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La Ética protestante y el Espíritu del capitalismo.

Max weber

En una sola frase la tesis de Weber es que el mundo protestante es más


exitoso económicamente que el mundo católico gracias al influjo de la
religión protestante en cada uno de sus individuos: amor al trabajo,
honradez, ahorro y un apego permitido a lo material, algo que el
catolicismo solo supo predicar a medias los domingos, pero no controlar ni
inculcar en la cotidianeidad de su pueblo.

En base a estudios estadísticos propios, en la Alemania de principios del s.


XX, el autor comienza señalando que en dicho país los protestantes
participan en la posesión del capital mucho más que los católicos. La
primera causa de esta diferencia es que la Reforma trajo consigo una
dominación eclesiástico-religiosa de la vida cotidiana mucho más estricta y
rigurosa que la católica, en ese entonces un “poder extremadamente
suave” sobre la vida de los individuos. La iglesia católica “castiga al hereje,
pero es indulgente con el pecador”. Las pujantes clases burguesas
aceptaron la tiranía puritana protestante e incluso la defendieron,
ensalzando así el trabajo, la vida pura, el ahorro, entre otros.

También sus estadísticas señalan que los protestantes acuden y estudian


para profesiones de tipo industrial y mercantil en mayor proporción que los
católicos, quienes prefieren en su mayoría los estudios humanistas.
Plantea que las causas provienen de características propias a cada
confesión y no a contingencias histórico-políticas.

El gusto por el humanismo en desmedro de la ciencia podría explicarse por


un mayor “alejamiento del mundo” por parte del catolicismo, que ha
educado a sus fieles en un espíritu de indiferencia ante los bienes
mundanos. Los protestantes tachan esto de pereza; los católicos en
cambio, a los protestantes, de materialistas… “que sería consecuencia de
la laicización de todo el repertorio vital llevada a cabo por el
protestantismo”. Weber da a entender que el católico es conformista y
prefiere la seguridad, mientras que el protestante se atreve con el peligro y
la exaltación.

Las “formas más puras e íntimas de la piedad cristiana” se hallan también


en el área protestante. El énfasis protestante no está en la confesión sino
en la conducta: trabajo, pureza, no alcohol, no fiestas, si familia, si ahorro.
Los protestantes son famosos por su laboriosidad: los hugonotes en
Francia eran un buen ejemplo en el seno del catolicismo. Énfasis en la
conducta: “minuciosa reglamentación religiosa de la vida”. Otro ejemplo es
la tolerancia de Federico I de Prusia, quien permitió que los menonitas no
hicieran el servicio militar porque sabía de su enorme capacidad de
trabajo.

“La falta más absoluta de escrúpulos cuando se trata de imponer el propio


interés en la ganancia de dinero es una característica peculiar de aquellos
países cuyo desenvolvimiento burgués capitalista aparece “retrasado” en
relación a la medida de la evolución del capitalismo en Occidente.
Cualquier fabricante sabe que es justamente la falta de conscienziosità de
los trabajadores de países como Italia (a diferencia de Alemania por
ejemplo) uno de los obstáculos principales de su evolución capitalista, y
aún de todo progreso en general”. Estas probidad y escrúpulo en un
capitalismo exitoso provienen de la rigurosidad y vigilancia de los
preceptos inculcados por el protestantismo en la vida de cada cual.

Continúa con el espíritu del capitalismo: la diferencia entre católicos y


protestantes no está tampoco, según él, en la intensidad del “impulso
adquisitivo” por parte de los segundos, ni en su desarrollo, puesto que una
intensidad desenfrenada, sin escrúpulos, es perjudicial al espíritu
capitalista.

Uno de los principales obstáculos que tuvo que afrontar el espíritu


capitalista fue la conducta tradicional de trabajar para la suficiencia, “ganar
lo necesario para seguir viviendo”. De poco sirvió para combatir esta
conducta el trabajo a destajo (una temporada corta ganando mucho
dinero); luego se intentó lo contrario, bajar el nivel de los salarios, asunto
que resultó hasta ciertos límites. También propone un capitalismo como
una selección económica de sujetos. Los salarios bajos a veces perjudican
fisiológicamente y por lo tanto se selecciona a “los más inútiles”. Dice que
el salario bajo es contrario a los trabajos cualificados.

