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“AÑO DE LA LUCHA CONTRA LA CORRUPCION Y LA

IMPUNIDAD”

TEMA: DESARROLLO ECONOMICO DE PAISES EMERGENTES

ESCUELA: INGENIERIA INDUSTRIAL

MATERIA: MACROECONOMÍA

DOCENTE: Cano Urbina Eduardo

ALUMNOS: Perfecto Ruiz Ruben Joel


Huaccha Ramirez Diego
Seclen Ayala Fabricio
Chang Carrera Victor Lee
Noriega Puelles Cinthia

CICLO: IV

GRUPO: B
TRUJILLO – PERÚ
2019

DESARROLLO ECONOMICO DE PAISES EMERGENTES


1. ¿QUE SON PAISES EMERGENTES?

Según el economista, Antoine W. Van Agtmael, el cual acuñó este término en los años
80. Así, un país emergente podemos definirlo como una nación con un rápido
crecimiento económico en comparación con las tasas de las economías desarrolladas,
pero que no entra en la categoría de estos países por tener una renta per cápita baja.
También es una característica común su proceso de industrialización e
internacionalización.

2. CARACTERÍSTICAS COMUNES DE LOS PAÍSES


EMERGENTES
Los países emergentes se han convertido en uno de los mercados más importantes,
definidos especialmente por una serie de características comunes que marcan su presente
y lo harán más en el futuro. Estos son algunos de los puntos coincidentes más
importantes que definen actualmente al grupo de países emergentes:
 Concentran una importante parte de la población mundial: Con ello son uno de
los mercados mayores y con mayor potencial de consumo beneficiados por su
desarrollo económico.
 Economía internacionalizada: Mayor presencia de sus empresas en el exterior
gracias a sus exportaciones, pero también por la recepción de inversiones de
países desarrollados.
 Crecimiento económico con momentos de incertidumbre: Aunque las
desaceleraciones económicas son más bruscas, también las salidas de las mismas
son más rápidas y con tasas de crecimiento del PIB mayores (Brasil es el ejemplo
más reciente). Todo ello conlleva en líneas generales un crecimiento medio que
seguirá siendo mayor que el de la mayoría de los mercados desarrollados.
 Vulnerables en su moneda: Normalmente la liquidez de sus activos es baja y son
susceptibles de crisis generadas por su divisa como se ha demostrado en los
últimos 20 años (peso mexicano, real brasileño, rublo, monedas asiáticas, yuan
chino) propiciando desaceleraciones y cambios bruscos que, lógicamente,
perjudican las inversiones.
 Clase media reducida: La polarización en el reparto de la riqueza lleva a que la
clase media siga siendo pequeña y por ello, la renta per cápita baja.

3. ¿CÓMO DIFERENCIAMOS PAÍSES


SUBDESARROLLADOS, EMERGENTES Y
DESARROLLADOS?

Como veremos los países emergentes tienen muchas más características comunes que su
crecimiento económico y renta per cápita, fundamentalmente estas dos variables sí nos
sirven para diferenciar de forma simple entre un país desarrollado, uno emergente y otro
subdesarrollado:
 País desarrollado: Alta renta per cápita con independencia de su crecimiento
económico que tanto en caídas y bajadas no suele variar de forma importante
(Estados Unidos, Unión Europea, Japón, etc.).
 País emergente: Baja renta per cápita con alto crecimiento económico,
industrialización y sector exterior al alza, especialmente en exportaciones (China,
Brasil, India, etc.).
 País subdesarrollado: Baja renta per cápita, bajo crecimiento económico, baja
industrialización, sector exterior poco importante (mayoría de los países de
África, por ejemplo).
4. Principales Mercados emergentes

SUDÁFRICA
Sudáfrica es la décima economía de mercados emergentes más rápida de la lista con un crecimiento medio anual
del PBI del 2,3%. Es el único país africano dentro del top 10, y adolece de una falta de profundización del capital,
una estadística diseñada para comprender el valor de la mano de obra.

POLONIA
También es el único país europeo en la lista. Polonia ha estado en un ciclo de crecimiento notable desde su
ingreso a la Unión Europea, y se espera que mantenga un crecimiento del PBI del 2,5%, con una gran
profundización del capital, gracias al fuerte acceso al sector bancario europeo y su uso del euro.

