Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
IMPUNIDAD”
MATERIA: MACROECONOMÍA
CICLO: IV
GRUPO: B
TRUJILLO – PERÚ
2019
Según el economista, Antoine W. Van Agtmael, el cual acuñó este término en los años
80. Así, un país emergente podemos definirlo como una nación con un rápido
crecimiento económico en comparación con las tasas de las economías desarrolladas,
pero que no entra en la categoría de estos países por tener una renta per cápita baja.
También es una característica común su proceso de industrialización e
internacionalización.
Como veremos los países emergentes tienen muchas más características comunes que su
crecimiento económico y renta per cápita, fundamentalmente estas dos variables sí nos
sirven para diferenciar de forma simple entre un país desarrollado, uno emergente y otro
subdesarrollado:
País desarrollado: Alta renta per cápita con independencia de su crecimiento
económico que tanto en caídas y bajadas no suele variar de forma importante
(Estados Unidos, Unión Europea, Japón, etc.).
País emergente: Baja renta per cápita con alto crecimiento económico,
industrialización y sector exterior al alza, especialmente en exportaciones (China,
Brasil, India, etc.).
País subdesarrollado: Baja renta per cápita, bajo crecimiento económico, baja
industrialización, sector exterior poco importante (mayoría de los países de
África, por ejemplo).
4. Principales Mercados emergentes
SUDÁFRICA
Sudáfrica es la décima economía de mercados emergentes más rápida de la lista con un crecimiento medio anual
del PBI del 2,3%. Es el único país africano dentro del top 10, y adolece de una falta de profundización del capital,
una estadística diseñada para comprender el valor de la mano de obra.
POLONIA
También es el único país europeo en la lista. Polonia ha estado en un ciclo de crecimiento notable desde su
ingreso a la Unión Europea, y se espera que mantenga un crecimiento del PBI del 2,5%, con una gran
profundización del capital, gracias al fuerte acceso al sector bancario europeo y su uso del euro.
CHILE
La única nación de Sudamérica en la lista es Chile, con el país considerado como una historia de crecimiento de
mercados emergentes más atractiva que Argentina y Brasil. El país sureño es un gigante de la minería y parece
estar a la vanguardia del mercado de baterías de litio en el futuro. Oxford Economics predice una tasa de
crecimiento promedio del PBI del 2.6%.
TAILANDIA
La llamada "tierra de sonrisas" es uno de los mercados emergentes de más rápido crecimiento en el mundo, con
un crecimiento esperado del 2,9% del PBI. El turismo representa alrededor del 11% de la producción del PBI
con números que aumentan anualmente. En la década anterior, el crecimiento de la productividad laboral de
Tailandia estuvo por debajo de la tendencia del crecimiento del PBI de los mercados emergentes comparables,
pero se espera que esto cambie en el futuro.
TURQUÍA
Turquía, ubicada en la encrucijada entre Europa y Asia, es un tour de force de mercado emergente con su moneda
de montaña rusa y mercados inestables, un sello distintivo del país. Sin embargo, Oxford Economics cree que el
país crecerá en torno al 3% al año. Turquía es menor para la profundización del capital como resultado de su
dependencia de la financiación extranjera, que se vio afectada por una crisis en 2018 durante la agitación de la
lira.
MALASIA
Anteriormente restringida a ser un importante exportador de productos agrícolas y productos básicos, la
economía de Malasia es otra potencia en aumento en el sudeste asiático. El impresionante crecimiento del PBI
de 3.8% no se corresponde con el crecimiento de la PTF del país, que es el más bajo entre los 10 principales.
CHINA
La rápida transición del país para dejar de ser un mercado emergente significa que se espera que el crecimiento
de su PBI se desacelere en la próxima década, mientras que sus niveles de deuda permanezcan altos. El enorme
mercado bancario de China significa que tiene las mayores cifras conjuntas de profundización de capital entre
los 10 principales y el 5,1% de crecimiento del PBI.
INDONESIA
Compuesta por miles de islas en el Pacífico, la historia de crecimiento de Indonesia es una de las más atractivas
del mundo, ya que el país se convertirá en una potencia de la economía mundial en los próximos años. Con sus
abundantes recursos naturales y cada vez menos dependiente de la financiación extranjera, Indonesia parece
ser un actor clave en el futuro con un crecimiento del 5.1%.