El trabajo como un fin en sí, como “profesión”, como algo querido, es algo
que el “capitalismo exige”, y que no se logra con salarios altos o bajos sino
con educación, mediante moralización religiosa por ejemplo, asociándola
con la economía.
Pre-capitalismo: trabajo doméstico, oficios. Por tradicional entiende el
trabajo para cubrir las necesidades de la vida y un poco más, sin ansia de
capital acumulándose. Esto es típico de sistemas precapitalistas. Pero
cuando el empresario decide enriquecerse (con cambios en sus medios de
producción, reorganización de políticas de compras y ventas…) los demás
están casi obligados a seguir sus pasos, porque el primero acapara. El
hombre precapitalista detesta al capitalista.

Origen del capitalismo; dos leitmotiv según Sombart: la “satisfacción de las


necesidades” y el “lucro”. La seguridad eterna, la despensa bien llena, o la
capacidad de adquirir cualquier cosa. Así el enriquecerse se convierte en
“profesión”.

Weber niega que la racionalización del Derecho privado haya sido algo
fundamental en el auge del capitalismo. Tampoco la filosofía laica y
racionalista (s. XVIII) “floreció de modo exclusivo ni siquiera dominante en
los países económicamente más adelantados”. El racionalismo “no es en
modo alguno campo abonado para que florezca esa relación del hombre
con su “profesión”, en el sentido misional, que requiere el capitalismo”. “La
dedicación abnegada … al trabajo profesional… era y sigue siendo uno de
los elementos característicos de nuestra civilización capitalista”.

La palabra “profesión” tiene un matiz religioso en todos los pueblos de


mayoría protestante, mientras que carece de él en los católicos, y en las
lenguas antiguas sólo el hebreo parece tener un matiz religioso para esa
palabra. Beruf (significa profesión pero también misión), en alemán, y
calling (profesión, pero también usado para significar vocación, dote,
apasionamiento), en inglés. Dichas palabras nacieron de traducciones de
la Biblia, pero “no del espíritu del texto original sino precisamente del
espíritu del traductor”, de la traducción de Jesús Sirach pasó al lenguaje de
los demás pueblos protestantes que la adoptaron. Así el trabajo obtiene un
sentido sagrado. La “superación de la moralidad terrena” se realiza según
el protestantismo mediante el cumplimiento de los deberes que cada cual
se impone según su posición en la vida y su profesión, y no mediante la
ascesis monástica. Pero sin embargo Weber no considera el sentido del
trabajo como castigo desde la expulsión del paraíso, bastante distinto de
“misión”, y si los protestantes en su mayoría siguen los preceptos y los
sentidos de la Biblia, dicha concepción aparecida en el génesis no debió
haber sido omitida. No olvidemos el Génesis, según el cual Adán y Eva
fueron expulsados del paraíso y obligados a trabajar después de probar el
fruto prohibido.

El protestantismo rompe definitivamente con la vida monástica; según


Lutero aquella es “el producto de un desamor egoísta” que “carece de
valor para justificarse ante Dios”, que “se sustrae al cumplimiento de los
deberes”; en cambio ensalza el trabajo profesional como amor al prójimo.
Weber señala el nexo con Adam Smith: “la división del trabajo obliga a
cada cual a trabajar para los demás”; de paso anula completamente la
autosuficiencia.

La concepción del trabajo y la profesión es una de las mayores


aportaciones de la Reforma y de Lutero. Pero Lutero no puede
relacionarse directamente con el espíritu del capitalismo, pues se
encuentran en sus palabras diatribas contra los grandes mercaderes,
contra la usura, el préstamo y el interés.

La visión paulista (San Pablo) del trabajo y de la profesión es la de un


medio al que no de le debe atribuir excesiva importancia; pues lo
importante es conseguir la bienaventuranza. Es decir que el trabajo no es
la bienaventuranza, según la concepción paulista. El protestantismo
temprano asocia trabajo y profesión al destino: “cada cual debe
permanecer en la profesión y estado en el que le ha colocado Dios…”.

