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EL CONTROVERTIDO CASO DE O.J.

SIMPSON: EL JUICIO PENAL MÁS MEDIÁTICO DE LA

HISTORIA

En 1994 el célebre ex jugador de fútbol americano y actor O.J. Simpson fue acusado de asesinar a su ex

esposa y a un amigo de ella.

A principios de los años 90′ Orenthal James Simpson, mejor conocido como O.J. Simpson, era una de las

figuras mediáticas más famosas de Estados Unidos. Luego de destacar como un notable jugador de fútbol

americano a fines de los años 60’ y principios de los años 70’, lo que le valió ser nombrado el Jugador Más

valioso de la NFL en 1973, Simpson, gracias a su carisma natural y carácter afable, había incursionado

exitosamente en la pantalla chica y grande como actor, como rostro publicitario de grandes marcas comerciales

y también como presentador de televisión.

Ilustración 1 O.J. Simpson

Sin embargo, su vida se torcería definitivamente el 12 de junio de 1994. En la madrugada de ese día, su ex

mujer Nicole Brown, madre de sus hijos Sydney y Justin, y Ronald Goldman, un amigo de ésta, fueron

hallados muertos a puñaladas en el exterior del dúplex propiedad de Nicole, ubicado en el acomodado barrio

de Brentwood, en Los Ángeles. Nicole Brown, una bella mujer de raza blanca, había sido apuñalada numerosas

veces en la cabeza y el cuello, y tenía heridas defensivas en sus manos. Ambas víctimas llevaban muertas unas

2 horas cuando fueron descubiertas por la policía, que encontró en la escena del crimen un guante de cuero

derecho con manchas de sangre.


Ilustración 2O.J. Simpson junto a su esposa Nicole Brown y sus dos hijos.

O.J. Simpson, por cierto, se había divorciado de Nicole dos años antes, después de un matrimonio que duró

siete años, tiempo durante el cual el célebre ex jugador de fútbol americano fue investigado varias veces por

la policía acusado de violencia doméstica.

Los policías, tras encontrar los dos cadáveres, se dirigieron a la propiedad de O.J. Simpson en Rockingham

para informarle de que su ex esposa había sido asesinada. En el fondo de su casa encontraron su camioneta

Ford Bronco blanco con sangre en su interior y en su exterior. Posteriormente, en un recorrido por la

propiedad, el agente policíaco Mark Fuhrman descubrió un segundo guante de cuero con sangre, que luego se

determinó era la pareja del guante encontrado en la escena del crimen. A través de pruebas de ADN,

posteriormente se pudo determinar que la sangre en el guante provenía de ambas víctimas.

Todo lo anterior, junto con otra evidencia recolectada en ambas escenas del crimen, fue considerado como

causa probable para emitir una orden de arresto contra O.J. Simpson, quien había tomado un vuelo a Chicago

a últimas horas de la noche anterior. Curiosamente, cuando los policías se comunicaron telefónicamente con

O.J. Simpson para decirle que su esposa estaba muerta, Simpson pareció mostrarse consternado, aunque en

ningún momento preguntó cómo Nicole Brown había muerto.


Después de una mediática huida de la policía, que fue transmitida en directo por las cadenas de noticias

más importantes de Estados Unidos, O.J. Simpson fue detenido y acusado del crimen de su ex esposa Nicole

Brown y de Ronald Goldman, protagonizando en los meses siguientes el juicio penal más publicitado de la

historia (comenzaría en noviembre de 1994 y terminaría en octubre de 1995). O.J. Simpson no escatimó

gastos para costear su defensa legal, por lo que fue representado por un equipo de abogados defensores de

alto perfil, conocido en inglés como el “Dream Team” o “El equipo soñado”, que incluía al mediático

abogado de celebridades Robert Shapiro, el abogado de color Johnnie Cochran y F. Lee Bailey y Robert

Kardashian, entre otros profesionales.

