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El sentido de la lectura

¿Cuántas veces los libros […] nos salvaron la vida? ---

¿Qué línea secreta y poderosa une nuestras experiencias con las de nuestros padres y abuelos?
¿De qué manera esas marcas, traumáticas a veces, trazan ya un camino que recorremos en
nuestros oficios, profesiones y modos de vivir? ---

Nuestros cuerpos son tablas de lecturas pero a veces naufragan. Sin embargo, las inscripciones
que pueden leerse en ellos alcanzarían para salvarnos de la desolación y de nuestros abismos.
¿Quién no puede leer en el cuerpo del otro el dolor, la angustia, el fracaso, la infelicidad? ---

Leer produce significados que nos limpian la arena de los ojos y nos rescatan de la
desintegración, nos recomponen. Somos eso: la composición que la lectura hace de nosotros,
de nuestro pasado, de los discursos de los otros sobre el mundo y sobre nosotros mismos. ---

Si no leemos, ¿cómo vamos a descifrarnos, a saber de nosotros, a comprendernos? ---

A pesar de todo, tanta inconsistencia por momentos, ciertas fragilidades, a pesar de todo,
leemos. Casi toda mi fe en la vida está puesta en el deseo de las lecturas. ---

Pero ahora vuelvo a mi fe en la vida, que es el deseo de que leamos y que la lectura no sea solo
de libros, sino también de personas, árboles, paisajes, escenas, cielos, gestos, sonidos, ríos,
colores, movimientos. ---

Mientras calibramos luz, aire, distancias y ensayamos una y otra vez nuestros movimientos
para entrenarnos en el arte de la lectura, en tanto todo eso sucede, las palabras nos esperan
siempre allí. ---

De Moisés descendemos lectores. Nuestra matriz de lectores tiene estas características: la


tartamudez, la torpe lengua, la lectura de las palabras divinas (que dan órdenes, reglas,
normas), la destrucción del texto, la reescritura humana, pero dictada por Dios para recuperar
el texto divino que la impaciencia de los hombres había destruido ya que no supieron esperar
ni respetar el tiempo de la lectura. ---

Moisés sube al monte Sinaí a leer pero para leer tiene primero que escribir. Leer es escribir y
escribir es leer. No son dos, es una única operación. ---

“Allah no da a nadie un saber, sin el compromiso de no ocultarlo jamás.” ---

La lectura es divina y humana al mismo tiempo; una búsqueda personal pero que se expende a
la vida de las sociedades y las rige. ---

Aun cuando se experimente fracaso y frustración, la lectura y la escritura pueden recuperarnos


de la destrucción y rescatarnos del aniquilamiento. Una herencia que nos lega además el valor
de la relectura. ---

Y yo devoraba las páginas de aquel libro venido vaya a saber de dónde, traducido vaya a saber
por quién, llegado a esa biblioteca de un pueblo de la llanura pampeana vaya a saber por qué
caminos, y que ahora me estaba hablando a mí. Y fue como una iluminación, un
acontecimiento extraordinario, porque ese texto, esas memorias, me estaban diciendo que en
alguna parte había alguien similar a mí. Y si había uno, entonces con seguridad habría otros. Y
en la cabeza de aquel chico que yo era debió ir conformándose la sorprendente y
reconfortante conclusión que podría resumirse más o menos así: “Entonces no estoy solo en el
mundo”. ---

Si la lectura de un texto autobiográfico echa luz sobre la obra de un autor, su traducción


vendría a ser una iluminación al cuadrado. Como poner una lupa de aumento y ya no leer sino
descifrar. ---

Todo tenemos dentro un mundo de cosas; cada uno su mundo de cosas. En las palabras que
digo pongo el sentido y el valor de las cosas tal como están dentro de mí. ---

“Pintar es el resultado de la receptividad de la tinta; la tinta se abre al pincel; el pincel se abre


a la mano; la mano se abre al corazón. Y todos ellos de la misma forma en que el cielo
engendra lo que la tierra produce: todo es el resultado de la receptividad.” ---

Sin embargo Barthes ya nos advertía que el capitalismo le había dado una importancia
desmedida al autor haciéndolo centro de la escritura y la lectura para montar así su sistema de
ventas que se apoya en manuales de autores, entrevistas, biografías, etc. ---