La Reforma es inimaginable sin la evolución “personalísima de Lutero”,


pero su “obra no hubiera sido duradera sin el calvinismo”. Católicos y
luteranos aborrecen por igual al calvinismo, porque este muestra una
enérgica dedicación puritana al mundo.

La reforma o las influencias religiosas no son indispensables ni para el


nacimiento ni para el desarrollo del capitalismo pero si participan e influyen
en él; basta “establecer si han existido afinidades electivas entre ciertas
modalidades de la fe religiosa y la ética profesional” para demostrarlo.

Iglesias reformadas, puritanas o ascéticas: calvinismo, pietismo,


metodismo, bautistas (bautizantes), presbiterianas. El metodismo nace en
el s. XVIII dentro de la iglesia anglicana; se separa de ésta al llegar a
América. El pietismo nace del calvinismo inglés y holandés, se unió a la
ortodoxia y finalmente se incorporó al luteranismo. El movimiento puritano
(o ascético) atacaba los fundamentos del anglicanismo, al parecer igual de
poco riguroso con sus fieles que el catolicismo; el puritanismo se abocaba
a la fidelidad de la relación moral-vida.

El hombre debe recorrer solo su camino en la búsqueda de la felicidad


eterna, camino ignorado pero prescrito de antemano: “nadie podía
ayudarle; no el predicador, porque sólo el elegido era capaz de
comprender el espíritu de la palabra de Dios; no los sacramentos…”
porque sólo son medios para aumento de su gloria; tampoco la iglesia, que
fuerza a los hombres a cumplir esos preceptos. “Este radical abandono…
de la posibilidad de una salvación eclesiástico sacramental era el factor
decisivo frente al catolicismo. Con él halló acabamiento el proceso de
“desencantamiento” del mundo”. El hombre busca él solo a Dios y a la
bienaventuranza, y además está predestinada a encontrarla.

El desencantamiento y el rechazo a todo lo mágico sacramental alcanzó


en los puritanos por ejemplo, a enterrar calladamente a los suyos. Solo
Dios otorga la gracia. Puritanos: “no confiar demasiado en la ayuda y
amistad de los hombres”, “desconfiar del amigo más íntimo”… “Dios debe
ser el único confidente del hombre”. El calvinismo, a diferencia del
luteranismo, eliminó la confesión privada ante un sacerdote.

“El sumo bien a que aspira la religiosidad: la certidumbre de la gracia”. El


calvinismo quiere alcanzarla según la máxima: “Dios ayuda al que se
ayuda a si mismo”, y no por las buenas obras como pretende el
catolicismo, sino mediante “un sistemático control de si mismo”. El cristiano
medieval hacía buenas obras ocasionales, sobretodo para expiar pecados.
El calvinismo insiste en transformarlo en cotidiano, en hacer de cada
pedazo de vida una buena obra y una perfecta conducta. El luterano
también se expía mediante las “buenas obras”.

El pecado original y el trabajo como castigo es solucionado por el


luteranismo como una obediencia, penitencia cotidiana para la remisión de
los pecados.

El metodismo es muy cercano al calvinismo; las buenas obras ocasionales


no son el medio para pasar del estado natural al estado de gracia (status
gratiae) sino la aplicación conductual en cada hora y acción;
racionalización de la conducta era el principio del puritanismo, “para
sustraer al hombre de los apetitos irracionales”, para asegurar la “primacía
de la voluntad planificada”; todo esto se transforma con el tiempo en el
“reservado autocontrol… del gentleman inglés y angloamericano".

La educación de la conducta trabajaba sobre la voluntad. El calvinismo


masificó la conducta monacal (que Weber llama ascética), que en la
religión católica solo practicaban los monjes. Se predica la vida santa para
todos. Se transforma “el ascetismo sobrenatural en una ascesis puramente
“profana”, terrenal”; la reforma le puso entonces “barreras a la huída del
mundo”.

El catolicismo también intentó masificar el ascetismo cotidiano, sin


resultados pero con intentos: siempre se encontraba con corruptores,
como las indulgencias, que los reformistas siempre consideraron como el
peor de los males. Los calvinistas pasan a no aceptar más que gente pura
(regenerada) en sus iglesias. Esto es considerado como una medida
anticorrupción.