FILIPINAS
Filipinas es, al igual que Indonesia, un gran grupo de islas con un enorme potencial económico. Se espera que el
país tenga el mayor aumento en su fuerza laboral de cualquiera de los 10 principales, lo que, junto con un
crecimiento del PBI del 5.3%, significa que será una de las economías de más rápido crecimiento del mundo.
INDIA
India encabeza las listas con un crecimiento masivo del PBI del 6,5%, y es probable que algún día se convierta
en la mayor economía del mundo, no solo en los mercados emergentes. El país tiene una población enorme y
cuando se utilice por completo será una fuerza inquebrantable en todos los mercados del mundo.
2. Política económica de países emergentes y globalización
Los defensores de la globalización responden que las naciones pobres no sufren como
consecuencia de este fenómeno, sino porque tienen gobiernos corruptos, una
administración inepta y políticas económicas ruinosas. Según Joseph Nyer, decano en la
Universidad de Harvard, «La tecnología y las inversiones pueden ayudar a combatir la
pobreza pero sólo cuando hay gobiernos responsables».
En nuestro país, la periodista Rosa Montero expresa su opinión acerca de este tema tan
polémico, defendiendo en todo momento al proceso de globalización:
«Ante el rechazo total a la globalización, podemos perder una ocasión idónea para
mejorar el mundo. Entiendo bien la inquietud que las nuevas tecnologías provocan; la
vida ha cambiado de manera descomunal en muy pocos años, y eso siempre origina
ansiedad y rechazo. Hoy creo advertir frente a la globalización un fenómeno regresivo, el
miedo ancestral e irracional ante lo nuevo. La globalización no es un programa maléfico
diseñado por el capitalismo feroz para sojuzgar aún más a los pobres de la Tierra, sino
una mera circunstancia histórica, un momento de la evolución de este planeta. Es un
fenómeno imparable, porque la Humanidad no puede desinventar lo inventado y oponerse
frontalmente a ello es como arrojar piedras al sol. La globalización ofrece una
oportunidad única para mejorar las condiciones de vida del Tercer Mundo: por primera
vez podemos acabar de verdad con la pobreza. Pero para ello hay que aspirar a controlar
lo más posible los nuevos recursos tecnológicos».
Sin embargo también hay opiniones en contra, como la de Noam Chomsky, filósofo del
lenguaje, activista político y catedrático del Instituto de Tecnología de Massachussets, y
uno de los manifestantes en Seattle que lucha contra la globalización mundial, «la mitad
de la población mundial vive poco más de un euro al día. A los consumidores de los países
ricos les ha beneficiado mucho la globalización pero, sin embargo, ha acentuado las
diferencias con los más pobres».
Otros opinan que el desempleo en el mundo ha alcanzado su nivel más elevado desde la
gran depresión de 1930. Más de 800 millones de seres humanos están desempleados o
subempleados en el mundo. El trabajo humano está siendo paulatina y sistemáticamente
eliminado en el proceso de producción, siendo sustituido por máquinas. Como
consecuencia de los adelantos, se pronostica que en los próximos habrá una drástica
reducción la fuerza laboral que será necesaria para producir todos los bienes necesarios
para satisfacer la demanda total.
3. Turquía
Turquía, situada en Asia Occidental, tiene una superficie de 785.350 Km2.
Turquía, con una población de 82.003.882 personas, es un país muy poblado y tiene una
densidad de población de 104 habitantes por Km2.
Su capital es Ankara y su moneda Liras turcas.
Turquía es la economía número 19 por volumen de PIB. Su deuda pública en 2018 fue de
196.944 millones de euros, con una deuda del 30,17% del PIB. Su deuda per cápita es de
2.402€ euros por habitante.
Turquía destaca por estar entre los países con mayor tasa de desempleo del mundo
El PIB per cápita es un muy buen indicador del nivel de vida y en el caso de Turquía, en
2018, fue de 8.000€ euros, con el que se sitúa en el puesto 73 del ranking y sus habitantes
tienen un bajo nivel de vida en relación al resto de los 196 países del ranking de PIB per
cápita.