A veces algo de lo que leemos se clava en nosotros y nos hunde. Pero tal vez no sean sino las
propias incrustaciones de nuestro pensamiento que, gracias a la palabra escrita por otro,
empezamos a percibir como propias. ---

La medida de la lectura no debe ser el número de libros leídos, sino el estado en que nos dejan,
¿qué demonios importa si uno es culto, está al día o ha leído todos los libros? Lo que importa
es cómo se anda, cómo se ve, cómo se actúa después de leer. Si las calles y las nubes y la
existencia de los otros tienen algo que decirnos. Si leer nos hace, físicamente, más reales. ---

El lugar de la lectura se vuelve poderoso cuando abre las compuertas de las aguas, propias
pero detenidas en un estanque, y asume la riqueza de sentidos y la multiplicidad de matices.
Ese poder de la lectura está en darnos siempre más. Más ojos para mirar el mundo, más
corazón para comprender lo que es ajeno a nosotros. Nos multiplica en lo que sentimos y hace
proliferar el pensamiento, la duda, la curiosidad. ---

Leer bien es ser leído por lo que leemos. ---

Lo cierto es que leer es tan necesario como respirar. La lectura, como la respiración, es
imprescindible para vivir. Y así como nadie piensa en la respiración, tampoco hay demasiada
conciencia del gesto de lectura, pero lo cierto es que la mayoría de nosotros lee para atrasar
los días, que leemos para vivir nuestra vida. ---

Según lo veo, un libro siempre puede modificar la realidad. ---

Pienso en el sentido de la lectura. En el gesto de leer que nos hace fuertes y nos preserva
frágiles al mismo tiempo. […] Pienso en el mundo que transcurre y que contiene tantos
universos que debemos aprender a leer para no quebrarnos en nuestras flojedades, para
seguir enteros. ---
Su soledad y su situación de ser un extraño entre sus compañeros eran muy mías. Lloraba a
medida que leía y eso me hacía sentir más liviano. Ese proceso de identificación me hizo muy
bien. Leí el libro de un tirón. Finalmente, esa lectura hizo más fuerte mi “yo”, que estaba tan
débil antes de esa lectura. ---

A menudo me he sentido aliviano después de una lectura. Los libros me han permitido
hacerme más fuerte. ---

Abordamos conversaciones nuevas, pero vienen repitiéndose desde el principio del tiempo.
Nos perdemos en monólogos pretenciosos pero siempre son prestados, porque ya otros los
dijeron o los escribieron. ---

Ya habrá tiempo para expulsar al intruso que no responsa a tus sueños. ---

Hacer memoria, ¿no es también hacer una lectura? Cuando buscamos en el pasamos y
extraernos algunos acontecimientos, es nuestra lectura sobre los sucesos la que los selecciona,
y gracias al lenguaje, los trae al presente. Las palabras hacen que esas experiencias
permanezcan en algún lugar y tengan vida. ---

¿Cuál es la relación entre nuestras experiencias con la lectura y nuestra vida? ¿De qué modo
inciden nuestras lecturas en lo que luego serán nuestras elecciones, oficios, trabajos? ---

¿Cómo sería si no leyéramos, si no existiera la lectura? ¿Qué sujetos seríamos si no hubiera


prácticas lecturas? ---

De alguna manera, lo que formaba parte de mí era su ausencia, tenerlos habría sido sin duda
una especie de negación de mí mismo. ---

Cuando lo empecé, deseaba que el libro no se terminara nunca. Sin embargo, no pude evitar
leerlo de un tirón. No paré hasta llegar al final. ---

Mientras escribo me olvido de mí mismo, y cuando vuelvo a mi mundo tengo la sensación de


que soy alguien ligeramente distinto. ---

Si usted lee a Shakespeare y no le gusta o se aburre, déjelo, quiere decir que Shakespeare
todavía no ha escrito para usted. ---

En la voz que lee un texto de otro, aunque sea la mía, no estoy yo. Al menos no estoy
únicamente yo. Pero ¿quién lee en mí cuando leo? ---