Lo más leído por los puritanos: los salmos y las sentencias de Salomón.

El luteranismo “carecía del impulso interior hacia el autocontrol constante y


la reglamentación planificada de la propia vida”; uno podía salvarse con
arrepentimiento. El luterano parece despreocupado de caer en el status
naturalis porque puede volver a levantarse con sus propias alas. “Lo
esencial no es tanto la santificación práctica como la remisión de los
pecados”. El luteranismo pone acento en la comunión con Dios en “este
mundo”.

Metodismo: “método” para “producir el acto sentimental de la conversión”,


“metodización sistemática de la conducta como medio de alcanzar la
certitudo salutis”, o estado de gracia; “unión de la religiosidad sentimental
(“hasta los más imponentes éxtasis”) y a la par ascética con la creciente
indiferencia y repulsa hacia los fundamentos dogmáticos del ascetismo
calvinista”. Aunque el calvinismo también quiere regular la vida, es mucho
más parco y carece de sentimientos, para los cuales tiene una verdadera
repulsa, pues considera engañoso todo lo sentimental. “El metodismo
aspiró desde un principio a ejercer una misión sobre las masas”, mediante
la sistematización de la conducta… pero a través de la fuerza del
sentimiento.

Bautizantes, o bautistas, muestran en sus comienzos un fuerte alejamiento


del mundo; a esta iglesia sólo pertenecían los regenerados, los que oyeron
el llamamiento de Dios; al mismo tiempo, al ubicar cada vez más la
atención en Dios, se rechazaba la idolatría, y con el tiempo se reducía el
poder de la Biblia como agente regenerador, a tal punto que los cuáqueros
eliminaron el bautismo y la comunión.

Evolución del protestantismo: primero contra los curas, después contra los
sacramentos, los santos, la virgen maría, la idolatría… la Biblia! Sólo Dios,
sólo la luz interior. Fuerte antiautoritarismo en el protestantismo tardío. Se
abandonaba también la doctrina de la predestinación: se aguardaba la
acción de Dios. Barclay: “hay que callar para que en el alma impere la
serena tranquilidad que deje oír la palabra de Dios”, pero esto mediante el
desarrollo de las “virtudes ascéticas en el trabajo profesional”. “Desde
Lutero (seguido en esto por los bautizantes) se habría condenado el
ascetismo sobrenatural monástico, considerándolo contrario al espíritu
bíblico…”.

Principio Goethiano: “ el hombre activo es desleal, solo el contemplativo


tiene consciencia”.

Calvinismo: sumisión autoritaria y policíaca; sectas (bautistas, menonitas,


cuáqueros): sumisión espontánea.

El nexo con el sistema capitalista: “lo más importante es, empero, que la
vida propia religiosamente exigida al “santo” no se proyectaba fuera del
mundo, en comunidades monacales, sino que precisamente había de
realizarla dentro del mundo y sus ordenaciones. Esta racionalización de la
conducta en el mundo con fines ultramundanos fue el efecto de la
concepción que el protestantismo ascético tuvo de la profesión”.

Baxter, presbiteriano, rama del calvinismo: Chrisitian directory, compendio


de moral puritana. Spener: Dificultades teológicas, representante del
pietismo alemán. Barclay: Apology, representante de los cuáqueros. Baxter
contra el enriquecimiento, diferente de Calvino; para Baxter el
enriquecimiento no era un obstáculo, tampoco para los puritanos.

Para los católicos el peligro que representaba, supuestamente, la riqueza,


estaba en el descanso en la riqueza; se condena el ocio, el lujo, el sueño
excesivo (de 6 a 8 horas como máximo).

Baxter exalta el trabajo duro y continuado, corporal o espiritual; lo justifica:


trabajo como más antiguo y acreditado medio ascético, y como el
preventivo más eficaz contra la unclean life (literlamente: la vida sucia, o la
vida en pecado, diría un católico). Contra las tentaciones sexuales: dieta
sobria, régimen vegetariano, baños fríos, pero sobretodo: “trabaja
duramente en tu profesión”. “Sentir disgusto en el trabajo es prueba de que
falta el estado de gracia”. Diferencia con Aquino: “trabajo necesario sólo
naturli ratione”.

