
información y la comunicación de los adolescentes con los padres durante esta etapa
de desarrollo. Como menciona Kastembaum 1986:
“El grado de desarrollo intelectual, el tipo y maduración de la personalidad, las
experiencias vitales y el nivel de comunicación pueden influir decisivamente en la
configuración de la actitud del adolescente ante la muerte en dichas situaciones”
(Kastembaum, 1986)
Las experiencias de los adolescentes son las que llevaran a asumir su posición frente a
la muerte, estas son muy variadas sin embargo el contacto con la muerte de forma
cercana genera una visión mucho más madura y responsable para con ella. Como es el
caso del fallecimiento de un ser amado (amigo, familiar) o, incluso, el asumir su propia
muerte en situaciones de enfermedad terminal, que suponen para él tener un nuevo
concepto y asimilación de muerte.
Sin embargo debemos tener en cuenta que el concepto de muerte es una referencia de
las personas que están vivas y que ven en ella un cierto pánico o rechazo hacia la idea
de la finitud de la vida. Utilizando cualquier herramienta, tendencia o paradigma religioso
para mitigar el concepto del fin de la existencia.
Morir no es un tema nuevo, sin embargo su aceptación parece no ser completa, lo único
cierto de la vida es la muerte, y a pesar de no saber cuándo pasara deberíamos estar
preparados para ella. Tomemos en cuenta que los proceso post-muerte ya no dependen
del difunto si no de las personas cercanas a él y del mensaje que se quiera transmitir de
él.
Todo escuchamos alguna vez “cuando mueres todos te quieren” y a pesar de ser una
respuesta a la conducta humana, si lo evaluamos en este sistema el mensaje que
transmite la familia del difunto es diferente a lo que de verdad sucedía con él. Este acto
del que todos hemos sido testigos es parte de una conducta humana pero no frente a la
muerte si no a los vivos.
Por lo que se hace importante hablar de este fenómeno, y de lo que queremos para
nuestro final, muchos de nosotros nos sentiríamos incomodos en el centro de un
ambiente rodeados de las personas que amamos sufriendo. Como propone The
Conversation Project, fundación estadounidense cuyo objetivo es motivar y ayudar a
todos los ciudadanos a mantener la conversación más difícil pero más necesaria de
nuestra vida con nuestros seres queridos: nuestra voluntad para cuando muramos. Todo
esto parte de que muchas personas por evitar el tema, cuando parten de este mundo
no han concluido y no deja pautas para que se den término a sus proyectos.
Referencias