CHILE
La única nación de Sudamérica en la lista es Chile, con el país considerado como una historia de crecimiento de
mercados emergentes más atractiva que Argentina y Brasil. El país sureño es un gigante de la minería y parece
estar a la vanguardia del mercado de baterías de litio en el futuro. Oxford Economics predice una tasa de
crecimiento promedio del PBI del 2.6%.

TAILANDIA
La llamada "tierra de sonrisas" es uno de los mercados emergentes de más rápido crecimiento en el mundo, con
un crecimiento esperado del 2,9% del PBI. El turismo representa alrededor del 11% de la producción del PBI
con números que aumentan anualmente. En la década anterior, el crecimiento de la productividad laboral de
Tailandia estuvo por debajo de la tendencia del crecimiento del PBI de los mercados emergentes comparables,
pero se espera que esto cambie en el futuro.

TURQUÍA
Turquía, ubicada en la encrucijada entre Europa y Asia, es un tour de force de mercado emergente con su moneda
de montaña rusa y mercados inestables, un sello distintivo del país. Sin embargo, Oxford Economics cree que el
país crecerá en torno al 3% al año. Turquía es menor para la profundización del capital como resultado de su
dependencia de la financiación extranjera, que se vio afectada por una crisis en 2018 durante la agitación de la
lira.

MALASIA
Anteriormente restringida a ser un importante exportador de productos agrícolas y productos básicos, la
economía de Malasia es otra potencia en aumento en el sudeste asiático. El impresionante crecimiento del PBI
de 3.8% no se corresponde con el crecimiento de la PTF del país, que es el más bajo entre los 10 principales.

CHINA
La rápida transición del país para dejar de ser un mercado emergente significa que se espera que el crecimiento
de su PBI se desacelere en la próxima década, mientras que sus niveles de deuda permanezcan altos. El enorme
mercado bancario de China significa que tiene las mayores cifras conjuntas de profundización de capital entre
los 10 principales y el 5,1% de crecimiento del PBI.

INDONESIA

Compuesta por miles de islas en el Pacífico, la historia de crecimiento de Indonesia es una de las más atractivas
del mundo, ya que el país se convertirá en una potencia de la economía mundial en los próximos años. Con sus
abundantes recursos naturales y cada vez menos dependiente de la financiación extranjera, Indonesia parece
ser un actor clave en el futuro con un crecimiento del 5.1%.

FILIPINAS

Filipinas es, al igual que Indonesia, un gran grupo de islas con un enorme potencial económico. Se espera que el
país tenga el mayor aumento en su fuerza laboral de cualquiera de los 10 principales, lo que, junto con un
crecimiento del PBI del 5.3%, significa que será una de las economías de más rápido crecimiento del mundo.

INDIA

India encabeza las listas con un crecimiento masivo del PBI del 6,5%, y es probable que algún día se convierta
en la mayor economía del mundo, no solo en los mercados emergentes. El país tiene una población enorme y
cuando se utilice por completo será una fuerza inquebrantable en todos los mercados del mundo.
2. Política económica de países emergentes y globalización

El término «globalización» se utiliza para referirse a la creciente interdependencia


mundial de la gente y las naciones. Desde hace unos diez años, este proceso ha cobrado
muchísimo ímpetu, sobre todo debido a los grandes avances en el campo tecnológico. Los
bloques que eran antagonistas durante la Guerra Fría prácticamente han desaparecido, las
barreras comerciales se han venido abajo, los principales mercados financieros del mundo
se han ido integrando y viajar es cada vez más fácil y asequible.

La globalización es económica, sobre todo, pero también es crecientemente política y


cultural. Lo más característico de este proceso es la imbricación creciente de las
economías nacionales en el sistema global de producción, sobre todo a través de las
empresas multinacionales. A este sistema de producción mundial se corresponde una
extensa red de relaciones comerciales. El comercio internacional ha alcanzado en las
últimas décadas niveles sin precedentes. A esta producción crecientemente trasnacional
y al incremento de los intercambios comerciales internacionales se junta una dinámica
financiera que se ha convertido en un elemento central de la globalización económica.

La globalización tiene, asimismo, un componente cultural. Los medios de comunicación


y la industria de la cultura están generando la sensación de pertenencia a un mundo único
y han abierto la posibilidad de penetración comercial de productos y de marcas globales,
dentro de un contexto en el que los comportamientos sociales tienden a homogeneizarse
en el nivel trasnacional.