Mormones: “Pero un cristiano no puede ser un mozo de cuerda o un


holgazán, y ser bienaventurado. Está destinado a ser picoteado hasta la
muerte y arrojado de la colmena”; así ponían al individuo entre trabajar o
ser eliminado; esto produjo entonces las asombrosas creaciones
económicas de esta secta.

Común acuerdo: los ricos también deben trabajar. El protestantismo tardío:


“el trabajo y la profesión no son algo predestinado a lo que debemos
conformarnos (como en el luteranismo) sino el medio de enaltecer la honra
de Dios”; “Lutero nunca rompió con la indiferencia paulina hacia el mundo”.

Baxter: partidario de la profesión fija (stated calling), porque sino “todos los
trabajos son puramente ocasionales y efímeros” y se le dedica así “más
tiempo al ocio que al trabajo”, mientras que el profesional “realizará en
orden su trabajo” sin vivir en perpetuo desorden.

La utilidad de la profesión y su agrado para Dios era medida según: 1.-


criterios éticos 2.- importancia para la colectividad 3.- provecho para el
individuo.

Los puritanos veían a Dios en los detalles y en la economía: “Si Dios os


muestra un camino que os va a proporcionar más riqueza…”. La
mendicidad es reprobable. Condenaban las artes no científicas, el teatro,
de manera absoluta el desnudo, el hablar superfluo, todo obrar sin un fin;
el deporte no es alentado, las fiestas y las borracheras, repudiadas. Esto
reprimía el consumo, sobretodo de los lujos. Pero ni puritanos ni
cuáqueros condenaban la riqueza.

El puritanismo, el calvinismo, los cuáqueros, favorecieron la acumulación


de riqueza hasta la aparición del “hombre económico”; pero este no resistió
las tentaciones y dejó la religión. Así las religiones y su veneración al
trabajo sentaron las bases del hombre moderno, cómodo y ateo en la
práctica. Acción secularizadora de la riqueza. Wesley: ante el surgimiento
de la riqueza: “no veo, pues, como sea posible… una larga duración de
cada nuevo despertar de la religiosidad verdadera. Pues necesariamente,
la religión produce laboriosidad (industry) y sobriedad (frugality), los cuales
son a su vez causa de riqueza”.

Mientras que la ética medieval había llegado a glorificar la mendicidad en


las órdenes mendicantes, sectas protestantes y las comunidades
estrictamente puritanas no admiten la mendicidad.

La exaltación del trabajo por el ascetismo religioso: “ponía a su disposición


trabajadores sobrios, honrados, de gran resistencia y lealtad para el
trabajo”, trabajo que es transformado en un fin querido por Dios; y por otra
parte se justificaba la desigualdad económica como algo planeado por
Dios… que persigue “finalidades ocultas”. Y hoy en día entonces, “la idea
del “deber profesional” ronda por nuestra vida como un fantasma de ideas
religiosas ya pasadas”.