Como el banco central mantiene altas las tasas de interés para estabilizar la lira y mantener
la inflación bajo control, el motor de la economía de Turquía está fallando. El crédito
bancario real se contrajo un 7,2% trimestralmente en los últimos tres meses de 2018. La
producción industrial de Turquía en diciembre fue la que más cayó desde junio de 2009.
Por ahora, el panorama sigue siendo incierto. El PIB estuvo en contracción durante la
primera mitad de 2019, seguido de cuatro trimestres de crecimiento tibio que promediará
menos del 3% del año anterior.
La riqueza de Corea del Sur hace pensar en un país desarrollado, pero su dinamismo nos
remite a verlo como un país emergente. En sólo medio siglo, el país se ha convertido en
una economía avanzada, al tiempo que muestra las tasas de crecimiento más altas de la
OCDE. Las elevadas tasas de crecimiento sostenidas, superiores al 3 por ciento en los
últimos años, han hecho el "milagro en el río Han", ocurrido en un país sin recursos
naturales, que ha ido construyendo un país altamente competitivo en el ámbito
internacional, al tiempo que cuenta con una tasa de paro mínima.
En un tiempo récord, apenas 60 años, este país devastado por la guerra ha pasado de una
economía de subsistencia a alcanzar una posición de liderazgo en tecnología de la
información y en industrias como el acero y la energía nuclear. Junto con Hong Kong,
Singapur y Taiwán, Corea del Sur forma parte del llamado grupo de los "Tigres asiáticos",
cuyo fulgurante ascenso captó la atención internacional por su rápido crecimiento
industrial, al tiempo que fueron sufriendo importantes procesos de cambio político. En el
despegue de este pequeño gigante asiático, la cuarta potencia regional, sólo por detrás de
China, Japón e India, ha sido posible gracias a sus medidas proteccionistas, a sus fuertes
inversiones, muy elevadas en I+D, y a los grandes grupos empresariales o chaebols, como
Hyundai, LG o Samsung, las tres en el Top 100 mundial. El peso de estas multinacionales
en la economía, sin embargo, al mismo tiempo actúan de lastre, habida cuenta de la gran
influencia que tienen sobre el gobierno. Samsung, por ejemplo, representa el 20 por ciento
del PIB nacional y, como ocurre con otras empresas, pese a impulsar la economía, cada
vez crean menos empleo como consecuencia de políticas de expansión que suponen la
apertura de numerosas fábricas en el extranjero.
Corea del Sur ha experimentado una de las mayores transformaciones económicas de los
últimos 60 años. Dado su tamaño geográfico limitado, sus recursos naturales y su
población (una fuerza laboral de casi 28 millones de personas de su población de 51,2
millones), el país ha prestado especial atención al desarrollo de tecnología e innovación
para promover el crecimiento, creciendo desde una nación predominantemente agrícola,
rural hasta ser un país urbano e industrializado. La industria representa el 35.9% del PIB
y emplea al 24,8% de la fuerza laboral. Las principales industrias incluyen textiles, acero,
fabricación de automóviles, construcción naval y electrónica. Corea del Sur es el mayor
productor mundial de semiconductores.
El sector agrícola en Corea del Sur solo hace una contribución insignificante al PIB del
país (1,9%) y emplea solo al 4.9% de la población activa. El arroz es el principal cultivo
agrícola; La cebada, el trigo, el maíz, la soja y el sorgo se cultivan extensivamente. El
sector también incluye la ganadería a gran escala. Se cultiva menos de una cuarta parte
de la tierra. Los recursos minerales de Corea del Sur se limitan al oro y la plata.