Este proceso de globalización ha venido impulsado por un conjunto de fuerzas y de


transformaciones producidas en las últimas décadas. Unos cambios profundos de las
tecnologías de la información y de la comunicación, que han modificado las
comunicaciones globales y las formas de producir. Como consecuencia un mayor
desarrollo de mercados globales de bienes y de servicios, vinculados a esa nueva
distribución de la información y a la apertura de las barreras comerciales.

También se ha producido un debilitamiento de los Estados nacionales y la articulación de


la acción política en múltiples estratos, hacia abajo con una mayor descentralización y
autonomía de los ámbitos locales y regionales y hacia arriba, con una transferencia de
soberanía hacia los niveles de integración regional supranacional y hacia las instituciones
mundiales.
Esta creciente integración internacional ha producido toda una serie de consecuencias de
carácter económico, político, cultural y medioambiental. Lamentablemente, algunas de
ellas pueden ser negativas. La publicación del «Informe sobre Desarrollo Humano de
Naciones Unidas 1999» explicó: «La vida de la gente de todo el mundo está vinculada de
manera más profunda, más intensa y más inmediata que nunca antes. Esto abre muchas
oportunidades, da nuevas posibilidades de bien y de mal». Como sucede en el caso de
gran cantidad de logros humanos, la globalización tiene un lado positivo y uno negativo.

Los defensores de la globalización responden que las naciones pobres no sufren como
consecuencia de este fenómeno, sino porque tienen gobiernos corruptos, una
administración inepta y políticas económicas ruinosas. Según Joseph Nyer, decano en la
Universidad de Harvard, «La tecnología y las inversiones pueden ayudar a combatir la
pobreza pero sólo cuando hay gobiernos responsables».

En nuestro país, la periodista Rosa Montero expresa su opinión acerca de este tema tan
polémico, defendiendo en todo momento al proceso de globalización:

«Ante el rechazo total a la globalización, podemos perder una ocasión idónea para
mejorar el mundo. Entiendo bien la inquietud que las nuevas tecnologías provocan; la
vida ha cambiado de manera descomunal en muy pocos años, y eso siempre origina
ansiedad y rechazo. Hoy creo advertir frente a la globalización un fenómeno regresivo, el
miedo ancestral e irracional ante lo nuevo. La globalización no es un programa maléfico
diseñado por el capitalismo feroz para sojuzgar aún más a los pobres de la Tierra, sino
una mera circunstancia histórica, un momento de la evolución de este planeta. Es un
fenómeno imparable, porque la Humanidad no puede desinventar lo inventado y oponerse
frontalmente a ello es como arrojar piedras al sol. La globalización ofrece una
oportunidad única para mejorar las condiciones de vida del Tercer Mundo: por primera
vez podemos acabar de verdad con la pobreza. Pero para ello hay que aspirar a controlar
lo más posible los nuevos recursos tecnológicos».

Sin embargo también hay opiniones en contra, como la de Noam Chomsky, filósofo del
lenguaje, activista político y catedrático del Instituto de Tecnología de Massachussets, y
uno de los manifestantes en Seattle que lucha contra la globalización mundial, «la mitad
de la población mundial vive poco más de un euro al día. A los consumidores de los países
ricos les ha beneficiado mucho la globalización pero, sin embargo, ha acentuado las
diferencias con los más pobres».

Otros opinan que el desempleo en el mundo ha alcanzado su nivel más elevado desde la
gran depresión de 1930. Más de 800 millones de seres humanos están desempleados o
subempleados en el mundo. El trabajo humano está siendo paulatina y sistemáticamente
eliminado en el proceso de producción, siendo sustituido por máquinas. Como
consecuencia de los adelantos, se pronostica que en los próximos habrá una drástica
reducción la fuerza laboral que será necesaria para producir todos los bienes necesarios
para satisfacer la demanda total.

Como se observa, es un proceso vivo y de actualidad. Hacia dónde caminará no lo


sabemos. Posiblemente países o grupo de países que hoy están liderando este proceso
tengan que dejar paso a otros que, en función de su desarrollo, estabilidad política,
crecimiento de sus infraestructuras de comunicación y tecnológicas, se agrupen y sean
verdaderas potencias en este mundo global.