Otro
La Ética protestante y el Espíritu del capitalismo.
Carácter eminentemente protestante de la propiedad y empresas
capitalistas. Búsqueda razones de esta participación mayor. Hecho obedece
en parte a motivos históricos. Pareciera que adscripción a determinada
religión es consecuencia de fenómenos económicos, y no causa.
Reforma: revelación respecto a tradición religiosa, no significa
únicamente la eliminación del poder eclesiástico sobre la vida, sino la
sustitución de la forma del mismo por una diferente, infinitamente más
interventor en todas las esferas de la vida pública e individual. ¿Por qué
medios económicos más progresivos y clases medias burguesas aceptaron
esta tiranía puritana e incluso la defendieron con heroísmo? En realidad, la
causalidad es inversa. Fenómeno no puede explicarse por una causa
económica, sino que la propia formación cultural de los católicos debe
considerarse para explicar su menor participación en la vida capitalista.
Católicos tienden al oficio. Protestantes se lanzan a la fábrica. Elección de
profesión y destino de vida profesional determinada por educación influida
por atmósfera religiosa. Contradicción: minorías religiosas oprimidas suelen
lanzarse a actividad económica, alno estar consideradas dentro de esfera
política. Protestantes muestran esta tendencia al racionalismo económico,
siendo oprimidos u opresores. = Razón está en determinada característica
personal permanente y no en situación histórico política de cada confesión.
Investigar qué elementos de las características confesionales obraron.
Protestantismo: concepción crítica de los ideales ascéticos de vida
católica. Laicización de todo el repertorio vital, visto como materialismo por
católicos. Pero en realidad es todo lo contrario al amor al mundo.
Alejamiento del mundo, seriedad, fuerte predominio de los intereses
religiosos en la conducta práctica. Forma de piedad intensa que regula todos
los ámbitos de la vida. Confesión reformada resulta excepcionalmente
beneficiosa para el desarrollo del capitalismo. Desarrollo del sentido y
el éxito comercial. Relación de rasgos religiosos, determinadas
manifestaciones del ethos protestante y la moderna cultura capitalista.
Espíritu capitalista: objeto de estudio. Debe considerarse como una
individualidad histórica, lo que requiere un trabajo conceptual. Esto tiene
fines metódicos, no se necesita encerrar la realidad plenamente en
conceptos genéricos abstractos. No se definirá el objeto de antemano,
sino a medida que se discute.
Benjamín Franklin. Filosofía de la avaricia: ideal del hombre honrado, digno
de crédito, obligación del individuo frente al interés de aumentar su capital.
No es simple técnica vital, sino ética particular. Es un deber. Máximas de
conducta con matiz ético: a esto se refiere el “espíritu del capitalismo
moderno”. Máximas de Franklin desvirtuadas en sentido utilitarista:
moralidad es útil porque proporciona crédito. Lograr general
estimación. Virtudes en cuanto que implican beneficios. Basta
apariencia virtuosa. Evitación del goce inmoderado. Ganancia no es un
medio. Adquirir es el fin de su vida. Contiene serie de sentimientos en íntima
conexión con ideas religiosas. Ascetismo laico impuso al hombre
racionalización de conducta irracional. Ganancia de dinero: dentro de orden
económico moderno, es el resultado y expresión de la virtud en el trabajo.
Deber profesional: obligación que debe sentir el individuo y siente de hecho
ante el contenido de su actividad profesional. Orden económico capitalista:
cosmos extraordinario en el que el individuo nace y como tal le es dado un
edificio prácticamente irreformable en el e ha de vivir, y el que impone
normas de comportamiento económico. Si se lucha contra esta norma se es
eliminado de la lucha económica. Capitalismo actual educa y crea por la vía
de la selección económica de los sujetos que necesita. Para dicha selección,
en un comienzo, debe nacer una concepción particular de un grupo de
individuos. Ingenuidad de materialismo histórico: espíritu capitalista
existe anteriormente al desarrollo del capitalismo. Relación causal inversa.
Espíritu capitaliza debió imponerse en una lucha difícil contra adversarios
poderosos. No es que en épocas precapitalistas no existiera el impulso
adquisitivo. Espíritu del capitalismo no se refiere a ganancias inmoderadas,
no sujetas a norma alguna. Esto se da más bien en países retrasados en el
proceso ético inicial. En estas prácticas no era la racionalización de los
medios de producción los que dominaban la actividad económica, y
tampoco había consideraciones éticas de por medio. Desenfreno
absoluto y fiel sumisión a normas tradicionales. Este capitalismo