Ilustración 3 O.J. Simpson junto a su equipo de abogados, bautizado por la prensa como “The Dream Team”.
Marcia Clark y Christopher Darden, los dos fiscales de distrito adjuntos, decidieron no pedir la pena de

muerte contra O.J. Simpson y en su lugar solicitaron una sentencia de cadena perpetua. Ambos creían tener

un caso fuerte contra el célebre ex deportista, que incluía ADN de sangre descubierta en un par de calcetines

de Simpson encontrado en su habitación y que pertenecía a Nicole Brown, además de análisis de ADN de

sangre encontrada dentro, fuera y cerca de la camioneta Bronco de O.J. Simpson, que reveló rastros de sangre

de Simpson, Brown y Goldman.

Además, se encontraron mechones de pelo consistentes con el de Simpson en la camiseta de Goldman,

mientras que el análisis de ADN de sangre en un guante izquierdo, encontrado afuera de la casa de Brown,

demostró que la misma era una mezcla de sangre de Simpson, Brown y Goldman, sin mencionar que también

se hallaron unas huellas de calzado sangrientas en la escena del crimen, que fueron identificadas como

producidas por unos finos zapatos Bruno Magli, extremadamente raros y caros (solamente 29 pares de ese

estilo habían sido vendidos en Estados Unidos). El tamaño de las huellas de estos zapatos, talle 12 grande (305

mm), coincidía por cierto con el talle de calzado de Simpson.

La Corte Superior de Los Ángeles dispuso que el juicio, a cargo del juez Lance Ito, se realizara en el centro

de Los Ángeles y no en Santa Mónica, lugar donde había ocurrido el crimen. Esto significó que entre los

potenciales miembros del jurado que deberían decidir sobre el mediático e impactante caso, se encontraran

más latinos, afroamericanos, asiáticos-americanos y obreros que el que se hubiese obtenido en Santa Mónica.
En definitiva, el jurado final quedó compuesto por nueve personas de raza negra, dos personas blancas y un

hispano, lo que a la larga beneficiaría a O.J. Simpson.

Ilustración 4 O.J. Simpson junto a su esposa Nicole Brown.

En su alegato inicial, el fiscal Christopher Darden partió afirmando que Simpson había asesinado a su ex

esposa en un ataque de celos, pues la fiscal Marcia Clark pensaba que las mujeres del jurado, que eran la gran

mayoría, simpatizarían con la fallecida y asesinada Nicole Brown. Sin embargo, el hábil abogado defensor

Jimmy Cochran sembró la duda entre los miembros del jurado al sostener que había una duda razonable

respecto a la evidencia basada en el ADN, evidencia relativamente nueva en los juicios de esa época, ya que

supuestamente la sangre recolectada como evidencia había sido manejada de forma errónea por científicos y

técnicos laboratoristas.

Para suerte de O.J. Simpson, gran parte de la evidencia incriminatoria (el guante y los calcetines

ensangrentados, la sangre dentro y fuera de la camioneta Bronco) que lo inculpaba había sido descubierta por

el detective Mark Fuhrman, quien luego sería acusado de racista y perjurio por la defensa al afirmar falsamente

durante el juicio que no había utilizado la palabra “nigger” (un insulto racista) en los últimos 10 años, lo que

se demostró revelando unos audios grabados entre 1985 y 1994 por una joven guionista llamada Laura

McKinny, quien había interrogado a Fuhrman para un guión que estaba escribiendo sobre oficiales de policía.

En esos audios Fuhrman hablaba despectiva y ofensivamente contra la gente de color.


Ilustración 5 Mark Furhman

Más tarde en el juicio, cuando la defensa de Simpson le preguntó a Mark Fuhrman “¿usted plantó o creó

alguna evidencia en este caso?”, el policía decidió no responder, acogiéndose a la Quinta Enmienda de la

Constitución de los Estados Unidos contra la autoincriminación. Estas cintas de Fuhrman se volverían así una

de las piedras angulares del argumento de la defensa de que el testimonio del policía carecía totalmente de

credibilidad.