MIRANDO EL DESARROLLO ECONÓMICO DE CHILE:

El crecimiento económico de Chile ha sido fluctuante durante las últimas décadas,


variando desde períodos de muy alto crecimiento a períodos de expansión más bien
reducidos. En este contexto destaca el período 1986-1998, en el que Chile mostró un
crecimiento sostenido sin precedentes históricos, promediando más de 7%. En los últimos
cinco años, en cambio, y en un contexto de desaceleración global, la tasa de crecimiento
promedio en Chile disminuyó a 3%, similar al promedio histórico de los años 1900-1980.
Las altas tasas de crecimiento han tenido su contrapartida en el ingreso per capita, el que
de corresponder a 22% del nivel de EE.UU. en 1986 pasó a ser un tercio del ingreso per
capita de ese país en 1998, año a partir del cual no se han visto avances significativos.

I. Chile: Indicadores de desarrollo económico

I.1 Ingreso per capita, crecimiento económico y volatilidad del producto


Desde una perspectiva de largo plazo, el crecimiento económico de Chile ha sido muy
variable en el tiempo, observándose décadas de muy bajo crecimiento, incluso negativas
y períodos en que el crecimiento ha sido sostenido y alto (gráfico 1). Una mirada a la
evolución del producto per capita en comparación con el de otros países, entre los años
1820 y 2001, muestra la existencia de distintos subperíodos claramente marcados (gráfico
2). En el siglo XIX la economía chilena tiende a crecer más aceleradamente que las otras
2 economías. Posteriormente, en la primera mitad del siglo XX, el PIB per capita chileno
se mueve en forma similar al resto de las economías con las que se compara. Pero después
de la Segunda Guerra la economía muestra una tendencia divergente respecto del resto
del mundo. Esto se revierte a fines del siglo pasado, destacando el elevado crecimiento
que exhibe la economía chilena en las últimas dos décadas respecto de sus pares de
ingreso similar, de América Latina y del mundo. Se observa un mejor desempeño
absoluto y relativo en el período 1986-1998 y una disminución absoluta, pero no en
términos relativos en el período 1999-2001.

I.2 Pobreza y distribución del ingreso


La pobreza abarca distintas dimensiones: falta de recursos para satisfacer necesidades
básicas, baja capacidad para afrontar shocks y en gran medida, falta de oportunidades
para acumular capital humano. Medir el nivel de pobreza en un país es un asunto
complejo. Más difícil aún es obtener una medida comparable entre países. No solo no
existe consenso en el umbral que determina una línea de pobreza, sino que las
definiciones y metodologías utilizadas por los distintos países son muy heterogénea. Un
criterio comúnmente utilizado para medir y comparar los niveles de pobreza
internacionalmente consiste en utilizar las medidas de 2US$ y 1US$ diarios de ingreso
familiar per capita para definir la línea de pobreza de y de indigencia, respectivamente.
De 5 acuerdo a estas medidas, Chile muestra un buen desempeño y ha reducido
sustancialmente el nivel de pobreza de sus habitantes en las últimas dos décadas. En 1981,
18% de las familias tenían un ingreso per capita menor a dos dólares diarios (corregidos
por PPC); en el año 2001, esta cifra se redujo a 9%. En términos de indigencia, este
porcentaje es menor a 2%. En esta categoría, Chile ya ha cumplido los objetivos del
milenio planteados por 189 países al alero del Banco Mundial en el año 2000, que
consistía en reducir a la mitad el porcentaje de la población que vive con menos de un
dólar diario entre 1990 y el 2015. En Chile, en 1990 este porcentaje era 6% y en el 2000,
1%.

3. Turquía
Turquía, situada en Asia Occidental, tiene una superficie de 785.350 Km2.
Turquía, con una población de 82.003.882 personas, es un país muy poblado y tiene una
densidad de población de 104 habitantes por Km2.
Su capital es Ankara y su moneda Liras turcas.
Turquía es la economía número 19 por volumen de PIB. Su deuda pública en 2018 fue de
196.944 millones de euros, con una deuda del 30,17% del PIB. Su deuda per cápita es de
2.402€ euros por habitante.
Turquía destaca por estar entre los países con mayor tasa de desempleo del mundo
El PIB per cápita es un muy buen indicador del nivel de vida y en el caso de Turquía, en
2018, fue de 8.000€ euros, con el que se sitúa en el puesto 73 del ranking y sus habitantes
tienen un bajo nivel de vida en relación al resto de los 196 países del ranking de PIB per
cápita.