desenfrenado fue uno de los mayores obstáculos para el surgimiento del
capitalismo racional moderno. Primer adversario espíritu del capitalismo
(nuevo estilo y vida sujeto a ciertas normas a una ética determinada):
aquella mentalidad tradicionalista. Tradicionalismo en obreros: tratar de
hacer coincidir sus intereses. Lo que quieren no es ganar más, sino vivir
pura y simplemente, como siempre. Salario a destajo no es útil: se requieren
salarios inferiores para aumentar productividad. Pero este método
tiene límites: salario inferior no es lo mismo a trabajo bruto. Si bien un
ejército de reserva numeroso implica una expansión cuantitativa, detiene su
crecimiento cualitativo (trabajo intensivo). Trabajo como profesión: no es
producto de condiciones salariales, sino de largo proceso educativo. Este
es ofrecido por educación pietista. Actitud rigurosamente fundamental de
sentirse obligado al trabajo. Exigencia del capitalismo: considerar el trabajo
como finen sí mismo, como profesión. Cómo fue posible el desarrollo de
conexión de capacidad capitalista de adaptación con factores religiosos.
Espíritu del capitalismo moderno de Occidente: mentalidad que aspira a
obtener lucro ejerciendo sistemáticamente una profesión, una ganancia
racionalmente legítima, orientada a la adquisición más que a la
simple satisfacción de necesidades(tradicionalismo). Se halla
especialmente en capas más audaces de clase media industrial.
Capitalismo moderno debe su energía expansiva al espíritu del trabajo
profesional. Capitalismo tradicional: organización capitalista si se atiende al
carácter puramente mercantil y comercial de la empresa, y la necesidad de
la inversión de capitales. Pero está en la práctica dominado por las formas
tradicionales de relación, y su ethos. Este bienestar tradicional fue
perturbado antes de que hubiera una variación fundamental en la
forma de organización. Nuevo espíritu determinó nueva forma de
competencia, nuevas relaciones. Es una revolución. No querían gastar, sino
enriquecerse. Austeridad y sobriedad. Nueva fuerza impulsora. No se
introduce de forma pacífica. Desconfianza, odio, indignación moral.
Cualidades éticas necesarias para competir y superar resistencias,
distintas a la tradicionales. Hoy la conexión con la religiosidad no existe.
Negocio como indispensable para la vida. Hombre existe para el negocio.
Aborreceos tentación, lujo, goce consciente de su poder, signos externos de
respeto social. = rasgos ascéticos. Modestia sincera. Nada de su
riqueza lo debe a su persona, sentimiento irracional de estar
cumpliendo con su profesión. Parece perverso. Orden capitalista requiere
de esta entrega a la profesión de enriquecerse; ligado acondiciones de
triunfo en la lucha económica por la existencia. Considerar todo esto como
reflejo de relaciones materiales: contrasentido. ¿qué ideas fueron al
determinante de que un tipo de conducta sin más finalidad aparente que el
enriquecimiento, fuese integrado en la categoría de profesión ante la que el
individuo se sentía obligado?
Obligación es base ética de esta conducta. Motivo fundamental es
racionalismo económico: sometimiento del proceso de producción a
puntos de vista científicos. Esta racionalización influye también en el ideal
de vida. Orden, cálculo, austeridad, planificación. Sentimiento de
contribución. Sin embargo, el proceso de evolución del espíritu capitalista
no puede entenderse sólo a partir de una racionalización que influiría en
todas las esferas de la vida, dejando delado al protestantismo. Racionalismo
no explica concepción misional de profesión, requerida por el capitalismo. =
Necesario investigar de qué espíritu es hijo ese racionalismo particular que
dio origen a la idea de profesión y dedicación abnegada (irracional) a él.
Elemento irracional que se esconde en todo concepto de profesión es lo que
le interesa. Tema de investigación: concepción luterana de la profesión.
Profesión: virus, carlinga. Reminiscencia religiosa, matiz, inexistente en
catolicismo. Sentido de posición en la vida, de una esfera delimitada de
trabajo. Existe en todos los pueblos de mayoría protestante. Nace de
traducción de la biblia: está en el espíritu del traductor. Luego se utiliza en
sentido profano. No sólo sentido literal, sino idea es nueva, producto de la
Reforma. Estimación del trabajo cotidiano en el mundo. Lo absolutamente
nuevo: considerar que el más noble contenido de la conducta moral
consistía justamente en sentir como deber el cumplimiento de la tarea
profesional en el mundo. Sentido sagrado del trabajo. Dogma común a
protestantes. Modo de vida grato a Dios: no se trata de la superación moral