Los países emergentes se cuentan por decenas, pero sólo unos pocos destacan de entre el
resto por su crecimiento económico, y Corea del Sur es uno de esos privilegiados. Según
los criterios de clasificación empleados por los economistas y analistas, los países
emergentes se han ido agrupando de distintas maneras buscando una cierta
homogeneidad. Si los BRICS son los más populares, y de hecho engloban a países
emergentes que son claves, no por ello tienen menos importancia otros acrónimos que
también designan grupos de países emergentes que comparten rasgos comunes. De hecho,
hay una gran variedad de acrónimos relativos a los países emergentes, y Corea del Sur se
encuentra en varios de ellos, como los VISTA (Vietnam, Indonesia, Corea del Sur,
Turquía et Argentina), los Next-11, once países (incluida Corea del Sur) llamados a
relevar a los BRICS, o los MIST, presentado en 2010 por Goldman Sachs como las cuatro
nuevas economías (México, Indonesia, Corea del Sur y Turquía) que presentan un
crecimiento acelerado.
Corea del Sur es una buena puerta de entrada al mercado asiático. El país cuenta con una
población de 49 millones de habitantes, en su mayor parte jóvenes y residentes en zonas
urbanas, con una alta tasa de escolarización y una renta per cápita que ha pasado de los
103 dólares de 1962 a un salario medio de unos 2.000 euros mensuales. Aunque es una
economía orientada a la exportación, con superávit comercial, inflación estable y baja
tasa de desempleo, se trata de un mercado complejo por la diferencia cultural, lo que no
impide que la inversión extranjera vaya en aumento. Sólo las inversiones de China y
Japón en el país supusieron 6.707 millones de dólares durante 2014, más del doble con
respecto al año anterior, un incremento de la inversión relacionada con el rápido
crecimiento chino y la actual política monetaria nipona. Como grandes desafíos, el país
se enfrenta a la excesiva dependencia de los chaebols y al incipiente problema de la
creación de empleo, sobre todo femenino. Otra de las prioridades políticas es buscar
fórmulas de desarrollo "verde" que, sin perder competitividad, ayuden a paliar el cambio
climático, lo que generará nuevas demandas internas y prioridades a la hora de exportar.
El sector de servicios es el sector económico más grande y más rápido, ya que representa
el 52,8% del PIB y emplea al 70.3% de la población activa, especialmente en tiendas
departamentales, cadenas de tiendas y supermercados.
Es fácil convenir la creciente capacidad de tracción que los países emergentes tienen sobre
la economía global. Tanto que un reciente informe de Swiss Re vaticina que el conjunto
de las economías emergentes acaparará el 60% del crecimiento mundial en los próximos
10 años, que los siete mayores* concentrarán el 42%, y que sólo China aportará un 27%.
El gráfico adjunto permite visualizar bien la dinámica de crecimiento en estas últimas tres
décadas.
Como puede observarse, desde 1990 y salvo en dos años (crisis asiática de 1998-99) las
economías emergentes han definido tasas de crecimiento sustancialmente superiores a
la de los países avanzados: en promedio, aproximadamente un 1,5% por encima en el
periodo 1990-2012, un excepcional 4% más durante la década 2003-12, diferencial
impulsado por la fuerte demanda china de materias primas, y en torno a un 2% superior
desde entonces. El tamaño y crecimiento de su población, su composición por edades y
sus bajos niveles de renta iniciales han sido elementos que han contribuido
decisivamente a acelerar su crecimiento en el marco de una economía mucho más global.
Su peso en la economía mundial se ha incrementado drásticamente. Midiendo su tamaño
en términos de paridad de poder adquisitivo de sus monedas, las economías emergentes
suponen ya más de la mitad del PIB mundial, mientras que a principios de los noventa
apenas representaban un tercio. Piénsese que concentran el 80% de la población mundial.
Por consiguiente, aún queda un amplio recorrido en la reducción de la brecha existente.
Una de las características que persistirá aún durante algún tiempo en la dinámica de
crecimiento mundial es la relevancia del centro de gravedad asiático, donde el gigante
chino desempeña un papel fundamental, pero al que empiezan a unirse nuevos actores
como India e Indonesia.
Otro elemento destacado y positivo es que las más bajas tasas recientes de crecimiento de
las economías emergentes vienen acompañadas globalmente de una evolución más
estable, lo que es expresivo también del proceso madurativo en curso. El gráfico adjunto
ejemplifica bien la reducción de la volatilidad del crecimiento del PIB en el conjunto
de los países emergentes.