3.1. Turquía como país Emergente


Turquía como economía emergente es una apuesta que vuelve a tomar fuerza, tras más de
un año de caída libre. Los bajos precios del petróleo han perjudicado a algunos países,
mientras que otros, que importan una parte considerable de su energía se pueden
beneficiar, entre ellos tres países: Taiwán, India y Turquía. Esta rebaja en el precio del
crudo ayudará a estas naciones a luchar contra uno de sus más acusados puntos débiles,
la inflación. A la vez las nuevas circunstancias contribuirán a reducir los déficit en sus
cuentas. Sin embargo, como en todas las áreas, los excesos no son buenos y, por eso, si
la disminución de la inflación es excesiva puede conllevar efectos negativos, como ha
sucedido en Turquía, forzada a cortar sus tasas de interés debido a que su escenario
inflacionista alcanzaba cotas exageradas, llegando al 8,2%.
Visión general Último Referencia Anterior Rango Frecuencia

Moneda 5.74 2019-11 5.73 0.01 : 7.21 Diario

PIB - Tasa de -1.5 2019-06 -2.4 -14.4 : 11.7 Trimestral


crecimiento
anual

Tasa De Desempleo 14 2019-08 13.9 7.3 : 14.8 Mensual

Tasa De Inflación 8.55 2019-10 9.26 -4.01 : 139 Mensual

Tasa De Interés 14 2019-10 16.5 4.5 : 500 Diario

Cuenta corriente en -3.5 2018-12 -5.6 -8.9 : 1.9 Anual


términos del
PIB

Deuda pública en 30.4 2018-12 28.3 27.6 : 76.1 Anual


términos del
PIB

Resultado fiscal en -2 2018-12 -1.5 -33 : -0.6 Anual


términos del
PIB

Confianza 102 2019-11 101 52.6 : 123 Mensual


Empresarial

Confianza Del 59.9 2019-11 57 55.3 : 98.68 Mensual


Consumidor

Ventas al por 0.6 2019-09 0.4 -7.3 : 5 Mensual


menor -
Variación
mensual

3.2. Estrategias Usadas para Fomentar el Desarrollo


En un esfuerzo por reiniciar el crecimiento, el Gobierno ha presionado a los bancos
estatales para que aumenten los préstamos, ayudando a que el crecimiento del crédito
anualizado se vuelva positivo. Está trabajando en un nuevo plan para reforzar aún más el
capital de los bancos estatales.

Como el banco central mantiene altas las tasas de interés para estabilizar la lira y mantener
la inflación bajo control, el motor de la economía de Turquía está fallando. El crédito
bancario real se contrajo un 7,2% trimestralmente en los últimos tres meses de 2018. La
producción industrial de Turquía en diciembre fue la que más cayó desde junio de 2009.
Por ahora, el panorama sigue siendo incierto. El PIB estuvo en contracción durante la
primera mitad de 2019, seguido de cuatro trimestres de crecimiento tibio que promediará
menos del 3% del año anterior.

3.3.-Principales sectores económicos

Los sectores servicios e industrial de la economía turca están modernizándose


rápidamente, pero su agricultura tradicional aún es responsable del 25% del empleo. El
país se encuentra entre los principales productores mundiales de textiles, vehículos de
motor, barcos y otros vehículos de transporte, productos agrícolas, electrónica y
artefactos para el hogar. La economía dinámica de Turquía es una mezcla compleja de
servicios, industria moderna y agricultura. Posee un sector privado en estado de
crecimiento rápido y estable y el Estado juega un rol cada vez menos considerable en la
industria, actividades bancarias, transporte y comunicaciones. La industria más
importante de Turquía y su principal producto de exportación son vehículos de motor y
productos eléctricos y electrónicos así como los textiles, alimentos y productos químicos;
siendo así la Unión Europea y dentro de ella Alemania constituyen el principal socio
comercial de Turquía.