Siempre me pareció rara esta correlación, y contradictoria: el tiempo pasa rápidamente y a la


vez, parece que todo transcurrió hace ya mucho. Por el contrario, cuando el tiempo pasa
lentamente, todo parece hacer sucedido hace poco. ---

Caía en libros terribles pero no me importaba. Todo me venía bien porque hay un
pragmatismo impiadoso en el plan de las vocaciones y un hambre indiscriminada de los
comienzos. ---

De pronto daba con un libro que me cambiaba la vida, la lectura de la vida. Uno me llevaba a
otro y eso me daba confianza. ---
Vivía en un estado de lectura excitada. Siempre había leído mucho pero en esa época me di
cuenta de lo raro y maravilloso que es leer. ---

¿Puede explicarse por qué un texto se planta en la vida de una con la fuerza de una revelación?
---

He olvidado los nombres de personas que me parecían encantadoras o amenazantes. A veces


me cruzo por la calle con alguien que no reconozco del todo –sé que es la cara de un nombre
que se fugó o pesco el nombre de una cara que ya no puedo imaginar -, pero hace treinta años
leí un cuento de Kafka que se llama “Una cruza” y todavía me lo sé de memoria. ---

Hay relatos de coincidencia y casualidad. De encuentros y cuentos raros. Y ¿cuál es cuál y


quien lo sabe? Alguien conoció a fulano de tal y tal otro conoció a otro. Esta no fue una mera
coincidencia, no. En la humilde opinión de este narrador, cosas extrañas ocurren todo el
tiempo. Puede que hayamos acabado con el pasado pero él aún no ha acabado con nosotros.
El mundo sigue girando. ---

Lo importante no es lo que la escritura puede darle a la comunidad, sino lo que las


experiencias de una persona dentro de esa comunidad pueden darle a la literatura. ---

Hay que ser más fuerte que lo que se está leyendo. ---

Historia y tiempo, belleza y misterio, arte y saber, memoria: es el paraíso de la lectura donde
he decidido quedarme. Allí soy siempre la misma niña buscando entender el mundo que está
allí afuera, y también profundamente arraigado en el lenguaje. Juego de resonancias, de letras
y de voces, puro deseo. ---

Pero cuánto de su pasado, un pasado que él había olvidado y que para él ya no existía, podía
ser recordado por otros. ---

En ese momento sentí y entendí por primera vez cuál era la fuerza real de la literatura, que
puede entregarnos toda una vida, todo un mundo muy distinto del propio. ---

Con todo esto quiero decir que el placer muchas veces me quedó afuera. Porque el
aprendizaje no siempre es placentero. Pero uno va tomando el gusto a todo. ---

Si uno quiere, encuentra una explicación para cada cosa que resulta extraña. Siempre hay un
argumento a mano para ver como normal incluso lo más raro. ---

Leer puede ser un camino para abrirnos al otro, y también para volver a nosotros mismos. ---

Que la letra propia, la manuscrita, es el lugar más verdadero, el más puro, en el que se puede
encontrar a alguien cuando ya no está. ---

No puedo evitar pensar en la relación entre lectura y búsqueda, raíz, encuentro, y en cómo la
lectura puede llevarnos a esos territorios. ---

Los textos son libres. ¿Tal vez los lectores vayamos tras esa libertad cuando tenemos que
decidir dónde estamos, a dónde ir, con quién quedarnos? ---
Hay lecturas que son ráfagas, un mar bravo, bosques que surgen de la nada al borde del
camino. Y también hay lecturas como nubes negras que nos pesan sobre los cuerpos. ---

Aunque la noche parezca única, siempre son dos mitades imperfectas y el futuro ya aconteció
en un pasado que está siempre por sucedernos. ---

Como una foto que aflora desde la oscuridad y consigue revelarse, también la lectura logra a
veces abrazar la ausencia. ---

---

Es curioso cómo y cuándo llegan ciertos libros a tu vida. Curioso también el título de este libro
y el momento en que lo comencé a leer. El sentido de <i>mi</i> lectura fue aferrarme a sus
páginas como una roca. En momentos de confusión, pena y rabia este libro casi fue mi
salvación.

Me sentí identificada muchas veces y me di cuenta que lectores locos hay en todos lados.

<u>La lectura tiene siempre un sentido</u>

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