El 15 de junio de 1995, el abogado defensor Johnnie Cochran se anotó una jugada maestra cuando, a

instancias de sus colegas Robert Shapiro y F. Lee Bailey, incitó al fiscal auxiliar Christopher Darden a pedirle

a O.J. Simpson que se colocara los dos guantes de cuero encontrados en la escena del crimen. Cuando O.J.

intentó ponerse los guantes de cuero, que habían estado empapados en sangre de Simpson, Brown y Goldman,

y habían sido congelado y descongelado varias veces, éstos parecieron ser demasiado estrechos como para

que Simpson se los colocara con facilidad, especialmente sobre los guantes blancos de látex que tenía en sus

dos manos. La defensa de Simpson repitió entonces una frase dirigida al jurado que se haría famosa: “Si no le

caben, deben absolver” (“If it doesn’t fit, you must acquit”, en su inglés original).
Ilustración 6 La famosa escena en que O.J. Simpson se pone los dos guantes de cuero que lo inculpaban de los dos asesinatos,

La fiscalía argumentaría posteriormente que O.J. Simpson, quien sufría de artritis, no había tomado sus

remedios antiinflamatorios, por lo que sufrió durante esa parte del juicio una hinchazón en las articulaciones

e inflamación en sus manos. Además, adujo que los guantes se habían encogido por haber estado empapados

en sangre y por las numerosas pruebas científicas a las que fueron sometidos durante todo el juicio. De todos

modos, durante el juicio, la fiscalía presentó una foto de Simpson llevando el mismo tipo de guantes que fue

encontrado en la escena del crimen.

Al acercarse la fecha del veredicto del juicio, crecieron en todo Estados Unidos los temores de que se

generaran disturbios raciales en Los Ángeles y el resto del país en caso de que O. J. Simpson fuera condenado

por los asesinatos, pues tres años antes, en 1992, se habían producido unos violentos disturbios después de

que cuatro oficiales de policía fueran absueltos por golpear brutalmente al automovilista negro Rodney King,

sin saber que habían sido filmados por un aficionado.

Después de una de las detenciones y juicios más ampliamente publicitados por la prensa y la televisión en

la historia de Estados Unidos, el 3 de octubre de 1995, mientras aproximadamente unas 100 millones de

personas a nivel mundial miraban por televisión o escuchaban por radio el anuncio del veredicto, el ex jugador

de fútbol americano, actor y presentador de televisión O.J. Simpson fue declarado no culpable de ambos

asesinatos, desatando una celebración en las calles entre la gente de color.

Lo anterior no llamó demasiado la atención, pues hacia el final del juicio penal diversas encuestas

nacionales mostraron enormes diferencias en la apreciación de la culpabilidad o inocencia de Simpson,


dependiendo de si los estadounidenses eran negros o blancos (luego de que el veredicto final fuera leído, el

jurado número seis, Lionel Cryer, un hombre de color de 44 años, saludó a Simpson con un puño en alto). De

todos modos, en entrevistas posteriores al juicio, unos pocos jurados dijeron que creían que probablemente

O.J. Simpson sí había cometido los asesinatos, pero que la fiscalía había sido incapaz de probar el caso más

allá de una duda razonable.

A pesar de ser absuelto, la imagen pública de Simpson quedó muy dañada y su carrera como actor,

presentador de televisión y rostro de marcas comerciales, arruinada. En 1997, Simpson sería juzgado por los

mismos hechos en un juicio civil, el cual lo declaró culpable y lo condenó a pagar 33,5 millones de dólares

por concepto de indemnización a las familias de Nicole Brown y Ronald Goldman. Esto hecho fue considerado

insólito e incomprensible, porque a ojos de la justicia O.J. Simpson aparecía como inocente y culpable a la

vez. De esta millonaria deuda, por cierto, el exjugador de fútbol pagaría sólo una pequeña parte.