4. Corea del Sur como economía emergente

La riqueza de Corea del Sur hace pensar en un país desarrollado, pero su dinamismo nos
remite a verlo como un país emergente. En sólo medio siglo, el país se ha convertido en
una economía avanzada, al tiempo que muestra las tasas de crecimiento más altas de la
OCDE. Las elevadas tasas de crecimiento sostenidas, superiores al 3 por ciento en los
últimos años, han hecho el "milagro en el río Han", ocurrido en un país sin recursos
naturales, que ha ido construyendo un país altamente competitivo en el ámbito
internacional, al tiempo que cuenta con una tasa de paro mínima.
En un tiempo récord, apenas 60 años, este país devastado por la guerra ha pasado de una
economía de subsistencia a alcanzar una posición de liderazgo en tecnología de la
información y en industrias como el acero y la energía nuclear. Junto con Hong Kong,
Singapur y Taiwán, Corea del Sur forma parte del llamado grupo de los "Tigres asiáticos",
cuyo fulgurante ascenso captó la atención internacional por su rápido crecimiento
industrial, al tiempo que fueron sufriendo importantes procesos de cambio político. En el
despegue de este pequeño gigante asiático, la cuarta potencia regional, sólo por detrás de
China, Japón e India, ha sido posible gracias a sus medidas proteccionistas, a sus fuertes
inversiones, muy elevadas en I+D, y a los grandes grupos empresariales o chaebols, como
Hyundai, LG o Samsung, las tres en el Top 100 mundial. El peso de estas multinacionales
en la economía, sin embargo, al mismo tiempo actúan de lastre, habida cuenta de la gran
influencia que tienen sobre el gobierno. Samsung, por ejemplo, representa el 20 por ciento
del PIB nacional y, como ocurre con otras empresas, pese a impulsar la economía, cada

vez crean menos empleo como consecuencia de políticas de expansión que suponen la
apertura de numerosas fábricas en el extranjero.

4.1. Principales sectores económicos

Corea del Sur ha experimentado una de las mayores transformaciones económicas de los
últimos 60 años. Dado su tamaño geográfico limitado, sus recursos naturales y su
población (una fuerza laboral de casi 28 millones de personas de su población de 51,2
millones), el país ha prestado especial atención al desarrollo de tecnología e innovación
para promover el crecimiento, creciendo desde una nación predominantemente agrícola,
rural hasta ser un país urbano e industrializado. La industria representa el 35.9% del PIB
y emplea al 24,8% de la fuerza laboral. Las principales industrias incluyen textiles, acero,
fabricación de automóviles, construcción naval y electrónica. Corea del Sur es el mayor
productor mundial de semiconductores.

El sector agrícola en Corea del Sur solo hace una contribución insignificante al PIB del
país (1,9%) y emplea solo al 4.9% de la población activa. El arroz es el principal cultivo
agrícola; La cebada, el trigo, el maíz, la soja y el sorgo se cultivan extensivamente. El
sector también incluye la ganadería a gran escala. Se cultiva menos de una cuarta parte
de la tierra. Los recursos minerales de Corea del Sur se limitan al oro y la plata.

4.2. Corea del Sur, un nuevo emergente

Los países emergentes se cuentan por decenas, pero sólo unos pocos destacan de entre el
resto por su crecimiento económico, y Corea del Sur es uno de esos privilegiados. Según
los criterios de clasificación empleados por los economistas y analistas, los países
emergentes se han ido agrupando de distintas maneras buscando una cierta
homogeneidad. Si los BRICS son los más populares, y de hecho engloban a países
emergentes que son claves, no por ello tienen menos importancia otros acrónimos que
también designan grupos de países emergentes que comparten rasgos comunes. De hecho,
hay una gran variedad de acrónimos relativos a los países emergentes, y Corea del Sur se
encuentra en varios de ellos, como los VISTA (Vietnam, Indonesia, Corea del Sur,
Turquía et Argentina), los Next-11, once países (incluida Corea del Sur) llamados a
relevar a los BRICS, o los MIST, presentado en 2010 por Goldman Sachs como las cuatro
nuevas economías (México, Indonesia, Corea del Sur y Turquía) que presentan un
crecimiento acelerado.

4.3. Un país de oportunidades

Corea del Sur es una buena puerta de entrada al mercado asiático. El país cuenta con una
población de 49 millones de habitantes, en su mayor parte jóvenes y residentes en zonas
urbanas, con una alta tasa de escolarización y una renta per cápita que ha pasado de los
103 dólares de 1962 a un salario medio de unos 2.000 euros mensuales. Aunque es una
economía orientada a la exportación, con superávit comercial, inflación estable y baja
tasa de desempleo, se trata de un mercado complejo por la diferencia cultural, lo que no
impide que la inversión extranjera vaya en aumento. Sólo las inversiones de China y
Japón en el país supusieron 6.707 millones de dólares durante 2014, más del doble con
respecto al año anterior, un incremento de la inversión relacionada con el rápido
crecimiento chino y la actual política monetaria nipona. Como grandes desafíos, el país
se enfrenta a la excesiva dependencia de los chaebols y al incipiente problema de la
creación de empleo, sobre todo femenino. Otra de las prioridades políticas es buscar
fórmulas de desarrollo "verde" que, sin perder competitividad, ayuden a paliar el cambio
climático, lo que generará nuevas demandas internas y prioridades a la hora de exportar.
El sector de servicios es el sector económico más grande y más rápido, ya que representa
el 52,8% del PIB y emplea al 70.3% de la población activa, especialmente en tiendas
departamentales, cadenas de tiendas y supermercados.

