Pavimento hablar de plaza de bolívar. Personas que rechazan la palabra que al final endurecieron sus corazones, Personas que tiene su mente sumergida en el pecado, no necesitan nada, Son autosuficiente y tienen un menosprecio por la palabra, Son personas solitarias que no se mezclan con la iglesia (Ecl.4:9-10), Son personas que les gusta el evangelio, predicaciones, la iglesia, pero no quieren dejar sus malos caminos y venir al camino de Dios y satanás no tiene reparo en quitar la palabra de su corazón. "Pedregales" Una tierra poco profunda, no había humedad ni nutrientes, en apariencia toda era normal, oyen, reciben la palabra con gozo. Pero no pudo echar raíces, y el sol pronto quemó la pequeña planta. Son de personas que reciben superficialmente la Palabra. Dependen de sus emociones y sentimientos pero no tienen convicciones profundas y sinceras. Por eso, al hallarse frente a la oposición o a la persecución, vuelven al mundo. La palabra de Dios no pudo dar raíces por las piedras que hay en su tierra espiritualmente la incredulidad (Marcos 16.14), el corazón no arrepentido (Romanos 2:5), El profundizar en el evangelio nos ayuda a ser más fuertes a las pruebas, el evangelio no es una cuestión de emociones, sino de convicciones. "Espinos" Esta tierra tuvo su oportunidad de ser libre de los espinos y producir, porque en realidad no fueron estos los que le impidieron sino las riquezas, los afanes y los placeres. Invitados y no fueron (Lc.14:15-24). El afán de este siglo es la manera como vivimos, angustiados por lo material, ansiosos por el mañana, que vamos a comer, que vamos a vestir y ese estilo de vida significa no confiar en la provisión de Dios (Mateo 6:25 - 31 y 34) El engaño de las riquezas es creer que las riquezas van a llenar el vacío de la vida, creer que las riquezas son la solución a todo en la vida (Eclesiastés 5:10) Cuando la semilla se sembró, el terreno parecía estar bastante limpio, pero allí estaban las semillas de los espinos que "nacieron juntamente ella" Es una ilustración de las muchas cosas que tratan de desplazar a Cristo del lugar supremo que le corresponde y que ahogan su Palabra. "Buena tierra" En el último caso encontró el terreno bien preparado. Se trata de personas que escuchan la Palabra con un corazón deseoso de conocer y hacer la voluntad de Dios, y en estas circunstancias, siempre produce fruto. Permitir que el Señor obre en nuestra vida, nuestro corazón, en nuestra mente, en nuestras prioridades, en lo que no le agrada a él y dejar que lo quite de nuestra vida. (Isaías 5:1-2) Es importante en primer lugar: oír. Entender lo que oyes. Retener lo que oyes y entiendes. Esto da como resultado el fruto: a ciento, sesenta y a treinta por uno. Guarda la palabra en tu corazón: salmo 119;9. QUE LA PALABRA limpie nuestro corazón de toda amargura, odio, pecado, prejuicio o cualquier cosa que vaya en contra de la voluntad de divina. Creer en el poder de su palabra la cual tiene el poder para transformar nuestro corazón y por medio de la fe en Cristo Jesús convertirnos en herederos de la vida eterna.