Diez años más tarde, en el 2008, O.J. Simpson sería detenido de nuevo por la policía acusado de robar

objetos deportivos de una habitación de un hotel de Las Vegas (Nevada). Aunque Simpson arguyó que había

querido recuperar por la fuerza junto a dos cómplices una serie de trofeos deportivos y fotografías personales

que supuestamente eran suyos, pero que se encontraban en poder de unos coleccionistas deportivos, fue

declarado culpable de 12 cargos, entre ellos secuestro y robo a mano armada y condenado a purgar entre nueve

y 33 años de prisión.

Después de cumplir el mínimo establecido en la sentencia -9 años de cárcel- O.J. Simpson saldría en

libertad el año 2017 del correccional Lovelock, en Nevada, declarando a la prensa que quería una vida “libre

de conflicto”: “Estoy en un momento en mi vida en que todo lo que quiero hacer es pasar cuánto más tiempo

pueda, con mis hijos y amigos”, declaró Simpson, quien dijo que el destino de su nueva vida sería “comer un

buen filete y marisco” y vivir en el Estado de Florida, donde en la mayoría de los casos la ley impide el

embargo de la residencia de una persona para cobrar una deuda.


Ilustración 7 O.J. Simpson saliendo de prisión el año 2017, después de pasar nueve años tras las rejas después de ser encontrado culpable
de 12 cargos criminales, entre ellos secuestro y robo a mano armada.

Recientemente, luego de 12 años, se conoció un video de la cadena FOX que no había podido verse por

trabas judiciales y donde aparecía una vieja entrevista realizada en 2006 a la ex estrella de fútbol americano

O.J. Simpson, quien, en forma hipotética, narraba detalles sobre los asesinatos de su ex esposa y un amigo que

ocurrieron el 12 de junio de 1994.

En la mencionada entrevista, Simpson, supuestamente hablando en forma hipotética, relató que aquella

noche había estacionado su auto cerca de la casa de su ex esposa, donde se puso unos guantes y una gorra,

recordando que en el auto siempre llevaba un cuchillo “para los locos y porque no se puede viajar con una

pistola”.

A continuación O.J. Simpson comenzaba a hablar en primera persona: “Voy a ver qué está pasando en la

casa”, decía, agregando que en ese momento se había encontrado con Ronald Goldman, quien no lo había

reconocido, por lo que había empezado a discutir con él. En ese momento Nicole, su ex, había salido de la

casa para ver qué pasaba. “Mientras las cosas se calentaban, recuerdo que Nicole se cayó y se lastimó.

Recuerdo haber agarrado el cuchillo… Y para ser honesto, después de eso no recuerdo, excepto que estoy ahí

parado y hay todo tipo de cosas alrededor. Sangre y todo eso”, relataba O.J. Simpson en el video.

En la actualidad O.J. Simpson reside en Las Vegas como un jubilado rico que no duda en tomarse una selfie

con las decenas de fans que suelen encontrarse con él en las calles del centro de esa ciudad. Y pese a que el

fallo civil de 1997 lo condenó a confiscar sus ingresos para saldar sus cuentas con las familias Brown y

Goldman, sus pensiones están protegidas, ya que la ley dice que no pueden ser confiscadas (a sus 70 años
recibe dinero de su jubilación del Seguro Social, la pensión del Sindicato de Artistas de Hollywood, la del

Sindicato de la NFL, y una pensión privada en la que invirtió $5 millones de dólares, por lo que su patrimonio

se estima entre 400 mil dólares y tres millones de dólares mensuales).

Años después del “juicio del siglo”, Johnnie Cochran y Robert Shapiro, abogados defensores de Simpson,

así como la abogada Marcia Clark, la fiscal principal del caso, escribirían sendos libros sobre el controvertido

y mediático juicio que paralizó a Estados Unidos en los años 90’, juicio que inspiraría una lograda y premiada

serie de televisión que narró con lujo de detalles toda esta cinematográfica historia, llamada “American Crime

Story: The People Vs O.J. Simpson”.

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