5. La economía global y los países emergentes

Es fácil convenir la creciente capacidad de tracción que los países emergentes tienen sobre
la economía global. Tanto que un reciente informe de Swiss Re vaticina que el conjunto
de las economías emergentes acaparará el 60% del crecimiento mundial en los próximos
10 años, que los siete mayores* concentrarán el 42%, y que sólo China aportará un 27%.
El gráfico adjunto permite visualizar bien la dinámica de crecimiento en estas últimas tres
décadas.

Como puede observarse, desde 1990 y salvo en dos años (crisis asiática de 1998-99) las
economías emergentes han definido tasas de crecimiento sustancialmente superiores a
la de los países avanzados: en promedio, aproximadamente un 1,5% por encima en el
periodo 1990-2012, un excepcional 4% más durante la década 2003-12, diferencial
impulsado por la fuerte demanda china de materias primas, y en torno a un 2% superior
desde entonces. El tamaño y crecimiento de su población, su composición por edades y
sus bajos niveles de renta iniciales han sido elementos que han contribuido
decisivamente a acelerar su crecimiento en el marco de una economía mucho más global.
Su peso en la economía mundial se ha incrementado drásticamente. Midiendo su tamaño
en términos de paridad de poder adquisitivo de sus monedas, las economías emergentes
suponen ya más de la mitad del PIB mundial, mientras que a principios de los noventa
apenas representaban un tercio. Piénsese que concentran el 80% de la población mundial.
Por consiguiente, aún queda un amplio recorrido en la reducción de la brecha existente.
Una de las características que persistirá aún durante algún tiempo en la dinámica de
crecimiento mundial es la relevancia del centro de gravedad asiático, donde el gigante
chino desempeña un papel fundamental, pero al que empiezan a unirse nuevos actores
como India e Indonesia.

Un segundo aspecto de interés es la heterogeneidad existente dentro del amplio y


diverso conjunto de países emergentes, ya no sólo por las características específicas y
estructurales de cada uno de ellos, sino también por la propia fase de maduración de su
desarrollo económico. El exponente más destacado es de nuevo el de China, que en los
últimos años está sufriendo una evidente transformación desde un modelo económico
basado en la inversión a un modelo cuyo protagonismo empieza a descansar ya más en el
consumo y en los servicios.

Lo cierto es que parece advertirse un cierto punto de inflexión hacia tasas de


crecimientos más moderadas de las economías de países emergentes debido a ese grado
de maduración que han alcanzado algunos de ellos y a su mayor exposición a factores
cíclicos. Aun así, cabe prever que su crecimiento siga más que doblando el de las
economías avanzadas en los próximos años y, por tanto, sigan siendo el motor de
crecimiento de la economía mundial y reduciéndose la brecha frente a los países
avanzados.

Otro elemento destacado y positivo es que las más bajas tasas recientes de crecimiento de
las economías emergentes vienen acompañadas globalmente de una evolución más
estable, lo que es expresivo también del proceso madurativo en curso. El gráfico adjunto
ejemplifica bien la reducción de la volatilidad del crecimiento del PIB en el conjunto
de los países emergentes.

En cualquier caso, se están produciendo numerosas transformaciones en el ecosistema de


relaciones entre las distintas áreas económicas, transformaciones a las que no son ajenas
ni las alteraciones que se están produciendo en el marco de relaciones comerciales entre
países, ahora en situación de cierto stress por el cuestionamiento del status quo forzado
por Estados Unidos, ni la extraordinaria innovación tecnológica en curso. Tampoco lo
son las debidas al envejecimiento de la población en los países avanzados o a la
preocupación porque el crecimiento se desarrolle en un contexto sostenible. Tales
transformaciones, y sobre todo como se afronten las mismas, van a ser determinantes en
el comportamiento relativo futuro a medio plazo de ambos grupos de países.

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