de lo terreno, sino el cumplimiento en el mundo de los deberes que a cada
cual impone su posición que ocupa en la vida, la cual se convierte en
profesión. Vida monástica: trabajo en el mundo corresponde al orden de la
materia, lo cual no está sujeto a valoración ética. Para protestantes, vida
monástica carece completamente de valor para justificarse ante Dios; es el
producto del desamor egoísta. Surge idea profana y religiosa del trabajo
profesional como manifestación palpable del amor al prójimo, a partir de
razonamiento que nada tienen de profanos, pero que van desapareciendo.
Toda profesión lícita posee ante Dios el mismo valor, y es el único medio de
agradarle. Valoración ética de la vida profesional. No es que círculos
eclesiásticos reformadores sintieran afinidad por capitalismo en ningún
sentido. De hecho, su mentalidad es en gran medida reaccionaria
en de la ganancia. Sin embargo, idea de profesión era susceptible de
adquirir matices harto distintos en sus consecuencias para la vida. Profesión
y su ejercicio: mandamiento que Dios dirige a cada uno, obligándole a
permaneces en la situación que se encuentra colocado por divina
providencia. Cumplimiento de deberes ante semejantes.
Concepción de tipo tradicionalista análoga: destino. Creencia en
predestinación. Resignación. Forma que interesa no es tan clara en Lutero;
más bien en desarrollo posterior del concepto de profesión. Punto de partida.
Consecuencias de la Reforma en el orden de la civilización y
la economía eran imprevistas y espontáneas, contrarias a lo que
se proponía la doctrina de los reformadores. Innumerables motivos
históricos orientaron concepciones religiosas en un sentido
específicamente terrenal y profano. No es que espíritu capitalista sólo habría
podido surgir a partir de la influencia de la Reforma; lo importante es hasta
qué punto influyó. Ética profesional del protestantismo ascético: ninguno de
los movimientos fue extraño al otro. Impulsos psicológicos creados por
la fe religiosa y su práctica marcan orientaciones para la vida, variando
según cada modalidad confesional. Calvinismo: predestinación. Obligación
de honrar la majestad de Dios. Mérito o culpa no colaboran en destino.
=sentimiento de inaudita soledad. Camino hacia destino ignorado y
prescrito. Inutilidad de predicadores y sacramentos. Radical abandono.
¡Desencantamiento del mundo!: la eliminación de la magia como medio de
salvación, propio de la religiosidad católica. Aislamiento interior del
hombre; radical apartamiento de la civilización material. Comercio con
Dios. Necesidad de pertenencia a comunidad para salvación: evidencia de
gracia. Cristiano existe para aumentar la gracia de Dios en el mundo,
realizando sus preceptos. Ese es el fundamento del trabajo social. Eso
deriva en la ética profesional, al servicio de la vida terrenal de la colectividad.
Profesión y trabajo como servicio para dar estructura racional al cosmos
que nos rodea. Tareas impuestas, al servicio de la impersonal utilidad
social. Conformarse con el conocimiento del decreto divino y la perdurable
confianza en Cristo. La duda es evidencia de ausencia de gracia. Viraje
hacia comprobación de la gracia en las obras. Sentimiento de estado de
gracia, sujeto como recipiente o instrumento de poder divino: tendencia a
obrar ascético. Fe significa sumisión en el sentimiento y la práctica.
Santificación de las obras, y sistematización de esta conducta.
Racionalizado y dominado por idea de aumentar gloria de Dios:
racionalización otorga carácter ascético. Transformación de la ascesis
sobrenatural en una ascesis puramente profana, terrenal. Predestinación:
punto de partida ascetismo: lucha por la seguridad de un futuro
ultraterreno. Ejercicio metódico de la piedad.
Fe reconocida en los frutos del trabajo. Lucro, pero no en los de goce
despreocupado. Administración de bienes concedidos por la gracia. Idea de
propiedad como obligación, encomienda. A mayor riqueza,
mayorsentimeintod e obligación de conservarla y acrecentarla para la gloria
de Dios. Tendencia a uniformizar el estilo vital; repulsa a la idolatría.
Ascetismo: fuerza que siempre quiere lo bueno y crea lo malo.
Comprobación autenticidad de la fe en el trabajo incesante y metódico. Esta
concepción favorece la formación de capitales, y formación de conducta
burguesay racional. Ideales fracasan al no poder resistir la dura prueba de
las tentaciones de la riqueza. Donde riqueza aumenta, religión tinede a
disminuir?
Capitalismo, en su primera época, necesitaba trabajadores que se
entregaranconvencidos en conciencia a su explotación económica. Ya
fuerte, no requiere depromesas supraterrenales.

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